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SISTEMA

RESPIRATORIO

Introducción

El sistema respiratorio está formado por una porción conductora que comprende las fosas
nasales, la nasofaringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los bronquiolos y una porción
respiratoria, en la que se efectúa el intercambio gaseoso, compuesta por los bronquiolos
respiratorios, los conductos alveolares y los alvéolos. La mayor parte del parénquima pulmonar la
constituyen los alvéolos, que son estructuras de paredes muy delgadas que facilitan el intercambio
gaseoso.

La porción conductora debe asegurar el paso de aire, para lo cual las paredes de esta zona están
formadas por una combinación de cartílago, músculo liso y tejido conectivo lo que le otorga un
soporte estructural, flexibilidad y extensibilidad. La porción conductora está revestida por un
epitelio especializado, el epitelio respiratorio (fig. 1).


Fig. 1. Epitelio Respiratorio

Este es un epitelio cilíndrico seudoestratificado ciliado con abundantes glándulas caliciformes.


Consta de cinco tipos de células que se distinguen con microscopía electrónica: células cilíndricas
ciliadas, células caliciformes, células en cepillo, células basales y células granulosas.

Desde las fosas nasales a la laringe existen zonas, como la orofaringe, la epiglotis y las cuerdas
vocales, que presentan epitelio plano estratificado, este epitelio ofrece una mayor protección
frente a la fricción. Por lo que en la laringe encontramos los dos tipos de epitelio, además de
cartílago hialino (tiroides, cricoides y aritenoides), La mucosa laríngea contiene pliegues que
forman las cuerdas vocales, con tejido conectivo elástico al que siguen los músculos de la laringe,
encargados de la producción de sonidos.

A continuación la Tráquea, que luego se ramifica en dos bronquios pulmonares, está revestida
completamente por epitelio respiratorio. La pared de la tráquea es rígida y no se colapsa gracias a
la presencia de 16-20 anillos circulares de cartílago en forma de C, que ocupan el 70-80% de su
circunferencia. En la parte posterior de la pared de la tráquea existe una estrecha banda que
carece de cartílago, y la unión entre los dos extremos del cartílago está constituida por un
ligamento fibroelástico y haces de músculo liso, que se unen al pericondrio y unen las porciones
abiertas de cartílago, lo que permite cierta constricción de la luz traqueal. El ligamento que une los
dos extremos de los cartílagos evita la dilatación. La lámina propia es de tejido conectivo laxo, rico
en fibras elásticas, con abundantes glándulas seromucosas que se abren a la luz. Además a lo largo
de la porción conductora del aparato respiratorio podemos encontrar nódulos y ganglios linfáticos
que participan como mecanismo de defensa. Externamente la tráquea está revestida por tejido
conectivo laxo que la une a los tejidos próximos.

Fig. 2. Esquema y corte histológico de tráquea.

La tráquea se bifurca en dos bronquios principales, los bronquios principales son extrapulmonares
y entran cada pulmón junto con las arterias pulmonares, a través del hilio pulmonar. Después se
dividen en bronquios lobulares, uno para cada uno de los lóbulos del pulmón. Cada uno de los
bronquios lobulares se divide un número variable de bronquios segmentarios, que suministran
aire a los bronquios pulmonares (fig. 3) , donde los bronquios vuelven a dividirse en un número
variable de ramificaciones hasta terminar en los bronquiolos. Al largo de su trayecto, los
bronquios tienen una estructura similar a la de la tráquea, aunque existen seromucosas, tejido
fibroelástico, músculo liso con bandas de tejido elástico y cantidades variables de cartílago hialino.

Fig. 3 Esquema del árbol bronquial

Los bronquiolos se definen como vías aéreas distales, en su porción inicial el epitelio es cilíndrico
simple ciliado, pasando a cúbico simple en la porción final. No presenta cartílago, glándulas ni
nódulos linfáticos, aunque aún se pueden encontrar algunas glándulas caliciformes. La lámina
propia es delgada y rica en fibras elásticas, posee una capa de músculo liso que se entrelaza con
las fibras elásticas (fig. 4).

