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CULTIVO DE LA VID

UVA

Su jugo curativo puede usarse exitosamente en enfermedades tales como:

Debilidad corporal, estados anémicos, enfermedades del riñón, problemas


intestinales, depura la sangre, enriquece el sistema circulatorio.

Origen:

No podemos olvidar que de la vid, de su fruto, la uva , obtenemos el preciado


vino, así pues incluiremos también algunas variedades de frutos que se usan
para la elaboración del vino.

Las variedades de uva se cultivaron por primera vez en el Cáucaso en el 6.000


a.C. El cultivo progresó hacia Egipto y Fenicia alrededor del 3.000 a.C. Y hacia
el año 2.000 a.C. llegó a Grecia, para más tarde pasar a Italia, Sicilia y el Norte
de Africa. En España, Portugal y Francia comenzó su cultivo en el 500 a.C.

Propiedades:

Es una fruta rica en vitaminas A, B1 , B2 , y C y sobre todo Resvetarol. De gran


valor alimenticio. Con sus sales y su hollejo bien mascado, son laxantes,
ayudan contra los males del hígado, del estómago, de la sangre, los riñones,
del reuma y de la tuberculosis.

Aplicadas en todas las manifestaciones del artritismo (reumatismo, litiasis, gota,


etc.) bajo el nombre de cura de uvas, también evitan la acumulación de
depósitos calcáreos en los tejidos (característicos de la vejez) y regula el
cambio de sales calizas en los órganos del crecimiento por lo que son tan
valiosas para los niños. Las uvas aumentan la secreción biliar, estimulan los
centros nerviosos, fortalecen la circulación y proporcionan vigor y pureza a la
sangre. Debido a sus ácidos libres, tienen propiedades antiinflamatorias y
reguladoras de las secreciones. Insustituibles en el tratamiento de
inflamaciones y desarreglos del tubo digestivos (hígado y bazo), afecciones
respiratorias y circulatorias, cálculos, enfermedades de los órganos
genitourinarios, mala nutrición, convalecientes, intoxicaciones, etc. Su cáscara
se usa en frotaciones o en compresas, para aliviar el reuma y la gota, en forma
de cataplasma sobre el vientre alivia considerablemente las inflamaciones
intestinales.

Resveratrol.- Es una potente sustancia anticancerígena, que se concentra


sobre todo en la piel de la uva, capaz de ayudar a prevenir el desarrollo de
tumores cancerígenos, según han demostrado los ensayos de laboratorio
realizados en cultivos celulares y con animales, por un equipo de científicos de
la Universidad de Illinois (EE.UU.) y de la Facultad de Farmacia de la
Universidad Complutense de Madrid.

Cultivo y producción:

La vid es un arbusto constituido por raíces, tronco, sarmientos, hojas, flores y


fruto.. Una planta leñosa tiene por lo general una larga vida, así que es fácil
encontrar una vid centenaria; tiene un largo periodo juvenil (3-5 años), durante
el cual no es capaz de producir flores; en general, las yemas que se forman
durante un año no se abren hasta el año siguiente.

En el mes de marzo, cuando el calor comienza a hacerse notar, se produce el


denominado “lloro” de la vid que se expresa a través del fruto. El fruto surge
muy verde, ya que está saturado de clorofila, y a partir de aquí toda la planta
empieza a trabajar a favor del fruto que poco a poco va creciendo.

El momento en que la uva cambia de color recibe el nombre de “envero”. Del


verde pasará al amarillo, si la variedad es blanca y al rojo claro, que se irá
oscureciendo, si es tinta. Tanto los troncos como las hojas de la cepa también
contribuyen al dulzor de la uva, ya que actúan como acumuladores de
azúcares. Debido a esta razón, las vides viejas son capaces de proporcionar un
fruto más regular y una calidad más constante.

La uva de mesa se cultiva en espaldera (variedades Aledo, Italia, etc.) o en


parral (variedades Italia, Napoleón, etc.)

