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En recién nacidos a término en forma fisiológica, la bilirrubina en sangre tiene un pico máximo de 5-6
mg/dL hacia el tercer día de vida en niños blancos y negros y 10-14 mg/dL en niños asiáticos que
gradualmente desciende hasta los niveles del adulto en varias semanas. Los niños alimentados al seno
tienen niveles más altos.
En prematuros el pico máximo es más alto y ocurre más tarde hacia el final de la primera semana.
El daño a la barrera hematoencefálica es más común en prematuros y es más factible en niños enfermos
que en niños asintomáticos. Aunque hay varios mecanismos, uno de los mejor estudiados es la
hiperosmolaridad local que aumenta la permeabilidad capilar a la albúmina permitiendo que el complejo
bilirrubina-albúmina atraviese la barrera hematoencefálica. Otros mecanismos incluyen convulsiones,
meningitis, o sepsis con endotoxinas, hipotensión, acidosis respiratoria severa y posiblemente hemorragia
intraperiventricular.
HIPERBILIRRUBINEMIA FISIOLOGICA
Resumen de características de la ictericia fisiológica
Para considerarse fisiológica debe tener las siguientes características:
1. Aparecer clínicamente después de las 24 horas de vida (excepto en los casos que se sobreponga con
otra causa).
2. Tener su pico máximo hacia 3º-5º día, en recién nacidos a término y hacia el 5º-7º día en los
prematuros.
3. Tener su tope máximo en 14 mg % en recién nacidos a término y 15 mg % en los prematuros.
4. Que el valor de bilirrubina directa sea menor de 2 mg%. (Se debe comprobar en muestras repetidas.)
5. Y debe desaparecer hacia la semana en el recién nacido a término y a las dos semanas en el prematuro.
HIPERBILIRRUBINEMIA PATOLOGICA
Ictericia fisiológica acentuada
Para hacer este diagnóstico se debe tener evidencia de los factores que acentúan la hiperbilirrubinemia
fisiológica, estos factores son:
1. Hipoxia: La hipoperfusión hepática produce daño del órgano, disminuyendo la captación y la
glucuronización.
2. Hipoglicemia: Por disminución del ácido glucurónico que depende de la glucosa para su síntesis.
3. Hematoma: Por aumento de la producción de bilirrubinas.
4. Policitemia: Mayor masa de glóbulos rojos que conlleva a una mayor destrucción.
5. Infección: Puede ser combinada con la directa; el mecanismo es hemólisis por lisis bacteriana e
inflamación de las células y ductos hepáticos.
6. Herencia: Las cifras de bilirrubina están más elevadas en niños de origen chino, japonés, coreano, indio
americano, griego y probablemente indígena.
7. Retardo en el pinzamiento del cordón: Mayor masa eritrocitaria (policitemia).
8. Uso de oxitocina en la madre aparentemente porque hay hemólisis, aunque datos recientes contradicen
esta afirmación.
9. Retraso en la administración de alimento por no facilitar el movimiento del intestino y facilitar la
circulación enterohepática.
La forma temprana por leche materna ocurre en la primera semana de vida hasta
niveles en estudios americanos de 12-13 mg/dL.
La forma tardía de ictericia por leche materna se desarrolla después de la primera semana de vida; en
estudios americanos los recién nacidos puede tener más de 10 mg/dL a las tres semanas de edad. Existe
una incidencia familiar hasta del 14% de los casos.
INCOMPATIBILIDAD ABO:
Las madres tipo «0» tienen genéticamente determinados anticuerpos Anti-A y Anti-B que son del tipo
IgG y por lo tanto pasan la barrera placentaria con todos los otros anticuerpos. Si el feto es A o B, se
produce una reacción antígeno-anticuerpo en estos fetos; afortunadamente no sólo en el eritrocito hay esta
reacción sino en todas las células, ya que casi todo el organismo comparte este antígeno. Además, los
lugares antigénicos en los eritrocitos del recién nacido son más escasos comparados con los del adulto.