Fig. 4. Corte histológico de bronquiolo.

Los bronquiolos terminales son las últimas porciones del árbol bronquial, están revestidos por un
epitelio cilíndrico bajo o cúbico, con células ciliadas y no ciliadas. Presentan también células de
Clara, estas no poseen cilios y presentan gránulos secretores en su porción apical, tiene un rol
importante contra agentes contaminantes e inflamaciones.

Los bronquiolos se dividen en dos o más bronquiolos respiratorios que constituyen la transición
entre la porción conductora y la respiratoria. Su estructura es similar a la del bronquiolo terminal.
Los bronquiolos respiratorios presentan numerosas expansiones en forma de saco, los alveolos,
(fig. 5) es en estos donde se realiza el intercambio gaseoso.

Fig. 5. Conducto alveolar y alveolos

Las paredes alveolares están constituidas por una capa de epitelio plano apoyada en tejido
conectivo altamente vascularizado. Esta pared se denomina también tabique interalveolar, que
consiste en dos capas de neumocitos, principalmente tipo I.

Los neumocitos tipo I poseen un núcleo aplanado, los núcleos se encuentran separados entre sí, su
principal función es constituir una delgada barrera para permitir el intercambio de gases.

Los neumocitos tipo II ocupan una parte muy pequeña de la superficie alveolar, son células
redondas más grandes, situadas normalmente en los ángulos que forman las paredes de los
alveolos (fig. 6). Son células más grandes, redondeadas, cuya principal característica es la
presencia de cuerpos multilamelares que contienen fosfoípidos, proteínas y glucosaminoglucanos,
que constituyen la base del surfactante pulmonar. El material surfactante granular procedente de
los cuerpos multilamelares es expulsado a través de la superficie luminal, que está provista de
microvellosidades.

Fig 6. Neumocitos tipo I y II

Los macrófagos alveolares se encuentran por encima de las células que revisten los alveolos y
pueden verse aparentemente libres en el espacio alveolar (fig. 7). Los macrófagos alveolares
"patrullan" los espacios aéreos alveolares y los tabiques interalveolares, pasando con libertad de
unos a otros. Fagocitan los detritos inhalados y las bacterias y constituyen una parte importante
del mecanismo de defensa.

Fig. 7. Macrófagos alveolares

Los pulmones tienen un doble suministro de sangre y un doble drenaje venoso, proporcionados
por las arterias y las venas pulmonares y bronquiales. Cada una de las arterias pulmonares entra
en un pulmón por el hilio, siguiendo el curso del bronquio adyacente y de sus ramas, y se divide
más o menos igual que los bronquios. En último termino, los vasos acaban en la estrecha red
capilar de los tabiques interalveolares.

Donde los bronquios pierden sus placas cartilaginosos para convertirse en bronquiolos, las arterias
pulmonares son elásticas. Al llegar a los bronquiolos encontramos arterias elásticas que continúan
siguiendo a los bronquiolos hasta el nivel de los bronquiolos terminales y respiratorios.

La sangre oxigenada procedente de los capilares alveolares entra en vénulas pequeñas,


compuestas de una intima delgada que descansa sobre una zona estrecha de colágeno y fibras
elásticas. Estas se fusionan para formar vénulas mayores, que discurren en los tabiques
fibroelásticos.
Las arterias bronquiales siguen el curso del árbol bronquial y sus ramas hasta el nivel de los
bronquios respiratorios, donde se anastomosan con las ramas arteriales pulmonares. También
comunican con el sistema arterial pulmonar a través de anastomosis capilares en la submucosa
bronquial.

Actividades

1. Realice un cuadro comparativo de las Características Histológicas y Función de: Tráquea,


Bronquios, Bronquiolos, bronquiolos respiratorios y alveolos. Indique tipo de epitelio,
presencia de glándulas, cartílago, músculo, fibras.
2. Describa las características y función de neumocitos tipo 1 y 2.
3. Cual es la importancia del surfactante
4. ¿Cómo se altera el parénquima pulmonar con el virus sincicial respiratorio?
5. Qu efecto produce el humo (de cigarro o contaminación) en las vías respiratorias

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