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RECURSO DE CASACIΣN DENTRO DEL PROCESO SEGUIDO A GAMALIEL

PINTO MARTΝNEZ, Y OTROS, SINDICADOS POR EL DELITO CONTRA LA FE


PΪBLICA. MAGISTRADA PONENTE: GRACIELA J. DIXON C. PANAMΑ,
VEINTINUEVE (29) DE MAYO DE DOS MIL UNO (2001).
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. SALA DE LO PENAL.
VISTOS:
El 3 de abril de 2001 se llevó a cabo la audiencia oral y pública del recurso de
casación interpuesto dentro del proceso seguido contra GAMALIEL PINTO
MARTΝNEZ, sancionado por un Delito Contra la Fe Pública.
Corresponde en este momento procesal dictar la sentencia de fondo en el caso en
comento.
FUNDAMENTACIΣN DEL CASACIONISTA
El Licdo. RAFAEL E. COLLINS NΪΡEZ, apoderado judicial del señor GAMALIEL
PINTO, solicita a esta Superioridad que, case la sentencia de 7 de junio de 2000,
emitida por el Segundo Tribunal Superior de Justicia del Primer Distrito Judicial y
en su lugar absuelva al procesado de los cargos formulados en su contra.(F.273)
HISTORIA CONCISA
Manifiesta el casacionista que la causa penal en examen se inicia con la denuncia
presentada por el señor FERDINANDO CASTILLO, quien no es abogado,
actuando en nombre y representación de BOLIVAR PINTO CORREA, DALIA
PINTO DE MACIAS, ROBERTO PINTO MARTΝNEZ y MAYRA PINTO
MARTΝNEZ, en virtud del poder general que éstos le dieron y que no fue inscrito
en el Registro Público, y formuló cargos contra GAMALIEL PINTO MARTΝNEZ
por la supuesta comisión de un delito contra la fe pública.
La Fiscalía Auxiliar, pese a la prohibición legal del no ejercicio de la acción penal
entre hermanos consanguíneos, admitió la denuncia; el expediente fue adjudicado
a la Fiscalía Décima de Circuito de la provincia de Panamáα, despacho que llevó a
cabo la instrucción sumarial efectuando diligencias de peritaje con fotocopia de los
documentos que se dicen alterados, y recibiendo de parte del denunciante
protocolos de escrituras públicas de la Notaria Cuarta del Circuito de Panamáα,
las que por ley deben ser custodiadas por los Notarios y no pueden salir del
despacho. Ademαs, dichos documentos no estaban firmados por el funcionario ni
por los testigos instrumentales.
Concluida la instrucción sumarial se procedió al reparto del expediente y quedó
radicado en el Juzgado Cuarto de Circuito Penal del Primer Circuito Judicial de
Panamáα, quien luego de la audiencia preliminar, decide llamar a juicio a
GAMALIEL PINTO MARTΝNEZ, como presunto infractor de las normas
contenidas en el Capítulo I, Título VIII, Libro II del Código Penal.
Surtidos los trαmites legales, el Juzgado Cuarto, a pesar de las violaciones
legales, concluye con una sentencia condenatoria en contra de GAMALIEL PINTO
MARTΝNEZ, como responsable, en calidad de autor, del delito contra la fe
pública, en perjuicio de BOLIVAR PINTO CORREA, DALIA PINTO DE
MACIAS, ROBERTO PINTO MARTΝNEZ y MAYRA PINTO DE CASTILLO.
CAUSAL DE FONDO INVOCADA
El censor al formalizar el recurso de casación en el fondo invocó dos causales,
siendo admitida la segunda causal que es el "Error de derecho en la apreciación
de la prueba que ha influido en lo dispositivo de la sentencia e implica la violación
de la ley sustancial penal" (numeral 1, del artículo 2434 del Código Judicial).
MOTIVO
Se tiene que el casacionista fundamenta esta causal en tres motivos.
Primeramente, el recurrente sostiene que el A-quem ha incurrido en error de
derecho al evaluar las escrituras públicas que fueron aportadas por el señor
FERDINANDO CASTILLO al atribuirles un valor probatorio que no se le puede dar,
ya que por ley debían reposar en la Notaria Cuarta de Circuito y ser custodiadas
por el Notario, aunado al hecho que el denunciante fue quien entregó las pruebas
en la Policía Técnica Judicial y las remitió a la Fiscalía, que no estα facultada por
ley para mantenerlas bajo su custodia.
