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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ

FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN


ESCUELA DE EDUCACIÓN INICIAL

PROYECTO DE MEDIO CICLO:


ENSAYO: Temas aprendidos en el medio ciclo

NOMBRES:
LADY MARGOT MEJÍA CELA

MATERIA:
PREVENCIÓN Y ASISTENCIA INFANTIL

DOCENTE:
LCDA. JANETH DELGADO GONZEMBACH

NIVEL:
QUINTO “C”

2020
TEMAS APRENDIDOS EN EL MEDIO CICLO

INTRODUCCIÓN:

El concepto de salud, tradicionalmente entendido como ausencia de enfermedad


ha ido ampliándose a través del tiempo hasta llegar a la definición de << Estado
de completo bienestar físico, psíquico y social, y no meramente la ausencia de
enfermedad >> propuesta por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), con
la complejidad de condicionantes que esto significa.

Los primeros años de la infancia constituyen un periodo de grandes y diversas


transformaciones, pero a su vez de considerable vulnerabilidad para los niños y
niñas. Por ello, las bases que se establecen los primeros años de vida, desde la
concepción hasta el inicio del tercer año, son decisivas para su desarrollo integral
y bienestar futuro.

A un nivel conceptual, se entiende por desarrollo infantil temprano a aquella


condición óptima de un niño o niña para enfrentar los desafíos, transiciones y
cambios en la primera etapa de su vida. El desarrollo humano involucra cambios
orgánicos y psicosociales, y tiene un carácter integral que incluye tanto las
capacidades o potencial presente en todo niño o niña así como conocimientos y
estructuras mentales y afectivas, procesos cognitivos, habilidades psicomotrices
y sociales, estrategias de aprendizaje así como una condición adecuada de salud
y nutrición.

Esto implica no sólo el crecimiento físico sino también el despliegue de esas


capacidades y el aprendizaje progresivo de conocimientos, habilidades y
destrezas en una variedad de dimensiones: física, cognitiva, lingüística,
psicomotriz, afectiva-emocional y social, e incluye la preparación del niño o niña
para que pueda asumir cada vez, y siempre en sentido creciente, nuevos niveles
de afrontamiento y responsabilidades, que le posibilite la adquisición de
autonomía progresiva y el establecimiento de interrelaciones sociales con el
entorno.

Cuando el desarrollo infantil es adecuado, significa que los niños y niñas están
preparados para insertarse, participar y afrontar sus diversos entornos de
aprendizaje y de relacionamiento: familiar, comunitario, escolar y social, en
general, de acuerdo a cada etapa de su desarrollo. (Araujo, et.al., 2013)

DESARROLLO:

La salud y características de la alimentación en el infante de 0 a 6 años

La alimentación y nutrición infantil comprende una de las áreas de mayor


importancia dentro de la Educación para Salud (EpS), disciplina relativa al área
de la Salud Pública, la cual trabaja para educar en el cuidado de la salud,
potenciando hábitos de vida saludable. A través de EpS se trata de enseñar
estilos de vida saludable, y es en la etapa infantil cuando más se puede y debe
incidir sobre la tarea del fomento de la salud así como la prevención de
enfermedades tanto infantiles, como en la etapa posterior de la adolescencia y
por último en la madurez. Por lo tanto dentro EpS, la alimentación infantil en esta
etapa decrecimiento, es una herramienta indispensable para la promoción de la
salud.

Respecto de las calorías y la energía, las necesidades calóricas bajan, pero las
proteicas, sin embargo, aumentan por el crecimiento de los músculos y otros
tejidos. Es preciso tener en cuenta que las recomendaciones se basan en
estimaciones donde la edad es la principal variable aglutinadora pero existen
otros variables como las antropométricas, además del entorno sociocultural en
que nos encontremos, y que no son tomadas en cuenta.

Por ello, las necesidades energéticas serán individualizadas y dependerán del


gasto calórico demandado por el crecimiento, el metabolismo basal de las
funciones fisiológicas y la actividad física. Incidiendo en que esta es una etapa
de crecimiento, donde la fase de anabolismo es trascendental, y se demanda
una gran cantidad de energía.

Los aportes de los hidratos de carbono n esta etapa de crecimiento, debe


aumentan entorno al 50-55% como base energética (4 kcal/ g), en decremento
de las grasas. Sus necesidades, para ambos sexos, serán por tanto 130 g/día.
Las proteínas por su parte, Los requerimientos para este macronutriente en la
etapa de preescolar es de entre 10-15 % de las calorías (4 Kcal/ g de proteína).
Inicialmente de los 1 a 3 años esta debe de ser de 1,1 g/kg/día (13 g/día),
disminuyendo a 0,95 g/kg/día hasta la adolescencia (34 g/día).

