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Danzas

afrohispanas invasión de los moros -711-1492—, influidos en profundidad por los nativos
del África Occidental, muchos de los cuales integraron sus ejércitos de
Néstor Ortiz Oderigo ocupación, por lo cual, siempre que se estudien las danzas americanas
supuestamente originadas en España, habrá que tener bien presente el
1. Zarambeques y gayumbas punto enunciado. En este sentido, resulta por demás interesante tener en
cuenta lo que dice Ricardo Rojas:
Si remontamos cuidadosamente los zigzagueantes vericuetos de la
“Poseo un códice peruano del siglo XVIII, en el cual la pluma prolija de un monje
investigación etnomusicológica, con el objeto de hallar los atisbos iniciales de
anónimo, entre copiosas noticias de varia curiosidad y amenidad, cifró en notación
la dispersión de la música negra, comprobaremos que, a partir del siglo XV, arcaica textos de música litúrgica y tonadas para acompañar los romances.
en España comienzan a cultivar los cantos y las danzas engendrados en Comparados tales documentos con los himnarios y cancioneros de España, podría
matrices americanas, o procreadas en el África y sometidos a variantes demostrarse cómo la música española venía ya teñida de orientalismo por los
regionales en el Nuevo Mundo, así como a divulgarse los bailes y las árabes; cómo la influencia griega y semítica no fue extraña a la liturgia cristiana;
canciones creadas por negros en los centros de mayor influencia africana en cómo salió del canto llano medieval la melopea lenta de los juglares épicos
la tierra de Cervantes, tales como Cádiz, Málaga y Sevilla. persistentes en el romancero; cómo, en fin, el espíritu de esa música pudo
refundirse con lo africano y lo autóctono de la nueva sociedad”.
Porque el continente joven generaba especies musicales y coreográficas

dotadas de una fuerza, de una atracción y de una originalidad susceptible de
gravitar sobre la cultura hispana de entonces. Además, el solo hecho de que 3. La chacona
una danza proviniese de América era suficiente para que no se abrigara la Entre los bailes que, “de las Indias a Sevilla han venido por la posta”,
menor duda respecto de su fuste y su aliento. figuraban el capuchino, el zambapalo, el fandango, la gayumba, el zarandillo,
Motivo por el cual, en el entremés rotulado Los sones, de Villaviciosa el retambo, la zarabanda, el
(1661), al mencionar el zarambeques —baile africano que se practicaba en el Esquema de la música afroargentina
curso de los siglos XVI y XVII, en Sevilla, donde proliferaban los esclavos,
zarambeque, el paracumbé o cumbé, el guineo y la chacona, entre otros.
mucho antes de que se los introdujese en América—, se expresa:
Muchos de ellos fueron luego estilizados por grandes compositores de
... que es baile tan rico diversas épocas y latitudes.
que es de las Indias.
De manera acalorada ha sido debatido el origen de esta última danza,
Y en otro entremés clásico, durante la ejecución de gayumba —danza citada por Cervantes en La ilustre fregona y El coloquio de los perros. Hay
afroamericana que emigró de América a España y mencionada con quienes afirman que provenía de Italia. No faltan quienes aseveran que es
frecuencia por los dramaturgos y poetas del Siglo de Oro—, se entona: española, sin ninguna inlluencia africana. Mas en apoyo de su matriz en el
Lo que cantan en Indias África poseemos testimonios diversos. Algunos de ellos tan ilustres como el
cantarles quiero. autor de Don Quijote —cuyas obras están saturadas de referencia a la
coreografía americana y afroamericana, así como a guitarristas y cantantes
2. Influencias árabes y africanas negros; referencias que, por el tecnicismo que muchas veces contienen,
parecen emanar de un experto en la materia—, quien la llama “indiana
Favorecida de manera generosa se vio la aceptación de que gozaba la
amulatada” y la menciona juntamente con bailes de génesis africana como el
coreografía africana en la península ibérica, por el hecho de que el arte
zambapalo.
sonoro hispano sufrió un hondo ascendiente de ese origen durante la
Por su parte, en el entremés El platillo (1529), Simón Aguado anota: manifestaciones de la danza: la chacona, el guiriguirigay, el zambapalo, el
Chiqui, chiqui, morena mía, guiñes, etc.
si es de noche o si es de día. El P. Juan de Mariana, que en el capítulo XIII de su obra titulada De
Vámonos, vida a Tampico spectaculis, se refiere al baile y el canto de la zarabanda. Asevera
antes que lo entienda el mico;
rotundamente que lo que se sabe es que fue importada a España desde el
que alguien mira la chacona
que ha de quedar hecha una mona. Nuevo Mundo. Vale decir que se trata de una danza afrohispana.
En la citada obra, uno de sus personajes dice: “¿Veis estos platos? Pues Durante el siglo XVI, la zarabanda, que era una pantomima sexual, gozó de
atándoselos estas damas en la cintura con estas ligas, hacen bailando unos singular éxito en España, donde la cultivaban las troteras o bailarinas
panderetes que suenan del cielo, y con lo hueco del plato acompañan a los moriscas ambulantes. Se combinan en su desarrollo los compases
instrumentos mucho mejor que las escobas”. dc6x8y3x4. Por su lascivia fue prohibida en la patria de Quevedo. Quien le
ejecutara se hacía pasible de recibir doscientos azotes y ser condenado a
Desde luego que este tipo de baile con acompañamiento de platos, tablas galeras por seis meses. Si se trataba de mujeres, eran desterradas. Ni más ni
de lavar o escobas o escobillas exhibe un inconfundible carácter africano y menos.
afroamericano y ha sido registrado en distintos países de América y del
África.
Durante los reinados de Luis XIV y Luis XV, la chacona conquistó en Francia 5. El zambapalo
el vértice más agudo de éxito y se colocó en la cresta de la ola de El zambapalo fue un baile afrohispano cuya luz se apagó con relativa
popularidad. Luego fue estilizada por Bach, Vivaldi, Rameau, Lulli, Gluck, prontitud. Magra es la documentación que existe acerca de su nacimiento,
Frescobaldi y otros compositores. de su desarrollo y características. Sabemos que fue una danza de carácter
Las chaconas anónimas eran de las más diversas especies y se originaron satírico o burlesco, como tantas otras de las fundidas en crisoles africanos o
en distintas zonas. Había chaconas portuguesas, chaconas castellanas y de afroamericanos. Al calor de la cultura del África, vio la luz en las Indias
otras procedencias. Lope de Vega, en su auto La isla del sol (1616) confirma Occidentales.
la existencia chaconas provenientes de Castilla: Durante los siglos XVI y XVII, cuando estaba de moda, se cultivó
Hay chaconas, de Castilla, ampliamente en España. Las obras referentes a las coreografías ejecutadas
de Guinea Gurujú, durante esas centurias, en España y América, no mencionan esta especie sino
y bravos Escarramanes en forma superficial. Cervantes la cita en La gitanilla, El celoso extremeño, La
bailados a lo andaluz. cueva de Salamanca, La gran sultana y La ilustrejregona, pero no aporta
mayores datos acerca de sus maneras técnicas o estéticas.
