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El Matrimonio en el Derecho

Internacional Privado.

Análisis desde la perspectiva Chilena


El matrimonio en el Derecho Internacional Privado

Este trabajo se ocupa de las reglas que rigen en materia de Derecho Internacional
Privado sobre el matrimonio, con el objeto de dilucidar soluciones a los conflictos
jurídicos que se pueden suscitar.
Un principio fundamental que rige el matrimonio respecto del Derecho
Internacional Privado, es lex locus regit actum, por el cual los actos jurídicos son
regulados por la ley del lugar en que se celebra. Este principio se encuentra
consagrado en el artículo 80 de la ley 19.947 que prescribe: “Los requisitos de forma
y fondo del matrimonio serán los que establezca la ley del lugar de su celebración.
Así, el matrimonio celebrado en país extranjero, en conformidad con las leyes del
mismo país, producirá en Chile los mismos efectos que si se hubiere celebrado en
territorio chileno, siempre que se trate de
la unión entre un hombre y una mujer”.
En Chile, el matrimonio se encuentra definido en el artículo 102 del Código
Civil de la siguiente forma “El matrimonio es un contrato solemne por el cual un
hombre y una mujer se unen en actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el
fin de procrear y de auxiliarse mutuamente” y además consagrado como un derecho
inherente a la persona en el artículo 2 inciso 1° de la Ley de Matrimonio Civil que
establece “La facultad de contraer matrimonio es un derecho esencial inherente a la
persona humana, si se tiene edad para ello. Las disposiciones de esta ley establecen
los requisitos para asegurar el libre y pleno consentimiento de los contrayentes”.
Este derecho subjetivo “jus connubii” encuentra protección en distintos
instrumentos internacionales ratificados por Chile:
• Artículo 36 y siguientes del Código Bustamante “Los contrayentes estarán
sujetos a su ley personal en todo lo que se refiera a la capacidad para celebrar
el matrimonio, al consentimiento o consejo paternos, a los impedimentos y a
su dispensa”.
• Artículo 17 del Pacto San José de Costa Rica en lo que dice relación con la
Protección a la familia “1. La familia es el elemento natural y fundamental de
la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado. 2. Se reconoce el
derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si
tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en
la medida en que éstas no afecten al principio de no discriminación
establecido en esta Convención. 3. El matrimonio no puede celebrar sin el
libre y pleno consentimiento de los contrayentes.4. Los Estados Partes deben
tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y la adecuada
equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de
disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria a
los hijos, sobre la base única del interés y conveniencia de ellos. 5. La ley
debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos fuera de matrimonio
como a los nacidos dentro del mismo.”

• Artículo 23 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos “1. La


familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a
la protección de la sociedad y del Estado. 2. Se reconoce el derecho del
hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen
edad para ello.

3. El matrimonio no podrá celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de


los contrayentes.
4. Los Estados Partes en el presente Pacto tomarán las medidas apropiadas
para asegurar la igualdad de derechos y de responsabilidades de ambos
esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de
disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que
aseguren la protección necesaria a los hijos”.

• Artículo 16 de la Declaración sobre los Derechos Humanos “1. Los hombres y


las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna
por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y
disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el
matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.”

El matrimonio y la familia encuentran protección en el ámbito internacional y


nacional, pero sólo tratándose de un hombre y una mujer, pues en el supuesto de
personas del mismo sexo, quedan excluidas de esta protección. Esto resulta ilógico,
ya que tal como se señala anteriormente, el jus connubii es un derecho subjetivo
inherente a las personas y como tal no debe ser vulnerado y menos privado a ciertas
personas.