Aunque las madres A tienen Anti-B y las madres B tienen anti-A, predominantemente estos anticuerpos
son del tipo IgM y no atraviesan la placenta; todos los pacientes tienen algún grado de hemólisis cuando
hay incompatibilidad ABO, ya que el promedio de niveles de hematocrito y hemoglobina son menores en
este grupo incompatible comparado con la población general. A pesar de que la incidencia de estos tipos
de sangre es alrededor de 15% de los embarazos, solo el 3% requieren tratamiento y el 0,1 % requieren
exanguino (estudio norteamericano); en Caracas Venezuela el 16% tenían incompatibilidad y el 5%
isoinmunización
El grupo que requiere tratamiento es el grupo que llamamos isoinmunizado (aunque el término es
inadecuado)
Tradicionalmente se ha considerado la incompatibilidad OB más severa que la OA. La presencia de
Coombs directo o indirecto positivos no tiene relación con el cuadro clínico ni con la severidad, por lo
cual no debe usarse como factor de riesgo ni tener ningún peso para la decisión de tratamiento.
Si la madre es sangre tipo 0 Rh (+) se toma sangre del cordón y se hemoclasifica el recién nacido:
1. Si la sangre del recién nacido es A o B se debe considerar de riesgo para ictericia y se hace un
seguimiento clínico.
2. Si aparece ictericia en las primeras 24 horas o clínicamente se observa muy severa (ictericia en plantas,
palmas o escleras) se toman muestras de bilirrubinas, hemoglobina y hematocrito y se maneja según las
pautas que se encuentran en el cuadro No 4.
3. Es muy importante explicar muy bien a la madre el significado de ictericia y ensañar a reconocerla para
que consulte si esta se hace severa.
Incompatibilidad Rh
La enfermedad hemolítica que se presenta en las madres Rh negativas con hijos Rh positivos puede ser de
gran riesgo por la morbimortalidad que produce. Afortunadamente estas
madres isoinmunizadas han disminuido considerablemente gracias al uso de la globulina anti-D. Para que
la sensibilización se produzca es necesario que la madre entre en contacto con antígeno D. Generalmente
esto se produce en abortos, partos anteriores de fetos Rh positivos en los cuales en el momento del parto
hay paso de pequeñas cantidades de sangre del feto a la madre o contacto con elementos sanguíneos con
antígeno D (en algunos casos < 0,1 mL), por ejemplo una transfusión equivocada.
Para prevenir la ocurrencia es necesario aplicar globulina anti-D
a las madres con abortos o partos de fetos Rh positivos para destruir los glóbulos rojos que entraron del
feto a la madre antes de 72 horas y así evitar la sensibilización.
FACTORES DE RIESGO
Historia de hermanos con hiperbilirrubinemia
Menor edad gestacional (< 38 semanas)
Leche materna
Gran pérdida de peso después del nacimiento
DIAGNOSTICO Y MANEJO
El mejor método para detectar la ictericia es mediante la punción con el dedo sobre la piel que produce
blanqueamiento y revela el color presente debajo de ella y en el tejido subcutáneo. El detector en piel
puede usarse entendiendo las limitaciones que tiene; solo sirve para ver una tendencia, no se puede usar
para tomar decisiones de tratamiento en formas potencialmente serias. Además los estudios han
demostrado que hace diagnóstico con igual precisión una persona con experiencia.
FOTOTERAPIA:
Entre mayor intensidad de luz más rápido descienden las bilirrubinas, entre más superficie corporal
expuesta a la luz, más rápidamente descienden las bilirrubinas por lo cual el paciente debe cambiarse de
posición cada 3 horas para que su distribución en la piel tenga máxima efectividad. No hay evidencia que
demuestre mejores resultados con la fototerapia continua comparada con la intermitente (cortas
interrupciones para comer, bañarse, que lo tenga la madre, etc)
Indicaciones: En general está indicada en todo recién nacido a término con bilirrubina indirecta mayor de
14 mg %; sin embargo cada caso debe tomarse en forma particular de acuerdo a los parámetros
anteriormente mencionados (cuadros Nº 4, 5 y 6).
Elementos concomitantes: El aporte calórico debe ser adecuado. Además debe recordarse que las
pérdidas insensibles se aumentan con la fototerapia por lo cual los líquidos deben aumentarse en por lo
menos 20 mL/Kg/día. Una vez el paciente ha sido sometido a fototerapia, el color de la piel no puede
utilizarse como índice de ictericia por el riesgo de subestimar la hiperbilirrubinemia.
