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“año dela universalización de la salud”

UNIVERSIDAD JOSE CARLOS MARIATEGUI


FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
CARRERA PROFESIONAL DE PSICOLOGIA

“LA BARRERA HEMATOENCEFALICA”

DOCENTE: Dr. HEBERT MONROY YARI


ALUMNOS:
 SHIRLEY SAMANTA CHACA PAREDES
 AARÓN UGARTE ARAGÓN
 NARDA ALEJANDRA RETAMOSO
CHIRINOS
 XIMENA MIRELLA VARGAS
CHOQUEHUANCA

ILO-2020
LA BARRERA HEMATOENCEFALICA (BHE)
La capa protectora del cerebro
La barrera hematoencefalica (BHE) protege al sistema nervioso central, que restringe el
paso de sustancias toxicas desde la sangre hacia los tejidos del SNC, gracias a uniones
estrechas del endotelio de los capilares cerebrales, permitiendo que solo el oxígeno, la
glucosa, aminoácidos y otros esenciales pasen la BHE. Además, que metaboliza o
modifica los elementos de
la sangre hacia el tejido
nervioso y viceversa.
Esta barrera existe ya que el
encéfalo y el conjunto del
sistema nervioso es un
órgano fundamental para el
ser humano, por ello está
protegido por huesos y tres
capas de membranas
llamadas meninges. Aun si
no es suficiente a la hora de
proteger al cráneo de algún
accidente, por ejemplo, de
infecciones víricas que podrían llegar a través de la sangre. Esta barrera se estructura por
células endoteliales especializadas que recubren el sistema vascular cerebral y tiene una
importancia capital en el mantenimiento del homeostasis de las neuronas y las células
gliales y en el bloqueo del acceso de sustancias toxicas endógenas o exógenas.
DESCUBRIMIENTO DE LA BHE
La existencia de esta barrera hematoencefalica fue
descubierta el médico y bacteriólogo alemán Paul
Ehrlich en 1885, estudiaba tinciones, con el
objetivo de visualizar las estructuras finas. En uno
de sus experimentos de tinción observo como el
cerebro no se teñía, atribuyendo que este no
absorbía mucho la tinta.
Posteriormente Edwin Goldman que era
estudiante de Paul Ehrlich realizo el mismo
experimento en 1913, pero esta vez pintando el
líquido cefalorraquídeo. Observando totalmente
lo opuesto al experimento de su profesor.
Demostrándose al final la existencia de dicha
barrera. Pero se creyó que eran responsables los
vasos sanguíneos, puesto que no había una
membrana visible que pudiera encontrarse. Hasta
1960 en la introducción del microscopio se pudo
observar dicha barrera. Al final los experimentos reflejaron una barrera que bloqueaba el
sistema nervioso del resto del organismo. Tiempo después denominándose Barrera
Hematoencefalica por Lewandoski y otros expertos.
¿CÓMO SE FORMA LA BARRERA HEMATOENCEFALICA?
La barrera hematoencefálica está formada por células endoteliales de los capilares
sanguíneos y células especializadas del sistema nervioso central, mayoritariamente
astrocitos.
Los capilares son un tipo de vasos
sanguíneos de muy bajo calibre cuya
pared está formada una capa de células
endoteliales de tipo escamoso.
Normalmente, la unión entre las células
del endotelio vascular es muy estrecha,
pero en los capilares esta unión es más
laxa, incluso con fenestraciones, para
permitir el intercambio de nutrientes,
células inmunitarias y fluidos entre los
tejidos y el torrente circulatorio.
En la barrera hematoencefálica, sin
embargo, las células endoteliales se
mantienen en una unión muy estrecha a través de diferentes tipos de uniones
intercelulares, como zonas occludens, uniones de adherencia o desmosomas. Así, la
barrera hematoencefálica está formada por una alta densidad de células endoteliales
fuertemente unidas que impiden el paso de la mayoría de sustancias y objetos
microscópicos.
Además de las células endoteliales, en la barrera hematoencefálica participan dos tipos
de células más, los pericitos y los astrocitos.
Los pericitos son células contráctiles que se disponen alrededor de los capilares de todo
el cuerpo para regular el flujo sanguíneo capilar y la maduración de las células
endoteliales. En el cerebro son imprescindibles para mantener la barrera
hematoencefálica hasta el punto de que la perdida funcional de los pericitos provoca la
pérdida de la barrera hematoencefálica.
Los astrocitos son el tipo más abundante de células gliales y entre sus funciones destacan
el soporte metabólico y estructural para las neuronas. Los astrocitos recubren el exterior
de los capilares sanguíneos con el final de sus proyecciones celulares (llamadas pies
astrocíticos, pies astrocitarios o limitantes gliales) reforzando el efecto barrera y haciendo
de filtro entre la sangre y las neuronas.
La combinación de células endoteliales con uniones intercelulares estrechas y los pies
astrocitarios es lo que forma la barrera hematoencefálica.
En los plexos coroideos, donde se forma el líquido cefalorraquídeo, existe también una
barrera hematológica conocida como barrera hematocefalorraquídea o sangre-líquido
cefalorraquídeo. Esta barrera es diferente a la barrera hematoencefálica y está formada
por células ependimarias modificadas y la membrana aracnoides de las meninges.
Otra barrera hematológica relacionada con el SNC es la barrera encéfalo-líquido
cefalorraquídeo que aparece entre la piamadre y la aracnoides y que impide el intercambio
de sustancias entre el encéfalo y el líquido cefalorraquídeo que circula en el espacio
subaracnoideo.
FUNCIONES PRINCIPALES
 Facilitar una vía de drenaje de los productos metabólicos cerebrales hacia la
circulación sanguínea
 Las funciones implícitas en la BHE son la protección del cerebro y ser el
transporte de la red capilar al parénquima cerebral
 Regula el entorno nutritivo homeostático del sistema nervioso central
 Tiene la capacidad para controlar el intercambio de moléculas activas. Como
péptidos y proteínas reguladoras, entre el SNC y la circulación periférica.