A nivel mundial se han buscado soluciones a esto, aceptándose el matrimonio


igualitario en varios países siendo el primero de ellos Holanda (2001) y luego se
sumaron, Bélgica (2003), España (2005), Canadá (2005), Sudáfrica (2006),
Noruega (2009), Suecia (2009), Portugal (2010), Islandia (2010), México (en
algunos estados, aunque desde 2010 los matrimonios igualitarios deben ser
reconocidos a nivel nacional), Argentina (2010), Dinamarca (2012), Nueva
Zelanda (2013), Brasil (2013), Uruguay (2013), Francia (2013), Reino Unido (2014),
Luxemburgo (2015), Irlanda (2015), Estados Unidos (2015), Colombia (2016),
Finlandia (2017), Alemania (2017), Malta (2017), Australia (2017) y Austria
(2019).
En nuestro país, a la fecha no ha sido aceptado el matrimonio homosexual,
ofreciendo como alternativa el acuerdo de unión civil regulado en la ley 20.830, al
que nos referiremos más adelante.
Pese a lo ya señalado en cuanto a normas, la regulación en nuestro país es
escasa, dejando vacíos e incongruencias en distintos supuestos que pudieran ocurrir,
ya sea con nacionales como con extranjeros. Por aplicación de principios
internacionales y utilizando los factores de conexión, es posible resolverlos en alguna
medida, pero pese a ello, no existe normativa expresa. A modo de ejemplo
mencionaremos algunos casos:
• ¿Qué ocurre con un matrimonio celebrado por extranjeros, en un país donde
está permitida la poligamia y por tanto, existen varios vínculos
matrimoniales?
• ¿Qué procedimiento seguir ante una situación como la recién señalada?
• ¿Qué ocurre con los matrimonios celebrados en el extranjero por menores de
edad sin el consentimiento de sus padres, incluso menores de 16 años?

Casos como estos pueden verse en la actualidad más a menudo, como


consecuencia del apogeo de la globalización.

Matrimonio celebrado en el extranjero. Entre chilenos, extranjeros o ambos.

En cuanto a forma, el acto se regirá por el ordenamiento jurídico del lugar


donde se celebre, tal como prescribe el artículo 80 de la Ley n°19.947. La relevancia
de esto, dice relación con el fondo del mismo, pues en los casos propuestos, además,
se deben respetar los impedimentos existentes en nuestra legislación, todo esto, para
que dicho acto pueda ser reconocido en Chile. Por ejemplo: Un chileno que contrae
matrimonio en nuestro país, no podrá hacerlo nuevamente en el extranjero, y en caso
de hacerlo, este nuevo vínculo no tendrá reconocimiento alguno en Chile, pues, es
necesaria la inscripción, y sin ella, conforme al artículo 8° de la Ley N° 4808, sobre
registro civil, no podrá ser válido en juicio.
En resumen, la validez que tendrá en Chile un matrimonio celebrado en el
extranjero, dependerá únicamente del cumplimiento de los requisitos de fondo y
forma que las leyes de ese país fijen para la validez del mismo. Sin olvidar, que todo
lo anterior operará sólo tratándose de personas de sexos opuestos.

Matrimonio entre personas del mismo sexo celebrado en el extranjero, y su


reconocimiento como Acuerdo de Unión Civil en Chile comparado con el
matrimonio civil.

El matrimonio entre personas del mismo sexo celebrado en el extranjero, está


consagrado en el artículo 12 inciso segundo de la ley 20.830, norma que señala, que
estos matrimonios serán reconocidos en Chile como un Acuerdo de Unión Civil
(AUC), debiendo cumplir con las reglas establecidas en la ley, y luego señala “y sus
efectos serán los mismos del referido acuerdo”, En este punto, el legislador descuida
la existencia de ciertas materias y principalmente derechos ya regulados y adquiridos
según su propia ley, en relación a dicho matrimonio celebrado en el extranjero, y
respecto de los cuales se verán privados los cónyuges al ser considerados sólo
convivientes civiles por la legislación chilena. Por otro lado, considerarlo un acuerdo
de unión civil, en el ámbito procesal, implica que, en su fase de terminación, este
vínculo se regirá por las reglas de terminación del matrimonio y los efectos que de él
deriven, de acuerdo a la legislación donde se contrajo el matrimonio, pues se aplica el
factor de conexión de la legislación del estado en que se celebró el acuerdo
consagrado en el artículo 12 n°4 de la ley de AUC.
Al considerarse el matrimonio entre personas del mismo sexo, un equivalente
al acuerdo de unión civil en Chile, procederemos a realizar una comparación entre
ambos, ya que la ley N° 20.830 que crea el Acuerdo de Unión Civil, en tan solo dos
artículos de esta ley regula lo relacionado al derecho internacional privado,
específicamente en el título III, artículos 12 y 13 de la misma ley.
Esta normativa consagra claramente ciertas similitudes y también muy claras
diferencias con la ley de matrimonio civil. Analizaremos primero sus similitudes,
para luego, dar paso a las diferencias.
Similitudes.

