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El consejo de administración debe conformarse siempre por un número impar de tres o más de los
propietarios de las unidades privadas respectivas para el período establecido en el reglamento de propiedad
horizontal que en su defecto será de un año.
La ley 675 de 2001 indica un número mínimo de tres miembros, pero le permite al reglamento de propiedad
horizontal contemplar un número impar mayor, el período del consejo también puede ser determinado por
vía estatutaria, en caso de silencio se entenderá de un año el período de vigencia del consejo de
administración.
El consejo de administración en virtud de la ley 675 de 2001 es obligatorio para los edificios o conjuntos de
uso comercial o mixto, integrados por treinta y uno (31) o más bienes privados, excluyendo para efectos de
dicho cómputo los parqueaderos y depósitos.
En las copropiedades mixtas o comerciales que tengan un número igual o inferior a treinta (30) bienes
privados, excluyendo parqueaderos o depósitos, potestativo, es decir, pueden tener consejo de
administración o no. En el caso que decidan tenerlo este órgano debe estar previamente establecido en el
reglamento de propiedad horizontal.
En las copropiedades residenciales integradas por treinta y uno (31) bienes privados sin contar
parqueaderos o depósitos es potestativo, para los edificios o conjuntos con un número inferior la ley no
prevé consejo de administración.
El consejo de administración puede deliberar y decidir válidamente con la presencia y votos de la mayoría de
sus miembros, salvo que el reglamento de propiedad horizontal estipule un quórum superior, por ejemplo,
que indique una mayoría calificada.
En el caso de la cantidad de consejeros indicados por la ley existe quórum para sesionar con dos consejeros,
y las decisiones son válidas con el voto de dos consejeros.
Aunado a lo anterior, es necesario decir que en este órgano no se contempla el coeficiente de propiedad de
cada uno de los consejeros, los votos son medidos de la siguiente manera: un voto para cada miembro del
consejo.
La ley 675 de 2001 no indica en su articulado que el consejero deba estar a paz y salvo por concepto de
administración, sin embargo, esta prohibición sí puede estipularse en el reglamento de propiedad
horizontal, restricción que es perfectamente válida, y debe hacerse cumplir por la asamblea.
De manera informativa presentamos algunas funciones que podría desarrollar el consejo de administración.
4. Autorizar al administrador para todos los actos de carácter extraordinario que se presenten.
8. Nombra y remover libremente al administrador cuando sea una persona natural y fijarle su
remuneración y supervisar sus funciones.
10. Velar por la correcta inversión de los fondos de imprevistos conforme a la destinación dada por la
asamblea general.
11. Los miembros del Consejo deben actuar siempre en beneficio de la Copropiedad y no pueden
aprovecharse de su investidura para reclamar privilegios o para beneficiarse directa o
indirectamente de ella.
12. Los miembros del Consejo deben mantener una absoluta imparcialidad en todos sus actos, dando a
todos los copropietarios y residentes el mismo tratamiento, sin otorgar a nadie prebendas o
privilegios y sin permitir que sus sentimientos, relaciones de amistad, simpatias o desafectos hacia
otros miembros de la comunidad interfieran o influencien sus determinaciones.
Finalmente es necesario indicar que el consejo de administración NO se puede atribuir las funciones del
administrador por tanto estas se encuentran bien definidas en la ley 675 de 2001.
El administrador no hace parte del consejo, ya que sus reuniones, deliberaciones y votaciones no exigen la
presencia, ni la participación del éste; aunque sí deben trabajar en equipo con el administrador, establecer
las necesidades de la P.H., crear planes de trabajo, hacerles acompañamiento y seguimiento.
Su gestión la realizan de manera gratuita, aunque la ley no restringe la posibilidad de que los consejeros
reciban remuneración; sin embargo, en la mayoría de los reglamentos de propiedad horizontal se establece
que su gestión sea voluntaria y sin recibir pago por ello.
COMITÉ DE CONVIVENCIA
El comité de convivencia, parte fundamental de la copropiedad, es el ente encargado de velar por que
se diriman las controversias y se fortalezcan las relaciones de vecindad.
Dentro de los principios que rigen el régimen de propiedad horizontal contenido en la ley 675 de 2001, se
encuentra la resolución pacífica de los conflictos que se puedan suscitar dentro de la copropiedad, razón por
la cual el artículo 58 de la mencionada ley, sostiene lo siguiente:
ARTÍCULO 58. Solución de conflictos. Para la solución de los conflictos que se presenten entre los
propietarios o tenedores del edificio o conjunto, o entre ellos y el administrador, el consejo de
administración o cualquier otro órgano de dirección o control de la persona jurídica, en razón de la
aplicación o interpretación de esta ley y del reglamento de propiedad horizontal, sin perjuicio de la
competencia propia de las autoridades jurisdiccionales, se podrá acudir a:
1. Comité de Convivencia. Cuando se presente una controversia que pueda surgir con ocasión de la vida en
edificios de uso residencial, su solución se podrá intentar mediante la intervención de un comité de
convivencia elegido de conformidad con lo indicado en la presente ley, el cual intentará presentar fórmulas
de arreglo, orientadas a dirimir las controversias y a fortalecer las relaciones de vecindad. Las
consideraciones de este comité se consignarán en un acta, suscrita por las partes y por los miembros del
comité y la participación en él será ad honorem.
La ley 675 de 2001 estableció el comité de convivencia para los edificios o conjuntos de uso residencial con
el fin de presentar fórmulas de arreglo con el fin de que se diriman controversias y se fortalezcan las
relaciones de vecindad.