RUPTURA DE LA BARRERA HEMATOENCEFALICA


La integridad estructural o funcional de la barrera hematoencefálica se puede ver
comprometida por afecciones de diversa índole. Entre las más frecuentes están las
infecciones, por ejemplo, la meningitis vírica, hipertensión arterial, hiperosmolaridad en
el plasma sanguíneo,
traumatismos, isquemias,
procesos inflamatorios o la
exposición a radiactividad.
Como podemos ver en la
imagen el rompimiento de la
barrera hematoencefalica
también se provocaría por la
pérdida crónica del sueño, en el
experimento de la ilustración los
científicos administraron
directamente en la circulación
sanguínea un colorante que, en
condiciones normales no
atravesaría la barrera hematoencefálica; lo que encontraron es que la pérdida de sueño
durante 10 días consecutivos en la rata incrementa el paso de la sangre con colorante al
cerebro al alterar la estructura de las células que forman la barrera.
PROPIEDADES DE LA BHE:
La barrera hematoencefálica
(BHE) posee propiedades
únicas, estos vasos del SNC en
realidad son vasos continuos que
no tienen agujeros de
permeabilidad, pero también
contienen una serie de
propiedades adicionales que les
permiten regular estrechamente
el flujo de moléculas, iones y
células entre la sangre y el SNC.
Esta capacidad de barrera
altamente restrictiva permite a
las células controlar la
homeostasis del SNC, que es
fundamental para permitir la
función neuronal adecuada, así
como para proteger el SNC de
toxinas, patógenos, inflamación,
lesiones y enfermedades.
La BHE es una barrera
selectivamente permeable,
ya que permite el paso
moléculas pequeñas como
iones o agua, pero en
cambio no permite el paso
de moléculas grandes
como las proteínas.
La BHE responde a la
estructura peculiar de los
vasos sanguíneos en todo
el cuerpo; las células que
forman las paredes de los
vasos sanguíneos no están
unidas entre sí de una manera absolutamente hermética, sino que dejan pequeñas
aberturas que permiten el intercambio libre de la mayoría de sustancias entre el plasma
sanguíneo y el líquido del exterior los vasos sanguíneos que rodea las células.
LOS PUNTOS CIEGOS DE LA BHE:
A pesar de la importancia que tiene a la hora de proteger el sistema nervioso la barrera
hematoencefálica no recubre todo el cerebro, dado que éste necesita recibir y ser capaz
de emitir algunas sustancias, como las hormonas y neurotransmisores. La existencia de
esta clase de puntos ciegos es necesaria para garantizar el buen funcionamiento del
organismo, ya que no es posible mantener al cerebro totalmente aislado de lo que ocurre
en el resto del cuerpo.
Las zonas no protegidas por esta barrera se encuentran alrededor del tercer ventrículo
cerebral y reciben el nombre de órganos circunventriculares. En estas zonas los capilares
tienen un endotelio fenestrado, con algunas aperturas o accesos que permiten el flujo de
sustancias de un lado de la membrana hacia el otro.
Las localizaciones sin barrera hematoencefálica son principalmente del sistema
neuroendocrino y del sistema nervioso autónomo, siendo algunas de las estructuras de
este grupo de órganos circunventriculares la neurohipófisis, la glándula pineal, algunas
zonas del hipotálamo, el área postrema el órgano vasculoso de la lámina terminalis y el
órgano subfornical (por debajo del fórnix).

