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METODOLOGIA DE LA EVIDENCIA CIENTIFICA

3.1 ANTECEDENTES DE LA EVIDENCIA CIENTIFICA EN EL CAMPO DE LAS


CIENCIAS DE LA SALUD Y LA ENFERMERIA
ANTECEDENTES DE LA EVIDENCIA CIENTIFICA EN EL CAMPO DE LA
CIENCIA DE LA SALUD Y LA ENFERMERIA

Antecedentes

La Medicina Basada en la Evidencia surge conceptualmente en el Reino Unido a manos del


epidemiólogo Archivald Cochrane (1972), quien creía que al utilizar los ensayos clínicos
controlados y randomizados como base en la toma de decisiones clínicas y además de hacer
más eficaces y seguras las intervenciones en los pacientes, reduciría en gran medida el
costo de las mismas. En 1980, en Canadá, en la Facultad de Ciencias de la Salud de la
Universidad de McMaster, un grupo de epidemiólogos, publicaron una descripción del
análisis correcto de la evidencia científica, dando origen a lo que posteriormente recibió el
nombre de MBE.

Más tarde, en los años 90, otro grupo canadiense liderado por Guyatt, acuñó el término
Medicina Basada en la Evidencia, al publicar un artículo con este mismo título en JAMA,
promoviendo la utilización de investigaciones con base matemático-estadística como
evidencia. Este Grupo de Trabajo recibió el apoyo de universidades como la de Oxford y de
acreditadas publicaciones como la British Medical Journal. Dando lugar a la creación de un
grupo editorial que incorporaron a algunos de los miembros del Grupo de Trabajo de
Medicina Basada en la Evidencia como David Sackett, el cual, difundió los primeros libros
sobre este tema en 1997.

Medicina basada en la evidencia (MBE)

El termino fue definido por Sackett, en 1996 como la utilización consciente, explícita y
juiciosa de la mejor evidencia científica clínica disponible para la toma de decisiones sobre
el cuidado individual de cada paciente; más tarde cambia su propia definición, a otra donde
enfatizaba la necesidad de integrar la mejor evidencia científica procedente de la
investigación sistemática, junto a la habilidad y buen juicio clínico obtenido en la
experiencia clínica, siendo sensible a las preferencias y a los valores del paciente.

Práctica clínica basada en la evidencia (PBE)

Su inicio se sitúa en la década de los noventa y su aplicación se basa en la utilización de la


evidencia científica disponible para la toma de decisiones en el cuidado de los pacientes,
una de las características de la PBE es que tiene en cuenta las preferencias y valores de los
pacientes, lo que implica su participación en el proceso de toma de decisiones.  Por tanto,
se espera que si el conocimiento científico es mayor, la práctica clínica debe ser por lo tanto
más efectiva si se basa en las decisiones adecuadas. La concepción de la PBE se inicia
dentro de la práctica médica y posteriormente es incorporada por una amplia gama de
profesiones sanitarias.

 Enfermería Basada en la Evidencia (EBE)

Inicia su desarrollo desde los años setenta, cuya finalidad es promover la utilización de los
resultados de la investigación en la práctica clínica.

Se desarrolló inicialmente en los países de habla inglesa; Canadá, Estados Unidos y Reino
Unido son los países que han alcanzado un mayor desarrollo en la investigación enfermera.
En 1997 se celebran en el Reino Unido las primeras conferencias nacionales e
internacionales sobre EBE. En 1998 se inicia la publicación de las revistas Evidence Based
Nursing y Outcome Management for Nursing Practice, y se crean los centros de Evidence
Based Nursing.

Actualmente el objetivo de la EBE es facilitar la inclusión de la evidencia científica en las


decisiones clínicas y de salud. Donde la investigación apoye a la práctica, por lo que la
EBE ha llegado a ser reconocida como una parte de la enfermería práctica.  Se espera
que, en una práctica de EBE, una enfermera combine la mejor evidencia  de  investigación
con la expertez clínica, considerando las preferencias de los pacientes, los recursos
disponibles en los diferentes contextos de salud.

La EBE considera el método científico como la mejor herramienta de que disponemos para
conocer la realidad y expresarla de forma inteligible y sintética y reconoce la investigación
científica como la actividad capaz de generar conocimiento válido y relevante para la
moderna práctica profesional.

En los últimos años se han presentado diversas definiciones de la EBE, tales como:

“La aplicación consciente, explícita y juiciosa de la mejor evidencia científica disponible


relativa al conocimiento enfermero para tomar decisiones sobre el cuidado de los pacientes,
teniendo en cuenta sus preferencias y valores, e incorporando la pericia profesional en esta
toma de decisiones”

“Proceso por el cual las enfermeras toman decisiones clínicas, usando las mejores pruebas
disponibles sustentadas en la investigación,  su experiencia clínica y las preferencias del
paciente, en el contexto de los recursos disponibles.”

En el año 2002 se celebró en Granada la I Reunión sobre EBE donde se adopta la siguiente
definición:

“la enfermería basada en la evidencia es el uso consciente y explícito, desde el mundo del
pensamiento de las enfermeras, de las ventajas que ofrece el modelo positivista de síntesis
de la literatura científica de la medicina basada en la evidencia, integrado en una
perspectiva crítica, reflexiva y fenomenológica tal que haga visible perspectivas de la salud
invisibilizadas por el pensamiento hegemónico. Con esta definición, se logra la conjunción
de dos paradigmas, positivista y cualitativo.

Son diversas las definiciones, sin embargo, todas llevan inmersos los mismos componentes:
evidencia científica, expertez clínica, perspectiva de los pacientes y recursos disponibles en
los diversos contextos de salud y dejan en claro que la investigación en enfermería valora
tanto la investigación cuantitativa como cualitativa. Términos que también se han
incorporado en la práctica diaria de la enfermería en América Latina.
3.2 DE LA EVIDENCIA BASADA EN LA EXPERIENCIA A LA EVIDENCIA
BASADA EN LA IMVESTIGACION
DE LA EVIDENCIA BASADA EN LA EXPERIENCIA A LA EVIDENCIA
BASADA EN LA INVESTIGACION

ENFERMERIA BASADA EN LA EXPERIENCIA

ENFERMERÍA BASADA EN INVESTIGACION

La Enfermería Basada en la Evidencia se define como «la búsqueda sistemática de una


respuesta basada en la investigación, útil y pertinente para la práctica de las enfermeras,
pero que considera un enfoque reflexivo e interpretativo que es el que permite hacer uso de
los hallazgos de la investigación en la realidad.

En un entorno en el cual prima el modelo científico, es difícil no concebir la idea de que los


cuidados se deben basar en evidencias sólidas que sean aceptadas de forma universal, tanto
por los profesionales sanitarios como por los usuarios que demandan cuidados. Es por ello
que el profesional de Enfermería del siglo XXI debe actualizarse acorde a los avances que
continuamente se producen en los campos de la ciencia y la tecnología con el fin de mejorar
la calidad de la atención de salud e identificar problemas reales y potenciales respaldados
por resultados de estudios perfectamente validados.
Hablar de evidencia científica en el cuidado de la enfermería implica referirse a la
producción investigadora en enfermería y la aplicación de sus resultados en el campo
profesional. Indudablemente la práctica enfermera se pude basar en evidencias, aunque si
bien es cierto, las decisiones no deben basarse únicamente en los resultados obtenidos a
través de la investigación ya que se requiere que dichos resultados sean integrados en la
experiencia clínica personal.

La Enfermería Basada en la Evidencia (EBE) nace de la Medicina Basada en la Evidencia


(MBE) y de la necesidad de construir un modelo coherente de Ciencia de los Cuidados.