Complicaciones: No se conoce con exactitud la lesión sobre los ojos del ser humano pero estudios en
animales indican el daño que puede existir con exposición continua por varios días.
1. Diarrea: Hay aumento evidente de las pérdidas insensibles de agua como también disminución de la
consistencia de la materia fecal, por lo tanto hay que aumentar el aporte líquidos.
2. Hipertermia: Hay claro aumento de la temperatura que debe tenerse en cuenta tanto para manejo del
recién nacido como para diagnóstico diferencial de infección.
3. Eritema cutáneo: Generalmente no es muy severo pero en algunos casos se debe suspender la
fototerapia.
4. Letargia: Debe tenerse en cuenta para diagnóstico diferencial.
5. Síndrome del niño bronceado: Es bien conocido este síndrome; clínicamente se observa un color
oscuro (bronce) del suero, la piel y la orina. Los estudios han sugerido que se trata de una forma de
colestasis o su equivalente y por lo tanto la fototerapia está contraindicada en los niños con colestasis o
con hiperbilirrubinemia directa.
6. Distensión abdominal: Es importante como diagnóstico diferencial.
7. Leve hipocalcemia: No tiene importancia clínica.
8. Disminución del número de plaquetas en forma leve: No requiere tratamiento.
9. Deficiencia transitoria de disacaridasas: Es importante porque puede producir diarrea y sería
necesario diagnóstico diferencial. No es infrecuente que se catalogue como enterocolitis.
10. Aumento de la pigmentación cutánea: Debe distinguirse del síndrome del niño bronceado.
11. Apneas por compresión ocular: Importante diagnóstico diferencial.
EXANGUINOTRANSFUSIÓN Y PLASMAFERESIS.
Utilidad
Exanguinotransfusión
1. Prevenir el cuadro de kernícterus, removiendo el exceso de bilirrubinas.
2. Remover anticuerpos y glóbulos rojos sensibilizados.
3. Corregir la anemia con glóbulos rojos si la hemoglobina es menor de 12 gr %.
4. Remover substancias tóxicas.
Plasmaféresis
Corregir la policitemia y la hiperviscosidad.
Indicaciones de exanguino
1. Hemoglobina < 12 gr % y/o bilirrubina mayor de 4 mg /dL en sangre de cordón por incompatibilidad
Rh.
2. Hidrops fetalis.
3. Niveles considerados críticos para kernícterus o encefalopatía bilirrubínica (ver cuadros Nº 3, 4 y 5).
4. Sepsis con depresión medular severa (no demostrado).
5. Diátesis hemorrágica difícilmente corregible (controvertible).
Técnica de exanguino
1. Practique un lavado gástrico antes del procedimiento, extrayendo restos de alimento.
2. Debe suspenderse la vía oral, por lo cual se deben administrar líquidos de mantenimiento por vía
parenteral y se debe tener vena permeable para cualquier emergencia.
3. Coloque al paciente en incubadora abierta o en cualquier fuente de calor, bien sujeto.
4. Coloque un monitor o en su defecto un fonendoscopio que debe permanecer fijo en el pecho del
paciente y siempre alguien lo debe escuchar. Por cada recambio se debe anotar la frecuencia cardíaca y
respiratoria y cada 10 recambios la temperatura de piel.
5. Utilice técnica estéril como en quirófano, desde el lavado de manos hasta el lavado de la zona
umbilical.
6. Coloque un catéter venoso. Es ideal usar catéteres para vasos umbilicales. Se debe hacer la exanguino
en los vasos umbilicales por lo cual solo debe introducirse máximo 5-7 cm dependiendo del tamaño del
recién nacido (ver tablas). Si se va a utilizar catéter venoso alto, se requiere tomar radiografía para
confirmar posición.
7. Siempre marque con una seda el lugar hasta donde debe introducirse el catéter si este no viene
numerado; al sacar el catéter venoso haga presión para que no haya hemorragia. En casos dudosos deje
jareta.
