MODELO DE COMPETENCIAS EN LA EDUCACIÓN Y SU RENOVACIÓN POR

LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA EN MÉXICO

COMPETENCES MODEL IN EDUCATION AND ITS RENEWAL DUE TO THE EFFECTS OF THE
PANDEMIC IN MEXICO

LUZ MARÍA DEL SOCORRO CÁRDENAS ZUAZO*

RESUMEN
Este artículo es un estudio de tipo descriptivo que aborda el estado del arte del panorama conceptual del modelo educativo
por competencias, las teorías que han servido de sustento en educación, así como las razones que han originado su polisemia
y se explican los tipos de competencias aplicados actualmente. Es bien sabido que las competencias preparan para la vida
laboral; sin embargo deben ser herramientas que también sean útiles para la vida personal, por lo que posteriormente se
hace una reflexión del momento que la sociedad educativa ha tenido que enfrentar al vivir una Pandemia, donde se ha
observado que tanto las competencias de los profesores como las que se impartían a los estudiantes no han sido suficientes
para enfrentar esta etapa. Al final se proponen habilidades detectadas que se sugiere se deben desarrollar como parte de lo
que ha quedado hasta ahora registrado como experiencia de vivir esta etapa de Pandemia y propuesta de las necesidades de
adecuar el modelo de competencias ante la situación mundial que se vive. Por último, en las conclusiones se sustenta la
necesidad de la preparación docente con las competencias necesarias para hacer frente al cambio de vida que se presenta
por una situación pandémica con el fin de beneficiar la continuidad de la enseñanza.

Palabras claves: Competencias. Modelo. Educación. Pandemia.

ABSTRACT
This article is a descriptive study that deals with the state of the art of the conceptual panorama of the educational model by
competencies, the theories that have served as a support in education, as well as the reasons that have originated its
polysemy and explains the types of competencies currently applied. It is well known that competencies prepare for working
life; however, they must be tools that are also useful for personal life, so later on we reflect on the moment that the
educational society has had to face when living a Pandemic, where it has been observed that both the competencies of
teachers and those taught to students have not been sufficient to face this stage. At the end, we propose detected skills that
we suggest should be developed as part of what has been registered so far as an experience of living this stage of Pandemic
and proposal of the needs to adapt the model of competences to the world situation we are living. Finally, the conclusions
support the need for teacher preparation with the necessary skills to cope with the change of life that is presented by a
pandemic situation in order to benefit the continuity of education.

Keywords: Competences. Model. Education. Pandemic.

Recepcionado: 04.10.2017. Aceptado: 06.10.2020.

1
*Doctor en Educación. Universidad Abierta, México. E-mail:luzmazuazo@live.com.mx
 INTRODUCCIÓN
La educación por competencias ha sido un
modelo de aprendizaje con diversas
conceptualizaciones y por consiguiente en
constante cambio; pero siempre con la finalidad de
favorecer la enseñanza a los estudiantes desde la
educación básica hasta la formación profesional de
la habilidades requeridas para aprender y
potenciar sus aptitudes para hacer énfasis en lo
que el mercado laboral y la situación actual va
requiriendo sobre la capacitación de las personas
para desempañar diferentes empleos. La presente
investigación descriptiva se desarrolla por la
inquietud de hacer una reflexión de las
competencias que se han venido instruyendo en
las instituciones con respecto a la actualización
que requerirán frente los grandes cambios que se
tendrán por la etapa que cómo humanidad nos ha
tocado vivir con la pandemia de COVID-19. Con
una pluralidad de adversidades que han tenido que
enfrentar todos los ámbitos de la sociedad; el
sector educativo público de modalidad presencial
tuvo que hacer frente a una situación para lo cual
no estaba preparada, lo anterior se pudo observar
en la urgente necesidad que fue para los maestros
de diferentes niveles educativos presenciales el
poner en uso prácticamente de un día para otro el
manejo de herramientas digitales para tratar de
transmitir a los alumnos los conocimientos y
concluir el ciclo escolar, así como del esfuerzo del
estudiante de desarrollar la habilidad del manejo
de las diferentes herramientas TIC que el maestro
utilizaría, a la vez de cumplir con las tareas,
participar activamente, comprender lo explicado o
ser autodidacta, entre muchas otras actividades.
