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El caso John/Joan

Bruce Reimer hermano gemelo de Brian Reimer e hijo de Ron Reimer y Janet Reimer, una familia
canadiense media.
Después del nacimiento de los gemelos idénticos, la madre se dio cuenta que los niños tenían
problemas para orinar ya que al intentarlo les generaba dolor, la respuesta médica a esto fue
“fimosis” y la solución a esto sería la circuncisión, el problema empezó cuando durante la operación
del pequeño Bruce, el cirujano decidió utilizar un bisturí eléctrico, llegando a la tragedia de calcinar
el pene del menor, los padres afectados por esto creían que su hijo tendría problemas para
“desarrollarse como un hombre completo ” no podría ser feliz después de recibir negativas cuando
pidieron reconstruir el pene de su menor hijo y entraron en una desesperación al no saber qué hacer.
Para esto llega a la ecuación el psicólogo John Money el cual era una autoridad académica en la
época en el tema de la identidad género, este hombre se vio como la solución a los problemas de la
familia Reimer ya que veían una similitud en los casos de niños intersexuales que trataba el
psicólogo con el caso de Bruce, lo contactan y John Money acepta ayudar ya que tendría la
posibilidad de poner a prueba su hipótesis de que el factor sociocultural era muy importante al
momento de definir la identidad de género, creía que si se adaptaba a un bebé sin importar su sexo
biológico a los estereotipos de algún genero ese bebe se identificaría con ese género. El creía que si
a Bruce Reimer le otorgaban quirúrgica, médica y estéticamente una apariencia de niña el bebé se
identificaría años posteriores como mujer para esto les dijo a los padres que le construirían una
vulva, que empezaran a tratarlo como niña y nunca relevarle la verdad de lo que le había pasado,
cuando llegara a la pubertad le construirían una vagina completa y tomaría hormonas para terminar
de desarrollarse como mujer.
Así pues se iniciaron las actitudes diferenciales entre los dos hermanos, le dejaron de cortar el
cabello, le ponían vestidos y jugaban de forma diferente con él, antes de sus dos años le
construyeron la vulva, lamentablemente Brenda el cual era el nuevo nombre de Bruce, demostró
que todos esos intentos de hacerlo sentir mujer no estaban dando frutos, desde muy pequeño odiaba
andar en vestidos, hacia berrinche cuando no le permitían jugar a afeitarse con su papá y su
hermano, elegía siempre juguetes de “niño”, jugar como su hermano lo hacía, haciéndola ver como
un “marimacho”, según sus padres desde muy pequeño usaba los pronombres masculinos para
referirse a él.
Al estar tan inmersos en querer hacer “feliz” a su ahora hija, no se dieron cuenta que le generaran
problemas para relacionarse, cuando le exigían comportarse como una niña y jugara con niñas ya
que al parecer niña los niños la rechazaban y como ella jugaba como niño las niñas no querían jugar
con ella haciendo que llegar al ostracismo haciendo que Brenda tuviera problemas académicos, a
pesar de la notable molestia de Bruce al ser tratado como Brenda el doctor Money lo promocionaba
como que el experimento estaba yendo tal cual él quería y que era un excito.
Al momento que Bruce llego a la pubertad, le tocaba hacerse la operación para terminar de hacerle
una vagina, para esto los padres de Bruce lo trataban de convencer para que se hiciera la operación
y el tratamiento hormonal pero a bruce le horrorizaba la idea de tener pechos ya que él se
identificaba como un chico, al no poder convencerlo lo obligaron a tomar los medicamentos
hormonales haciendo que sus caderas y pechos crecieran generándole a Bruce una gran
incomodidad y para despistar estos rasgos empezó a subir de peso para que no se notaran, sufrió de
burlas por parte de sus compañeros ya que la seguían viendo como una chica muy masculina
aunque sus compañeras se estuvieran desarrollando igual que Bruce, también descubrió que no le
gustaban los chicos sino las chicas, lo cual la llevo a pensar que si realmente era una mujer era
lesbiana.
Todos estos problemas desembocaron en problemas de conducta no podía controlar su ira y empezó
a robar en tiendas, este tema no solo le estaba trayendo problemas a Bruce ya que su madre había
empezado a desarrollar depresión, su padre alcoholismo para poder sobrellevar todo esto y su
hermano Brian sufría de desatención por parte de sus padres por estar pendientes de lo que le
pasaba a su hermana, para este punto los esposos Reimer se dieron cuenta de la mala decisión que
habían tomado pero no querían aceptar ser los causantes de la infelicidad de sus hijos, todo esto
llego al límite cuando Bruce les dijo sus padres que se suicidaría si seguían tratando de hacer que se
opere, los otros profesionales que trabajaban con el doctor Money aceptaron que esto no estaba
funcionado, Brenda era un chico, así que les recomendaron a los padres decirle la verdad su hijo.
Con 14 años de edad Bruce descubre la verdad gracias a su padre y posteriormente él lo describe
como un alivio, entonces decidió vivir como un chico desde ese momento removiendo quirúrgica y
hormonalmente todos los cabios que le realizaron a lo largo de su vida, lo cual lo ayudo no solo
emocionalmente sino también social y académicamente, hizo amigos, termino el colegio y fue a la
universidad y logro casarse con la mujer con la después adoptaría a sus hijos, lamentablemente todo
lo que había vivido le había dejado hullas no solo a él sino a toda su familia.
Su hermano Brian se había tomado bien la verdad de lo que le había pasado a su hermano y lo
apoyo todo lo que pudo cuando Bruce ahora David decidió contarle todo al mundo, tristemente
Brian tenía sus propios trastornos emocionales que se incrementaron cuando supo la verdad de lo
que hicieron su padre y el psicólogo Money, llego a un punto en que no lo pudo soportar más y se
suicidó en 2002 con 36 años por una sobredosis de medicamentos.
Después de la muerte de su hermano David afectado por sentir que era su culpa este suceso empezó
a tomar malas decisiones financieras llegando a estar en bancarrota, eso lo llevo también a separarse
de su esposa, esto lo llevo al límite tomando la decisión de terminar con su vida el año 2004 con un
disparo en la cabeza a la edad de 38 años.
Dos años después de esto John Money murió por la enfermedad de Parkinson, sin aceptar que su
experimento era un fracaso.

