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† Capítulo 1 ‡ ¿Qué Tal si Confió en mi Hermana Menor?

A las generaciones futuras se les enseñaría que este incidente había llegado a ellos como
un verano temprano.
Ellos no estarían lejos de la marca: El Reino de Natra había sido chamuscado por
llamas avivadas mucho antes que los primeros signos del verano aparecieran.
La fuente fue un incidente mayor que involucro a los Reinos de Natra y Cavarin.
Todo comenzó cuando el Príncipe heredero Wayne Salema Arbalest fue invitado
para asistir al Festival del Espíritu en Cavarin para celebrar la religión de Levetia, la
iglesia con mayor número de seguidores en lado occidental del continente. Que
coincidió con la Reunión de los Elegidos, una reunión ceremonial llevada a cabo por las
figuras más influyentes de su fe.
Era el evento más grande del año, atrayendo las miradas alrededor del continente
hacía el Reino. Pero en medio de todo eso, Ordalasse, el rey de Cavarin y una de las
Elites Sagradas, fue asesinado a sangre fría.
Fue un evento totalmente sin precedentes para un gobernante que organizó una
conferencia internacional, ser asesinado en su propio país. Y por si no fuera suficiente,
el General Levert tuvo el descaro de acusar a Wayne por el crimen después de recibir la
autoridad temporal de la nación afligida.
La gente de Natra estaba estupefacta— ¡y luego explotó en ataques de ira! Después
de todo, Wayne era amado en su reino, conocido por destacar entre todos los
gobernantes de la larga historia de gobernar con benevolencia e integridad. La acusación
no les sentó bien a ellos.
Una vez que Wayne se las arregló para escapar del a capital de Cavarin, se mantuvo
con firmeza e insistió que el cargo era falso. Al unir fuerzas con el Ejército Restante de

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Marden, el antiguo enemigo de Natra y más recientemente enemigo de Cavarin, se las
arreglaron para hacer retroceder a las fuerzas del General Levert.
Y una vez que Cavarin fue liberado del gobierno de Levert, todas las partes
finalmente se reconciliaron. Con el territorio regresado a su gente, Marden declaró
vasallaje a Natra.
Nada podía curvar la marea de fervor en Natra después de que las noticias se
esparcieron como fuego salvaje.
“Su Alteza está a la altura de—No, ¡él supera al mismo Rey Salema!”
“En efecto. Con él como nuestro gobernante, ¡básicamente se nos ha sido prometido
una época dorada por los siguientes cien años!”
“¡Eso es absolutamente correcto! Un millón de soldados palidecerían en
comparación con su Alteza.”
“¡Por su alteza!”
“¡Por los siguientes cien años!”
“““¡Salud!”””
El reino de doscientos años de antigüedad de Natra finalmente había expandido su
territorio, dejando a su gente con pies danzantes y corazones palpitantes.

♦◊♦
Por lo tanto…
“¡¿Cómo demonios sucedió esto?!”
En su oficina privada, el príncipe heredero, alabado por las masas como alguien con
más potencial que el gran fundador, gritó hasta quedar afónico—Wayne Salema
Arbalest.
“Impresionante, de verdad. Todos cantan tus alabanzas,” señaló su asistente, Ninym
Ralei, con su llamativo cabello blanco y ojos rojos. Ella sonaba positivamente exhausta.
“El ‘fundador renacido,’” ella se burló. “El ‘estratega más grande en el continente.’ El
‘gobernante más sabio del continente.’…Sabes, algunas personas han llegado tan lejos
como para llamarte un rey dios.”
Ninym se encogió de hombros. Y ni siquiera has ascendido al trono, sus hombros
parecían decir.

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“Tu popularidad realmente se disparó después de la guerra contra Marden el año
pasado, pero no fue nada comparado a esto,” añadió ella. “Con toda honestidad, no hay
forma en la que podamos detener que esto se salga de proporción.”
Las personas estaban emocionadas, y cualquier intento por apagar su fervor
simplemente se convertiría en vapor.
Bajo circunstancias normales, la mayoría de los herederos al trono estaría
complacido de tener una gran reputación.
“¡No! ¡Esto no estaba en los planes! ¡¿Por qué Marden nos juró lealtad?!”
Desafortunadamente para él, Wayne tenía una situación en sus manos que era
cualquier cosa menos normal.
Después de todo, aunque había logrado echar la culpa sobre el General Levert por
“razones políticas,” Wayne había sido quien asesino al rey Ordalasse. Tenía que haber
algunos cuantos entre las Elites Sagradas que instintivamente supieran quien era el
asesino real, aunque nadie podía proveer alguna prueba sólida.
Ahora que Wayne había asesinado a un miembro de las Elites Sagradas y había
hecho un lio la Reunión de los Elegidos, había una gran posibilidad de que la
organización le causaría problemas—y por extensión, a su tierra natal de Natra. Pero
tenía que incluir la posibilidad en sus cálculos, y había tenido la intención de revivir
Marden como una nación independiente luego de expulsar a las fuerzas de Cavarin con
el Ejército Restante. De esa manera, Marden hubiera servido como una barrera entre su
gente y el resto del Oeste, protegiendo a Natra del caos que había instigado. En otras
palabras, la estrategia fue tirada a la…ya sabes.
Sin embargo, mientras Wayne estaba ocupado persiguiendo su propia agenda,
Marden se había movido por su cuenta.
Por la forma en que las cosas estaban yendo, era obvio que Natra iba a tomar ventaja
de Marden. Pero sin la ayuda de Natra, no hubieran sido capaces de reconstruir su tierra
reclamada. Atrapada en este dilema político, la Princesa Zenovia decidió como la
representante de Marden que ellos le jurarían lealtad a Natra.
Mientras Wayne giró su atención para recuperarse de la guerra, Zenovia había
sentado las bases para ganarse la aceptación de lo mejor de Natra y llevado esto a Wayne
con aplomo.
“Nos atrapo. Realmente lo hizo.”
“¡Y me lo dices a mí!”

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Fue un ataque sorpresa. Los vasallos del reino estaban encantado con la idea de
expandir el territorio de su nación de una sola vez. No había forma en la que Wayne
pudiera oponerse a esto.
“Maldita, Zeno. ¡La primera vez que nos conocimos, era muy tímida, pero ahora
está mostrando cuan astuta puede ser…!”
“Me pregunto de dónde sacó eso.”
“No puedo si quiera imaginármelo. Debe haber habido un verdadero estafador a su
alrededor.”
“Mírate en el espejo.”
“Whoa, ¡mira que hombre más sexy!”
“Raro. Debe haber sido un espejo de esos que se distorsionan.”
“¡…Ni siquiera eso puede robarse su atractivo!”
“Nunca sebes cuando darte por vencido.” Ninym le lanzo una sonrisa torcida.
“Dejando las burlas de lado, ¿Cuál es el plan?”
“Todo lo que podemos hacer es montarnos sobre esta maldita cosa,” Wayne
respondió son un suspiro. “Tan pronto como Marden juró lealtad, su gente se convirtió
en nuestra. Como una nación de inmigrantes socavaremos nuestros valores
fundacionales si ignoramos su situación. Basándonos solo en la geografía, Marden se
llevara la mayor parte de los ataques venideros. No tenemos más opción que ayudarlos.”
“Añade eso a nuestros gastos.”
“También tendremos que ajustar el balance domestico del poder. Ugh… ¿Qué voy
a hacer con Marden…?”
El Reino de Natra era un estado feudal, una mezcolanza de señores. Si su poder
colectivo como una nación pudiera ser cuantificado como cien puntos, la familia real de
Arbalest tenía la mitad de ellos. Los puntos restantes le pertenecían a los señores
feudales subordinados dentro de la nación. Aunque la familia real podía ordenarles
actuar de determinadas maneras, los Arbalest no empuñaban ese poder en sí. Para
utilizar el poder total del reino, necesitaban estar en buenos términos con los otros
señores.
Si cualquiera de los señores tenía el control de diez puntos, eso equivaldría a una
décima parte del poder colectivo de la nación y sería equivalente a una quinta parte de
los Arbalest. Eso sería suficiente para asegurar su lugar como un noble de alto rango,
significando que la familia real no podía darse el lujo de despreciarlos.

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Naturalmente, la realeza querría orquestar cuidadosamente matrimonios entre las
familias nobles. Lo impensable ocurriría si una posible unión diera a luz a un señor que
pudiera rivalizar con el rey. Desde la perspectiva de la familia real, la nobleza era más
conveniente se mantenía tan inofensiva como una oveja mansa.
Wayne no pensaba de manera diferente. Para mantener a la nobleza en su lugar,
había mantenido un equilibrio de manera vigilante entere él y sus nobles.
Entonces Marden apareció. Ellos originalmente eran una nación feudal de un
tamaño comparable. Natra les había ayudado a recuperar la tierra que habían perdido a
manos de Cavarin, lo que llevo a Marden a jurarle lealtad al Reino de Wayne.
El problema aquí era que Marden tenía poder. Bastante de este.
Por supuesto, no era como si su tierra robada volviera a ellos en una sola pieza. Con
el tratado de paz con Cavarin, Marden había perdido un pedazo de su territorio, mientras
algunas otras regiones se habían convertido parte de Natra. Pero incluso entonces, ellos
tenían treinta puntos de poder en está analogía, lo que significaba que podían competir
directamente con la familia real Arbalest. Para Wayne, era como si un jabalí hubiera
salido disparado a través del redil que contenía a sus señores meticulosamente
arreglados.
“Si continuamos tratando a Marden como una entidad extranjera, totalmente se
estrellaran, lo que es exactamente lo que quieren evitar. De ahí su plan de unirse a
nuestro lado inmediatamente,” Wayne explicó.
La manera más rápida y sencilla de convertirse parte de la nación sería casarse con
la familia real o la nobleza de alto rango. Las relaciones de sangre eran primordiales en
esta sociedad.
“Pero incluso si tuvieran todo el poder del mundo, me imagino que la nobleza más
antigua se rehusaría a permitir el matrimonio entre la familia real y los nuevos vasallos
quienes era extranjeros hasta hace poco,” Ninym señaló.
Y Natra era una de las naciones más antiguas del continente. Había bastantes
familias nobles que estaban orgullosas de apoyar al reino perdurable durante gran parte
de sus vidas. Aunque estos hogares individuales poseían menos poder que Marden, su
oposición colectiva sería difícil de ignorar.
“Y como un miembro de la familia real, quiero apaciguar a todas las partes.”
Estaba condenado si lo hacía y también si no lo hacía. Este era el problema en mano.
“Si la Princesa Zenovia fuera un hombre, podría haber considerado casar a Falanya.
Pero ambas son mujeres, lo que lo hace imposible,” añadió Ninym.

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“Tal vez ella es un muchacho,” Wayne sugirió esperanzado.
“¿Por qué no le preguntas la siguiente vez? Apuesto que recibirás una cachetada.”
Ni pensarlo. Eso definitivamente dolería, pensó Wayne.
“Pongamos el asunto en espera por ahora. Podemos pensar nuevamente en esto
después de que hayamos hablado con Zenovia y los nobles.”
“Entendido.” Ninym respondió. “Siguiente, necesitamos decidir qué hacer con los
territorios de los señores que lideraron la rebelión. Y luego preparar nuestras defensas
en contra de una incursión extranjera. Además, necesitamos incorporar la cultura,
costumbres, y forma de vida que la gente de Marden ha traído con ella, ahora que son
parte de nosotros. Y necesitaremos suavizar las cosas entre el ejército y el General
Hagal, dado que solo estaba siguiendo nuestras órdenes. Etcétera, etcétera. ¿Con que
quieres comenzar?”
“Primero, déjame llorar por el exceso de trabajo.”
“Hmm, ¿lágrimas de alegría? Como tu vasalla, estoy honrada. Y para continuar…”
“¡¿Quieres decir que hay más?!” Wayne gritó.
Como el príncipe regente, Wayne ya tenía un calendario extremadamente apretado
desde el principio, pero luego de que el tamaño del reino se hiciera mucho más grande,
su trabajo literalmente nunca terminaba. Un día de descanso solo existía en el reino de
la fantasía.
“…Hey, ¿Qué es?”
Ninym le pasó una carta sellada, no una pila de documentos.
“Una invitación. Para una fiesta.”
“¿Durante el tiempo más ocupado de mi vida? ¿De quién?” Wayne demandó,
abriendo la carta.
Sus ojos se exaltaron cuando leyó su contenido.
Frente a él, Ninym sonrió con dulzura.
“—De su alteza, la Princesa Lowellmina.”

♦◊♦

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El estado de Systio era una de las provincias dentro del Imperio de Earthworld, en el
centro del continente. Su localización lo hacía un punto ideal para circular bienes,
aunque era más famosa por la ciudad de Mealtars.
El continente de Varno estaba dividido entre las secciones orientales y occidentales
por la Gran Cordillera. Había carreteras en el norte, sur y las regiones centrales que
permitían el paso entre los dos lados. Mealtars se encontraba ubicada en la arteria
central.
Era una localización crucial desde un punto de vista comercial y militar. Mealtars
era alabada como una ciudad especialmente buena para los negocios, y la ciudad estaba
a la altura de esta reputación.
La velada iba a realizarse en esa misma ciudad.

“…Así que esta es la bebida que ha estado de moda el Mealtars,” observó la segunda
princesa nacida del Imperio de Earthworld, Lowellmina.
Sus ojos seguían el líquido mientras era vertida en la copa. Ella frunció el ceño.
“Sí. Está hecha de frijoles cosechados en la región sudoeste del continente. Los
frijoles son tostados y luego se les extrae la esencia,” respondió un hombre mayor
sentado frente a ella.
Lowellmina lo miró y luego regreso su mirada hacia la copa con líquido negro,
tratando de reunir el coraje para beberlo.
Ella tomó un sorbo.
“…Es amargo.”
“Lo que hace que la gente venga en busca de más.” El hombre se encogió de
hombros cuando vio que ella se apretaba la nariz. “Pero si es demasiado para su paladar,
no debería forzarse a terminarlo.”
“No me importa. Finalmente estoy en Mealtars. Quiero sumergirme en otra cultura,”
Lowellmina explicó, tomando otro sorbo. Si las masas pensaban que era bueno,
realmente deberías desarrollar un paladar para todo. “Aparte de eso, Alcalde Cosimo,
parece que ha recibido repuesta de un gran número de nuestro invitados.
“Sí, con la fecha aproximándose, los asistentes importantes ya ha llegado a la
ciudad. Esto prueba que el Imperio todavía es influyente,” respondió el hombre,
Cosimo, pasando sus dedos por su barba.

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Como Lowellmina había mencionado, él era el Alcalde de Mealtars.
“¿Y nuestros tres invitados de honor?” ella preguntó.
“Esperando pacientemente por el evento sin signos de disconformidad. Estaba en lo
correcto, Su Alteza. Fue sabio ponerlos en diferentes casas de huéspedes.”
“Mi mayor preocupación era que arruinaran todo antes de la fiesta. Si dándoles
espacio disminuirá las posibilidades de eso, haré todo lo que pueda para que sea así.”
Lowellmina sonrió débilmente. “Parece que podemos comenzar con seguridad…nuestra
cumbre con todos los Hijos del Imperiales.”
La cumbre de los Hijos del Imperio. Necesitaba la reunión de los tres príncipes
imperiales y Lowellmina, ya que todos tenían el derecho de heredar el trono del Imperio
de Earthworld. Esta discusión para ordenar su herencia esencialmente decidiría el futuro
del Imperio en su totalidad.
“Sin embargo, Su Alteza, solo hemos terminado de reunir los pre-requisitos para
esta auspiciosa reunión. Si no podemos resolver los asuntos de una manera amigable,
no seremos capaces de reprimir el caos en el Imperio.”
“Lo sé. Pero esto no es algo que pueda hacer sola.”
Los invitados de honor eran los tres príncipes imperiales. Si su torrente de
pensamientos de todos no convergía, la reunión terminaría en un desastre. Lowellmina
no podía garantizar la posibilidad de que ellos lleguen a un acuerdo con alguna
seguridad.
“Disparates,” dijo Cosimo, confundiendo su respuesta como un signo de ansiedad.
“Fue usted quien ayudo a evitar una guerra civil en el Imperio y persuadió a los príncipes
imperiales para participar en esta reunión. Como un vasallo del Imperio, la instó a que
ejerza la fuerza una vez más y que llegue a una resolución pacífica a la Cumbre de los
Hijos del Imperio.”
Su voz goteaba de dolor, como si hablara por toda la gente del Imperio.
Sin embargo, Lowellmina había notado algo más: A pesar de que él se había
presentado como un sujeto leal, había un innegable brillo agudo en sus ojos.
Por supuesto. Esto era Mealtars. Una ciudad comercial. Un campo de batalla donde
tener una moneda más de cobre que un oponente era una ventaja real, donde cada nuevo
día significaba más regateos y negociaciones. Y este era el hombre que estaba a cargo
de esta ciudad, lo que significaba que estaba obligado a ser un reto.
“Pero por supuesto. Para le Imperio y sus ciudadanos, tengo la intención de dar mi
mayor esfuerzo,” Lowellmina dio una respuesta inofensiva con una sonrisa.

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Si ella hacía un comentario descuidado aquí, más tarde volvería para morderla.
En ese momento, alguien toco la puerta. Era una mujer—Fyshe Blundell, la
asistente de Lowellmina.
“Discúlpeme. Princesa Lowellmina, una delegación acaba de llegar de Natra.”
“Escuche que podrían llegar tarde, pero están justo a tiempo. ¿Dónde están ahora?”
“En la mansión que ha sido preparada para ellos. Dijeron que vendrían aquí para
saludarla luego de que se pusieran prendar más formales.”
Había otros huéspedes invitados a la cumbre de los príncipes Imperiales. La
delegación de Natra era uno de ellos.
“Hmm. El rumoreado príncipe también ha hecho su aparición, huh.” Esto picó la
atención de Cosimo.
Luego de aplastar a Marden el año pasado, Natra había seguido a eso con una
victoria en una guerra reciente contra Cavarin, avanzando constantemente su interés en
múltiples fronteras. Como un comerciante que siempre estaba en la búsqueda por una
oportunidad, Cosimo quería saber más acerca de esta figura clave que provenía del país
que estaba haciendo tal progreso histórico.
“Creo que recuerdo que usted estaba discutiendo un potencial matrimonio con el
príncipe heredero.”
“Sí. Pero ha sido archivado por este problema interno.”
“En ese caso, esta reunión podría terminar con una celebración con la decisión del
siguiente emperador y su unión.”
“Eso me complacería.”
Lowellmina y Cosimo intercambiaron pequeñas sonrisas antes de que el mayor se
pusiera de pie.
“Bien entonces, espero que pueda perdonarme por el día. Deseo saludar al príncipe
si la oportunidad se presenta. Por favor preséntemelo cuando llegue la oportunidad.”
“Sí. Por supuesto.”
Cosimo dio una reverencia y dejo la habitación.
Lowellmina esperó hasta que es estaba lo suficientemente lejos antes de terminar el
resto de su copa.
“Hfff—” dejo escapar un suspiro de cansancio.
“Excelente trabajo princesa Lowellmina.”
“Estoy agotada. Realmente necesito mantenerme en guardia cerca del Mayor.”
Lowellmina colapsó sobre el escritorio.

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Fyshe continuó hablando a lado de ella. “Lord Cosimo ha sido el mayor por varios
años. Y como comerciante, naturalmente estará entusiasmado sobre cualquier
potenciales clientes para los negocios.”
“Por lo cual es exactamente por qué ha sido de mucha ayuda. No ha hecho un gran
favor, al juntar esta reunión,” admitió Lowellmina. “Pero no lo hace menos molesto,”
ella refunfuñó bajo su respiración cuando escuchó algo que provenía de afuera.
“Parece que nuestros invitados de Natra han llegado,” Fyshe señaló, mirando fuera
de la ventana.
Lowellmina saltó para ponerse de pie. “Debería salir a saludarlos.”
“¿Está segura de que es el movimiento correcto? Si usted personalmente los saluda,
pueden haber acusaciones de que usted muestra demasiado favoritismo hacía su
pequeño país.”
“Pero fuimos nosotros quienes extendimos la invitación, y son visitantes
importantes de una nación aliada. Si no los recibimos, les demostraremos que no
tenemos los modales adecuados en el Imperio. Y si yo soy quien personalmente los
recibo, puedo cementar nuestra cercana relación. ¿Estoy equivocada?”
“Mis disculpas. Me tomó demasiado entender su previsión.” Fyshe asintió con
formalidad
Lowellmina sonrió. “Bien, admito que la razón principal es observar la cara de
infelicidad de Wayne.”
“……”
“Hee-hee. Oh, no puedo esperar. Todos pensaran que tengo lazos con Natra tan
pronto él venga a mí. Pero como un invitado, no hay manera de que él no me salude.
Prácticamente puedo ver la cara de Wayne retorciéndose de dolor.”
“Si ya puede imaginárselo en su cabeza, quizá no haya razón para salir para
saludarlo.”
“Estoy empezando a olvidar todos los detalles de su cara, y me vendría bien un
recordatorio.”
“Ya veo.”
Fyshe recientemente había comenzado a entender la verdadera naturaleza de su
señora. Ella no dijo nada más. Si Fyshe desviaba sus ojos de todos los detalles pequeños,
Lowellmina era una maravillosa maestra.
“¿Nos vamos?”

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Lowellmina y Fyshe dejaron la habitación y se dirigieron para el lobby. Ellas
llegaron justo cuando la delegación de Natra estaba entrando.
“Gracias por hacer este gran viaje hasta Mealtars,” Lowellmina saludó mientras se
acercaba. “Por parte de todo el Imperio de Earthworld, deseó darle la bienvenida—”
Fue entonces cuando los ojos de Lowellmina registraron una cierta figura en el
centro del grupo.
“… ¿A? ¿Cada? ¿Uno? ¿De? ¿Ustedes?” Lowellmina se las arregló para terminar.
Después de todo, Wayne no era quien se encontraba parado frente a ella. Era una
jovencita cerca de dos cabezas más pequeña.
“Me gustaría extenderle mi gratitud por la invitación.”
Lowellmina parpadeó sorprendida mientras la jovencita inclinaba la cabeza.
“Mi nombre el Falanya Elk Arbalest. He venido a saludar a Su Alteza en lugar de
mi hermano mayor, Wayne.”

Los historiadores del futuro admitirían el ingenio del Príncipe Wayne Salema Arbalest,
incluso si fueran sus críticos más duros del mundo.
Pero en este momento del tiempo, su reputación todavía se encontraba en las nubes.
El oeste clamaría que las Elites sagradas poseían las mentes más grandes del continente,
el Este se decantaría por los hijos de imperio, y el Sur levantaría a sus candidatos
notables.
Pero en el Norte, había otra bestia dormida cuyo nombre sería conocido por todos
los futuros historiadores.
Falanya Elk Arbalest.
Hasta ese momento, ella solo había sido conocida como la hermana menor de
Wayne. Pero todo eso cambiaría mientras caminaba a la vanguardia de la historia.
Este era el evento que cambiaría todo eso: la Cumbre de los Hijos del Imperio.

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† Capítulo 2 ‡ La Resolución de Falanya †

“—Necesitamos hablar sobre la reunión entre los hijos imperiales.”


Retrocediendo a una reunión en el palacio de Natra llevada a cabo solo con los
vasallos más importantes. Ellos se encontraban mirando a una cosa: Al Príncipe
Heredero Wayne sentado a la cabeza de la mesa.
“Como creo que ya lo han escuchado, los hijos de la familia imperial se reunirán en
la ciudad de Mealtars, localizada en el centro del continente. Sobre el papel, nuestra
invitación para otra ceremonia que se llevara a cabo en la ciudad al mismo tiempo para
entretener a las personas más influyentes en todo el continente, incluyendo a Natra.”
Wayne ni siquiera se detuvo por un segundo. “No cometan errores. Esta reunión es
increíblemente importante. Seria los más apropiado si nosotros fuéramos quienes
asistiéramos. Desafortunadamente, sin embargo, estamos en medio de la recuperación
luego de la guerra. Por lo cual se los estoy dejando a ustedes. Déjenme escuchar sus
opiniones sobre si debo asistir.”
Wayne echó un vistazo a sus vasallos, preguntándole a cada uno de ellos por sus
opiniones.
Ellos comenzaron a ofrecer sus opiniones.
“Como lo dijo, Príncipe Wayne, estamos en medio de un periodo transitorio como
una nación. Debemos pisar con cuidado. Las cosas podrían tomar un rumbo hacia lo
pero si usted deja el reino en este momento, Su Alteza.”
“Por favor. No solo son los hijos imperiales quienes asistirán. Las mentes más
grandes de cada nación también estarán presentes. Si el siguiente emperador el elegido
en esta reunión, nos hará ver muy mal como un reino aliado si fallamos en mandar a un
representante apropiado.”

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“¿Cómo sabemos si realmente asignaran a alguien al trono? ¿Vale la pena ser
negligente con tu país solo por un supuesto?”
“Entonces podemos apoyar a la nación en ausencia de Su Alteza. ¿O no hay nada
útil en ese cerebro tuyo?”
“¡¿Qué tratas de decir?!”
“Tranquilícense, por favor. Están parados ante la realeza.”
La sala de reuniones se llenó de opiniones variadas volando de derecha a izquierda.
Wayne escuchaba por un pedazo de sabiduría dentro de las palabras en discusión.
Parece cincuenta a cincuenta.
Si esto hubiera sucedido un año antes, lo más probablemente es que hubieran
insistido en que él asistiera. No obstante, en un corto periodo de tiempo, el Imperio
había declinado en poder, y Natra, de hecho, había ganado territorio. Las cosas estaban
mejorando. Esto había hecho que los vasallos se volvieran demasiado confiados.
—-En este punto, ¡decidirán que me quede sentado! Wayne pensó alegremente.
Nunca tuvo la intención de asistir. Había varias razones para esto. Incluyendo de
simplemente estaba demasiado ocupado, especialmente luego de que la guerra con
Cavarin había llevado a la expansión del territorio de reino. Nada como esto había
sucedido dentro de la memoria viva, lo que significaba que actualmente no tenían un
sistema para manejar esto.
Era por eso que había informes de confusión y desorden en el reciente territorio
ganado. Era como hacer encajar engranajes que no encajaban. Wayne tenía las manos
llenas.
Otra razón era Lowellmina. Todas las naciones alrededor creían que Natra estaba al
lado de su facción, porque tuvo cierta participación en suprimir la insurrección civil en
Earthworld.
Naturalmente, Wayne no tenía planes de unirse a su lado. No obstante si aceptaba
la invitación, él sabía por un maldito hecho que Lowellmina utilizaría cualquier método
a su disposición para hacer que él apoyara su causa.
¡Y absolutamente no hay forma de que deje que eso suceda! ¡Respaldarla sería más
problema de lo que vale!
Dicho eso, una oportunidad de reunirse con los príncipes imperiales sería enorme.
Wayne quería hablar con ellos si pudiera. Pero si aceptaba la invitación, tendría que
ponerse del lado de Lowellmina, lo que significaba hacerse enemigo instantáneamente
de los tres príncipes. Y eso no sería bueno para nada.

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Bueno, no es como si fueran a decidir un emperador de todas formas.
La cumbre era una oportunidad para discutir quien sería el siguiente emperador.
Pero Wayne podía decir que este evento era más que nada una actuación.
La lucha interna había dañado la posición de Imperio, y las personas estaban
ansiosas por la carencia de un nuevo emperador. Esta reunión se suponía que los
calmaría, dejando saber que la familia Imperial quería decidir quién sería quien herede
el trono con palabras en lugar de violencia. También estaba destinado a mostrar que el
Imperio todavía tenía la influencia para reunir a todos los más grandes poderes en un
lugar.
Si el trono imperial iba a continuar vació, Wayne podría expiar el rechazo de la
invitación usando estrategias diplomáticas tiempo después. Por todas estas razones,
Wayne finalmente había decidido declinar la petición.
Heh. Prácticamente puedo ver el rostro de Lowa cuando reciba la noticia de que
no asistiré.
Mientras Wayne continuaba pensando sobre cosas sin sentido, repentinamente se
dio cuenta que un par de ojos estaban sobre él. Estos pertenecían a una jovencita quien
estaba sentada a una corta distancia de él—su hermana menor, Falanya.
Wayne no era el único de la familia real que asistió, ya que se le unió la princesa
heredera.
¿Hmm? ¿Qué sucede?
Ella lo estaba mirando como si quisiera decir algo pero le resultaba realmente difícil
materializarlo. Wayne considero las posibilidades antes de que finalmente lo supiera.
Oh, apuesto a que está pensado que tendré tiempo para jugar con ella si declino
esta invitación.
Ahora que lo pensaba, se dio cuenta que Falanya recientemente encontró una razón
para seguir a Wayne. Debe haberse sentido sola debido a que no había estado ganándose
su atención. Aunque había estado ocupado, Wayne estaba decepcionado de sí mismo
como hermano mayor por no haberse dado cuenta antes.
Tranquilízate, Falanya. Encontraré una forma para hacer tiempo para ti.
Tal vez podrían disfrutar una danza o algo de poesía juntos. También podrían por
un paseo largo a caballo.
Wayne se giró hacia su hermana menor y sonrió.

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En los días recientes, Falanya Elk Arbalest tenía un miedo: no había nada que ella
pudiera hacer para ayudar.
La fuente de sus preocupaciones era Wayne, quien estaba positivamente
sobrecargado de trabajo.
Desde que había asumido el papel de príncipe regente, había estado agobiado cono
un gran número de deberes. No era solo el trabajo usual que involucraba mantener la
nación funcionando. Tenía que lidiar con la diplomacia extrajera y orquestar guerras y
realizar una gran cantidad de otras tareas misceláneas.
Esperando reducir su carga, Falanya se había dedicado seriamente a estudiar
política y asistido a reuniones en su lugar. Estas tareas le habían dado una modesta
cantidad de confianza.
Pero incluso eso había sido aplastado cuando sus bordes crecieron y la carga de
trabajo de Wayne incrementó exponencialmente.
Ni siquiera puedo manejar el 10 por ciento de su trabajo… ¡Tengo que encontrar
algo que pueda hacer…!
Con su fuerte sentido del deber dirigiéndola, Falanya había optado por seguir a
Wayne. Ella se mantenía fuera de su camino, buscando por algo que pudiera hacer en
su lugar.
Me pregunto si puedo asistir a la cumbre en lugar de Wayne…
Ella era la princesa heredera de Natra. Eso de daba el derecho de asistir. También
le permitiría a Wayne enfocarse en las políticas internas del reino mientras ella maneja
los asuntos externos. Este arreglo sería mutualmente benéfico.
Pero…
Pero solo era una teoría. Ni pensar hablar con importantes funcionarios extranjeros,
Falanya nunca había estado fuera de Natra. ¿Se podría confiar en ella como diplomática?
¿Qué pensara Wayne…?
Falanya lo miró. Él era su hermano mayor. Él tenía que saber lo que ella estaba
pensando. Todo lo que quería que él dijera era que ella debería ir en su lugar. Entonces
ella podría asentir sin dudarlo.
Wayne debe haber notado su mirada, porque sus ojos se dispararon hacia los de ella.
——¡gh! Falanya estaba anonadada.

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Los ojos normalmente gentiles y amables de su hermano se habían entrecerrado para
enfocarse mientras la evaluaban. Como un padre esperando que su hijo se pusiera de pie
por primera vez. Fue cariñoso y solemne.
Soy tan débil, Falanya se regañó a sí misma.
Deseando que el apoyaría su decisión, ella prácticamente había asumido la
responsabilidad de la elección de Wayne. Que nunca serviría en reuniones con
dignatarios extranjeros.
La mente de Falanya se aceleró. ¡Wayne está esperando…por que piense y actué
por mí misma!
Wayne ahogó un bostezo. Maldición, casi me duermo.
Ninym estaba parada obedientemente detrás de él. Siento que ha habido un grave
malentendido…
Mientras los señores continuaban gritándose entre ellos, Falanya se puso de pie con
resolución.
“—Yo debo asistir a la cumbre en lugar de Wayne.”
Su declaración tomó a los vasallos por sorpresa. Los ojos de Wayne prácticamente
se arrugaron y saltaron de su cráneo. Ninym miró hacia el techo.
Este momento cimentó el debut de Falanya en el escenario diplomático.

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♦◊♦

Nunca imagine que la princesa Falanya seria quien asistiría… El cerebro de


Lowellmina se agitaba mientras observaba a Falanya sentada en frente de ella.
Luego de que la hermana de Wayne terminara con las formalidades, Lowellmina
había sugerido que hablaran acompañadas de una taza de té, las cosas habían estado
bien hasta entonces—pero esta conversación no estaba yendo absolutamente a ningún
lado.
“¿Cómo ha sido su estancia en Mealtars? ¿Quedo sorprendida de cuan diferente es
el clima a diferencia de Natra?”
“En efecto.”
“Le recomiendo mucho visitar nuestros mercados para ver los bienes que
importamos de todo el continente.”
“Si la oportunidad se presenta.”
“……”
Esa fue la gota que derramo el vaso.
Había algunas razones para explicar este comportamiento. Falanya estaba nerviosa.
Era difícil encontrar un tema de interés mutuo. Pero principalmente se debía a que
Falanya tenía todas sus defensas en alto en contra de Lowellmina.
Vi un resquicio de esto cuando la conoció por primera vez. Pero…
No era la primera vez que Lowellmina conocía a Falanya. Ellas habían conversado
ocasionalmente cuando la princesa imperial había estado en Natra, aunque sus
intercambios habían estado limitados a una o dos palabras. Pero eso era por que Falanya
tenía que manejar los asuntos internos del estado mientras Lowellmina y Wayne estaban
ocupados liderando el esfuerzo de la guerra.
Eso contribuía al misterio. ¿Por qué estaba siendo tan cautelosa? No tenía razón
para que Lowellmina le agradase o disgustara.
Quizá Wayne o Ninym podrían haberle dicho algo sobre ella.
Lowellmina miró detrás de Falanya, directo a su asistente que estaba de pie. Era la
ayudante de Wayne, Ninym. Bajo sus órdenes, ella había acompañado a Falanya como
su asistente temporal.

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Lowellmina y Ninym eran amigas de la infancia. Pero en este momento, parecía que
Ninym no podía actuar de esa manera, incluso si Lowellmina fuera a mirarla de manera
afectiva.
Así que no va a mediar esta discusión con la Princesa Falanya, Huh. Bueno, este
es un problema real…
Tenía que ser abra de Wayne. No le sorprendería que él le hubiera dicho a Falanya
toda una maraña de mentiras y le hubiera advertido que estuviera en guardia. Tal vez
algo como.
No encontraras a nadie con peor personalidad en el continente entero aparte de
ella.
Ella es de las que te apuñala mientras te enseña una gran sonrisa.
Sabes, apuesto a que ella viste un sujetador para levantar sus pechos.
Todo lo que él hizo fue entrometerse en sus asuntos. Lowellmina esperaba evitar
malear su relación con la representante del reino al que quería unir en su facción.
Podemos empezar por hablar acerca Wayne para hacer que se suelte.
Claramente, Falanya tenía un punto débil por su hermano.
Con la intención de utilizarlo para avivar su conversación, Lowellmina comenzó a
hablar.

Por como resultó, las suposiciones de Lowellmina eran en gran parte correctas.
Una vez que había sido escogida para actuar como la representante de Natra,
Falanya inmediatamente comenzó a estudiar todo lo que podía ser remotamente
pertinente para la reunión, lo que obviamente incluía información acerca de
Lowellmina. Falanya rememoró su pequeña lección.
“Comencemos con la princesa imperial.” Wayne se dirigió a Falanya, quien estaba
encaramada en una silla en la sala de reuniones. “Luego de que se las arreglará para
detener la revuelta en el Imperio, varios ciudadanos acudieron a su lado para ser
reconocidos como su propia facción.”
El continuó. “La princesa pudo haberlos liderado y declarado su reclamo al trono.”
“Pero no lo hizo, ¿cierto?”
A pesar que Lowellmina les había hablado a Wayne y Ninym acerca de tomar el
trono, no había hecho un anuncio formal de que estaba pensando ejercer su derecho.

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Obviamente, no era debido a un cambio de mentalidad. La respuesta real era
sorprendentemente lógica.
“La gente se ha aliado al lado de la princesa solo porque están cansados de la pelea
que continua entre los tres príncipes. No es porque están detrás de su visión o que
particularmente quieran verla en el trono. Pienso que ella sabe que si deja que el público
sepa que ella está compitiendo por la posición, ellos la rechazaran y la acusaran de tratar
de prolongar la lucha interna. En esencia, ella está haciendo que su facción sea una
patriótica.”
La preocupación principal de este grupo era el futuro del Imperio. Lowellmina había
reunido a esta gente amante del Imperio bajo su estandarte escondiendo sus propias
ambiciones. Su objetivo era excedentemente simple. Ellos necesitaban evitar una pelea
entre los príncipes, ya que eso causaría que el conflicto interno surgiera nuevamente y
fracturaría al imperio. Ellos se habían acercado a todos los señores, convenciéndolos de
unirse para decidir al siguiente emperador.
“Comparada a la de los príncipes, su facción tenía una fuerza militar insignificante.
Pero ella está usando esto a su favor, posicionándose a sí misma como la única que se
preocupa por el futuro del Imperio. Si alguien tratara de silenciarla a la fuerza, se
convertiría en un enemigo público.”
Lowellmina estaba en lo correcto. La población pensaba que el asunto debería ser
resuelto diplomáticamente, pero los tres príncipes eran incapaces de hacer eso. Después
de todo, cada uno estaba convencido de que sería el mejor emperador.
Y ella sola se las había arreglado para encontrar un enfoque lógico. Los príncipes
no tenían motivos para afirmar que ella era fuerte, y tampoco podían emplear violencia,
no podían evitar que se convirtiera en motivo de censura. Estaban en un callejón sin
salida.
Lowellmina había socavado la autoridad de los príncipes ella sola, mientras su
propia reputación se había disparado. Ella prácticamente estaba entrando a la ronda de
bonificación con su alto índice de aprobación.
“…Ella es de lo peor.”
“Y me lo dices a mí,” dijo Wayne, asintiendo ante su observación.
¡Te lo digo! Lowellmina hubiera chillado si hubiera estado en esta habitación.
“Cuando los príncipes finalmente toquen fondo, eso encenderá algo en los patriotas,
y ella puede tomar ventaja de eso, promoviéndose a sí misma como el remplazo.
Supongo que ese es su plan a largo plazo.”

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“¿Eso significa que la intención de la cumbre es hacer lucir mal a los príncipes?”
“Pienso que es una de las cosas por las que está detrás. Bueno, dudo que sea el
panorama completo. En cualquier caso, Falanya, ten cuidado de Lowellmina. Ella es el
tipo de persona que te apuñala mientras enseña una gran sonrisa—”

—Eso había concluido su pequeña discusión antes de su partida.