Los orígenes de la Práctica Basada en la Evidencia hay que situarlos en los años ochenta.
Fue la universidad canadiense de McMaster quien acuñó la expresión de MBE para
referirse a una estrategia de aprendizaje clínico cuyos impulsores la definen como “el uso
consciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia disponible para la toma de decisiones
sobre el cuidados de los pacientes” (Sacket, 1996).

A través de la EBE el profesional de enfermería puede acceder a un gran número de


publicaciones científicas, evaluar su validez y aplicabilidad críticamente, y lo más
importante, incorporarla a su práctica clínica cotidiana. Investigar en el campo de la
enfermería es necesario como en cualquier otra disciplina, y más cuando nuestro colectivo
quiere demostrar que la enfermería es una profesión científica, permitiéndonos mejorar la
calidad de la atención prestada a nuestros pacientes y así cumplir de forma satisfactoria con
nuestro código deontológico y ético.
Si bien es cierto, a la hora de ponernos a investigar encontramos ciertas dificultades entre
las que cabe destacar: limitada formación en metodología de la investigación (aunque
muchos grados incorporan asignaturas obligatorias y optativas relacionadas con el tema),
falta de concienciación de los profesionales sobre la necesidad de investigar (requiere
demasiado tiempo y generalmente fuera del horario de trabajo), limitado apoyo de las
instituciones (poco respaldo económico en becas de investigación como consecuencia de la
disminución del presupuesto en el área de educación y ciencia), trabajo asistencial
absorbente, etc.

Los servicios profesionales de la enfermera comprenden la Gestión del Cuidado en lo


relativo a promoción, manutención y restauración de la salud, la prevención de
enfermedades o lesiones, y la ejecución de acciones derivadas del diagnóstico y tratamiento
médico y el deber de velar por la mejor administración de los recursos de asistencia para el
paciente.
La Gestión del Cuidado de enfermería será entendida como el ejercicio profesional de la
enfermera sustentada en su disciplina: la ciencia del cuidar. Esta se define "como la
aplicación de un juicio profesional en la planificación, organización, motivación y control
de la provisión de cuidados, oportunos, seguros, integrales, que aseguren la continuidad de
la atención y se sustenten en las políticas y lineamientos estratégicos de la institución". Por
lo tanto, su fin último es ofrecer a los usuarios los mejores resultados posibles en la práctica
diaria, acorde con la información científica disponible que haya demostrado su capacidad
para cambiar de forma favorable el curso clínico de la enfermedad y que considere la mejor
administración de los recursos, los menores inconvenientes y costos para el usuario y para
la sociedad en su conjunto.

Para alcanzar todo esto, una de las mejores estrategias, tal vez la mejor; es la EBE
(Enfermería basada en la evidencia) que es definida como "proceso por el cual las
enfermeras toman decisiones clínicas usando las mejores pruebas disponibles sustentadas
en la investigación, su experiencia clínica y las preferencias del paciente, en el contexto de
los recursos disponibles" También se define como "la aplicación consciente, explícita y
juiciosa de la mejor evidencia científica disponible relativa al conocimiento enfermero para
tomar decisiones sobre el cuidado de los pacientes, teniendo en cuenta sus preferencias y
valores, e incorporando la pericia profesional en esta toma de decisiones". La EBE es un
proceso en el que los problemas reales y potenciales que afectan la salud de los usuarios se
presentan como preguntas, cuya respuesta se busca y evalúa sistemáticamente a partir de
los resultados de la investigación más reciente, y que sirve de base para la toma de
decisiones. Separar la investigación de la realidad clínica, es asumir el riesgo de dar una
atención inadecuada, del mismo modo, si no se revisan las evidencias, los nuevos
descubrimientos no son incorporados en los procesos y se ejecutan actividades de
enfermería que pueden generar un perjuicio hacia el cliente.

El gestionar el cuidado en forma oportuna, segura y satisfactoria lleva implícito el


imperativo ético de responder frente a la sociedad con la mejor evidencia disponible para
tomar las mejores decisiones sobre el cuidado de las personas.

 
Enfermería basada en la evidencia

El proceso de la EBE consta de cinco etapas o fases integradas dentro de un proceso


dinámico y continuo que surge de la interacción paciente-enfermera que permite finalmente
lograr la evidencia Considera el método científico como la mejor herramienta de que
disponemos para conocer la realidad y expresarla de forma inteligible y sintética y reconoce
la investigación científica como la actividad capaz de generar conocimiento válido y
relevante para la moderna práctica profesional. Por lo tanto, se pone de manifiesto la
contribución de la EBE a aumentar el cuerpo de conocimientos propio, lo que garantiza el
desarrollo de la profesión enfermera.

La primera etapa se constituye por la formulación del problema o pregunta que se desea
resolver, esta pregunta o problema de investigación surge de la práctica clínica diaria, de la
gestión, de la docencia, que intentan responder a la incertidumbre o problemas
cuestionados.

La segunda etapa consiste en la búsqueda bibliográfica que brinde la mejor respuesta a la


pregunta o problema planteado, para ello existen distintas fuentes de información, primarias
o secundarias, que ayudan en la búsqueda de la mejor evidencia, como bases de datos,
recursos bibliográficos electrónicos, catálogos, libros, publicaciones periódicas, Internet
etc. Es importante destacar, que la búsqueda de evidencia científica, se debe realizar de
manera analítica, determinando la calidad de información contenida en las diversas fuentes
antes mencionadas, a las cuales el profesional de enfermería acuda para mejorar su labor
clínica y de docencia.

La tercera etapa consiste en evaluar la validez y utilidad de los hallazgos, se realiza una
evaluación crítica de la evidencia encontrada y se clasifican las fuentes de información en
los diferentes niveles y sus subclasificaciones. Cabe mencionar que la Agency for
Healthcare Research and Quality tiene el valor de incluir los estudios de tipo cualitativo en
esta etapa.

La lectura crítica se conceptualiza como la capacidad consciente de adoptar una postura


frente a lo expresado en artículos de investigación, se apoya en grados variables de
conocimiento, reflexión y elaboración. Requiere tiempo para pensar, buscar, revisar,
valorar y juzgar a partir de mínimos conocimientos en documentación, metodología de la
investigación, estadística y epidemiología. Además, conocimiento sobre la práctica habitual
y sus fundamentos como disciplina.

En la cuarta etapa se realiza la implementación en la práctica de las evidencias científicas


encontradas, teniendo como objetivo principal, mejorar el cuidado hacia el usuario, familia
y comunidad. En la EBE es importante la opinión del usuario y en el acto de cuidar se debe
tener en consideración las preferencias de la o las personas a quienes va dirigido.  Al
momento de la implementación aparecen una serie de dificultades por lo que es
indispensable desarrollar estrategias, identificar posibles barreras y conocer cuáles son las
causas más frecuentes de fracaso para hacerlas frenteLa última etapa del proceso de la EBE
consiste en evaluar las consecuencias de la aplicación de la intervención elegida. Para la
práctica de enfermería es importante, pues determina la retroalimentación entre
investigación y clínica. Evaluar la repercusión de los cambios introducidos en la práctica,
identificar si éstos han sido o no efectivos. La situación ideal es que la evaluación se lleve a
cabo analizando resultados sensibles a las intervenciones de enfermería, con la finalidad de
estimar los beneficios, daños y costes de las intervenciones.

La EBE viene de la concepción de que el cuidado que brindamos está determinado por una
investigación sólida y no por tradición o preferencia clínica, no cambia en base a un solo
estudio, es la acumulación de los resultados de varios estudios, generalmente usando
diversos diseños los que brindan evidencia suficiente para crear un cambio. Amescua en
González, plantea que "la EBE nos propone un cambio de modelo de una Enfermería
basada en la obediencia (inscrita en el modelo biomédico) a una Enfermería basada en la
(con)ciencia (modelo de cuidados)". El investigador es quien genera el conocimiento, pero
es la comunidad profesional la que tiene que hacerlo práctico utilizando los resultados de la
investigación.