4. Origen de la zarabanda
Con insistencia también se ha discutido respecto del linaje de la zarabanda, 6. Elementos coreográficos africanos y afrohispanos
otra de las formas coreográficas que llegaron a España “por la posta”. Respecto del advenimiento de todas estas especies coreográficas se ha
Cervantes habla de ella en La ilustre fregona y El celoso extremeño y se derramado mucha tinta y se han puesto en movimiento las teclas de no
refiere a su “endemoniado son”. Asimismo, LuisVélez de Guevara, en El pocas máquinas para escribir. Pero acerca de la mayoría de ellas aun no se
diablo cojuelo, hace referencia a esta especie bailable, aunque la anota como han armonizado las opiniones ni se ha pronunciado la última palabra.
zaramanda; dice que la trajo al mundo el Diablo, así como engendró otras Además de los testimonios ya citados, que, sin lugar a dudas, afianzan el
juicio acerca de la ascendencia africana y afroamericana de sus músicos, hay figuras, su música, su tempo y hasta su significación, se veían alterados
una serie de elementos que nos conducen de la mano, con incuestionable parcial o radicalmente. Danzas litúrgicas se convertían en profanas, y a la
seguridad, al hontanar de origen de todas las especies coreográficas a que inversa, o alternaban sus funciones. Y se enriquecían en forma generosa por
nos hemos referido: el África, a tal punto que se vinculan no poco con la los ornamentos, los llóreos y abbellimenti peculiares de los bailes
auténtica rumba folc y con el lundú, el batuque y el samba afrobrasileños. engendrados en crisoles de la cultura de prosapia africana. Al regresar a
También nos afirman en esa idea los términos con que han sido descriptas. España, después del baño de africanismo, alcanzaban rotundo éxito como
Figuran entre ellos, epítetos adjudicados en forma invariable, aunque algo nuevo y novedoso. Porque se “ennegrecían” y folclorizaban.
caprichosa y arbitraria, a los bailes africanos y afro americanos, tales como
“selvático”, ’’primitivo”, “salvaje”, “sensual”, “picaresco”, “lascivo”, “sexual”,
etc. Porque siempre se ha señalado, sin fundamento científico alguno, la
inclinación del negro a la salacidad. Por otro lado, subrayamos que todos
estos bailes forman parte de lo que el sabio etnomusicólogo y coreógrafo
Curt Sachs denomina “danzas convulsivas”.

7. Poesías y nombres de las danzas
La poesía con que se acompañaban algunas de las referidas especies
coreográficas era de carácter satírico-burlesco. En el África Occidental existe
un generoso cuerpo poéti- co-musical, el de los songs of derision o cantos
satíricos o sardónicos, canciones de escarnio y mofa, que han gravitado en
profundidad sobre distintas hebras de la madeja poética y musical afro
americana. Hijos de ellos son, entre otros, el calypso de Trinidad; la plena de
Puerto Rico; el canto de sotaque, el batuque y el lundú afrobrasileños; el
seketi, la awassa y los lobisingi de Surinam; el mentó y los jamma songs de
Jamaica; el pillard de la Martinica; la guasa de Venezuela; el beguine de
Guadalupe, el canto de puya o pulla de las Indias Occidentales colonizadas
por España; la calenda y la milonga afro rioplatenses, etc. Agreguemos que
las denominaciones de zarabanda, paracumbé o cumbé, zambapalo,
gayumba, zarambeque, cachumbo, gurrumbó, etc., guardan estrecha
similitud con los de danzas afro americanas que aun tienen vigencia, o la
tuvieron hace algunos años, como batuque, bembé, samba, merecumbé,yeyé
y otras.
Huelga subrayar que no todo el acervo coreográfico mencionado era de
pura cepa africana. Existían también, bailes y elementos coreográficos de
neta filiación hispánica. Pero venían al Nuevo Mundo y, en poder de los
negros, sufrían una mudanza o transformación drástica y terminante. Sus
Danzas africanas en el Río de la Plata marfim, en la traducción portuguesa—, del capitán Theodore Canot —uno de
los siniestros y corrompidos perfiles que componían la nefasta galería de
negreros, corsarios y piratas que navegaban al socaire de los más diversos
pabellones—, una de las pocas y más antiguas referencias al hecho
1. Relatos del tráfico negrero
apuntado. En su capítulo noveno, este personaje lombrosiano anota:
Desde que llegaron al Nuevo Mundo, y más aun, a partir del preciso “Durante las tardes serenas, a los hombres, mujeres, muchachas y muchachos se
instante en que pisaron las infectas e infamantes bodegas de los navios les permitía, en el curso de su estancia en cubierta, cantar melodías africanas, que
negreros, a los esclavos no sólo se les permitía ejecutar sus danzas nativas, ellos animaban mediante el golpeteo de fondo de una cuba o un tacho”.
entonar sus canciones y tañer sus miembros organográficos, o sus Consecuencia de esas expansiones, concedidas con el objeto de que la
sucedáneos -tachos, potes, cajones, sartenes, barriles, etc.—, sino que hasta cuerda del cautiverio lograra cierta flexibilidad para que no se cortara, fue el
se los compelía a ello. Era una manera de conservar la mercancía humana en hecho de que a los negros les fue posible conservar, durante largo tiempo, su
buen estado... patrimonio cultural, en el que se ha dado la mano un crecido haz de
Por cierto que, como decíamos en otro capítulo de este libro, también miembros organográficos, ciertas danzas de neta filiación africana y diversos
hubo diversas reacciones, por parte de las autoridades, en contra de estas cantos, muchos de los cuales, como las letras de los candombes, han llegado
actividades de los esclavos. Pues los negreros y esclavistas vivían siempre en hasta nosotros en forma poco menos que intacta, mientras que otras se
constante estado de alerta, por temor a los vaivenes del comportamiento fueron modificando, por efectos de la transculturación, hasta el punto de
que observaran estas gentes sojuzgadas y sometidas, pero que, en cualquier convertirse en canciones en las que las voces oriundas del África perdieron
momento, podían tramar y ejecutar sublevaciones, huidas en masa, o su sentido, o se olvidaron. Porque en todas las latitudes geográficas, los
efectuar actos de sabotaje. negros siempre lucharon por conservar sus manifestaciones culturales, a
En algunos relatos que nos hablan del tráfico de esclavos realizado entre pesar de lo que se ha dicho en contrario.