Ademαs, seρala que las escrituras no cuentan con la firma de los testigos ni del
Notario y por tanto con esas pruebas no se puede dar por acreditado el delito de
falsedad documental en su modalidad de uso, pues son ilícitas y le estáα prohibido
al juzgador darle valor.
El casacionista expresa en el segundo motivo que el Segundo Tribunal Superior
incurre en error de derecho al evaluar el informe pericial que reposa de foja 106 a
107 del expediente, pues le atribuye un valor que no tiene por la forma en que fue
incorporado al expediente por el propio denunciante el 10 de octubre de 1997. El
documento no tiene fecha ni sello de presentación, ni nota remisoria y es una hoja
blanca.
Continúa señalando que la hoja debió ser analizada en la Dirección de Cedulación
y la actuación de los testigos debió darse por los conductos regulares oficiales, y
no en la forma que se dio, para poder establecer lo que se conoce como la cadena
de custodia, situación que fue agravada al retener los documentos hasta el 9 de
enero de 1998, fecha en que fueron recibidos por la Fiscalía, lo que ha influido en
lo dispositivo de la sentencia.
En cuanto al tercer motivo, el recurrente señala que el Segundo Tribunal Superior
al evaluar los testimonios de DALIA MARINA PINTO, ROBERTO A. PINTO
MARTΝNEZ y BOLΝVAR PINTO, les atribuye un valor probatorio, toda vez que se
señala que los mismos se recibieron en la Ciudad de Panamáα, por agentes de la
Policía Técnica Judicial, cuando a foja 69, se indica que los mismos fueron
tomados en la Provincia de Chiriquí, y hasta la fecha no han sido ratificados ante
la Fiscalía o el Juez de la causa que son los funcionarios competentes para tomar
dichas declaraciones.
DISPOSICIONES LEGALES INFRINGIDAS Y EL CONCEPTO DE LA
INFRACCIΣN
El casacionista señala que a consecuencia del error de derecho en la apreciación
de la prueba, se han transgredido las siguientes normas:
-Artículo 769 del Código Judicial. El recurrente estima que la excerta legal fue
violada por omisión, toda vez que el Tribunal de segunda instancia le atribuye un
valor probatorio a las escrituras públicas y los documentos supuestamente
expedidos por el Tribunal Electoral, los que no debían estar en poder de
FERDINANDO CASTILLO por no tener la calidad de ofendido y lo mαs grave es
que utilizó un poder general que no estaba inscrito en el Registro Público, lo cual
llevó al Tribunal a una errónea apreciación del causal probatorio.
Igualmente, la sentencia en comento viola la norma por omisión en virtud de que
los peritajes y la recepción de las pruebas documentales a las que se le atribuye el
carαcter de documento público, fueron practicadas y recibidas sin tomar en cuenta
las formalidades que se señalan en las leyes especiales que regula esta materia.
-Artículo 770 del Código Judicial. Se señala que la norma fue violada por omisión,
porque el Tribunal de grado en la sentencia impugnada le atribuye valor probatorio
a todas las actuaciones que surgen como consecuencia de todas y cada una de
estas pruebas que no cumplen con la solemnidad documental para que tuvieran la
validez señalada.
-Artículo 775 del Código Judicial. Expresa el recurrente que dicha norma ha sido
apreciada erróneamente por el juzgador de Grado, al no reconocer claras
disposiciones del Código Civil y de la Ley que crea el Tribunal Electoral que
establecen las formalidades que deben cumplir los documentos expedidos y que
reposan en su poder para que puedan ser usados y evaluados como pruebas en
cualquier proceso. Agrega que es un principio legal que los documentos no
pueden salir de los despachos y deben ser custodiados, no pueden caer en manos
de particulares o personas que pudieran tener algϊn interιs, como ocurrió en el
caso subjϊdice.
-Artículo 2133 del Código Judicial, en concepto de violación por omisión, a
consecuencia de la valoración errónea que hizo el Tribunal A-quem de los
testimonios de DALIA PINTO, BOLΝVAR PINTO y ROBERTO PINTO en la
sentencia impugnada cuando le atribuye un valor que no tiene, desde el momento
que fueron tomadas por funcionarios de la Policía Técnica Judicial de Panamáα,
en la Provincia de Chiriquí, quienes no estαn autorizados para ello, ademαs de la
contradicción existente entre estas deposiciones y el referido informe de comisión,
en cuanto en estas se señala que fueron tomadas en Panamáα, y en el informe se
dice que fue en Chiriquí.