Modelos de práctica en donde las enfermeras son anuladas, tienen efectos perniciosos en
términos de morbimortalidad frente a modelos que fomentan la competencia, la toma de
decisiones independiente y el trabajo en equipo.
Sin embargo, a pesar de estudios realizados en diversos países sobre los beneficios de la
EBE, surgen barreras que impiden implementar la EBE en la enfermería clínica, entre los
cuales se mencionan insuficiente tiempo de las enfermeras para leer las investigaciones;
organizaciones que no entregan las estructuras necesarias para aplicar las evidencias,
dificultad de las enfermeras para comprender las estadísticas, sensación de aislamiento
entre enfermeras para discutir los hallazgos y la falta de colaboración de los médicos.  El
idioma en el cual se escriben las principales investigaciones, es otra limitante mencionada
También se ha referido una escasa motivación en el estudio, bajas posibilidades de
desarrollo profesional y falta de reconocimiento del trabajo de la enfermera . Hay que
agregar a ello, la falta de fuerza que ha tenido Enfermería para defender e implementar en
los campos clínicos sus propios descubrimientos provenientes de las múltiples
investigaciones realizadas, muchas de ellas con un gran esfuerzo, y cuyos resultados solo se
han quedado en las tesis o revistas.

Gestión del cuidado y enfermería basada en la evidencia (EBE)

A partir del año 1997 los servicios profesionales de enfermería fueron reconocidos en el
código sanitario chileno y se confiere a la profesión de enfermería tres grandes funciones:
la gestión del cuidado, ejecutar acciones derivadas del diagnóstico y tratamiento médico y
el deber de velar por la mejor administración de recursos de asistencia para el paciente. Este
reconocimiento significa que el cuidado es el aporte específico de la enfermera en la
atención de salud y, además, un ámbito determinado de esta atención en salud ha sido
reservado para las enfermeras, con el objeto de otorgar certeza jurídica respecto a su campo
de acción, de esta manera se garantiza el derecho a la protección de la salud del usuario.

El profesional de enfermería debe organizar, supervisar, evaluar y promover la calidad de


cuidados de enfermería, con la finalidad de brindar atención segura, oportuna, continua e
intercultural de acuerdo a las políticas y normas del ministerio de salud chileno. Debe
participar en los lineamientos estratégicos relacionados con la dotación de recursos
humanos, materiales, físicos y financieros del cuidado de enfermería, incluyendo la
administración presupuestaria asignada y la implementación de nuevas herramientas
tecnológicas que faciliten el control de la gestión. Debe promover los principios éticos y
legales que guían el ejercicio profesional, tanto en su rol independiente como parte de un
equipo multidisciplinario, en donde se promueva la comunicación eficaz entre las diferentes
dependencias institucionales. La enfermera/o debe promover un liderazgo efectivo en la
gestión de los equipos de trabajo de su dependencia, para ello debe proponer programas de
evaluación y mejoramiento continuo del cuidado de enfermería. Se espera también que
exista una integración docente asistencial para así incentivar la investigación en el ámbito
de la gestión del cuidado.

La enfermera cumple su función social a través de la ejecución de la gestión del cuidado,


por lo que la profesión de enfermería resuelve criteriosamente un problema social
determinado, como no lo podría hacer ninguna otra profesión. El criterio profesional se
entiende como aquella aptitud para apreciar una situación o problema, que permite ubicarla
dentro de la disciplina de enfermería y encontrar solución conforme a los principios éticos
que orientan la profesión, las normas jurídicas que la regulan, los conocimientos científicos
y humanistas que la avalan, los recursos de que dispone y las necesidades concretas del
paciente que demanda cuidado. El cuidado de enfermería corresponde a un conjunto de
acciones sistematizadas, organizadas, medibles, documentables y evaluables, basadas en
modelos y teorías de enfermería y/o en la evidencia científica, realizadas con el fin de
garantizar que una persona, con problemas reales o potenciales de salud, reciba una
atención de enfermería segura, eficiente y eficaz, cuya finalidad sea lograr su máximo
bienestar, esto incluye respetar y velar por los derechos del usuario en cuanto a
confidencialidad, a la información en salud, a compañía, ayuda espiritual y a participar del
sistema de salud chileno.

Ceballos, plantea que además se debe trabajar en la formación de futuras/os enfermeras/os,


para que éstos comprendan la importancia de los cuidados humanizados para el paciente, y
la mejora de la satisfacción del usuario interno como externo.

Se debe desarrollar la capacidad de comunicación y escucha, respeto por las creencias del
otro, gran dimensión de entrega, la responsabilidad y el compromiso ético en los alumnos,
así como el interés de trabajar con calidad y de buscar la mejor respuesta al problema a
través de las evidencias disponibles. Los docentes deben ser modelos de formación para sus
alumnos, por lo que primeramente son ellos los que deben cultivar estas competencias.

Resultados preliminares de un estudio efectuado por las autoras del presente trabajo, en
relación al conocimiento que tenían las enfermeras académicas y asistenciales sobre la
enfermería basada en la evidencia, se encontró, en ambos grupos, un bajo nivel de
conocimientos sobre EBE, poca lectura crítica de los artículos científicos publicados en
revistas y ninguna implementación de los resultados de las diversas investigaciones ya sea
en la clínica o en la docencia. Esto deja de manifiesto que las enfermeras encuestadas en
general, carecerían de la competencia necesaria para poder sustentar científicamente su
quehacer y servir de modelo a las futuras generaciones. En general, manifestaron que se
debía a la falta de tiempo, especialmente en la atención asistencial, resultados que también
se encontraron en otros estudios.

Para las enfermeras clínicas, EBE resulta ser una herramienta fundamental, pues permite
una mejoría en la calidad de atención, basada en evidencias científicas fundamentadas en
investigaciones previas, como se ha demostrado en estudios empíricos mejorando la gestión
del cuidado, ya que se promueven cuidados oportunos y eficientes, disminuyendo las
posibilidades de cometer errores asociados a la práctica. El no trabajar con evidencias se
traduce en prestar cuidados erróneos, con falta de criterio y alta probabilidad de
equivocación es por ello que se debe incentivar la práctica de cuidado con evidencias que
sustenten el trabajo diario de la enfermera/o, para evitar que estos sucesos ocurran, y sea el
usuario quien sufra las consecuencias de la falta de responsabilidad y compromiso de las
enfermeras frente a su cuidado. Además es la investigación quien hace la diferencia entre
hacer y saber de las enfermeras y es por ello que se debe incentivar la práctica de
enfermería con evidencias y demostrar su utilidad dentro de la profesión.

En muchas currículas de pregrado en las carreras de enfermería, no se enseña la EBE como


estrategia de aprendizaje clínico. La formación profesional, desde pregrado, debe motivar a
la evaluación permanente con la lectura crítica, el manejo de la información en la búsqueda
de bases de datos, al trabajo en equipo y al manejo de una segunda lengua; para tener
mayor preparación teórica y académica que permita a las nuevas generaciones enfrentarse
con una mejor preparación científica. Para poder vencer las normales resistencias al cambio
y llegar a la consolidación de la nueva práctica enfermera, es preciso implementar la
evidencia en la ejecución de las actividades diarias de la enfermería, con garantías de estar
realizando una mejora en los cuidados.

Jofré plantea que la gestión del cuidado bajo el amparo del Código Sanitario y la reforma
en salud "requiere desarrollar investigación cuyos resultados se traduzcan en evidencias
científicas, así como de una estructura del sistema de salud que favorezca la práctica de
enfermería hacia el cuidado y se produzcan las transformaciones que muestren un quehacer
profesional y humanizado". Las interrogantes que surgen en este proceso deben ser
resueltas mediante la investigación, para generar y/o contrastar conocimientos destinados a
contribuir a mejorar el cuidado en salud, lo que distingue al saber y al hacer de enfermería,
lo que a su vez confiere autonomía profesional para diagnosticar necesidades de cuidado y
tomar decisiones con responsabilidad ética y legal.