Caso de Barbara/Ben Barres


«Viví mi vida en mis propios términos: quise cambiar mi sexo y lo hice. Quise ser un científico y lo
fui. Quise estudiar las células gliales y también lo hice. Me pronuncié por lo que creía y quiero
pensar que logré un impacto o al menos abrí la puerta para que se diera. No me lamento de nada y
estoy listo para morir. Tuve una gran vida». B.B.
Barres nació en West Orange, Nueva Jersey, Estados Unidos. Se le puso el nombre de Barbara.
Dado que sus características fisiológicas concordaban con las que solemos asociar al sexo
femenino, recibió el nombre de Bárbara, pero, desde muy pequeño, no se identificó con las niñas.
Era un niño que disfrutaba haciendo volar aeroplanos y disfrazándose cada Halloween de jugador
de fútbol o de soldado. Quería dedicarse a la ciencia y ni se le pasó por la cabeza pensar que no
pudiese ser científico por el hecho de ser, aparentemente, una mujer. Como él mismo dijo años más
tarde, es muy posible que el hecho de no identificarse como mujer hiciese que no se viese afectado
por la carga del estereotipo.
En la adolescencia, surgió la incomodidad con su propio cuerpo. Sentía un profundo malestar con el
desarrollo físico que experimentaba, le desagradaba afeitarse las piernas, ponerse vestidos y
maquillaje. Sentía que era un chico y no entendía por qué no parecía ser del mismo género que
ellos, por qué era diferente. Pero nunca compartió sus sentimientos con nadie, se sentía demasiado
avergonzado como para hacerlo.
Con 12 años era el mejor estudiante de Matemáticas y Ciencias de su centro y tenía claro que quería
ir al MIT (Massachusetts Institute of Technology). Sin embargo, su consejero, al ver que era una
niña intento disuadirlo de la idea con el argumento de que como mujer tenía poquísimas
probabilidades de ser admitida. Pero no hubo manera de convencer a Bárbara. Lo tenía claro: no
quería ir a ningún otro sitio. Así que fue al MIT convirtiéndose en el primero de su familia en asistir
a la Universidad.
En el MIT experimentó un trato discriminatorio por parte de uno de los profesores. En una ocasión,
al dar con la respuesta de un complejo problema matemático que sus compañeros eran incapaces de
resolver, el profesor le ridiculizó afirmando: «seguro que tu novio te lo ha resuelto». Pero a pesar
del trato diferenciado siguió adelante y se graduó en biología.
en 1993 y ya en su propio laboratorio del departamento de Neurobiología de la Facultad de
medicina de la Universidad de Stanford, en 1997, la detección de un tumor en la mama le llevó a la
decisión de modificar su cuerpo y su identidad legal. Por aquel entonces se había informado sobre
el fenómeno trans y necesitaba llevar a cabo este proceso, a pesar de cierto temor a las posibles
consecuencias que pudiese conllevar tanto en el terreno personal como en el académico. Así pues,
se sometió a la mastectomía de ambos pechos y se empezó a administrar testosterona, lo que
provocó una modificación de la musculatura, la aparición de bello facial y el inicio de calvicie.
Lejos de su miedo inicial al rechazo, recibió un gran apoyo de los colegas y alumnos de la
universidad de Standford. Ben no se dedicó únicamente a su labor investigadora. Los años vividos
en los que había sido considerado una mujer cis le enseñaron la crudeza de la desigualdad de
género. Emprendió una cruzada por el bienestar de las mujeres en el mundo académico, a pesar de
ser muy consciente de que esta postura podía perjudicar a su carrera. Pero fue un riesgo que no
dudó en asumir.
Después de transicionar, percibió que quienes desconocían su transexualidad lo trataban con más
respeto como hombre que cuando se presentaba como mujer. Después de impartir su primer
seminario como hombre, se oyó comentar a un científico: «Ben Barres ha dado hoy un gran
seminario, su trabajo es mucho mejor que el de su hermana [pensando que Barbara era su
hermana]».
Barres criticó la postura de Lawrence Summers, entre otros, según la cual una de las razones por las
que hay menos mujeres que hombres profesores de ciencias e ingeniería es que hay menos mujeres
con las «aptitudes intrínsecas» sobresalientes que hacen falta para estos puestos. Habló y escribió
abiertamente acerca de ser un hombre transexual y de sus experiencias en torno a su transición de
identidad de género en 1997, así como de cómo ha sido tratado de forma diferente como mujer que
como hombre en el mundo científico.
Barres falleció de cáncer pancreático a los 63 años. Hasta el último momento tuteló a sus
estudiantes y les escribió cartas de recomendación para sus futuras labores profesionales después de
su muerte.
Ben confesó en una entrevista que no temía la muerte, pero culpaba al cáncer de haber matado su
curiosidad, de haber imposibilitado contratar más personal en su grupo y ampliar la investigación.