1. Factor de conexión “lugar de celebración del acto”.


En cuanto a las similitudes, es posible señalar, que tanto la ley de matrimonio
civil en su artículo 80, como el acuerdo de unión civil en su artículo 12 n° 1, se rigen
respecto a sus requisitos de forma y de fondo, por el factor de conexión “lugar de
celebración del acto” (lex locum regit actum), por tanto, dos personas que contraen el
vínculo en el extranjero, ya sea matrimonio o un acuerdo de unión civil, se someterán
a las normas del lugar donde lo celebren, ocurrirá lo mismo si dos personas con
independencia de su nacionalidad, celebran uno de estos vínculos en territorio
nacional, pues se regirán por las normas chilenas, de acuerdo a lo prescrito por el
artículo 14 del código civil pues "la ley es obligatoria para todos los habitantes de la
República, incluso los extranjeros".

2. Matrimonio consensual o posible acuerdo consensual.


En doctrina, también se analiza el matrimonio consensual, el cual, en un
principio, de acuerdo al artículo 80 de la ley de matrimonio civil, se le debería
reconocer validez por aplicarse el principio de que se rigen por las normas del lugar
de celebración del acto, pues podría ser que en otro país si se admita el matrimonio
consensual. La Corte Suprema se pronunció respecto a este tema y señaló que no le
reconocía validez a un matrimonio ritual celebrado en China por dos personas de esa
nacionalidad, pues consideró, que no tenía valor un matrimonio celebrado así, el cual,
si bien es un contrato, y por tanto, opera la autonomía de la voluntad, no se dejó
constancia siquiera privada del acto. En cuanto al Acuerdo de Unión Civil, si
existiera un pacto similar, que solo se perfeccionara con el consentimiento de las
partes, tampoco tendría valor en Chile, pues, aun cuando el acuerdo no se considera
un contrato solemne, se exigen ciertas formalidades en su celebración, punto que
podría ser discutible (en cuanto a la solemnidad del contrato), pero como se trata de
un acto de familia, y por tanto de interés general para la sociedad, se considera que no
pueden ser ignoradas las exigencias de la ley.

3. Matrimonio religioso o posible acuerdo.


Respecto al matrimonio religioso celebrado válidamente en el extranjero,
existen discrepancias, pues en Chile se reconoce el matrimonio civil, y el matrimonio
religioso, que para ser válido requiere su ratificación ante el oficial del registro civil.
Lo que supone en la práctica, que se celebra un nuevo vínculo, ya que los efectos
comienzan a partir de este último. En cuanto a esta duda, se puede señalar que no
existe motivo suficiente para negar validez a estos vínculos, que se han contraído
válidamente en el extranjero, esto en conformidad al artículo 80 de la ley de
matrimonio civil, pues para que sea reconocido en Chile solo requiere que se cumpla
con la normativa de su país.
Un caso completamente distinto ocurre con el Acuerdo de Unión Civil, pues
la posibilidad de contraer un vínculo religioso entre dos personas del mismo sexo, no
se considera dentro de la visión que tiene la iglesia respecto a la familia.

