Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TALLER
SOLUCIÓN
Teniendo en cuenta las características de cada caso, en el inciso 2 del artículo 167,
encontramos que cuando una de las partes esté en una situación más favorable
para aportar las pruebas, el juez de oficio o a petición de parte podrá durante su
práctica o en cualquier momento del proceso antes de fallar, dividir la carga
probatoria. Esta disposición fue analizada por la Corte Constitucional en la sentencia
C-086/2016 en la cual se resalta la facultad oficiosa que posee el juez de decretar y
practicar pruebas lo que hace posible la distribución de la carga de la prueba; de
igual forma, manifiesta que deben haber unas circunstancias particulares que
justifiquen la distribución realizada por el juez, sin ser esto de carácter coercitivo
pues no implica que el legislador haya asignado esta labor para todos los casos.
Por tal razón, se entiende que la parte está en mejor posición probatoria cuando
tenga más facilidad o cercanía con la prueba. Este avance a nivel probatorio tiene su
origen en las llamadas “cargas probatorias dinámicas” que tienen como propósito
buscar la validez de principios varios como el de solidaridad, lealtad y buena fe
procesal realzando el supuesto de que debe aportar la prueba el que pueda hacerlo.
TEORÍA DE LA PRUEBA: GRUPO D
Las partes con este principio tienen la posibilidad y la facultad de ofrecer ciertas
pruebas que son consideradas a su favor, esto con el fin de dar un inicio probatorio y
tener fundamentado un proceso judicial que se está llevando a cabo; estas pruebas
en ningun momento del proceso podrán desistirse o renunciar por algún motivo, lo
que se aporta se tendrá de manera definitiva y pertenecerán a las dos partes
únicamente con el fin de un vínculo procesal, que de igual forma serán aportadas y
de conocimiento para la parte accionante y la accionada. Dichas pruebas estarán a
cargo no de la parte que las aportó al proceso si no al juez como principal
destinatario para que él las valore. Este aporte fundamentado es una inserción
dentro del procedimiento con el objetivo principal de que la autoridad competente se
apropie realmente sobre el derecho reclamado, generando un análisis completo del
hecho jurídico que se encuentra en discusión.
Las pruebas que se presentan ante un acto procesal pueden perjudicar a la parte
que aportó esto como mecanismo de defensa, esto es, que cuando se presentan
unas pruebas cada parte involucrada tendrá la oportunidad de sacar una conclusión
sea beneficiosa o no; estas pruebas que se adjuntan al proceso son utilizadas
cuando alguna de las partes carecen de elementos probatorios. No siempre las
pruebas que son añadidas al conflicto se tornaran beneficiosas si carecen de una
credibilidad judicial lo que podría volverse contraproducente para la parte accionante
encargada de la carga de la prueba.
Concluyendo, no siempre las pruebas que son presentadas por las partes tendrán
beneficios o perjuicios hacia el proceso accionado; el principio de la comunidad de la
prueba se refiere que toda prueba que se aporta al proceso puede beneficiar a
cualquiera de las partes sin tener en cuenta quien la aportó. Esto con el objetivo de
que las pruebas que son introducidas tienen que probar la existencia de los hechos
que conforman el proceso y que guardan una relación de interdependencia entre sí.