las costas del África, las Indias Occidentales, el Río de la Plata, los Estados Huelga señalar que el proceder de los traficantes, así como más tarde el de
Unidos y el norte de América del Sur, se nos asegura que, con frecuencia, los propietarios de esclavos, no obedecía a motivos de orden humanitario —
durante la agobiadora y penosa travesía, metidos los siervos en las calas de en los tratos y contratos de esclavos el factor humanitario no entraba en
los siniestros barcos negreros, acomodados de manera de ahorrar espacio, juego—, sino que era un cálculo económico. Respondía al deseo de que la
como si se tratara de simples mercancías —y eran mercancías, que se mercancía humana se conservara en buen estado de salud para realizar las
compraban, se vendían y alquilaban—; cuando las pestes que se incubaban a más diversas faenas a que estaba destinada, o para su venta a precios más
bordo, el implacable “gato de las nueve colas” o látigo, y el recuerdo de la elevados... Porque la danza distendía sus músculos, mientras que el canto y
libertad escamoteada para siempre pero nunca olvidada, amenazaban con los tamboreos sustraían de sus atribuladas mentes ideas respecto de la
diezmar la carga humana, los tratantes la conducían a cubierta, aunque situación infrahumana a que se la había reducido arbitrariamente. O, por lo
cuidadosamente encadenados y vigilados, para que entonaran sus cantos y menos, esto era lo que se suponía y deseaba. El esclavo con el cerebro
ejecutasen sus danzas, acompañados por miembros organográficos idiófonos “lavado” era el ansiado modelo de esclavo para la chusma esclavista...
de percusión o membranófonos, ya fueran ortodoxos o “improvisados”y Por otra parte, traficantes y amos esgrimían siempre el cínico argumento
“caseros”. Lo cual, según el testimonio de un viajero, era lo que hacía renacer de que todo negro que cantaba y bailaba era un negro alegre, era un negro
la vida de esos desdichados seres humanos que habían pasado a la categoría “feliz”, era un negro conforme con la funesta, absurda e inhumana suerte
de bestias. que le había tocado. Por lo tanto, constituía una bestia apta para todo
Hallamos en el libro rotulado Memories of a Slave-Trader -Ouro, escravos e servicio, en perfectas condiciones y pleno vigor... Desde luego que este
supuesto axioma no se ajustaba con exactitud a la realidad, como tantas el horizonte coreográfico, nos enfrentamos con la realidad de que,
otras de las sentencias preconizadas por la canalla esclavista, que creía prácticamente, la mayor parte de las danzas africanas descriptas por viajeros,
conocer en profundidad todos los resortes del mecanismo susceptible de etnógrafos y publicistas de recuerdos, en todos los países del Nuevo Mundo,
ejercer absoluta y científicamente la sujeción a que debían ser sometidos los fueron registradas en ambas márgenes del ancho río.
esclavos para su mejor rendimiento y desempeño como brutos de carga, A la fértil almáciga de bailes y canciones engendrados en matrices
pacientes e infatigables. culturales africanas e introducidos en suelo de América, así como dispersado
Con el objeto de que estas “diversiones” se ajustaran al canon, al orden y a a los cuatro vientos de nuestro continente, sin excluir, desde luego, a la
la disciplina necesarios para que el edificio de la esclavitud se mantuviera en Argentina y al Uruguay, pertenece la calenda, calinda, caliendo, caleinda o
pie, sin que en su rigurosa e inflexible estructura se produjesen fisuras, rajas caringa.
o grietas aunque éstas, de cualquier manera, se engendraron en todos los Originada en el desaparecido reino de Ardra, Arada o Aliada, en la costa de
tiempos y en todas las latitudes—, la famosa Real Cédula de su Majestad Guinea; reino que, en el siglo XVII surgió como la potencia de mayor
sobre la Educación, Trato y Ocupación de los Esclavos en todos sus dominios predicamento de esa zona africana, se trata de una danza de la fertilidad, en
de Indias, e Islas Filipinas Baxo las Realas que se Expresan —publicada en la que el hombre corteja a la mujer. De ahí el horror que causó, auténtico o
Madrid, en la Imprenta de la Viuda de Ibarra, en el año MDCCLXXX1X—, que simulado, a los primeros viajeros, exploradores, etnógrafos y cronistas que se
era la “constitución nacional” (!) que regía el desenvolvimiento de la ocuparon de ella, sin entender una palabra de lo que pasaba en el baile.
esclavitud, por lo menos en teoría, ordenaba:
A la calenda se la considera la abuela de zarabanda, baile que llegó a
“En los días de fiestas de precepto, en que los dueños no pueden obligar, ni Europa, específicamente a la península ibérica, con los conquistadores
permitir que trabajen los Esclavos, después que estos hayan oído Misa, y asistido á
árabes, entre quienes marcharon innumerables negros del Africa Occidental.
la explicación de la Doctrina Christiana, procurarán los Amos, y en su defecto los
Mayordomos, que los Esclavos de sus Haciendas, sin que se junten con los de las En La cueva de Salamanca, Cervantes dice que la zarabanda nació en el
otras, y con separación de los dos sexos, se ocupen en diversiones simples y Infierno... Porque, como a la calenda, se la consideraba “diabólica”.
sencillas, que deberán presenciar los mismos Dueños, ó Mayordomos, evitando Al amparo de la danza de que tratamos surgieron diversas otras especies
que se excedan en beber, y haciendo que estas diversiones concluyan antes del coreográficas. Puede mencionarse, entre ellas, la yuka afrocubana, que
toque de Oración”.
deriva, con toda evidencia de la calenda, a través de aquella especie
Entre esas “diversiones simples y sencillas” que se permitían a los esclavos, importada por los negros provenientes del Chad, en el África Central.