4. Matrimonio consular o posible acuerdo.


Otro punto, es la posibilidad de celebrar un matrimonio consular o acuerdos
de este tipo, lo que hace necesario distinguir, entre matrimonios celebrados en Chile
por agentes diplomáticos y consulares extranjeros, y el matrimonio celebrado en el
extranjero ante agentes diplomáticos y consulares chilenos. En el primer caso, se
entiende que un matrimonio celebrado en territorio chileno se rige por la legislación
del mismo país, en virtud del artículo 14 del código civil. Mientras que, en el
segundo, se considera que estos matrimonios carecerán de valor en Chile, ya que, los
agentes consulares o diplomáticos chilenos carecen de facultades para poder actuar
como un oficial del registro civil. Esto rige también, para el Acuerdo de Unión Civil,
ya que, lo señalado en el artículo 14 del código civil se ve manifestado también en el
art 12 n°1 de la ley 20.830.

5. Requisitos de validez.
En la ley de matrimonio civil, en el artículo 80, se hace referencia en un inciso
respecto a las causales de incapacidad, es decir, impedimentos dirimentes y en otro
inciso hace referencia a la falta de consentimiento libre y espontáneo por existir
fuerza o error al celebrar el contrato. Mientras que en la ley de AUC, también
menciona estos requisitos en su artículo 12 n°1. Con estas disposiciones se busca
limitar el acto jurídico celebrado en el extranjero y válido de acuerdo a su legislación,
considerando que tendrá validez en Chile siempre y cuando cumpla con los requisitos
establecidos en la legislación nacional, es decir, si no constituye un impedimento
dirimente y cumple con los demás requisitos tendrá plena validez en Chile.

Diferencias.

1. Diferencia de sexo de los contrayentes.


La gran diferencia en cuanto al matrimonio y al Acuerdo de Unión Civil
radica en la exigencia o no de una diferencia de sexo. Respecto al matrimonio, se
consagra como requisito esencial, que debe ser celebrado entre un hombre y una
mujer, posición que está reforzada por el artículo 102 del código civil, el cual señala
lo que se entiende por matrimonio, indicando expresamente que es un contrato
solemne celebrado entre un hombre y una mujer, por esta razón, es que si dos
personas del mismo sexo contraen matrimonio en un país donde se considera válido
el mismo, no podrían inscribir su matrimonio en Chile, ya que el oficial del registro
civil advertiría el incumplimiento de los requisitos legales.
En cuanto a la ley de AUC, a diferencia de la ley de matrimonio civil, no
señala que deba haber una diferencia de sexo, si no que se refiere a dos personas del
mismo o de distinto sexo, o sea, no indica la misma exigencia que el matrimonio y se
puede inferir que no constituye un requisito de existencia del vínculo.

2. Edad de los contrayentes.


Respecto a la edad suficiente para poder contraer el vínculo tanto matrimonial
como el acuerdo hay una clara diferencia, pues para poder celebrar el matrimonio se
exige que las personas sean mayores de dieciséis años, pero no así para poder
celebrar el AUC, pues la exigencia es que sean mayores de edad, sin excepciones
como en el matrimonio.