La experiencia que se está viviendo expone que el
modelo de competencias en la educación vuelve a
ser sujeto de revisión para enfrentar los nuevos
cambios. Por lo que las interrogantes a considerar
para la realización de este trabajo son ¿es el
modelo actual de competencias en la educación
suficiente para aplicarse en una pandemia? ¿Qué
competencias requieren los alumnos para
enfrentar una pandemia? Sirva el presente trabajo
para sugerir las propuestas al modelo de
competencias que sirvan para enfrentar
situaciones como las que vivimos actualmente ya
que los científicos publican en revistas científicas
que se seguirán presentando situaciones
pandémicas.
JUSTIFICACIÓN
En la realización del presente documento se asume
la limitación de información veraz de la pandemia,
ya que a la fecha incluso revistas científicas se han
retractado de algunas publicaciones sobre COVID-
19, esto se puede deber a que aún falta mucho
tiempo para poder hacer un balance cronológico
de los acontecimientos y de confirmación de
propuestas y conclusiones, sin embargo se
considera conveniente redactar las primeras
experiencias que para los modelos educativos han
significado un impacto y aportar propuestas de
mejora al modelo de competencias.
HIPÓTESIS
Una revisión del modelo educativo por
competencias considerando los cambios abruptos
de la enseñanza debido a la situación pandémica
que se vive actualmente, permitirá identificar las
propuestas de mejora para continuar la
preparación educativa.
OBJETIVOS
El objetivo de este trabajo es analizar el modelo
de competencias actual e identificar las
competencias requeridas con el fin de hacer frente
a la situación por la que atraviesan los niveles
educativos en nuestro país con respecto a la
pandemia de COVID-19.
MARCO DE REFERENCIA
El término de competencia se comenzó a
acuñar a mediados de la década de los noventas;
debido a que los organismos internacionales como
la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el
Banco Mundial; así como organismos nacionales
como los ministerios de educación al interior de los
países, mencionaban la necesidad de definir el
rumbo de la educación hacia el siglo XXI, sobre
todo para ir a la par de la transformación de los
procesos productivos (San Martín, 2002, p.1). En
1996, la UNESCO encargó a Jacques Delors quien
fue presidente de la Comisión Europea de 1985 a
1995, que realizara un estudio sobre la perspectiva
esperada para educación para el siguiente milenio
y en su informe destacó la importancia de definir
nuevos pilares para la educación, donde se
indicaba que se debía transmitir a los individuos
con mayor eficacia los conocimientos teóricos y
técnicos porque serían la base de las competencias
para la civilización cognoscitiva en el futuro. Los
pilares fueron aprender a conocer, aprender a
hacer, aprender a vivir y por ultimo aprender a
ser. Partiendo de la base de que cada vez sería más
fácil tener acceso a la información, por lo que lo
necesario sería saber aprovechar cada
oportunidad, tales como adaptarse al mundo que
estaría en cambio contante, además de aprender a
trabajar en equipo en el ambiente laboral (Delors,
J. 1996, p. 2-9). El informe de J. Delors se considera
uno de los primeros antecedentes que sentó bases
para definir el modelo de competencias para el
siglo XXI; posterior a esto se ha observado que las
instituciones han propuesto diversas definiciones
influidas por las necesidades incluso de su entorno.
Fue entonces que a finales de la década de los
noventa la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE) lanzó un proyecto
llamado Definición y selección de competencias
(DeSeCo) donde las definió como “conocimientos
y destrezas relacionados con los resultados de
educación en un sentido amplio, como respuesta a
las necesidades de las esferas social y económica
de la vida” (OCDE, 1999, p.14).
En el 2004 la Comisión Europea a través de la
Dirección General de Educación y Cultura definió a
las competencias como una “combinación de
conocimientos, capacidades y actitudes adecuados
para una determinada situación” (Comisión de las
Comunidades Europeas, 2005, p.3).