figuraron, en la primera línea del pentagrama, las danzas, las canciones y las
En la ejecución de la yuka, los tamboreros se colocaban maracas en las
ejecuciones organográficas, trípode sobre el cual se erigen, en todas las áreas
muñecas, con el objeto de proteger los instrumentos membranófonos de los
geográficas, las expresiones artísticas y culturales de los africanos y de sus
espíritus malignos o adversos. Porque este idiófono de sacudimiento, desde
descendientes afroamericanos.
tiempo inmemorial, revistió, en las culturas africanas y afroamericanas, así
como en las amerindias, carácter litúrgico y mágico y era propiedad exclusiva
2. La calenda de brujos y hechiceros.
Al investigar, desembarazado de prejuicios, de mojigaterías y Aclaremos que el vocablo yuka proviene del nombre de una conocida
misonegrismos, la aportación de los negros a la cultura del Río de la Plata, planta africana importada al Nuevo Mundo desde el inmenso continente, tal
nos damos con más de un elemento que, sin duda alguna, ha de sorprender a como lo explica el filólogo
quienes se guíen por ciertas afirmaciones apresuradas o interesadas, o Leo Weiner en su obra sobre las aportaciones de África a la cultura de
ambas cosas, no siempre susceptibles de ser comprobadas. Por ejemplo, en América. También se aplica el término a algunas especies de mandioca.
El padre Jean Baptiste Labat, al referirse a la vida y a las costumbres de los con anterioridad al atropello de los europeos contra los pueblos del enorme
negros de Santo Domingo, nos informa que el baile más difundido en su continente.
época era la calenda, originario del reino de Ardra, en la costa de Guinea. Y Introducida en los Estados Unidos por los esclavos provenientes de las
agrega que no sólo constituía la diversión de mayor arraigo entre los Indias Occidentales, sobre todo después de la heroica revolución haitiana
hombres de rostro de bronce, sino que formaba parte de los servicios encabezada por Toussaint Louverture, en Nueva Orleáns se la consideraba
religiosos. Subrayemos que esta ambivalencia es muy común en el territorio una danza vinculada con los rituales del vodún. Lo cual significa que la
de las danzas y de la música originaria del África. calenda, en su origen era un baile litúrgico, tal como lo señalaba el padre
Por su lado, Lafcadio Hearn, que residió durante varios años en la Martinica Labat. Allí fue prohibida por “indecente”. Mas a pesar de ello, como siempre
y a quien le fue posible observar esta danza, también la describe con detalle. ocurre u ocurría, se la cultivó durante extendidas décadas. Para ser más
De acuerdo con los datos que aporta en su obra rotulada Two Years in the exactos, hasta el decenio de 1880.
French West Indies (Nueva York, 1890), la calenda se bailaba todos los Huella manifiesta del origen litúrgico de esta especie coreográfica, es la
domingos al son de los tambores. reproducción, en el libro de Herbert Asbury, rotulado The French Quarter
Después de brindar algunos otros pormenores al respecto, agrega que los (NuevaYork, 1 936), de un antiguo grabado titulado Voodoo Dance (danza
hombres, provistos de palos y con el cuerpo desnudo hasta la cintura, vodún), en el que bailan mujeres enfrente de hombres, como ocurre en la
simulaban combatir. Afirma otro tanto el novelista e historiador de las calenda y cual sucedía en algunas figuras del candombe. De singular interés
costumbres de Luisiana, Estados Unidos, George Washington Cable, en su resulta señalar que este grabado muestra una enorme similitud del baile de
descripción de los hábitos, los usos, las costumbres, las prácticas y los bailes que hablamos con la mencionada danza afrorrioplatense.
que, durante el siglo XIX, ejecutaban los negros en la Plaza Congo, de Nueva Prohibida en la Martinica el 4 de mayo de 1654 por “lasciva”, en dicha isla
Orleáns, hoy Plaza Beauregard. Digamos, de paso, que en esa plaza se se la acompañaba con el tambor bamboula o bambula, lo cual refuerza la
levantaban las trágicas plataformas en que se vendía a los esclavos en presencia de la calenda en el Río de la Plata, pues entre nosotros, como ya se
pública almoneda. dice en otra parte de este libro, uno de los tambores del candombe se
Por su parte, Clara Gottschalk Peterson —hija del famoso compositor y denominaba bambula. Dicho membranófono, de tres o cuatro pies de largo,
pianista Louis Moreau Gottschalk—, en su colección de cantos negros de se ejecutaba con el tamborero colocado a horcajadas, como en el batuque de
Luisiana titulada Creole Songs from New Orleans in Negro Dialect, incluye la la época de la Guerra Grande, que registra una litografía publicada en el
música y la poesía de una calenda de amplia difusión en el mencionado periódico El Tambor de la Línea, número 2.
estado estadounidense, durante el curso de la pasada centuria. Se trata de Durante el siglo XIX circulaba entre los negros de Louisiana, esta poesía de
Tan pótate la tchuite (Cuando las patatas están cocinadas), que la cantante la calenda, entonada en creole, patois o gumbo, el dialecto de los negros de
Marguerite Castellanos Taggart registró en un antiguo disco de 78 r.p.m., a esa zona de los Estados Unidos:
través de una fina estilización.
Mo té sin négressie pli belle que Mátresse.
En su clásico libro sobre el arte sonoro folclórico de los negros de la Unión, Mo té volté belle-belle dans l’armoire Mamzelle.
titulado Slave Songs of the United States William Francis Allen y sus Lúansé Calinda, Bou-doum, Bou-doum!
colaboradores definen el baile que nos ocupa como una especie de Dansé Calinda, Bou-doum, Bou-doum!
contradanza. Asientan este juicio sobre el pedestal de que, en la calenda, los Yo era una negra
más hermosa que mi ama.
bailarines dibujan “hileras enfrentadas”. Pero, sin duda, ignoraban estos
Yo acostumbraba a robar lindas cosas
autores que el tipo de danza descripto es “clásico” en el África y que nació del armario de la señorita.