A partir de los 2 años de vida (nunca antes) se recomienda reducir la ingesta


total de grasas hasta un mínimo de 30% del total de calorías, ya que dietas con
muy bajo contenido en grasas están asociadas a un retraso en el crecimiento

La alimentación durante la primera infancia es fundamental para sentar las bases


alimentarias del resto de la vida, así como también para proteger al niño de
posibles enfermedades. El organismo de los peques está en pleno desarrollo,
motivo por el cual es imprescindible que reciban una nutrición equilibrada y
saludable desde la concepción.

Dieta equilibrada y los trastornos alimenticios.

Los trastornos alimenticios que usualmente experimentan los jóvenes son el


resultado de problemas emocionales y malos hábitos de nutrición. Esto es
causado por la falta de recursos para mantener una dieta balanceada o la presión
de determinados grupos sociales, pero también está relacionado con los
modelos preestablecidos que imponen los medios de comunicación. De este
modo, nos encontramos ante una realidad alarmante, donde niños y
adolescentes actúan de una manera inadecuada y ponen en riesgo su salud.

Entre los más afectados se hallan las personas que están atravesando la
adolescencia, pues en esta etapa se suele presentar un mayor índice de
inseguridad, motivando la aparición de pensamientos negativos. Los jóvenes se
sienten presionados a cumplir con estándares de belleza que se alejan de la
realidad, y que no toman en consideración las características corporales que son
propias de cada uno.

Para entender cómo aparecen los trastornos alimenticios es necesario tener en


cuenta varios factores psicológicos, genéticos y sociales. La familia también
juega un papel esencial, reforzando la percepción que tiene la persona afectada,
o ayudándola a encontrar una solución mediante la intervención de especialistas
en el campo de la salud. (Turón, s.f.)

La anorexia es uno de los trastornos más comunes en la actualidad. La mayoría


de casos pertenecen a mujeres de entre catorce y dieciocho años, pero últimos
estudios han revelado que la edad mínima está descendiendo. Básicamente, se
trata de una enfermedad mental donde la persona desarrolla una obsesión
nerviosa al hecho de ganar peso, distorsionando la realidad que observa en el
espejo y siempre percibiéndose obesa. Las consecuencias de esto son
alteraciones graves en el organismo, pudiendo ocasionar la muerte cuando no
se recibe el tratamiento adecuado.

Por otro lado se encuentra la bulimia, que consiste en un trastorno psicológico


que provoca que la persona ingiera grandes cantidades de comida, para luego
purgarse mediante el uso de laxantes o vomitándola. Este comportamiento trae
consigo fluctuaciones de peso dramáticas, que están acompañadas por un
desequilibrio hormonal y daños irremediables a los órganos internos. (Trinidad,
s.f.)

Los trastornos alimenticios y sus consecuencias son un problema que afecta


mayormente a los países más desarrollados, donde los jóvenes se preocupan
más de lo debido por su imagen. Es importante que los padres se informe sobre
el tema y conversen con ellos, mientras que los colegios y otras instituciones
educativas están en la obligación de realizar campañas de prevención.
Asimismo, los medios masivos deben abandonar el uso de modelos que solo
crean una expectativa falsa de la realidad.

Una buena alimentación solo se puede lograr a través de la llamada dieta


balanceada, la cual permite satisfacer nuestras necesidades reales de energía y
nutrientes o nutrimentos. (Hernández, et.al., 2005)

Etimológicamente la palabra dieta significa "higiene de la vida", pero en su


concepto más amplio es sinónimo de régimen, método o modelo alimenticio. Una
dieta no es más que un conjunto de alimentos que, además de llenar los
requisitos del paladar y la satisfacción, deben contribuir con los nutrimentos
requeridos por el hombre para que este pueda cumplir sus funciones fisiológicas
de crecimiento y desarrollo. Esta debe ser: (Sánchez, et.al., 2005)

 Suficiente. Los diferentes componentes de la dieta deben estar en las


cantidades que garanticen la satisfacción de las necesidades reales de
energía y de nutrientes o nutrimentos.
 Variada. Incluye diferentes alimentos en cada comida, y que un mismo
alimento sea preparado de diversas formas a través de distintas técnicas
culinarias, con buenas prácticas higiénicas de preparación y
conservación.
 Completa. Es aquella que contiene nutrientes necesarios para el buen
funcionamiento del organismo.
 Armónica (equilibrada). Los nutrientes responsables del aporte de energía
deben mantener el equilibrio. Debe corresponderse con el recomendado:

 Proteínas 10-15 % de la energía diaria total. Su equivalente energético


es alrededor de 4 kcal/g.
 Grasas 15-30 %. Su equivalente energético es alrededor de 9 kcal/g.
La ingestión de ácidos grasos saturados no debe exceder el 10 % de
la energía total, los monoinsaturados el 15 % y los poliinsaturados el
7%. Se recomienda una relación entre ácidos grasos omega-6 y
omega-3 de 5:1.
 Carbohidratos 55-75 %. Su equivalente energético es alrededor de 4
kcal/g. Sus componentes deben estar presentes en cantidades
proporcionales, uno respecto a los otros.