CRUZANDO LA BARRERA HEMATOENCEFÁLICA


Como hemos visto, la barrera hematoencefálica es permeable, pero de una manera
relativa, ya que permite el paso de algunas sustancias. Al margen de las localizaciones en
las que la barrera hematoencefálica no está presente existen una serie de mecanismos por
las cuales componentes esenciales para el funcionamiento de las células pueden llegar a
atravesarla.
El mecanismo más común y frecuentemente empleado en este sentido es el uso de
transportadores, en el cual el elemento o sustancia a transportar se ata a un receptor que
posteriormente entra en el citoplasma de la célula endotelial. Una vez allí, la sustancia se
separa del receptor y es excretada al otro lado por la propia célula endotelial.
Otro mecanismo por el que las sustancias atraviesan la barrera hematoencefálica es la
transcitosis, proceso en el que se forman en la barrera una serie de vesículas a través de
las cuales las sustancias pueden pasar de un lado al otro.
La difusión transmembranal permite que iones de diferente carga puedan moverse a través
de la barrera hematoencefálica, actuando la carga electrónica y el gradiente de
concentración de manera que las sustancias a ambos lados de la barrera se ven atraídas
entre sí.
Por último, un cuarto mecanismo a través del cual cuales alguna sustancias pasan al
cerebro sin que la barrera hematoencefálica intervenga es saltarsela directamente. Una
manera de hacer esto es utilizar las neuronas sensitivas, forzando una transmisión en
sentido inverso a través del axón de la neurona hasta su soma. Se trata del mecanismo que
usan enfermedades tan conocidas como la rabia.
La barrera hematoencefalica es una barrera caracterizada por una permeabilidad muy
selectiva, que se encarga de dividir la sangre que circula en el fluido extracelular cerebral
de la del interior cerebral. Está compuesto por células endoteliales especializadas que
recubren el sistema vascular cerebral y son fundamentales para el mantenimiento de la
homeostasis de las neuronas del cerebro.
BIBLIOGRAFIA:
 https://es.wikipedia.org/wiki/Barrera_hematoencef%C3%A1lica
 https://psicologiaymente.com/neurociencias/barrera-
hematoencefalica?fbclid=IwAR1vwxykCf-
HLGSEXkTF5oIzmCH8PjGVmbhV3E3epmnXxEmWt_GDOa-ctpg
 https://www.medigraphic.com/pdfs/revmexneu/rmn-
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 Interlandi, J. (2011). Atravesar la Barrera Hematoencefálica. Apuntes.
Investigación y Ciencia.
 Pachter, J.S. et al. (2003). The blood-brain barrier and its role in immune
privilege in the central nervous system. J. Neuropath. Exper. Neurol.; 62:
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 Purves, D.; Lichtman, J. W. (1985). Principles of neural development.
Sunderland, Mass.: Sinauer Associates.

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