¡Baila la calinda, bum dum, bum dum! pélvico o semba. Trátase de un recurso coreográfico que se vincula con los
¡Baila la calinda, bum dum, bum dum! ritos de procreación y con la posesión de la mujer por el hombre. En ese
Se conoció la calenda, en Cuba, con la denominación de caringa. De momento, los bailarines se empujan o chocan con el vientre. Pero sigamos
acuerdo con lo que apunta el antropólogo Fernando Ortiz, en su Glosario de con la descripción realizada por el benedictino francés:
Afronegrismos (La Habana, 1924), el vocablo caringa corresponde a una “Entonces chocan el vientre unos contra otros, dos o tres veces seguidas; se alejan
región y a un río del Congo. Y añade que dicho elemento bastaría para después haciendo piruetas, para reanudar el mismo movimiento, con gestos
afirmar la ascendencia etimológica de esta voz, la cual se refiere, lo mismo sumamente lascivos, tantas veces como les indiquen los instrumentos musicales o
que calinda o calenda, a un antiguo baile cultivado por los afrocubanos y las voces. De tanto en tanto, entrelazan los brazos y describen dos o tres vueltas,
traído, sin duda alguna, por los esclavos provenientes del África. persistiendo en sus choques de vientre y en darse besos, pero sin perder la
cadencia”.
La danza de que tratamos fue registrada en el Río de la Plata, durante las
Con absoluta veracidad, se ha sostenido que la descripción que antecede
postrimerías del año 1763, o a comienzos de 1764, por el benedictino francés
es un plagio de la que figura en la obra Histoire genérale de voyages, copiada
Dom Pernetty, capellán de la expedición de Luis Antonio de Bougainville a
asimismo del conocido libro del padre Jean Baptiste Labat, rotulado Nouveau
nuestras islas Malvinas. Lo hace en su obra denominada Histoire d’un voyage
voyage aux lies de l’Amérique. En efecto, los textos coinciden casi con
aux Ilies Malouines. Fait en 1763 et 1764. Comienza por hablarnos del
precisión matemática.También concuerdan —lo cual hasta ahora no se ha
carácter “lascivo” e “indecente” que exhibe el baile:
dicho—, así como lo hacen las reproducciones gráficas, con la Enciclopédie ou
“Hay una danza muy viva y lasciva que suelen bailar en Montevideo. La llaman
Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers (1751-1780), de
calenda y gusta con igual fervor a negros y a mulatos cuyo temperamento es
ardiente.
Diderot y D’Alembert.
Los negros del reino de Ardra, situado en la costa de Guinea, trajeron esta danza Por otra parte, la cadena de plagios se extiende hasta Chile. Allí, el viajero
a América. francés Julien Mellet, en su obra Voyages dans l’intérieur de l’Amérique
Los españoles la bailan, lo mismo que los negros, en todos los establecimientos (1823), nos habla del lariate, baile introducido, según el autor, por los negros
del Nuevo Mundo, sin tener el más mínimo escrúpulo. provenientes de Guinea. La descripción de dicha danza, también se
Sin embargo, es una indecencia que asombra a quienes no la ven bailar con
corresponde, casi absolutamente, con las anteriores, consagradas a la
frecuencia. Llegó a conquistar un eco tan general que hasta los niños la ejecutan
desde el preciso instante en que pueden sostenerse en pie por sí solos”. calenda.
Enseguida, Pernetty pinta la mímica del baile: Sin embargo, algo que acusa singular trascendencia, lo más importante en
realidad, se ha omitido. Y es que, al apropiarse de aquel escrito, a Pernetty
“La calenda se baila al son de instrumentos y de voces. Los danzarines se disponen
en dos líneas, una enfrente de la otra; los hombres, cara a cara con las mujeres.
no lo guió un simple capricho, ni se enamoró de la belleza de su prosa. Sin
Los espectadores forman un círculo en torno e los bailarines y de los instrumentos duda alguna, encontró analogía, o acaso absoluta coincidencia, entre la
musicales. Uno de aquéllos entona una canción, cuyo “refrán” repiten los danza que presenció en el Río de la Plata y el texto copiado. Y, en último
espectadores, mientras baten palmas. Todos los bailarines tienen los brazos análisis, esto es lo que en realidad interesa, por su valor documental, no sólo
semilevantados, saltan, dan vueltas, efectúan contorsiones, se aproximan a en el ámbito de la música sino también en el de la etnografía y el de la
sesenta centímetros de distancia unos de otros, hasta que el son del instrumento, cultura afroamericana en general. Asimismo, este escrito fundamenta la
o la entonación de la voz, les advierten que deben acercarse de nuevo”. existencia de patrones de la cultura ewe o dahomeyana en ambas márgenes
Desde el punto de vista de la coreografía africana y de la afroamericana, el del “Mar Dulce”, lo cual conquista una entidad no señalada hasta este
baile penetra luego en la fase vital y significativa. Pues emerge la famosa y momento.
tradicional ombligada, embicada, umbigada, vacunao, golpe de frente, golpe Además, el hecho de que la calenda vino al Río de la Plata queda
atestiguado por la presencia de vocablos como la interjección aié!, que exploradores, etnógrafos y escritores que visitaron el inmenso continente,
aparece en las poesías de esc baile, tal como lo cultivaban en las Indias han descripto con detalle la mímica coreográfica de la bamboula. Uno de
Occidentales, y surge también en el candombe afrorioplatense. Hállase ellos, el novelista Pierre Loti (Luis María Julián Viaud), trae un colorido y
presente, asimismo, en las canciones de Luisiana, Estados Unidos, nacidas al exacto perfil de esta danza, en Roman J’un Spabi. Veamos como la pinta:
amparo de la cultura afrofrancesa y afroespañola. “Acuden las mujeres —escribe Pierre Loti— que se alinean en círculo cerrado y
No está de más que aclaremos el sentido del vocablo aié! que brota no sólo entonan uno de esos cantos obscenos que las apasionan.
en todo el cancionero afroamericano sino también en cantos provenientes Una de ellas, la que llegó primero, se destaca entre la multitud y se lanza en
medio, en el círculo vacío en que resuena el tambor, y danza con gran ruido de
del Africa Occidental. Se trata de una interjección que denota alegría,
metales y vidrios; su paso lento, se acelera de pronto hasta el frenesí: parecen las
regocijo, exultación, júbilo, alborozo. contorsiones de un mico loco, las convulsiones de un poseído.