3. Efectos del vínculo.


Si bien tanto la ley 19.947 de matrimonio civil en su art 80, como la ley
20.830 de AUC en su artículo 12 n°3 contemplan en términos generales la regulación
de los efectos de los respectivos vínculos, existe una clara diferencia, ya que, en la ley
de matrimonio civil se regula expresamente el supuesto de un matrimonio celebrado
en Chile, en cambio en el AUC se contempla solo el caso de un pacto celebrado en el
extranjero, que es inscrito en Chile, para que produzca efectos, por ende ambas
normas tienen supuestos distintos para regular los efectos derivados de ellos.
Ahora bien, en el caso del matrimonio celebrado en Chile, no es necesario
hacer distinciones en cuanto a los efectos personales como patrimoniales, pues se
regirán por la ley chilena, aunque los cónyuges sean de nacionalidad extranjera y no
residan en Chile, según lo dispuesto en el artículo 81 de la LMC, por eso es relevante
evaluar que sucede en el caso de un matrimonio celebrado en el extranjero, donde es
necesario distinguir. Respecto a los efectos personales, estos se regirán por la ley
chilena, aun cuando no existe norma expresa que lo señale, se infiere del artículo 80
la ley de matrimonio civil al indicar que el matrimonio celebrado en el extranjero
producirá los mismos efectos en Chile que si se hubiese celebrado en territorio
nacional. Por otro lado, respecto a los efectos patrimoniales, existe norma expresa,
pero no señalada en la ley de matrimonio civil, sino que en el código civil en su
artículo 135 inciso segundo, ya que consagra que los cónyuges que se casaron en el
extranjero, se miran como separados de bienes en Chile, a menos que al momento de
inscribir su matrimonio en el registro civil pacten otro régimen como sociedad
conyugal o participación en los gananciales, esto es relevante, cuando al menos uno
de los cónyuges es extranjero pues si ambos cónyuges fuesen chilenos no hay duda
que se aplica la legislación chilena.
Los efectos del Acuerdo de Unión Civil celebrado en el extranjero, están
señalados en el artículo 12 n°3 de la ley 20.830 y esta norma señala, que se regirán
por la ley chilena si el acuerdo se inscribió en el registro especial que dispone el
registro civil para tal efecto. De esta disposición, es posible distinguir que el
legislador no hizo distinción de manera expresa, en cuanto a efectos personales y
patrimoniales, por lo que se entiende que respecto a los efectos personales se regirán
por la ley chilena si inscriben su acuerdo en Chile, pero en cuanto a los efectos
patrimoniales existe una norma especial y es que en su artículo 13 la ley 20.830
indica una situación similar a la del matrimonio, al señalar que los convivientes
civiles que hayan celebrado el pacto en el extranjero se mirarán como separados de
bienes en Chile, a menos que al inscribir su acuerdo decidan pactar la comunidad del
artículo 15 de la misma ley, la diferencia con el efecto del matrimonio, es que en este
caso no da la opción de pactar el régimen de participación en las gananciales.

4. Inscripción del vínculo.


Otra diferencia, dice relación con la inscripción del vínculo, ya que, tanto el
matrimonio como el acuerdo de unión civil, se pueden inscribir en el registro civil
para tener validez en Chile, pero la diferencia está, en que, en el matrimonio no es
necesario la inscripción del matrimonio para ser reconocido en Chile, solo requiere
que cumpla con las reglas establecidas por la ley de matrimonio civil y su inscripción
solo tiene como finalidad modificar el régimen patrimonial de los cónyuges, en
cambio, para ser reconocido el AUC necesariamente tiene que inscribirse en el
registro civil, se quiera o no, modificar el régimen patrimonial.
Finalmente, podemos concluir que luego de esta comparación es posible
rescatar, que la regulación del matrimonio civil es similar a las normas establecidas
para el Acuerdo de Unión Civil, aunque con claras diferencias.

Caso sobre los efectos de un matrimonio celebrado en el extranjero por dos


chilenos. Causa nº 16/2008 (Casación). Resolución nº 7676 de Corte Suprema.