Para trabajar con evidencias científicas, se debe incentivar la investigación en enfermería


desde pregrado con la finalidad de estimular en los alumnos la resolución de problemas
asociados al cuidado de enfermería de tal manera que los futuros profesionales sean
capaces de prestar el mejor cuidado profesional hacia el usuario, en los distintos niveles de
atención del país.

La enfermería aplica el modelo científico a la práctica asistencial de sus cuidados a través


del PAE (Proceso de Atención de Enfermería), permitiendo prestar cuidados de forma
racional, sistemática, continua, realista y sobre todo, basado en evidencias científicas.

La EBE concibe la solución de las dudas o interrogantes que suscita un caso según la
siguiente metódica: formular de manera precisa una pregunta en base al problema del
paciente, localizar las pruebas disponibles en la literatura, evaluar de forma crítica la
validez y la utilidad de esas pruebas, aplicar las conclusiones de esa evaluación a la práctica
clínica y evaluar los cambios producidos tras la intervención. Por ello, podemos distinguir
cinco pasos consecutivos:
1)      Convertir el problema del paciente en una pregunta:

Debe ser susceptible de ser respondida y reducida a términos claros y precisos. Se trata de
buscar respuestas válidas para realizar una aproximación a la verdad, con aplicabilidad
clínica.

Generalmente, la pregunta clínica contestable se estructura bajo el


acrónimo PICO (Paciente, Intervención, Comparación y Outcome-Resultado) pero existen
otras como SPICE o ECLIPSE, que influyen la perspectiva de los pacientes en la toma de
decisiones.
2)      Búsqueda de la mejor evidencia posible:

La realizaremos a partir de una correcta crítica y sintetizada búsqueda bibliográfica


(preferiblemente de los últimos tres años), a través de revistas científicas, bases de datos
bibliográficas (Medline, Embase, Cochrane, Cinalth, Cuiden, Bodie, etc.), tesis doctorales,
publicaciones, libros de texto, etc.

3)      Valoración crítica de la información:

Una vez seleccionados los recursos procederemos a realizar una lectura crítica de los
documentos encontrados. Ello nos permitirá seleccionar aquellos artículos de calidad
metodológica, relevancia suficiente y utilidad para nuestra práctica profesional.

Actualmente existen dos sistemas de clasificación de los niveles de evidencia: El sitema


SIGN (con grado de recomendación A, B, C, D) y el sistema GRADE (clasifica la calidad
de la evidencia en Alta, Moderada, Baja, Muy Baja).

4)      Aplicación de la Intervención:

Debemos tener siempre en cuenta los riesgos, beneficios, expectativas, preferencias del
paciente y sus necesidades. El instrumento para la aplicación de la evidencia científica lo
tenemos a través de las Guías de Práctica Clínica (GPC).

5)      Evaluación de los cambios:

Con ella se pretende reflejar y objetivar las mejorar en los cuidados y en los resultados de
salud de los pacientes que esperamos obtener al modificar nuestra práctica clínica diaria y
basarla en la mejorar evidencia científica probada y aceptada.

En el campo de la enfermería se están desarrollando más y mejores fuentes de recogida de


la información, lo que permite poner en marcha un sistema de comunicación y formación
entre los profesionales, conduciendo en un futuro a cambios y avances importantes en la
práctica clínica, la formación y la investigación de la profesión enfermera.
3.3 CONCEPTOS ASOCIADOS A LA EVIDENCIA CIENTIFICA, EVIDENCIA,
EVIDENCIAS CIENTIFICAS EN CIENCIAS DE LA SALUD Y LAS EVIDENCIAS
CIENTIFICAS EN ENFERMERIA
CONCEPTOS ASOCIADOS A LA EVIDENCIA CIENTIFICA, EVIDENCIA,
EVIDENCIA CIENTIFICA EN CIENCIAS DE LA SALUD Y LAS EVIDENCIAS
CIENTIFICAS DE ENFERMERIA.

La Medicina Basada en la Evidencia, proviene de la expresión inglesa, Evidence-based


Medicine (EEM). Evidence significa, datos- indicios, mientras que traducido por
transparencia evidencia, implica certeza. Esta diferencia en la traducción lleva a un error de
interpretación del concepto, ya que en ingles se refiera a la utilización racional de datos
actualizados en el ejercicio de la medicina y no de certezas inamovibles. En ciencia las
certezas son efímeras, los dogmas tambalean y caen a los pies de los nuevos
descubrimientos. Podríamos arriesgar que la medicina basada en evidencia comienza a
gestarse (no a nombrarla), aproximadamente en 1960, junto con el diseño de los ensayos
clínicos, aplicados a la medicina.

David Eddy (1982)  médico, matemático, y analista de la salud realizó un trabajo seminal
en el modelado matemático de las enfermedades, las guías de práctica clínica y la medicina
basada en la evidencia.  Los aspectos más destacados de su carrera han sido resumidos por
el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU, Eddy escribió el
documento fundamental sobre el papel de las directrices en la toma de decisiones médicas,
el primer modelo de Markov aplicado a problemas clínicos, y los criterios originales para
las decisiones de cobertura, fue el primero en utilizar y publicar el término "basada en la
evidencia.

En 1992 se origina la “Medicina Basada en la Evidencia”, en la Escuela de Medicina de la


Universidad de Mc Master, http://www.mcmaster.ca/, (Hamilton, Ontario, Canadá), 
(Evidence-Based Medicine Working Group / EBMWG), y en noviembre de ese año
publican en la revista “JAMA”(5), el artículo que inicia y promueve a nivel mundial la
difusión de un nuevo enfoque para la práctica de la medicina. Este trabajo proponía un
cambio en el modelo o paradigma del aprendizaje y el ejercicio de la medicina, y formulaba
el ideario del movimiento. La MBE ha cambiado la formación médica en muchas escuelas
de medicina y de disciplinas afines en el campo de la salud.

Ya en los años sesenta, en la Universidad McMaster, comienza a desarrollarse un programa


educativo, interdisciplinario, centrado en resolución de problemas individuales. Esta
metodología es similar a la propuesta en la MBE.

Esta corriente de pensamiento en medicina ha tenido una gran difusión y ha generado una
serie de cambios en nuestra forma de ver la medicina, o por lo menos nos ha permitido
pensar en la forma como la practicamos. Este creciente interés se pone de manifiesto en el
número de publicaciones en internet en los que se cita la “medicina basada en evidencia”.
En febrero de 2004  se nombra este término en cerca de 13.000 páginas,  y en el 2014, casi
130.000 páginas aparecen en el buscador Google en español. Esto sin contar innumerables
cursos, seminarios, congresos y workshops que se dictan cada año en referencia al tema.

A pesar que el término ha sido adoptado por diversas disciplinas y adaptado a su uso
(Enfermería Basada en la Evidencia, Práctica Clínica Basada en la Evidencia, etc, etc,) los
objetivos para todas las áreas son lo mismo, por eso es correcto utilizar el término genérico
cuando se escribe un artículo sobre MBE. 

En uno de los artículos más citados de las últimas décadas, publicado en 1996 en el British
Medical Journal, Sackett afirma que la MBE “es el uso consciente, explícito y juicioso de
las mejores evidencias disponibles para tomar decisiones acerca del cuidado de pacientes
individuales”.  Y en el párrafo siguiente elige su historia: “la MBE tiene sus orígenes
filosóficos a mediados del siglo XIX en París…”, es decir, con el surgimiento de la
medicina sobre bases científicas fisiopatológicas con Claude Bernard y los conceptos de
Louis Pasteur para el estudio de intervenciones con metodologías rigurosas y
comparativas. 