En México bajo el Acuerdo 348 de la Secretaría
de Educación Pública (SEP) para educación
preescolar, fue la primera en integrar en los
alcances de su formación a las competencias
definiéndolas como un “conjunto de capacidades
que incluye conocimientos, actitudes, habilidades
y destrezas que una persona logra mediante
procesos de aprendizaje y que se manifiestan en su
desempeño en situaciones y contextos diversos”
(SEP, 2004, p.21).
En el Marco Europeo de Cualificaciones en 2009
la definición de competencia quedó expresada
como “la demostrada capacidad para utilizar
conocimientos, destrezas y habilidades
personales, sociales y metodológicas, en
situaciones de trabajo y en el desarrollo
profesional y personal” (Comisión Europea, 2009,
p. 11).
En 2012, la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación
Superior de la República Mexicana A.C. (ANUIES)
define las competencias como un “conjunto de
conocimientos, habilidades y destrezas, tanto
específicas, como trasversales que un titulado
debe manejar plenamente frente a las exigencias
sociales” (Guzmán, 2012, p. 3).
 Cuando México entra a la OCDE, dentro de los
compromisos adquiridos es el de flexibilizar los
niveles educativos mediante la definición de
diseños curriculares basados en competencias. En
México desde el año 2004, con la Reforma en la
educación Preescolar, se inició la implementación
de la enseñanza mediante competencias, bajo el
enfoque de que son herramientas para toda la vida
(Castellanos, 2012, p. 9), para la educación
primaria en el 2009, para la educación secundaria
en 2006, para la educación media superior en
2009. De esta manera se cuenta con perfiles de
egreso con competencias genéricas tanto para
continuar estudios, como para la vida y la sociedad
actual (Mujica, 2012, p.27).
Francisco Guzmán (2012) sugiere que el modelo
de educación por competencias ha orientado y
determinado la reorganización institucional de los
sistemas educativos, la definición de los planes y
programas de estudio, las prácticas de formación,
los procesos de evaluación, certificación y
acreditación de la educación moderna (Guzmán,
2012, p. 1).
TEORÍAS EDUCATIVAS
Por mucho tiempo, se consideró que el modelo
de competencias no tenía una fundamentación
teórica sólida, ya que ha estado influenciada por
las necesidades de las empresas y por lo tanto de
las modificaciones constantes de los planes de
estudio donde no ha habido una sustentación
teórica sino solo funcional y práctica. Francisco
Guzmán (2012) así como otros autores, concluye
que el modelo de educación por competencias
prescindía de una formalización teórica, desde su
surgimiento hasta su proyección (Guzmán, 2012, p.
2).
Pero ahora se ha observado que “el enfoque
tradicional de la educación no es contrario al
enfoque por competencias, y se puede visualizar
como complementario, puesto que para saber
hacer, para poder intervenir, se parte de aspectos
cognitivos” (Castellanos, 2012, p. 15).
Las tradicionales fuentes de procedencia de las
teorías y paradigmas educativos, son la psicología,
la pedagogía, didáctica filosofía, o sociología de la
educación (Guzmán, 2012. p. 2). Enseguida se
presentan algunas teorías para dar respaldo a la
educación por competencias:
Teoría conductista: “la educación basada en
competencias se apoya en esta teoría para planear
la adquisición de conductas que se puedan
observar y medir”; por ejemplo un médico,
aprende aprender a diagnosticar a un paciente,
por acciones como medir la temperatura, presión
arterial, reconocer síntomas, interpretación de
estudios clínicos, estas competencias aprendidas
en el nivel de educación superior (Castellanos,
2012, p. 17).
Teoría funcionalista: son las competencias que
representan un “conjunto de atributos para
responder a las funciones relacionadas con la
profesión”; ejemplo: un individuo que labora en
una empresa debe comprender que sus funciones
están relacionadas con su entorno, con las áreas de
mercado, tecnología, calidad, producción, finanzas
(Castellanos, 2012, p. 18).
Teoría constructivista: fundamenta centrar el
proceso educativo en el aprendizaje para que el
estudiante construya conocimientos significativos,
donde la transferencia de conocimientos sirvan
para potenciar su vida futura. Los contenidos de la
educación basada en competencias bajo esta
teoría tienen un significado integral para la vida.
Este esquema también desarrolla en el estudiante
procesos de metacognición que produzcan
independencia, autoaprendizaje, responsabilidad,
en si una construcción personal. (Castellanos,
2012, p. 19).