NOTA: Es excepcional la incompatibilidad producida por una madre A o B con un niño B o A por ser principalmente IgM las
inmuno-
globulinas que tienen estos grupos sanguíneos y por lo tanto no pasan la barrera placentaria pero, debido a que algunos casos son
posibles, se debe asumir incompatibilidad y usar sangre 0. TODO RECIEN NACIDO CON INCOMPATIBILIDAD DE
GRUPO AUNQUE NO TENGA ISOINMUNIZACION, DEBE TRANSFUNDIRSE CON SANGRE 0 Y EL Rh DEL NIÑO
DURANTE EL PRIMER MES DE VIDA PARA EVITAR HEMOLISIS DEBIDO A LA MAYOR ANTIGENICIDAD DE
LA SANGRE DEL ADULTO.
Laboratorio
1. En pacientes sin riesgo deben tomarse antes de la exanguino: Hematocrito, hemoglobina, bilirrubinas
(si es por incompatibilidad) y “glucostix” o glicemia.
2. Post-exanguino inmediato deben tomarse: Ht, Hb, bilirrubinas, glicemia y si es posible electrolitos y
calcio.
3. A las 2 horas post-exanguino debe tomarse “glucostix” o glicemia.
4. A las 6 horas post-exanguino se debe tomar siempre control de bilirrubinas esperando un rebote que
puede ser hasta del 60 % de las cifras pre-exanguino; 6-8 horas más tarde deben tender a disminuir si el
paciente se encuentra en fototerapia intensa y no continúa la hemólisis.
Seguimiento
El paciente debe permanecer monitorizado durante las primeras 3-4 horas buscando las complicaciones
que se pueden presentar. Si su estado es satisfactorio, se le puede iniciar la vía oral; si no es posible o ésta
no es suficiente, debe continuar con un aporte de líquidos y glucosa por vía parenteral. TODO paciente a
quien se le practicó exanguino debe recibir hierro profiláctico por lo menos 3 meses.
Complicaciones
1. La mortalidad de la exanguino (la que ocurre durante el procedimiento y las siguientes 6 horas) es del 1
% lo cual significa que no es un procedimiento inocuo y por lo tanto su necesidad debe estar plenamente
justificada, lo mismo que debe hacerse con gran cuidado el procedimiento.
2. La morbilidad puede presentarse de la siguiente manera:
Vasculares: Embolización de aire, coágulos o trombos.
Cardíacos: Arritmias, sobrecarga de volumen y paro.
Metabólicas: Hipocalcemia, hipoglicemia, hiponatremia y acidosis metabólica.
Coagulación: Sobre-heparinización, trombocitopenia.
Infecciones: Sepsis, SIDA, hepatitis y paludismo.
Otras: Enterocolitis, hipotermia, perforaciones, necrosis hepática, etc.
PLASMAFERESIS
Volumen para plasmaféresis
VOLUMEN
PARA = Volumen sanguíneo x (Ht observado - Ht deseado)
RECAMBIO Ht observado
Para plasmaféresis es mejor utilizar solución salina para reemplazo en lugar de plasma evitando la
hiperviscosidad y los otros riesgos de esta última.
Diagnóstico de kernícterus
Las imágenes diagnósticas de la parte central del cerebro y de los ganglios basales ya se pueden realizar
en el período neonatal y pueden ayudar a localizar y caracterizar lesiones sospechosas de kernícterus.
Debido a que la parálisis cerebral coreoatetósica o distónica puede haber sido producida por factores
diferentes a la hiperbilirrubinemia, las térmicas de imagen diagnósticas del SNC actualmente deben
considerarse como coadyuvantes y no como diagnóstico patognomónico de kernícterus.
HIPERBILIRRUBINEMIA DIRECTA
es indicativa de un defecto o insuficiencia de la secreción o del flujo de bilis o ambos y siempre es
patológica. La presencia de algún grado de bilirrubina indirecta representa hemólisis leve, defecto en la
toma de la bilirrubina indirecta y excreción o hidrólisis de bilirrubina conjugada. En algunas ocasiones se
le denomina colestasis al conjunto de patologías que elevan la bilirrubina
directa. La elevación de este tipo de bilirrubina implica un defecto en el transporte hepatocelular, en la
excreción de la bilis o anormalidades del ducto biliar su función o su estructura.