El contexto histórico donde se origina y desarrolla la MBE, es necesario que sea


considerado, ya que permitirá tener una mejor perspectiva de su génesis, sus aspectos
filosóficos y propuestas académicas. Bucear sus orígenes es nadar sobre corrientes
positivistas, donde se insistía que la enseñanza y la práctica de la medicina, debía instalarse
como disciplina científica. Por eso, quienes promueven esta visión, se instalan en París a
mediados del siglo XIX, con sus escépticos post-revolucionarios (Bichat, Magendie, etc.)
(6) y bajo el marco del positivismo, donde se proclamaba al método científico como fuente
de cualquier conocimiento válido (10), y tuvo en Claude Bernard un maravilloso y entusiasta
promotor del método científico (experimental).

Comprendiendo a la Medicina Basada en la Evidencia

"Sabemos que las ciencias proponen una integración progresiva e incesante de la


experiencia en cada dominio de la realidad, valiéndose para ello, de métodos cada vez
menos inexactos; esos métodos cuya aplicación distingue al hombre científico del hombre
palabrista, permiten disminuir la cantidad de error contenido en las hipótesis, con que la
inteligencia humana se aventura a explicar los diversos problemas no resueltos por la
experiencia. Esto equivale a afirmar la relatividad de los conocimientos científicos, la
perfectibilidad de los métodos y de los resultados, la absurdidad de toda creencia absoluta,
indiscutible e inevocable" José Ingenieros. 

La Medicina Basada en la Evidencia (MBE), de manera sostenida, ha irrumpido en la


práctica médica con un mensaje sencillo e insistiendo en la necesidad que el médico adopte
un abordaje científico para recoger e interpretar toda información disponible referente a
terapéutica, diagnóstico y pronóstico que puedan aplicar a su práctica asistencial.

La verdadera Medicina Basada en Evidencia nace de la lógica científica y por eso su


enorme poder. Incluso supera conceptos fisiopatológicos.

La MBE es considerada como un nuevo paradigma que internacionalmente regula hoy las
prácticas institucionales, curriculares, clínicas y de investigación en el área de la salud.

De todas maneras, Tajer estima que considerarla un nuevo paradigma de toda la actividad


médica o a las evidencias como base de la medicina probablemente sea un error. La MBE
no es en realidad una forma de practicar la medicina, sino sólo una metodología para el
análisis de una parte de la información relevante. No tiene sentido plantear una alternativa a
la MBE, sino una reducción de su papel a un aspecto parcial de la compleja práctica
médica.
Esta nace como producto de la epidemiología clínica, en un intento para brindarle al
médico conceptos elementales y de manera amigable, sobre epidemiología clínica y
bioestadística. Estos conceptos metodológicos se irán transformando en herramientas cuya
utilidad se ve enfocada, por ejemplo, en el área información médica, facilitando su
clasificación en forma eficiente de los estudios que presentan información veraz y
relevante. 

Cuando se hace referencia a la práctica de la MBE, estamos hablando de la integración de


“la competencia clínica individual con la mejor evidencia clínica externa disponible”
mediante procesos vinculados con la investigación sistematizada.  La competencia clínica
es la habilidad y buen juicio que el médico adquiere con los años mediante la práctica de la
medicina y acumulación de experiencia.  La mejor evidencia clínica externa disponible está
basada en la posibilidad de acceso a trabajos de investigación relevantes, sean estos en el
área experimental o epidemiológica, sobre todo cuando el eje relevante es el paciente y lo
que se quiere demostrar: diagnóstico, prevención, terapéutica, rehabilitación, etc. 

La MBE está intentando restarle importancia a la intuición, experiencia y conocimientos


fisiopatológicos, por si solos, como base para que el médico asistencial tome decisiones
clínicas. Insiste sobre la necesidad de evaluar de manera crítica la información de los
trabajos de investigación disponibles. De esta necesidad de conocimientos confiables y
aplicables en la práctica diaria, la MBE fundamenta y sienta bases para el aprendizaje de
métodos sistemáticos de búsqueda de la literatura médica, aplicación del análisis crítico, y
buen uso de los resultados publicados en la literatura médica, para la correcta toma de
decisiones referentes al cuidado de un paciente individual.

Pero la medicina científica, lo mismo que las otras ciencias, no puede constituirse más que
por la vía experimental, es decir, por la aplicación inmediata y rigurosa del razonamiento a
los hechos que la observación y la experimentación nos suministran. El método
experimental, considerado en sí mismo, no es otra cosa que un razonamiento con cuya
ayuda sometemos metódicamente nuestras ideas a la experiencia de los hechos. Claude
Bernard 
Si bien, Descartes lo anunciaba con gran anticipación, gran parte de los conocimientos
adquiridos, incluso en la actualidad, están relacionados con el principio de autoridad. “No
aceptar nunca como verdadera ninguna cosa que no conociese con evidencia que lo era.” 

"La experiencia personal del médico, es un factor influyente en la toma de decisiones, pero
como cualquier otro análisis subjetivo, no está exento de errores de apreciación y sesgos
que podrán en ciertos casos, distorsionar la interpretación de los datos acumulados".

Si bien hubo objeciones a la MBE, siempre fueron dirigidas a que esta sería como un libro
de cocina para la medicina, es decir, tratando a pacientes de manera estricta según
algoritmos o fórmulas derivadas de investigaciones. De hecho, la MBE utiliza esa evidencia
como un componente más de la decisión clínica, junto con la circunstancia del paciente (a
través de la experiencia del médico y la preferencia de aquellos. Así, los datos de
investigación, las circunstancias clínicas y los deseos del paciente son combinados para
derivar a una decisión óptima, un diagnóstico más efectivo y eficiente, y una identificación
más prudente y manejo compasivo de los problemas, derechos y preferencias del paciente
individual al tomar decisiones clínicas acerca de su cuidado.es decir, juicio clínico y
experiencia. 
La MBE, es más que la integración de la experiencia clínica con la mejor evidencia clínica
disponible que se deriva de la investigación sistematizada.  La experiencia clínica
individual, es la competencia y juico que cada médico adquiere a través de su experiencia y
práctica clínica; mientras que la mejor evidencia clínica disponible, es la investigación
clínica relevante que se obtiene de las ciencias básicas de la medicina, pero que se derivan
especialmente de la investigación clínica dirigida a los pacientes, en la que existe una
evaluación de la exactitud y precisión de las pruebas y marcadores de diagnóstico, así
como, la eficacia y seguridad de los regímenes de prevención, tratamiento y diagnóstico. 

Sin embargo, para que esto se lleve a cabo, es necesario que el médico adquiera nuevas
habilidades, la capacidad de análisis crítico de la literatura y la aplicación de métodos
formales para evaluar la calidad de los estudios de investigación disponibles .

La adquisición de esta metodología, la lectura crítica, es sumamente necesaria para la


práctica de la medicina. Y esto se refleja diariamente, ya que la atención de los pacientes,
nos generan muchas preguntas acerca del diagnóstico, pronóstico y tratamiento de una
determinada enfermedad o padecimiento. Esto genera la necesidad de  mantenerse al día
con los avances de la medicina y la mejor herramienta de adquisición de conocimientos se
obtiene por medio de la literatura médica. Esto no es tarea fácil debido a la creciente
producción de trabajos de investigación, ya que para estar bien informado y actualizado, un
médico debería leer y analizar en promedio unos 19 artículos diarios durante los 365 días al
año. 