Explica que igualmente se incurre en el error de derecho en la apreciación de la
prueba, cuando acepta como vαlidas unas declaraciones que debieron ser
tomadas por los conductos regulares que se señala en esta disposición por
tratarse de personas residentes en Chiriquí.
-Artículo 271 del Código Penal, señala que la valoración errónea de las pruebas
antes señaladas en la sentencia impugnada llevó al Segundo Tribunal Superior de
Justicia a aplicar indebidamente la norma transcrita por el error de derecho en la
apreciación de la prueba, primero porque el proceso nunca se debió haber iniciado
por estar prohibida la acción penal entre parientes consanguíneos y, segundo,
porque las pruebas aportadas al proceso adolecen de las solemnidades o
formalidades exigidas para que tengan validez.
OPINIΣN DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIΣN
La mαxima representación del Ministerio Público, Licdo. JOSΙ ANTONIO SOSSA
R., mediante Vista NΊ 20 de 21 de febrero de 2001, sostiene que el casacionista
no demostró la causal alegada, de allí que la sentencia proferida por el Segundo
Tribunal Superior de Justicia no debe ser casada.
Es así que considera, que ninguno de los motivos aludidos por el casacionista
demuestra los cargos de injuridicidad invocados.
Al referirse al primer motivo, indica el Procurador que lo señalado por el
casacionista no formó parte de lo debatido en la sentencia recurrida y ademαs,
cita un extracto del fallo del A-quem en el que se indica que los medios de prueba
comprueban la responsabilidad de GAMALIEL PINTO MARTΝNEZ como autor del
delito de falsedad documental, y el procesado en sus distintas deposiciones
indagatorias y juradas expresamente ha reconocido y aceptado que tenía
conocimiento de la falsedad de las escrituras por medio de las cuales se hacia ver
que su finada madre le traspasaba los bienes inmuebles propiedad de ésta.
En cuanto al segundo motivo, expresa que la formulación del vicio de injuridicidad
es un tanto confusa, se hace referencia a la errónea valoración del informe pericial
de fojas 106 a 107, por ser el propio denunciante quien aportó el documento, lo
cual no se comprueba, aunado a que el Tribunal Superior, en el fallo impugnado,
no se refiere a dicho informe pericial.
Y con respecto al tercer motivo, sostiene el Procurador General de la Nación que
en el mismo se hace referencia a la errónea valoración de pruebas testimoniales
por parte del Tribunal A-quem, sin embargo dichas pruebas no fueron tomadas en
cuenta por el Juzgador.
Por otra parte, al referirse a las disposiciones adjetivas señaladas por el censor
como violadas -artículos 769, 770, 775 y 2133 del Código Judicial- estima que no
se demuestra la violación de las mismas. Y que al no acreditarse la infracción de
la ley adjetiva, tampoco prospera la indicada violación de la norma sustantiva, esta
es, el artículo 271 del Código Penal (Fs.755-765).
FUNDAMENTO DEL TRIBUNAL DE CASACIΣN
Corresponde a este Tribunal de Casación examinar los motivos que sustentan la
causal, así como la infracción de la ley que se aduce, para determinar la existencia
o no de error de derecho en la apreciación de la prueba que ha influido en lo
dispositivo del fallo impugnado.
En esta oportunidad el casacionista sustenta la causal en tres motivos,
observαndose en el primero de ellos que el vicio de injuridicidad, según el
recurrente, consiste en la valoración errónea de las escrituras públicas que fueron
aportadas por el señor FERDINANDO CASTILLO, las cuales debían reposar en la
Notaria Cuarta de Circuito y estar custodiadas por el Notario; indica que las
mismas no presentaban la firma de los testigos ni del Notario y a partir de esa
prueba no se puede dar por acreditado el delito de falsedad documental en su
modalidad de uso.
En el fallo del A-quem se observa que éste se refiere a las escrituras en comento,
como uno de los elementos que comprueban la existencia del hecho punible:
Las Escritura Públicas NΊ 6624 y NΊ 6625 del 20 de agosto de 1997, de la Notaria
Cuarta del Circuito de Panamáα, en las cuales se hace constar el traspaso en
concepto de compraventa que le hace AURORA MARTΝNEZ (q.e.p.d) al imputado
PINTO MARTΝNEZ, de las fincas antes mencionadas, escrituras en las cuales
aparece la firma de Dalila Pinto de Macνas, quien lo hace en lugar de la finada"
(F.681).