ESTUDIAR PARA ADQUIRIR COMPETENCIAS
Le Boterf (1996) indicó sobre el término de
competencias: “la dificultad de definirlo crece con
la necesidad de utilizarlo”. En base a lo anterior y
con la necesidad de concretar, se retoma la
definición de competencias de José Tejada que
propone desde la formación docente el concepto
de competencias es un “conjunto conocimientos,
procedimientos y actitudes, combinados,
coordinados e integrados para el saber hacer y
estar en el ejercicio profesional” (Tejada, 2005, p.
2).
Este concepto está basado en los saberes del
ser humano, ya que el aprendizaje está dado por
los saberes del ser humano, estos son: el
conceptual, procedimental, actitudinal y de
convivencia. Que relacionados a los pilares de la
educación, se relacionan en la Tabla 1 (Castellanos,
2012, p.17).
Tabla 1. Campos de las competencias
Saber Contenidos conceptuales
Saber hacer Contenidos procedimentales
Saber ser Contenidos actitudinales
Saber convivir Contenidos de convivencia
De la relación anterior se puede observar que la
competencia moviliza los saberes, ya que el
individuo al estar frente a un conjunto de tareas o
situaciones apela a los conocimientos,
información, procedimientos, métodos, técnicas e
incluso otras competencias específicas
(Perrenoud, 2008, p. 8). Ahora bien, a la inversa se
pueden poseer los conocimientos o las
capacidades pero no ser competente. Por lo que se
requiere del ejercicio y la práctica reflexiva para
movilizar los saberes, combinarlos y aplicarlos. En
este punto podría pensarse que gran parte de los
conocimientos que son enseñados en la educación
básica y media superior no serán usados en la
preparación superior y por ende en la vida
profesional, sin embargo no debe de perderse de
vista que la instrucción escolar en los primeros
años permite desarrollar habilidades, conocer el
amplio espectro de temas sobre cuál será nuestro
interés posterior, además de ejercitar las
diferentes áreas del cerebro, lo que permite ser
más receptivos, analíticos, artísticos, habilidades.
TIPOS DE COMPETENCIAS
Ahora bien los tipos de competencias que
existen son: competencias profesionales,
competencias disciplinarias y competencias
específicas, las cuales se describen a continuación.
Competencias profesionales: conjunto de
capacidades que debe tener un individuo para
desempeñarse profesionalmente en un ámbito
laboral específico. Se podrían considerar a las que
posee un individuo que concluye una licenciatura,
por ejemplo un químico, un agrónomo, un
licenciado en derecho, un geógrafo. Y las
competencias pueden ser conocimientos,
responsable, puntual, eficaz, trabajar en equipo, se
podrían explicar cómo competencias generales
(Guzmán, 2012, p. 3).
Competencias disciplinarias: las adquiridas en
el ámbito de formación profesional, ejemplo:
matemáticas, ciencias experimentales, ciencias
sociales comunicación. Ya que cada disciplina
requiere competencias diferentes (Guzmán, 2012,
p. 3).
Competencias específicas: uso de las
capacidades en un campo profesional específico.
Son habilidades, conocimientos, valores y
pensamientos, por ejemplo las requeridas por un
ginecólogo, difieren a las de un
otorrinolaringólogo; ambos son profesionales de la
medicina, cada especialidad requiere
competencias particulares (Guzmán, 2012, p. 3).
COMPETENCIAS EN LA EDUCACIÓN DEL NIVEL
SUPERIOR
Norma Castellanos con otros autores en 2012,
publicaron sobre la educación por competencias
en el nivel superior, y las clasifican de la siguiente
manera:
1. Competencias Básicas: las desarrolladas en
educación básica, y están definidas en el Plan de
Estudios 2011 para educación básica; son las que
permiten adquirir competencias complejas, son
para el aprendizaje permanente, para el manejo de
información, para manejo de situaciones y para la
vida en sociedad (Castellanos, 2012, p.25).