Las consideraciones de este comité se deben consignar en un acta escrita por las partes en conflicto y por los
miembros del comité, la participación en él será ad honorem, es decir no causa erogación alguna. Para las
actas que se realicen entre las partes en conflicto y con presencia tanto del Administrador de la Propiedad
Horizontal como del Comité de Convivencia, se recomienda que tengan dentro de sus puntos: la fecha de la
conciliación, las partes que intervinieron, el conflicto o problema, la solución o soluciones planteadas, la
aceptación o no a dichas soluciones y los compromisos adquiridos por cada una de las partes (en lo posible
con fechas), cuyo incumplimiento podrá ser sancionado por el Consejo de Administración, respetando el
debido proceso estipulado en el Reglamento de Propiedad Horizontal y/o Manual de Convivencia de Cada
Edificio o Conjunto Residencial.
El comité de convivencia en ningún caso podrá imponer sanciones, sino presentar mecanismos
conciliatorios que hagan llegar a las partes a un acuerdo para fortalecer la interacción respetuosa y armónica
entre los miembros de la Propiedad Horizontal.
El comité estará integrado por un número impar de tres (3) o más personas, nombradas por un periodo de
un año, sin perjuicio de lo que indique el reglamento de propiedad horizontal al respecto.
El comité de convivencia se constituye como una herramienta que permita la convivencia pacífica en las
copropiedades residenciales, sin embargo, en ocasiones el desconocimiento de sus funciones y la apatía de
los residentes, hace que este órgano adscrito a la administración sea subutilizado, agudizándose de esta
manera los problemas de convivencia en la copropiedad o en su defecto sobrecargando de trabajo al
administrador.
Son herramientas importantes para los Comités de Convivencia en la búsqueda de soluciones ágiles a las
controversias que se puedan llegar a presentar, el Reglamento de Propiedad Horizontal, el Manual de
Convivencia y el Código Nacional de Policía y Convivencia.
Es muy importante dejar en claro que no todos los temas que generen conflictos son de competencia de los
Comités de Convivencia, por ejemplo, tenemos los asuntos de carácter económico, es decir, aquellos que
representan morosidad de los copropietarios frente a las cuotas ordinarias y extraordinarias establecidas en
la Propiedad Horizontal, pues es la Administración la que está en la obligación de llevar a cabo las
respectivas acciones de cobro.
Para terminar, nosotros como copropietarios y/o residentes de una Propiedad Horizontal, debemos darle
toda la importancia y el apoyo que se merecen los Comités de Convivencia, ya que son ellos los que
fomentan la tranquilidad, las relaciones respetuosas y armónicas entre las personas, con los bienes y con su
entorno, teniendo como consecuencia un impacto positivo en la Calidad de Vida de la comunidad que
representan.
Artículo 5°. Definición. Para los efectos de este Código, se entiende por convivencia, la interacción pacífica,
respetuosa y armónica entre las personas, con los bienes, y con el ambiente, en el marco del ordenamiento
jurídico.
Artículo 6°. Categorías jurídicas. Las categorías de convivencia son: seguridad, tranquilidad, ambiente y salud
pública, y su alcance es el siguiente:
1. Seguridad: Garantizar la protección de los derechos y libertades constitucionales y legales de las personas
en el territorio nacional.
2. Tranquilidad: Lograr que las personas ejerzan sus derechos y libertades, sin abusar de los mismos, y con
plena observancia de los derechos ajenos.
3. Ambiente: Favorecer la protección de los recursos naturales, el patrimonio ecológico, el goce y la relación
sostenible con el ambiente.
Artículo 7°. Finalidades de la convivencia. Son fines esenciales de las normas de convivencia social previstas
en este Código:
1. Que el ejercicio de los derechos y libertades sean garantizados y respetados en el marco de la constitución
y la ley.
2. El cumplimiento de los deberes contenidos en la Constitución, la ley y las normas que regulan la
convivencia.
6. prevalencia de los valores sociales de solidaridad, tolerancia, responsabilidad, honradez, respeto, bondad,
libertad, justicia, igualdad, fraternidad, lealtad, prudencia y paz.
El Artículo 33 del CNPC menciona tres comportamientos que afectan la tranquilidad y las relaciones
respetuosas de las personas, las cuales están relacionadas con la Propiedad Horizontal y son:
1. Sonidos o ruidos en actividades, fiestas, reuniones o eventos similares que afecten la convivencia del
vecindario, cuando generen molestia por su impacto auditivo, en cuyo caso podrán las autoridades de
policía desactivar temporalmente la fuente del ruido, en caso de que el residente se niegue a desactivarlo.
2. Cualquier medio de producción de sonidos o dispositivos o accesorios o maquinaria que produzcan ruidos,
desde bienes muebles o inmuebles, en cuyo caso podrán las autoridades identificar, registrar y desactivar
temporalmente la fuente del ruido, salvo sean originados en construcciones o reparaciones en horas
permitidas.
3. Actividades diferentes a las aquí señaladas en vía pública o en privado, cuando trascienda a lo público, y
perturben o afecten la tranquilidad de las personas.
En el Parágrafo 1 del artículo antes mencionado, menciona que quien incurra en uno o más de los
comportamientos antes señalados, la medida correctiva a aplicar será objeto de una Multa General tipo 3
($393.449) y la disolución de la reunión o actividad que involucre aglomeraciones de público no complejas.