Que es lo que pasaba antes que irrumpiera la MBE? Cómo se explicaba anteriormente, en la
asistencia diaria de pacientes, nos enfrentamos a dudas razonables en cualquier espectro de
la atención, por ejemplo: la eficacia, efectividad y/o eficiencia de un nuevo tratamiento, la
importancia de una prueba diagnóstica diferente, los efectos perjudiciales de una
intervención sanitaria, el pronóstico de una enfermedad, etc. Se necesita a diario
información válida sobre prevención, diagnóstico, pronóstico y tratamiento. Se calcula que
esa necesidad ocurre cinco veces por cada paciente hospitalizado y dos veces por cada tres
pacientes atendidos de forma ambulatoria.
Ante esto se intentaba buscar una solución de manera tradicional, preguntando a colegas
con mayor experiencia (principio de autoridad) en el tema, consultas a libros o
enciclopedias médicas y la lectura de revistas biomédicas, lo que generaba no pocas
limitaciones, por ejemplo :

 La opinión de colegas con mayor experiencia en el tema puede llevarnos a no tomar


la mejor decisión, dado que está demostrado que en la práctica clínica se ha
consagrado el uso de procedimientos diagnósticos y terapéuticos que no han
probado su validez en estudios científicos.
 Los libros de texto, por el retraso que condiciona el propio proceso editorial, en
muchas ocasiones contienen información obsoleta en el momento de ser
publicados, especialmente en relación a temas diagnóstico-terapéuticos(no tanto en
relación con aspectos de fisiopatología o etiopatogenia).
 El elevado número de revistas existentes ofrece una información demasiado
voluminosa, heterogénea en calidad y muchos con dudosa metodología, cuya
consulta requeriría un tiempo del que no disponemos, y se ha acuñado el término
“infoxicación” para describir este exceso de información científica al que estamos
sometidos.

Entonces, no hay duda que la manera en que habitualmente ocurre la actualización (si
ocurre del todo) en los médicos, se distancia mucho de ser la ideal, pues falla en el proceso
de discriminar y reflexionar sobre la relevancia y aplicabilidad de la información recibida. 

Sabemos ahora, que la MBE promueve la búsqueda, interpretación, e integración de


aquellas evidencias contenidas en los estudios de investigación clínica, sobre el
diagnóstico, pronóstico, tratamiento, y otros aspectos de la asistencia sanitaria, las cuales
tienen las características de que son válidas, importantes y aplicables. Pero, su correcta
práctica requiere cierto entrenamiento previo, los cuales se mencionan a continuación: 

1. Es necesario admitir que no sabemos, es imposible saber todo. Esto lleva a una
correcta formulación de una pregunta clínica correcta y contestable.
2. Saber implementar la investigación bibliográfica en busca de las mejores evidencias
que respondan la pregunta clínica concreta. Este paso nos da la posibilidad de
encontrar una respuesta aunque no tengamos conocimientos previos sobre el tema.

3. Análisis crítico de la evidencia, su validez, impacto y aplicabilidad a la práctica


clínica.

4. Integrar estas evidencias ya analizadas con nuestras habilidades clínicas y con


nuestro paciente biológicamente único y sus circunstancias particulares. Anclaje de
la teoría con la realidad.

5. Evaluación de la práctica clínica y de nuestra capacidad para realizar las primeras


cuatro etapas y buscar maneras para mejorar ambas.

Conceptos sobre Evidencia

Ejercer la práctica médica es una experiencia basada en la relación del médico y paciente.
Así ha sido y seguirá siendo. Esta relación interpersonal, combina el juicio clínico y la
opinión médica y lo que interpreta o siente el paciente con respecto a la información
recibida por parte del médico. Pero, sin duda, que el profesional debe conocer  e interpretar
correctamente las evidencias disponibles en la literatura científica para cerrar este círculo.

La medicina siempre se ha basado en evidencia. La MBE ha tomado lo mejor del Método


Epidemiológico, y ha puesto al servicio del médico las herramientas necesarias para buscar,
seleccionar, interpretar y sacar conclusiones válidas de los estudios de investigación
disponibles hasta ese momento.

Esta metodología pretende constituirse en una nueva forma de ejercer la medicina. De


ninguna manera podemos ignorar que la historia de la medicina se ha caracterizado por la
búsqueda de la mejor evidencia disponible, aunque quizá sin un método confiable, lo que
muchas veces quedaba opacado por la aplicación de los conocimientos basados en la
autoridad y experiencia personal, con sus consabidos sesgos.  

El conocimiento médico se expande diariamente con velocidad cercana a la luz. Pero,


donde se encuentra la información que uno necesita ahora, cómo encontrarla, qué valor
tiene los datos que me provee y serán aplicables a mi paciente? En esta búsqueda aparecen
estudios sesgados, con metodología errónea, auspiciados por Empresas Medicinales,
ensayos clínicos controlados, serie de casos, etc. Es por eso que no contar con ciertas
habilidades no se sabrá cómo buscar e interpretar la evidencia necesaria para mi paciente.

Este sinuoso camino en busca de nuestras necesidades científicas está surcado y obstruido
por artículos no relacionados con los motivos primarios de la búsqueda inicial, o si lo son,
no poseen los métodos necesarios para considerarlos de interés científico para la lectura¨.

En la búsqueda de la mejor evidencia disponible, es necesario otorgar un valor jerárquico a


la evidencia disponible, con el objetivo de tener una guía para decidir si aplicar o no una
determinada intervención, tratamiento o procedimiento; a partir de la cual se pueda emitir
una recomendación basada en la solidez de la evidencia que la respalda.   Como se verá, es
claro que la idea central de “evidencia” es sólo aquella investigación que esté
fundamentada en criterios epidemiológicos y bioestadísticos y ésta deberá ser aplicada
directamente al paciente.

Si tenemos en cuenta que a los cinco años siguientes a la obtención del título de médico el
50% de los conocimientos adquiridos ya han sido reemplazados por nuevos, podremos
deducir que esta situación llevará a una progresiva pérdida de la competencia o excelencia
profesional una vez terminada la formación de grado. 

La mejor evidencia disponible, se encuentran en los ensayos clínicos aleatorizados (ECA) y


en las revisiones sistemáticas (RS) de estos (ECA). Si se consideran a estos como el mayor
nivel de evidencia, los de mayor jerarquía; es claro que basaremos nuestra decisión clínica
en los datos obtenidos de una RS o ECA. Puede ocurrir que no tengamos a disposición
estos trabajos, por lo que el médico deberá contentarse con otros estudios de disímil poder
científico, con sus falencias metodológicas propias del diseño, que a priori debe reconocer,
para saber cuál es el tipo de evidencia en que uno basa la decisión clínica. 

¿Cuál es la evidencia perfecta? sino “Cuan buena es la evidencia”. En la investigación


médica no todas las fuentes de evidencia son iguales, por lo que los epidemiólogos están de
acuerdo en que la siguiente clasificación, de los que brindan la evidencia más confiable a
los de menos, es aceptada: 
 Estudios controlados al azar

 Estudios prospectivos de cohorte

 Estudios retrospectivos de cohorte

 Estudios de control de casos

 Serie de casos

 Reporte de casos

 Opinión de experto

 Observación personal

Muchos médicos pueden estar molestos por creer que para la práctica de la MBE necesitan
tener conocimientos sobre Matemática y fórmulas de Estadística. Sin embargo, la realidad
de la MBE es que puede prescindir de un preciso manejo de los números y no se necesita
ser estadístico, solo se debe saber cómo interpretar y usar los que los estadísticos produce. 

En el año 2000 y con el objetivo de abordar las deficiencias de los actuales sistemas de
clasificación, personas (constituido por un grupo internacional y multidisciplinario de
metodólogos, desarrolladores de guías clínicas y médicos involucrados en la práctica
clínica), de las diferentes instituciones que han desarrollado estas clasificaciones y/o
elaboran Guías de Práctica Clínica crearon el grupo de trabajo "Grading of
Recommendations Assessment, Development and Evaluation” (GRADE) . Este grupo de
trabajo ha desarrollado el sistema GRADE, el cual persigue hacer juicios más coherentes y
que la comunicación de dichos juicios pueda respaldar opciones mejor fundamentadas en la
atención sanitaria. Este sistema, actualmente en desarrollo, está ampliando su clasificación
a estudios diagnósticos y está siendo adoptada por numerosas entidades e instituciones.