2. Competencias Genéricas: retomadas de
Sergio Tobón son las relevantes para todas las
disciplinas académicas, también para actividades
personales, sociales y laborales. Estas
competencias son extraídas del Proyecto Alfa
Tuning para América Latina. Este plan creado para
intercambiar información entre instituciones de
educación superior de 18 países latinoamericanos,
el punto de partida fue la búsqueda de puntos en
común centrándose hacia las competencias
basadas en el conocimiento (González, 2004, p.1).
En el reporte presentado en 2007 se presentó
un listado de 27 competencias genéricas
(Beneitone et al., 2007, p.44), enseguida se
enlistan algunas:
Capacidad de abstracción, análisis y
síntesis.
Capacidad de aplicar los conocimientos en
la práctica.
Capacidad para organizar y planificar el
tiempo.
Habilidad del uso de las tecnologías
información y comunicación.
Capacidad de investigación.
Capacidad de aprender y actualizarse
permanentemente.
Capacidad de actuar en nuevas situaciones.
Capacidad para identificar, plantear y
resolver problemas.
Capacidad para tomar decisiones.
Compromiso con la preservación del medio
ambiente, con la ética y la calidad.
Habilidad para trabajar en forma
autónoma.
3. Competencias Específicas: son propias de
cada profesión, ya que son los conocimientos,
habilidades y actitudes de índole técnico, por lo
que en el reporte Tuning se especificaron las listas
de competencias de 8 áreas del conocimiento que
incluyen licenciaturas con características
específicas, entre las profesiones están:
administración de empresas, arquitectura,
derecho, educación, ingeniería civil, matemáticas,
medicina, química, entre otras (Beneitone et al.,
2007, p.17).
Estas competencias consensuadas y reportadas
en el proyecto Tuning han servido para que las
instituciones cuenten con una referencia
reconocida a nivel internacional, para desarrollar
sus programas de estudio.
IMPACTO DE UNA PANDEMIA EN LA EDUCACIÓN
El siglo XX se caracterizó por avances científicos
y tecnológicos que marcaron cambios en la vida de
los seres humanos, con un mundo encaminado a la
globalización, donde los sectores políticos,
económicos y sociales, sufrieron cambios desde
facilitar procesos hasta desplazar otros como la
mano de obra; al final genero un gran proceso de
adaptación para las generaciones.
En este final de la segunda década del siglo XXI,
el mundo se ha enfrentado a un nuevo gran
cambio, la etapa de la pandemia por COVID-19 que
si bien en la segunda década del siglo XX también
se enfrentó a la gripe Española, que incluso fue
más letal; el mundo globalizado de hoy busca que
con la tecnología disponible se logre una solución
(ya sea vacuna o medicamento) lo más pronto
posible; sin embargo los sectores como el
educativo ha tenido que resolver desafíos para dar
continuidad a la enseñanza sobre todo para la
escuela acostumbrada a la instrucción presencial,
además de revalorar las competencias que se han
venido priorizado en la educación.
Gabriela Aguerrevere (2020) que es consultora
de comunicaciones de la División de Mercados
Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo,
escribió que se ha observado que los sectores más
afectados en esta época han sido el turismo o el
comercio minorista. Y los sectores que más han
necesitado trabajadores son salud, cuidado,
agricultura, logística, distribución de alimentos y
medicamentos. Por otra parte el aislamiento social
ha requerido la aplicación de habilidades digitales
que han representado retos incluso para quienes
creían tener buen nivel de manejo, ya que se ha
necesitado expandir el uso que se le da a la
tecnología, esta situación afecta a grupos
vulnerables que presentan niveles básicos o
inexistentes de este tipo de habilidades o de
recursos para adquirir los dispositivos para
mantenerse comunicado. En cuanto a las
habilidades socioemocionales la pandemia de
COVID-19 ha requerido que muchas personas se
aferren a las habilidades como la creatividad,
resiliencia, trabajo en equipo, autorregulación,
manejo del tiempo, empatía, la inteligencia
emocional, para lograr continuar con sus
actividades; sin embargo hay para quien no ha
podido ser posible aplicarlas por encontrarse en
diferentes estados de depresión.