Una de las principales innovaciones en el cultivo de la uva es el “embolsado”,


que consiste en que al menos

durante sesenta días los racimos están cubiertos por una bolsa de papel de
celulosa virgen satinada por su cara exterior. Este sistema no sólo es eficaz
contra la invasión de insectos y evita los efectos de la fumigación directa con
insecticidas, sino que además mantiene los racimos a cubierto de los rigores
climatológicos. Y no se quita la bolsa hasta que no se envasa el racimo para su
consumo.

Esto ayuda a que los granos de uva estén unidos al raspón y enteros, además
de bien formados y desarrollados.

En este sistema de cultivo se encuentra variedades como Ideal, Aledo, Italia y


Rosettí, habiéndose creado además la denominación de origen “Uva de Mesa
Embolsada VINALOPÓ” Vinalopó es una zona del litoral mediterráneo cercana
a Valencia)

Variedades:

 Variedades principales que se cultivan en España (Variedades de cepas


españolas blancas).
 Airén: Es la mayoritaria de vinos blancos manchegos y la de mayor
volumen de vino.
 Albariño: Se produce principalmente en la costa atlántica de Galicia.
Propia de zonas frías y húmedas.
 Godello: Se cultiva en Valdeorras, provincia de Orense.
 Macabeo-Viura: Variedad básica de los blancos riojanos de calidad y de
los cavas.
 Moscatel: Básicamente se elabora en mistela. Se cultiva principalmente
en la Valencia, Cádiz, Málaga y la cuenca media del Ebro.
 Palomino: Es la variedad por excelencia de Jerez. Aunque Orense, León
y Valladolid son otras provincias donde se cultiva.
 Parellada: Se cultiva en las zonas altas de Cataluña. Se usa como uva
complementaria en la elaboración de los cavas.
 Pedro-Ximenez: Crece principalmente en las provincias de Córdoba y
Málaga.
 Treixadura: Es una uva gallega parecida al albariño. Es la uva tradicional
del Ribeiro.
 Verdejo: Uva blanca de Rueda, de la Ribera del Duero y de otras zonas
de Castilla.
 Xarel-lo:Esta variedad se complementa muy bien con otras variedades
sobre todo en la elaboración de los cavas.
 Variedades principales que se cultivan en España (Variedades de cepas
españolas tintas).
 Bobal: Típica de las zonas altas de Levante y variedad predominante en
la D. O. Utiel-Requena.
 Cariñena: Uva predominante de los vinos tintos catalanes.
 Garnacha: Se trata de la variedad tinta más extendida en España,
debido a su fácil cultivo y buena producción.
 Mencía: Se cultiva en la zona noroeste de la península (León, Zamora y
Galicia).
 Monastrell: Variedad característica de toda la zona levantina,
predominando en las D. O. de Jumilla, Yecla, Alicante y Almansa.
 Tempranillo: Es la uva noble española por excelencia. Aunque su
nombre varía en función de la zona en donde se desarrolla: tempranillo
en la Rioja, tinto fino o tinto del país en la Ribera del Duero, ull de llebre
en Cataluña, cencibel en La Mancha y tinto de Madrid en los alrededores
de la capital.

Curiosidades:

La cultura occidental debe mucho a los monjes. Siendo estos quienes


introdujeron nuevas técnicas de destilación. Un monje benedictino llamado Don
Perignon fue el descubridor del champaña (el cava en España)

Aunque fueron los romanos los que extendieron los viñedos por todo el imperio
fue muy importante para su expansión que los cristianos utilizaran en sus actos
religiosos el vino desde el principio. Es la sangre de Cristo. Con la llegada del
cristianismo el cultivo de la vid se consolidó definitivamente. Fueron las
órdenes religiosas quienes extendieron el cultivo de la vid por el continente
americano. Después, claro, de que Colón descubriera el continente en el año
1492.