El sistema de clasificación GRADE  juzga la calidad de la evidencia para cada variable


importante, teniendo en cuenta el diseño del estudio, la calidad, la consistencia y si la
evidencia es directa  Lo novedoso de este sistema es que es un método riguroso y
transparente para la clasificación de la calidad de la evidencia, para balancear los beneficios
y los riesgos de una intervención médica, permitiendo un reconocimiento explícito de los
valores y preferencias que representan las recomendaciones (para los pacientes y para los
médicos), y si la intervención constituye un uso racional de los recursos desde el punto de
vista de la autoridad administrativa.  Para clasificar la calidad de la evidencia el GRADE
Working Group sugiere las siguientes definiciones:

 Alta: es muy poco probable que nuevos estudios cambien la confianza que tenemos
en el resultado estimado.
 Moderada: es probable que nuevos estudios tengan un impacto importante en la
confianza que tenemos en el resultado estimado y que puedan modificar el
resultado.
 Baja: es muy probable que nuevos estudios tengan un impacto importante en la
confianza que tenemos en el resultado estimado y que puedan modificar el
resultado.
 Muy baja: cualquier resultado estimado es muy incierto.

El sistema GRADE propone las siguientes definiciones: 

Calidad de la evidencia: indica hasta qué punto nuestra confianza en la estimación de un


efecto es adecuada para apoyar una recomendación.

Fuerza de la recomendación: indica hasta qué punto podemos confiar si poner en práctica la
recomendación conllevará más beneficios que riesgos. El sistema GRADE considera dos
categorías en relación a la fuerza de las recomendaciones:

Recomendación fuerte: se formula una recomendación fuerte a favor de una intervención


cuando se confía en que los efectos deseables de la intervención superan a los indeseables;
o fuerte en contra en la situación inversa, en la que los efectos indeseables de la
intervención superan los deseables.

Recomendación débil: las recomendaciones débiles, tanto a favor como en contra de una
intervención, se formulan cuando no se disponen de pruebas concluyentes sobre los efectos
de la intervención.
El escenario en salud valoriza elementos asociados a la tecnología, los costos, el debate
entre aspectos éticos - biológicos y la calidad de la atención.

El impulso fundamental de la MBE fue dado por Archie Cochrane en la década de los 70, a
quien se le considera pionero en las investigaciones de los servicios sanitarios. Su libro
"Efectividad y Eficacia: Reflexiones aleatorias en los Servicios de Salud", es considerado
crucial para la filosofía sanitaria y su mensaje principal es que no se puede mejorar la
eficiencia sin pasar por la eficacia y la efectividad. Todos estos términos se encuentran
asociados a la evaluación de la práctica diaria, afirmando que "es necesario establecer un
mecanismo que garantice que las revisiones sistemáticas sean realizadas, actualizadas y
divulgadas adecuadamente"

La medicina basada en la evidencia o en la prueba, es una forma de abordar los problemas


clínicos, utilizando para solucionarlos aquellos resultados originados en la investigación
científica. En palabras de D L Sackett, de Oxford (7), se refiere a ella como "El uso
consciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia actual pertinente al cuidado de
pacientes individuales. La práctica de la Medicina Basada en la Evidencia significa la
integración de la experiencia y habilidad clínica individual con la mejor evidencia clínica
externa emanada de revisiones sistemáticas (8). Los buenos médicos usan tanto su
experiencia clínica como la mejor evidencia externa, pero ninguna de ellas por sí sola es
suficiente. Sin la experiencia clínica, el ejercicio médico corre el riesgo de ser tiranizado
por la evidencia externa, por cuanto aun la mejor evidencia externa puede ser inaplicable o
inapropiada ante un paciente individual. Y sin la evidencia externa actualizada, el médico
puede volverse rápidamente obsoleto, en detrimento de los pacientes". De tal forma que la
evidencia reduce el uso de la intuición, la experiencia clínica no sistemática y la fisiopa-
tología racional como base suficiente para la toma de decisiones clínicas y pone énfasis en
el examen de evidencias para la investigación clínica.
¿CÓMO SE ENCUENTRAN CLASIFICADAS LAS EVIDENCIAS?

Existen varias propuestas para la clasificación de las evidencias. Una de las más conocidas
y tal vez la más sencilla es la de United States Preventive Task Force (USPSTF) que
clasifica las evidencias en 3 niveles.
Otra clasificación es la del Centro de Medicina Basada en la Evidencia de Oxford (CEBM)
no sólo evalúa las intervenciones terapéuticas y preventivas, sino también aquéllas ligadas
al diagnóstico, pronóstico, factores de riesgo y evaluación económica
EVIDENCIAS CIENTÍFICAS EN ENFERMERÍA

La Enfermería Basada en la Evidencia se define como «la búsqueda sistemática de una


respuesta basada en la investigación, útil y pertinente para la práctica de las enfermeras,
pero que considera un enfoque reflexivo e interpretativo que es el que permite hacer uso de
los hallazgos de la investigación en la realidad particular de la enfermera».

Es un movimiento que tiene su origen en lo que Sackett en 1996 definió como Medicina
Basada en la Evidencia, “la utilización consciente, explícita y juiciosa de la mejor evidencia
clínica disponible para tomar decisiones sobre el cuidado de cada paciente”, siendo cuatro
sus bases conceptuales: la investigación, la experiencia del profesional, la preferencia y
valores de los usuarios y los recursos disponibles.

Lo que prima en la actualidad es un abordaje conceptual que pone énfasis en la


incorporación de la investigación en la atención a la salud, de ahí que se hable de una
Práctica Basada en la Evidencia.

Metodológicamente este modelo nos propone una forma de actuar en base a cinco etapas:

1) Formulación de preguntas clínicas: esta pregunta surge en el día a día del profesional


y tiene una naturaleza práctica. Pone en duda lo que se hace y cómo se hace.

2) Localización de la información: mediante un procedimiento sistemático y estructurado


de búsqueda de información científica, se trata de localizar las mejores recomendaciones
basadas en la investigación para dar respuesta a la pregunta clínica.

3) Contextualización. Lectura crítica: es importante no aceptar como válido todo lo que


leemos porque no siempre es así. Mediante la lectura crítica conseguimos seleccionar la
información válida. Se trata de un proceso en el que se evaluá el diseño y la metodología de
un estudio, la calidad de los datos y se analizan e interpretan los resultados. Para ello
disponemos de unos instrumentos, las guías de lectura crítica, que facilitan esta tarea.
Además, la lectura crítica permite hacer un análisis del contexto en el que se pretenden
implementar las evidencias localizadas en la fase anterior
4) Implementación: una vez que disponemos de la información necesaria que responda a
la pregunta clínica, es el momento de llevar a cabo esa nueva intervención o cambio de
procedimiento.

5) Evaluación: paralelamente a la fase anterior, trataremos de comprobar si ese cambio que


hemos introducido en la práctica es efectivo y proporciona mejores resultados que la
intervención que realizábamos previamente. En algunos casos será necesario hacer
comparaciones de coste-efectividad.
3.4 ETAPAS DE LA METODOLOGIA Y EVIDENCIAS DE LA CIENCIA
ETAPAS DE LA METODOLOGIA Y EVIDENCIA CIENTIFICA

fases del ciclo de la Enfermería Basada en Evidencias o EBE.