Ahora bien, la Sala advierte a foja 54 del expediente que el señor FERDINANDO
CASTILLO entregó las escrituras 6624 y 6625 de la Notaria Cuarta de Panamáα,
documentos que presentaban la firma falsificada de DALIA PINTO MACΝAS.
Dichas escrituras reposan de foja 446 a 449 del cuaderno penal.
En cuanto al planteamiento del casacionista, se debe tener en cuenta que la causa
subjϊdice se originó por una denuncia de falsedad de documento público, por lo
cual era necesario contar en las sumarias con las escrituras para practicar los
peritajes a fin de determinar la validez de las mismas y como se observa en los
resultados de las pruebas caligrαficas que consta de foja 94 a 95, se determinó
que la firma de la señora DALIA PINTO DE MACΝAS fue falsificada. En
consecuencia, mal puede exigirse que los documentos cuya legalidad se
cuestiona, permanecieran bajo custodia del Notario.
Por tanto este Tribunal concluye que las escrituras 6624 y 6625 cumplen con los
requisitos que la ley señala para que tengan validez dentro del proceso y fueran
valoradas por el A-quem.
Cabe destacar que la causal error de derecho en la apreciación de la prueba tiene
lugar cuando el juzgador le asigna a la prueba un valor que no le reconoce a ley, o
cuando no le reconoce el que la ley le señala o cuando admite un medio
probatorio sin ajustarse a las prescripciones legales, lo que no logra acreditar el
recurrente, por tanto no prospera el cargo de injuridicidad.
Con relación al segundo motivo, el casacionista expresa que el Segundo Tribunal
Superior incurre en error de derecho al evaluar el informe pericial que reposa de
foja 106 a 107 del expediente, pues le atribuye un valor que no tiene por la forma
en que fue incorporado al expediente, puesto que lo aportó el propio denunciante,
lo cual se puede corroborar a foja 77 del expediente. El documento no tiene fecha
ni sello de presentación, ni nota remisoria y es una hoja blanca.
La Sala observa que la redacción del motivo es confusa, pues de fojas 106 a 107
reposa un dictamen pericial del Departamento de Criminalística de la Policía
Técnica Judicial donde se dan los resultados de los ejercicios caligrαficos
practicados por DALIA MARINA PINTO DE MACΝAS, ROBERTO A. PINTO
MARTΝNEZ y BOLΝVAR PINTO, por lo que mal puede decirse que la prueba fue
aportada por el denunciante.
De otra parte, al analizar el contenido del documento que reposa en la foja 77 se
observa que el mismo guarda relación con unos documentos originales
proporcionados por el Tribunal Electoral, los cuales son del archivo de la
institución y debían ser devueltos a la misma.
Aunado a lo anterior, de la lectura del fallo del Tribunal de Segunda Instancia se
concluye que la prueba a la que se refiere el recurrente no se menciona, lo cual
RIÑE con la causal aducida porque no se puede endilgar al Tribunal que valoró
mal una prueba si éste no ha hecho alusión a la misma; ello es propio de la causal
de error de hecho en la existencia de la prueba.
En consecuencia, no se comprueba el vicio de injuridicidad a que se refiere el
recurrente.
En el último motivo el casacionista cuestiona la valoración que hizo el Segundo
Tribunal Superior de los testimonios de DALIA MARINA PINTO, ROBERTO A.
PINTO MARTΝNEZ y BOLΝVAR PINTO, los cuales fueron rendidos ante la
Policía Técnica Judicial en la Provincia de Chiriquí, y no fueron ratificados ante la
Fiscalía o el Juez de la causa que son los funcionarios competentes para tomar
dichas declaraciones.
Al remitirnos al contenido de la sentencia de segunda instancia, se observa que el
Tribunal Superior no tomó en cuenta dichas declaraciones juradas, por ende el
motivo expuesto por el recurrente no logra comprobar el vicio de injuridicidad
endilgado al fallo recurrido.
En cuanto a las disposiciones legales que se estiman infringidas, se debe indicar
primeramente que los conceptos de infracción citados por el casacionista son
inexistentes. Pues se indica que la infracción de las disposiciones adjetivas se
dieron en concepto de "violación por omisión" cuando la terminología correcta es
"violación directa por omisión". Igual ocurre con la norma sustantiva que se
considera transgredida de la cual se dice fue aplicada indebidamente por el
Tribunal Superior, cuando la forma correcta de invocar el concepto de infracción
es la "indebida aplicación".
Ahora bien, sostiene la recurrente que se ha violado el artículo 769 del Código
Judicial. Esta norma establece los medios de prueba que son vαlidos en el
proceso y que pueden servir a la formación de la convicción del Juez dentro de
determinada causa.