En noviembre de 2003, ante el Tercer Juzgado Civil de Santiago, la Sra.,


Carolina Urizar Ripamonti, deduce demanda de separación de bienes, en contra de
don Paul Alexander Dawidowicz Monton. La demanda es rechazada, por considerar
el Tribunal, que al casarse las partes en Alemania bajo el régimen de comunidad de
gananciales, dicho régimen sería diferente al de “comunidad de bienes” que exigía le
ley Chilena para entender que pactaron Sociedad conyugal. Aplicando el artículo 135
del código civil, consideraron que el régimen de comunidad de gananciales se
asimilaba en Chile al régimen de separación total de bienes.
La demandante, entonces, deduce recurso de Apelación ante la Corte de
Apelaciones de Santiago, en Octubre de 2007, confirmando dicho tribunal el fallo de
primera instancia, sin modificaciones.
Es entonces cuando en Marzo de 2008, La actora presenta recurso de casación
en el fondo, solicitando que se anule la sentencia y se dicte la sentencia de reemplazo,
alegando infracción al artículo135 del Código Civil, en su redacción vigente a la
fecha del matrimonio entre las partes, es decir, en julio de 1984, toda vez que los
sentenciadores, con error de derecho consideraron a los litigantes casados bajo el
régimen de separación total de bienes, en circunstancias que al contraer matrimonio
en Alemania, lo hicieron bajo el régimen legal supletorio aplicable en dicho país (
Comunidad de gananciales) que constituye también un régimen de sociedad de
bienes, opuesto al régimen de separación de bienes Chileno.
Las argumentaciones de la recurrente se basaron, por un parte, en que el
matrimonio se ha regido por las normas de la sociedad conyugal, desde su inscripción
en Chile, en segundo lugar, que en conformidad al artículo 155 del Código Civil, el
juez debe decretar la separación de bienes de los cónyuges si se han dado los
supuestos de ausencia del marido o de separación de hecho de los cónyuges por un
año (entre otras causales), en circunstancias que se dieron ambos supuestos; esto
junto a la alegación de que la corte de Apelaciones transgredió alguna de las reglas de
interpretación de los contratos, puntualmente las de los artículos 1560 y 1564 del
Código Civil, desatendiendo la aplicación práctica que los litigantes hicieron del
contrato matrimonial; por último, la recurrente argumenta su pretensión en la errada
aplicación del artículo 19 del Código civil, relativo a la interpretación de la ley, al
considerar los jueces que “sociedad de bienes” re refiere exclusivamente al concepto
de “sociedad conyugal”, en los términos concebidos en Chile.
La Corte suprema, argumenta que las peticiones de la recurrente son
alternativas entre sí, pugnando; esto, ya que asimila el régimen del matrimonio
contraído en Alemania con un régimen de sociedad de bienes, pretendiendo
interpretarlo en un sentido amplio, dándole así el alcance del régimen se sociedad
conyugal en Chile, haciendo compatible dicho argumento con la idea de que la
solución del conflicto se debió estar a la intención de los contratantes, planteamiento
que atenta a la naturaleza del derecho estricto del recurso de Casación, por hacer
surgir la duda acerca del derecho aplicable para resolver la Litis.
No obstante lo anterior, la Corte de apelaciones erra, pues correspondía hacer
aplicación del artículos 135 inciso primero del Código Civil, pero al resolver los
sentenciadores en base a una disposición establecida para el matrimonio de
extranjeros fuera del territorio nacional, ha incurrido en falsa aplicación de la ley con
influencia sustancial en lo dispositivo del fallo, ya que se estimó de esta forma a los
cónyuges Chilenos como casados en separación de bienes, lo que no es efectivo.
La Corte Suprema resuelve que se rechaza sin costas el recurso de casación en
el Fondo, se revoca la sentencia de la Corte de Apelaciones, en lo relativo la
apelación, y se dicta sentencia de reemplazo, acogiéndose la demanda, y decretándose
así la separación judicial y total de bienes.

Validez de matrimonios polígamos en Chile.


Como ya ha sido mencionado anteriormente, el matrimonio en Chile se
encuentra definido en el artículo 102 del código civil, definición que señala
expresamente el carácter monógamo que tiene el matrimonio en Chile, lo cual ha sido
ratificado por la ley de matrimonio civil, al establecer como incapacidad para contraer
matrimonio la existencia de un vínculo matrimonial no disuelto, señalado en el
artículo 5, por tanto, quienes celebran un matrimonio, no habiendo disuelto el
anterior, no pueden obtener el reconocimiento legal del nuevo vínculo.
Por otro lado, el matrimonio polígamo celebrado en el extranjero, no puede
ser reconocido en Chile. Un ejemplo de ello, es el matrimonio entre musulmanes
extranjeros, quienes, aun cuando cumplan con los requisitos de la ley coránica, no
pueden reconocer en Chile la totalidad de sus vínculos matrimoniales en forma
directa, debido a que infringen lo dispuesto en el artículo 80 inciso segundo de la ley
de matrimonio civil el que hace referencia al artículo 5 del mismo cuerpo legal (que
señala quienes se encuentran impedidos de contraer matrimonio) y además, se tipifica
como delito la bigamia en el artículo 382 del código penal, por tanto, estos tipos de
matrimonio no tienen validez en Chile. De acuerdo a lo señalado por la oficina de
registro civil, estos indican que ante consultas sobre matrimonio polígamo musulmán
celebrado en el extranjero, les señalan que, si su deseo es inscribir todos los
matrimonios, ellos como servicio no pueden negarse, pero advirtiendo las
consecuencias que conlleva la inscripción, pues estos, están obligados a dar
conocimiento del hecho a la justicia penal, por el delito de bigamia. Entonces, la
solución práctica a este supuesto, es que estos matrimonios en forma voluntaria
accedan a inscribir sólo un vínculo y, por tanto, tendrían sólo una cónyuge legítima.
En razón de ello, solo será válidamente reconocido en Chile y producirá los
efectos que la ley chilena le otorgue el primer matrimonio inscrito en nuestro país.
Siguiendo este punto, existe una clara vulneración al jus connubi de todos los sujetos
involucrados en nuestro supuesto fáctico, toda vez que se limita su derecho por una
incompatibilidad normativa.