De acuerdo con Wayne, la Princesa Lowellmina era una mujer muy ambiciosa
compitiendo por el trono…
Eso era lo que su amado hermano le había dicho. Falanya no tenía razón para dudar
de él. Además, tenía otras dos razones para ser especialmente cautelosa con
Lowellmina.
¡No hay manera que deje que ella se case con Wayne!
Esa era una.
Wayne y Lowellmina habían llegado a hablar de matrimonio. Las circunstancias en
el momento habían prevenido cualquier decisión en concreto, pero eso no significaba
que la idea estuviera fuera de la mesa por completo. Había una posibilidad de que ella
se convirtiera la esposa de Wayne algún día.
¡Nunca dejaré que eso suceda! ¡Wayne le pertenece a Ninym!
Wayne era un hermano mayor digno de gran respeto. Y Falanya sabía que la única
que merecía permanecer a su lado era Ninym. Ella era como una hermana menor para
Falanya, ni menciona que cualquiera podía ver que había un vínculo profundo entre
Wayne y su asistente. ¿Existía acaso una oportunidad para que otros se interpusieran
entre ellos? No pensarlo.
Básicamente, Falanya juntado a Wayne con Ninym. Un romance con Lowellmina
nunca sería canon. Dado a los últimos acontecimientos, algunas personas estaban
esperando que Wayne y Zenovia se juntaran, ¡pero Falanya era completamente devota
en apoyar a Wayne y Ninym como el par verdadero!
“Aunque me siento afortunada de tomar esta oportunidad de verla, Princesa
Falanya, es desafortunado que el Príncipe Wayne no se nos haya podido unir. Hubiera
sido maravilloso verlos a los dos lado a lado.”
“Mi hermano es un hombre realmente ocupado.”

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“Escuché que Natra tomó el control sobre Marden luego de la guerra. Su hermano
es bastante activo en varios frentes. Debe estar muy orgullosa, Princesa Falanya.”
“Sí…”
“Ahora que lo pienso, ¿Sabía que nosotros fuimos compañeros de clase cuando el
Príncipe Wayne estudió en el extranjero? Incluso en nuestra academia militar, él era
increíblemente—”
Lowellmina falló en notar la reacción mediocre de Falanya, continuando hablando
acerca de Wayne. Falanya se había dado de su verdadero objetivo: Al alabar a Wayne,
ella estaba tratando de cortar la barrera entre ellas.
Heh. Que tonta. ¿Pensaste que me harías bajar la guardia?
Escuchar que Wayne recibía elogios hacia a Falanya tan feliz casi como si ella fuera
quien los recibía. Pero todos habían estado elogiando a Wayne últimamente. Y ella se
había cansado de escuchar la misma adulación vacía.
No estoy siendo cautelosa solo porque Wayne me advirtió y por mis propias
preocupaciones personales.
La tercera razón era que ella tenía una tarea que cumplir.
Esta era la primera incursión diplomática de Falanya, y sería irrealista esperar algo
significativo resultar de esto. Falanya era muy consciente de que si intentaba ignorar
negociar con los príncipes Imperiales o cualquier otra figura importante, ellos
probablemente la manipularían para prometer algo extraño.
Eso era por lo que Wayne le había ordenado estrictamente que simplemente se
sentara a atender y que después regresara directamente a casa. Satisfaciendo ese mínimo
indispensable era suficiente diplomacia por el momento. La barra había sido colocada
muy abajo.
Cuando ella había llegado a Mealtars, su deber esencialmente ya estaba a la mitad.
Después de eso, todo lo que tenía que hacer era mantenerse quieta hasta que la reunión
llegara a una conclusión segura. No había necesidad de hacer amistad con Lowellmina.
Esto explicaba por qué Ninym había estado callada supervisando el curso de eventos.
Escuché que la princesa quería estar en bueno términos con Natra, pero Wayne
había visto a través de su plan. Pobre princesa. Falanya resopló mentalmente.
¡Te arrepentirás de subestimarme como el tipo de chica que se deja llevar ante la
mención del nombre de Wayne…!

Diez minutos después.

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“Y entonces el Príncipe Wayne trasladó el libro mayor jeroglífico de la iglesia y
utilizó eso para probar la naturaleza corrupta de los sacerdotes. El esparció la evidencia
alrededor de la ciudad para amenazarlos.”
“Gracia divina. ¿Realmente fue tan lejos?”
“Absolutamente. Pero mientras estábamos intentando negociar con ellos, nuestro
compañero de clase, Glen, acuchilló a un sacerdote con justa indignación. Hubieron
varios cambios y torceduras para esta historia y—”
Lowellmina estaba hablando de sus días de escuela animosamente mientras Falanya
se aferraba en cada palabra.
—¡Ella tiene un buen ojo para el carácter!
Falanya ya se había rendido.
Su temprana vigilancia ya no se encontraba por ningún lugar. Ella estaba
completamente receptiva a cualquier cosa que Lowellmina tenía que decir.
La elocuencia de Lowellmina tuvo la culpa. Ella era una gran conversadora y
hablaba con un innegable encanto. Además, Falanya sabía poco sobre la estancia de
Wayne en la escuela. Era entendible por qué ella pronto quedo absorta con esas historias.
Lowellmina pintó a Wayne como un personaje especialmente impresionante. Él era
atrevido y valiente, calmado y sereno. Pero incluso él se equivocaba en algunas
ocasiones y podía ser maquiavélico a veces.
Falanya sabía que esta representación humana de él era precisa.
En días recientes, parecía que todo el mundo en Natra tenía algo bueno que decir
sobre su hermano. Esto deleitaba a Falanya, pero siempre había algo que quería decir.
—¡Todos ustedes llegaron tarde a la fiesta! ¡Y apenas han rasgado la superficie!
Falanya había sabido que Wayne era totalmente sorprendente desde que era muy
pequeña. Pero parecía que el público apenas estaba comenzando a descubrir esto por su
cuenta. ¡Estaban atrasados! Eso era lo que ella había estado tratando de guardar.

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Como si no fuera suficiente, Wayne solo había sido elogiado por solo sus varios
logros, lo que era totalmente superficial.
¡Lo han entendido muy mal! ¡Eso no es lo que hace a Wayne maravilloso!
Después de todo, todo eso no era nada más de una cuestión de oportunidad.
Inevitablemente habría veces cuando fallaría, incluso cuando hiciera todo bien, cuando
el destino y las circunstancias conspirarían en su contra.
¿Pero acaso fallar hacia que su hermano fuera menos sorprendente? Obviamente no.
Él tomó la posición de príncipe regente a una edad joven y cargó con la
responsabilidad de las políticas nacionales. Por años, había soportado la presión y las
expectativas de los que estaban alrededor de él. No había forma en que no fuera
asombroso.
Ella conocía que su verdadera grandeza provenía de su habilidad de sonreír, incluso
en los días más aplastantes del alma.
Y así era exactamente como Lowellmina hablaba de él.
“Constantemente me está sorprendiendo con sus pensamientos y acciones. Es como
si fuera por encima y más allá de las expectativas de las personas.”
Uh-huh.
“Bueno, a veces eso lo mete en apuros.”
¡Lo sé!
“Pero aún se las arregla para sonreír, incluso en las situaciones más desagradables.
Es una persona fuerte. Ese debe ser su verdadero poder.”
¡Estoy totalmente de acuerdo!
No hay forma de que Falanya pudiera rechazarla. Era obvio que ser llevaría bien
con esta chica llamada Lowellmina, que también era una fan de su hermano.
Bueno, aun así no aceptare el matrimonio.
Eran dos cosas separadas.
Falanya gentilmente puso ese asunto a un lado en su corazón.
“Ahora que lo pienso,” Lowellmina comenzó, “Me encantaría escuchar sobre
Wayne antes de que viniera a la academia. Escuché que era inteligente desde temprana
edad.”
“¿Cuándo era más joven?” Falanya escarbo entre sus memorias. “Mi hermano nunca
cambia. Wayne ha sido amable y confiable desde que puedo recordar. Siempre estoy
orgullosa de él. Basta decir, que era una rata de biblioteca cuando éramos niños, aunque
ahora está muy ocupado como para hacerlo.”

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Todos en Natra alababan las habilidades de Wayne como un talento natural, pero la
verdad era que muchos de sus logros fueron solo posibles debido a la vasta cantidad de
libros que había consumido.
Como una de las naciones más longevas en el continente, Nara había archivado
varios documentos relacionados con la gobernanza: el éxito y las fallas de la industria—
incluyendo detalles sobre los presupuestos necesarios, los horarios, y el personal—
registros de la opinión pública, planes que salieron sin problemas, planes que llevaron
a lo inimaginable, etcétera. Esos documentos eran los planos de sus predecesores, y
jugaron una parte enorme en dar forma a Wayne.
“También estudió la espada, debatió con los vasallos, investigo métodos de
agricultura…”
“Ya veo. Tan extraordinario como decían los rumores.”
“Si, pero—” Falanya se dio cuenta que había hablado sin pensar y
desesperadamente contuvo sus palabras.
“¿Sucede algo?”
“…No es nada.” Falanya tosió y cerró sus labios.
Naturalmente, Lowellmina notó eso. Una vez que confirmó que Falanya casi había
hablado por demás, la princesa pensó vívidamente en una manera para hacer que lo
escupa.
“—Por favor discúlpenme por interrumpir su conversación.” La voz de Ninym se
interpuso como tratando de detenerla. “Me temo que el sol se pondrá dentro de poco.
Debemos prepararnos para la ceremonia, y creo que sería mejor que regresara a su
mansión.”
“Ah… tienes razón. Parece que hemos estado hablando por bastante tiempo.”
Falanya dijo con sorpresa mientras miraba fuera de la ventana.
El tiempo había fluido durante la fiesta de té de la cual inicialmente había estado
cautelosa.
Ninym y Lowellmina se lanzaron dagas entre ellas mientras Falanya continuaba
mirando hacia afuera. Unos segundos después, Lowellmina suspiró, señalando su
derrota.
“Estoy reacia a tener que despedirme, pero parece que es tiempo. Aun así, esta
conversación solo ha confirmado aún más que Natra es un irremplazable aliado del
Imperio.” Lowellmina sonrió y extendió su mano.

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“Por la amistad entre nuestras naciones, ciertamente, espero que podamos hablar
nuevamente en el futuro, Princesa Falanya.”
“Por supuesto, princesa Lowellmina.” Falanya la alcanzó, y las dos sacudieron sus
manos con firmeza.
Ninym las vigilaba de cerca.

♦◊♦

“Whew——Estoy molida.”
Falanya se dejó caer en la cama tan pronto como regresaron a su habitación en la
mansión.
“Hizo un buen trabajo el día de hoy, Princesa Falanya. Aunque esto está al borde de
lo poco femenino.”
Falanya rodó sobre la cama. “Está bien. Eres la única mirando, Ninym.”
“Me temo que no es el caso. ¿Cierto, Nanaki?”
Nanaki Ralei. El guardián de Falanya y su asistente.
“¿Me llamó? …Whoa.” Con una mano, atrapó la almohada que llego zumbando
hacia él.
Él trazo el camino del proyectil de regreso hacia la fuente y vio a Falanya, raja
brillante, arreglando el dobladillo de su atuendo.
“¡Ugh! ¡Fuera, Nanaki!”
“……” Nanaki la entregó la almohada a Ninym, pensado para sí mismo que esto
fue muy injusto, considerando que él solo entró por que lo llamaron.
“Urg… Algunas veces olvido que Nanaki está ahí.”
“Es prueba de que es un excelente guardia. Aunque debería advertirle sobre algunas
cosas como asistente.” Ninym le lanzó una mirada seca mientras le pasaba la almohada
a Falanya.
La princesa la apretó. “…Hey, Ninym, ¿La conversación entre la Princesa
Lowellmina y yo fue bien?”
“Por supuesto. Yo solo estaba ahí por si acaso, pero como vasalla, admiré como
mantuvo la frente en alto incluso frente a la Princesa Lowellmina.”

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“Pero realmente quede atrapada en la conversación… ¿No dijo Wayne que debería
mantener mi distancia de ella?”
“Sí. La Princesa Lowellmina desea que Natra se una a su causa. Pero sería más
prudente como reino mantener una distancia segura de la pelea por el trono. Dicho eso,
la única cosa importante ahora para usted es asistir a la ceremonia y regresar a casa con
seguridad. Con ese fin, el Príncipe Wayne dijo que no le importaba si nos desviábamos
un poco en el proceso.”
“Eso es verdad, pero…”
Si era posible, Falanya quería que Wayne la elogiara por actuar de manera
admirable. Ella era su hermana menor, después de todo.
Ninym lo entendió. “Por supuesto, creo que es maravilloso que se esté esforzando
por dar su mayor esfuerzo, y yo haré lo que sea que pueda para apoyarla. Pero estamos
hablando de Príncipe Wayne. Él estará feliz al poder depender de usted, incluso si hay
algunos retrasos.”
“¿...Realmente piensas eso?”
“Sí.” Ninym asintió con confianza.
Falanya le mostró una tímida sonrisa. “Hee-hee. Bien. Entonces dejaré que Wayne
me complazca.”
“Eso es lo mejor.” Ninym le sonrió de vuelta. “Se está haciendo tarde. ¿Se irá a la
cama pronto?”
“Todavía no. Me gustaría continuar despierta por un rato. Ninym, ¿Te quedarías
aquí para hablar?”
“Entendido. Puedo traernos algo para beber.”
“Gracias.”
Ninym hizo una reverencia y salió en silencio de la habitación.
Falanya apachurró su almohada y se acostó sobre la cama. “Sé que acabo de decir
eso, pero realmente quiero llevarle a Wayne algunas buenas noticias.”
Para hacer eso, tenía que ser firme, incluso en su primera ceremonia en el extranjero.
No podía dejarse llevar por toda la dulce charla como lo había hecho hoy.
“…Oh cierto…”
Falanya había recordado algo de la fiesta de té.
Estaba muy agradecida de que Ninym hubiera intervenido antes de que
accidentalmente dejara escapar algo a Lowellmina.
No era algo que debería ser dicho en frente de un dignatario extranjero.

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“No podía decirle que solía tener miedo de mi hermano porque apenas parecía un
humano…” Susurró para sí misma.
Nadie estaba ahí para escuchar su conversación mientras las débiles palabras se
desvanecían en la noche de Mealtars.
La ceremonia que pronto probaría que esta era la ciudad de las ideas en conflicto se
acercaba cada vez más.

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† Capítulo 3 ‡ Los Tres Príncipes Imperiales †

“—Permítame explicarlo nuevamente.”


Unos cuantos días habían pasado desde su fiesta de té con Lowellmina. El carruaje
se balanceaba mientras pasaba por la ciudad. Ninym le hablaba a Falanya, quien estaba
sentada frente a ella.”
“Usted asistirá a la ceremonia para conmemorar el quinto aniversario de la unión de
Mealtars con el Imperio.”
“No a la cumbre de la familia Imperial.”
Ninym asintió. “Esa reunión es exclusivamente para ellos. Los extranjeros no
pueden participar u observar. Lo que significa que no hay una razón real para que todos
estén aquí. Pero los príncipes deseaban reunir a las personas más influyentes en el
mismo lugar. La ceremonia sirve como un pretexto para reunirlos a todos.”
Lo que los invitados importantes sabían. Ellos habían venido por otras razones:
para formar lazos con los príncipes Imperiales, para evaluar su competencia, para
satisfacer su curiosidad, etcétera.”
“La ceremonia consiste de un simple saludo y un discurso de felicitación. El evento
principal es la cena para los invitados de honor e invitados. Allí, intentaremos saludar a
las estrellas de la noche: el príncipe mayor, Demetrio, el del medio, Bardloche; y el
príncipe más joven, Manfred. En cuanto a sus apariencias e ideales esperados…”
“Todo está bien. Recuerdo lo que me dijo Wayne,” Falanya dijo asintiendo con
valentía.”
Sus nervios están escritos por toda su cara.

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Ninym la amonestó con ligereza. “Es solo un saludo. No necesita estar tan
nerviosa.”
“…Lo sé, pero no puedo evitarlo.” La princesa hizo un puchero. “Si pudiera,
también me gustaría detener el temblor de mis manos. Pero entonces empiezo a pensar
si puedo llevar a cabo todo esto, y yo…”
No era sorpresa, considerando que estaba a punto de embarcarse en su primera
aventura significativa en su vida. Sin embargo, Ninym no podía dejar que la chica
colapsara por la presión.
“En ese caso, ¿Qué tal si pretende ser el Príncipe Wayne?”
“¿A qué te refieres?”
“¿Cómo cree que actuaría el en un escenario?”
“Hmm…” Falanya escarbo entre todas sus memorias observando a Wayne desde a
tras de la escena.
Su hermano era amble y confiable. Incluso cuando estaba totalmente preocupado,
nunca lo había visto temblar de miedo como ella lo hacía. Su espalda siempre era la más
recta cuando la situación se podía más difícil. Él mantendría su cabeza en alto, inflaría
su pecho, y sonreiría.
“……” Falanya presionó las comisuras de sus labios hacía arriba con sus dedos.
“¿Qué piensas? ¿Estoy sonriendo como Wayne?”
“Se ve un poco tensa.”
“…Necesitaré practicar.”
“Parece que sus manos dejaron de temblar.”
Falanya revisó para ver si era verdad. Todavía había tensión en su núcleo, pero sus
dedos ya no estaban temblando.
“Ninym, daré lo mejor de mí y me aseguraré a través de esto.”
“Estoy segura de que lo hará,” Ninym dijo respetuosamente, “Ni yo ni el príncipe
Wayne tenemos alguna duda que de cumplirá su papel.”
El carruaje se detuvo lentamente. Ellas podían ver un gran edificio afuera de la
ventana. Era la Casa de Huéspedes del Estado, un hito en Mealtars. La gente ya se estaba
reuniendo adentro. Mientras Falanya observaba con asombro la estructura extranjera,
los sirvientes de la ciudad abrieron la puerta de carruaje.
“¿Bajamos, Su alteza?” instó Ninym.
Falanya aspiró profundamente y asintió con firmeza.

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♦◊♦

Desde el momento que pusieron un dentro del lugar del evento, fue como si hubieran
entrado a otro mundo.
Cada superficie disponible de las paredes estaba meticulosamente decorada con
piezas intrincadas. El candelabro casi lucía como una joya suspendida en el cielo,
haciendo que todos se maravillen de su artesanía. Bañaba el salón en una luz suave,
dando al suelo pulido un indescriptible fulgor.
Era un banquete. Las mesas estaban cubiertas con máteles nuevos y decorados con
centros de mesa florales. Deben haber sido importados. Su dulce néctar acariciaban las
narices de los invitados, llenado el salón con una esencia poco común.
Incluso los asistentes estaban adecuadamente elegantes para la ocasión, aunque era
de esperarse.
Después de todo, esta cumbre estaba íntimamente conectada al futuro del Imperio
y de las naciones subyacentes. ¿Deberían confiar en el Imperio o Abandonarlo? ¿Quién
sería un buen aliado? ¿Quién podría convertirse en una amenaza? Aquellos que
asistieron estaban aquí para evaluar eso.
“No se sienta intimidada, Su Alteza,” susurró Ninym desde atrás.
“Sí, lo sé.” Falanya dio un paso adelante.
Sonríe, Falanya. Piensa en Wayne.
Dos pasos. Tres pasos. Ella puso firme la espalda y lució su mejor sonrisa.
Las personas alrededor de ella comenzaron a murmurar.
“Que señorita más encantadora. ¿De dónde es ella?”
“No creo haberla visto jamás. Pero parece se ve bien educada.”
“Acompañada de una asistente Flahm. Una rareza.”
“Hablando de los Flahm, escuché que ocupan puesto vitales que sirven a la familia
real.”
“Entonces ella debe ser—”
“Princesa Falanya.” un par de zapatos tintinearon ante ella. “No la he visto desde
nuestra fiesta de té. ¿Cómo ha estado?”
Era la princesa del Imperio de Earthworld, Lowellmina.

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La multitud realmente comenzó a zumbar. Por supuesto. Ella era una de las
invitadas de honor. Todos los presentes se encontraban observando cuidadosamente
cada uno de sus movimientos. Y cualquier error aquí sería imperdonable.
“—Sí, por supuesto. Vergonzosamente, tengo demasiada energía,” Falanya
respondió luego respirar hondo.
Lowellmina sonrió. “Ya veo. Estaba preocupada por su salud cuando escuché que
esta era su primera visita a una nación extranjera. Pero veo que todas mis
preocupaciones fueron para nada.”
“Estoy agradecida por su preocupación. Mi tiempo en el imperio ha sido bastante
agradable hasta ahora.”
Falanya se la había arreglado para llegar a esta inofensiva respuesta cuando una
tercera voz las interrumpió.
“—Como ciudadano de Mealtars, no podría recibir más grande honor.”
Era un hombre de mediana edad. No parecía conocido.
Mientras Falanya consideraba quién podría ser, Lowellmina lo presentó. “Este es el
Alcalde de Mealtars, Cosimo.”
Él dio una reverencia. “Es un placer conocerla, Princesa Falanya.”
Falanya hizo una reverencia en respuesta. “Es maravilloso conocerlo, Alcalde
Cosimo. Gracias por invitarme a esta ceremonia.”
“Como una aliada del Imperio de Earthworld, es natural que recibiera una
invitación. Es desafortunado que no fuéramos capaces de conocer al rumoreado Príncipe
Wayne, pero—” Él le ofreció una sonrisa gentil. “Nunca pensé que su remplazo sería
tan encantadora. Debo instruir a mis subordinados para que ofrezcan una mejor
bienvenida más cordial.”
“Me halaga. Como era de esperarse de un alcalde de una ciudad comercial.”
“No, en lo absoluto. En mi juventud, no era el mejor en mi trabajo. Después de todo,
carecía de las habilidad más esencial de un comerciante: la habilidad de mentirle a un
cliente.”
“No deje que se burle de usted, Princesa Falanya. Sabe lo que dicen, ¿estudia una
religión para conocer a Dios, y estudia bajo el ejército Imperial para luchar? Bueno,
deberías estudiar bajo el mando de Cosimo para volverte rico.”
“Y para los jóvenes inquietos, les diría: Que hagan tratos honesto.”
“Hee-hee. Si eso fuera verdad, su libro mayor solo tendría una cubierta, Alcalde
Cosimo.”

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“Es la cosa más extraña. Si siquiera aparto mis ojos por un segundo de este, todas
las páginas en mi libro mayor se pierden. Las hadas deben estarme jugando una broma.”
Falanya explotó de risa.
A lado de ella, Lowellmina mostró una maquiavélica sonrisa. “Oh, he escuchado de
esas hadas. Si recuerdo correctamente, visitan a los comerciantes deshonestos por la
noche.”
“¡Ya veo! Bien, he escuchado que en ocasiones escogen a la persona incorrecta.”
Cosimo negó con el cabeza, consternado.
Lowellmina se estaba riendo mientras se inclinaba hacia Falanya. “¿Qué piensa?
Realmente debería tener mucho cuidado en no bajar la guardia cerca del Alcalde
Cosimo.”
Falanya tocó hombros con Lowellmina. “Parece así. Si le das la oportunidad, te
engañara antes de que lo sepas.”
Mientras las dos la observaban, Cosimo sonrió con ironía y dejo caer sus manos en
derrota.
“Me temó que he caído en su desfavor. Me retiraré hasta que mis asuntos financieros
se hayan puesto en orden—Por favor disfruté del banquete, Su Alteza.”
Con una reverencia, Cosimo dejó a las dos y fue a mezclarse con otros invitados.”
Falanya dejó escapar un suspiro interno de alivio. Ella estaba sorprendida luego de
ser embrollada repentinamente en una conversación, pero como se esperaba del alcalde,
era inteligente e ingenioso. La interacción finalmente la había tranquilizado.
“Bueno,” dijo Lowellmina, interrumpiendo sus pensamientos. “Ahora que hemos
tenido un momento agradable con el Alcalde Cosimo, Princesa Falanya, permítame
guiarla hacia donde nuestros invitados de honor ya que ha recorrido todo este camino.”
Esta propuesta parecía haber venido de la nada.
Los invitados de honor. Los tres príncipes Imperiales. Falanya miró hacia el centro
del área de recepción. Había estado llena de gente desde que ella había llegado. Se
imaginaba que los príncipes estaban en el medio de esta.
…¿Qué debería hacer?
Cumplir su deber significaba irrumpir entre la multitud y pararse ante ellos. Pero el
mar de gente estaba conformado de figuras influyentes con reputaciones establecidas.
Falanya estaba preocupada de sí realmente podía inyectarse en esa conversación.
Pero el banquete no iba a durar para siempre. Los príncipes tenían que tener sus
propias preparaciones que hacer antes de la cumbre. Si era descuidada, perdería su

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oportunidad. Pero si Lowellmina estaba actuando como su intermediaria, Falanya podría
aprovechar al máximo esta conversación. En el otro lado, si Lowellmina era quien la
introducía, los demás invitados notarían la cercana relación de Natra y la princesa
Imperial.
¿Debería priorizar su objetivo? ¿O Debería apuntar a resolver las cosas por su
cuenta?
Falanya estaba llena de una indecisión momentánea, pero antes de que pudiera
llegar a una conclusión, Lowellmina gentilmente tomó su mano.
“Bien entonces, vayamos.”
“Espera. Qué—”
Lowellmina estaba actuando como si esto no fuera gran cosa, y Falanya la comenzó
a seguir por reflejo. Dos o tres pasos más tarde, la joven princesa se dio cuenta que no
tenía elección en el asunto.
¡Me-me tiene…!
Con Lowellmina arrastrándola, las Princesa Falanya hizo su camino hacia los
príncipes. Lucia simple en la superficie. Pero había múltiples capas e implicaciones para
esta situación.
Lowellmina se las había arreglado para bajar la guardia de Falanya al ponerse de su
lado durante su conversación con Cosimo. Y cuando eso sucedió, Lowellmina se
abalanzó.
Algo nerviosa, Falanya estiró su cuello para mirar a Ninym, quien sacudió la cabeza.
Si la princesa hacia a un lado la mano de Lowellmina, llamaría la atención de todos
alrededor de ella. Solo llevaría a complicaciones innecesarias.
U-um… Debería encontrar una buena razón para soltarla…
Falanya trató de pensar en algo, pero Lowellmina ya estaba un paso delante de ella.
“Princesa Falanya, ¿Cuánto sabe acerca de mis hermanos mayores?”
“U-um, hasta cierto punto.”
“Oh, ¿Es eso verdad? ¿Cómo son percibidos en Natra?”
“Um, bueno.”
Lowellmina empezó a soltar una tormenta de temas aleatorios.
Falanya estaba tratando de responder y simultáneamente pensar en un buen plan.
Pero eso no resultó muy bien.
Suficiente, ¡No puedo ordenar mis pensamientos! Falanya estaba gritando por
dentro.

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Lowellmina se estaba metiendo en el cerebro de Falanya al sobrecargarla con
información. Y lo peor de todo, Falanya sabía que no había nada que pudiera hacer.
¡Es la peor! Falanya sintió una ráfaga de indignación, al mirarla.
Como no era de extrañarse, Lowellmina lucía calmada.
Durante este intercambio, llegaron al frente de la multitud de personas. Falanya
observaba mientras la multitud se partía cuando notaron a Lowellmina. Parados ante
ellos estaban tres hombres.
“—Mis queridos hermanos. ¿Pudo tener un momento de su tiempo?” Lowellmina
los llamó.
Todos los ojos cayeron en ella.
Falanya no tenía más opción que seguir adelante con esto. Ella se armó de valor.
“¿Qué es esto, Lowellmina?” uno de los hombres habló.
Él sonaba como si estuviera de mal humor, pero Lowellmina pretendió no notarlo.
“Quiero presentarles a alguien,” Ella incitó, empujando a Falanya hacia los tres.
Estos son los príncipes del Imperio—
El príncipe mayor, Demetrio. Sus prendas eran las más llamativas. Él parecía
menospreciar a ella y a Lowellmina.
El príncipe del medio, Bardloche. Él tenía la constitución de un hombre del ejército
y una profunda cicatriz en su rostro. Él las miraba con ojos agudos.
El príncipe más joven, Manfred. Era joven, tal vez un poco mayor que Wayne, con
características elegantes. Él la miraba con curiosidad.
“—Es un placer conocerlos. Soy la princesa heredera del Reino de Natra, Falanya
Elk Arbalest.”
Mientras baja la cabeza para dar una reverencia a los príncipes, ella recordó una
conversación que tuvo con Wayne antes de partir.

“—Siguiente, los príncipes Imperiales.”


Después de informarle sobre Lowellmina, Wayne había continuado con el siguiente
tema.
“Primero, el príncipe mayor, Demetrio. Como el mayor de los tres, tiene el apoyo
de las familias nobles más conservadoras. Básicamente, simplemente lo apoyaban

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debido a que era el mayor. No hay nada que sobresaltar acerca de sus habilidades o su
personalidad. Bueno, es el hijo prodigo.”
“...Un poco como Lord Gerald, quien pasó a mejor vida luego de incidente reciente.”
“No es tanto así… Espero.” Las mejillas de Wayne temblaron. Ese incidente había
sido inesperado, incluso para él.
“Siguiente, el príncipe del medio, Bardloche. Sus principales patrocinadores vienen
del ejército. Aparentemente, es un gran luchador, ya que un renombrado soldado lo
entreno desde una edad temprana. Incluso ha llevado a sus fuerzas a la batalla como un
general.”
“Hmm… Hey, Wayne, ¿Por qué no puede ser el emperador?”
Bardloche encajaba en la imagen de un emperador poderoso que muchos en el
Imperio anhelaban.
Pero Wayne sacudió su cabeza. “Él se enfoca en los asuntos militares en detrimento
de todo lo demás, posiblemente debido a su historia personal. Y tiende a faltarle el
respeto a los oficiales civiles. Quiere ser más Duro con las provincias que no se alinean,
y eso le ha hecho algunos enemigos.”
Falanya encontró esta respuesta persuasiva. Mientras aprendía mirando a Wayne,
había empezado a desarrollar un vago entendimiento acerca de la importancia del
balance al dirigir una nación.
“El último es el más joven, Manfred. Su apoyo viene de los nuevos ricos. Ayuda
que tenga una lengua de plata. Continua haciendo promesas a las personas que cumplirá
‘una vez que se convierta en Emperador,’ por lo cual se las ha arreglado para asegurar
la cooperación de varias provincias.”
“¿Está… eso bien?”
“¿Quién sabe? Tal vez mantenga sus promesas, o las declare nulas y las evite una
vez que se haga con el trono… Es el más difícil de leer de los tres. Definitivamente
deberías tener cuidado de él.”
Wayne se encogió de hombros y continuó. “Bueno, todos los príncipes están en el
mismo bote. Su apoyo ha disminuido, debido a que se equivocaron en una rebelión
fallida y la princesa había actuado bien. Están apuntando a la cumbre como su
oportunidad de hacer un regreso. Estás planeando utilizarla como una oportunidad de
persuadir a cualquier invitado importante, Mealtars, y Lowellmina para que se unan a
sus facciones.”

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“Ah, eso es cierto. Los príncipes no se han dado cuenta que su verdadero objetivo
y aun así la ven como alguien a quien ganarse.”
Este descuido podía ser atribuido a que Lowellmina se posicionó de la manera
correcta. Ellos la aplastarían si fuera un rival obvio compitiendo con ellos por el trono.
Pero había realizado un habilidoso trabajo al enmarcarse a sí misma como una princesa
que simplemente actuaba por amor a su nación. Cada príncipe estaba planeado hacer
que se una a su lado, para que la reputación de su facción se elevará. Por esta razón. No
podía permitirse actuar de manera imprudente. Falanya pensó que era diabólico.”
“Además, no están reuniendo a demasiados peces gordos para ganarse su apoyo:
ellos quieren ejercer domino sobre el Imperio mientras está montado por la agitación.”
Ha pasado un año desde que el Imperio de Earthworld perdió a su emperador. Pero
los príncipes se quedaron en un punto muerto, y el siguiente gobernador todavía no se
había decidido. Naturalmente, la nación entera estaba en un estado de perpetua ansiedad.
Ellos habían invitado personas para esta cumbre que normalmente solo sería
atendida por los herederos legítimos al trono para probar que su influencia no se había
desvanecido—y para enseñar que eran lo suficientemente maduros para resolver esto
con palabras.
“En cualquier caso, eso resume a los tres príncipes. Cuando los conozcas, me
imagino que te estudiaran de cerca para medir la relación de Natra y Lowellmina—y
para ver si pueden socavarla.”
“E incluso si lo intentan, no se los permitiré.”
“Exactamente.”
Wayne acarició el cabello de Falanya.
“Asegúrate de no bajar la guardia. Estarás rodeada de personas que no conoces, así
que estarás bajo mucha presión. Y no olvides ser cuidados. Contigo luciendo tan bonita,
me imagino que los hombres intentaran hablar contigo fuera de la esfera política.
Recházalos.”
“Por favor, Wayne. No necesitas decírmelo dos veces.” Las mejillas de Falanya se
hincharon mientras miraba a su sobreprotector hermano.
“Lo sé. Pero los hermanos mayores siempre se preocupan por esta clase de cosas,”
dijo Wayne, todavía acariciando su cabello.

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Devuelta al presente.
Con los ojos de los príncipes y la multitud murmurando sobre ella, Falanya
finalmente entendió por qué los miedos de Wayne no habían sido infundados.
Falanya había aparecido una justa cuota de grandes multitudes en bailes y otros
eventos en Natra. Pero el peso que sentía actualmente sobre sus hombros amenazaba
con aplastar esas humildes experiencias.
…Pero…
Su hermano le había confiado un deber importante. Este no era momento para estar
asustada.
Falanya miro directo a los tres príncipes.
“—Bueno, eso es una sorpresa.”
El primero en hablar fue el príncipe más joven, Manfred.
“—Había escuchado su nombre, Princesa Falanya, pero nunca esperé que fuera tan
encantadora. Desearía que nos hubiéramos conocido antes,” observó con la ligera y fácil
elocuencia de un músico maestro.
“¡Oh!” él entonces exclamó dramáticamente. “Por favor perdóneme. Soy el príncipe
más joven del Imperio de Earthworld, Manfred Earthworld. Es un placer conocerla,
Princesa Falanya.”
“ES un placer conocerlo, Príncipe Manfred.”
El siguiente se presentó en voz baja.
“Yo soy Bardloche, el segundo príncipe… Veo que la hermana menor del
rumoreado Príncipe Wayne vino en su lugar.”
“Estoy totalmente terriblemente apenada. Como príncipe regente, fue incapaz de
alejarse de sus varios deberes.”
“Eso he escuchado. Parece que realmente le enseñó al oeste una o dos cosas. Pensé
que tendría una oportunidad de hablar con él. Eso fue desafortunado.”
El último en ofrecer sus comentarios fue el hostil príncipe mayor.
“… Soy el príncipe mayor de Earthworld, Demetrio.”
Algo sobre su voz señalaba que estaba disgustado.
“Gracias por venir desde el lejano norte. Pero es un evento crucial para el Imperio
y nuestras naciones aliadas. Al enviar a la princesa heredera…”
Sus ojos se clavaron en Falanya.
“…me lleva a pensar que no estás menospreciando.”
“No, nunca lo…”

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Eso dejo aturdida a Falanya. Ella había esperado que él sería abiertamente acogedor
para ganarse a la gente, pero Demetrio había probado que estaba equivocada.
El enjambre de invitados influyentes parecía igualmente sorprendido. Ellos deben
haber esperado que él cortaría su alianza o haría algo igualmente drástico debido a que
le prestaron especial atención a esta tensa conversación.

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“De todas las cosas por decir—”
“Hemos invitado a Natra a una ceremonia para celebrar la unión entre Mealtars y el
Imperio. Sé que es desafortunado que no podamos conocer al Príncipe Wayne, pero creo
que es cruel considerarla indigna de tu tiempo.”
Todos sabían el verdadero propósito de la reunión: la Cumbre de los Hijos del
Imperio, un asunto de suma importancia para el Imperio. Pero en la esfera pública, ellos
se había reunido por otra razón—para esta ceremonia—lo cual Lowellmina le acaba de
recordad a Demetrio.
Él la miró en silencio. Pero ella no se acobardo, encontrando su mirada y
presionándolo aún más.
“¿No estás de acuerdo, Manfred?” ella le preguntó a otro príncipe.
Encontrándose a sí mismo en la conversación, Manfred rápidamente inspecciono la
escena y se encogió de hombros.
“Parece que hemos atrapado a Demetrio de mal humor. Por aquí, Princesa Falanya.
Venga conmigo. Hablemos.”
Parecía que Manfred había decidido que sería más estratégico acercarse a Natra que
seguir el ejemplo de Demetrio. Manfred extendió su mano con gentileza hacia Falanya.
No obstante, no era como si Bardloche iba a permitir que esto sucediera sin decir
nada.
“Espera, Manfred. Estoy interesado en escuchar que es lo que Natra tiene que decir.”
“Bardloche, te espera un choque de realidad: sé que eres un idiota belicista, pero,
¿Alguna vez has escuchado sobre ‘espera por tu turno’?”
“En ese caso, deberías concedérmelo, hermanito.”
Justo cuando Lowellmina había ayudado a Falanya hacerse a un lado del asalto
verbal de Demetrio, los príncipes Imperiales habían introducido una nueva fuente de
tensión entre Bardloche y Manfred. Falanya no podía seguir el ritmo a todas estas
vueltas y giros repentinos.
“—Su alteza,” Ninym susurró en su oído desde atrás. “Si nos quedamos aquí, nos
veremos atrapadas en su discusión. Deberíamos irnos ahora.”
“¿P-pero que debería decir?”
“¿Qué tal algo como esto…?” Sugirió Ninym.
Falanya asintió con su cabeza y se giró hacia Manfred.
“Príncipe Manfred, me siento halagada por su invitación, pero pido que le conceda
este honor a alguien más por el día de hoy.”

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“¿Me considera un desagradable compañero de charla?”
“Recientemente no—” dijo Falanya antes de tomar la mano de Lowellmina. “Ya le
he prometido a la princesa que apartaría tiempo para hablar con ella.”
“¿Qué?” Lowellmina miró sorprendida.
“Hmm…” Manfred ofreció, buscando por un verdadero motivo.
Ya que Lowellmina había sido quien hizo la presentación, Falanya ya se había dado
cuanta que sería difícil negar que existía una cercana relación entre Natra y Lowellmina.
Dada la situación, Falanya decidió que era mejor ir con todo y utilizar a Lowellmina
como una excusa para retirarse.
Basados en su actual política en mantener la distancia de la pelea por el trono, era
un último esfuerzo desesperado por parte de Natra. Peor también era la mejor salida.
“—Eso es correcto. Estoy muy apenada, Manfred,” dijo Lowellmina.
“Ya veo… Bueno, una promesa es una promesa.”
El príncipe asumió que Falanya había sido parte de la facción de Lowellmina desde
el comienzo. No era una petición rara. Además, Lowellmina se beneficiaba al pretender
que tenían una alianza establecida. Tampoco había razón para que ella dejara pasar esta
oportunidad.
“Bien, ahora que te he presentado a mis hermanos, sigamos nuestro camino,
Falanya.”
“Sí, por supuesto. Por favor, discúlpenme.”
Falanya hizo una reverencia y se unió a Lowellmina. Ellas caminaron juntas hasta
los márgenes exteriores del salón. Tan pronto como estuvieron fuera del alcance de los
oídos, Lowellmina comenzó a reír.
“Hee-hee. Hiciste bien sacándonos de allí.”
“……”
Aunque solo habían logrado escabullirse debido a que Lowellmina había seguido
con su plan, era su culpa en primer lugar pro arrastrar a Falanya hacia los príncipes. El
príncipe menor se sentía en conflicto por todo esto.
Falanya había tenido éxito al presentarse a los príncipes. Lowellmina había tenido
éxito en hacer gala de una cercana relación con Natra. En otras palabras, ambas habían
cumplido sus objetivos. Todo lo que quedaba era disfrutar de las ofertas culinarias del
banquete y mezclarse con los invitados regulares, y entonces Falanya, ¡finalmente sería
libre! Aunque si hubiera sido honesta, la conversación con los príncipes ya hubiera
agotado toda su energía.