Para la industria y en general para los
generadores de empleo la llamada crisis sanitaria y
económica que desató el coronavirus orilló a las
compañías y a la sociedad en general a responder
rápido en la medida de sus posibilidades y de su
giro a continuar con sus labores o redireccionarse
lo que ha significado situaciones más retadoras,
estas circunstancias en lugar de acentuar la crisis
podrían ser canalizadas como oportunidades para
ser más accesibles, generar una retroalimentación
positiva, para sobre todo seguir manteniendo la
autoestima en tanta gente que depende de estos
sistemas.
Ahora bien es necesario aplicar innovaciones en
educación sobre todo en las competencias porque
la necesidad de actualizar el modelo educativo es
y seguirá siendo necesario para seguir
construyendo los planes de estudio con un modelo
con herramientas como resiliencia, creatividad,
autodidactismo ya que la importancia de las
competencias es tanto en la vida laboral y personal
COMPETENCIAS A DESARROLLAR
Las competencias que hasta ahora han sido
impartidas, pueden preparar al estudiante para la
realización y la vida personal, para laborar, vida
cotidiana, familiar, asociativa, o política, pero
podrían ser insuficientes para una emergencia
sanitaria como el caso de una pandemia.
La directora de iDHunt, Adriana Martínez
comenta que después del Covid-19, todas las
compañías buscarán resultados y para eso
necesitarán a personas que sean organizadas, que
sepan implementar prioridades organizacionales
y adaptarse al ritmo de trabajo (Bran, 2020, p.13).
Para Armando Solano (2020) esta etapa nos
obliga a repensar nuestro estilo de vida y redefinir
prioridades, “enseña también que no se puede
continuar con el modelo consumista y
productivista, se requieren cambios que reduzcan
la contaminación y generar beneficios al
ambiente” (Solano, 2020, p.3).
Porque por lo que se ha observado, aun cuando
ya se incluía en agendas internacionales, el
cuidado del ambiente, esto no se ha logrado.
Graciela Di Franco (2020) expone desde el
punto de vista positivo, que los tiempos de
pandemia, deben verse como tiempos de
posibilidades, ya que al hacerse más evidente las
desigualdades sociales, agudización de la crisis
económica, debe darse un giro que garantice la
continuidad de la vida humana digna en el planeta,
se deben construir nuevas relaciones o alianzas,
bajo el apoyo en situaciones comprometidas y
difíciles, esto se logra incluyendo en la educación
un profundo sentido de solidaridad (Di Franco,
2020, p. 2).
Jáuregui (2020) sugiere hacer énfasis en
desarrollar la capacidad de adaptación, no para
conformarse, sino para buscar nuevas
herramientas para nuevos escenarios y la gestión
emocional, poder convivir con lo incierto, sin
perder el control de nosotros mismos, eso implica
inteligencia emocional.
Una competencia muy nombrada hoy en día es
la resiliencia que es la capacidad de superar
exitosamente las adversidades; esto no significa
ser invulnerable al dolor o la tristeza, una persona
resiliente busca sacar provecho de las experiencias
negativas, para ser emocionalmente más fuerte y
enfrentar posteriores adversidades de una manera
más positiva y sana. Ahora bien, para ser resiliente
se deben practicar actividades recreativas al aire
libre, recreación física, actividades artísticas y de
voluntariado (Barquero, 2015, p.64).
RESULTADOS
Los modelos de competencias en la educación
se basan en la enseñanza a los estudiantes desde
la educación básica hasta la formación profesional
de la habilidades requeridas para aprender y
potenciar sus aptitudes para hacer énfasis en lo
que el mercado laboral.
Se debe fortalecer en el alumno el generar
ideas, que tenga una visión al futuro, para lo cual
se necesita desarrollar estrategias, redefinir
límites y tolerancia a la frustración, habilidades
digitales y socioemocionales, conocimientos,
habilidades y actitudes relacionados a disciplina
con base en situaciones problemáticas reales,
autonomía en el aprendizaje individual y de grupo,
desarrollar la capacidad de búsqueda de
información, análisis, síntesis, así como identificar
en situaciones problemáticas reales y el
entendimiento para encontrar estrategias para la
solución de problemas, interesarse en reducir la
contaminación.
Las competencias deben hacer referencia a
conocimientos previos de experiencias
escolarizadas o no escolarizadas para relacionar la
teoría con la práctica, la movilización de
conocimientos, que se relacionan o son aplicables
a una situación.