Expresa el casacionista que el Tribunal de segunda instancia le atribuye un valor
probatorio a las escrituras públicas y a los documentos expedidos por el Tribunal
Electoral, los que no debían estar en poder de FERDINANDO CASTILLO por no
tener la calidad de ofendido, lo cual llevó al Tribunal a una errónea apreciación del
caudal probatorio.
El argumento desarrollado por el recurrente no es congruente con la disposición
legal invocada, pues ésta enuncia las clases de prueba que se pueden aportar al
proceso, no es una norma que establece parαmetros para valorar la prueba.
La Sala debe indicar que al invocar causales de naturaleza probatoria, como lo es
el error de derecho, las normas que se indiquen como infringidas deben ser
aquellas que contengan parαmetros de valoración de pruebas, por tanto resulta
improcedente señalar que el artículo en mención fue violado por el A-quem, ya
que, como se dijo, no se refiere a la valoración de un medio de prueba en
particular.
Seguidamente, se cita como infringido el artículo 770 que establece que "las
pruebas se apreciarαn por el Juez según las reglas de la sana crítica, sin que esto
excluya la solemnidad documental que la ley establezca para la existencia o
validez de ciertos actos".
La Sala observa que en el pαrrafo en que se explica el concepto de infracción
-violación por omisión- se indica que el Tribunal de grado en la sentencia
impugnada le atribuye valor probatorio a todas las actuaciones que surgen como
consecuencia de todas y cada una de estas pruebas que no cumplen con la
solemnidad documental para que tuvieran la validez señalada.
De lo anterior no se desprende cuαl es el medio probatorio que se estima mal
valorado, lo cual impide al Tribunal de Casación entrar a considerar el
planteamiento del casacionista.
Otra norma que cita el recurrente es el Artículo 775 del Código Judicial, indicando
que ha sido apreciado erróneamente por el juzgador de Grado, al no reconocer
claras disposiciones del Código Civil y de la Ley que crea el Tribunal Electoral los
cuales establecen las formalidades que deben cumplir los documentos expedidos
y que reposan en su poder, para que puedan ser usados y evaluados como
pruebas en cualquier proceso.
Advierte la Sala que el casacionista no señala medio de prueba alguno que al ser
valorado por el tribunal de segunda instancia haya sido quebrantado.
Con relación al Artículo 2133 del Código Judicial, que trata sobre la recepción de
declaraciones juradas por parte de testigos que residen fuera de la circunscripción
del funcionario de instrucción, señala el casacionista que fue violado por omisión a
consecuencia de la valoración errónea que hizo el Tribunal A-quem de los
testimonios de DALIA PINTO, BOLΝVAR PINTO y ROBERTO PINTO en la
sentencia impugnada, cuando le atribuye un valor que no tiene desde el momento
que fueron tomadas por funcionarios de la Policía Técnica Judicial de Panamáα,
en la Provincia de Chiriquí, cuando debieron ser tomadas por los conductos
regulares que se señala en esta disposición por tratarse de personas residentes
en Chiriquí.
Como se explicó en líneas anteriores, las pruebas testimoniales a las que se
refiere el casacionista no fueron objeto de valoración por parte del Tribunal
Superior, por tanto no logra comprobarse la infracción de la norma que señala el
casacionista.
Finalmente, en cuanto a la alegada violación del artículo 271 del Código Penal, el
Tribunal de Casación estima que, como se ha demostrado que no existe violación
de la norma adjetiva, no ocurre la infracción de la norma penal citada como
infringida, toda vez que, para que ello ocurra, debe haberse producido la infracción
de la norma adjetiva. Lo anterior provoca como resultado que la causal invocada
no quede comprobada.
Del anαlisis realizado se colige claramente que el casacionista no acreditó la
causal invocada y por consiguiente no han sido violados los artículos alegados
como infringidos, por lo que en consecuencia no procede casar la sentencia.
PARTE RESOLUTIVA
Por lo que antecede, la CORTE SUPREMA, SALA SEGUNDA DE LO PENAL,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, NO
CASA la sentencia recurrida por la defensa técnica de GAMALIEL PINTO
MARTΝNEZ.
Notifíquese y Devuélvase.
(Fdo.) GRACIELA J. DIXON C. (Fdo.) JOSΙ MANUEL FAΪNDES
(Fdo.) CΙSAR PEREIRA BURGOS (Fdo.) MARIANO E. HERRERA
Secretario

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