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Ella debe haber sido un libro abierto, porque Lowellmina le lanzó una sonrisa seca.
“Podría ser mejor que descansara por un rato. Iré a conversar con los otros invitados.
Mis hermanos están atrapados por sus seguidores, y me imagino que no la molestaran
de nuevo en la sala de recepción. La veo luego,” Lowellmina dijo antes de irse.
Cuando estaba fuera de su vista, Falanya dio un pesado suspiro.
“Hff…”
“Lo hizo bien el día de hoy, Princesa Falanya,” dijo Ninym a su lado.
Falanya se volvió tímida. “Hey, Ninym, Yo, um…”
“No necesita hacer poner esa cara. Actuó maravillosamente.”
“……”
El rostro de Falanya se relajó por un instante, pero rápidamente se sintió
insatisfecha.
Lowellmina la había superado. Como la hermana menor de Wayne, Falanya
esperaba poder informarle algo que valga la pena, pero ahora estaba llena de
arrepentimiento.
Después de todo, era la primera vez que Falanya lidiaba con la diplomacia
extranjera.
Eso obligó a Ninym a decir, “La diplomacia a menudo se enreda por los
pensamientos individuales y emociones intensificadas, así que es razonable que las
cosas no siempre vayan según lo planeado. Por ahora, deberíamos alegrarnos por haber
cumplido nuestra meta.”
“…Tienes razón, Ninym.”
Falanya entendió que los resultados nunca eran seguros. Ella se sentía culpable, pero
eso no iba a llevarla ningún lugar.
“Creo que descansare por ahora. Y cuando me sienta mejor, podemos pensar en
maneras de ayudar a Wayne.”
“Sí, ese es el espíritu.” Ninym sonrió antes de que sus ojos se desviaran hacia la sala
de recepción. “…Princesa Falanya. Me temo que debo dejarla por un momento.”
“¿Qué sucede?”
“Tengo asuntos que atender. Regresaré pronto. Por favor, no se preocupe… Nanaki,
cuida a la princesa hasta que regrese.” Ninym dio media vuelta y se apresuró hacia el
salón.
Nanaki instantáneamente apareció a su lado, y Falanya inclinó su cabeza en
confusión.

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“¿Me pregunto qué le molesta a Ninym?”
“Pues no lo sé.”
“Hmm… Hey, Nanaki, ¿Qué estás comiendo?”
“Un pastel. Tienen más por ahí. Están bastante buenos.”
“Quiero uno,” dijo Falanya, y camino con Nanaki hacia la mesa.

Más allá de la sala de recepción había un camino el cual Ninym seguía. Luego de un
rato, ella llegó a un jardín.
Parada en su entrada se encontraba una sola mujer. Ninym conocía su cara muy
bien. Era la asistente de Lowellmina, Fyshe Blundell.
Al notar a Ninym caminado hacia ella, Fyshe se hizo a un lado y señaló dentro del
jardín. Ninym entró. A lado de la fuente estaba Lowellmina.
“Si es Ninym. Que coincidencia que nos encontremos aquí.” Lowellmina
genuinamente lucía sorprendida.
Ninym suspiró. “Dice quien se mantuvo lanzándome miradas.”
Cuando Lowellmina se había alejado de Falanya, ella le había lanzado a Ninym una
mirada significativa desde el rabillo de su ojo.
“Hee-hee, estoy bromeando. ¿Estoy en lo correcto al imaginar que fuiste tú quién
ideo el plan de Falanya?”
“Wayne me dijo que le diera el suficiente espacio posible, pero en una situación
como esa…”
“Apuesto a que estabas sorprendida de que Demetrio se atreviera a decir tales cosas
en su cara.”
“Nuestra alianza casi se desmorona. Honestamente, ¿En que estaba pensando?”
Ninym podía entender que si esto hubiera sucedido después de que el Imperio se
hubiera establecido. En ese escenario, él podría haberle declarado la guerra a Natra por
algo aleatorio y podría haberlos destruido en su tiempo libre. Pero él había tratado de
hacer más enemigos mientras las ascuas de la guerra civil aún estaban calientes. Era una
locura.
Lowellmina respondió su pregunta impecablemente. “Es simple: es el hijo mayor.
Wayne lo está haciendo bien el Natra, y su pequeña hermana había venido en su lugar.”
“…Todavía no lo entiendo.”

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“Se trata del orgullo. Él es príncipe mayor del Imperio de Earthworld— ¡El poder
más grande del lado oriental del continente! Pero su reputación no es la mejor, y parece
que sus hermanos menores pueden destituirlo. Encima de eso, ¡su aliado del norte se
está desempeñando bien en el Este y en el Oeste! Además, ¡El Príncipe heredero Wayne
es más joven que él! Y para empeorarlo todo, ¡el Príncipe Wayne ha enviado a su
hermanita a la reunión donde Demetrio podría ser coronado como Emperador! Mi
hermano mayor debe encontrar esto intolerable.”
“…No llamaría a eso racional.”
“Si hubiera nacido con un cerebro, ya hubiera estado sentado en el trono en este
momento,” Lowellmina dijo con una risita.
Ninym dejó escapar otro suspiro y cambio de tema.
“Bien, dejémoslo ahí. ¿Qué negocios tiene conmigo? No quiero dejar a la princesa
Falanya sola por mucho tiempo. Por favor se breve.”
“¡Hey! ¿Quién es más importante para ti: yo o la princesa?”
“La Princesa Falanya. Eso debería ser obvio.”
“¡Aww! ¿Cómo pudiste, Ninym?”
“……” Ninym permaneció en silencio y dio media vuelta.
“Ah, espera. Tiempo fuera. Solo bromeaba.”
“Estoy ocupada.”
“No puedo creer que sea tan fría después de que estuvimos tanto tiempo sin vernos.
¡Pero eso es lo que me encanta de ti!—¡Oh, por favor no te vayas!”
“Si no vas a ir directo al punto, le informare a Wayne que Gordellmina ha doblado
ha doblado su peso.”
“¡Eso es acoso!… Bien. Es obvio que hay solo una cosa por la que te llamé: ¿Te
gustaría hacer un trato?”
“¿Qué clase de trato?”
“Quiero que la Princesa Falanya declaré abiertamente que Natra me apoya.”
Ninym entrecerró los ojos. “¿Acaso no es bien conocido que tienes conexiones con
Natra?”
“Sí, gracias a ti. Pero necesito más empuje. Hubiera sido una cosa si el líder en
funciones de Natra realmente hubiera venido y hecho lo mismo que la Princesa Falanya.
Pero todos se preguntan si ella representa la posición oficial de Natra.”
“……”

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Ninym entendía lo que trataba de decir. Esta era la primera incursión diplomática
de Falanya. Aparte de eso, era la primera vez que otras naciones tenían una oportunidad
para interactuar con ella.
En otras palabras, nadie sabía su posición como diplomática—o si siquiera tenía la
habilidad para influir en su propia nación en lo absoluto.
Si hubiera cumplido una promesa hecha a otra nación como representante de Natra,
tendría más valor como diplomática. En la otra mano, si no tuviera voz en la política
internacional, Falanya sería reducida a un espectáculo para los ojos adoloridos y no
mucho más.
Por supuesto, sería difícil de imaginar que alguien de la familia real no tuviera un
impacto…pero las otras naciones deben pensar que no puede representar
completamente al reino, ya que Wayne es el líder oficial.
Era por eso que el empujo final era necesario, Lowellmina quería un declaración
pública de que Natra se pondría de su lado. Si un miembro de la familia real hiciera tan
declaración, no habría lugar para las dudas.
“¿Crees que podrías hablar bien de mí, Ninym?” Lowellmina lo hizo sonar como si
estuviera pidiendo un favor pequeño.
Con sus finas características, ciertamente lucía muy dulce.
Pero Ninym se mantuvo calmada. “¿Qué recibiríamos en retorno? Me imagino que
preparaste algo para sostener tu parte del ‘trato’”
“Por supuesto. Por cierto, ¿Qué crees que es? Si respondes correctamente, te diré
un poco de información extra.”
“No me importa. Solo dime.”
“Hmph. Que sea así entonces.” Lowellmina frunció los labios con decepción. Y en
el siguiente momento, sus ojos albergaban algo terrible.
“Es acerca de la cumbre.” Sus labios se curvaron en una sonrisa. “¿No quieres saber
más acerca de la reunión en la que solo asistiremos los príncipes y yo?”
“……”
Si Ninym hubiera sido un pez gordo, ella se habría abalanzado sin perder la
oportunidad.
Después de todo, estaban hablando sobre la reunión privada que literalmente podría
decidir el futuro del Imperio. ¿Qué acuerdos se cerrarían? ¿A dónde los llevarían sus
elecciones? No era una exageración decir que cada palabra que se dijeran dentro de
aquellas puertas cerradas valía una fortuna.

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Fue audaz por parte de Lowellmina elegir este momento para jugar su mano. Estaba
claro que tenía sus ojos puestos en Natra y que ahora era la mejor oportunidad para
regatear con su objetivo.
“…Ciertamente son inteligentes.”
“No diría eso,” Lowellmina respondió reflexivamente. Un instante después. “…
¿son inteligentes?”
Lowellmina instantáneamente se puso en alerta.
Ninym repentinamente estaba sonriendo. “Sabes, Wayne preparo una respuesta en
caso en que salieras con un trato, Lowa.”
Había dos caminos potenciales. Uno era donde Falanya desviaría los avances de
Lowellmina y mantendría una distancia segura de la batalla por el trono. La otra era
donde Lowellmina conseguiría lo mejor de ellos y Natra sería considerado su potencial
aliado.
Wayne había anticipado que Lowellmina sacaría a relucir esta moneda de cambio,
sin importar en el camino que estuvieran.
“¿…Qué es lo que dijo?”
Ninym ofreció la respuesta de Wayne. “Lo diré literalmente. ‘Retroceder. No
necesito un trato.’”
“……” Lowellmina estuvo en silencio por algunos segundos. “Ya veo… Wayne ve
el evento más importante del Imperio como un escalón para su hermana menor.”
Entonces miró a Ninym—y a Wayne a través de su representante. “Parece que
hemos sido rechazadas.”
Ninym resopló burlonamente. “Si no quieres ser tratada de esa manera, acelera el
ritmo y escoge a un emperador. De lo contrario, nada cambiará incluso si continuas
hablando, Candidata Imperial.”
Las dos se lanzaron dagas congeladas la una a la otra por algunos segundos, lo que
era más que suficiente tiempo para que aquellos con corazón débil se desmayaran.
Lowellmina fue la primara en apartar la mirada.
“—Esto es desafortunado, pero supongo me dejas con pocas opciones. Si ese es el
caso, supongo que cambiaré mi atención a fortalecer mis planes para la cumbre.”

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“Te estaré animando.”
“Wow. Que sincera.”
“Mi corazón ya está tomado. Si no tienes nada más que decir, me retiraré.”
“Muy bien—Oh, espera un momento.” Lowellmina retuvo a Ninym antes de que
pudiera alejarse. “Ya que estás aquí, te diré la pieza extra de información que
mencioné.”
“¿Pese a que no respondí de manera correcta?”
“Míralo como un premio por participar. Préstame tu oreja.” Lowellmina susurró
algo casi ininteligible.
Los ojos de Ninym se ensancharon de sorpresa. “¿Es verdad?”
“Lo es.” Lowellmina asintió, sonriendo maquiavélicamente. “Esos dos están en su
camino.”

“Hmm…”
En una esquina del salón de recepción, Falanya gimoteaba como un pequeño animal.
“¿Bien? ¿Te diste de cuenta?” preguntó el chico al lado de ella, Nanaki.
“Puede ser…” los ojos de Falanya se centraron en un grupo en el borde derecho de
la habitación. “Parece… que el hombre por allí ha estado hablando durante todo el
tiempo, pero la gente a su alrededor no está interesada.”
“Estás en lo correcto,” respondió Nanaki. “Los invitados están acostumbrados en
mantener las apariencias. Pero tienden a poner toda su energía en mantener sus
expresiones—y descuidan presarle atención a la posición de sus pies. Mira en como
todos ellos apuntan en diferentes direcciones. Es un signo de que sus mentes están
centradas en algo más.”
Nanaki estaba en lo correcto. Ninguna de las personas alrededor del hombre que
hablaba tenía sus pies dirigidos hacia él. La mayoría apuntaban hacia el centro del
salón—hacia los príncipes Imperiales.
“¿Siempre estás mirando a las personas, Nanaki?”
“Soy un guardia. Se debe al trabajo,” respondió bruscamente. “De todas formas,
¿Por qué repentinamente me pediste que te enseñara como leer el lenguaje corporal?”
“¿Acaso no es obvio? Quiero ayudar a Wayne,” Falanya respondió, como si fuera
la única respuesta raciona. “Fallé esta vez. Debe haber sido por que deje que la Princesa

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Lowellmina controló el ritmo de la conversación. Quiero observar a los otros invitados
y aprender como tomar y mantener la iniciativa en una discusión. De esa manera puedo
utilizarlo en la siguiente oportunidad. ¿Cierto?”
“No sabes si habrá una ‘siguiente vez.’”
“Pero si la hay, seré capaz de mantenerme de pie. Quiero conseguir la revancha con
la Princesa Lowellmina.”
Los ojos de Falanya ardieron con un sentido del deber.
Nanaki lo más mínimo interesado. “En ese caso,” ofreció, “Observa al grupo por
allí. Probablemente puedas aprender algo de ellos.”
Él señaló a un reducido grupo de personas en el lado izquierdo. Aunque era más
pequeño del que estaba alrededor de los príncipes imperiales, una considerable multitud
se había reunido alrededor de una persona.
“Umm… A diferencia del otro hombre, todo los pies apuntan hacia quien está al
centro.”
“El orador es pequeño, ¿Verdad? Ser alto te ayuda a sobresalir, pero eso también
significa que es difícil si eras pequeño.”
“Para atraer a esa multitud, es persona debe ser un gran orador, ¿Cierto?”
“Y con un inteligente uso de gesticulaciones, el orador ha capturado en enfoque de
su vista y oído. Conquistar dos de los cinco sentidos es grande.”
Ahora que lo mencionaba, Falanya recordó como Wayne utilizaba el lenguaje
corporal para conseguir puntos de ventaja en sus propias reuniones. Era un buen
recordatorio para estudiar sus manierismos cuando regresara a casa.
Falanya dio un paso adelante. “Nanaki, vayamos por allá y escuchemos.”
“Espera, en frente de—”
“¿Huh? —Meep.” Ella sintió que algo rebotaba en su cara.
En el momento que se dio cuenta que se había topado con algo, estaba cayendo. Ya
podía imaginarse el estrepitoso impacto… Pero en el siguiente instante, una mano la
sostuvo por la espalda y la ayudo.
“Whoa. ¿Estás lastimada?”
Le pertenecían a un hombre que debe haber estado en el ejército. Dado que no cayó
hacia adelante a pesar que sostenía a Falanya con una mano. Su atuendo formal para la
ceremonia lucía rígido e incómodo.
“S-sí. Estoy bien.” Falanya corrigió su postura y dio una reverencia al hombre. “Por
favor, perdone mi descuido.”

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“En lo absoluto. Fue error mío por no notarlo antes. No le de importancia.” El
hombre le ofreció una sonrisa alegre. Si inhibida expresión tranquilizaba los corazones
de aquellos que la observaban.
Alguien lo llamó detrás de ellos. “—Glen, ¿Qué sucede?”
Otro hombre apareció, aparentemente un conocido del hombre militar, ya que se
llamaban por sus nombres. Esta nueva llegada emitía una faceta completamente
diferente a la de Glen.
Su atuendo formal le quedaba como un guante, y su mirada era muy astuta. Si Glen
era en típico militar, él era un típico funcionario civil.
“Oh, Strang. Nada de qué preocuparse. ¿Conseguiste lo que necesitabas?”
“Si, he terminado de hablar con el Príncipe Manfred— ¿Y quién podría ser ella?”
Strang giró para mirar a Falanya.
“Oh, ella es…” Glen disminuyó su voz. “Maldición. No se lo he preguntado
todavía.”
“…Realmente tienes que ponerte las pilas.” Strang lucía exasperado. Él miró a
Falanya. “Perdone a mi compañero. Soy Strang Nanos, gobernador general en funciones
de la provincia Imperial de Burnoch. Y él es—”
“Glen Markham, un humilde solado del Imperio.”
Ambos hicieron una reverencia.
“Falanya se presentó. “Un placer. Soy la princesa heredera de Natra, Falanya Elk
Arbalest.”
“——”
Falanya encontró sus reacciones raras. Por alguna razón, se pusieron nerviosos
después de escuchar su nombre. Por sus reacciones, podía adivinar que algo los había
aturdido.
“¿Sucede algo?”
Glen fue quien respondió, con la voz tensa. “Ah, um, no, es… Mis disculpas. Por
Natra, ¿Se refiere a la nación donde el príncipe Wayne reside…?”
“Sí. Él es mi hermano mayor.”
Glen y Strang intercambiaron miradas.
Falanya inclinó su cabeza hacia un lado. “¿Lo conocen en persona…?”
Strang aclaró su garganta. “No… Da la casualidad que tiene el mismo nombre que
un conocido.”

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“S-sí. Aunque juzgando por la estelar reputación del Príncipe Wayne, es audaz decir
que son demasiado parecidos.”
“Ah, ya veo.”
Wayne no era un nombre raro. Y si estos honestos hombres estuvieran hablando
mal de su conocido, Falanya sabía que no podía ser parecido a su hermano.
Huh. Juró que Glen me suena familiar…
¿Dónde podría haberlo escuchado? Tampoco era un nombre poco común, así que
debe haber sido de algún recuerdo no relacionado.
Strang habló. “Estoy muy apenado, Princesa Falanya. Espero pueda perdonar tan
apresurada presentación. Me temo que tenemos que ir a otro lugar. Estoy reacio a irme
de esta manera, pero…”
“Oh, ¿Es así? No se preocupen por mí.”
“Gracias. Espero que tengamos la oportunidad de reunirnos nuevamente… Glen.”
“Cierto. Hasta luego, Princesa.”
Los dos dieron media vuelta y salieron del salón de recepción. Deben haber tenido
algún asunto bastante importante.
“Ese Glen luce realmente hábil. Y el otro tipo es solo un saco de huesos.”
“Oh, ¿En serio?” Falanya le preguntó a Nanaki.
“Pero no recibí una mala vibra de él,” añadió, asintiendo.
Falanya nunca había visto pelear a Nanaki. Pero sabía que Wayne y Ninym tenían
una alta estima de sus habilidades. Si Nanaki pensaba que Glen era fuerte, no podía ser
mentira.
Repentinamente, Falanya sintió ganas de hacer una pregunta cruel. “¿Es más fuerte
que tú, Nanaki?”
“Depende. Él es lo suficientemente fuerte como para garantizar que no sé cómo
terminaría una batalla entre nosotros,” respondió Nanaki.”
Las mejillas de Falanya se hincharon ante su respuesta de manual.
“…Pero sería una historia diferente si tu estuvieras involucrada, Falanya,” él
susurró.
“¿Hmm? ¿Dijiste algo?”
“Nada.” Nanaki deliberadamente aparto su rostro.
Ninym regresó en ese momento.
“Me disculpo por la espera, Princesa Falanya… ¿Sucedió algo, Nanaki…?”
“Nada. ¿No querías escuchar al grupo de por allá, Falanya?”

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“Ah, tienes razón. Vayamos todos juntos.”
Falanya partió con Nanaki.
Ninym inclinó la cabeza en aparente confusión y los siguió desde atrás.

♦◊♦

El sol estaba comenzando a ponerse en Mealtars. La ciudad se bañaba con la rojiza luz
del atardecer.
Y era el atardecer, incluso en las esquinas más septentrionales de Natra.
“...Phew,” Wayne dejó escapar, arrojando un montón de documentos sobre su
escritorio luego de que terminara algo de trabajo en su oficina.
Él observo a su lado—donde normalmente Ninym se encontraría de pie. Por
supuesto, no había nadie allí ahora. Ella estaba en Mealtars, actuando como la ayudante
de su hermana diplomática.
“…Estoy preocupado,” accidentalmente dejó escapar, silenciosamente para sí
mismo.
“¡ESTOY! ¡MUY! ¡PREOCUPADO!” Wayne explotó como si las compuertas se
hubieran abierto a sus emociones reprimidas.
“Ngh… Me pregunto si Falanya está bien… Sé que nada le sucederá con Ninym y
Nanaki acompañándola, pero… ¿Qué tal si? No… ¿A menos que…?”
Wayne había dado el paso y enviado a Falanya con la delegación hacia Mealtars.
Ella quería ir, y el esperaba que esto le ayudara a crecer. No tenía arrepentimientos por
su decisión. En lo absoluto. Pero eso no significaba que no estaba preocupado.
“Espero que no se esté esforzando demasiado…”
Si Falanya pudiera verlo ahora, le sonreiría secamente. Sobre su cara se encontraba
la misma mirada de preocupación que elle tenía cuando Wayne partía hacia un país
extranjero.
“—Por favor, discúlpeme, Su Majestad.” Alguien tocó la puerta y entró a la
habitación.
“Oh, Revan. He terminado el papeleo.”

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Revan era un Flahm que servía con ayudante al padre de Wayne, el Rey Owen.
Actualmente se encontraba actuando como el enfermero de Owen mientras el Rey se
recuperaba. Peor ya que Ninym se había ido con Falanya, temporalmente llenaba el
papel de asistente de Wayne.
“Por favor, déjame darle un vistazo. “ Revan reunió los documentos y rápidamente
hojeo a través de ellos. “…Todo parece estar en orden. Con este edicto, el General Hagal
será reinstaurado en papel y en la práctica.”
La sonrisa del ayudante era de amargura. “Fue imprudente, Su Alteza. Al utilizar al
general para ahuyentar a los rebeldes y todo eso.”
“Originalmente era un plan a largo plazo. Fue mi culpa por dejar que el Oeste sacara
lo mejor de mí… Ya he recibido un montón de críticas por parte de Ninym por esto.
Intenta ser amable conmigo.”
“Ha-ha-ha. Parece que ustedes dos tienen una buena relación. Por respeto, no diré
nada más sobre el asunto,” dijo Revan. “Sin embargo, me gustaría llamar su atención
sobre algo. Aquellos a los que hemos purgado generalmente llenaban espacios menores,
pero ahora tenemos posiciones y dominios vacíos. ¿Qué recomienda que hagamos?”
“Hay Flahm con tiempo libre, ¿cierto? Mueve a algunos de ellos por ahora.”
Revan parecía sorprendido. “Asignar Flahms a posiciones de poder invitara a la
oposición de los no-Flahm. Y puede causar que los Flahm en esos puestos se vuelvan
engreídos a medida que se acostumbran a sus nuevos estatus. ¿Está bien?”
“Déjame preguntarte: ¿Crees que Natra puede ser quisquilloso con el personal?”
“……” Revan permaneció en silencio.
“Natra se está haciendo más grande—geográficamente y económicamente.
Necesitamos utilizar todo el capital humano disponible, incluso si significa soportar
golpes, moretones o espinas, o nunca podremos controlar nuestra situación.”
“Entiendo. Bien entonces, como desee.” Él inclinó la cabeza, entonces pareció
recordar algo. “De acuerdo con su agenda, la ceremonia en Mealtars debería ser hoy.”
“Tienes razón. Mientras haya ido sin problemas, debería estar a punto de acabar en
este momento. Bien, el verdadero negocio viene después de eso.”
La ceremonia simplemente era un preludio, después de todo. El motivo real del
asunto era la Cumbre de los Hijos de Imperio que seguiría.
“Realmente espero que nada suceda…” murmuró Wayne.
“Como suponía. Se encontraba preocupado por la Princesa Falanya.”

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“Siempre soy quien sale del país. Finamente me he dado cuenta lo que se siente ser
dejado atrás.”
“Ha-ha-ha. ¿Tal vez quisiera tomar el caballo más veloz y corre a su lado?”
“……”
“…Su Alteza, era una broma.”
“Lo sé. Solo estaba calculando si era posible.”
Revan comenzó a sudar frio. “Por favor, no me asuste de esa manera…
Simplemente pidamos por su regreso a salvo. Eso es todo lo que podemos hacer.”
“…Tienes razón. Supongo que es todo.”
La noche pronto se cerniría sobre ellos.

♦◊♦

El príncipe mayor, Demetrio.


El príncipe del medio, Bardloche.
El príncipe más joven, Manfred.
Ante los tres príncipes Imperiales, la Princesa Heredera Imperial Lowellmina dio
su declaración.
“Discutamos el futuro del Imperio—”
En una habitación secreta solo para ellos cuatro, la cortina estaba a punto de
levantarse en la Cumbre de los Hijos del Imperio donde el destino del Imperio sería
decidido.

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† Capítulo 4 ‡ Un Vistazo a los Lazos Familiares †

“Y finalmente, necesitamos hablar sobre Mealtars.”


Fue justo antes de que ellos partieran para la ciudad. Wayne había terminado su
explicación sobre los príncipes Imperiales, casi listo para terminar las cosas.
“La ciudad de Mealtars en la provincia de Systio originalmente estaba con la facción
del príncipe mayor, Demetrio. Esto podía ser atribuido a la influencia del gobernador
general que acababa de ser nombrado en ese momento.
“Sin embargo,” Wayne continuó, “luego de la rebelión fallida, Mealtars presentó
pruebas irrefutables de contacto con el Oeste.”
“¿Por qué haría eso Mealtars?”
“El gobernador general fue quien había ordenado la comunicación fuera hecha con
el Oeste, amenazando a las personas para que obedecieran. Querían que el gobernador
general pagará—o eso clama Mealtars.”
“……”
“Por cierto, surgieron informes de que una donación de una suma fuerte se adjuntó
esa evidencia… En otras palabras, utilizaron al gobernador general como chivo
expiatorio y escaparon de la investigación.”
Esa fue la primera vez: Mealtars le había prestado dinero al Imperio bajo varios
otros pretextos. A cambio, recibieron ciertos privilegios. Fue por eso que la ciudad
esencialmente era una región autónoma de comerciantes.
Naturalmente, esto significaba que no había soldados estatales estacionados en la
ciudad. Cualquier exhibición abierta de hombres armados interrumpiría el diario flujo
de bienes hacia y desde el Este y Oeste. En su lugar, la ciudad empleaba a sus propios
guardias.

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Incluso de este ejemplo, era obvio que ningún forastero podía intervenir con las
opresiones de la ciudad. Incluso el Imperio era consciente de esto. Pero al dejar que
Systio permaneciera sin restricciones, la ciudad había explotado en poder y valor,
mientras el caos en el imperio continuaba escalando.
“Ningún lado podía llegar a un acuerdo de un remplazo para el gobernador general
despedido de Systio. Mealtars esencialmente se encuentra en el limbo, sin estar afiliada
a ninguna facción. Es por eso que los príncipes están desesperados por lograr que la
ciudad se ponga de su lado.”
Para los ciudadanos de Mealtars, defender sus propios intereses se había vuelto más
importante que nunca. No importaba quien se convertía en el nuevo emperador mientras
pudieran proteger sus medios de vida. Esta Cumbre de los Hijos del Imperio les dejaría
confirmar quien era el mejor candidato para ellos de una vez y para todas.
“Míralo desde diferentes ángulos, Mealtars ha logrado reunir a varios jugadores de
gran nivel al flexionar el nombre del Imperio. Este evento será una gran oportunidad
para las comerciantes de la ciudad. Si encuentran a la princesa de poca utilidad, ellos
pueden recurrir a alguna otra parte influyente.”
“…Me siento mareada.”
Todos los involucrados perseguían sus propias agendas, que se ha enredado en una
masa anudada que ya nadie podía deshacer. Tan solo pensar en esto hacia que Falanya
se sintiera como si fuera a sobrecalentarse por toda esta sobrecarga de información.
“Por cierto, Natra recientemente se ha vuelto más prominente. Hay una probabilidad
de que algunos oficiales de la ciudad se acerquen a ti. A diferencia de la princesa, no
hay necesidad de que mantengas tu distancia, pero—tampoco te pongas demasiado
cómoda.”
Wayne acarició su cabello con afecto.

♦◊♦

De vuelta al presente.
“Miré por allá. Ese es nuestro mercado central, el símbolo de Mealtars.”

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El carruaje se balanceaba, llevando a Falanya y al alcalde Cosimo en un recorrido
por la ciudad.
¿Cómo llegamos a esto?
Todo comenzó esta mañana.
La fiesta había terminado sin ningún incidente el día anterior, y Falanya estaba libre
hasta el anuncio que sería hecho luego de la conclusión de la cumbre.
Ella comenzó a considerar maneras de llenar su tiempo a primera hora de la mañana,
cuando Cosimo le hizo una visita.
Ella no podía tomarlo como valor nominal, por su puesto.
“¿Qué piensas, Ninym?”
“Como el Príncipe Wayne no dijo, no sería raro que Mealtars nos ofreciera algo de
hospitalidad. El Alcalde Cosimo quiere entretenerla y elogiar la condición de Natra bajo
su nuevo líder, el Príncipe Wayne. Tengo que admitir que estoy sorprendida que viniera
el mismo… ¿No está ocupado?” Ninym murmuró.
La ceremonia para conmemorar que Mealtars se había convertido parte del Imperio
aún no había finalizado. La fiesta exclusiva para las elites era solo el primer día de una
seria de eventos que duraría una semana entera.
Eso se debía a que todos sabían que la cumbre estaba destinada a complicarse dentro
de las puestas cerradas. La extensa ceremonia les dio a los invitados una excusa para
quedarse en la ciudad, incluso si el debate por la sucesión se prologaba.
Aunque no se acercaría a la escala de la fiesta de la noche anterior, organizar una
gran ceremonia no era un paseo en el parque. No era difícil imaginar que el Alcalde
Cosimo podría estar ocupado con las preparaciones.
Y aun así hizo todo lo posible para venir a verme.
En otras palabras, priorizo construir una relación con Natra.
“¿Qué crees que debería hacer?”
“Si desea parecer humilde, no sería sabio rechazarlo. Hacer eso esencialmente diría
que Natra no está interesada en Mealtars.”
“Wayne dijo que no le importaría si nos llevamos bien con ellos, ¿Cierto?”
“Correcto. Incluso si no interactuamos personalmente con todos los comerciantes,
pensaran favorablemente de nosotros si mostramos nuestra buena voluntad aquí. Una
vez que Mealtars se haya aliado con una facción, hay una posibilidad de que esa facción
trate de contactar con nosotros a través de la ciudad. Pero esta sería una elección segura,”
Ninym aconsejó.

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Falanya asintió. “Entiendo. Iré a prepararme. Por favor, dile al Alcalde Cosimo que
estaré en un momento.”
“Entendido.”
Esto fue lo que llevo a Falanya a partir en un recorrido por la ciudad con Cosimo.

“—Hay una asombrosa variadas de artículos en venta,” Falanya observó, descendiendo


de carruaje y caminando con Cosimo a través del mercado abarrotado.
Ambos eran notables por derecho propio. Por supuesto, un vigilante asistente los
seguía desde atrás a cada uno de ellos.
“Todo lo que veo es curioso, simplemente no puedo enfocarme en una sola cosa,”
ella añadió.
“Aquí en Mealtars, estamos bastante orgullosos de nuestra selección de bienes y la
atmosfera que hemos cultivado.”
La escena ante ellos hacia claro que estas no era palabras vacías.
Si necesidad de decirlo, el mercado ofrecía diferentes variedades de frutas, vegetales
y carne. Incluso había comidas procesadas y bebidas hechas con de estos ingredientes a
la venta.
El corazón de Falanya latió cuando divisó ropas inusuales y otros diseños textiles
desconocidos. Había exhibiciones con especias y delicados trabajos en piedra, así como
puestos que pertenecían a adivinos, artistas, y orgullosos luchadores de brazo que
ofrecían dinero a cualquiera que pudiera vencerlos.
“Nuestro mayor déficit es que no podemos ofrecer comida de mar fresca por ser una
nación sin litoral. Sin embargo, el agua fresca y los peces secos están disponibles.”
“Ahora que lo menciona… Hee-hee. Mealtars da la ilusión de que tiene todo lo que
la tierra tiene para ofrecer.”
“Nuestro objetivo es el de algún día hacer eso realidad.”
Un comerciante lo llamo. “Hey, Alcalde Cosimo. ¿Está haciendo las rondas hoy?”
“Ocupado como siempre. Si el tiempo estuviera a la venta en el mercado, lo
compraría al precio que sea.”
“¡Ha-ha-ha! Un comerciante no debería decir eso. Si el tiempo pudiera ser
comprado y vendido, debería encontrar una forma de utilizarlo como una ventaja.”

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Obviamente este era el hogar de Cosimo. Era claro a la vista que la gente lo
respetaba, basado en cómo se relacionaba casualmente con todos los que se encontraba
durante su paseo.
“¿Hmm…?” Falanya se enfocó en uno de los vendedores ambulantes.
Alineadas frente a un modesto escaparate estaban cajas de madera igualmente
sencillas. Venían en diferentes formas y tamaños, pero cada una podía ser sostenida en
una mano.
Ella no hubiera estado así de interesada si fuera solo eso. Lo que llamó su atención
fue el nombre de artículo— una “Caja de trucos.”
“Bienvenidos, joven señorita—y Alcalde Cosimo.”
“No te molestes por mi culpa.” Cosimo levanto una mano para detener a un joven
comerciante de pararse por los nervios.
“¿Es diferente de una caja normal?” Falanya preguntó.
Los dos intercambiaron miradas. Cosimo asintió, y el comerciante respondió
nervioso.
“Eso es correcto. Es una caja de trucos. Intente abrirla, y entenderá.”
“Bien… ¿Huh?”
Falanya trató de abrir la caja, pero la tapa no cedía. Ella le dio vueltas con sus manos,
tratando de encontrar una abertura, pero ni siquiera parecía haber una. Ella comenzó a
sospechar que no era una caja sino un trozo de madera. Sin embargo, cuando golpeó
ligeramente sobre la superficie, está produjo un sonido hueco.
“…No se abrirá.”
“Hay un truco para esto. Si hace esto…” el comerciante trajo otra caja, presionando
uno de sus lados, lo que causo que la sección sobresalga.
Falanya observó con curiosidad mientras otra pieza de la caja era empujada, una y
otra vez, hasta que se transformó en una caja cuadrada. Su contenido estaba totalmente
expuesto.
“Y así es como lo haces.”
“¡Wow…!” Los ojos de Falanya brillaron. “Hey, Ninym, ¿Viste eso? ¿Lo viste?”
“Sí. Estoy sorprendida. Tamizaron las pequeñas piezas de madera como engranajes
para convertirlo en una caja.”
“Bien. Tomas eso y… ¡Ah! ¡Ahí está! Si presionas aquí…”
“Princesa Falanya, creo que este es el paso siguiente.”

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Las chicas se regocijaron en su momentánea victoria antes de hundirse en la
desesperación mientras trataban de encontrar la siguiente pieza que empujar.
Cosimo las observó desde un costado, dirigiéndose al comerciante. “Siempre me
sorprendo por este mecanismo… Pero el negocio parece lento.”
“Me temo…que no soy el único que vende esto,” admitió el comerciante. “¿Podría
pedirle su consejo?”
“Hmm… desearías poder hacerlo, pero como el Alcalde, no puedo favorecer solo a
una tienda.” Cosimo dijo estrictamente.
Falanya dio su opinión acerca de la caja. “En ese caso, ¿Qué tal si pintas las cajas?”
“¿A qué se refiere?”
“Mi hermano dice que es importante encontrar un nicho de mercado o añadir valor
extra a tu inventario para mover un producto.”
Toma por ejemplo el simbolismo de las flores y los cristales.
Algunas flores estaban destinadas a tu amada. Otras eran ofrecidas a los difuntos.
Algunas piedras atraían la felicidad. Otras otorgaban valor.
Habían otras, peor no era como si los cristales y las flores hubieran salido con esos
significados por ellas mismas. Ya fuera un comerciante o un noble, alguien participó en
la creación del simbolismo. Y luego se puso de moda.
Por supuesto, esta práctica de atribuir un significado a las flores y piedras tenía que
estar influenciado por sus colores, formas, cosecha y calidad. Tenía que haber muchos
otros símbolos que no resistieron a la prueba del tiempo. Peor al representar significados
únicos, se habían convertido en más que solo preciosos—y adquirido un nuevo valor.
“Estaba sorprendida por el mecanismo de esta caja, pero pienso que es una pena que
la caja no tenga una decoración. Pero si haces la ornamentación demasiado elegante, tu
producto podría convertirse demasiada costosa para tus compradores. Creo que esto se
puede resolver pintándolas.”
“Hmm. ¿Y qué clase de diseño podría tener en mente?”
“Crestas y retratos… Tal vez un capullo cerrado que se abre en un flor floreciente
cuando la caja sea desbloqueada.”
Cosimo asintió de acuerdo. Era digno de considerar.
El comerciante debe haber sido un experto en negocios, dado que la tienda se
encontraba en el centro del mercado. La cara del comerciante se puso seria.
“Oh, mis disculpas. Por favor, no me preste atención. Solo soy una aficionada…”

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“No. Gracias por su aporte. Considerare otras opciones, pero le daré esa caja como
agradecimiento. Por favor, llévesela.”
“¿Qué? ¿Um…?”
Falanya miró a Cosimo, quién asintió dándole permiso.
“Para los comerciantes, ninguna transacción es unilateral. Si no tiene problemas con
ese artículo, por favor piense en este como un intercambio apropiado.”
Mientras le daba un codazo, Falanya pensó por un momento, luego sonrió.
“Entonces bien, lo aceptaré. Se lo agradezco mucho.”
“Por supuesto. Si visita el mercado nuevamente, por favor, siéntase libre de pasar
por aquí.” El comerciante dio una reverencia y los vio partir.
Falanya y los otros regresaron a la calle.
“Hee-hee, tengo que enseñárselo a Wayne cuando regrese a casa.” Ella miró la caja
con alegría.
Cosimo estaba a su lado. “Sabía que sería vital conseguir la opinión externa. Pintar
las cajas es un concepto simple, pero nunca lo había considerado, pese a que he estado
aquí por bastante tiempo. Pensaba que la sorprendería con un recorrido por la ciudad,
pero fue usted quien me sorprendió, Princesa Falanya.”
“Me halaga, Alcalde Cosimo.” Falanya agitó su mano avergonzada y cambio de
tema. “Aparte de eso, mencionó que usted vivió aquí por varios años. ¿Nació en esta
ciudad, Alcalde Cosimo?”
“Sí. Nací y crecí aquí. Estoy orgulloso de decir que nadie ama la ciudad más que
yo.”
“Ya veo. Estoy segura que Mealtars seguirá prosperando bajo su liderazgo,”
Falanya ofreció en retorno.
“Oh, no. Mi poder es trivial,” él dijo, negando con la cabeza. “Debido a que somos
la arteria principal que conecta el Este con el Oeste, hemos peleado en contra de varias
naciones, lo que significa que nuestra historia está manchada de sangre. Solo hemos
sido capaces de conducir nuestros negocios hace unas décadas atrás… Por favor, mire
ese campanario.”
Cosimo señaló hacia un edificio en el corazón del mercado. A primera vista, Falanya
podía decir que era histórico. Una gran campana colgaba en la cima.”
“Esa torre fue construida por cierto comerciante, conocido por fundar Mealtars. Se
dice que luego de utilizar su propio dinero para comprar paz temporal de las otras

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naciones en el Este y Oeste, el invitó a comerciantes a este lugar, estableció la ciudad,
y la convirtieron en una mina de oro para prevenir que los militares intevinieran.”
Él continuó. “Por supuesto, no solo fue él. Los comerciantes que lo sucedieron
trabajaron en el nombre del interés propio y amor por su patria. Mealtars se convirtió lo
que es hoy gracias a sus incesantes esfuerzos.”
Cosimo pareció notar que su inusual fervor se hizo evidente y tosió en un intento de
cambiar de táctica.
“…Por favor, perdóneme. Debe ser aburrido escucharme divagar.”
“No pienso eso para nada,” Falanya dijo con honestidad.
Ella había estado un poco sorprendida, pero lo que dijo fue fascinante.
“Como miembro de la familia real, he estado estudiando historia y política. Mi
hermano dice que me ayudara a aprender más acerca de Natra y otras naciones.”
“¿Es eso así? …En ese caso, creo que sé de algo que podría ser una buena
experiencia de aprendizaje para usted.”
“¿Qué podría ser?”
“Venga por aquí. Se encuentra a una corta distancia.”
Falanya y Ninym se miraron la una a la otra e inclinaron sus cabezas.
El alcalde continuó. “Mealtars originalmente era parte de Systio, lo que significaba
que estaba obligada a seguir las leyes de la provincia y sus ordenanzas. Pero debida a
su ubicación única que concitaba el Este con el Oeste, siempre había sido necesario para
esta ciudad, lidiar con nuevos desarrollos rápidamente y decisivamente. Es por eso que
el Imperio le permitió a Mealtars manejar su propio gobierno, adoptando un sistema
bicameral.”
Cosimo no dijo nada acerca de cómo fue que la ciudad había obtenido estos
derechos especiales mientras caminaban.
“¿Un sistema bicameral?”
“Sí. Por un lado, tenemos al alcalde y a sus parlamentarios que son escogidos por
sus ciudadanos. Los miembros ser reúnen para discutir las operaciones de la ciudad.”
“Hmm,” Falanya reconoció.
Ella había visto a los oficiales gubernamentales y las mentes más grandiosas en
Natra reunirse alrededor del reloj para discutir sobre política. Fue por eso que no le tomó
mucho tiempo entender esa parte del gobierno. Pero de acuerdo a Cosimo, Mealtars
tenía dos cámaras.”
“¿Y cuál es la otra?”