Conclusión.

Como ciertamente se ha advertido, en el desarrollo del presente informe, la


regulación del matrimonio en el ejercicio de las relaciones internacionales presenta
diversos matices, en ocasiones, de difícil acceso; esto, por la concepción histórica del
matrimonio como un acto eminentemente religioso y supeditado por tanto a la
“moral” cristiano-católica. No obstante, lo anterior, diversas legislaciones han
ampliado o restringido, en su caso, el concepto de Matrimonio, y de ahí todo un
entramado de reglas que le siguen. Cuando decimos que se ha ampliado el concepto
nos referimos a que, por ejemplo, hoy existen países en que se acepta el matrimonio
entre personas de un mismo sexo, y cuando decimos que se restringe el mismo
concepto, nos referimos a su inaplicabilidad, y esto, compartido con mayor fuerza,
del matrimonio con menores de edad.

En Chile la regulación en derecho internacional es escueta, quedando inmensos


vacíos legales en cuanto a los supuestos que se van dando en las relaciones entre
chilenos y extranjeros, más hoy con la inmigración que se ha acrecentado en el país.
El matrimonio no queda fuera de esta carencia regulatoria, lo que genera bastante
discusión, por ejemplo, por el grado de incertidumbre a la hora de fallar los tribunales
chilenos un caso relativo a factores de conexión entre nacionales y extranjeros. Lo
anterior ha quedado expuesto en los diversos ejemplos prácticos en que, como base,
siempre tenemos el principio de territorialidad, pero que por supuesto, luego exige un
análisis más profundo.
Una mayor y más compleja regulación que permita a Chile adelantarse a los
conflictos internacionales, es profundamente necesaria para desarrollarse como país
en el paradigma actual.

Bibliografía

Corte Suprema, rol 16/2008 de 31 de marzo de 2008.

Ley n° 19.947, Ministerio de Justicia, “Establece nueva ley de matrimonio civil”.


Fecha de publicación: 17 de mayo de 2004.

Ley n° 20.830, Ministerio Secretaría General de Gobierno, “Crea el acuerdo de


unión civil”. Fecha de publicación: 21 de abril de 2015.

Ley n° 4.808, Ministerio de Justicia, “Reforma la ley sobre el registro civil”. Fecha
de publicación: 10 de febrero de 1930.

Oliva Diego. “Análisis comparativo entre el matrimonio y el Acuerdo de Unión Civil


en Derecho Internacional Privado”. Revista de Estudios Ius Novum n° 9, 2016.

Palma Pablo, Blog de derecho, “Matrimonio celebrado en el extranjero”. Disponible


en: http://www.derecho-chile.cl/matrimonio-celebrado-en-el-extranjero/

Salinas Araneda. “El matrimonio islámico y su reconocimiento por el derecho


positivo del estado de Chile según la nueva ley de matrimonio civil”. Revista de
Derecho, Valparaíso, 2005.
Vial María, “Algunas reflexiones sobre la idoneidad de las normas regulatorias de
los regímenes matrimoniales del Derecho Internacional Privado chileno”, Revista
Ius et Praxis, Año 22, No 1, 2016.

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