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TEMA: Historia basada en evidencia.

MATERIA: ciencias de la salud

N. DEL MAESTRO: José Jesús niniz silva

N. DEL ALUMNO: angelina Sánchez romero

GRUPO: 502
INTRODUCCIÓN

La responsabilidad tanto moral como profesional de los médicos es tomar decisiones para el
manejo integral de sus pacientes, de acuerdo con un contexto organizado y su medio ambiente,
incluyendo recursos y experiencia profesional. Un nuevo paradigma se anexa a esta atención para
que sea segura y de calidad, dicho paradigma es la medicina basada en la evidencia (MBE) la cual
viene a ser fundamental en la toma de decisiones, tomando en cuenta las características de los
pacientes, sus necesidades y sus valores. Tradicionalmente los anestesiólogos proporcionamos
atención médica con base en la experiencia personal adquirida por años y nuestro acervo de
conocimientos, que incluye información obtenida durante nuestro proceso formativo como
especialistas o tan reciente como un artículo que acabamos de leer; sin embargo, es nuestra
responsabilidad evaluar la calidad de la evidencia y también debemos ser prudentes con la
combinación que hacemos de las pruebas con las necesidades del paciente, en esencia esto es la
práctica de la anestesiología, utilizar la mejor evidencia disponible en el momento en que se
presenta el problema. Por lo tanto, la aplicación de la anestesiología basada en la evidencia nos
puede ayudar en la toma de decisiones que diariamente nos lanza un desafío. Aunque los
principios de la MBE se han aplicado en diferentes (1) niveles de las disciplinas médicas. En esta
presentación vamos a dar una visión general de lo que es la medicina basada en la evidencia
(MBE), demostraremos cómo se puede aplicar a la práctica diaria de la anestesiología, en capítulo
aparte exploramos sus limitaciones y propondremos estrategias sobre cómo podremos entrenar a
los médicos residentes y colegas para alcanzar la aplicación útil de la MBE en el manejo integral
del paciente anestesiado.
RESUMEN

Medicina basada en la evidencia (MBE) es actualmente sinónimo de práctica médica moderna e


innovadora. Sin embargo, poco se sabe de su real dimensión y principios. Su relación con la
investigación y la “evidencia” es entendida como la interpretación de la literatura médica, la
realización de mega ensayos clínicos o meta-análisis. MBE implica el uso juicioso de la mejor
evidencia disponible, gracias a la evaluación rigurosa de la calidad metodológica de la información
científica, así como de su aplicabilidad. La MBE rescata la experiencia y pericia clínica del médico.
Adicionalmente, incorpora como tercer elemento fundamental las preferencias y valores de los
pacientes acerca del cuidado de su salud. La intersección de estos tres aspectos constituye la
esencia de la MBE. La práctica así entendida de la MBE ubica al paciente y sus circunstancias en el
centro mismo del acto médico y lo revaloriza como “ciencia y arte”. En esta revisión buscamos
destacar como la práctica de la MBE guía hacia una toma de decisiones correcta y democrática
Desde un punto de vista ético y legal, permite al profesional ofrecer una mejor calidad de atención
médica y sentirse respaldado en sus decisiones. Ayuda a analizar el balance costo-beneficio de un
determinado tratamiento o conducta, al basarse en protocolos y decisiones racionales apoyadas
por la evidencia científico.

sirve para planificar el tratamiento más apropiado, mejorar la calidad de vida y mejorar los
desenlaces de los pacientes. También se llama MBE, medicina basada en
pruebas, medicina factual, medicina fundamentada y medicina probatoria.

Los médicos actualizamos nuestro conocimiento básicamente a partir de la bibliografía científica,


libros y revistas que comunican los resultados y los avances de la investigación. Sin embargo, el
volumen de estas publicaciones es inabarcable. Existen más de 30.000 revistas científicas en el
mundo que publican dos millones de artículos biomédicos cada año. Los buscadores electrónicos
han facilitado de forma importante el acceso a esta bibliografía científica, pero no garantizan el
hallazgo de toda la información, ya que en ocasiones la indexación resulta confusa y muchos
buenos trabajos se publican en idiomas diferentes del inglés. Se calcula que una búsqueda en
Medina, el buscador más conocido y más utilizado, consigue identificar el 60-70% de los ensayos
clínicos realmente incluidos en esta base de datos. Además, se estima que más del 90% de los
artículos publicados en revistas médicas adolece de poca solidez científica. Una de las mayores
aportaciones de la MBE ha sido la estandarización de la metodología y la enseñanza de las
herramientas para la búsqueda eficiente y el análisis sistematizado de la bibliografía.

La práctica de la MBE requiere el conocimiento y la comprensión de los diferentes tipos de


estudios, su nivel de evidencia, su idoneidad para responder a una pregunta clínica específica, y un
análisis crítico del diseño y de los resultados del estudio.

Las tres etapas, necesarias y complementarias, en las que se desarrolla la MBE son las siguientes:

Aplicación individual de los principios básicos de la MBE. Formular una pregunta clínica, buscar la
información correspondiente, analizarla de forma crítica y adaptarla a las necesidades concretas
del paciente en cuestión. En los últimos años se ha generalizado el acceso a bases de datos y
buscadores médicos que reducen de manera importante el tiempo necesario para la búsqueda de
la información solicitada y permiten filtrar la investigación clínicamente relevante.

Consulta de revisiones sistemáticas ya disponibles. La falta habitual de tiempo para realizar un


extenso proceso de búsqueda y análisis de la información, el enorme número de publicaciones
originales sobre un tema concreto, a menudo la barrera lingüística para acceder a ciertos trabajos,
la dificultad de acceso a algunas fuentes de información y la falta de formación en cuanto a lectura
crítica y a interpretación de estudios hacen enormemente útiles las revisiones sistemáticas, que
presentan la totalidad de este proceso integrado y sintetizado.

Aplicación de guías de práctica clínica. Se trata de instrumentos que pretenden trasladar la


evidencia científica a las características de cada paciente y al entorno en el que se desarrolle la
práctica, con los recursos de los que se dispone, la experiencia del equipo, las prioridades
establecidas y las preferencias de los pacientes.

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