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“Será más rápido mostrárselo de manera directa. Esta justo por allá.”
Cosimo las había dirigido hacia un gran edificio, una sala de asambleas. Ellos
pasaron a través de una puerta formal y entraron al interior. Entonces…
“——”
Tan pronto como entraron, pudo sentir una energía salvaje. Entonces, escuchó una
verdadera tormenta de comentarios volando alrededor de ella.
Decenas de personas apiñadas en el espacio se dirigían las unas a las otras. Cada
uno se veía grave. Alguien diría algo, y una pluma se deslizaría ocasionalmente a través
de los papeles oficiales.
“Esto es…” Falanya se apagó por la sorpresa.
Cosimo respondió junto a ella. “Una ciudad de comerciantes debería ser liderada
por comerciantes… Eso es lo que siempre hemos creído en Mealtars. Es lo natural, dado
que una sola política puede cambiar dramáticamente las prácticas comerciales. Pero no
podemos hacer a todos miembros del parlamento. Por lo tanto, la asamblea de
ciudadanos fue establecida como un lugar para que la gente común participe libremente
y discuta sobre política.”
“¿…E-eso significa que todos en este lugar son ciudadanos normales?”
“Eso es correcto. Ellos ayudan en la formulación de políticas, ya que varios de los
temas planteados aquí se presentan antes lo miembros del parlamento. Es por eso que
todos lucen serios.”
Falanya estaba anonadada por esta revelación, ya que había nacido como la princesa
heredera de una monarquía. Para ella, tenía sentido que la política debería ser manejada
por aquellos escogidos por la realeza y las familias nobles. El compromiso cívico no se
le cruzó por su cabeza ni una sola vez.
“Hmm… Parece que el tema de hoy es la construcción de los canales de la ciudad.
Lamento muchísimo haberla traído hasta este lugar para esta aburrida discusión
Permítame guiarla a la siguiente parada—”
“No.” Falanya interrumpió la propuesta de Cosimo. “Esto está perfectamente bien.
Eso, por supuesto, si se permite a una extranjera escuchar.”
“Ah…” Cosimo cosquilleo frio recorrer columna. “La…la asamblea de los
ciudadanos está abierta al público. Es libre de quedarse, pero…”
“Entonces aceptare esa oferta.”

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No se debía a que Falanya hubiera sentido algo más que curiosidad genuina. La
asamblea de los ciudadanos acababa de mostrar un nuevo grupo de valores que habían
despertado su interés.
Pero el alcalde veterano de la ciudad observaba a Falanya con asombro mientras
ella miraba fijamente a esta asamblea.
Esta chica…
Mientras el la observaba atentamente desde un lado, Falanya se quedó en el edificio
de la asamblea hasta que la discusión llego a su final.

♦◊♦

Ya era tarde cuando Cosimo regreso a su mansión. Él sabía que el agotamiento se


mostraba en su cara, poro se saltó la cama y se dirigió hacia su oficina. Todavía había
trabajo por hacer.
“Bienvenido a Casa, Amo Cosimo.”
“Gracias. Buen trabajo el día de hoy.”
Su subordinado estaba esperando por el en el interior. Tomando los documentos de
sus manos, Cosimo se sentó en una silla y compuso su expresión.
“Escuchemos los informes.”
“Entendido. La ceremonia del día de hoy ha concluido sin incidentes.”
Cosimo había estado acompañando a Falanya todo el día, lo que significaba que
tenía que confiarles la ceremonia a sus subordinados, pero parecía que todo había ido
bien.
“Hubo una disputa entre nuestros guardias y el personal de seguridad de un
participante. El problema ha sido resuelto, pero nuestros hombres definitivamente están
al límite.”
“Tenemos a las personas más influyentes en una ceremonia. Es natural que estén
tensos, pero invertir el orden… De todos modos, tendré que hablar con el líder de los
guardias.”

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“Entendido. Por favor, perdóneme pro hacer suposiciones, pero supuse que usted
querría hablar con ellos y organizar una reunión de ante mano. Porque la ceremonia ha
sido preparada con antelación, creía podía ser manejado en su ausencia, pero…”
“Sería malo para mi reputación si me ausento por varios días. Planeo estar allí
mañana.”
“Como desee,” él respondió antes de avanzar a siguiente tema. “En cuanto a
mañana, ¿Debo preparar a la gente para la Princesa Falanya como lo hice para hoy?”
“Eso no será necesario. Solo invitaría a su desagrado. Además, ya me he hecho una
buena idea de ella el día de hoy.”
“No esperaba nada menos. ¿Cuál es su opinión sobre la princesa heredera?”
Cosimo se detuvo por un momento para ordenar sus pensamientos.
“Suficientemente educada. Cuando sea mayor, tendrá el potencial para hacer el mal
y el bien. Por el momento, es una chica de campo de buen linaje.”
“Sin embargo,” él continuó. “Hay algo definitivamente en ella.”
“He escuchado eso sobre el príncipe, pero, ¿también es el caso con su hermana
menor?”
“Si tratas de decir que estoy pensando demasiado las cosas, realmente no puedo
estar en desacuerdo.”
En cualquier caso, había establecido alguna clase de relación con la princesa. Fue
un éxito, y sería suficiente por ahora.
Pero tenía cosas más importantes en las que pensar que en la princesa.
“¿—Y cómo está progresando la cumbre?”
Los notables de la ciudad estaban conteniendo la respiración mientras velaban por
esta reunión. Cosimo no era indiferente. Estaba tomando toda cada medida posible para
estar al día con las últimas noticias.
“Y para eso—”
Y entonces el subordinado comenzó a dar su informe.

♦◊♦

“¡Agh! ¡Qué molesto!” alguien gritó. Haciendo eco en las paredes.

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La voz le pertenecía al príncipe mayor, Demetrio. Se encontraba en su residencia
temporal, y un subordinado parado cerca de él con miedo por la ira de su amo.
“S-su alteza, le ruego, por favor cálmese.”
Pero su intento de pacificar al príncipe solo añadió aceite en el fuego.
“¡¿Quién te dio el derecho?! ¡¿Quién crees que soy?! ¡Soy el príncipe mayor del
Imperio de Earthworld, Demetrio! ¡¿Crees que simplemente puedes ordenarme?!”
“N-no, ¡Nunca lo haría…! ¡Por favor, perdóneme!” su subordinado inclino la
cabeza con nerviosismo mientras Demetrio vociferaba.
El príncipe no bajo la voz. “¡No se ha logrado absolutamente nada! ¡Ayer y hoy!”
Era la segunda noche de la ceremonia y de la cumbre. Pero no estaba ni cerca de
llegar a un acuerdo. Si hubiera sido tan inteligente como Wayne, hubiera predicho eso.
“¡Mis estúpidos hermanos necesitan conocer su lugar! ¡¿Por qué no pueden entender
no cederme el trono es un acto de falta de respeto digno de la muerte?!” gruñó.
Demetrio no tenía duda de que sería coronado emperador. Estaba seguro que era el
único que poseía ese derecho.
Pero en realidad, los otros dos príncipes también habían nacido con ese derecho. A
pesar de esto, ninguno de los tres príncipes tenía una mano ganadora, y si continuaban
con su rivalidad, nada iba a resolverse.
Lowellmina esperaba que sus fundaciones se desmoronaran, pero ella era una
facilitadora para la cumbre, lo que significaba que no se aliaria con ninguna persona.
¡En este punto, no llegaremos a ningún lado…!
Demetrio naturalmente se sentiría de esa manera. Ellos habían reunido a todas estas
personas importantes e insinuado una resolución. Si no comunicaban una sola cosa, el
nivel de decepción que se esparciría por la nación sería incomparable.
“¡¿…Qué están haciendo esos idiotas?! ¡Dame las últimas!”
“¡S-sí!”
Si no eran capaces de resolver algo, tenía que romper el apoyo de las otras facciones.
Necesitaba información para eso, por lo cual Demetrio tenía a sus tropas vigilando a
todos los peces gordos que estaban en Mealtars. Los otros dos príncipes estaban
utilizando a sus tropas de la misma manera, sin duda alguna.
“No hay grandes cambios en ninguno de los lados. En el primer día, hicieron cada
esfuerzo para asegurar la confianza de sus invitados…”
“¿Eso es todo? ¡Eso es completamente inservible! ¿No hay una sola pieza de
información vaya a darme una ventaja?!”

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“Um…” La mente del subordinado se aceleró para pensar en algo por la
desesperación.
“S-sí. Es un asunto sin relación con la cumbre, pero ha habido un informe de que
el Alcalde Cosimo fue visto con la princesa heredera de Natra y que recorrió la ciudad
con ella.”
“¡¿Qué…?!”
Cosimo y Mealtars le disgustaban a Demetrio. De hecho, los odiaba activamente.
Mealtars originalmente había estado aliada con Demtrio. Había cooperado con el Oeste
durante la rebelión y culpado al gobernador general cuando las cosas comenzaron a salir
mal.
Al final, Mealtars escogió actuar de manera neutral. Cuando lo príncipes se
reunieron en la ciudad, la gente fingió ignorancia, apostando a quién podría ganar. Era
una guarida de ciudadanos desvergonzados, carentes de lógica, moral y dignidad.
Demetrio básicamente los había repudiado. Había estado tentado de romper el
cuello de Cosimo durante la ceremonia.
Luego, estas notician que Cosimo se estaba poniendo amistoso con Natra. Demetrio
no dudo en expresar su disgusto.
“¡Ese viejo senil! ¿Ignorándome para adornar a Natra? ¡Solo prueba que está
perdiendo la cabeza!”
Él redirigió su ira hacia el pequeño país. “¡Maldita Natra! ¿Enviando una niña
pequeña cuando estamos tratando de decidir al siguiente emperador? ¡Eso es
imperdonable! ¡A pesar que el imperio generosamente les ofreció una alianza, estos
malagradecidos bastardos han olvidado su lugar, adulando a Lowellmina y tratando de
ponerse del lado bueno de Cosimo!”
Demetrio lanzaba cualquier cosa que podía alcanzar, destrozándolas en contra de la
pared.
Él odiaba a sus hermanos, a Natra, a Cosimo, esta ciudad, todo. Se suponía que era
un emperador indulgente. Una posición venerable digna de alabanza. ¿Cómo podían
despreciarlo?
Su frustración necesitaba una salida, y Demetrio tuvo un destello de inspiración.
“Mis estúpidos hermanos no se han puesto en contacto con la princesa de Natra
todavía, ¿cierto?”
“S-sí. Por ahora, solo ha sido el Alcalde Cosimo… Ella ya le ha puesto del lado de
Lowellmina. Creemos que puede ser difícil separarlos.”

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“Si ese es el caso, tal vez esos dos no se entrometerán…” la boca de Demetrio se
torció. “Amenácenla si es necesario. Envía a las tropas por la chica.”
“¿Qu—?” Su subordinado se negó.
Demetrio no parecía ni lo más mínimo perturbado, continuando con entusiasmo.
“Eso es todo lo que se necesita para enviarla llorando a casa. Destruiré la reputación de
Cosimo y privare a Lowellmina de uno de sus partidarios. Ha-ha-ha, un gran idea, si lo
digo yo mismo.”
“S-su alteza, pero los líderes de todo el continente se están quedando en la ciudad,
y todos están viendo. Si piensa seguir adelante con esto, ¡estará poniendo en peligro su
posición…!”
“¿Acaso no es tu trabajo hacer algo si eso sucede?”
“¡Pero…!”
“¡Cállate! ¡¿Estás desobedeciendo mis órdenes?!” Demetrio gritó.
Estaba claro que no cambiaría de opinión.
“…Entiendo. Lo haré enseguida.”
El subordinado no podía hacer nada más que postrarse delante de él con una lúgubre
cara.

♦◊♦

Mientras tanto…
“¿—El clero de Levetia está en movimiento?” Wayne entrecerró los ojos cuando
Revan le dijo lo que estaba sucediendo.
“Sí, están trabajando en cada país. No tenemos todos los detalles, pero están
planeando de alguna manera interferir en Mealtars.”
“…Pensé que comenzarían en el verano como muy pronto.”
El pasado verano, el rey de Cavarin, que era una de las Elites sagradas, había sido
asesinado durante la Reunión de los Elegidos en su propio reino. El pánico masivo
estalló en Occidente, donde las naciones eran especialmente devotos a Levetia. Los
otros líderes del mundo, Wayne incluido, pensaban que la orden religiosa se mantendría
en silencio hasta que las cosas se calmaran.

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El Imperio había decidido que lo mejor sería realizar inmediatamente la cumbre, ya
que parecía que el Oeste no sería capaz de interferir. No obstante, en contra de todas las
expectativas, Levetia había empezado a tomar acción.
“¿Debo enviar una misiva a la delegación instándoles que regresen a casa?”
“……”
No había duda de que Levetia se estaba excediendo. Incluso si se la arreglaban para
interferir en Mealtars, no tomaría ninguna acción drástica.
Mi suposición más realista sería que una nueva delegación podría llegar pronto…
Se trataba de Mealtars. Aceptarían una delegación del Oeste si hubiera dinero de
por medio. Y era completamente posible que encontraran una forma para tomar ventaja
de la Cumbre.
Ya que se estaban moviendo, tenía que significar que tenían alguna clase de objetivo
en mente. Si Falanya salía involucrada, ¿Podrían hacer de lado ese objetivo?
Wayne pensó por un momento.
“—Muy bien, sé que hacer.”

♦◊♦

Las personas tendían a no prestarle cuidado a los que capturaría sus corazones.
La tristeza y la alegría brotaban cuando algo inesperado tocaba un corazón. Dado
que la mayoría de las personas eran sorprendidas por sus propios corazones, entender a
alguien más debería ser considerado naturalmente incluso más difícil.
Eso era precisamente por lo que Ninym estaba preocupada. ¿Qué debería hacer…?
Falanya estaba sentada delante de Ninym.
Las chicas se encontraban en el salón de la asamblea cívica. Desde que Cosimo les
había mostrado el lugar, Falanya lo había estado visitando cada día. Cuando Ninym
preguntó la razón, la princesa dijo que estaba observando la asamblea de los ciudadanos,
estaba loca por el parlamento.
“¿No es fascinante?” Ella le dijo a Ninym.
Sus entusiasmo sorprendió incluso a la asistente. Peor dado que los deberes de
Falanya habían terminado en gran parte para este viaje, no parecía una mala idea que

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ella escuche una sesión de la asamblea. Además, ella tenía un interés personal en
políticas nacionales. Era una forma significativa de pasar el resto de su tiempo aquí.
A los ciudadanos participantes les había agradado Falanya, quien era en partes
iguales ingenua y encantadora. Si algo, verla escuchar atentamente sin interrumpir su
sesión trajo un bienvenido alivio al acalorado salón de la asamblea.
Era ese mismo enfoque el que había preocupado a Ninym.
“…Ninym, Falanya está en ellos de nuevo.”
“Sí, puedo ver eso.”
Mientras Ninym y Nanaki la vigilaban, los ojos de Falanya se clavaron en la persona
en el escenario. Su mirada estaba fija en la figura mientras permanecía lo
suficientemente quieta como para ser confundida con una escultura. Era como si
estuviera intentando guardar cada cosa en su mente. Incluso Ninym nunca la había visto
actuar de esta manera. Cuando estaba en su país, ella era alegre e inteligente—y aun así
una chica totalmente ordinaria.
Pero Ninym podía ver que la mente de Falanya se estaba expandiendo por varios
factores contribuyentes: era su primera vez visitando una nación extranjera. Asistiendo
a una ceremonia. Enfrentando sus propias preocupaciones y fallas. Reflejando sus
propias ambiciones. Negándose al concepto de una asamblea ciudadana.
“¿Deberíamos dejarla en paz?” Preguntó Nanaki.
“…Estoy preocupada, pero continuemos observándola por ahora. No quiero detener
su crecimiento. Pero si notamos algo extraño, la enviaremos a casa por la fuerza si es
necesario. ¿Suena justo?”
“Entendido.” Nanaki pareció desvanecerse en las sombras y desapareció.
Ninym miró el perfil de Falanya y suspiró.
Bueno, es la hermana de Wayne…
¿Cómo la cambiaría esta experiencia?
El corazón de Ninym trataba de reprimir todas sus esperanzas y miedos.

♦◊♦

La asamblea finamente se levantó tarde por la noche.

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“Zzz…”
Falanya se mecía en el carruaje en su camino de regreso a su residencia. Ella ya
estaba profundamente dormida, apoyándose en contra de Ninym.
Era un milagro que hubiera estado despierta por tanto tiempo. Ninym gentilmente
acariciaba su cabello. Cuando la asamblea estuvo en sesión, la princesa no había roto su
concentración ni siquiera una vez. Ese tipo de tensión le pasó factura tanto a su corazón
como a su cuerpo.
Si ella continuaba desgastándose, una advertencia estaría a la orden. Era difícil
ponerle un alto a alguien quien era tan apasionada acerca de todo, pero era parte del
deber de un vasallo.
“—Ninym,” Nanaki le habló al lado de ella. Fue muy silenciosos para no despertar
a Falanya. “Hay personas que nos siguen.”
Ninym arrugó la cara. Era tarde por la noche, Falanya estaba dormida, y estaban
avanzando a paso de caracol. Alguien podía seguirlos incluso a pie si quisiera.
“¿Son los mismos que nos estaban observando antes?”
“No lo sé, pero juzgando por su la forma no estás siguiendo, dudo que planeen dejar
de mirar.”
Lo que significaba que estaban esperando una oportunidad para atacar.
Cuando Ninym se dio cuenta que estaban en peligro, sus ojos brillaron de ira.
“Apuesto que hay una trampa instalada adelante para cerrar la distancia desde
ambos lados. Tomen un camino diferente a la casa de invitados,” Nanaki sugirió.
“¿Qué hay de nuestros perseguidores?”
“Yo me ocuparé de ellos. No te molestes en acelerar el carruaje. Lo haré rápido, no
quiero despertar a Falanya. Ninym, mantente vigilante ante signos de una emboscada.
Regresaré pronto.”
Nanaki abrió la puerta del carruaje como para ir a dar un paseo nocturno.

El príncipe Demetrio había ordenado en secreto que seis asesinos siguieran el carruaje
bajo la cubierta de la oscuridad. Su misión era la de atacar a Falanya, la princesa
heredera de Natra. Sería un crimen cometido en una ciudad que albergaba a los líderes
más importantes del continente, lo que hacía crucial que trabajaran sin levantar ninguna
sospecha. Era una tarea difícil, pero no se podía ir en contra de las órdenes de Demetrio.

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Pero su residencia actual estaba bajo estricta seguridad, haciendo imposible
infiltrarse sin que nadie lo notara. Cuando recibieron la información de que la princesa
estaba frecuentando el salón de asambleas, idearon un plan para atacarla en su camino
a casa. Ellos estimaron su ruta, plantaron una trampa y rezaron para que la princesa
estuviera allí en la oscuridad de la noche cuando nadie estuviera alrededor. Era un plan
inestable, pero los cielos les habían sonreído.
Ya casi llegan a la zona.
La trampa detendría a los caballos, y lanzarían un ataque en medio del caos. Una
vez que asesinaran a dos o tres guardias, su misión para intimidar a la princesa estaría
completa. Después de eso, todo lo que tenían que hacer era escapar rápidamente.
Ya casi podían sentirlo…hasta que algo inesperado ocurrió: el carruaje fue por un
camino que lo alejaba de la trampa.
Ngh…
Ellos habían ideado el plan con muy poca información. No había nada que pudieran
hacer ante el imprevisto comportamiento del objetivo. La principal preocupación era si
habían cambiado de trayectoria solo por coincidencia o si habían notado que los estaban
siguiendo.
“No han cambiado la velocidad de su carruaje… Parece que solo fue una
coincidencia.”
“¿Qué deberíamos hacer? ¿Retirarnos?”
“No, esta podría ser nuestra única oportunidad. Intentaremos algo por nuestra
cuenta—”
En ese momento, uno de los hombres observando el carruaje adelante notó algo:
Iluminado por la luna y vigilante se encontraba una silueta parada en la cima de su techo.
¿Qué…es…eso?
Algo rojo brilló en la oscuridad.
Cuando finalmente se dieron cuenta que eran ojos humanos… una sombra blanca
saltó ante ellos.
“¡¿Qu—?!”
Sangre se esparció por el aire.
Un hombre cayó al suelo mientras la sangre brotaba de su cuello. Su expresión decía
que no tenía idea de lo que había sucedido.

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Los tres hombres actuaron lo más rápido que pudieron. Pero su enemigo estaba un
paso adelante. Justo cuando uno se hizo a un lado, la sombra blanca lo atrapó. Un
momento después, el cuerpo entero fue reducido a piezas que cayeron al suelo.
“No puede ser…”
Los asesinos estaban atónitos por esta locura. Ellos habían completado incontables
misiones como peones de Demetrio, y sus habilidades no eran una broma.
Habían perforado muchas defensas antes y asesinado con éxito a más de una figura
importante.
A pesar de eso, sus dos camaradas habían sido asesinados en segundos. Encima de
eso, la verdadera forma de la sombra parada amenazadoramente a lado de los cuerpos
parecía ser la de un joven muchacho.
Ellos no podrían haber sabido que su nombre era Nanaki. Pero no tomo mucho
tiempo entender que ese joven muchacho no era un oponente promedio.
¡El carruaje se alejara si perdemos tiempo…! ¡Pero…!
Él moriría tan pronto como apartara la mirada del muchacho. No era una conjetura.
El sentía una inconfundible sensación de una muerte venidera.
“Preguntaré solo una vez,” dijo la parca que había venido en forma de adolecente.
“¿Bajo las ordenes de quién están operando?”
Nadie respondió. Nanaki no debe haber esperado una repuesta, porque suspiró
molesto por haber demorado. Fue entonces cuando todos ellos atacaron a la vez.
Uno balanceó su espada sobre Nanaki, mientras otro empujó hacia él desde el
costado. Nanaki esquivó este ataque doble torciéndose ingeniosamente.
El tercer atacante lanzó un arma escondida que Nanaki hizo a un lado con su
cuchillo, lo que causo que se inclinara.
Pero era una trampa. Mientras Nanaki se dejaba caer al suelo a propósito, corto los
pies de los dos que se le habían acercado para atacar de sorpresa. Ellos dejaron escapar
gritos espeluznantes y cayeron de rodillas. Nanaki apuntó su cuchillo a sus gargantas y
las cortó sin piedad.
Entonces el tercer atacante se precipitó hacia él desde detrás de los otros dos.
¡Lo tengo!
Su sincronización fue impecable. Su ataque cortaría a través de Nanaki, justo como
el muchacho había hecho con sus camaradas.
Así era como se suponía que sucedería.
“¿Qu—?”

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Golpeó el aire. El espacio que el muchacho había ocupado detrás de los dos cuerpos
quedo vacío.

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¿Cómo? ¿A dónde se fue—? Los ojos del hombre miraron alrededor.
Y entonces encontró su respuesta.
Él había balanceado su espada…pero el muchacho estaba encima de esta.
“…Monstruo.”
“Y tú has despertado su ira.”
El cuchillo de Nanaki brilló sin previo aviso.

“Su alteza, llegamos.”


“¿…Mmm?” Falanya murmuró, volviendo en sí mientras Ninym gentilmente la
sacudía.
Cuando miró alrededor, recordó que estaban dentro del carruaje de camino de
regreso a su residencia. Ahora se encontraban fuera de la mansión.
“Parece que estaba exhausta. Déjenos prepararla rápidamente para dormir.”
Ella aparentemente se había quedado dormida. Aunque era la única al lado de ella,
Falanya había sido descuidada. Ella pasó sus dedos a través de su cabeza para arreglar
la cabecera de la cama y revisó su rostro en busca de signos de desvanecimiento mientras
observaba a Ninym descender de carruaje en su periferia.
“¡Ahh…! ¡N-Nanaki!”
“¿Hmm?” Nanaki inclinó su cabeza ante la sorpresa de ella.
Obviamente, él estaría en el carruaje como su guardia. Pero esto significaba que él
había visto su cara durmiente. Para una chica de su edad, nada era más embarazoso.
“¿Algo está mal?”
Falanya enterró su cara entre sus dos manos. Eso hizo que no pudiera leer su rostro,
lo que hacía que estuviera aún más sorprendido.
“N-no, no es nad… No, espera.”
Había una posibilidad de que él hubiera estado hacía afuera todo el tiempo. Como
una joven doncella, era mejor que lo confirmara. Era casi imposible preguntarle
directamente si él la había visto dormir.
“U-um, Nanaki… ¿viste algo raro en nuestro camino hacia aquí?” Falanya preguntó
tímidamente, observándolo por los espacios de sus dedos.
Él pensó en esto por un momento.
“Nada en realidad,” él aseguró, ofreciéndole una pequeña sonrisa.

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En su corazón, Falanya decidió que tenía que regresar inmediatamente a su
habitación y revisara su cara en el espejo.

♦◊♦

“¿—Qué significa eso?” Demetrio gritó, con labios temblorosos mientras escuchaba el
informe de su subordinando. “¿Acabas de decirme que fallaron?”
“Sí.”
Demetrio estalló en ira como una nube oscura en medio de una tormenta eléctrica.
Su subordinado para que sus rayos no lo impactaran.
“Los cinco que fueron enviados para atacar el carruaje están muertos, y ha sido
confirmado que la Princesa Falanya todavía se está quedando en sus mansión de
invitados…”
Lo siguiente había sido la secuencia de eventos: El otro grupo que había instalado
la trampa y esperado al acecho, nunca hizo contacto con el carruaje o sus perseguidores.
Ellos eventualmente fueron a buscarlos para ver si algo había sucedido, solo para
encontrar los cuerpos de sus camaradas en un camino que se desviaba del que estaba en
su plan original. Antes de que las fuerzas del orden pudieran ponerse al corriente,
recogieron los cuerpos e hicieron su retirada.
“…Déjame ver si entiendo bien: ¿Cinco personas no solo fallaron en intimidar a
una niña pequeña sino que también lograron ser asesinados?”
El subordinado lucía angustiado. Incluso asentir en respuesta parecía demasiado.
“…Los guardias de la ciudad no se han dado cuenta. Ya hemos recuperado los
cuerpos, así que no creo que enfrentemos ninguna consecuencia. Y—”
“…De nuevo.” La voz de Demetrio salía con una furia helada.
“¿Disculpe?”
“Envía a más hombres. Lo haremos de nuevo… No, nuestras amenazas fueron
demasiado mansas. ¡Usa cada truco que tengas para matar a esa chica!”
Los ojos del subordinado se abrieron de golpe. “¡P-por favor, espere! ¡Después del
primer ataque, los guardias de Falanya estarán aún más alertas! Será mucho más difícil
llevar esto a cabo sin ser descubiertos comparado a la última vez. ¡Incluso si todo va de

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acuerdo al plan, nunca nos recuperaríamos del golpe de un escándalo que involucra a
una princesa muerta de una nación aliada!
“¡¿Y que hay con eso?! Si esto causará que las demás naciones nos ataquen,
¡simplemente las destruiré a todas una vez que sea el emperador!”
“¡Por favor! ¡Le pido que preste atención a estas palabras solamente! ¡Si un líder
mundial invitado muere durante nuestra guardia, la cumbre estará en peligro! ¡Y si eso
sucede, su entronización será retrasada…!”
“¡Nghhhhh…!” Demetrio rechinó sus dientes como si tratara de destrozarlos.
¿Por qué? ¿Por qué nada estaba funcionando? Él era el príncipe mayor del Imperio.
El que pronto será emperador. ¿Por qué tenía que ser molestado con esta basura?
Si él hubiera sido el tipo de persona que vive y deja vivir, Demetrio se hubiera
ganado la confianza de las personas como una figura venerada y convertido en
emperador.
Pero eso era imposible para él. Ni siquiera sería capaz de perdonar un guijarro
atrapado bajo su talón. No estaría satisfecho hasta que lo convirtiera en polvo y afirmara
su propio dominio. Incluso él estaba desesperado contra sí mismo. Simplemente era su
naturaleza.
Y así, puso su mente a trabajar. Tenía que haber una forma…para lastimarla de
alguna manera.
“…Y ahí está.”
La malicia en la mente de Demetrio lo había llevado a una conclusión.

♦◊♦

“¿Su carruaje fue atacado?”


Era el día después de que Nanaki deshiciera de los cinco asesinos. Lowellmina y
Ninym se miraban la una a la otra en una habitación en la residencia temporal de
Falanya.
La razón oficial para su reunión era para una segunda fiesta de té entre Falanya y
Lowellmina. La idea general era que ya que la primera había sido en la mansión de
Lowellmina, Falanya la había invitado para corresponderla.

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En el breve periodo en el que Falanya se estaba alistando, Ninym se reunió con
Lowellmina para una discusión secreta bajo el disfraz de recibir a la princesa imperial.
“¿Quién crees que podría ser?” preguntó Ninym.
“Hmm… Me pregunto si uno de los príncipes es el responsable. Eso, si lo que dices
es verdad.”
Lowellmina no tenía pruebas del ataque. Ninym podría haber estado tratando de
despistarla con falsa información. Por lo tanto, ella estaba trabajando con la situación
hipotética.
“Creo que podría ser debido a que piensan que Natra se ha aliado a mi Facción.”
“Si, tienes un buen punto.”
Ninym todavía se encontraba procesando el ataque, pero si alguien podía ganar algo
lastimando a Falanya, tenía que ser uno de los príncipes. No sería extraño que uno de
ellos ejerciera su domino para prevenir que la facción de Lowellmina ganara más poder.
“¿Cuál de los tres piensas que es?” Ninym presionó.
“No tengo suficiente información para decirlo. El príncipe mayor tiene poca
imaginación, el del medio es naturalmente atrevido y el más joven es seguro de sí
mismo. Cualquier de ellos podría hacer tal plan.”
“Qué desastre…”
Ellos no le habían dicho a Falanya sobre el ataque. Eso simplemente la asustaría.
Pero solo si podía resolver la situación aquí y ahora.
“¿Crees que habrá un segundo o tercer ataque?”
“Sería difícil imaginar que habrá ataques posteriores. Ya se han puesto en peligro
con el ataque inicial. Y los asesinos fueron eliminados. No es sencillo conseguir peones
que hagan tu trabajo sucio por ti, lo que significa que su perdida debe haber sido enorme.
Si fuera yo, me haría para atrás.” Lowellmina sonrió. “Por supuesto, esa soy yo. No
tengo la menor idea de lo que mis hermanos están pensando.”
“……”
Si estos ataques continuaban, tendrían que considerar regresar a casa antes de lo
planeado. Había una larga lista de cosas que Ninym quería seguir con la participación
de la cumbre, pero la seguridad de Falanya era primero.
“… Si pudieran terminar la cumbre, ya podríamos regresar a Natra.”
Ella miró a Lowellmina con reproche. La cumbre había estado sucediendo durante
algún tiempo, pero nada se había logrado. La ciudad entera podía decir que no estaba
yendo bien.

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“Hee-hee. ¿Estás preocupada por nuestras discusiones? ¡Puedo decir que te importa!
Sí. Uh-huh. ¡Te molesta! Qué pena. Si hubieras aceptado mi oferta anterior, ¡podría
decirte como están saliendo las cosas! …Ah, espera, ¡detente! ¡No puedes hacerme una
llave! ¡Soy la princesa Imperial!”
“Con todo el debido respeto, permíteme recordarte es mejor preocuparse por los
asuntos propios y respetar la privacidad de otros.”
“Dice quien está tratando de inmovilizarme—¡Ninym…!”
En cualquier caso, solo podía vigilar de cerca cualquier nuevo desarrollo. Ella
continuaría pasando las escalas, midiendo los pros y los contras de quedarse en la
ciudad. Si se inclinaran demasiado hasta poner en peligro a la Princesa Falanya, se
apresurarían a regresar a casa. Ese era el plan de Ninym.
Alguien tocó la puerta.
“Discúlpeme, Señorita Ninym.” Una dama en espera apareció ante ellas.
De primera, Ninym pensó que ella había venido para anunciar que la Princesa
Falanya estaba lista. Pero cuando vio la angustia en su cara, Ninym dio un paso adelante.
“¿Qué sucede? ¿Hay algún problema?”
“S-sí, bueno…” la dama en espera murmuró.
Los ojos de Ninym se expandieron en sorpresa.
“¡¿El príncipe Demetrio ha venido a la mansión…?!”

Apresuradamente se prepararon para recibir al repentino invitado. Él era un príncipe


Imperial, después de todo. Ya que había venido sin previo aviso, simplemente no podían
pedirle que regresara después. Fue casi afortunado que se hubieran preparado para
entretener a Lowellmina, por que Falanya fue capaz de saludar a Demetrio al instante.
Excepto por que había una tercera invitada para la reunión de Falanya y Demetrio:
Lowellmina, quien habían llegado antes.
“¿…Por qué estás aquí Lowellmina?”
Eso fue lo primero que salió de la boca de Demetrio mientras se presentaba en la
habitación. “¿Por qué?” Lowellmina se encogió de hombros, mirándolo. “He sido
invitada a una fiesta de Té con la Princesa Falanya. Tú eres quien ha interrumpido,
querido hermano. ¿No crees que es desconsiderado presentarse sin previo aviso?”
“¡¿Qué…?!”

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Ellos se lanzaban dagas entre sí. Falanya fue quien con cautela los mantuvo a raya.
“No me importa. Por favor no ser preocupe por mí. ¿Qué lo trajo aquí el día de hoy,
Príncipe Demetrio?”
El príncipe parecía molesto, apartando la mirada de Lowellmina, cuando Falanya
hizo la pregunta.
“…Hay una razón para mi visita: Tengo una propuesta para Natra.”
“¿Qué podría ser…?”
Falanya discretamente intercambio una mirada con Ninym, quien estaba sentada a
su lado, pero ella tampoco parecía tener la más mínima idea. Lowellmina estaba igual.
Sus ojos estaban tratando de descubrir sus intenciones antes de que pudiera decirlas.
Demetrio estaba en medio de sus ojos convergentes.
“—Quiero que la Princesa Falanya sea mi esposa.”
¿Huuuuh? Todo el mundo aparte de Demetrio parecía confundido.
Falanya permaneció congelada en su lugar por algunos segundos antes de regresar
en sí. Dudo de sus oídos.
“¿Qué sea su esposa?”
“En efecto.”
No había error.
Falanya estaba desconcertada. “Bueno… ¿Qué ha provocado esto de manera tan
repentina?”
“Le dije algo estúpido en la ceremonia.”
Él debe haber sabido que ella haría esta pregunta y se preparó con antelación.
Demetrio no perdió un segundo.
“En estos tiempos turbulentos, es importante que el Imperio y Natra continúen
aliados. Para mantener ese lazo fuerte, imagino que esta será la mejor acción a tomar.”
“……”
Tenía sentido. Pero simplemente era demasiado repentino.
Debía tener otro objetivo, ¿Verdad…? Falanya señaló a Ninym con los ojos.
Es lo más probable.
Ya que Ninym sabía sobre el ataque, esta situación parecía tener más capas para
ella.
Me cuesta creer que el hecho que Demetrio se acerque para proponerle matrimonio
a Falanya no tenga nada que ver con el ataque.

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Demetrio debe haber sido quien dio la orden. Su objetivo debido ser el de abrir una
brecha entre Lowellmina y Natra. Pero Nanaki había sido capaz de defenderla de sus
atacantes. Ahora que el príncipe estaba planeando apartarla de Lowellmina a través del
matrimonio. Fue así como Ninym vio las cosas.
Pero Lowellmina vio la situación un poco diferente.
Puedo sentir la maldad irradiando de su plan…
Lowellmina había conocido a Demetrio desde que eran pequeños. Fue por eso que
no pensó que este atrevido movimiento no podía ser solo por razones políticas.
Fue Lowellmina quien había dado en el blanco.
Si ella se convierte en mi esposa, básicamente será de mi propiedad, pensó
Demetrio. Seré capaz de burlarme y mofarme de ella, y nadie será capaz de hacer algo.
Los beneficios políticos eran un bono. Estaba más interesado en liberar su ira sobre
Falanya por avergonzarlo. Sus deseos oscuros lo emocionaban.
Si se interpone en mi camino, puedo deshacerme de ella con la excusa de una
enfermedad o un accidente.
Y si esto causaba que el Príncipe Wayne se revolcara de angustia, le daría a
Demetrio una casus belli para aplastar su pequeño país.
Este personaje llamado Wayne se hizo un nombre por pura suerte. Si tomo su
cabeza, las masas ignorantes del mundo sabrán cual de nosotros tiene un valor
verdadero.
Demetrio saboreaba este dulce sueño, imaginando que todos estos elogios se
amontonaban sobre él. El primer paso para hacerlo realidad era este matrimonio.
“…Entiendo sus sentimientos, Príncipe Demetrio.”
Mientras tanto, el cerebro de Falanya se había acelerado desesperadamente.
“Gracias por tomar en consideración la relación entre nuestras naciones.”
Falanya era de la realeza. Ella era consciente de que contraería matrimonio con un
extraño por razones políticas en algún punto. Y cuando llegara ese día, no se negaría,
incluso si le desagradaba.
Pero esta unión dependía de su padre, de su hermano y de los vasallos superiores
para ser discutida y decidida. No era algo que ella pudiera escoger por ella misma.
“Transmitiré esto inmediatamente a mi patria. Luego de que todas las discusiones
hayan concluido, le enviaremos una respuesta.”
Este era el único curso de acción que Falanya podía tomar. Desde un punto de vista
objetico, era una reacción completamente razonable.