VINOS DE COLOMBIA

El desarrollo de la viticultura en el país siempre ha estado ligado a la producción


de uva para consumo fresco, es así como en el Valle del Cauca se
desarrollaron grandes extensiones de tierra cultivadas con vides destinadas a la
producción de uvas de mesa y por lo tanto con variedades con características
ideales para este propósito.

Sin embargo la producción de uva destinada para la elaboración de vino tiene


una connotación muy distinta.

En general cuando se produce uva de mesa se quiere tener altas producciones


por unidad de área sembrada, mientras cuando estamos pensando en hacer
vino lo que queremos es tener una uva de excelente calidad en cuanto al
contenido de compuestos necesarios para la obtención del vino y esto lo
logramos obteniendo producciones controladas (máximo 9 toneladas por
hectárea por ciclo), es así que distintamente a lo que ocurre para la producción
de uva de mesa, nosotros para la producción de uva para vino preferimos
suelos mas bien pobres y escasos en materia orgánica. Para la producción de
uva de vino utilizamos otros sistemas de tutorado para la vid distintos al
emparrado típico de viñedos destinados a producción de uva para consumo en
fresco. Sin embargo el auge en el consumo de vino en nuestro país nos hace
que miremos hacia la producción de uva para vino como una alternativa no solo
viable sino con resultados que pueden ser sorprendentes, esto ya lo habían
avistado anos antes algunos precursores,  como Marco Quijano (Marques de
Punta Larga), Pablo Toro (Marques de Villa de Leyva y Joachim Herzberg
quienes en sus viñedos en Boyacá ya han demostrado que se pueden obtener
vinos de muy buena calidad y con el  100% “made in Colombia”.

Las expectativas son muy amplias y de acuerdo a lo que se ha visto, la uva que
se produce en Boyacá tiene todo el potencial para dar un vino de categoría
Premium y competir con los mejores vinos chilenos de tu a tu conservando
algunas características típicas del trópico que generaran expectativas en todo el
mundo. En Colombia se puede decir que existen algunas zonas que son mas
vocadas para la producción de vinos de calidad, que por sus características
edáficas (suelos) y sus características climáticas conceden a la uva todos los
componentes necesarios para engendrar un producto de calidad superior.

Estas características ideales las podemos encontrar en algunas zonas de


Boyacá, en el departamento del Tolima, en el Huila y en general donde
tengamos climas secos con periodos de alta luminosidad y una diferencia de
temperatura considerable entre el día y la noche. La diferencia de altitud en las
zonas de producción también nos generara diversas tipologías de vino que
crearan una amplia gama de productos nacionales listos para satisfacer el
paladar más exigente.

Buen vino hecho en Colombia


Durante mucho tiempo se creyó que las únicas zonas donde se podían cultivar
uvas para la producción de vinos de calidad, eran los territorios lejanos al
ecuador, con las cuatro estaciones climáticas (con días soleados y largos
durante el verano) y con poca humedad. Colombia, como el resto de países
ubicados en el trópico, no tiene estaciones climáticas definidas y tiene una
humedad alta en la mayor parte de su territorio. Entonces ¿Cómo es posible
sembrar vides de alta calidad en el trópico? La respuesta la encontró Marco
Quijano, un químico colombiano, ex funcionario de la federación nacional de
cafeteros, que encontró un factor dentro de la geografía colombiana que podía
ofrecer las condiciones climáticas adecuadas: la altitud.

Quijano comprobó que en los valles altos y secos de la cordillera oriental, a


2500 metros de altura, cepas como la riesling, de origen alemán, y la francesa
pinot noir tenían una buena adaptación. Según el científico, estas tierras tienen
un alto potencial vinícola, que no fue explotado anteriormente, por la prohibición
de cultivar uvas durante la colonia. ”La gente pensó por mucho tiempo que
nadie había sembrado uvas aquí por que la tierra no servía. Los jesuitas
tuvieron viñedos en esta zona hace 400 años, pero no se creó una cultura de
cultivo porque el Rey lo prohibió so pena de muerte”, cuenta Quijano.