Entre los pueblos de idioma nagó, de Nigeria y parte de Benin, el término A punto de agotar sus fuerzas, se retira jadeante, extenuada, con brillos de sudor
se refiere a la fiesta de Año Nuevo, durante la cual se invoca a todos los en su piel negra; sus compañeras la acogen con aplausos y con gritos; luego ocupa
orishás o dioses secundarios o dioses menores del África. Agreguemos que su sitio otra, y así continúa hasta que todas se han turnado”.
en la República de Ghana, dicha voz significa Diablo. Enseguida, el autor nos informa acerca de los momentos en que su cultiva
Por diversos compositores, americanos y europeos, ha sido estilizada la la bamboula, en el Senegal, África Occidental.
calenda. Entre ellos, Henry F. Gilbert, en Dance in Place Congo-, Federick “En todas las comarcas del Senegal, los nacimientos de Luna son momentos
Delius, en su ópera Koanga, y Louis Moreau Gottschalk, en diversas páginas particularmente consagrados a la bamboula; noche de gran fiesta negra; parece
pianísticas y orquestales en que aprovecha elementos provenientes de baile, que la Luna se eleva a lo lejos sobre aquel gran país de arena, en el infinito de sus
horizontes cálidos, más roja y más enorme que en cualquier otro lugar.
así como de otras especies coreográficas afroamericanas.
Al caer la tarde se forman los grupos. Las mujeres, en tales ocasiones, visten de
colores brillantes; se adornan con alhajas de oro fino de Galam y orlan sus brazos
con pesados brazaletes de plata; su cuello, con una asombrosa profusión de
3. La bamboula
bujerías de vidrio, de ámbar y de coral, se yergue majestuoso.
La corriente de la coreografía africana se introduce en América por el cauce Y cuando el disco rojo aparece, siempre agrandado y deforme por el espejismo,
de otra especie danzante, registrada dondequiera que haya habido hombres lanzando sobre el horizonte gruesos resplandores cruentos, una batalla furiosa se
negros. Se trata de un baile de compás binario en 2 x 4, de tempo o eleva de toda la muchedumbre; la fiesta comienza.
movimiento preferentemente acelerado, que se ejecuta gracias a una mímica En ciertas épocas del año, ante la casa de Sambá-Hamet, la plaza solitaria se
sugestiva y dinámica. Es la bamboula o bambula, en la que se inspiraron el convertía en teatro de bamboulas fantásticas.
En estas ocasiones, Curá-n’diaye prestaba a Fatu algunas de sus alhajas preciosas
afroinglés Samuel Coleridge Taylor y el criollo, de Luisiana, Louis Moreau
para ir a la fiesta”.
Gottschalk.
Después de haber observado la bamboula en la Plaza Congo, de Nueva
Desde el sur de los Estados Unidos hasta el Río de la Plata, alcanza el Orleáns, Henri Didimus (Henry E. Durrell), biógrafo de Louis Moreau
amplio radio de dispersión de esta danza. Y pasa por las Indias Occidentales. Gottschalk, describe la danza con estas palabras:
En la hora presente, de acuerdo con la bailarina, coreógrafa y antropóloga
“Deje que un extraño a Nueva Orleáns visite, en una tarde de algún feriado, las
Katherine Dunham, aun goza de amplia vigencia folclórica en Haití y en otras
plazas públicas de la parte baja de la ciudad, y las encontrará llena de miembros
Antillas. Recibe en la “Isla Mágica”, la denominación de baboule y se de la población africana, ataviados con toda clase de vestimentas ostentosas,
acompaña con un tambor de igual nombre. alegres, desenfrenados y en ejercicio de un verdadero libertinaje. A medida que se
Nacida en el África, diversos viajeros, publicistas de recuerdos, aproxima a la escena, de una alegría infinita, sus oídos captan primero el sonido
muy rápido, bajo, continuo y sordo, que domina sobre las risas, la gritería y el su mímica coreográfica. Trátase de un percusivo de un solo parche, de
tumulto de miles de voces, mientras el oyente se maravilla ante lo que puede morfología cilíndrica, fabricado con una gruesa caña de bambú y dotado de
estar sucediendo. Es la música de la bamboula, de la danza bamboula-, una danza una membrana de piel de vaca o de oveja. Suele poseer 1 m de longitud y 25
que se posesiona de toda la vida del negro, lo transforma con todos los instintos,
cm de diámetro. En el patois, cróele o gumbo de los negros de las Antillas
los sentimientos y que la naturaleza dio a esta raza, para dormir un rato, para
estar paralelamente obliterado por el toque de la civilización, más para conservar colonizadas por los franceses y en la zona de Luisiana, Estados Unidos, su
siempre su marca particular”. denominación significa, literalmente, “ese bambó”.
Luego, Didimus habla de los tambores con que se acompañaba la danza y Poseía la bamboula una mímica semejante a la de la calenda. Pero se
del éxtasis en que caían los músicos, y añade: hallaba desprovista del carácter pírrico que poseía ésta en su origen.
“Al entrar en la plaza, el visitante encuentra a la multitud hacinada en grupos
Intervenían en su realización dieciocho o veinte bailarines, entre hombres y
compactos, en círculos estrechos, de un área central de sólo algunos centímetros, mujeres, asidos de la mano. La mujer efectuaba el primer movimiento.
y allí, en el centro de cada círculo, toma aliento el músico, a horcajadas sobre su Tomaba de la mano derecha a su compañero y giraba en derredor. Acto
barril, de parche duro, golpeado con dos varillas, incesantemente, hasta una seguido, el grupo de danzarines se unía en el canto y bailaba de manera
forma extraña, como un loco, durante horas, mientras la transpiración rueda en interminable, hasta que le alcanzaban las fuerzas. Entre tanto, el infaltable
gotas y moja el piso; allí también trabajan los danzarines, hombres y mujeres, bajo trío o temo de membranófonos regía tiránicamente el pulso. La figura
una inspiración o posesión, que elimina de sus miembros todo sentido de principal de la coreografía era la ombligada, a la que nos referimos en otra
cansancio y les otorga una rapidez y una persistencia de movimientos que apenas parte de este libro, y que es poco menos que infaltable en todos los bailes
podrá hallarse en otros sectores, fuera de las meras máquinas. La cabeza descansa
sobre el pecho, o se lanza hacia atrás, sobre los hombros, los ojos cerrados, o
negros.
chispeantes, mientras los brazos, entre gritos y chillidos y agudas exclamaciones, Según ocurre en otras especies de la coreografía de matriz africana, en la
flotan en el aire, o señalan el ritmo con las manos golpeadas contra los muslos, al bamboula, las mujeres avanzaban mediante breves pasos, casi rozaban los
son de una música que parece eterna”. pies en el suelo, lo mismo que en el shout afroestadounidense. Por el
Danzas similares a la descripta aparecen con frecuencia en innumerables contrario, sus compañeros efectuaban saltos en el aire, con notable agilidad,
relatos dejados por etnógrafos, viajeros, publicistas de recuerdos y en forma semejante a los bailarines watusis, de la República Democrática del
exploradores del África y América. Asimismo, resulta evidente que en la Congo. Para acrecentar los distintos timbres de los instrumentos musicales
coreografía de esta baile, así como en la de la calenda, hallamos la esencia con que se acompañaba el baile, los participantes se ataban campanillas,
prístina de la danza engendrada en el Africa Occidental, en Angola, en cascabeles o trozos de lata en los tobillos.