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Pero Demetrio continuó amontonado lo inesperado.
“Me gustaría una respuesta inmediata.”
“¿Qu…?”
“Es mejor atar todos los cabos sueltos para que puedo darle toda mi atención a la
cumbre.”
La propuesta había sido su idea en primer lugar. ¡Estaba siendo absolutamente
absurdo!
Lowellmina tenía algo que decir acerca de esto. “Demetrio, eso está fuera de
cuestión.”
“¡No te estaba hablando a ti!” gritó Demetrio para pelearse con Lowellmina.
Falanya se sacudió de sorpresa.
Él se giró hacia ella, luciendo enejado. “Esta unión beneficiará a ambas naciones.
No debería haber razón para atrasarla. ¿Cierto?”
Esto es malo, pensó Ninym.
Le causaría problemas innecesarios a Demetrio si Falanya se lo llevara a su tierra
natal. Esa debe haber sido la razón por la que Demetrio estaba actuando de esa manera.
Pero aceptar su propuesta los pondría en peligro.
¡Princesa Falanya…! Ninym la miró, instándola a no ceder a la presión.
Peo Falanya no tuco siquiera un momento para mirarla. Ella estaba siendo aplastada
bajo el peso del poder de Demetrio. No era de extrañar: ella era una adolecente que
estaba siendo intimidada por un adulto en toda regla.
¿Qu-qué debería hacer…? ¿Cómo debo actuar…?
Falanya estaba luchando en contra de algo que era mucho más grande que la
ansiedad y el miedo. Pero Falanya no podía aceptar la oferta con tanta facilidad. Eso
apenas sostenía su compostura unida.
“¡Princesa Falanya!” Demetrio estalló como tratando de desgastarla. “El príncipe
Wayne no está aquí. ¡Usted tiene que tomar la decisión!”
“——” Era como si Falanya hubiera sido golpeada por un rayo.
Él tenía la intención de llevarla a una esquina. Pero no tenía forma de saber…que
su declaración fue la gracia salvadora de Falanya.
…¡Es cierto! Yo estoy aquí en lugar de Wayne.

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Su admirable hermano le había confiado un deber. Su cuerpo congelado se derritió
hasta componerse, mientras el miedo se transformaba en energía calentada. Su mente
dejó de atormentarse y se calmó.
Apuesto que Wayne se ha recuperado de la presión—más veces de las que puedo
contar.
En ese caso, ella intentaría imaginar cómo actuaría él. ¿Cómo saldría Wayne de esta
situación?
Sí, Wayne primeramente—
Falanya le lanzó una sonrisa sencilla.
“Ngh…” Demetrio retrocedió.
Era la inofensiva sonrisa de una jovencita, pero lucía como si su guardia se hubiera
repuesto, construyendo una dura e impenetrable pared.
“Entiendo su situación, Príncipe Imperial. Sin embargo, un matrimonio real es una
cuestión de política nacional. No tengo la suficiente experiencia para tomar tal decisión
por mi cuenta.”
“¡¿Qu-qué…?!”
Demetrio no podía detectar ningún miedo en su tono frio. Por el contrario, Falanya
podía observar con calva a Demetrio a un grado que incluso a ella le sorprendía.
Eso es cierto. He visto esto en la asamblea.
Ella pensó en la asamblea de ciudadanos y en los oradores públicos. ¿Qué gestos
utilizaron para transmitir su punto de vista? ¿Cómo pensaba un orador público? ¿Cómo
hablaban para asegurarse de que sus voces fueran proyectadas? ¿Cómo pensaba un
orador público? ¿Cómo atraían a los demás? Si ella tomaba completa ventaja de sus
experiencias—pocas, pero con sabiduría—no era difícil descifrar el comportamiento y
las motivaciones de Demetrio.
Puedo ver su impaciencia y confusión.
Ninguna otra emoción podía describir como se sentía Demetrio en este momento.
Él había anticipado romperla en segundos, pero repentinamente se había recuperado
como si su corazón y cuerpo hubieran sido forjados en acero. Él nunca habría supuesto
que él había sido quien había instigado este cambio.
Ninym y Lowellmina estaban igualmente impactadas.
Hablando de esperar hasta el último minuto… Ninym pensó para sí misma.
Ella ha cambiado desde la ceremonia. Se está convirtiendo más como Wayne a cada
segundo, observó Lowellmina.

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Sus corazones se hincharon con admiración. La diferencia en Falanya era
verdaderamente asombrosa.
“…Me está diciendo que se rehúsa a darme una repuesta,” él gruñó.
Falanya sentía que Demetrio se enfurecía cada vez más.
Él no tenía duda que cualquier otra persona hubiera saltado de alegría ante la
propuesta de un príncipe Imperial. Demetrio nunca pensó que ella lo rechazaría o
pondría el compromiso en espera. Fue un gran golpe a su orgullo.
“Tengo mujeres haciendo fila para ser mi esposa. Pero vine aquí por mi buena
voluntad para pedir su mano. ¡¿Continuará faltándome el respeto…?!” Demetrio gritó.
Su mirada enfadada se fijó en Falanya.
“Nunca haría tal cosa. Pienso que es de gran importancia profundizar las relaciones
entre Natra y el Imperio. Estoy respondiendo a su propuesta con sinceridad cuando digo
que deseamos revisar el asunto adecuadamente.”
Pero su rabia no tenía posibilidad de aplastarla ahora.
No tiene oportunidad de ganar, Lowellmina determinó mientras observaba desde
cerca.
“Demetrio, creo que es suficiente,” Lowellmina interrumpió. “La respuesta no
cambiará, incluso si preguntas de nuevo.”
Él estaba en un duro y difícil lugar, y Lowellmina lo estaba ayudando. Por supuesto,
solo hizo esto por qué se había aburrido de esta infructuosa tira y afloja verbal.
“¡Silencio!” Demetrio estalló, rechazando su ayuda. “¡Esta discusión es entre
Falanya, Natra y yo! ¡Terceras personas no tiene voz aquí!”
La única opción de Lowellmina era la de mantenerse en silencio. Demetrio miró a
Falanya.
“Muy bien. Ahora que me has deshonrado, ¡Tengo una idea! Una vez que me
convierta en el emperador, ¡me rehúso a seguir tratando a tu pequeño país de una manera
preferencial!”
Él estaba implicando que disolvería la alianza entre sus naciones. Incluso Falanya
se sorprendió de que Demetrio soltara esto con furia.
“¡Hmph! ¡¿Lo estás pensando ahora?! Bien, es demasiado tarde. ¡Te arrepentirás—
!”
Nadie de los presentes podría haber esperado que esto sucediera.

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“—Si están discutiendo asuntos concernientes a Natra, por favor déjame unirme a
la conversación.”
La puesta se abrió. Todos se congelaron, con los ojos bien abiertos.
Era lo más natural. Ante ellos se encontraba alguien que por todos que de ninguna
manera debería haber estado allí.
“Es un placer conocerlo, Príncipe Demetrio,” dijo la figura, inclinándose
reverencialmente—antes de sonreír. “Soy el príncipe heredero del Reino de Natra,
Wayne Salema Arbalest.”

♦◊♦

“¡W-Wayne! ¡¿Por qué estás aquí…?!”


Falanya había hecho la pregunta que todos los demás estaban pensando.
Wayne estaba justo ahí. Pero debería haber estado en Natra haciéndose cargo de los
asuntos gubernamentales.
“Oh, fui capaz de terminar el trabajo antes de lo esperado. Me di cuenta que todavía
podía llegar a tiempo para la ceremonia y llegué aquí en el caballo más rápido que pude
encontrar.”
Wayne miró alrededor de la habitación.
Sé que irrumpí aquí, pero, ¿qué estaba sucediendo antes de que llegara…?
Él había escuchado de la delegación sorprendida que el Príncipe Demetrio había
aparecido repentinamente en la mansión sin previo aviso. Wayne se había precipitado
en medio de la situación de Falanya.
En otras palabras, no tenía detalles acerca de la situación.
Pero no era el mejor momento para tratar de aclarar los hechos.
¿Qué se suponía que debía hacer?
…Ninym, ¡Ayuda! Wayne suplicó con sus ojos, enviándole una señal de auxilio.

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Ninym lo hizo como siempre. Ella garabateó los detalles en una pieza de papel y
discretamente lo levantó para mostrárselo a Wayne. Él leyó sus notas mientras
continuaban hablando.
“Después de todo, se trata de un matrimonio entre el Príncipe Demetrio y mi
hermana, Falanya.
No veo razón para… ¡Esperen! ¿Matrimonio?”
Wayne apartó su mirada de las notas. Ninym asintió con la cabeza vigorosamente.
¡¿Qué?! ¡¿Qué demonios le estás pidiendo a mi hermana, hermano?!
Mientras Wayne continuaba desconcertado, Ninym le enseñó otra nota.
Um… Oh, ¡lo entiendo! Falanya no podía decidir sin preguntarme, y ahora está
siendo y ahora está siendo plantado… ¡¿No es malo que esté aquí entonces?!
Él había entrado en la habitación mientras ella estaba utilizando su ausencia como
una excusa para rechazar a Demetrio. Lowellmina inmediatamente había tomado nota
de esto, mirándolo con una expresión que prácticamente gritaba, ¿Qué demonios estás
haciendo?
Aunque tomó un momento, Demetrio se había recuperado. Su boca se retorció en
una especie de sonrisa de las cosas están yendo a mi manera.
“Estoy encantando de encontrarlo aquí, Príncipe Wayne. Mire, Princesa Falanya, su
hermano ha venido a rescatarla. No tiene objeciones en que el príncipe decida su
matrimonio, ¡¿Cierto?!” Demetrio sugirió.
“…Sí, por supuesto,” Respondió Falanya, asintiendo ansiosamente.
Ella ya no podía rechazarlo, solo podía confiar en que Wayne los sacaría de este
desastre.
“Bien entonces, Príncipe Wayne. Sin más preámbulos, deseo preguntarle su opinión
sobre la unión entre la Princesa Falanya y Yo… ¿Supongo que no tiene ninguna
objeción?”
Demetrio realmente los estaba presionando para que hicieran esto.
“¡—Por supuesto! ¡Estoy de acuerdo!” Wayne aceptó la propuesta de Demetrio sin
perder un segundo. “Si funciona, nuestra relación con el Imperio será una roca sólida.
Sera una piedra angular para la armonía entre nuestros dos países. ¡Falanya, levanta la
cabeza! Debería estar feliz.”
“C-cierto…”
Demetrio nunca hubiera esperado que él fuera así de entusiasta. Falanya lucía
visiblemente disgustada, pero Wayne sonreía.

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“Está es una buena noticia—¡Pensar que tendríamos dos uniones con la realeza del
Imperio de Earthworld!”
“¿Qué…?”
La declaración de Wayne no llegó de inmediato a Demetrio, quien le devolvió el
parpadeo. Como haciéndolo a un lado, Wayne se dirigió a la princesa Imperial.
“¿No está de acuerdo, Princesa Lowellmina?”
“…Sí, en efecto.” Lowellmina lucía un poco preocupada al comienzo, pero luego
tenía una sonrisa maquiavélica. “Mi matrimonio con el Príncipe Wayne fue retrasado
debido al estado de la nación, pero creo que es una buena oportunidad para abrir la
conversación nuevamente.”
“¡Ngh…!”
Fue cuando Demetrio recordó: Lowellmina había ido a Natra el año pasado…para
discutir el matrimonio con el Príncipe Wayne.
“Si me caso con el Príncipe Wayne, y tú te casas con la Princesa Falanya, Natra
tendrá una gran influencia en el Imperio.” (Me debes una bien grande, Wayne.)
“Mi hermana y yo deseamos convertirnos parte de la familia Imperial. Podría
comenzar a tener algunas ambiciones desmesuradas si no tienes cuidado.” (¡HA! Tú eres
quien me debe una por lo que sucedió el año pasado.)
“¡Oh, Príncipe Wayne! No puede hacer eso. Pero usted es un hombre de muchos
logros… Estoy segura que la gente del imperio depositará sus esperanzas en usted.” (He
regresado el favor a través de la Princesa Falanya.)
“En ese caso, daré lo mejor de mí para no traicionar esas expectativas. Una vez que
nuestras uniones se oficialicen, espero trabajar junto a usted, Princesa Lowellmina.”
(¡Por favor! ¡No recuerdo que alguna vez hayas sido noble, Lowa!)
“Por supuesto, Príncipe Wayne. Unamos nuestras manos y ayudemos a florecer al
Imperio.” (Si te vas a quejar, te dejare flotando a la deriva.)
Los dos estaban en la misma página en su conversación.
Demetrio rápidamente los interrumpió. “¡E-espera! Lo prohíbo, Lowellmina.
¡¿Crees que puedes decidir esto por tu cuenta…?!”
“¿Por mi cuenta?” Lowellmina parloteó, encogiéndose de hombros. “El emperador
decide todos los matrimonios Imperiales. Viendo que estamos sin uno, no veo por qué
no puedo escoger por mi cuenta.” Ella explotó en risa. “Usando tus propias palabras,
esta discusión es entre Wayne y yo… Terceras personas no tienen voz aquí.”

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“¡Nngh…!” Demetrio contuvo su lengua cuando sus propias palabras fueron
utilizadas contra él.
Si hubiera dos matrimonios, no había duda que Natra tendría más influencia en el
Imperio. Y Wayne básicamente había admitido en causar conflictos por interés.
Demetrio aborrecía la mera posibilidad.
¡Maldición…!
Debía ser él quien los arrinconara, peor había sido él quien había sido llevado a una.
Habían llegado a un callejón sin salida, y Demetrio no podía encontrar una pizca de
inspiración que pudiera salvarlo. Pero no podía simplemente pretender que esto no había
sucedido y salir corriendo. Su orgullo no se lo permitiría.
“—Con todo el debido respeto, Príncipe Wayne…” Ninym comenzó lentamente.
“Nuestro reino tiene una tradición de prohibir a la realeza contraer matrimonio dentro
de la misma familia. Aunque las parejas de ambos se convertirían en dignatarios del
Imperio, no es algo que debería ser tratado a la ligera…”
“Whoops. Me olvide acerca de eso,” Wayne dijo inocentemente. “Esto podría ser
un problema, era una tradición venerada en los viejo tiempos…pero podía impedir el
progreso por seguir ciegamente las reglas.”
Por supuesto, no existía ninguna regla. Ninym acababa de inventarla. Cuando
Wayne se dio cuenta que Demetrio había sido atrapado en su propia trampa, Ninym
había pensado en esto para darle una escapatoria.
“S-sí. No tengo problema con finalizar todo el día de hoy, pero si insiste, puedo
esperar por ahora.”
Arrinconado, quien sea saltaría hacía la primera escapatoria en frente. Mientras
Demetrio respondía según lo esperado, Wayne extendió su mano.
“Aprecio su consideración, Príncipe Demetrio. Discutamos esto en una fecha
posterior.”
“…Muy bien. Hablaremos entonces.”
Y esta reunión inicial con Demetrio llegó a su fin.

Luego de insistir que no necesitaba se despedido, Demetrio dejo la mansión.


Lowellmina decidió que sería lo mejor regresar a su propia residencia.
“Me retiraré por esta ocasión. No deseo interrumpir en esta pequeña reunión.”

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“Lamento no haber podido pasar más tiempo con usted, Princesa Lowellmina,”
Wayne ofreció.
“No necesita disculparse. Disfruté nuestro tiempo. Bien entonces, lo veré en otro
momento, Príncipe Wayne.” Y con eso, Lowellmina dejó la habitación.
Todos los que quedaban en la habitación eran Wayne, Falanya y Ninym…
“¡Wayne!” Falanya inmediatamente le dio un gran abrazo. “Estaba muy sorprendida
al verte aquí. ¡Pero estoy muy feliz!”
Ella frotó su rostro en su pecho, y él la abrazó.
Wayne sonrió. “Estaba preocupado por cómo te estaba yendo, pero supongo que fue
por nada. Parece que estás perfectamente bien sin mí. Has estado trabajando reamente
duro. Estoy impresionado, Falanya.”
“¡Hee-hee!” Falanya sonrió.
Ninym le dio una mirada a Wayne. Sabía lo que significaba.
¿Por qué viniste de manera tan repentina? Ninym señaló con sus ojos.
Tengo mis razones. Lo explicaré después. La razón más grande es que
repentinamente tuve la compulsión de ver que ella estaba bien. Estaba preocupado…y
trastornado por no dormir y una larga noche de trabajo.
Uh-huh…
Bueno, terminé todas mis tareas, así que todo debería estar bien en Natra.
Debería estar preocupado por los asuntos de Imperio, Wayne pensó.
“Pero ahora. Nunca me hubiera imaginado que un Príncipe Imperial te propondría
matrimonio, Falanya.”
“Estaba sorprendida,” Falanya respondió antes de ponerse tímida. “¿Qué planeas
hacer, Wayne…?”
Wayne pensó por un momento. “Buena pregunta… Ambos somos de la realeza. Lo
que significa que los matrimonios políticos son inevitables.”
Falanya asintió.
“Y dado a que es importante escogerte una pareja sabiamente.” Wayne acarició el
cabello de Falanya. “No tenía ni la más mínima intención de entregarte a ese tipo. Si
quiere a mi hermanita, tiene que unificar el continente—como mínimo.”
Falanya lucía un poco molesta por el gran prerrequisito pero rio. “Entonces nunca
seré una novia.”
“¿Oh, en serio? En ese caso, tal vez me aligere un poco… pero entonces de
nuevo…”

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Mientras Wayne comenzaba a lucir preocupado, Falanya se puso a reír a carcajadas.
“Bien, iremos paso a paso,” dijo Wayne. “Primero, ¿Te importa si tomó un
descanso? Montar hasta aquí desde Natra me ha dejado agotado.”
“Entendido. Prepararé una habitación de inmediato.”
“Mientras tanto, déjame contarte acerca de Mealtars. Está llena de cosas
interesantes. Por ejemplo… ¡Oh! ¡Cierto! Esta caja,” Falanya comenzó.
“¿Hmm? ¿Qué es esto? No tiene una tapa.”
“Um, la llaman caja de sorpresas.”
“Oh, lo entiendo. Tiene alguna clase de truco. Si presionas aquí, los deslizas
alrededor, y luego mueves esto… Oh, está abierta. Fue divertido… Espera. ¿Qué
sucede, Falanya?”
“¡…Hmph! ¡Bien! ¡Se así!”
Falanya se giró hacia un lado, dejando a Wayne preguntándose que había hecho
mal.
Ninym le ofreció una sonrisa con ironía y silenciosamente dejo la habitación para
no interrumpirlos.

No le tomo mucho tiempo a la ciudad entera escuchar que la inesperada llegada de


Wayne.
A partir de entonces, la política de Mealtars se dirigiría hacia una nueva fase—

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† Capítulo 5 ‡ Molesto en la Ciudad Comercial †

“…Ya veo. Creo que entiendo lo esencial.”


Era la mañana después de que Wayne llegara a Mealtars. Ninym había puesto al
corriente a Wayne.
Él cruzó los brazos. “No me sorprende que estuviera agotada durante la ceremonia.
Y sabía que rechazarías el trato con Lowellmina. Pero nunca hubiera adivinado que
habría un ataque y una propuesta de matrimonio.”
“Lo siento. Si hubiéramos regresado a casa justo después del ataque, podríamos
haber evitado la propuesta.”
“No hiciste nada malo, Ninym. Si hubiera estado aquí, nos hubiéramos quedado.
Piensa en esto como algo bueno. Ahora sabemos que debemos tener cuidado de
Demetrio… bostezo.”
“¿Te encuentras bien, Wayne?”
“Supongo que me pase de la raya. Estoy exhausto.”
Dormiré por tres días seguido cuando regresemos a Natra, Wayne planeó en
silencio.
“Los problemas reales empiezan ahora. Los dos problemas más grandes son como
rechazar la propuesta de matrimonio de Demetrio pacíficamente y la de hacer que todos
volvamos a casa en una sola pieza. Si es posible, también me gustaría sentarme con el
Príncipe Bardloche y el Príncipe Manfred.”
“Entiendo por qué queremos dar prioridad a los dos primeros, pero, ¿Por qué al
Príncipe Bardloche y al Príncipe Manfred?”

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“Para empezar quiero tener una buena medida de su carácter. Y quiero establecer
alguna clase de lazo con ellos para el futuro. Además, tendré una idea de la cumbre, y
puedo disipar la impresión de que Natra está aliada a la facción de Lowellmina.”
“Tiene sentido.” Ninym vio que es lo que trataba de decir.
En el primer día de la ceremonia, cualquiera podía decir que Falanya y Lowellmina
estaban en buenos términos—lo cual era un signo de que la princesa Imperial era
amistosa con Natra.
Pero si el Príncipe heredero a la corona se tomaba el tiempo para hablar con los
príncipes Imperiales, colorearía la opinión pública sobre la relación entre Falanya y
Lowellmina—de lo político a lo estrictamente personal.
“Bueno, a cambio, reducirá la credibilidad política de Falanya. Pero pienso que vale
la pena el esfuerzo.”
“¿Cómo entraras en contacto con ellos? ¿Harás que Lowa lo preparé?”
“Esa sería la manera adecuada, pero realmente no quiero que ella me domine…”
Esa era la manera de Lowellmina. No le sorprendería si ella le hiciera este favor e
intentara hacer que le pague el doscientos por ciento.
“Pero no tienes otra opción, ¿Cierto? Especialmente porque no tenemos mucho
tiempo.”
“Verdad. Me imagino que Levetia no se quedara en silencio por mucho. Mejor
termino todo antes de que suceda…” Wayne intentó pensar en un plan alternativo.
Alguien golpeó la puerta. Era una dama en espera.
“Por favor perdóneme. Príncipe Wayne, dos mensajeros han venido a verlo.”
“¿Mensajeros? ¿De dónde?”
“Uno es del Príncipe Bardloche y el otro es del Príncipe Manfred. Ambos han
extendido invitaciones para reunirse con usted, Su Alteza.”
Wayne y Ninym automáticamente se miraron entre ellos.
“…Bien, estaré allí enseguida. Que me esperen.”
“Entendido.”
La dama en espera se fue, y Wayne rio suavemente.
“Parece que no era el único esperando por una oportunidad.”
“Parece de esa manera. ¿Pero a cual escogerás, Wayne?”
“Hmm…” Wayne pensó por un momento. “Bueno, dijiste que te llevaste bien con
el alcalde.”
“¿Qué? Sí, él invitó a la Princesa Falanya para un recorrido guiado por la ciudad.”

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“En ese caso, capitalizaremos eso.” Wayne sonrió mientras se ponía de pie.

♦◊♦

Como el alcalde, Cosimo recibía a varios visitantes en su mansión—para la política,


reuniones de presupuesto y algunas veces temas oscuros.
Inevitablemente, las salas de recepción estaban constantemente listas para recibir
invitados. Cosimo especialmente apreciaba los detalles estéticos y los detalles de la
habitación donde recibía a los miembros de las familias nobles. Era su salón de orgullo,
apropiado para cualquiera.
Pero en este día, su hinchada confianza se había reducido a una pequeña partícula
que podía ser levantada con la más mínima briza.
“Estoy terriblemente apenado de que esto haya sido todo lo que pude preparar.”
Tres personas y Cosimo estaban sentadas justas en el salón.
“Es perfectamente utilizable. Vinimos con tan poco tiempo de aviso, después de
todo, dijo Wayne, una de las tres personas. “Escuché que usted ayudo mucho a mi
hermana, y yo quería expresar mi gratitud, Alcalde Cosimo.”
“Es demasiado amable, Príncipe Wayne.” Cosimo se inclinó reverencialmente antes
de dirigirse a alguien más. “Príncipe Imperiales, en el caso de que algo les moleste, por
favor no duden en informármelo.”
“Debería estar bien. El té básicamente sabe igual en todo lugar.”
“No tienes clase, Bardloche. Pero no tengo nada por lo que quejarme.”
Las otras dos personas en la habitación: el Príncipe Bardloche y el Príncipe
Manfred.
Era una reunión de tres personas entre las familias reales de Natra y el Imperio de
Earthworld. Incluso Cosimo tenía razones para estar tenso.
“Nunca me hubiera imaginado que enviarías a un mensajero al mismo tiempo que
yo, Bardloche. Parece que has tomado un interés por el Príncipe Wayne.”
“Al igual que tú. Tan calculador como siempre.”

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“No soy como tú, Bardloche. No tengo tu fuerza física, así que tengo que depender
de mi cerebro.” Manfred se encogió de hombros dramáticamente. “Sin embargo, me
sorprendió que el Príncipe Wayne escogiera este lugar.”
Fue Wayne quien había escogido la mansión de Cosimo como su punto de
encuentro.
Dado que sus invitaciones habían llegado al mismo tiempo, Wayne normalmente
tendría que haber escogido a uno para ser pospuesto para una fecha posterior. No
obstante, eso no enviaría el mensaje correcto. Dado que quería estar en buenos términos
con ambos príncipes, sería lo mejor para él evitar despertar cualquier emoción negativa.
Por lo tanto, este plan de reunirse con ambos al mismo tiempo.
Había escogido la mansión de Wayne estratégicamente como su punto de encuentro:
Los príncipes Imperiales querían ganarse a Mealtars, y Cosimo quería medir a Wayne
y a los príncipes por el mismo.
Lo que los trajo a todos aquí.
“Parece que también tiene un buen cerebro sobre sus hombros, Príncipe Wayne.”
“Oh, en lo absoluto.” Wayne negó con la cabeza humildemente. “Ya saben que he
estado en guerra tanto con Marden y Cavarin desde que me convertí en regente. Si
hubiera sido capaz de ver a través de sus motivos, podría haberlas evitado. Estoy
sorprendido de mi propia idiotez.”
“Si, pero los derrotaste,” respondió Bardloche. “Escuché que tu ejército era inferior
al de Marden y al de Cavarin. Quiero saber es como gano aun así.”
“Oh, estoy de acuerdo. Me gustaría escuchar sobre como lidero a su ejército,
Príncipe Wayne. Se rumora que usted es el más grande estratega de nuestro tiempo,”
Añadió Manfred.”
“Esa es una exageración pero supongo que puedo compartirlo si están interesados.”
Wayne comenzó a contar su tiempo en el campo de batalla, y la reunión tuvo un
gran inicio.
Se expandió a una discusión de artes marciales con Bardloche, seguido por Manfred
hablando acerca del diario donde narraba sus viajes por el Imperio. La conversación
pareció despegar por su cuenta.
Por supuesto, todo esto era superficial. Debajo de la superficie, todos estaban
absortos es sus propios pensamientos enrevesados.
Bien, tracemos la situación, Wayne pensó. Estoy aquí para convencerlos que no
soy parte de la facción de Lowellmina e insinuar mi interés por apoyar a ambos

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príncipes…todo sin declarar nada abiertamente o aliarme con alguno. Quiero dejar
esta reunión pensando que pueden hablar conmigo, aunque no consiguieran que me
uniera oficialmente a una de sus facciones.
Ese sería el mejor resultado para Wayne. Pero Bardloche y Manfred tenían objetivos
diferentes. Wayne tenía que encontrar un terreno común con ellos.
¿Cuándo debería decirlo…?
Wayne trató de encontrar una oportunidad mientras la reunión continuaba.
“Por cierto,” Manfred comenzó, “Escuche que Demetrio se presentó sin previo
aviso en sus residencia el otro día. Si hizo algo desvergonzado, me disculpo en su lugar
como un miembro de la familia real.”
“No fue nada. La Princesa Lowellmina se encontraba con nosotros y actuó como
mediadora.”
Todos quedaron en silencio.
Wayne había mencionado a Lowellmina. Esto provocaría que todos los
participantes discutieran el meollo del asunto.
“…Parece amigable con Lowellmina. Por lo que he escuchado, ustedes eran vistos
juntos a seguido en la academia militar.” Manfred notó.
“Es extraño que nos llevemos bien. Ella es una amiga irremplazable.”
“¿Una amiga? ¿Acaso no hablaron de casarse?”
“Ese es un asunto político. Definitivamente somos amigos, pero eso está separado
de los asuntos nacionales. Esas discusiones han sido puestas en pausa por razones
políticas.” Wayne sonrió con ironía.
Si no tuvieran guisantes por cerebro, los príncipes se hubieran dado cuenta del
verdadero significado de su declaración.
Él no estaba enamorado de Lowellmina. Estaría dispuesto a abandonar el barco en
las circunstancias adecuadas.
Era una blasfemia comparar y enfrentar a los miembros de la familia Imperial uno
contra el otro. Demetrio ya hubiera estado indignado en este momento, pero Bardloche
y Manfred no estaban desconcertados. Ellos habían venido a esta reunión esperando
algo entre las líneas.
Pero todavía podrían tener un momento duro decidiendo si quieren tomar esos
motivos al pie de la letra.
Él había puesto la bolla a rodar. ¿Cómo interpretarían esta situación? ¿Devolverán
la bola o la tirarán?

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Wayne sorbió su té y espero por sus respuestas.
Sería mejor para ellos abordar este tema con cautela y de manera indirecta. Cada
palabra en esta negociación exterior tenía un potencial con un gran impacto en las
políticas nacionales. Necesitaban ser cuidadosos para sentar las bases, comenzando por
entender el otro lado, y finalmente—
“Entonces únete a mi facción,” dijo Bardloche.
“¡¿B-blergh?!” Wayne escupió su té.
¡Espera! ¡Hay pasos para esto! Sabes que hay un orden para estas cosas,
¡¿Cierto?!
Wayne se quedó boquiabierto ante Bardloche por adelantarse el programa, pero a
Bardloche no parecía importarle.
“Lowellmina es una mujer. Sé que su facción de patriotas está ganando fuerza, pero,
¿Qué se puede ganar de un grupo que simplemente se retuercen las manos acerca del
futuro? No contribuirás en nada al mundo al apoyarlos.”
“Ah, no, erm—”
“Si recuerdo correctamente, los Flahm son esenciales en su reino. No se preocupe.
No podría impórtame menos la raza o la región. Yo creo en la meritocracia, lo cual
saben mis subordinados.”
“Eso es fantástico, pero, bueno, erm…”
“Se le concedió el derecho de formar una alianza conmigo cuando derrotó a Marden
y Cavarin. Únete a mí. Voy a necesitar toda la ayuda que pueda conseguir si planeó
unificar el continente.”
“C-cierto…”
La mente de Wayne se aceleró. No podía pasar a través de Bardloche—por una
razón diferente a la que cuando estaba tratando de razonar con Demetrio.
Y ya que Bardloche se había dirigido a él de esta manera directa. Wayne no podía
responder con una respuesta comprometedora. Eso haría que se viera mal, y no sería
óptimo para los futuros desarrollos. Wayne estaba tratando de averiguar sus opciones
cuando escucho una leve risa, burlándose de Bardloche.
“¿Una meritocracia? Nunca pensé que oiría eso de ti, Bardloche.”
“¿Qué estás tratando de decir, Manfred?”
“Mira a tus subordinados. No hay una sola persona que no sea un estratega
musculoso. ¿No estás seguro que quisiste decir musculo-tocracia?”

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Los príncipes se miraron entre sí. Bardloche tenía el cuerpo más grande, y Manfred
no podía rivalizar la intimidante mirada de acero de los ojos de su hermano, pero no
apartó su mirada ni siquiera una vez.
“Poder es lo que es Imperio necesita en este momento. Un país fuerte, una
emperador todopoderoso, un poderoso ejército. ¿No entiendes que esa es la base misma
de esta nación?”
“Descuidar los asuntos internos hará que el Imperio se desmorone. Y continuaremos
buscando por el siguiente lugar para invadir para cargarles con nuestra deuda nacional.
Como un enjambre de langostas. Me pregunto, ¿Cuándo fue que el Imperio se convirtió
en una colmena?”
“Dice quien ha estado esperando de pies y manos por un montón de imbéciles
desleales. Juntase a un grupo de sanguijuelas con promesas vacías. ¿Crees que eso te
ayudará a superar estos tiempos difíciles?”
“No lo entiendes. Todo depende en como utilices a esas personas. Los idiotas creen
que es mejor reunir a los luchadores más fuertes, pero eso básicamente es una
declaración de que sus estúpidos cerebros no pueden pensar en una manera de utilizar a
los débiles. Muestra que eres de mente estrecha. ¿No estás avergonzado?”
Eso fue un crujido…de los huesos del molesto puño cerrado de Bardloche.
Era un ambiente volátil, pero Manfred valientemente aparto la mirada de su
hermano. “Hey, Príncipe Wayne. ¿No lo cree también?”
¡¿Qué—?! ¡¿Me estás preguntando—?! Wayne gritó por dentro. ¿Estás jugando
conmigo? ¡No me metras en el fuego después de que los has empapado de aceite! ¡Te
daré una paliza!
Era demasiado tarde para que Wayne sometiera a Manfred a una mordaz tormenta
de críticas. Los ojos de Bardloche se posaron en él, y Cosimo contuvo la respiración,
sin moverse de su lugar todo el tiempo, anticipando la respuesta de Wayne.
“…Esta es mi opinión personal, pero…”
Wayne encontró difícil ponerse detrás de cualquiera de los dos. Y no quería adular
a ninguno de ellos.
Eso lo dejo con una sola opción.
“…Tengo que decir, que pelean por las cosas más pequeñas.”
“¡¿Qué…?!”
“¿Hmm…?”

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Wayne podía ver que su audaz declaración había encendido una llama en sus ojos y
rio con arrogancia, deseando poderse ir a casa.
“Sus respectivos argumentos son sólidos. Pero no son nada más que sueños
inalcanzables cuando realmente miras la situación. Sus lenguas audaces no les ayudaran.
Hágannos un favor a todos y lleven la cumbre a un tipo de resolución.”
¡Mierda! Wayne inmediatamente se arrepintió. Fui demasiado lejos.
Simplemente había querido decir que estaban hablando en grande, aunque no
podían siquiera sacar a su propio hermano de la carrera por el trono. Pero
accidentalmente había escogido palabras problemáticas. Preparó su arma oculta,
esperando para ver lo que harían.
“¡—Ha-ha-ha!” Manfred repentinamente dejo escapar una risa sincera. “¡Tiene
razón, Príncipe Wayne! ¡Aunque hemos estado presumiendo, no hemos logrado sacar a
Demetrio!” él se levantó de su asiento. “Disfrute de nuestro tiempo el día de hoy,
Príncipe Wayne. Una vez que hayamos resuelto las cosas con la cumbre, me encantaría
volver a hablar con usted.”
Mientras Manfred dejaba la habitación, Bardloche también se puso de pie.
“…Por muy frustrante que sea, tengo que admitir que lo que dices es verdad. Dije
que tenías todo el potencial de un subordinado, pero podría ser yo quien necesite dar un
paso adelante y probarme como un Líder,” dijo Bardloche. “Nos reuniremos
nuevamente cuando lo haga.”
Él salió de la habitación, dejando solo a Wayne y a Cosimo detrás.
Cosimo no estaba tratando de adularlo mientras le hablaba a Wayne con sincera
simpatía.
“…Buen trabajo hoy, Príncipe Wayne.”
“…Sí, gracias,” respondió con una sonrisa cansada.

♦◊♦

“Ah… estoy exhausto,” Wayne gimió cundo regreso de la mansión de Cosimo.


Ninym vino para recibirlo.
“¿Cómo está Falanya?” Preguntó.

Página 102
“Nuevamente está en el salón de asambleas. Pero hemos incrementado la cantidad
de guardias tal como lo pediste. Y Nanaki está con ella.”
“Bien.” Wayne asintió.
Ninym continuó. “¿Y cómo fue tu reunión con los príncipes?”
Ella no lo había acompañado, ya que estaba ocupada preparando al nuevo personal
y los bienes que vinieron con Wayne.
“Acerca de eso… Parece que los métodos ordinarios no funcionaran con Bardloche
y Manfred.”
“No obstante,” Wayne continuó, “Cumplí lo mínimo indispensable. Ven que
tenemos el potencial para discutir las cosas más a fondo… ¡Creo!”
“La última parte me tiene ansiosa.”
“Bueno, probablemente…definitivamente…funcionará… De todas formas,
¿Sucedió algo de tu lado, Ninym?”
“Nada en lo absoluto. Excepto esto.” Ninym sacó una sola carta.
“¿Qué es eso?”
“Una invitación de Lowa para una reunión secreta.”

Era el atardecer cuando Wayne y Ninym estaban de pie frente el lugar designado. Era
la torre de la que Cosimo le había contado a Falanya antes. La entrada estaba
normalmente cerrada y solo era accesible durante emergencias, pero estaba abierta.
Entraron a hurtadillas, recibidos por aire polvoriento, y subieron las gradas de madera
que llevaban a la cima.
“Maldición, Lowa tiene algo con esta clase de lugares.”
“Bien, ella disfruta salir con esto planes que requerirán que ella se reúna en secreto
con sus amigos en lugares raros. Como la cima de este campanario aparentemente.”
Ellos llegaron a su destino. Esperando por ellos estaba una gran campaña que lucía
como si tuviera muchos años, el paisaje urbano de Mealtars se bañaba en el crepúsculo,
y…
“Lo hicieron.”
La princesa Imperial del Imperio, Lowellmina, su perfil rojo por el atardecer. Ella
se dirigió hacia ellos con una sonrisa.
Pero esta vez, no estaba sola.

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Había dos personas más con ella. Sus sombras estaban perfectamente quietas a lado
de la campana.
“¡Wayne! ¡Ninym! Mucho tiempo sin verlos.”
“Ha pasado un tiempo”
Glen Markham.
Strang Nanos.
Wayne había pasado mucho tiempo con ellos en la academia.

♦◊♦

Al principio, solo eran Wayne y Ninym.


Luego de un momento, Strang entró en escena.
“¿Cómo logras actuar de esa manera?”
Para alguien de las provincias, la academia militar era básicamente un campamento
reducido para Strang. Él admiraba a Wayne por seguir su propio camino, incluso cuando
se enfrentaba a los nobles.
Entonces Glen apareció.
“Si voy a golpearte, tengo que llegar a conocerte.”
Glen veía a Wayne como un digno oponente, ya que Wayne lo superaba en todo lo
que hacía. Glen siempre había tenido orgullo y propósito como un futuro soldado del
Imperio.”
Y finalmente, allí estaba Lowellmina.
“Siento curiosidad por todos ustedes, ¿Me dejarían verlos?”
Su vida como un ave encarcelada, como la hija del Emperador, la había sofocado.
Ella había sido seducida por la forma de vida de Wayne.
Los cinco habían pasado varios de sus días juntos. Aunque sus caminos se habían
separado, esos días dorados nunca se desvanecieron.

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“Nunca pensé que la pandilla se volvería a reunir.” Wayne rio, apoyándose contra
el borde de la azotea. “Ambos lucen bien, Glen, Strang.”
“Tú también,” Glen respondió con sus manos cruzadas. “Desapareciste justo antes
de la graduación. Nunca pensé que te vería aquí.”
Strang sonrió con ironía. “Me sorprendió…no solo por qué Wayne esté aquí.”
“Tienes razón, Strang… Wayne.” Glen dio un carraspeo que parecía muy
intencional. “¿No tienes algo que decirnos?”
“¿Hmm…?” Wayne pensó en eso por un momento. “Oh si, Glen, yo fui quien se
aseguró que tu novia recibiera esa carta que nunca le enviaste.”
“¡¿Fuiste tú—?!” Glen trató de agarrar a Wayne.
“Retroqué tu escritura, para que se leyera más florida y anticuada. Deberías
agradecerme.”
“¡Cómo pudiste! Ella totalmente esperaba que fuera un experto en literatura clásica
cuando fui a verla. ¡¿Tienes idea cuán difícil fue evitar que se descubriera mi tapadera?!”
“Déjalo ir, Glen. ¡Solo fallaste porque mordiste más de lo que podías mascar!”
“¡Todo eso fue tu culpa—!”
Wayne y Glen comenzaron a pelar.
Strang les dio una mirada de reojo. “Bueno, ya sabemos que ningunos de los dos
son plebeyos.”
“¡Por qué mi aire real no puede ser contenido!” Wayne se jactó.
“¡Sí, claro!”
Los hombros de Strang temblaron de risa. “Es verdad. No eras lo más mínimo real.
Pero ninguna plebeyo entiende la etiqueta en ambos lados del continente o descifrar los
textos sagrados de la Iglesia.”
En esta era, era difícil aprender algo más allá del conocimiento general. Encima de
eso, aquellos versados en lenguajes y habilidades especiales eran pocos y distantes.
Requería tiempo significativo y dinero encontrar a estas personas, ofrecerles una
compensación apropiada y buscar su instrucción.
Lo mismo aplicaba para los materiales de enseñanza. No había textos que
incrementaran en dificultad para igualar el nivel y las habilidades del estudiante. Los
canales de comunicación todavía eran primitivos, lo que significaba que la información
y las experiencias estaban arraigadas en sus alrededores inmediatos. Los trabajos de los
autores tendían a desvanecerse en la oscuridad.”