 Adecuada: debe considerar sexo, edad, nivel de actividad física y estado


fisiológico del individuo de acuerdo con los requerimientos nutricionales.
 Inocua: es la dieta cuyo consumo habitual no implica riesgos para la salud
(exenta de microorganismos patógenos, tóxicos y contaminantes
xenobióticos).

En la utilización metabólica de la energía de los alimentos no solo es de


importancia la cantidad que se ingiere, sino también la distribución que de ella
se hace en las diferentes comidas del día.
La mala alimentación y los problemas de crecimiento en los infantes

La desnutrición infantil es un problema difícil de erradicar. Desde el vientre


materno y hasta los cinco años de edad, es la etapa más importante en la vida
de un ser humano, determinante para su desarrollo físico y mental posterior. En
esta etapa se producen cambios definitivos e irreversibles. La desnutrición
crónica de la madre así como una alimentación deficiente en los primeros meses
de vida debido a un menor tiempo de lactancia materna y un destete precoz son
factores que inciden directamente en el estado nutricional de los-as niños-as.
Entre otros, se constituyen también en agentes contribuyentes, una alimentación
complementaria inadecuada en cantidad y calidad, el desconocimiento en lo que
respecta a alimentación y nutrición por parte de la madre y la familia, hábitos y
creencias erróneas en la alimentación infantil así como los largos periodos fuera
del hogar por parte de los padres, sumado a ello la pobreza.

Aquellos niños que tuvieron una baja talla-por-edad debido a una deficiencia
nutricional durante el embarazo o inicios de la vida, están en mayor riesgo de
volverse obesos más adelante en la vida, porque están “programados” a
conservar la grasa, resultando a su vez en una mayor vulnerabilidad ante las
enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta. La obesidad ya no
es un rasgo distintivo de alto nivel socioeconómico, sino más bien se está
convirtiendo en una marca de la pobreza.

Según Águila y Enlow, el crecimiento y desarrollo está condicionado desde el


ambiente intrauterino, el elemento más importante que puede influenciar sobre
el desarrollo del feto es sin duda alguna, el conjunto de nutrientes que le aporta
la madre. Los alimentos consumidos por ella son reducidos al estado molecular
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y a través de la placenta, pasan directamente al torrente sanguíneo del feto.

También afirman que dentro de los factores posnatales, la malnutrición, puede


retardar el crecimiento y tamaño correspondientes. El llamado "estirón" del
crecimiento puede verse retrasado, aunque gracias a la nobleza del cuerpo
humano, los niños y adolescentes tienen un buen poder de recuperación si las
condiciones adversas no han sido extremas. Refiere que durante cortos períodos
de mal nutrición, el crecimiento se hace más lento y espera a mejores tiempos
para desarrollar habilidades. Con el restablecimiento de buenas condiciones
nutricias, el crecimiento restablece rápidamente hasta que alcanza la
aproximación a la curva predeterminada genéticamente, la cual será seguida
posteriormente

Durante aproximadamente los 16 primeros años de vida, el niño normalmente


obtiene su desarrollo a la adultez. Es durante este periodo que las necesidades
nutricionales están en constante cambio. Las necesidades nutricionales de la
infancia, niñez y adolescencia son tan importantes como las previas al
nacimiento. Estas necesidades son paralelas a períodos de aceleración y
desaceleración. Durante la infancia y los primeros años escolares el niño crece
rápidamente, haciendo que sus necesidades nutricionales sean altas, mientras
que durante el resto de la edad escolar hasta antes de la adolescencia no avanza
en el mismo ritmo y las necesidades nutricionales pueden ser menos. Para el
correcto desarrollo en la adolescencia tanto esquelética como sexual hay una
gran necesidad de nutrientes para cubrir las demandas solicitadas por el cuerpo.

La malnutrición, tiene gran repercusión en la salud general del niño, ya que


puede producir retraso mental, retraso en el desarrollo de los centros motores,
trastornos en la lectura y el aprendizaje, además influye desfavorablemente en
el crecimiento y desarrollo craneofacial, constituyendo una adverso antecedente
de diversas secuelas; tales como alteraciones en calidad y textura de diversos
tejidos (huesos, ligamento periodontal y dientes).