Mozambique y sobre todo en el Congo; así como encontramos su célula Transcribe la pianista y etnomusicóloga Maud Cuney Hare, que durante el
generatriz. decenio de 1920, investigó el folclore negro de las Islas Vírgenes, otra de las
La folcloróloga Mina Bernard Monroe recogió una de las poesías de la poesías de la bamboula, registrada en esa isla de las pequeñas Antillas:
bamboula: Baby, mama, no tell no lie - Go Dear!
When your potato’s done Baby, mama, no tell no lie - Oh!
It’s time to eat it, it’s time to eat it Hush yo’mout’you foolish thing - Your
When... Mama gwine to work for money.
It’s time... Baby, mama, no tell no lie
When it’s in your pan When it’s in your fire When it’s ever found. En la actualidad, de acuerdo con referencias que nos ha sido posible
It’s time to eat, it’s time to eat. recoger, la bamboula en las Islas Vírgenes es muy distinta de la que describen
El nombre bamboula deriva del asignado al membranófono con que se rige viajeros, memorialistas y estudiosos, durante el siglo XIX. Ha perdido su
carácter ritual y se ha transformado en una danza de pareja suelta, realizada Cervantes en El celoso extremeño, en La gitanilla, en El coloquio de los
en medio de un círculo de bailarines. Sus poesías se refieren a pormenores o perros, en La ilustre fregona y en La cueva de Salamanca. Interesa añadir
hechos de interés local, recuerdos de la época de la esclavitud de los negros, que, según el Dictionnaire de la danse, la descripción de los movimientos
o contienen críticas de carácter social. El acompañamiento organográfico se evoca de manera sorprendente el recuerdo de la rumba afrocubana.
efectúa merced a un tambor de origen africano denominado ka, registrado Además, en ambas danzas conviven el compás binario en el
asimismo en la Martinica y del cual también nos habla George Washington acompañamiento y el ternario en la melodía, efecto frecuente en toda la
Cable, al referirse a las danzas congo, de los afroestadounidenses de la plaza música nacida al amparo del origen de la inspiración africanos o
que llevaba el nombre de la danza, en Nueva Orleáns durante las afroamericanos.
postrimerías del siglo XIX, y que Lafcadio Hearn describió y fotografió en la Moreau de St. Méry, en su libro Description de la partie francaise de Ilie
Martinica. Saint Dominique (Filadelfia, 1797-1798), nos describe la chika:
Se fabrica el tambor mencionado con la cuarta parte de un barril o quart, “Otra danza de origen africano es la chica, que en las islas de Barlovento, en el
vocablo que en boca de los negros se convirtió en ka. A veces se le ataban Congo y en Cayena, llaman calenda y que los españoles designan con el nombre
trozos de caña de bambú y tallos de la misma planta, con el objeto de de fandango. Este baile tiene una melodía propia y un ritmo muy marcado. La
diversificar los sonidos del membranófono. gracia de este baile consiste en la perfección con que la bailarina es capaz de
mover las caderas y la parte inferior de la espalda, mientras el resto del cuerpo
Desarrollada sobre la base de una música en compás 2 x 4, de ritmo permanece en una especie de inmovilidad que no pierde ni siquiera con el más
sincopado y de tempo que se aceleraba progresivamente hacia el final de la mínimo movimiento de los brazos que agitan las dos puntas de una pañoleta o de
ejecución, se trata de una enseñanza de rueda, característicamente africana su falda. Se le acerca un bailarín, que salta repentinamente en el aire y aterriza a
y perteneciente al ciclo tribal de la coreografía de los negros. En ella una distancia tan calculada que casi la toca.
intervenía un nutrido grupo de bailarines, que describían interminables Se retira nuevamente, salta y la excita con su juego seductor. La danza se anima y
círculos en torno de los músicos y de uno de los danzarines solistas. Tipos ofrece un espectáculo que al principio es seductor y acaba por ser lascivo. Sería
semejantes a la bamboula aparecen en casi todas las descripciones dejadas imposible describir la chica con su verdadero carácter; yo me limito a decir que la
por viajeros y exploradores del África y del Nuevo Mundo. impresión que produce es tan fuerte que un africano o un criollo de cualquier
color de piel que llegue y la baile sin excitación, es considerado un hombre que ha
perdido la última chispa de la vitalidad”.
4. Chika, chica, congo, casse-coeur o cassé-co En su obra rotulada Voyage d’un naturaliste (París, 1750), Descourtilz
Al ciclo tribal de la coreografía africana y alroamericana pertenecía manifiesta que el baile consiste en mover las caderas, así como los músculos
también otra danza cuya zona de esparcimiento se extendió hasta las de la espalda, y agitar los brazos. Al describir las danzas folclóricas españolas,
márgenes oriental y occidental del Río de la Plata. Hablamos de la en un artículo publicado en Monthly Musical Record, del 1 de septiembre de
denominada chika, chica, congo, casse-coeur o cassé-co. Emparentada en su 1872, asevera Emile Pauer que la chica, cultivada por los negros del Congo y
origen con la zarabanda y mencionada con asiduidad por viajeros, de la ex Guinea francesa, es la matriz de la mayor parte de aquéllas. Subraya,
antropólogos, publicistas de recuerdos y etnógrafos, también ha sido además, que la mayor parte de las danzas españolas poseen vinculación con
registrada en las Indias Occidentales, en el sur de los Estados Unidos y en la chica.