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“Pensaba que eras el hijo ilegitimo de una importante familia noble…no el príncipe
de una nación extranjera.”
Ninym interrumpió. “Solo para que lo sepas, soy una plebeya común y corriente.”
“¿Te escuchas a ti misma? Eres la asistente del príncipe.” Strang se encogió de
hombros.
Lowellmina los corto. “De todos modos, brindemos.” Ella saco vasos para todos.
“¿Y adivinen qué? ¡Traje bocadillos!”
“Viniste preparada.” Comentó Ninym
“Lo estaba esperando con ansias. Cuando la Princesa Falanya vino en lugar de
Wayne, pensé que tendríamos que cancelarlo, así que estoy feliz de que podamos pasar
el rato.”
Mientras Lowellmina les ofrecía alegremente unos vasos, Wayne y Glen cesaron su
pelea. Ninym le sirvió vino a todos.”
“¿Por qué estamos brindando?” Wayne preguntó.
Lowellmina ya tenía una respuesta en mente.
“Debería ser obvio. ¡Muy bien! ¡Tres, dos, uno!”
“Por un trabajo interminable.”
“Por el futuro del reino.”
“Por la prosperidad del Imperio.”
“Para la liberación de la provincias.”
“¡Espera!” Lowellmina gritó. “¡¿Por qué todos ustedes están diciendo cosas
diferentes?!”
“Wayne, ¿Estás seguro que quieres brindar por una montaña de trabajo?” Ninym
confirmó.
“Voy a recibir vino a cambio de eso, entonces, ¿Por qué no?”
“Hombre, ¿Todavía sigues con lo de ‘liberar las provincias’?” Glen le pregunto a
Strang.
“Hare lo que sea para que eso suceda.”
“¡Hmph…!” Las mejillas de Lowellmina se hincharon de irritación.
Wayne levantó su vaso. “Solo bromeaba.” Rio.
“Hagámoslo de verdad esta vez—por nuestra reunión.”
Los cuatro resonaron, ““Por nuestra reunión.””
Sus voces claras rebotaron en la azotea al atardecer.

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“Glen. Strang. ¿Cómo han estado?” Wayne preguntó después de su brindis e
intercambio de cortesías.
“Después de graduarme de la academia, entre al ejército como tenía planeado. Sirvo
bajo el mando del Príncipe Bardloche en este momento.” Glen suspiró. “Para ser
honesto, no me importa en lo absoluto esta pelea entre facciones. Cualquiera puede ser
el siguiente emperador. Todavía estaría en el ejército, peleando por el Imperio. Pero mi
familia y la familia de mi novia están de lado del príncipe del medio…”
“Hmm, incluso Glen el Grande puede ir en contra de la familia, huh,” Wayne se
burló.
Glen resopló. “Hpmh, ríete todo lo que quieras.”
“¡Pffft! ¡Ah-ha-ha-ha-ha! ¡Qué triste! ¡Glen, eres nada genial—!”
“¡—GRAAAAGH!”
“¡¿Whoa?! ¡¿No fuiste tú quién me dio el permiso para reirme?!”
“¡Maldición! ¡¿No sabes lo que significa cruzar la línea?!”
“Hmm… ¿Qué podría significar? ¿A quién se le ocurrió?”
Strang sonrió mientras los dos comenzaban a pelear una vez más y regresó al tema.
“Yo estoy con el Príncipe Manfred, y actualmente estoy sirviendo como del gobernador
general en funciones en mi ciudad natal de Burnoch.”
Ninym inclinó la cabeza. “El gobernador general en funciones. Los has hecho bien
por ti mismo.”
“¿Recuerdan la rebelión? Los líderes de mayor rango fueron parte de ella. Sus
cabezas salieron volando después de la purga política. A pesar que estaba en la parte
baja de la escalera, me encontraba en esta posición.” Strang se estremeció. “Y ya que
nosotros participamos en la rebelión, Burnoch iba a sufrir consecuencias mayores. El
Príncipe Manfred de alguna manera intervino y aliviano las cosas.”
“Así que estás en deuda con él.”
“Eso es correcto. Además, el Príncipe Demetrio es indiferente acerca las provincias,
y el Príncipe Bardloche quiere gobernar con puño de acero. Por esa razón, Manfred ha
apelado a los débiles y a los privados del derecho a votar.”
“¿Realmente crees que lo obtendrás?”
“Para nada. Pero más personas se aferran a ese sueño que posiblemente puede
imaginar, Ninym. Quiero ayudar a que los sueños de mi tierra natal se hagan realidad.”

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Debe ser difícil, Ninym pensó. Era un admirable acto de devoción servir a otros
sobre ti mismo. Ella le habría dado una ronda de aplausos…si no hubiera sido una
conversación entre amigos.
“Me apena que simplemente no pueda invitarte a unirte a mi facción,” Lowellmina
se quejó.
Glen y Strang tenían obligaciones más grandes que su propia voluntad. Abandonar
sus deberes sería lo mismo que tirar la mitad de sus vidas.
“Parece que ustedes tres ya han discutido sobre esto,” Ninym notó.
“Sí. Decidimos enfocar nuestra atención en cada una de nuestras facciones,” Strang
respondió. Sus ojos se entrecerraron con agudeza. “Por lo que me preocupan las
políticas de tu nación, Wayne. ¿Qué planea hacer Natra?”
Wayne y Glen detuvieron su pelea, y el Príncipe se enderezó.
“Solo hay una cosa que un honesto y virtuoso príncipe de una pequeña nación puede
hacer”
“¿Honesto y virtuoso…?” Strang cuestionó.
“Él no es nada de eso.”
“No debes mentir, Wayne,” dijo Lowellmina.
“¡…Jueza presidenta Ninym! ¡¿No es una calumnia?!” Wayne se quejó.
“¿Qúe? Hmm…”
Lowellmina silenciosamente sacó una caja de madera. “Por cierto, Ninym, este es
un regalo para ti. Hay madera de incienso dentro.”
“Oh, también tengo algo para ti. Es una antología de Burnoch folktales.”
“Traje una espada de autodefensa hecha por un amigo, un herrero. Mira la
artesanía.”
“Todas las partes no son culpables.”
“¡Estás aceptando sobornos en gente de mí, Jueza!” Wayne se quejó mientras
expresaba su gratitud a cada una de las ofrendas.
“De vuelta al tema en cuestión,” dijo Wayne. “No planeo hacer amistad con ninguna
príncipe… por ahora. Se debe llevar a cada caballo a una carrera antes de apostar por
una ganador, ¿Cierto?”
“¿No será el elegido por el rumoreado príncipe de Natra automáticamente el
ganador?”

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“Eso es un poco generoso. Estamos haciendo algunos titulares, pero Natra es una
nación pequeña en el norte. No tenemos el poder para interferir en las políticas del
Imperio.”
“Hmm… Buen punto. Si te hubieras aliado con Lowa, no hubieras tenido razón para
hablar con los príncipes.”
Parecía que ya tenían conocimiento de su reunión con los dos príncipes.
“Por cierto, ¿Algún regalo para mí?” Wayne preguntó.
“Nada.”
“Nothing.”
“¡Estoy tan herido!”
Los hombres continuaron hablando.
Lowellmina susurró en secreto, “Ninym, tengo que pedirte un favor.”
“¿Cuál?”
“¿Podrías darme algo tiempo para hablar con Wayne a solas?”
“…Bien. Pero no intentes nada extraño.”
Parecía un buen momento para terminar la conversación de los muchachos.
“Dejémoslo por hoy. El sol ya se está poniendo,” Ninym dijo.
“Hmm… Tienes un punto. Que mal. Pero supongo que he dicho todo lo que tenía
que decir,” Glen respondió.
Strang asintió. “Hemos decidido cumplir nuestro deberes en nuestras posiciones
actuales. Supongo que eso es lo que esperaba de nosotros.”
Cualquier otro hubiera tenido dificultades para entender. Pero no había forma en
que la amabilidad y la animosidad pudieran coexistir entre ellos. Todas estas cinco
personas se sentían de esa forma.
“De todas formas, Wayne, Ninym, fue bueno verlos. Volvamos a hablar la siguiente
vez,” dijo Strang.
“Sí. No sé cuándo será eso, pero traeré algo de buen vino,” Glen añadió.
Los dos bajaron por las escaleras primero. Wayne fue para seguirlos, pero Ninym
le dio una mirada que lo detuvo. Él se detuvo en su lugar. Ninym siguió a los hombres
en su lugar.
Wayne y Lowellmina se encontraban solos en la azotea. Él fue el primero en hablar.
“¿De qué querías hablar conmigo?”
“Hmm, ¿‘Hablar’…? Intentan mejor con ‘consultar’ o ‘quejar,’” ella respondió
vagamente.

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“Bien…” Wayne respondió. “¿Finalmente te diste cuenta que dirigir una facción
apesta?”
“Mmm… Sí…” dijo Lowellmina, asintiendo en silencio. “No pensé que sería así de
difícil… Todos actúan conforme a su propio interés, y tengo que hacer un gran esfuerzo
para convencerlos de que apoyen una política común…” Lowellmina suspiró. “Pero me
imagino que tienes que hacer algo más difícil a diario.”
“Me tomaría tres días y tres noches para contarte acerca de mis agravios.”
“Estoy comenzando a pensar que debería tenerte un poco más de respeto.”
“Mucho más respeto.”
“Ahora que dices eso, no estoy segura de poder respetarte en lo absoluto…”
Lowellmina murmuró.
Wayne continuó. “¿Adivino que hay algo más?”
“……”
“Bueno, tengo una idea muy acertada de lo que es.”
Lowellmina permaneció en silencio.
“Querías que tus hermanos escogieran al siguiente emperador.”
Sus hombros temblaron ligeramente. Pero fingió ignorancia como si no fuera en lo
más mínimo verdad.
“¿Por qué pensaría eso?” ella preguntó. “Todos saben que no escogeremos al
siguiente emperador durante la cumbre y el verdadero propósito de este evento: el de
estableces nuestro dominio y el de fortalecer nuestras propias facciones al reunir aliado
poderosos en un lugar. ¿No estás de acuerdo?”
“Eso es verdad. Incluso Bardloche, Manfred o Demetrio no creen que llegaran a una
decisión. Pero todavía tienes fe. Sería extraño si no la tuvieras.”
“¿Por qué?”
“Todavía no has declarado que estas apuntando al trono, Lowa. Ni siquiera estás en
la pista. ¿Qué pensabas que está cumbre haría? Incluso si todo funcionara y todos
ustedes llegaran a una decisión, las probabilidades de que te conviertas en emperatriz
son nulas.
“……”
“El tiempo siempre ha estado de tu lado, Lowa. Las personas del Imperio
denunciarán a los tres príncipes sin que tú tengas que hacer nada. Se reunirán detrás de
su princesa, por el futuro del Imperio. No necesitas ser la anfitriona de la cumbre o
acelerar el proceso de decidir a un Emperador…por que la oposición entre los príncipes

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significa que la discusión no llegará a nada y que la opinión pública se inclinara más a
tu favor.”
Lowellmina no tenía nada que decir mientras se apoyaba contra el borde de la pared
de la torre.
“…No soy nada genial.”
Ella quería ser emperatriz. Quería cambiar las cosas. Pero había personas que estaba
asustada sin un líder. Lowellmina no había estado segura en sí debería seguir sus
ambiciones si eso significaba apartar sus ojos de ellos.
Luego de preocuparse y reflexionar, había convocado la Cumbre de los Hijos del
Imperio para poner orden. Ella había pretendido que todo era por razones
superficiales—para señalar que el Imperio todavía estaba de pie, para fortalecer sus
propias facciones. Pero debajo de todo esto, ella había esperado que realmente
decidirían un emperador.
“…Wayne, dame algunas palabras de aliento.”
“Uh, lo siento, se me acabaron.”
“Bien. Ahora que has escuchado lo que tengo que decir, ¿Cuál es tu opinión
honesta?”
“Que eres muy tonta.”
“Maldito…” Ella lo miró.
Wayne sonrió. “Pero hey, todo está bien. Apuntar por el trono es un viaje emocional.
No es raro que tus sentimientos te desvíen del rumbo.”
El continuó. “Y no te deprimas tanto. Tienes algo en lo que pensar. ¿Qué está
pasando en realidad con la cumbre?”
“No puedo dar ningún detalle, pero las perspectivas son sombrías. Demetrio tiene
una mente unidireccional para ser el Emperador, haciendo que conversar sea imposible.
Entretanto, Bardloche y Manfred nunca intentaron llegar a una decisión final durante la
cumbre.”
“Bien. ¿Y qué vas a hacer? ¿Apostar por una pequeña posibilidad? ¿Hacer a un lado
los deseos de las personas y aceptar el desafío?” Wayne sonrió. Era una sonrisa que
estaba lista para causar malestar. “Solo para que lo serpas, no me importaría ayudar.”
“……” Lowa no respondió. Luego de un largo silencio, se puso de pie
resueltamente.
“Es hora que también regresemos. No hemos quedado demasiado tiempo aquí.”

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Lowellmina pasó junto a Wayne y se dirigió hacia las escaleras. Justo antes de que
saliera, se detuvo y dio media vuelta.
“Wayne.”
“¿Qué?”
“Definitivamente te meteré en mis problemas—No perderé.” Lowellmina lo miró
con cariño, y parecía decidida.
Wayne respondió con una sonrisa torcida y la siguió por las escaleras.

♦◊♦

Wayne y Ninym regresaron a su mansión después de reunirse con sus tres amigos.
“Bienvenido de vuelta, Wayne.”
“Hey, Falanya. ¿Ya estás de vuelta?”
Ella había llegado antes de ellos, compartiendo emocionadamente lo que había
observado durante la asamblea. Wayne intervenía ocasionalmente mientras cenaban
juntos.
Después, repasaron su curso de acción en su habitación.
“Nuestro mayor problema es Demetrio.”
Ninym asintió de acuerdo. “Fuimos capaces de estableces una relación con el
Príncipe Bardloche y el Príncipe Manfred durante nuestra reunión. Y les mostramos que
no somos tan cercanos a Lowa como pensaban anteriormente. Si podemos entablar
amistad con el Príncipe Demetrio, nos habremos puesto exitosamente a una distancia
igual de todos ellos.”
Excepto que sabían que formar una relación con Demetrio era difícil. Después de
todo, Wayne los había golpeado verbalmente en su primera reunión. Demetrio debe
haberse calmado para este momento y dado de cuenta que había sido completamente
engatusado con palabras dulces.
“¿No sería mejor rendirse con Demetrio? Por lo que puedo ver, es el más lejano al
trono,” Ninym sugirió.

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“No. Si Bardloche y Manfred caen juntos, hay una posibilidad de que se levantará
como el Emperador. Sería una historia diferente si no hubiera una posibilidad de que
eso sucediera. Pero es demasiado pronto para decirlo.”
“¿Cómo podemos amistarnos con él? Planeas rechazar su propuesta con Falanya,
¿Verdad?”
“Obviamente. ¿Por qué en el mundo le confiaría a mi hermanita a él?”
“Tienes un serio complejo de hermanita.”
“Tengo el complejo bueno.”
¿Cuál es el malo? Ninym se preguntó pero mantuvo su boca cerrada.
“Tengo unas cuantas ideas para ponerme del lado bueno de Demetrio. Por supuesto,
todo necesita ir bien, pero crucemos el puente cuando lleguemos allí.”
“En ese caso, prepararé un mensajero… Aunque me imagino que no responderá.”
“…De nuevo, cruzaremos el puente cuando lleguemos allí.”
Wayne y Ninym asintieron mansamente.

♦◊♦

Mientras tanto, el príncipe Bardloche estaba resumiendo su día con un subordinado.


“¿Cómo le fue en su reunión con el Príncipe Wayne?”
“No puedes bajar la guardia,” dijo con franqueza. “No estuvimos juntos tanto
tiempo, pero él no mostró su posición o sus logros. Pude sentirla tratando de tomar la
delantera mientras nos observaba todo el tiempo.”
“Alguien con la cabeza fría, parece.”
“No diría eso. Él debe ser del tipo que puede cambiar entre calculador y apasionado
de un momento a otro. Nada como esos tipos que piensas que pueden arreglárselas solo
con la lógica.”
Como una artista marcial superior, Bardloche se había dado cuenta que Wayne no
había bajado la guardia ni una sola vez durante su encuentro. Incluso si algo inesperado
hubiera sucedido, hubiera actuado sin vacilar.

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“No pienso que fuera un golpe de buena suerte que lograra derrotar a Marden y a
Cavarin. El rápido ascenso de Natra en los años recientes tiene que serle atribuido al
Príncipe.”
“Si usted lo está elogiando, ¿entonces…?”
“Sí. Tenemos que ser cuidadosos con él, pero me las arreglaré. Una vez que esté
bajo mi mando, se convertirá en un activo importante para mi gobierno militar.”
Bardloche continuó con convicción. “Solo miren, Demetrio, Manfred. ¡Yo seré el
siguiente emperador…!”

♦◊♦

“¿—En qué está pensando Bardloche?” Manfred se burló.


El subordinado inclinó la cabeza. “Príncipe Manfred, ¿Está diciendo que el Príncipe
Wayne no es digno de su tiempo?”
“Puedo decir que él es excelente. Quiero decir, sus calificaciones en la academia
militar fueron tan inéditas que fueron borradas en su totalidad. Él está gobernando Natra
como un regente capaz, una persona remarcable.”
Los ojos del subordinado se ensancharon.
Manfred continuó. “Lo confirmé durante nuestra reunión de hoy. Nunca estará
satisfecho viviendo bajo las rodillas de otro gobernador. Si tratas de frenarlo, no solo
morderá tu mano—irá por tu garganta. Solo continuará mejorando con el tiempo. Si lo
dejamos vivir, se convertirá en una amenaza real.”
“Eso es…” El subordinado estaba sorprendido pero no dio respuesta alguna.
Si eso era lo que Manfred había decidido, entonces tenía que ser de esa manera.
“Tenemos espías vigilando a Demetrio, ¿Cierto?”
“Sí, logramos hacer que se infiltraran con éxito. Parece que Demetrio recientemente
ha perdido a algunos de sus peones, aunque los detalles específicos son desconocidos
para nosotros. Deberíamos ser capaces de movernos libremente ahora.”
Manfred asintió. “Ya que Demetrio ha causado un alboroto, supongo que el Príncipe
Wayne intentará arreglar la relación y le hará una visita. Ordena a nuestros hombres que
asesinen a Wayne allí.”

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“Entendido… Si un príncipe de una nación aliada muere durante la reunión, todos
verán al Príncipe Demetrio como sospechoso.”
Manfred sonrió con satisfacción. “Acabaremos con Wayne y destruiremos la
reputación de Demetrio. Dos pájaros de un tiro. Las personas de Natra se enfadaran,
pero sin el Príncipe Wayne, no serán una amenaza.”
“Entendido. Hare las preparaciones adecuadas…”
El subordinado inclinó la cabeza reverencialmente.

♦◊♦

Fue casi sorprendente que fuera tan sencillo reunirse con Demetrio nuevamente.
El mensajero había partido a primera hora la siguiente mañana y regresado a medio
día con una carta aceptando la invitación de Wayne.
“¿Qué crees que pueda estar planeando?” Wayne preguntó.
Demetrio obviamente era hostil hacia Wayne. Si el príncipe imperial tenía ganas de
reunirse, eso le daba a Wayne una causa para preocuparse.
“Buena pregunta… ¿Qué tal si se ha dado cuenta de nuestro valor como una nación
aliada y espera reparar la relación?”
Wayne asintió. Era plausible. Demetrio podría no sentirse de esa manera
personalmente, pero tenía que haber al menos unos cuantos vasallos que estuvieran
preocupados por dañar las relaciones. Deben haberlo presionado para responder, lo que
probablemente hizo de manera reacia.
Ella continuó. “Hay una probabilidad de que haya preparado algo para forzarte a
aceptar su propuesta de matrimonio con Falanya.”
Eso también era verdad. Demetrio podría haberles hablado a sus vasallos acerca de
su unión con Falanya. Si hubieran inventado un plan para detener el matrimonio entre
Wayne y Lowellmina, tendría sentido que Demetrio quisiera reunirse.
“No hay duda de que está detrás de algo,” dijo ella. “Pero ya que hicimos la petición,
no podemos retractarnos. Procedamos con cautela.”
Ninym estaba intentando de inspirarlo, pero la respuesta de Wayne fue más bien
muda.

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“¿Qué sucede?”
“Nada. Solo tengo algo de sueño.” Wayne bostezó.
Su viaje hasta Mealtars había sido apresurado, y no había descansado lo suficiente
desde su llegada. Wayne tenía mucho que hacer y mucho en lo que pensar.
“Wayne, si estás tan cansado…” Ninym tocó la cara de Wayne, pero él le ofreció
una pequeña sonrisa.
“Hey, esto no es nada. Es como escalar una montaña. Cuando haya acabado con
esta reunión, tendré mucho tiempo para dormir.”
“Si tú lo dices…” Ninym asintió reacia, jalando sus mejillas.
“Mejor nos apresuramos y preparamos. Es de Demetrio de quien hablamos. Si
llegamos tarde, podría desmayarse de la rabia.”
Los dos asintieron y se prepararon para partir.

♦◊♦

“Lo he estado esperando, Príncipe Wayne.”


Cuando Demetrio saludo a Wayne cuando llegó a su mansión, el príncipe Imperial
parecía de buen humor.
Supongo que debería asumir que tiene algo bajo la manga.
Wayne permaneció cauto mientras tomaba asiento en la sala de recepción. Ninym
se quedó de pie detrás de él como su asistente, y Demetrio estaba directamente frente a
ellos.
“Aquí estamos. ¿Me imagino que me invitaron para tener una conversación
constructiva?”
“Por supuesto. Príncipe Demetrio, no creo que vaya a decepcionarse si tiene altas
expectativas.”
Su reunión comenzó con rastro de tensión en el aire entre ellos.
“Ahora que lo pienso, escuche que se reunió con mis estúpidos hermanos el día de
ayer.”
“Me sentí horado por la oportunidad. Mi viaje a Mealtars ha valido la pena dado
que he tenido la suerte de conocer a todo los príncipes Imperiales.”

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“Hpmh… Dudo que hablar con ellos puedo servirle de algo.” Demetrio resopló
burlonamente.
Le reunión continuó de esta manera. Demetrio sacaría temas como para evaluarlo,
y Wayne los evadiría mientras mantenía la conversación. El príncipe Imperial quería
tener el control de la conversación para cuando llegaran a la discusión principal. Pero
Wayne había visto a través de su acto. Escogió sus palabras cuidadosamente y espero
que su oponente hiciera su siguiente movimiento.
Wayne espero y espero y espero.
¿—Por qué no me ha atacado aún?
Llevaban diez minutos de reunión. Y la conversación no estaba yendo a ningún lado.
Wayne refunfuño interiormente. Si su oponente todavía estaba calmado, pensaría
que todo estaba saliendo de alguna manera de acuerdo al plan de su enemigo. No
obstante, frente a él, Demetrio estaba visiblemente agitado. En otras palabras, las cosas
no estaba yendo nada bien para él.
¿Qué está haciendo…?
No podía ser que ha Demetrio no se le hubiera ocurrido nada en lo absoluto.

En el otro lado de la conversación, Demetrio pensaba para sí mismo.


¡¿—Por qué no ha propuesto nada?!
Él estaba echando humo.
Wayne y Ninym no había adivinado sus intenciones correctamente.
Ellos habían pensado que Demetrio había respondido rápidamente debido a que
tenía algo bajo la manga. Pero el príncipe Imperial no tenía nada de eso. Después de
todo, sus vasallos estaban ocupados con la cumbre y las negociaciones con los nobles
de sus facciones. Además, Demetrio nunca creyó que Wayne se había burlado de él.
Pensaba que solo era cuestión de tiempo antes que Wayne hiciera demandas, por lo cual
Demetrio dejo que dirigiera la reunión.
Hawái aceptado esta discusión porque pensaba que Wayne estaba listo para hablar
sobre su unión con Falanya.
Sin embrago, Wayne no estaba haciendo ningún intento por llegar al grano. Y
Demetrio se estaba poniendo más y más agitado.

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¿Planea tomárselo con calma? ¿Se le ha subido a la cabeza la reunión con mis
hermanos? Está muy equivocado si piensa que eso lo llevara a algún lado. Al final, no
es nada más que un príncipe de alguna nación campestre.
Ambas partes se mantuvieron en guardias en contra de una inexistente carta de
triunfo mientras continuaban danzando alrededor del tema.
El mozo se llevó el té frio, sirviendo una nueva taza y poniéndolas en frente de cada
uno, y trató de dejar la habitación mientras los dos estaban sentado sin palabras…
“——No te muevas,” Wayne le gritó al mozo.
“Ngh…”
Los hombros del mozo temblaron, y dio media vuelta.
“¿E-en que puedo ayudarlo?” El mozo parpadeó en sorpresa.
Demetrio estaba de la misma manera. Sus ojos se movían entre ellos mientras se
preguntaba qué estaba sucediendo.
“¿Tú preparaste este té?”
“…Sí, pero…” El mozo inmediatamente asintió con timidez, aparentemente
desconcertado por este giro de eventos.
Wayne lo presionó sin piedad. “Bébelo.”
“¿Qué…? ¿Este té?”
“Sí, ese té.”
El mozo miró alrededor de la habitación, pero los demás no dijeron nada,
boquiabierto ante el extraño comportamiento de Wayne. Dándose que nadie lo ayudaría,
el mozo se inclinó hasta el suelo.
“Con todo el debido respeto, eso ha sido seleccionado para albergar y entretener a
los nobles. Alguien como yo no debe—”
“Dije que lo bebas,” Wayne ordenó con fuerza. Haciendo que el sirviente sintiera
escalofríos. “Deberías ser capaz de consumirlo—si no hay nada extra en este.”
Los asistentes en la habitación finalmente entendieron la situación. Wayne estaba
implicando que el té había sido envenenado.
Todos los ojos se fijaron en el sirviente. Con la cabeza todavía inclinada, el sirviente
se quejó de la frustración.
¡¿Cómo se dio de cuenta…?!

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El sirviente era uno de los espías de Manfred. Él se había infiltrado en el dominio
de Demetrio hace algunos años, proveyéndole información a su facción. Justo el día
anterior, se le había ordenado asesinar a Wayne cuándo llegara a la reunión.
Wayne naturalmente estaría bien resguardado ya que estaba en lo que
esencialmente territorio enemigo. El sirviente escogió el envenenamiento como su
método de asesinato, y nunca pensó que sería descubierto justo antes de que pudiera
terminar el trabajo.
¡Mierda! ¡¿Cómo salgo de esto…?!
No tenía forma de saber que Wayne tenía sentidos intensificados que notaron su
mano tensa mientras servía el té, sus ojos furtivos, su paso mientras se alejaba…
Después de dedicarse a observar a las personas en su palacio, Wayne era veloz para
detectar el comportamiento sospechoso.
Los ojos de Wayne se enfocaron en cada movimiento del sirviente.
El cerebro de Wayne corría.
¿Fue Demetrio? No. No creo que invitara al líder de una nación aliada a su
residencia solo para envenenarlo. ¿Tendría más sentido si el culpable fuera Bardloche
o Manfred? Ellos podrían haberme percibido como una amenaza y tratado de
deshacerse de mí en la mansión de Demetrio para culparlo…
Wayne silenciosamente señaló a Ninym con su mano: Si el sirviente intenta escapar
o atacar, captúralo.
Ninym asintió y sutilmente se preparó para actuar.
Ni Wayne ni el sirviente hicieron el más mínimo movimiento, y la tensión
aumentó—hasta que sucedió algo que nadie hubiera esperado.
“¡—Ha-ha-ha!”
Demetrio repentinamente rugió de risa. “Me preguntaba que sucedía. ¿Un té
preparado con veneno? ¡Ridículo! ¡Estás bajo el techo de Demetrio, el siguiente
emperador! ¡Nunca recurriría a eso!”
Su ánimo pareció elevarse mientras despreciaba a Wayne.
Porque esto era lo que había deseado ver—como prueba de la debilidad de Wayne.
“¡No puedo creer que carezcas de valor para beber té y hacer falsas acusaciones para
cubrir tu trasero! ¡Increíble! ¡No entiendo que es lo que la gente ve en alguien como tú!”
Demetrio estaba más parlanchín que de costumbre.
Esto es malo, Wayne pensó. Por la reacción del sirviente, era obvio que el té estaba
envenenado. Si Demetrio continuaba con esto, sería humillado.

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Este era el karma. Pero todos los signos señalaban que Demetrio se estaba
desquitando por su vergüenza con Wayne. Si eso sucedía, sus planes para restablecer
relaciones fallarían.
“¿Um, Príncipe Demetrio? Me atengo a lo que dije.” Wayne trató de calmar a
Demetrio de alguna manera.
“Hmph. ¿Esto?”
“¿Whoa? Ah—”
Demetrio tomo la copa puesta en frente de Wayne.
“¡Está totalmente bien!”
Y se lo bebió de un solo trago.
Wayne lo miró boquiabierto. El sirviente y Ninym fueron pillados desprevenidos.
“¿Qué le parece, Príncipe Wayne? ¿Viste eso? No hay veneno en este…”
…té.
Hubiera dicho.
“—Urp.”
Pero Demetrio colapsó.
“¡¿Príncipe—?!” Wayne gritó, cuando el sirviente comenzó a correr.
Ninym reaccionó instantáneamente, pero lo hizo un poco tarde, preocupada por
Demetrio.
El sirviente utilizó ese segundo para escapar entre los asistentes y salir volando por
la ventana. Ninym se mordió la lengua y quiso seguirlo, pero Wayne la detuvo.
“¡Ninym! ¡Necesitaos un doctor! ¡Ahora!”
“Nhg… ¡Entendido!” Ninym salió apresurada de la habitación.
Wayne elevó su voz. “¡¿Por qué todos ustedes se quedan parados?! ¡Divídanse en
dos grupos! ¡Uno ira detrás del criminal! ¡La otra mitad necesita ayudarme!
¡Necesitamos apresurarnos y hacer que vomite el veneno!”
“¡C-cierto!” Los asistentes finalmente se movieron.
Pero, ¿Realmente podrían salvar a Demetrio? ¿Qué sucedería si no fuera así?”
Wayne continuó trabajando frenéticamente para salvar la vida del Príncipe,
imaginado el caos que estaba por venir.

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† Capítulo 6 ‡ Chica Icónica †

No tomó mucho tiempo en lo absoluto para que las noticias sobre el envenenamiento
del Príncipe Demetrio se esparcieran por toda la ciudad. Para bien o para mal, había
escapado de la muerte por poco. El incidente pasó de un asesinato por envenenamiento
a un atentado fallido.
Pero eso no significaba que pudieran tranquilizarse. Demetrio aún tenía que
recuperar completamente la consciencia, y el criminal todavía no había sido atrapado.
Los empleados de la mansión temían ser culpado y ejecutados, los rostros de los nobles
en su facción se pusieron pálidos ante el pensamiento de su incierto futuro. El Alcalde
Cosimo lucía como si fuera a desmayarse por el escándalo.
Mientras Wayne se atormentaba por cómo salir de esta situación, los problemas
llegaron. Los guardias de la ciudad habían llegado corriendo, solicitando que todos en
la mansión, Wayne incluido, vinieran con ellos a la jefatura para interrogarlos.
“¡No sean rudos! ¡¿Realmente creen que su alteza en el criminal?!”
Con Ninym a la vanguardia, los asistentes de Wayne se levantaron en oposición.
Pero los guardias no se moverían. Desde su perspectiva, había el testimonio verbal que
el perpetrador había escapado, pero también estaba la posibilidad de que Wayne hubiera
obligado a todos en la escena a mantener sus bocas cerradas.
Para restaurar su honor perdido, los guardias tenían que arrestar al criminal, incluso
si era el príncipe de una nación, no podían dejarlo libre tan fácilmente.
“No hay otra manera, huh. Yo iré.” Wayne finalmente se dio por vencido, viendo
que discutir no tendría sentido.

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Pero esto provoco rumores que Wayne había sido arrestado como el asesino. El
cotilleo de la ciudad comenzó a exagerar, mientas las personas especulaban que el
atentado contra la vida de Demetrio era trabajo de Natra y las facciones de Lowellmina.
“¡¿Gweh?!” Wayne imaginó que Lowellmina elevaría un grito al aire en el futuro
cuando las noticias llegaran a sus oídos.
Pero Wayne había sido confinado bajo el pretexto de una declaración oral, por lo
que no estaría allí para escucharla.
Luego pasaron tres días.

♦◊♦

“¡Finalmente estoy libre!” Wayne se extendió ligeramente en frente de la jefatura.


Él acababa de ser liberado un poco antes, aunque no estaban seguro si él había sido
limpiado de todas las sospechas. Pero Wayne era de la realeza. Había una posibilidad
de que hubiera sido liberado por razones políticas.
Debido a esto, él tenía que recolectar toda la información posible de la que se había
perdido en su ausencia.
“¡Su Alteza!” Ninym vino corriendo hacia Wayne. “¡Me disculpo por llegar
tarde…!”
“No te preocupes. Gracias por venir,” Wayne le dijo a su ayudante, a quien no había
visto en tres días.
Él le había encargado la tarea de notar cambios en la ciudad mientras estaba
confinado.
“Con todo el debido respeto, su complexión no luce bien. ¿Te trataron injustamente
durante tu confinamiento…?”
“No, simplemente estaba preocupado por el mundo exterior, y no dormí mucho.
Perdón por ir al grano, Ninym, pero, ¿qué ha pasado?”
“Sí... bueno, as cosas no lucen bien…”
Ninym procedió a llenar a Wayne de los últimos eventos.

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Quienes hicieron el primer movimiento fueron Demetrio y aquellos alrededor de él.
Luego de escapar de la muerte, parecía que estaba demasiado asustado para permanecer
en su actual residencia con su nebulosa memoria. La cumbre había sido puesta en pausa,
y les dijo a sus subordinados que regresarían a su propio domino a toda prisa. Dado que
su señor lo había ordenado, los vasallo no tenían más opción que obedecer. Y todos
sabían que Demetrio realmente había sido envenenado, por lo cual ni una sola persona
rechazaba dejar Mealtars.
Todo esto fue para decir que Camila y su pandilla de nobles partieron de la ciudad.
La cumbre había fallado en llegar a una resolución, y todos esperaban plenamente que
Bardloche y Manfred regresarían a sus hogares con sus facciones…hasta que hicieron
un movimiento sorpresa.
Ellos habían estacionado soldados en las cercanías, y ambos sitiaron Mealtars.
“Todo esto fue culpa de Mealtars.”
“Su plan fue el de abrir relaciones con el Oeste y asesinarnos a nosotros, los
Príncipes Imperiales.”
“Injustificadamente confinaron a nuestro aliado—el Príncipe Wayne—e intentaron
echarle la culpa.”
“¡Abran inmediatamente las puertas del castillo y permitan que mis fuerzas realicen
una investigación exhaustiva!”
Esta era la historia de acuerdo a Bardloche y Manfred. Su objetivo era claro.
Mealtars era una mina de oro, pero dado que había conservado una gran autonomía, no
tenía control. Su plan final era el de tomar ventaja de este paso en falso y poner a
Mealtars bajo su control directo.
Para Mealtars, este había sido un golpe de efecto.
Ellos habían estado en comunicación con el Oeste durante la rebelión, y habían
dejado que un Príncipe Imperial fuera envenenado en su propio territorio. Encima de
eso, el criminal aún no había sido atrapado. Y habían confinado al príncipe de una nación
aliada. Con todo, Mealtars se había encontrado atrapada en un dilema político.
“Esos tipos me estás utilizando para salirse con la suya…” Wayne refunfuño, de
vuelta en su mansión temporal.
La silla crujía mientras se inclinaba irritado. “Por cierto, Ninym, ¿Quién hizo el
primer movimiento, Bardloche o Manfred?”
“Manfred movilizó a sus fuerzas primero.”

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“En ese caso, Manfred podría ser quien ordenó mi asesinato… No, no puedo decirlo
con certeza todavía.” Wayne mentalmente compiló la información en su mente. “¿Qué
hay de Lowa? ¿Se fue de la ciudad?”
“Todavía está en la ciudad.”
“Oh, eso es sorprendente. Pensaba que ella se largaría de aquí.”
“Estabas confinado, pero el público todavía piensa que Natra es parte de la facción
de Lowellmina. Ha habido rumores que este intento de asesinato era parte de su plan.
Parece que la ciudad fue sitiada mientras ella estaba tratando de apagar esas llamas.”
Wayne explotó de risa, y ella continuó.
“Actualmente se encuentra trabajando duro con el Alcalde Cosimo para des escalar
la situación. Con Falanya.”
“Espera, ¿Ella está allí?”
“Sí. Ella estaba furiosa de que te llevaran a la jefatura de los guardias, pero dijo que
tranquilizaría la ciudad hasta que fueras liberado.”
Tiene sentido, Wayne pensó. Había demasiado sucediendo, pero estaba resultando
ser una ventana de oportunidad para fomentar la independencia de Falanya.
“A parte, el Alcalde Cosimo envió disculpas con respecto a tu confinamiento,
Wayne. Desafortunadamente, parece que los guardias no han estado dispuesto a
cooperar con él.”
Los guardias eran lo más parecido a un ejército. Ellos deben haber tenido cierto
nivel de influencia que impedía que Cosimo les diera órdenes. Después de que los
príncipes lo regañaran, deben haberse dado cuenta que confinar a Wayne era una mala
idea y lo habían dejado ir.
“Dice que le gustaría reunirse para disculparse en persona. Sospecho que solicitará
tu ayuda para poner las cosas bajo control.”
“Olvida las disculpas. Ese es el menor de mis problemas.”
Ninym asintió mientras Wayne ondeó su brazo perezosamente. La situación era
tensa. No podían permitirse lidiar con Cosimo.
“Bueno, ¿Qué deberíamos hacer?”
“¡Ve a casa!” Wayne declaró justo en el lugar. “La cumbre está perdida. Los
príncipes Imperiales están fuera de la ciudad. No hay punto en quedarnos aquí. De
hecho, estaremos en mayores problemas si no lo agendamos. Una vez que Mealtars abra
las puertas del castillo, no hay duda de que los asesinos tomaran ventaja del caos y
vendrán por mí.”