Caso de Christine Jorgensen


Había nacido en 1926 en un barrio del Bronx. Su padre era carpintero y su madre, ama de casa. Fue
el segundo hijo del matrimonio. Desde muy chico se dio cuenta que no disfrutaba haciendo lo que
hacían sus compañeros de colegio. Le preguntaba a la madre por qué no podía ser como ella. En el
colegio sufría bullying, aunque todavía eso no se llamara así. Sus compañeros se burlaban de su
fragilidad, de que no quisiera jugar a juegos físicos, de que tuviera gustos diferentes, de que su voz
fuera delgada, de su aspecto físico delicado. Era, principalmente, alguien que acarreaba una tristeza
infinita. Se sentía una mujer pero tenía el cuerpo de un varón. Y, además, lo peor de todo debía
responder a los mandatos sociales, comportarse como un hombre.
Tras conseguir el graduado escolar se alistó en el ejército, sirviendo durante 14 meses en los
estertores de la Segunda Guerra Mundial. Poco después, aquel soldado leería un artículo sobre los
avances en terapia hormonal para reasignación de género por un doctor danés llamado Christian
Hamburguer. Gracias a sus conexiones familiares con el país, viajó hasta Copenhague en 1950 sin
que nadie supiera que su intención era regresar a Estados Unidos como una mujer. La transición
comenzó con un año de terapia hormonal y continuó con una orquiectomía y una penectomía, que el
Ministro de Justicia danés aprobó expresamente para su caso.
No se sabe quién filtró a la prensa norteamericana su historia. Sí, que esa tapa del Daily News la
convirtió en una celebridad. Tras su arribo a Estados Unidos, las propuestas de trabajo que recibió
no eran las que ella pretendía. Era para espectáculos de desnudismo, circos y otros lugares en los
que iba a ser presentada como un fenómeno. Christine rechazó las propuestas. Quería cantar, actuar
en Hollywood. “Yo creo que lo que en realidad querían, y al mismo tiempo temían, era que
caminara hacia una cámara o hacia el borde del escenario, y me mostrara desnuda sólo para
satisfacer su morbo”, dijo.
Lo que sorprende es que, en ese primer momento, no se impuso la transfobia ni la censura a lo
extraño, a lo que podía perturbar a la sociedad conservadora de los cincuenta. Eso duró unos meses
nada más. Cuando el mismo Daily News informó que Christine no tenía vagina se desató un
escándalo y todo el odio y el desprecio cayó sobre ella.

La sociedad estaba dispuesta a aceptar que fuera una mujer. Pero no que no fuera ni un varón ni
una mujer según los parámetros vigentes. Ya no la invitaron a la televisión, los editoriales de los
diarios se ensañaban con ella. Hay que recordar que en esos años durante casi dos décadas más, la
homosexualidad era considerada un delito. Y que los gays, lesbianas y travestis eran perseguidos,
detenidos y vejados por las fuerzas del orden. El gobierno de Estados Unidos, un tiempo después,
tras varios trámites engorrosos por parte de ella, autorizó especialmente que se le realizara a
Christiane una vaginoplastía.

su actividad más persistente y la que mayor influencia tuvo fue las charlas y conferencias que dio
durante años en universidades y asociaciones a lo largo de todo su país. Dio visibilidad y dignidad a
las mujeres trans e hizo sentir acompañadas a aquellas que eran rechazadas en sus familias y
grupos sociales. Ella fue la primera transexual conocida, aceptada, que hizo escuchar su voz, que
se animó a contar su historia, sin vergüenza.

Cuando al final de su vida, cuando la sociedad se había vuelto algo más tolerante, y recibía
reconocimientos por haber sido una pionera, por haber tenido voz y visibilidad cuando era muy
difícil hacerlo; cuando ante los ataques pudo haberse recluido en su casa, Christine siguió
hablando, contando su vida, y pidiendo comprensión. Cuando la felicitaban por ello, Christine
decía que no se había dado cuenta de su influencia, que lo había hecho por ella, para ser más feliz,
para que escucharan de su propia boca su historia.

Murió en 1989 a causa de un cáncer de vejiga. Tenía 62 años. Ya era un ícono de la lucha por los
derechos LGTB+.

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