2. Hepatitis «tóxica»
a. Formas sistémicas
(1) E. coli (endotoxnas)
(2) Neumococos
(3) Proteus sp.
(4) Salmonella sp.
(5) Diarrea idiopática
b. Obstrucción intestinal
c. Alimentación parenteral (más de 2 semanas)
d. Necrosis isquémica
e. Síndrome del niño bronceado
3. Problemas hematológicos
a. Enfermedad hemolítica severa
b. Porficia eritropoyética congénita
4. Problemas metabólicos
a. Deficiencia de alfa-1-antitripsina (10-20%)
b. Galactosemia
c. Tirosinemia
d. Hipermetioninemia, etc.
f. Enfermedad de depósito de glucógeno tipo IV
g. Enfermedad de depósito de lípidos
(1) Niemann-Pick
(2) Gaucher
(3) Wolman
h. Síndrome de Zellweger (síndrome cerebro-hepato-renal, autosónico recesivo)
i. Trisomía 18
j. Colestasis familiar idiopática (Enfermedad de Byler)
k. Hemocromatosis
l. Hipopituitarismo idiopático
La suma de hepatitis idiopática y atresia de vías biliares sumadas representan 60-80% de las patologías de
hiperbilirrubinemia directa en el período neonatal.
Hepatitis neonatal idiopática se define como hiperbilirrubinemia directa prolongada sin estigmas de
enfermedad viral generalizada, evidencia de un agente infeccioso o de una anormalidad específica
metabólica. Atresia de vías biliares se define como una condición en la cual hay una aparente obliteración
luminal o una aparente ausencia de segmentos o de la totalidad del sistema biliar extrahepático.
El diagnóstico diferencial de estas dos entidades puede ser muy difícil en la parte temprana de la
enfermedad. Sin embargo es indispensable hacer el diagnóstico, ya que la atresia de vías biliares requiere
cirugía. Si esta última no se opera, invariablemente lleva a la muerte por cirrosis en los tres primeros años
de vida. El pronóstico de la hepatitis neonatal idiopática es muy variable y no puede predecirse por
hallazgo de laboratorio.
DIAGNOSTICO Y MANEJO
En este punto es importante hacer el diagnóstico diferencial entre hepatitis y atresia de vías biliares.
Aunque los datos clínicos no son concluyentes, pueden ayudar a excluir este diagnóstico (ver cuadro Nº
7). En la mayoría de los casos el síntoma único es ictericia inclusive en algunos casos desde el nacimiento
con aumento de la bilirrubina directa. En la mayoría de los casos se hace aparente la bilirrubina entre la
segunda y sexta semana vida; no es raro que las manchas que hace la orina con bilirrubina directa en los
pañales les llame la atención a los padres.
2. Debido a las dificultades antes mencionadas, si hay un antecedente muy obvio que pueda producir este
fenómeno de colestasis como sepsis o alimentación parenteral prolongada (más de 2 semanas), se pueden
tomar pruebas comunes de función hepática (bilirrubinas, transaminasas y fosfatasa alcalina) y esperar a
que la causa se controle, tratar la infección o suspender la alimentación parenteral si esto es posible. Estos
procedimientos deben revertir el proceso colestático con tendencia a la mejoría(aunque ésta puede
demorarse un tiempo prolongado) lo que comprobaría el diagnóstico. Un buen seguimiento es imperativo
para un buen resultado. Si la mejoría no es satisfactoria y el paciente ha recibido múltiples transfusiones
puede ser necesario descartar una hepatitis B o C, tomando antígeno de
superficie e idealmente puede tomarse todo el perfil antigénico para la hepatitis B.
3. Si la causa de colestasis no es obvia (otros ejemplos pueden ser las infecciones intrauterinas evidentes,
la sífilis, etc.) cada paciente debe ser valorado buscando antecedentes que expliquen el cuadro de
colestasis. En este punto es importante hacer el diagnóstico diferencial entre hepatitis y atresia de vías
biliares. Aunque los datos clínicos no son concluyentes, pueden ayudar a excluir este diagnóstico
(ver cuadro Nº 7).
3. Bilirrubina y urobilinógeno.
4. Escrining de aminoácidos.
BIOPSIA HEPATICA