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“Sí, bueno, eso es verdad…”
El público era consciente que Demetrio había sido envenenado, pero Wayne había
sido el objetivo real de este complot de asesinato. No era como si fueran a darse por
vencidos luego de un solo ataque fallido.
“Bueno, nuestro mayor problema es encontrar una manera para escapar,” dijo
Ninym.
“Uh-huh…”
La ciudad estaba rodeada por dos ejércitos, y la puerta del castillo estaba cerraba
herméticamente. Incluso si les dijeran a los soldados que se movieran, no serían
recibidos de ninguna manera amistosa.
“¿Cómo se ve el asedio?”
“Bardloche y Manfred se han dividido entre el norte y el sur para mantener al otro
vigilado, así que hay aberturas hacia el este y el oeste de la ciudad. Pero es una apuesta
si conseguimos salir.”
Lo que significaba que tendrían que detectar una puerta sin vigilancia deslizarse
entre los dos ejércitos que se vigilaban intensamente.
“No obstante, si llegamos a algo más que eso es una apuesta.”
Así que era cuestión de abrir la brecha y deslizarse mientras ambos lados se
vigilaban mutuamente. Encima de eso, Wayne necesitaba mantener vigilado al príncipe
que envió al asesino. Si fueran atrapados, había una posibilidad entre dos de que él se
deshiciera tranquilamente de él.
“Hmm, estamos en una verdadera desventaja aquí…” Wayne se dejó caer sobre el
escritorio. “¿No podríamos apretarle las tuercas a Cosimo y hacer que nos diga sobre un
pasadizo secreto? Tienen que tener uno o dos.”
“ES posible, pero dudo que hable. Cosimo parece amar esta ciudad, y apuesto que
arriesgaría su propia vida si significaba arrastrarte en este desastre.”
“¡Vamos! ¡Denme un respiro!” Wayne gimió. “Tenemos que pensar en una forma
para salir de aquí, he agotado todos mis movimientos.”
“¡—Su Alteza, suplico su perdón!”
La puerta se abrió con fuerza, sobresaltando a Wayne y a Ninym. Era un
subordinado.
“…No recuerdo que derribáramos puertas en casa.”
“Lo siento. ¡Pero estamos en una carrera en contra del tiempo…!”
“¿Qué? ¿Los ejércitos de los príncipes han comenzado a pelear?”

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“¡No!” El subordinado tomó un respiro. “¡Nos han informado que un ejército con
la bandera de Levetia se está acercando por una carretera del oeste!”
Lo siento. ¡¿QUÉ?!
Se sentía como si su corazón se hubiera roto en un millón de piezas.

♦◊♦

“Estoy seguro que ya nos han notado,” el hombre en el carruaje murmuró con calma.
Era un carruaje extrañamente grande. Los caballos que tiraban de este eran anchos
y robustos. Cualquier pregunta sobre su tamaño podría ser respondida con un rápido
vistazo en el interior. El pasajero masculino era tan grande que incluso su sillón se sentía
apretado y estrecho.
Gruyere Soljest era tres veces más grande que una persona normal. Era una de las
Elites Sagradas del lado Occidental del continente y el rey del Reino de Soljest.
“Estoy seguro que debe haber un gran alboroto. Es desafortunado que no podamos
verlo personalmente,” respondió la mujer sentada en frente de él.
Su nombre era Caldmellia, una figura remarcable que había ascendido a Directora
del Departamento del Evangelio, una de las posiciones más altas en la orden religiosa
de Levetia.
“Estoy sorprendido…de que estemos aquí guiando a un ejército hacia Mealtars en
lugar de enviar a una delegación en esta situación.”
“Las circunstancias lo ameritan,” Caldmellia aseguró, sonriendo. “Estoy segura que
todas las opiniones se han confundido, causando que todos se preocupen. Todos ellos
están enfocado en el problema frente a ellos… No hay mejor momento para que nosotros
ataquemos desde los lados laterales.”
Gruyere resopló. “Esos pobres creyentes. Siendo arrastrados en tus juegos y ahora
morirán en este lugar.”
Mirando afuera de la venta, él podía ver a los soldados caminando de manera
sistemática. Seis mil de ellos. Todos seguidores de Levetia.

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“¿Juegos?” Caldmellia preguntó. “Esta es una guerra santa para liberar a Mealtars
de la opresión Imperial.” Ella le sonrió. “Regresarán con vida. Después de todo, usted
es su líder, Rey Gruyere.”
Pese a que ella había sido quien decidió levantar al ejército y partir hacia Mealtars,
era Gruyere quien estaba al mando.
“¿Tratas de ganarte mi favor? Fuiste tú quien consiguió el permiso del Rey Santo
para llevar a cabo está pequeña broma—y después me arrastraste contigo.”
“No había otra manera. No podría tomar el control del ejército.”
Caldmellia era una política, no una oficial militar. Ella no tenía ni la experiencia ni
la habilidad para liderar seis mil soldados.
“Nuestros oponentes son los príncipes Imperiales… Cualquier otra persona además
de usted, Rey Gruyere, simplemente no podría hacerlo.”
“Hpmh… Si tan solo valieran más que sus títulos. Entonces serían una presa digna
de ser cazada.” Él la miró fijamente. “Es mejor que no los vayas a olvidar, Caldmellia:
Yo solo sigo las ordenes de Levetia y el Rey Santo. No soy un subordinado.”
Caldmellia no se inmutó. “Obviamente. Dependo de usted, Rey Gruyere.”
Ella miro fuera de la ventana.
“Hee-hee, espero que el príncipe Wayne esté complacido de verme.”
Mientras imaginaba lo que les esperaba, Caldmellia rompió en una gran sonrisa.

♦◊♦

“¡No vengas cuando tengo las manos ocupadas!” Wayne grito con cada gramo de su
fuerza. “¿En serio? ¿Ahora? ¡Es el peor momento! ¡Solo estaba tratando de encontrar
una forma de salir de aquí! ¡No tengo tiempo en mi agenda para por ahí contigo! ¡Te
maldigo, Caldmellia!”
“Tranquilízate, Wayne!”
“¡¿Cómo podría?! ¡Pensé que enviaría a una delegación, pero arrastró todo el
maldito ejército con ella…! ¡Debería haber quemado su mansión hasta las cenizas antes
de que escapáramos de la capital de Cavarin…!”

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“Entiendo, pero tenemos que movernos ahora y pensar después,” Ninym instó,
tratando de calmar a su furioso maestro. “Es crucial que aceleremos el ritmo y
calculamos nuestro curso de acción.”
“Todo lo que podemos hacer es salir de aquí los más rápido que podamos.” Wayne
lucía agitado. “El asedio en la ciudad le está causando suficiente estrés a los ciudadanos.
Ahora que Levetia está involucrada, solo es cuestión de tiempo antes que la ciudad se
subleve.”
“Hay treinta mil personas en Mealtars. Si hay un levantamiento, los guardias no
tendrán oportunidad.”
“Y entonces antes de que lo sepamos, las puertas del castillo se abrirán de golpe, el
ejército entrará en acción, y la ciudad entera descenderá a la locura. Si no escapamos
antes de eso, estaremos en serios problemas.”
Ellos podrían haber sido capaces de hacer algo si estuvieran en Natra con sus propias
fuerzas a la mano. Pero ahora mismo, Wayne solo era un representante de una
delegación residiendo en una nación extranjera.
“Esto me sobrepasa. Será imposible darle la vuelta a esto. No tenemos tiempo ni
trucos. Ninym, llama a Falanya. Necesitaremos a Nanaki.”
“Entendido. Los contactaré.”
“Estoy seguro que Lowa también quiere salir de aquí. Por favor ayúd…”

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Su cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente.
“¿Wayne?”
“Lo siento… Supongo que estoy algo cansado. Déjame recostarme por un minuto.”
Él trató de levantarse, pero sus rodillas se agitaron.
¡Maldición! Esto es malo… Voy a caer. Su cuerpo se tambaleó.
“Ninym, prepara nuestro escape—”
Pero antes de que pudiera terminar, el cuerpo de Wayne cayó al suelo.

♦◊♦

Cinco días había pasado desde que los ejércitos de Bardloche y Manfred rodearan
Mealtars.
“Son más tenaces de lo que esperaba,” Manfred murmuró mientras observaba las
paredes de la ciudad.
Se encontraba en el campamento que sus hombres habían armado. Sus subordinados
estaban reunidos alrededor de él, y el ambiente era pesado.
“Este todavía es territorio Imperial. Los guardias podrían ser capaces de aguantar a
nuestras tropas, pero no creo que sea posible que puedan mantener su posición mientras
se acercan fuerzas desde el Oeste.”
Un subordinado parecía estar hablando consigo mismo. “Parece que la Princesa
Lowellmina, el Alcalde Cosimo y la Princesa Falanya de Natra todavía están en la
ciudad. Su acercamiento al pueblo está impidiendo que los ciudadanos se vuelvan
salvajes.”
“Me pregunto si será suficiente para detenerlos… Lo que sea. Solo es cuestión de
tiempo.”
Esta situación había sido un golpe de suerte para Manfred. Cuando Demetrio fue
envenenado en lugar de Wayne, incluso el príncipe menor se puso pálido.
Pero después que su hermano dejara la ciudad, Manfred sabía lo que tenía que hacer.
Ya que la cumbre no estaba yendo a ningún lado, cambiaría su forma de pensar. En
lugar de ganarse a Mealtars, tomaría ventaja del error, clamando que estaba

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perfectamente dentro de sus derechos desplegar su ejército y doblegar a la ciudad a su
voluntad usando la fuerza.
No puedo evitar que mi hermano se alinee conmigo. Pero tendré que decidir una
manera de deshacerme de él y asegurarme de que mi ejército sea el único que quede
para entrar a la ciudad. Espero ser capaz de expulsar a Levetia después de eso.
Para Manfred, este nuevo ejército complicaba las cosas. Sus hombres estaban
alineados sobre una colina hacia el oeste que no estaba lejos de Mealtars, proclamando
que romperían el asedio y liberarían la ciudad.
Apuesto que estaban esperando por una oportunidad desde el comienzo.
Era casi afortunado que la tropa religiosa parecía no tener apuros en recurrir a la
fuerza. Ellos se encontraban estacionados en la cima de una colina, manteniéndose
vigilantes ante los nuevos eventos.
Esto era en parte porque Manfred y Bardloche tenían cada uno siete mil soldados,
mientras ellos solo tenían seis mil. Aunque la frontera occidental estaba cerca, esté
todavía era territorio Imperial. En caso de necesidad, los príncipes podían llamar por
refuerzos.
No deben tener una razón válida para atacar.
Ellos estaban tras la liberación. No querían mostrar ninguna agresión sin una causa
debida. Manfred supuso que quería que los Príncipes sometan a las personas de
Mealtars.
Que molesto… Pero supongo que viene con algunas ventajas. Ahora que están aquí,
tengo la excusa perfecta para conseguir Mealtars.
¿Cuál sería el mejor curso de acción?”
Manfred podía sentir a alguien afuera.
“¡Discúlpeme!” un mensajero apareció en el puesto de comando.
“Su Alteza, acabo de recibir un informe de mis hombres dentro de la ciudad del
castillo.”
“¿Han hecho algún movimiento?”
“Bueno…”
Cuando él escuchó el informe completo, Manfred quedo boquiabierto de sorpresa.
“¿El Príncipe Wayne ha colapsado…?”

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Al mismo tiempo, Bardloche recibió este informe en una posición al sur de la
posición del ejército de Manfred.
“¿El Príncipe Wayne está inconsciente…y en una condición crítica?”
“Sí, la noticia se ha estado esparciendo a través de la ciudad.”
Bardloche pensó por un momento. “Los guardias de Mealtars supuestamente lo
arrestaron. ¿Pudo haber sido torturado…?”
“Parece haber regresado a su mansión luego de su liberación. Es posible que haya
podido ser torturado durante su confinamiento, aunque desconocemos los detalles
exactos. Si él era el objetivo original del asesinato, es posible que finalmente haya sido
envenenado.”
“…Esperemos que se recuperé por completo. Sé que me servirá de mucho en el
futuro. Sería un desperdicio dejar que muera,” murmuró Bardloche con honestidad.
El mensajero continuó. “Hay otro asuntó más. Nuestro ejército está ganando una
mala reputación dentro de la ciudad.”
“¿En serio?”
“Sí. Dicen que nuestro soldados carecen de disciplina y que los civiles serán
masacrados si la ciudad es tomada.”
“¿Acaso son idiotas? Si pudiéramos hacer eso, ya lo hubiéramos hecho.”
Mealtars era una mina de oro. Incluso Bardloche sabía que era gracias a las personas
que residían en la ciudad. Si masacraran a los ciudadanos, esencialmente matarían a su
vaca lechera. Bardloche y Manfred sabían que no era necesario derramar ni una gota de
sangre si Mealtars juraba voluntariamente su lealtad.
“Este debe ser uno de los planes de Manfred. Envía agentes para poner fin a los
rumores sobre nosotros. Necesitamos comenzar mentiras creíbles acerca del ejército de
Manfred.”
“¡Entendido!” El mensajero salió corriendo.
Bardloche murmuró para sí mismo mientras ordenaba la situación mentalmente.
“Necesitamos aplastar al ejército de Manfred en el norte. Aplastaremos a los
extremistas en el oeste. Y luego no apoderaremos de Mealtars… No hay necesidad de
complicar las cosas. El plan es simple.”
Tan pronto como Mealtars hiciera un movimiento, él también lo haría. Todo lo que
tenía que hacer era esperar. Bardloche continuó enfocándose en la ciudad como un
cazador apuntando a su presa.

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Las noticias sobre la condición de Wayne alcanzaron a Glen bajo la bandera de
Bardloche y Strang en el campamento de Manfred. Pero sus reacciones fueron diferentes
a las repuestas de los príncipes.
“No es alguien que simplemente se deja morir,” Glen comentó.
“Puedo decir que hay algo más sucediendo si esta noticia es pública.”
Los dos tuvieron el mismo pensamiento al mismo tiempo. Una extraña ocurrencia.
““Wayne, debes estar planeando algo, ¿huh—?””

Tres días después, la situación comenzó a cambiar, como siguiendo sus predicciones.

♦◊♦

“…Aburrido,” Gruyere refunfuñó mientras masticaba una pieza de fruta en el


campamento.
Habían pasado algunos días desde su llegada a está lugar que daba a Mealtars y se
habían puesto en formación. La situación no había cambiado desde que llegaron. Los
príncipes todavía tenían la ciudad bajo asedio, y el ejército de extremistas continuaba
observando desde la colina.
“¿No podemos atacar ya, Caldmellia?”
“Todavía no es el momento, Rey Gruyere,” ella respondió, sosteniendo un libre en
una mano. “Necesitamos una razón para luchar. Debemos esperar hasta que las puertas
del castillo se abran, hasta que los dos príncipes entren, y hasta que el caos se
despliegue.”
“Además,” Caldmellia continuó, “¿No quería evitar a los dos príncipe a la vez?”
Su ejército de seis mil era superado peor mil por parte de ambos príncipes. Manfred
y Bardloche habían reunido catorce mil hombres. Era exagerado luchar contra Mealtars,
ya que no tenían un ejército decente. Pero mostraba que se lo tomaban en serio.
Aunque los hermanos se enfrentaban entre sí, había una decente posibilidad de que
hicieran equipo en contra de Levetia antes de tomar la ciudad. Si eso sucedía, los
príncipes tendrían el doble de poder. Era mejor tratar de evitarlo por completo.

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Caldmellia nunca esperó que Gruyere se quejara sobre esto.
“Te estás preocupando por nada,” él clamó. “Son dos mocosos peleando entre ellos.
Incluso si se levantan en contra de un enemigo en común, no intentaran cooperar. Se
enfocarán en ponerse trabas entre ellos. No son rivales para mí, incluso con el doble de
poder.”
“Oh,” suspiró Caldmellia con genuina sorpresa.
Gruyere era más sincero de lo que su apariencia lo hacía parecer. Nunca exageraría
sus propias habilidades. Si decía que podía hacerlo, entonces debía ser verdad.
“Ahora estoy comenzando a sentirme en conflicto… Pero con todos los desarrollos
recientes, deberíamos esperar.”
Gruyere suspiró dramáticamente. Lucía insatisfecho, aunque no lo suficiente como
para oponerse a las órdenes de Caldmellia.
“Si está aburrido, ¿le gustaría leer este libro?”
“¿De qué trata? ¿…La Dignidad de la Corte Imperial?”
“Es popular entre las familias nobles en el Oeste. ¿Ha escuchado sobre él?”
“No lo creo. Pero puedo ver por qué lo recomiendan. Dudo que sea algo bueno.”
Caldmellia rió de su descaro. “Para resumir, este libro fue escrito para degradar y
socavar a las familias nobles. Es raro que un título sea tan irónico.”
“¿Oh? ¿Vas a quemarlo?”
“No. Creo que intentare esparcir su mensaje.”
Gruyere le mostró su ceño fruncido, pero no le tomo mucho tiempo entender.
“…Las masas buscaran la salvación de Dios si sus maestros actuales destrozan su poder
y abandonan sus escrúpulos.”
“Quizás.” Caldmellia sonrió.
Gruyere se mordió la lengua.
Si las ideas de este libro despegaban, la fe de Levetia se esparciría hacia más
territorios.
Dicho eso, Levetia tendía a seleccionar a los reyes y a los duques como Elites
Sagradas, lo que significaba que estaba más enraizado en el terreno real que otras
religiones. Lo que significaba que acudirían en masa hacia Caldmellia, una ciudadana
promedio como ellos.
“…Bruja. Mi mayor arrepentimiento fue el de no asesinarte la primera vez que nos
conocimos.”

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“Hee-hee. Debería observar sus pasos, Rey Gruyere. O no podría notar el pequeño
incendio esparciéndose debajo de usted.”
Ellos se miraron el uno al otro. Uno podría cortar la tensión con un cuchillo.
Pero eso fue volteado por una tercera persona.”
“¡Entrando—!” gritó una voz afuera.
Un soldado apareció ante ellos.
“¡Te—Tengo un reporte! ¡Hemos confirmado que la puerta al castillo de Mealtars
está abierta!”
“¿Hmm? ¿Finalmente ser rindieron?” preguntó Gruyere.
“Entonces debemos movernos rápidamente.”
Caldmellia y Gruyere inmediatamente empezaron a cambiar de marcha.
Pero el mensajero sonaba lúgubre. “¡P-por favor esperen!”
“¿Qué? ¿Hay más?”
“¡Sí… la puerta del castillo está abierta, las personas de Mealtars están saliendo de
la ciudad… y se dirigen hacia aquí…!”
No era raro ver huir a los civiles cuando la ciudad estaba en una situación
desesperada. No sería un problema si venían a su campamento para solicitar ayuda.
Después de todo, habían traído montañas de comida y suministros para pacificar la
ciudad después de que su ejército lograra ahuyentar a los príncipes.
“Recíbanlos cálidamente cuando lleguen. Dara una impresión más favorable si
enviamos a algunos de nuestros hombres para recibirlos. ¿Cuántos vienen hacia aquí?”
preguntó Caldmellia.
El mensajero se detuvo por un momento.
“…Todos ellos.”
Caldmellia y Gruyere intercambiaron miradas sin poder comprender.
“Treinta mil personas… ¡Todos los ciudadanos de Mealtars!”

♦◊♦

Era una vista como ninguna otra.

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Caminando en línea recta se encontraban civiles hombres y mujeres, jóvenes y
viejos. No se estaban dirigiendo hacia el norte, sur o este. Todos ellos estaban
marchando hacia el oeste. Cada vez que daban un paso colectivo hacia adelante, la tierra
retumbaba, aunque eran solo civiles.
“Pensar que alguna vez vería algo así…” El Alcalde Cosimo murmuró sorprendido,
sintiendo las vibraciones en las suelas de sus pies.
Ha había participado en esta marcha con su familia. Aunque era el alcalde, se
encontraba en la parte posterior…por qué él no era su líder.
Alguien más estaba a cargo de esta marcha.
La figura liderando a los ciudadanos de Mealtars se reflejaba en sus ojos. Cosimo
podía verla mientras levantaba la voz en señal de ánimo cuando pasaba por delante.
“Nunca falla en sorprenderme…Princesa Falanya.”
Ella era la líder de estos treinta mil civiles.

♦◊♦

“¡¿Qué es eso?! ¡¿Qué está sucediendo?!”


El campamento de Manfred había caído en un caos literal.
La puerta del castillo estaba abierta de par en par. No había nada particularmente
raro sobre esto. Él había anticipado que una porción de los ciudadanos huirían.
¿Pero quién habría pensado que todos ellos escaparían?
¿Por qué?…¿Sabes? Ni siquiera me importa. ¡Necesito enfocarme en cómo
responder! ¡¿Cómo lidio con esto…?!
Manfred tenía pocas opciones. No había nadie quien protegiera a los ciudadanos
movilizados. Había pocos miembros de la marcha que lucían como guardias para
mantener la línea en formación. Si su ejército los superaba, él podría de alguna manera
detener su procesión.
Esta marcha significaba que la ciudad se había convertido en un cascarón vacío. Si
utilizaba a sus fuerzas para ganar control, Mealtars sería suyo.
¡La ciudad es una mina de oro pero solo debido a sus comerciantes! ¡¿Cuál debería
tomar: la ciudad o a las personas…?!

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Manfred estaba angustiado. Sería lo mejor de ambos mundos si pudiera aprovechar
a los ciudadanos y Mealtars. Pero si intentaba capturar a las personas, los extremistas
religiosos de Levetia empezarían a movilizar sus tropas desde el otro lado de la colina.
Pero si intentaba tomar la ciudad, el ejército de Bardloche pelearía para asegurarlo para
ellos.
Podría tomar ventaja de esta situación anormal. ¡¿Podría trabajar con Bardloche
para poner a salvo a las personas y expulsar a Levetia…?! ¡Piensa! ¡Maldición!
¡Resuélvelo! ¡Se adelantaran a ti si no tiene cuidado!
La mente de Manfred corría. Pero una bomba incluso mayor fue soltada sobre él.
“¡Tenemos un informe de nuestros exploradores en la ciudad! ¡Una batalla ha
estallado en la ciudad entre nuestros hombre y el ejército de Bardloche!”
“¡¿Qué?!” Manfred explotó. “¿A quién demonios están siguiendo? ¡Todavía no he
dado la orden de atacar!”
“¡Ya había comenzado, así que fui incapaz de comprobar los detalles! ¡Pero a
nuestras fuerzas no les va bien!”
¿Qué? Manfred tenía ganas de patalear. Todo lo que lo retenía era su orgullo de
príncipe y lo extraño de esta situación.
Mi facción siempre ha sido una chusma de nobles emergentes. No tengo completo
control sobre ellos. Es plausible que algunos de mis hombres se alocaran en busca de
la gloría. Pero—
Era demasiado pronto. La población entera de Mealtars apenas había abandonado
la ciudad…pero el ejército alrededor de sus paredes había logrado entrar y pelear contra
los soldados de Bardloche. Algo acerca de sus acciones parecía intencional. Si algo,
tenía razón para pensar que ellos habían estado dentro de la ciudad todo el tiempo—
“¡Su Alteza! ¡¿Qué deberíamos hacer?!”
“¡Perderemos la ciudad si no enviamos a más hombres!” Manfred se las arregló para
gritar cuando su subordinado lo llamó.
No había tiempo para pensar. Ahora que la batalla había estallado, no había
oportunidad de que los dos hermanos pudieran unir manos. Si luchaban en contra de
Levetia mientras intentaban asegurar a los ciudadanos, Bardloche tomaría la ciudad y
lo apuñalaría por la espalda.
Solo quedaba una opción.
“¡Auxiliaremos a nuestras fuerzas! ¡Asalten la ciudad!” Manfred gritó, reprimiendo
el mal sentimiento que le invadía el pecho.

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En el otro lado, las cosas estaban relativamente clamado en el campamento de
Bardloche. Después de todo, él había organizado un grupo de soldados experimentados.
Él se había sorprendido al ver que los ciudadanos abandonaban su hogar, pero no le
tomo mucho recuperar la compostura.
“¡Su Alteza, deberíamos priorizar la ciudad!”
“Estoy de acuerdo. ¡No sabemos lo que las personas están pensando, pero si
podemos asegurar Mealtars, seremos capaces de cumplir el resto de alguna manera!”
Bardloche escuchaba las opiniones de sus subordinados, pero su expresión era tensa.
Puedo sentir que alguien más está tratando de mover los hilos… ¿Realmente
deberíamos tratar de tomar la ciudad?
Él estaba rememorando el asesinato fallido de Demetrio, la aparición de Levetia, la
repentina movilización de los ciudadanos. Todo había sido inesperado.
Por supuesto, podrían haber sido una serie de coincidencias sin relación. Pero si
alguien estaba actuando detrás de escena, ellos estarían esperando que los príncipes
prioricen capturar la ciudad. Era posible que todo esto fuera una trampa. No tenía
evidencias de esto. Era su intuición. Su mejor curso de acción quedarse y observar la
situación desde la perspectiva de un ave. Bardloche sabía que era verdad…hasta que un
informe llego para anular sus suposiciones.
“¡Su Alteza! ¡Acabamos de recibir un informe de que nuestras fuerzas y los hombres
de Manfred están luchando en la ciudad!”
“¿Qué?!”
La noticia hizo que todo el mundo se agitara.
Bardloche siguió con una pregunta propia. “¿Nuestro soldados decidieron actuar
por su cuenta?”
“No pudimos confirmar eso. Sin embargo, la situación parece estar a nuestro favor.”
“……”
Bardloche fue superado por una extraña sensación.
La mayoría del ejército de Manfred consistía de nueva gente rica y sus sequitos. No
sería extraño que ellos actuaran impetuosamente por una oportunidad de gloria personal.
El ejército de Bardloche, no obstante, consistía mayormente de soldados activos.
Ellos se adherían a un estricto código de disciplina. Y era raro que nadie supiera quien
comenzó la pelea. No tenía sentido mantener sus identidades en secreto si estaban en
busca de reconocimiento.
Pero la situación cambio antes de que pudiera aclarar esas sospechas.

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“¡Su Alteza! ¡Manfred está movilizando a su ejército! ¡Parece que planean tomar la
ciudad!”
“¡Tch…!” Bardloche chasqueó la lengua. En este punto, ya no podía quedarse
quieto.
“¡Avanzaremos y tomaremos la ciudad antes que Manfred!”

“Princesa Lowellmina, sus predicciones se están volviendo realidad. Los ejércitos de


sus hermanos han empezado a movilizarse,” Fyshe informó.
Lowellmina asintió con satisfacción. Ella se encontraba en la mansión de Cosimo
dentro de la ahora ciudad vacía. Todos los ciudadanos se habían ido.
“¿Los soldados disfrazados se han retirado?”
“Sí. Hace un momento.”
La batalla entre los hombres de Bardloche y Manfred fue una actuación orquestada
por el propio ejército de Lowellmina.
Se equiparon con uniformes y equipamiento adecuado y se aseguraron de enviar
relatos de testigos oculares a sus respectivos campamentos. Una vez que ella confirmó
que las tropas de sus hermanos habían empezado a moverse, ella rápidamente se retiró.
Este había sido el plan en todo momento.
“Su Alteza, por favor escape por el pasaje subterráneo. Esta ciudad está al borde del
pandemonio.”
“Sí. Tengamos fe en que tendrán éxito,” Lowellmina murmuró para sí misma,
mirando hacia el oeste.

En los cuarteles generales, Gruyere rió de buena gana.


“¡Qué encantador! ¡Casi me preocupa mi alegría!”
Los mensajeros de Mealtars acababan de llegar. Su declaración fue simple: Sus
ciudadanos había venido a pedir su ayuda. Ellos sabían que Levetia estaba allí para
salvarlo de la opresión Imperial. Nada más.

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Treinta mil personas. Había personas que estaban enfermas de tanto caminar. En
lugar de dejarlo atrás, los civiles los habían puesto en carruajes mientras se acercaban
al ejército.
Sin necesidad de decirlo, esto era imprudente.
Ellos necesitaban analizar demasiada información. ¿Quién ideó este plan? ¿Cómo
lo llevaron a cabo?
Pero tenía que descubrir otro asunto primero.
“¿Qué haremos, Caldmellia? No estamos equipados para cuidar a treinta mil
personas.”
Gruyere tenía un punto.
Ellos habían preparado suministros para alimentar a los ciudadanos una vez que la
ocupación de la ciudad estuviera completa. Pero proporcionar alojamiento y comida
para todos era absolutamente imposible. Sus recursos excedentes se acabarían en tres
días. Quedarse si los bienes esenciales durante la batalla contra el enemigo no era nada
menos que una pesadilla.
Pero sería difícil rechazarlos. Después de todo, Levetia había venido a salvar a la
gente de Mealtars. Era por eso que los soldados se encontraban allí. Si rechazaban a los
ciudadanos y perdían su causa, su moral se derrumbaría a nada.
Si hubiera alguna solución—
“Rey Gruyere.”
“Tienes que estar bromeando.” Gruyere hablo antes de que ella pudiera decir otra
palabra. “No crees que son paganos que quieren destruir nuestro ejército desde adentro,
¿cierto? No crees que están pretendiendo pedir ayuda. Nunca imaginaría que
deberíamos desplegar a nuestras tropas para destruirlos primero.”
“…Nunca.”
“Gracias a Dios. Nunca hubiera corrido a casa de miedo si eso era lo que estaba
implicando.” Gruyere sonrió. Él sabía que ella no podía liderar al ejército sin él, y esto
hacia que tuviera confianza.
“Que dilema…” Caldmellia suspiró, aunque comenzó a sonreír.
No era por que estuviera segura de que ganarían. Solo era su disposición. Todo
acerca de esta situación la había llevado casi al clímax, incluyendo esta adversidad y el
dilema circundante.
“—Si algo les molesta, estaría encantado de prestarles una mano.”
Su diversión con él recién había comenzado.

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“Ha pasado un tiempo, Lady Caldmellia, Rey Gruyere.”
Wayne Salema Arbalest les lanzó una sonrisa despreocupada.

♦◊♦

Regresando algunos días atrás…


“¡¿——?!
Wayne saltó de la cama ni bien recuperó la consciencia nuevamente. Reviso la
habitación y vio a una persona. Era Ninym, quien había estado esperando en la
habitación.
“¿Ninym, que está—?”
“¡Wayne!”
“Gweh,” Wayne dejo escapar mientras Ninym se abalanzaba sobre él antes de que
pudiera entender la situación.
“¡Estoy tan aliviada! ¡Finalmente despertaste!”
“Ahora que mi cuerpo a tenido una probada de lo que necesita, nunca he tenido
tanto sueño…”
Ninym lo había empujado parcialmente, y Wayne se sentó mientras ella se aferraba
a él con fuerza.
“Lo siento. Fue mi culpa. Sabía que estaba exhausto, y yo…”
“No, pensaba que podía seguir adelante. No le puse atención a ninguna de tus
advertencias hasta que realmente colapsé. Supongo que me excedí un poco esta ve—”
Wayne se detuvo a la mitad de la oración.
Ninym comenzó a sollozar mientras enterraba su cara en su pecho.
“Gracias a Dios… No sabía que haría si nunca despertabas, Wayne…” ella susurró,
con la voz temblorosa. Viéndola ahora, pocos podrían imaginar la forma en que
prácticamente irradiaba coraje regularmente.
Incluso las personas más sanas podían ser víctimas de una enfermedad fatal. La
corteza alta de la sociedad no estaba exenta de las leyes de la naturaleza. Las lágrimas
de Ninym parecían mostrar cuan preocupada había estado mientras él no estaba.

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Ella lucía más frágil que la más delicada obra de vidrio. Por un momento, no estaba
seguro de donde poner sus manos, pero eventualmente encontraron su camino hacia su
cabello, presionando gentilmente su cabeza con la de él.

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“Hey, no llores. Nunca he sabido que hacer cuando te pones así,” él murmuró,
deslizando sus dedos a través de sus mechones blancos.
“…Entonces no te presiones,” ella susurró.
“Eso es, um, bueno, es algo difícil garantizar eso… ¡Ow!” Ella había pellizcando
su espalda. “B-bien. Tendré más cuidado conmigo mismo desde ahora. Lo siento.”
“…Disculpa no aceptada.” Ninym frotó su mejilla en contra del pecho de Wayne.
“Solo…déjame quedarme así por un poco más.”
Wayne no dijo nada y continuó acariciando su cabello.
Ninym había dejado de llorar, haciendo el camino para un reconfortante silencio
entre ellos. Pero fue interrumpido por…el rugiente estomago de Wayne.
“…Wayne, date la vuelta por un momento.”
Él obedeció y miró a otro lado. Ella se apartó de él, enderezándose.
Ninym finalmente le dio el visto bueno. “Primero, tienes que comer. Tendré algo
preparado de inmediato.”
Cuando él la miró por sobre su hombro, Ninym estaba tan serena como siempre. Él
pretendió no notar el ligero rubor en sus ojos.
“No tienes que traerlo todo aquí. Yo puedo ir a—”
“No. Descansa. Me enojaré si dejas está habitación.”
Él apreciaba su preocupación. Y todavía no se encontraba en su cien por ciento.
Pero necesitaba saber algo antes de resignarse a hacer el mínimo indispensable.
“Ninym, ¿Qué sucedió después de que me desmayara? ¿Se han calmado las cosas?”
“Las cosas hubieran podido ser peores. Lo explicaré a detalle cuando regrese.”
“Entendido. Esperaré aquí. Por favor apresúrate, muero de hambre.”
Ninym rompió en una pequeña sonrisa. “Déjamelo a mí. Tardare solo un minuto.”
Ella dio media vuelta y dejo la habitación.

“¡Wayne!”
Después de terminar de comer y Ninym lo llenara de todos los detalles, dos
visitantes más entraron en su habitación: su hermana menor, Falanya, y la Princesa
Lowellmina.
“¡Estoy tan feliz de que te encuentres bien!”
“Perdón por eso, Falanya. Estoy bien ahora.”

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Ella corrió hacia él, y Wayne le sonrió mientras la abrazaba. También dirigió su
sonrisa detrás de ella.
“Tiene mi agradecimiento, Princesa Lowellmina. Parece que has estado cuidando a
Falanya mientras estaba inconsciente.”
“No fue nada. Estoy encantada de que podamos unir fuerzas en estos tiempos
problemáticos.”
Por un momento, Wayne miró a los ojos de Lowellmina. Eso fue suficiente para
entender sus intenciones, y el silenciosamente instruyó a Ninym con su mano.
“Princesa Falanya, déjeme prepararle un conjunto limpio de ropas. Hay mucho de
qué hablar, pero eso puede esperar.”
“Ha, tienes razón. Wayne, te veo después.”
Falanya y Ninym dejaron la habitación. Ahora que no había razones para mantener
las apariencias, Lowellmina habló.
“¿Cuánto escuchaste de Ninym?”
“Básicamente todo lo que sucedió desde que me desmaye… ¿Falanya realmente
está…?”
“Sí. Estaba sorprendida. Nunca pensé que se convertiría en un sistema de apoyo
para la gente de Mealtars.”
Todo comenzó en la asamblea de ciudadanos. Las personas quedaron sin palabras
ante las acciones de Bardloche y Manfred, cuando demandaron que la ciudad abriera
sus puertas. Eso se reflejó naturalmente durante la asamblea. Estaban encerrados en
discusiones separados: amonestando a los guardias, haciendo que Cosimo se
responsabilizara, rindiéndose ante las demandas de los príncipes, insistiendo en la
resistencia absoluta, pidiendo por la ayuda occidental.
Cualquiera podía ver que el miedo era su fuerza motriz. El salón de actos estaba
lleno, y estaban comenzando a emocionarse. Cuando fallaron en acordar un plan,
comenzaron a ofenderse, intercambiando abucheos y tomando medidas violentas.
Empezaban a pensar que la renombrada asamblea de ciudadanos se estaba cayendo en
pedazos.
Fue entonces cuando Falanya decidió participar en sus debates.
Si la ciudad se amotina, será particularmente peligroso para Wayne, quien está
confinado en su habitación actualmente…
Su hermano tenía su mano atada. Le correspondía a ella evitar que la ciudad se
convirtiera en un caos. Ella sabía su propósito.

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Falanya se paró detrás de pódium. La gente del salón detuvo su griterío y
misteriosamente se callaron.
“—Esta ciudad se encuentra en una situación desesperada.”
Su voz era tan nítida como la brisa de primavera, un bienvenido respiro.
“Pero no podemos dejar que nuestros corazones se angustien. No debemos pelear
con nuestros vecinos. Lo que necesitamos es la unidad.” Incluso cuando varios cientos
de ojos se giraron hacia Falanya, no se inmutó.
“Todos ustedes son comerciantes de Mealtars, la mayor ciudad del continente para
el comercio. Utilizan su ingenio para hacer su propio camino. Si treinta mil
comerciantes se unen, no hay situación que no puedan superar.”
Ella tomó un respiro. “Tienen las mentes más brillantes. ¡Necesitamos su talento
para iluminar el camino adelante!”
El discurso de Falanya no fue largo para nada. Pero tan pronto como termino, su
público recuperó la compostura. Mantuvieron sus emociones bajo control, asegurándose
que sus opiniones se mantuvieran constructivas incluso cuando las discusiones se
acaloraban.
Después de ese día, Falanya comenzó a dirigirse a ellos diariamente. Ella se acaloró
mucho más después de que Wayne colapsara. Su voz se hizo más plena. Ellos fueron
capturados por sus gestos. Su público creció en número al punto que apenas podía caber
en el salón de actos. Y cuando se volvió incluso más estrecho, se mudaron a un lugar
más grande.
“En este punto, el Alcalde Cosimo y yo hemos decidido respaldarla por completo.
El índice de aprobación del alcalde ha decaído, dado que la responsabilidad de este
problema naturalmente recae sobre él. Los ciudadanos sospechan de mí porque
confabulé con él para organizar la cumbre en primer lugar. Y soy la hermana de los
príncipes que en este momento están sitiando la ciudad.”
Habían colocado a alguien con una reputación intachable al frente para unir a las
personas, desviando la atención de ellos mismos. Este plan había sido bastante exitoso.
Falanya había sido aceptada por la gente de Mealtars.
“Odio decir esto, pero no puedo creer que no haya sido aplastada por el peso de esta
situación…”
La presión sobre Falanya tenía que ser enorme. No había pasado mucho desde que
solo era un ave enjaulada. Wayne quedo sin palabras al ver que ella había sido capaz de
aguantarlo.

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“Eso es verdad. Sabes, me dijo que tenía ganas de vomitar en múltiples ocasiones.”
“¡Hey! Ahí es cuando deberías haberla detenido.”
“Lo intenté. Pero se rehusó a escuchar.”
Wayne sintió como si acabara de escuchar sobre alguien que trabajaba hasta el
cansancio, sin prestarle atención a las advertencias.
Se trataba de él.
“De tal palo tal astilla…”
“¿Dijiste algo?”
“Nada. Nunca pensé que Falanya llegaría tan lejos…”
“El alcalde Cosimo y yo estamos muy agradecidos. Ella es la razón de que no haya
habido una revuelta.”
“Dile eso en persona.”
Lowellmina sonrió sin humor. “Tienes razón. Lo haré… tengo que decirte una cosa:
parece que hay un pasaje de escape debajo de la casa del alcalde. Por favor utilízalo para
regresar a casa.”
Los ojos de Wayne se estrecharon. “¿Es así como muestras tu gratitud?”
“Puedes verlo de esa manera si lo deseas,” Lowellmina dijo sin asentir. Ella suspiró.
“Nos la hemos arreglado para mantener el orden en la ciudad, pero no he progresado
negociando con mis hermanos estacionados alrededor de la ciudad. Imagino que
empezaran a perder la paciencia pronto. Lanzaran un ataque cualquier día. Debo ayudar
a mi salvador a escapar antes de que eso suceda.”
“……”
“La agente apoya a la Princesa Falanya, ella está inextricablemente envuelta en los
asuntos de Mealtars. Creo que ella se rehusara incluso si tú le dices que escape. Es por
eso, Wayne, que pido por tu cooperación.”
“¿…Qué estás planeando, Lowa?”
“Aguantar hasta el último minuto. Esa es mi responsabilidad.”
Había indicios de cansancio en su perfil sonriente. Debe haber estado ocupada
tratando de romper el estancamiento.
Wayne se mantuvo en silencio por un momento. “Lowa, ¿cuál es el peor escenario
posible para ti en este punto?”
Eso había salido de la nada.
Lowa pensó en eso. “…Que Mealtars caiga en las manos del Oeste. No me importa
quien tome el control de la ciudad—mientras no sean ellos.”