La vid fue traída a América por los españoles en la época de la conquista. En


Colombia, varias comunidades jesuitas trajeron y plantaron cepas de variedad
Mission, con el fin de producir el vino, indispensable en las ceremonias
religiosas. Aún existen plantas de este tipo de uva que crecen silvestres en
algunos lugares de Boyacá.

A finales del siglo XVI, las áreas cultivadas y la producción de vino comenzó a
crecer en los virreinatos de Nueva España (México) y Perú. Los productores
españoles se vieron amenazados y comenzaron a presionar a la corona para
que se restringiera la producción en los territorios conquistados. El rey Felipe II
no tenía los mecanismos para gravar los vinos hechos en América y entonces
prefirió prohibir el cultivo y la producción.

Aunque esta prohibición no se hizo cumplir estrictamente en todas las zonas del
imperio español, los campesinos de las tierras de la Nueva Granada terminaron
por abandonar los cultivos para evitar problemas con las autoridades.

Así, desde los tiempos de la colonia, no se cultivaba en Colombia uvas para


producción de vino de calidad y solo hasta 1982, con el inicio del proyecto de
Marcos Quijano, en el viñedo Marqués de Puntalarga en Nobsa, Boyacá (uno
de los lugares con mayor número de días soleados en el país), se reactivó el
cultivo.

El proyecto de Quijano fue pionero en el mundo en la investigación del cultivo


de estas clases de uvas en la altura. 5 años después, salió al mercado la
primera botella de vino de la cepa riesling hecho en Colombia, convirtiéndose
en la primero de una gran variedad de vinos que han sido premiados en Europa
y Canadá por su calidad durante los últimos 20 años.

En la actualidad, la idea se ha transformado en un gran proyecto llamado el


Consorcio del Sol de Oro, que reúne a más de 70 familias de 16 municipios
boyacenses con 250.000 plantas de uva. El viñedo se ha convertido en todo un
laboratorio, donde decenas de profesionales desarrollan sus tesis de grado con
la colaboración tecnológica de varios países de Europa. La producción del vino
está centralizada en el viñedo, se comercializa en algunos restaurantes y
hoteles de Bogotá y se exporta con alguna frecuencia a Europa.

El sauvignon blanc de Sutamarchan


 

El otro proyecto de cultivo y producción de vinos de calidad, es el viñedo Aim


Karim, que se encuentra en el municipio boyacense de Sutamarchán. Allí, a
2100 metros de altura, se siembran cepas de Chardonay, Cabernet Sauvignon
y Sauvignon blanc, traídas desde Francia. El viñedo ubicado en una de las
regiones más secas del altiplano Cundiboyacense, comenzó a producir vinos
desde 1998 y hoy tiene más de 38.000 plantas que producen 5.000 litros cada
vendimia

Según Mauricio Camacho, enólogo del viñedo, el cultivo de estas cepas ha sido
todo un experimento de adaptación y hasta ahora se está refinando el cultivo y
la producción para mejorar la calidad del vino. “Cuando se sembraron estas
plantas era muy difícil predecir como iban a desarrollarse. Ahora que las plantas
ya se acostumbraron a esta tierra, estamos mejorando los procesos para
ofrecer un mejor vino,” comenta Camacho.

El vino producido en el Aim Karim tiene el nombre de Marqués de Villa de Leyva


y se comercializa en varios almacenes de cadena de Bogotá. Durante un par de
años se exportó a algunas tiendas en Nueva York.

Aunque Colombia siga estando lejos de tener una cultura vinícola de producción
y consumo, el cultivo de estos tipos de uva ha comenzado a ser una alternativa
real para los campesinos boyacenses. Yenson Darío Leal, gerente del hotel Hill
House, en Bogotá, que ofrece a sus clientes los vinos Marqués de Puntalarga,
cuenta cómo les responde a los huéspedes extranjeros que le preguntan por el
vino colombiano: “Si, acá también producimos buen vino, lo hacen en Boyacá,
una región que en unos años solo producirá papas y uvas”.

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