Una situación de pandemia como la que
actualmente se vive debe de dejar un antecedente
muy firme para las generaciones actuales ya que
los estudios científicos indican que vendrán otras
pandemias, así que es momento de continuarse
preparando (Espinal, 2007, p.53).
Y es que las competencias se aprenden, pero
también hay una parte personal que las tiene que
hacer florecer no siempre serán adquiridas
fácilmente, para ello se necesita inteligencia
emocional. Y para no olvidar que el enfoque por
competencias no le dé la espalda a los saberes se
debe aplicar la correlación conceptual que
significa integrar el saber con el hacer, quiere decir
que una competencia es un saber orientado a la
acción eficaz, fundamentado en una integración de
conocimientos y valores utilizados en diferentes
situaciones.
DISCUSIÓN
Las competencias que hasta ahora han sido
impartidas, pueden haber preparado al estudiante
para la realización y la vida personal, para laborar,
para vida cotidiana, familiar, asociativa, o política,
pero podrían no ser suficientes para enfrentar una
emergencia sanitaria como el caso de una
pandemia.
Y es que el impacto por una emergencia
sanitaria no solo afecto al niño que dejo de ir a la
escuela y tampoco pudo ir a sus clases deportivas
por la tarde o ir al cine y diversiones los fines de
semana; también al niño de zona rural que dejo de
ir a la escuela e incluso se enfrentó a situaciones
de violencia o acompañar a sus padres a sus
trabajos. También al joven que no continuó con sus
estudios y tuvo que entrar a trabajar para apoyar
en el sustento familiar, al empleado que
suspendieron de su trabajo porque su empleo es
no esencial, ante un virus que puede ser letal.
Y como si lo anterior no bastara como
escenarios catastróficos, Delors dejaba la pregunta
que vuelve a cobrar vigencia en nuestra realidad
ante el covid-19 “¿Cómo aprender a comportarse
eficazmente en una situación de incertidumbre,
como participar en la creación del futuro?”
(Delors, J. 1996, p.6).
Los modelos de educación por competencias
deben buscar formar un ser humano con
habilidades prácticas y socioemocionales firmes y
sugerir incluir el desarrollo de habilidades
transversales que permitan transferibilidad entre
empleos, sobre todo para poder reinsertarse en
una variedad de empleos según sea necesario
(Gabriela Aguerrevere, 2020, p.10).
CONCLUSIONES
La definición de competencia se ve
ampliamente influenciada por el campo laboral y
continuará cambiando, en base a las nuevas
necesidades que se observan en el marco laboral.
Para darle continuidad a su fundamento se ha visto
la necesidad de dar importancia de contar con
teorías sólidas que sirvan de sustento en
educación y conocer sus limitaciones.
La base de la educación que no debe perderse
es que hace a la persona capaz de cambiar su
realidad si no lo desea, para poder convivir con los
demás y con el ambiente y buscando el bien
común.
El alumno debe desarrollar las competencias
de ser autodidacta, las TIC se ha visto que por sí
solas no son la solución, no son un fin, son un
medio, son herramientas. Un alumno debe a lo
largo de su formación ser instruido y poner el
práctica, la resiliencia, la inteligencia emocional, la
capacidad de adaptación, la tolerancia a la
frustración, desarrollar habilidades,
organizacionales, tolerancia a la frustración,
solidaridad, saber crear un ambiente de
aprendizaje autoorganizado y constante, así así
como la inquietud de siempre desear seguir
aprendiendo.
Con la situación de pandemia de este 2020, se
generan muchas interrogantes como ¿las
epidemias venideras nos superaran como
sociedad? O solo será necesario seguir insistiendo
en aquellas competencias que permiten trabajar
en equipo, ayudarnos unos a otros, con las cuales
se superaría cualquier adversidad. Tal y como lo
hicieran los primeros pobladores de nuestro
planeta, donde si bien sobrevivió el más fuerte,
también descubrieron que trabajar en equipo era
la mejor solución.
La pandemia debe ser una oportunidad, para
formar nuevos ciudadanos que desarrollen una
capacidad crítica para formar una mejor sociedad,
más empática y solidaria.
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