La malnutrición perjudica profundamente el crecimiento y el desarrollo de los


niños. Si no tenemos en cuenta este problema, los niños y las sociedades
tendrán dificultades para alcanzar su pleno potencial. Este desafío sólo puede
superarse abordando la malnutrición en todas las etapas de la vida del niño y
dando prioridad a las necesidades nutricionales específicas de los niños en los
sistemas alimentarios y en los sistemas de apoyo de salud, agua y saneamiento,
educación y protección social.

En los dos primeros años de vida el niño adquiere más masa magra que grasa y
posteriormente esta proporción se invierte. Esto es determinante ya que masa
magra significa: músculos, huesos, vísceras y cerebro. La velocidad de
crecimiento neural (cerebro, duramadre, aparato óptico, médula espinal, región
etmoidal y cavidades nasales) es alta durante los primeros años de vida; llama
la atención que durante el primer año se alcanza un 40% de su crecimiento, y a
los 5 años alcanza aproximadamente el 85% de la masa neural que tendrá
cuando sea adulto.

Las alteraciones que ocurran durante los primeros 2 años de vida generarán
morbimortalidad futura afectarán el desarrollo mental - motor y a largo plazo
puede asociarse abajo rendimiento intelectual, disminución en la capacidad de
trabajo y alteraciones en la capacidad reproductiva.

La ganancia rápida de peso desde los dos hasta los cuatro años se asocia a
incremento de la masa grasa, y consecuentemente con el desarrollo de Diabetes
Mellitus, Obesidad, Hipertensión arterial, síndrome metabólico. Es importante
que haya un control en la ganancia de tejido graso en esta etapa.

CONCLUSIÓN

En esta etapa de estudio con lo que respecta a la prevención y asistencia infantil,


es importante reconocer que de manera general la salud está ligada
estrechamente con una buena alimentación, una alimentación de calidad y
equilibrada que se caracteriza.

Con el fin de que los niños obtengan beneficios nutricionales e inmunológicos


que necesitaran el resto de su vida, los pediatras tenemos una misión muy
importante durante esta etapa crítica que es promover la lactancia materna
exclusiva y adecuadas prácticas de alimentación, ya que los daños que se
generen en este período tendrán consecuencias irreversibles.

Una alimentación no adecuada no solo perjudica al crecimiento, también se


asocia a deficiencias nutricionales como la falta de vitaminas. Los riesgos de una
dieta desequilibrada pueden manifestarse durante toda la vida. La obesidad u
otras dolencias derivadas como la diabetes o el colesterol pueden ser causadas
por una malnutrición infantil.
Por suerte, la población es cada vez más consciente de la importancia de
controlar la alimentación durante la etapa infantil. Las campañas lanzadas desde
el gobierno o desde distintas fundaciones luchando contra la obesidad y el
sedentarismo, han ayudado a que los padres reaccionen y tengan más interés
por la buena alimentación de sus hijos.

Por otro lado, la alimentación saludable debe incluir aspectos sobre frecuencia
de consumo de cada tipo de alimento, cantidad de alimento consumido y formas
de preparación e ingredientes de dicho alimento o comida.

En conclusión, la alimentación saludable no se limita solo al alimento sino que


además del alimento está referida también a cuánto, cómo y con qué frecuencia
se consumen los alimentos y debe estar en relación a las necesidades
nutricionales y de energía de cada persona.

Por otra parte, las posibilidades educativas de los niños se forjan mucho antes
de que ingresen en la escuela primaria. Las capacidades de lenguaje, cognición
y sociabilidad se desarrollan desde los primeros meses de vida y constituyen las
bases para el aprendizaje posterior y durante toda la vida.

Los problemas de salud y la desnutrición infantil debilitan el pleno desarrollo


infantil temprano y el logro de la mayoría de los objetivos del Milenio, incluidos
los del sector Educativo, porque socavan el desarrollo infantil de capacidades y
habilidades básicas para el aprendizaje y la vida social.

Recientemente se observa cada vez mayor interés por el desarrollo infantil


temprano, sin embargo, los datos e indicadores que se suele utilizar para
caracterizar dicho desarrollo no reflejan a cabalidad la integralidad y productos
de este concepto. Lo que se suele reportar son indicadores de los niveles de
pobreza, porcentaje de vacunaciones, datos de rezago en el crecimiento, tasas
de mortalidad, morbilidad o desnutrición, indicadores de cobertura o abandono
escolar, que si bien constituyen información importante, no reflejan logros y
competencias de aprendizaje que un infante debe alcanzar en determinados
periodos de su desarrollo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Latina y El Caribe. Recuperado de:
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Trinidad, M., (s.f.) Adolescentes: trastornos de alimentación. Recuperado de:


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Turón, V., (s.f.) “Trastornos de la alimentación, ¿Qué son la anorexia y bulimia


nerviosas?”. Recuperado de: https://ensayoscortos.com/ensayo-sobre-
trastornos-alimenticios/

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