diversos países del Nuevo Mundo. Charles de la Ronciere, en su ya citado trabajo asevera que en Surinam la
De paso, digamos que es muy probable que los conquistadores árabes chica recibía la denominación de congo y que el auténtico béguine no era
hayan tomado la coreografía de la chika para engendrar la zarabanda, sino la chica, así llamada en la Martinica. También se la denominaba, en las
pantomima sexual introducida por ellos en la península ibérica y citada por islas de Barlovento y en Cayena, capital de la ex Guyana francesa, congo,
aunque asimismo llevaba el nombre de casse-coeur o cassé-co. Agrega el bailar en Montevideo. Ante todo, subraya el hecho de que era una danza
citado autor que, en Santo Domingo, había sociedades de negros para las apasionada y novelesca. Vale decir —agrega—, era la cachucha de los negros,
cuales este baile era tan antiguo como el continente africano. ese viejo drama de amor en acción que atraviesa todas las generaciones del
Agreguemos que en Luisiana, Estados Unidos, donde se bailaba en la Plaza mundo, se transmite por todos los seres y todos los pueblos de la especie
Congo, de Nueva Orleáns, llevaba las mismas denominaciones apuntadas. humana, sean de tal o cual color, y constituye una de las poderosas leyes de
Por otro lado, hace algunos años, Paul Morand la registró con el nombre de igualdad que Dios ha establecido, en su eterna sabiduría, para protestar
martinico, en su obra intitulada Hi ver Caraibe y como característica de Haití. contra los excesos y la tiranía de los mortales.
Según el inevitable Lafcadio Hearn, tal como se bailaba en Nueva Orleans, Aclaremos que la cachucha era una danza afrohispana, originaria de
Estados Unidos, se acompañaba con el tañido de un cajón, realizado con un Andalucía, de compás binario, que se acompañaba con castañuelas y
palo o con un trozo de hueso, y de un tambor fabricado con un barril, en una tambores. El término, en el lunfardo porteño, adquirió semitonos soeces, tal
de cuyas bocas se colocaba un tenso cuero de vaca. El mismo dato anota el como ocurrió, en toda América, con tantas otras denominaciones de bailes y
ya citado George Washington Cable. especies musicales engendrados en matrices africanas y afroamericanas.
El viajero suizo Girod-Chantrans —citado por Pierre de Vassiére, en su La base de la coreografía de la chika, tal como se bailó en distintos países,
trabajo titulado Saint-Dominique, la societé et la vie creóle sous l’ ancien se sustenta sobre el pedestal de movimientos de los danzarines efectuados
regime (París, 1909)— dice que la música de la chica parece que imitara el con la cadera, con los hombros, con la asentadera y los brazos, mientras el
gorjeo de los pájaros. No se puede dejar de admirar —añade— la precisión resto del cuerpo queda inmóvil. Ante esta mímica danzante nos encontramos
de los movimientos, lo difícil de la ejecución y la armonía cuando intervienen en presencia de una morfología de neta y tradicional filiación africana,
conjuntos vocales. Hay en ella trucos originales. Los dúos dialogados advertida en la mayor parte de las especies coreográficas cuya genealogía
parecerían el género favorito. Un bajo continuo, muy correcto, al parecer puede trazarse hasta en el África.
dictado por el oído, acompaña siempre lo que canta el agudo, que abandona Como característica general de la música con que se acompañaba en la
la parte que llevaba para dejarle al otro que se convierta en solista. chika figura la convivencia del compás binario en el acompañamiento y el
De manera arbitraria y errónea, se ha dicho que la chica y el candombe, tal ternario en la melodía. Constituye el rasgo mencionado una característica
como lo describen, en forma fragmentaria, viajeros y escritores del siglo XIX, que aparece en frecuencia en toda música engendrada en crisoles africanos y
eran la misma cosa. Pero el candombe constituía un baile dramático, un baile afroamericanos. Respecto del tempo o movimiento que servía de marco a las
pantomímico, un baile de programa o programático, con sus dramatis melodías de esta danza, era, casi con exclusividad, el medio o andante-, a
personae y huérfano de vibraciones eróticas, lo cual no acontecía en la chica. veces llegaba hasta el allegro o vivo.
Porque es indudable que la chica, tal como se cultivó en el Río de la Plata, Tres tambores, el clásico y tradicional temo o trío africano, ritmaban con
pertenecía al ciclo de las danzas fálicas de los negros; ciclo que, en el África, vigor y energía el pulso de la chika, tal como se cultivaba en el Río de la Plata;
ha conquistado un coeficiente de señalada trascendencia. Vale decir que se pulso marcado y de líneas sinuosas y zigzagueantes. Los efectos tímbricos, el
alejaba de las maneras de los bailes dramáticos para penetrar decididamente “color”, como dicen los etnomusicólogos de la escuela alemana, estaban en
en el territorio de las danzas que se ejecutan sin ninguna base argumental manos de un instrumento idiófono de percusión, consistente en una plancha
premeditada. de hierro percutida con una varilla del mismo metal, una llave o un clavo
grande. Dicho instrumento, denominado “pico de arado”, fue de utilización
Acusada significación entraña, en el sentido apuntado, la crónica local que
constante por los negros de nuestro país.
versa sobre esta danza, publicada por un periodista anónimo del diario El
Comercio del Plata, del 21 de enero de 1857 (año XII, N" 3245), quien la vio Una vez más, la existencia de estas danzas en el panorama del Río de la
Plata confirma que la tradición oriunda del África Occidental, de Angola, del
Congo y aun de Mozambique, en ambas márgenes del “Mar Dulce”, fue
mucho más dilatada y profunda de lo que con frecuencia se supone, se sabe,
o se quiere hacer creer, así como persistió hasta fecha mucho más cercana
de nuestro tiempo, lo cual indica la fuerza y la vitalidad de su pulso.
Así es como llegamos a la conclusión de que, a pesar de haber estado
inmersos en lo más hondo de la amargura y la frustración, los negros y sus
descendientes supieron abrir nuevos surcos, en tierras no labradas, y crear
manifestaciones artísticas y culturales preñadas de penetrante belleza y
extendida repercusión. Engendraron un universo de júbilo, de placer y
distensión, para lograr sobrevivir. De otro modo, habrían sucumbido ante
tantas adversidades e injusticias, bajo el tacón de hierro de la esclavitud y de
sus terribles secuelas de orden social, espiritual y económico.
Otros documentos que nos brindan detalles y elementos de juicio acerca
de la música y las danzas de los negros en el Río de la Plata, los brindan el
viajero Anthony Zachariah Helms, en su obra intitulada Travel from Buenos
Aires by Potosí to Lima, página 205. La obra se publicó en Londres en el año
1806. Francisco Acuña de Figueroa, en su Diario histórico del sitio de
Montevideo en los años 1812-1814, aporta interesantes facetas acerca de
una fiesta de esclavos efectuada durante la época del sitio de Montevideo. La
mención figura en el tomo II, página 15. Montevideo, 1890.

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