Se suele describir esta metodología como un proceso dinámico y continuo de cinco fases.
Estas fases aplicadas al campo competencial de las enfermeras surgen de la interacción
enfermera-paciente y abarcan desde la identificación de una duda o necesidad de
información hasta la comprobación de que resolver esa duda y aplicar los cambios que de
su respuesta se derivan, ha tenido unos resultados positivos.
Las 5 fases del ciclo de la Enfermería Basada en Evidencias

Sackett definió el punto de partida con la pregunta de investigación y así el proceso


continuo con las cinco fases es:

1. Esta pregunta debe tener una estructura en la que se identifique claramente la


persona o población o situación, intervención habitual frente al problema,
intervención nueva a considerar y el efecto o resultado esperado.

2. Recolección de evidencia científica mejor y más relevante. Consiste en una


búsqueda  bibliográfica que brinde la mejor respuesta a la pregunta  o problema
planteado. Existen diversas fuentes de información primarias y secundarias,  como
libros, bases de datos, publicaciones periódicas, catálogos, internet,   de ahí que es
importante destacar, que la búsqueda se debe realizar de manera analítica, para
determinar la calidad de la información obtenida.  Para  esta búsqueda de
información las bases de datos en enfermería y salud son esenciales , con una
amplia colección de revisión sistemática de investigación en salud.

3. Evaluar la validez y utilidad de los hallazgos. Se realiza una lectura crítica de la


evidencia encontrada y se clasifica la información en niveles.  Algunas preguntas
pueden guiar la valoración, por ejemplo: ¿Cuáles son los resultados del estudio?,
¿son los resultados del estudio válidos y confiables? ¿fue rigurosa la metodología
para obtener los resultados hallados?, y ¿son resultados clínicamente relevantes para
los pacientes?

4. Implementación de las evidencias en la práctica. Este paso representa un gran reto,


pues tiene como objetivo principal, mejorar el cuidado hacia el usuario, familia o
comunidad. Para lograr lo anterior, la enfermera puede realizar la siguiente
pregunta: ¿qué diferencia hace la evidencia en el progreso, condiciones, o resultados
de los pacientes? En este acto de cuidado se debe tener en consideración las
preferencias de la o las personas hacia quienes va dirigido.
5. Evaluar los resultados. La evaluación del impacto de una intervención es un aspecto
crucial en el proceso de la EBE. Incluye mediciones fisiológicas, psicológicas,
disminución de costos, tiempo de estadía, satisfacción laboral y satisfacción del
usuario, de esta forma se puede determinar si los objetivos del cuidado se
cumplieron. Permite la retroalimentación  permanente entre la investigación y la
clínica.

Es por esto, que la EBE viene de la concepción de que el cuidado que brindamos está
determinado por una investigación sólida, que es la acumulación de los resultados de varios
estudios, generalmente usando diversos diseños los que brindan evidencias suficientes para
crear un cambio.     

El objetivo de este blog es ofrecer material adicional que te ayudará a complementar


algunos temas vistos en el aula. Estas son algunas referencias y enlaces que te ayudarán a
revisar más sobre la Metodología de la Enfermería Basada en la Evidencia.
INTRODUCCION

La Enfermería Basada en la Evidencia se define como «la búsqueda sistemática de una


respuesta basada en la investigación, útil y pertinente para la práctica de las enfermeras,
pero que considera un enfoque reflexivo e interpretativo que es el que permite hacer uso de
los hallazgos de la investigación en la realidad particular de la enfermera».

La investigación es una interrogante o estudio sistémico y concienzudo que perfecciona o


da por válidos conocimientos ya existentes y desarrolla otros nuevos.

Los antecedentes de investigación en Enfermería están enmarcados a mediados del siglo


XIX, cuando surge la figura de Florence Nightingale, que en el marco de profundos
cambios sociales, políticos y económicos trabaja por la formación y profesionalización de
la enfermería.

Florence expresó su firme convicción de que el conocimiento de la enfermería era


intrínsecamente diferente del de la ciencia médica. Sus aportes teóricos, afectados por la
realidad histórica que vivió, estuvieron principalmente dirigidos a la relación paciente-
entorno.

Por otro lado, realizó los primeros análisis estadísticos acerca del ejercicio de la profesión
enfermera, por lo que fue considerada pionera en la revolucionaria idea de que los
fenómenos sociales pueden medirse y someterse al análisis matemático.

En relación con otras ciencias en desarrollo, la enfermería se halla en las primeras etapas de
la evolución científica. Sin embargo, la necesidad creciente del desarrollo de un cuerpo teó-
rico propio de la disciplina que sustente la práctica clínica, ha intensificado los esfuerzos de
la comunidad enfermera en este sentido.

A partir de la década del 50 del siglo XIX, y hasta la actualidad, la enfermería se ha


caracterizado por el desarrollo de teorías que han aportado conocimiento empírico. El
desarrollo sistemático de estas teorías científicas sobre enfermería mejoraría el ejercicio de
esta profesión y definiría las bases de una ciencia enfermera en continuo progreso.
Conceptualizaciones recientes sobre la enfermería plantean que la práctica de la disciplina y
la investigación están íntimamente relacionados; se entiende que el conocimiento de la
disciplina proviene de la relación recíproca entre teoría, el conocimiento y la práctica; está
relación permite a la profesión enfrentar de mejor manera sus obligaciones con la sociedad

Partiendo del principio que desde la teoría se generan los cimientos científicos para ejercer
la práctica profesional, y que la práctica es el marco en que las teorías son verificadas y
validadas, surge el concepto de práctica basada en evidencias (PBE).

La enfermería basada en la evidencia (EBE) nació en la década de los 90 al alero de la


implementación de la medicina basada en evidencias (MBE), razón por la cual adoptó su
marco positivista. A medida que se profundizó en el tema de la evidencia científica y su
incorporación a la práctica, este marco conceptual no llenaba las expectativas de nuestra
disciplina, donde la complementación de la investigación cualitativa entrega evidencias que
son utilizadas en las diferentes instancias.

El desarrollo de la EBE (definición, descripción teórica de sus fases y posterior aplicación


práctica) se ha visto favorecido por la existencia de varias iniciativas cuya finalidad es
promover la utilización de los resultados de la investigación en la práctica clínica;
organizaciones internacionales enfermeras, como la Sigma Theta Tau International, han
incorporado dentro de sus estrategias la promoción de la práctica basada en evidencias.
También se han creado revistas y programas de educación continuada con este fin (8).

La EBE conduce a la toma de decisiones con base a la evidencia emanada de la


investigación, la experiencia clínica sistematizada y se propone como modelo, en el cual las
preguntas de investigación proceden de los problemas cotidianos y se evalúan
sistemáticamente a través de los resultados de investigación, de manera que se adopten las
mejores decisiones en el acto del cuidar.

Teniendo en cuenta las posibilidades que abre la EBE en el campo de la investigación, nos
proponemos sistematizar a través de la revisión y el análisis de la bibliografía actualizada
del tema, los aspectos teóricos de la práctica basada en evidencias y su aplicación a la
práctica enfermera.
CONCLUSION

La práctica enfermera de calidad necesita ser implementada sobre la base de sólidos


cimientos científicos, que en la mayoría de las ocasiones provienen de la investigación
científica.

En la actualidad la EBE se propone como un modelo que permite evaluar y documentar las
prácticas y la efectividad de las intervenciones de enfermería ante cada problema o
respuesta de un paciente.

Los autores consultados coinciden en señalar que se ha convertido en una importante


herramienta para la toma de decisiones y la pertinencia de los cuidados. Lo que se busca
con la EBE es la consolidación del ejercicio profesional enfermero.

Sin embargo, es preciso señalar que conocer las herramientas para la implementación de
esta práctica, poseer los conocimientos y la experiencia clínica no es suficiente, es
necesario que la enfermera posea habilidades de escucha y sensibilidad para respetar las
preferencias y valores de los pacientes.

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