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“Entonces esto debería funcionar,” Wayne dijo enigmáticamente. “Sé que será una
apuesta, pero, ¿vas a seguir mi plan?”
“¿…Qué tienes en mente?”
Wayne sonrió.
“Vas a convertir a Falanya en un icono.”

Después de ese día, hubo más rumores en la ciudad que nunca.


Algunos decían que Bardloche estaba planeando convertir la ciudad en una base de
primera línea en contra de Oeste y que Manfred iba a liderar a los comerciantes con
puño de hierro.
Otros decían que el Príncipe Wayne había sido envenenado por ambos príncipes
para prevenir que él hiciera acusaciones en contra de la ciudad.
Cada chisme agitaba los temores de los ciudadanos, incrementando su desconfianza
en los ejércitos de los príncipes.
“Mealtars ha estado en el centro de la conquista Imperial.”
Falanya proyecto su voz ante un público por encima de las tres mil personas.
“Incluso ahora, sufrimos noches de insomnio, por temor a los príncipes. No tienen
mentes sanas. Ninguna discusión los persuadirá. ¡La tragedia caerá sobre la ciudad!”
Las personas escuchaban con la respiración contenida. Desde una lejana distancia,
Wayne, Ninym y Lowellmina observaban en secreto.
“…Me pregunto si funcionará,” Ninym murmuró mientras observaba a Falanya.
La princesa estaba flanqueada por guardias, pero los ciudadanos los superaban en
número. Ninym no podía evitar pensar en lo peor que podría suceder.
“No tenemos la disposición natural para coexistir con el miedo,” dijo Wayne.
Ninym inclinó la cabeza. “¿Qué quieres decir?”
“Respondemos con agresión, actitud defensiva, evasión, análisis… cuando nos
enfrentamos al miedo. No ayuda a sentirnos mejor. Incluso en la acalorada discusión de
la asamblea. No pueden actuar contras sus miedos. Sus corazones no pueden
soportarlo.”
Wayne había inventado los rumores en la ciudad para despertar su pánico. No
obstante, estaban sitiados, lo que significaba que no podía huir a ningún lugar. No tenían
el poder para pelar o defenderse. Todos podían ver que su futuro era la desesperación.

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“Ahí es cuando la Princesa Falanya se acerca a ellos. Que malvado…” comentó
Lowellmina.
“Oferta y demanda. Lo básico de los negocios.”
Falanya les estaba proveyendo a los ciudadanos exactamente lo que la gente
deseaba, haciendo que la tentación fuera difícil de resistir. Ya no era alguien más del
montan. Se había convertido parte de ellos.
“Puedo ver por qué los ciudadanos de Mealtars la adorar. ¿Pero funcionará?”
“Lo hará,” Wayne respondió. “Ella no necesitaba persuadir a todos ellos. En una
ciudad de este tamaño, tres mil ciudadanos serían suficientes para arrastrar al resto.
Falanya definitivamente puede persuadir a todas esas personas. Mira.” Wayne instó a
que la miraran.
Mientras los tres se encontraban hablando, ella había alcanzado el clímax de su
discurso.

¿Por qué las cosas resultaron de esta manera? Falanya pensaba para sí misma cada vez
que recordaba los acontecimientos recientes.
Ella inicialmente había venido a Mealtars en lugar de Wayne para saludar a los
príncipes Imperiales. Entonces las cosas se salieron de control. Uno de los príncipes le
propuso matrimonio. Su hermano llegó a la ciudad, aunque se suponía que estuviera en
casa. El príncipe casi fue asesinado. Wayne fue arrestado. Los otros dos príncipes en
este momento se encontraban sitiando Mealtars.
Ella quería aliviar sus preocupaciones de alguna manera… y antes de que lo supiera,
se encontraba hablando frente a un público de tres mil personas.
¿—Cómo sucedió esto? Falanya intentó pensar, parada en el pódium mientras
continuaba su discurso.
Y encima de eso…ella tenía que hacer algo en frente de un público de este tamaño.
Después de todo, Wayne le había dado la orden.
“Comparen a Mealtars como un bolso de cuero rebosante de agua. Si la presión
externa continua amontonándose, solo es cuestión de tiempo antes de que explote. ¿Pero
que creen que sucederá si hacemos un agujero en la bolsa?” Wayne le había preguntado
antes de su discurso.
“El agua se escurrirá evitando que explote.”

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“Exactamente. Encima de eso, podemos decidir dónde y cómo abrir el agujero. En
otras palabras, podemos controlar la dirección del chorro. Necesitamos tomar ventaja
de esto.”
Falanya lo miró con la boca abierta mientras procesaba esta información.
“¿R-realmente crees que puedo lograrlo?”
Wayne sonrió. “Obviamente—yo creo en ti, Falanya. Estoy seguro de que estarás
bien.”
Eso fue suficiente para decidir presentarse ante las personas.
Wayne dijo que ella podía hacerlo. Le había dicho que creyera en ella misma. En
ese caso, ella no tenía dudas.
Puedo hacerlo… ¡Sí, lo tienes, Falanya!
Ella podía ver sus pensamientos más profundos, notando el movimiento de sus
corazones. Ella sabía cómo hablarles.
“¡Los príncipes ya no pueden discutir esto entre ellos! ¡Pero no tenemos el poder
para pelear contra ellos hasta el amargo final!”
Eso era de conocimiento general. Ellos querían saber que hacer después.
“¡¿Significará esto el fin de Mealtars?! ¡No! ¡Hay un camino para sobrevivir!”
Ella iba a decírselos—proclamado una manera para romper el bloqueo, una
respuesta para los oraciones de las personas.
Falanya tomó un respiro e hizo su declaración.
“¡Necesitamos abandonar la ciudad! ¡Propongo que cada ciudadanos de la ciudad
deje su territorio y se una a mí para pedir la protección del ejército religiosos de
Levetia!”
El público empezó a agitarse inmediatamente. Eso era lo que se esperaba. Muy
pocas personas lo harían de manera voluntaria y abandonarían sus hogares simplemente
porque alguien se los pedía, sin importar donde vivían. Falanya había pensado que era
ridículo cuando escuchó el plan por primera vez.
Pero este era el pinchazo proverbial en la bolsa. Esto era lo que Wayne quería. El
único trabajo de Falanya era el de hacer ese agujero lo más ancho posible.
“¿Acaso Mealtars es solo algo en el camino principal en el centro del continente?
¡No! ¿Acaso es solo una ciudad? ¡No!” Falanya gritó, aplastando sus preocupaciones.
“¡Mealtars se compone de su gente! ¡Su territorio y esta ciudad solo son
decoraciones que elevan a los ciudadanos! ¡Donde sea que vayan será Mealtars! ¡Ya sea
en una isla desierta o los extremos más lejanos del océano!”

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Las cuerdas vocales de Falanya parecían deshilacharse. Había una carga palpable
en el aire. No era una ilusión. Los ciudadanos frente a ella se habían acalorado.
“Los príncipes no conocen el verdadero valor de la ciudad. ¡Si quieren sus tierras y
sus edificios, dejaremos que las tengan! ¡Nos reiremos mientras se regodean por
conquistar una cascara vacía! Mientras tanto, ¡Buscaremos una tierra nueva con nuevos
socios comerciales y prosperaremos!”

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No pasaría mucho antes de tener que decirlo. Sus brazos y piernas se acalambraron
por los nervios, pero Falanya comenzó a hablar más fuerte mientras gesticulaba con
incluso mayor fuerza.
“¡Si la gente de Mealtars se junta, podemos superar toda adversidad y reconstruir
esta ciudad! ¡No estamos escapando, sino dando un paso adelante hacia la victoria!
¡Desechen el viejo equipaje! ¡Una era de nueva prosperidad nos espera!”
Ella tomó un respiro.
“¡Marcharemos hacia—adelante!”
Una gota de sudor recorriendo su mejilla cayó sobre el suelo. Los ciudadanos en
frente de ella estaban en silencio. El humor era completamente diferente, y sentir esa
sensación hizo que su sangre se enfriara. Un escalofrió corrió por su espalda cuando
pensó que había fallado.
En ese momento, alguien en del público gritó, “¡Juntos!”
Otra voz se le unió. Dos se convirtieron en cinco, y cinco en diez.
“¡Juntos!”
“¡Juntos!”
“¡Por la victoria!”
“¡Por la nueva prosperidad!”
“¡Por el progreso!”
“¡Por el progreso!”
No hubo si quiera un momento de silencio. Sus gritos se hicieron más urgentes. Al
final, los vítores estallaron en toda el salón, resonando a través de toda la ciudad como
un terremoto.
Falanya sintió desmayarse por los nervios, el cansancio y el fresco sentimiento de
victoria. Finalmente consideró su discurso un éxito.

“Esto es…”
“Tremendo, me atrevo a decir…”
El público rugió con energía.
Incluso Ninym y Lowellmina sintieron una oleada de inspiración, aunque
simplemente habían planeado observar el discurso.
“Wayne, por cierto esto está saliendo…”

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“Falanya estuvo perfecta.” Wayne sonrió. “Nuestra parte es la siguiente. Si
mantenemos este impulso, haremos que treinta mil ciudadanos salgan de la ciudad.”
“…Compadezco a Levetia, ya que se enfrentarán a toda esta gente,” dijo
Lowellmina.
“Detente. Ellos vinieron para ayudar a Mealtars. ¿Por qué no aceptar su oferta y
depender de su ayuda tanto como sea posible?”
Con Falanya como su emblema, los ciudadanos se unieron y comenzaron su
migración en masa.

♦◊♦

De vuelta al presente.
Como el representante de treinta mil ciudadanos, Wayne estaba junto a Cosimo
mientras confrontaban a Caldmellia y Gruyere.
“Que extraña coincidencia. Estoy sorprendido de verlos a los dos aquí.” Wayne trató
de contener su sonrisa.
Caldmellia le regreso una por amabilidad. “Sí. Cuando escuche que las mentes más
grandiosas del Imperio ser reunirían aquí, pensé que usted también asistiría, Príncipe
Heredero. No obstante, nunca me imaginé que nos reuniríamos de esta manera.”
“¿…Por qué eres tú quien representa a Mealtars?” Gruyere preguntó. “Tú eres el
príncipe heredero de Natra. Ellos no tienen nada que ver contigo.”
“Todo se debe a una serie de complejas circunstancias. Por supuesto, el Alcalde
Cosimo es muy consciente de que he tomado esta posición, y no hay razón para
preocuparse.”
Mientras sus ojos caían sobre él, Cosimo asintió. Gruyere no planteó más preguntas,
luciendo satisfecho.
“Aparte de eso, deseo extender mi gratitud en nombre de las personas de Mealtars,”
Wayne dijo mientras inclinaba ligeramente la cabeza. “Con su ayuda, todos los
ciudadanos han logrado escapar de la ciudad. Su oferta de recibir a treinta mil personas
me ha mostrado la generosidad de Levetia.”

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“Por supuesto. Siempre deseamos ayudar a los oprimidos. Estoy encantada de que
hayamos sido capaces de salvar a la gente del tiránico gobierno del Imperio.”
La respuesta de Caldmellia fue impecable.
“Bien entonces,” dijo Wayne. “Me gustaría confirmar una cosa acerca de sus planes,
ahora que nos han acogido—”

El corazón de Cosimo sentía que podría explotar en cualquier momento.


Tranquilízate… Puedes manejar esto…
Cuando escuchó las noticias sobre el intento fallido de asesinato de Demetrio, sus
rodillas casi se habían dado por vencidas debajo de él. Su deber como alcalde y amor
por su ciudad natal eran las dos únicas cosas que lo mantenían de pie. Él obviamente
iba a ser a quien echarían la culpa. Necesitaba enfocarse en mantener su posición política
en Mealtars.
Pero no tomó mucho tiempo para que la situación se saliera de control. El príncipe
de una nación aliada había sido tomado en custodia debido a que había fallado en
persuadir a los guardias. El asesino no había sido capturado. Tenía que lidiar con los
dos príncipes Imperiales que lo amenazaban con entregar la ciudad—o si no.
Debería haber sido él quien guiara a los príncipes por las narices y evaluara sus
capacidades, pero las posiciones habían cambiado. Ahora estaba a la defensiva.
Había sido capaz de evitar que la ciudad se desbordara con la ayuda de la Princesa
Lowellmina y la Princesa Falanya. Pero las negociaciones cruciales con los príncipes
no habían ido bien. Al final, habían agotado todas sus opciones…o eso era lo que
pensaba.
“Levantaremos a los ciudadanos de Mealtars y aplastaremos los planes de los tres
ejércitos que asedian a la ciudad.”
Cuando Wayne había llegado a él con esta sugerencia, su mandíbula cayó hasta el
suelo. Su propuesta era hacer algo a una escala inimaginable.
Cosimo se las arregló para preguntarle con miedo la razón.
“¿Por qué está cooperando con nosotros…?”
Wayne era parte de la delegación de Natra. No solo no pertenecían a Mealtars, ni
siquiera eran parte del Imperio. Nadie los culparía por escapar por los pasajes debajo

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del suelo. Pero aquí estaban, tratando de cruzar el peligroso puente de Mealtars, lo que
hizo que Cosimo sospechara si era realmente por un sentido de justicia o benevolencia.
La respuesta de Wayne fue simple.
“Falanya está loca por esta ciudad. Como su hermano mayor, es mi trabajo
asegurarme que mi hermanita regrese a casa de buen humor.”
No parecía una mentira o una artimaña. Era como si estuviera tomando una apuesta
e involucrándose para evitar que su hermana menor se sintiera mal.
Cosimo pensó que era absurdo. Pero al mismo tiempo, sintió una euforia que no
había sentido hace mucho tiempo.
Me recuerda a mis días de juventud cuando pesaba mi vida y mi oro en una
balanza…
Cosimo era un comerciante experimentado. Había visto su cuota de situaciones
peligrosas. Esa experiencia lo decía todo: Ahora era el momento de poner su vida en la
línea una vez más.
¡He apostado por el Príncipe Wayne! ¡Todo lo que queda es esperar a ver cómo se
desarrolla esto…!
Reacio a perder siquiera un segundo, Cosimo se enfocó intensamente en la reunión.
“¿Nuestro planes?” Caldmellia repitió, luciendo desconcertada. “Hacer retroceder a
los príncipes que se disputan el control de la ciudad y liberarla. ¿No es correcto, Rey
Gruyere?”
“Mmm…” Gruyere gruñó cuando se vio envuelto en la conversación.
Después de todo, había clamado que podrían derrotar a los dos príncipes con un
ejército pequeño, especialmente con el baño de sangre sucediendo en la ciudad mientras
los dos ejércitos chocan. Si daban un paso adelante en el momento justo, podrían ganar
fácilmente.
…Si tuvieran suficientes suministros.
En la otra mano, si tomaban a treinta mil refugiados a su cuidado, sus recursos solo
durarían unos pocos días. Los refuerzos los reabastecerían, pero se agotarían antes de
que eso pudiera suceder.
Si los suministros adecuados, no se podía decir como evolucionaría la situación. Si
fueran atrapados en la ciudad en una guerra de desgate, Levetia moriría de hambre
primero.
“…Sí, ese es el plan.”

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Pero si Gruyere fuera honesto hasta el final, Wayne conocería todas sus debilidades.
La respuesta de Gruyere fue taciturna.
“¿Es así?” Wayne vio justo a través de su expresión. “He estado hablando sobre los
detalles con los ciudadanos. Ya nos han ayudado a escapar de la ciudad. No les
impondremos más. Eso sería descortés.”
“…No hay necesidad de contenerse. ¿Por qué harían si dejaran nuestra protección?
Hipotéticamente.”
“Retomaríamos la ciudad con nuestras propias manos.”
Los ojos de Caldmellia y Gruyere se ensancharon.
Wayne continuó. “Además, quiero que me vendan sus armas, comida y suministros
adicionales al triple del precio.”

¿Qué harás, Caldmellia?


El plan de Wayne era el de vaciar la ciudad, lo que ocasionaría que los príncipes
pelearan por esta y debilitaría a sus tropas. Entonces compraría armas de Levetia y
desgastaría a su ejército. Todo mientras los refugiados serían transformados en una
milicia, y se apresuraría en regresar a la ciudad para intentar negociar con los exhaustos
ejércitos de ambos príncipes.
Cualquiera que escuchara este plan pensaría que era ridículo. Pero los primeros
pasos ya habían salido bien.
Los príncipes están desgastando su resistencia. Al recibir a las personas de
Mealtars, a Levetia no le quedará mucho tiempo. Apuesto a que quieren regresar a casa
lo más pronto posible.
Por supuesto, el ejército de Levetia tenía una reputación que mantener. Si
declaraban que liberarían a la ciudad oprimida solo para vender sus armas y regresar a
casa, serían despreciados.
“Soy consciente de que no se dejará llevar por el dinero, dado que actúa de acuerdo
a la voluntad divina de Dios. Pero le pido que recuerde que Mealtars es una ciudad
comercial. Una moneda es un símbolo de buena fe. Preferiría pagarle de alguna
manera.”
Él compraría su honor con oro.

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“Tan pronto como recuperemos la ciudad, erigiremos un monumento de piedra para
simbolizar su buena voluntad y construiremos un templo. Mealtars es un punto
estratégico que conecta al Este con el Oeste. Pienso que estas nueva adiciones atraerán
a más seguidores.”
En otras palabras, Wayne estaba implicando que les ofrecería dinero y reputación,
a cambio de dejar sus armas y comida para que se fueran a casa.

“Ya veo,” Caldmellia murmuró para sí misma.


Si nos impone a los refugiados mientras propone este plan, ese debe significar que
no tiene otras opciones.
Si Caldmellia fuera una creyente piadosa de corazón, no aceptaría el trato. Ella vería
esta guerra santa hasta el final.
Pero era una política. Ella entendía que recibir a los refugiados destruiría su plan
inicial. Incluso si se quedaban atrás, solo se harían más daño.
¡Qué maravilloso! ¿Forzarnos a considerar recibir a la población entera de la
ciudad? Ha excedido mis más salvajes expectativas, Príncipe Wayne, ella lo elogió.
—Es por eso que no tengo más opción que rechazar tu oferta.
Y entonces ella rió.
Frente a ella, se movió con ojos entrecerrados. Eso envió un escalofrió por la
columna de Caldmellia.
¡Qué divertido! ¡Quiero jugar más con él—rechazarlos, frustrarlo, hacer que se
sienta molesto, lastimar a todos, ensanchar la herida y hacer un gran desastre! ¡Quiero
ver cuál será su respuesta!
Un montón de gente moriría. La tierra sería empapada de sangre. Incluso ella podría
morir. Pero eso estaba bien.
Después de todo, era más divertido de esa manera—
“Acepto.”
“¿——Qué?” Caldmellia lentamente giró su cabeza hacia la voz junto a ella.
“¿…Rey Gruyere, qué acaba de decir?”
“Dije que aceptaría, Directora Caldmellia del departamento del Evangelio.”

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Se miraron fijamente. Había un espantoso espectro de muerte que residía en los ojos
de Caldmellia.
“Creo que yo soy la responsable en este asunto.”
“Y yo estoy a cargo del ejército. Y digo que aceptamos esta propuesta.”
Él sabía que sería mejor dar todo por terminado. Ya se encontraban en desventaja,
y se encontraban en territorio Imperial. Era posible que el ejército del Príncipe Demetrio
escuchar sobre la situación y regresara.
Si nos mantenemos firmes, podríamos ser capaces de incluir a los residentes de la
ciudad en nuestro ejército. Pero el Príncipe Wayne podría utilizar a su gente para
hacernos tropezar y prolongar la guerra.
Que había sido la esperanza de Caldmellia.
Pero Gruyere no tenía la intención de seguir con sus excentricidades.
“Oh, dios…”
Caldmellia sabía que Gruyere era terco. Después de pensarlo bien, parecía hablar
con resignación. “…Te venderemos solo el excedente. Hasta que confirmemos que los
ciudadanos han reclamado la ciudad, nuestra formación se mantendrá intacta.”
“Bien por mí.”
“Estoy de acuerdo.”
Wayne sonrió y extendió su mano. “Gracias por su cooperación, Directora
Caldmellia, Rey Gruyere.”

♦◊♦

Dentro de las murallas de Mealtars, se habían desatado combates entre ambos ejércitos
de los príncipes.
Ambos habían dividido sus fuerzas para tomar el control de la ciudad y luchar contra
el enemigo del exterior. La batalla se estaba extendiendo en ambos frentes.
Obviamente, el Príncipe Bardloche tenía la ventaja fuera de la ciudad. Mientras que
el Príncipe Manfred luchaba duro, los verdaderos talentos de sus fuerzas estaban en otra
parte.

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En la otra mano, Manfred tenía la ventaja dentro de las murallas del castillo. Eso
era debido a que había reunido información en secreto sobre la disposición de la ciudad
de antemano y la había compartido con sus subordinados. Sus tropas hicieron uso del
equipamiento defensivo a mano y repelieron exitosamente a varios de los soldados de
Bardloche.
En este tira y afloja, Glen elevó su voz a los márgenes del campo de batalla fuera
de la ciudad.
“¡Todas las unidades, síganme! ¡Vamos a romper sus defensas!”
““¡Sí, señor!””
Liderados por Glen a caballo, los soldados se apresuraron hacia delante y
atravesaron la líneas enemigas como una flecha.
“¡El hombre al frente es su líder! ¡Deténganlo!” gritó el enemigo, pero Glen los
acribilló con su larga espada.
“¡¿Creen que pueden detenernos?!”
Glen se adentró más y pasó dos líneas enemigas—y luego tres.
“¡Capitán! ¡Vamos a abrirnos paso y llegaremos a la parte trasera!”
“¡Bien! Tomaremos nuestra formación y—”
Glen repentinamente detuvo a su caballo.
“¡¿Capitán?!” el subordinado dio media vuelta para revisar si algo había sucedido.
Glen miró hacia adelante de ellos por unos cuantos segundos. “¡…Cambiaremos la
dirección de nuestro avance! ¡Llegaremos a ellos desde sus flancos!”
“¿Qué? …¡T-todas las unidades, sigan al capitán!”
Las fuerzas de Glen repentinamente dieron media vuelta y se dirigieron hacia otra
dirección.
Desde atrás de las fuerzas que habían sido el objetivo de Glen, Strang observaba la
situación.
“…Supongo que se dio de cuenta. Estaba tan cerca.”
Strang había desplegado estratégicamente una formación más débil para que Glen
la atravesara. Su plan había sido el de atraer a la fuerza principal y atraparlos en una
trampa en la retaguardia de la formación.
“Eso está bien. Ahora Glen se ha desviado a los lados. Díganle a la unidad principal
que avance veinte pasos y que ponga más presión en el campo de batalla.”
“¡Entendido!”
Strang consideraba su estrategia mientras gritaba sus órdenes.

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No luce muy bien…
Él ya sabía que se encontraban en desventaja peleando contra el ejército de
Bardloche de frente. Parecían estar aguantando dentro de los muros, pero eso no duraría
por mucho tiempo.
¿Debería sugerir la retirada mientras es daño es mínimo…? No estoy seguro en
cómo reaccionará Levetia si se dan cuenta que tienen una oportunidad de atacar…
Strang miró hacia el oeste.
“¿—Hmm?” Vio a unos cuantos miles de personas bajar desde la colina.
“Levetia se está moviendo… ¡No! ¡Espera! ¡¿Acaso es…?!”
Estaba equivocado. Levetia todavía se encontraba en formación en la cima de la
colina. Y las personas descendiendo por la colina elevaban…la bandera de Mealtars.
“¡…Huh! ¡Eres realmente increíble, Wayne!” Strang gritó.
“¡Envíenle un mensaje al Príncipe Manfred! ¡Prepárense para el cese de fuego! ¡La
mina de oro a regresado para hablar!”

♦◊♦

¿Realmente serás capaz de armar y movilizar a los ciudadanos de Mealtars? Queremos


hacer retroceder los ejércitos de los príncipes.”
“Sí, no,” Wayne le respondió a Lowellmina con franqueza antes de que pusieran su
plan en acción. “Tenemos quince mil hombre de treinta mil personas. Resta a los niños,
ancianos, los flojos, y cualquier otro que no quiere cooperar. Tendremos suerte si
siquiera tenemos cinco mil. Y son casi todos comerciantes con cero experiencia en
combate. Seremos capaces de comprar suficientes armas de Levetia para equipar a tres
mil soldados. Pero incluso entonces no plantearemos un desafío serio para el enemigo.
“Entonces…”
“Pero todavía será una batalla,” dijo Wayne. “Los príncipes ven a la gente de
Mealtars como sus vacas lecheras. Cuando se den cuenta que perder vidas significa
perder ganancias, no querrán luchar contra nosotros. Además, los príncipes se
encuentran en medio de una acalorada batalla. No pueden simplemente ordenar capturar
a los hombres asesinos de Mealtars.”

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“……”
“Y los soldados sin heridas de Levetia apoyan a los ciudadanos. Esto realmente
pondrá una espina en los costados de los príncipes. Ellos perderán sin importar lo que
hagan.” Wayne sonrió.
“Lo que significa que no tendrán más opción que lidiar con nuestras siniestras
artimañas—”

El sol se puso, haciendo espacio para un breve momento de silencio en Mealtars.


Se había firmado un alto al fuego. Ambos príncipes había instalado un campamento
en un lugar más distante de la ciudad. Bajo la condición de que mantendrían las puertas
del castillo abiertas, se les permitió regresar a sus hogares a los ciudadanos.
“…Fue muy astuto, Príncipe Wayne.”
Ellos se encontraban en una habitación en la mansión de Cosimo. Presentes se
encontraban cinco personas entre hombres y mujeres: Lowellmina, Bardloche, Manfred,
Cosimo y Wayne.
“Nunca pensé que iría tan lejos por una reunión,” dijo Bardloche odiosamente.
Manfred no perdió un segundo. “Llegó justo cuando nuestra resistencia se estaba
debilitando por luchar entre nosotros. Suena bastante simple, pero estoy sorprendido.”
Trató de mostrar su pomposa sonrisa, pero no tenía fuerzas para hacerlo.
“¿Cómo planea hacernos bajar las armas?” Manfred preguntó.
Wayne negó con la cabeza. “Parece haber un malentendido entre nosotros.”
“¿Qué?”
Wayne prosiguió. “¿Por qué tenían que luchar contra Mealtars en primer lugar?”
“¿Por qué? Eso se debe a que…”
“El intento de asesinato fallido de Demetrio. ¿Acaso fue orquestado por Mealtars?”
Ambos príncipes quedaron boquiabiertos.
Había sido ampliamente aceptado que era una excusa para atacar la ciudad. Pero
Wayne no estaba convencido e intentaba insinuar la verdad.
“Primero, no he sido encarcelado injustamente. Como pueden ver, estoy libre.”
“…Sí.”
Ellos no se encontrarían en esta situación si realmente hubiera sido aprisionado.
Bardloche rechino los dientes.

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“Siguiente, no hay razón para creer que están conspirando con el oeste. Es verdad
que lo hicieron en el pasado, pero el gobernador general ya ha sido juzgado por estos
hechos.”
“Eso es extraño,” Manfred señaló. “En ese caso, ¿por qué Levetia todavía se
encuentra en formación en la colina occidental? La gente de Mealtars vino corriendo
desde su dirección. ¿Acaso no es una prueba de que están trabajando juntos?”
Wayne sonrió. “No, eso fue todo debido a mí.”
¿Qué? Ambos príncipes parecían confundidos.
“Parece que los rumores de mi confinamiento alcanzaron al Oeste. Después de todo,
soy un candidato a convertirme una de las Elites Sagradas. Estaban preocupados por mi
bienestar. Tiene sentido que ellos también utilizarían esta oportunidad para intentar
salvar a la gente de Mealtars.”
Esas fueron unos serios razonamientos.
Pero este era el plan que había sido firmado por Wayne y el grupo de Caldmellia.
Después de todo, les daría más credibilidad decir que habían venido para rescatar a los
comerciantes y salvar a un candidato para una posición importante.
“¿…Qué hay sobre el asesinato fallido? No han atapado al criminal,” dijo
Bardloche.
“No me digas que crees que Bardloche o yo lo hicimos,” Manfred advirtió con
descaro.
Su hermano frunció el ceño, desafiando a Wayne a salirse con la suya.
Wayne le lanzó a ambos una sonrisa. “Sobre eso. Algo me llamó la atención todo el
tiempo: ¿Cómo lo hizo el criminal?”
“¿…Qué tratas de decir?”
“He hablado sobre esto con el Alcalde Cosimo. Los guardias de la ciudad son
impecables. Más aún que ustedes tienen seguridad privada en sus mansiones. Sería
irrealista esperar que un asesino se deslizara en medio de ellos.
“Excepto,” Wayne continuó. “Que hay una persona que podría tener una
oportunidad. Y no se trata de mí, el Alcalde Cosimo, el Príncipe Bardloche, el Príncipe
Manfred o la Princesa Lowellmina.”
Manfred jadeó. “…No puede ser.”
Wayne asintió. “Sí—fue llevado a cabo por el propio Príncipe Demetrio. Esa es la
verdad.”
Bardloche se puso de pie y gritó. “¡No te hagas al tonto! ¡¿Por qué haría eso?!”

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“Para llevarnos a este punto. La reputación de Mealtars se ha desplomado. Sus
ejércitos están cansados y sufrieron pérdidas. Si Demetrio regresara con su ejército en
este momento, podría expulsarlos de aquí sin mucho problemas. Lo cual lo dejaría con
Mealtars y el trono.”
Wayne no creía que esta era la verdad. Estaba bastante seguro que él debe haber
sido el objetivo de este intento de asesinato aunque Demetrio se las había arreglado para
envenenarse a sí mismo.
“Estaba sorprendido cuando el Príncipe Wayne me explicó la situación,”
Lowellmina admitió. “Pero creo que es la verdad. Demetrio no debe haber tenido la
intención de participar en la cumbre desde el comienzo. Es por eso que era tan
indiferente durante nuestras discusiones y continuaba haciendo valer su derecho al
trono… ¿No están de acuerdo?”
Los príncipes finalmente vieron el escenario completo.
No puede ser. ¡¿Están poniendo toda la culpa… uno pensó.
…Sobre Demetrio?! El otro finalizó.
¡Ding! ¡Ding! ¡Ding! ¡Exactamente! Wayne sonrió internamente. Ninguno de
ustedes quería que la cumbre saliera bien. Es la razón por la que han estado apostando
desde el principio. Necesitan a alguien a quien culpar por su falla.
La Cumbre de los Hijos del Imperio era una reunión de líderes. Si no se conseguía
nada en lo absoluto, los invitados de la ceremonia y los ciudadanos del Imperio se
exasperarían. Necesitaba haber una razón aceptable por la que no había salido bien.
Y Wayne iba a hacer que Demetrio tomara la culpa por todo: la cumbre sin sentido,
el desperdiciado intento de asesinato, la lucha entre los dos príncipes y el mal clima.
Él básicamente estaba pidiendo que conspiraran para hacerlo realidad.
En todo caso, Demetrio no se encontraba en la habitación. Pese a que tenía el
derecho de estar presente, era el único que había regresado a casa. Y no podía negar
nada si no estaba allí.
“Mealtars ha preparado una adecuada compensación para ustedes por esta lucha
innecesaria. Nos abstendremos de continuar cualquier relación con el Príncipe
Demetrio,” Cosimo dijo con tranquilidad.
Era una declaración de que devolverían el dinero utilizado para la batalla y de que
no simpatizarían con el Príncipe Demetrio.

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…Si rechazo este plan, pensaba Bardloche, Manfred hará lo contrario y seguirá
adelante con ellos. Por otra parte, no hay manera de que Demetrio intente unirse a mí.
Es un lobo solitario.
Manfred se encontraba a su lado pensando en lo mismo.
Incluso si rechazo esto, hago equipo con Bardloche y capturo Mealtars, solo
estallar en otra lucha. Entonces será Demetrio quien realmente sea quien gane en esta
situación. Pero acabo de luchar en contra de Bardloche. Sería difícil establecer una
relación amistosa ahora.
Los dos continuaron pensando bastante…hasta que llegaron a una conclusión.
Curiosamente, fue la misma.
“…Bastante justo.”
“No tengo objeciones.”
Wayne sonrió en satisfacción.
“Pensaba que ambos podrían decir eso.”

Algunos días después, Bardloche, Manfred y Lowellmina hicieron una declaración


conjunta anunciando el fracaso de la cumbre. Todos criticaron a Demetrio como la
causa. Aunque obviamente el negó esto, lo que provoco que su poder disminuyera
significativamente.
Después de una larga serie de eventos, la Cumbre de los Hijos del Imperio
finalmente llegó a una conclusión temporal.

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† ‡ Epílogo †

El clamor afuera podía ser escuchado a través de la ventana abierta.


Cosimo sabía que era el sonido de la ciudad bajo renovación. Mealtars sufrió un
significativo daño de propiedad por la batalla. Pero los comerciantes lo vieron como una
oportunidad, atareados reuniendo materiales de construcción en lugar de lamentarse por
la situación actual. No tardaría mucho para que la ciudad volviera a ponerse de pie,
mejor que nunca.
“Esto debe encarnar el indomable espíritu de los comerciantes.” Comentó alguien
sentado a su lado.
Era Lowellmina, quien giró su oreja hacia el ruido de afuera.
“Dudo que la gente de Mealtars pierda la vista de eso.” Cosimo le ofreció una
sonrisa antes de hacer una reverencia con su cabeza. “Me disculpo por causarle
problemas en este asunto, Princesa Lowellmina. Con la cumbre acortada, soy más
consiente que nunca de mi ineficiencia.”
“No te culpes tanto. Nunca podría haber anticipado estos giros de eventos.”
Lowellmina sonrió. “Además, Mealtars se ha puesto del lado de mi facción.”
El reciente alboroto estaba comenzando a hacer que las personas piensen que era
tiempo de revisar los poderes que se le habían concebido a Mealtars. Ellos pensaban
que una discusión posterior resolvería el nivel de injerencia imperial permitido en el
territorio. Pero sabían que no serían capaces de comprar su libertad como la tenían en
el pasado.
Siguiendo a Demetrio el cerebro detrás de todo, Bardloche y Manfred se
mantuvieron alejados de la ciudad que una vez habían rodeado y atacado. Por lo tanto,
solo podían buscar la protección de Lowellmina.

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Ella continuó. “Aunque esa es solo la postura oficial. Sé que las personas tienen el
corazón en otra parte. Pero es suficiente para mí.”
Ella estaba en lo correcto. Los ciudadanos no estaban obsesionados con ella. Cuando
ellos cerraban sus ojos, veían la pequeña espalda de una jovencita.
“…Esto me ha hecho darme cuenta de algo: Un Rey no solo es medido por su
fuerza.”
Cosimo dijo lentamente, “A través de todo el continente, han habido chispas de
ingenio—comenzando con los príncipes Imperiales, el Príncipe Wayne del norte y
aquellos con posiciones altas de Levetia en el oeste… También he escuchado que hay
alguien en el sur que ha ido subiendo al poder.”
Su voz se recubrió de emoción. “Las generaciones futuras podrían recordar algún
día que esta agitación dio lugar a un gran único gran rey—”

♦◊♦

“Maldición… Eso fue duro.”


En la misma oficina de siempre, Wayne se extendía encima de su escritorio al
regresar a casa sano y salvo.
“Buen trabajo. Este fue uno difícil.”
Ninym normalmente lo amonestaría para que se ponga a trabajar.
Pero desde que colapsó por sobrecarga de trabajo, estaba siendo tratado con más
tolerancia.
“Fuera de bromas. Suponía que me iría bien con los príncipes, pero nunca podría
haber supuesto lo que sucedió…”
Su cara era la única cosa que estaba girada hacia Ninym.
“Ahora que lo pienso, ¿Dónde se encuentra nuestra heroína del momento—
Falanya?”
“Completamente exhausta. Imagino que estará así por un tiempo.”
Falanya tampoco hubiera supuesto estos giros de eventos por otras razones. ¿Quién
podría haberse imaginado que la princesa mimada de una pequeña nación hablaría en

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frente de tres mil ciudadanos en su primera misión diplomática? Sin mencionar el
marchar a la vanguardia de treinta mil personas.
Cada célula de su cuerpo estaba exhausta, ahora que sabía que su trabajo está
completo.
Wayne pensaba que era mejor dejarla descansar hasta que se recuperara.
“Vamos a repasar lo que sacamos de esto: La Princesa Falanya es más
independiente. Nos reunimos con los príncipes. Mealtars nos debe un favor. ¿Estoy
olvidando algo?” preguntó Ninym.
Cuando la delegación de Natra se preparó para regresar a casa, Cosimo fue para
verlos partir, reverenciando a Wayne profundamente.
“Nunca olvidare por lo que ha hecho por nuestra ciudad. Un comerciante siempre
equilibra la balanza. Lo compensaremos por su amabilidad.”
Él había expresado un sentimiento compartido por varios ciudadanos. Si ese día
llegaba, no había duda que todos y cada uno de ellos correría a ayudar a Natra.
“Salvo que Mealtars es un territorio Imperial, muy lejano. No tenemos idea si alguna
vez tendremos la oportunidad de aceptar tal oferta,” ella enmendó.
Wayne rió cuando Ninym se encogió de hombros.
“Bien, cruzaremos el puente cuando lleguemos a él… Oh, hemos ganado algo más
de una naturaleza más personal,” le dijo.
“¿Qué podría ser?”
“Gruyere. La Elite Sagrada.” Wayne lucia complacido mientras levantaba su cara.
“No hemos pasado mucho tiempo juntos, pero podrías tener una discusión con el tipo—
no como Caldmellia. No hay nada de malo en tenerlo de nuestro lado para crear lazos
con el Oeste.”
“No tengo objeciones con incrementar nuestro número de aliados, pero…no olvides
que él es una Elite Sagrada.”
“Estará bien. No puedo ser descuidado, pero está en su sano juicio. No es como si
no tuviera sentido común. Lo veras—una vez que intercambiemos representantes.”
Wayne se puso de pie ante su declaración.
Ninym inclinó su cabeza y se preguntó si las cosas realmente estaban bien del todo.

♦◊♦

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“Empiezas a buscar las cosas más extrañas una vez que realmente te propones
divertirte,” Gruyere dijo mientras estaba sentado rodeado por platos de comida en su
palacio. “Comer es solo una tarea aburrida. No es por diversión. Mi pasatiempo favorito
es la guerra.”
Engulló el trozo de cordero que tenía en la mano, huesos y todo. Los vasallos
alrededor de él no estaban perturbados por esta bizarra vista.
“Este incidente confirmó que el príncipe es una bestia rara—la única en su clase.”
“Su majestad, es…”
“Sí. Él es un mejor juguete que esa vieja bruja.” Sus ojos ardían de excitación.
“Solo espera, Príncipe Wayne. Te venderé mi alma si eso significa devorarte—”

Cuando una historia terminaba, otra comenzaba.


Otra sombra del caos había comenzado a cernirse sobre Wayne.

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