Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1) Utilizar un metal de aporte con los elementos aleantes suficientes para que sus
propiedades no sean inferiores a las del acero base.
1
2) Evitar la entrada de hidrógeno durante el soldeo del acero, que produciría el
agrietamiento en frío de la soldadura.
3) Acotar la velocidad de enfriamiento de la unión soldada, que no debe ser demasiado
elevada para evitar la fisuración del metal, ni tan baja como para disminuir las
propiedades mecánicas de la unión.
En relación a la selección del metal de aporte conviene distinguir entre el cordón de raíz
y los demás. La deposición del cordón de raíz es la más problemática por las
condiciones en las que tiene lugar: fuerte embridamiento y alta velocidad de
enfriamiento, debido a la gran masa de metal frío que la rodea. En estas condiciones
suele elegirse un electrodo o varilla con menos elementos de aleación que el metal base
(acero al manganeso, p.e.). El cordón de raíz, que solo tiene la misión de servir de base
para el relleno de la junta, debe ser eliminado posteriormente por esmerilado mecánico
antes de comenzar el soldeo por el otro lado, una vez comprobada la ausencia de fisuras
mediante líquidos penetrantes. Por el contrario, para las pasadas de relleno deben
utilizarse electrodos aleados, con una composición parecida a la del acero base, con
objeto de conseguir en el metal depositado propiedades mecánicas similares a las de
aquél (figura 11.2). Téngase también en cuenta que en el soldeo mediante pasadas
múltiples, al depositar cada cordón se produce un efecto de revenido sobre los
anteriores, tal y como se aprecia en la figura 11.3. De este modo solo se observará un
pico de dureza en las zonas adyacentes a las últimas capas de relleno, que puede
atenuarse ejecutando un último cordón con un mayor aporte térmico, tal y como se
aprecia en la misma figura, o ejecutando una pasada última de revenido, que luego se
eliminará. De cualquier manera, cuando la dureza final es excesiva, debe realizarse un
tratamiento térmico postsoldeo (revenido).
2
como el aumento de la temperatura de precalentamiento y la modificación de la
composición química del acero ayudan a reducir las durezas máximas en la ZAT de
soldaduras de aceros de este tipo (StE460: acero al Mn-Ni-V).
Finalmente, cuando el precalentamiento que sería necesario aplicar fuera excesivo para
la seguridad de los soldadores, la práctica recomendada es soldar con electrodos
austeníticos o con aleaciones base níquel. La ventaja de proceder de este modo es que el
hidrógeno es mucho más soluble en la austenita que en la ferrita, por lo que el
hidrógeno introducido en el soldeo se quedará en el metal depositado, que además no es
susceptible de agrietamiento.
4
Otro punto importante a tener en cuenta en el soldeo de estos aceros es que si resultara
necesario realizar alguna operación previa de conformado en caliente (curvado de
chapa, p.e.) deben utilizarse temperaturas de calentamiento inferiores a las de revenido
con objeto de no disminuir las propiedades mecánicas del metal base.
Este grupo de aceros abarca una familia de aleaciones férreas aleadas principalmente
con cromo, con el propósito de aumentar la resistencia a la oxidación y a la corrosión, y
molibdeno, con el fin de mejorar su resistencia a la fluencia (Figura 11.7). Estos aceros
se utilizan ampliamente en el sector de generación de energía y en plantas químicas y
petroquímicas (reactores, vasijas nucleares, recipientes a presión, intercambiadores de
calor, haces de tubos de calderas, serpentines, etc.).
5
Tabla 11.2. Aceros aleados al cromo-molibdeno
6
Figura 11.8. Efecto del contenido de carbono sobre la resistencia y la ductilidad del
acero 2.25%Cr-1%Mo en estado bruto de soldeo (AW) y tras tratamiento térmico
postsoldeo (SR:700°C-1hora).
7
Tabla 11.3. Clasificación de los aceros aleados
Seguidamente, se puede utilizar la Figura 11.10 para entrar con el contenido de carbono
del acero en su categoría (L, K o M; la categoría C-Mn se había graficado en la Figura
10.13) determinar la dureza esperada en la ZAT y, a partir de este valor, subir en la
gráfica para determinar la temperatura de precalentamiento (entrepasadas y de
postcalentamiento) mínima, diferenciando entre las soldaduras poco embridadas y muy
embridadas (p.e., bajo y alto espesor respectivamente).
8
Figura 11.10. Determinación de la temperatura de precalentamiento en el soldeo de
aceros aleados
REFERENCIAS