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Desarrollo del lenguaje inicial en niños prematuros de bajo riesgo

Conference Paper · January 2012


DOI: 10.13140/2.1.2763.3600

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3 authors:

Miguel Pérez-Pereira P. Fernández


University of Santiago de Compostela University of Santiago de Compostela
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Mariela Resches
National Scientific and Technical Research Council
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Desarrollo del lenguaje inicial en niños prematuros de bajo riesgo

Miguel Pérez Pereira (1), Pilar Fernández (1) y Mariela Resches (1)
(1) Universidad de Santiago de Compostela

Resumen
Este trabajo pretende determinar el posible impacto de la prematuridad sobre el desarrollo lingüístico
y comunicativo temprano, y sobre otras variables individuales y contextuales que podrían incidir, a
su vez, sobre dicho desarrollo. Se presentan datos de un estudio longitudinal realizado con 150 niños
prematuros (PR) de bajo riesgo y 49 niños nacidos a término (NT), grupos comparables en cuanto a
distribución por género, educación materna, y puntuación Apgar.

El desarrollo comunicativo y lingüístico temprano fue evaluado a los 10 y a los 22 meses de edad a tra-
vés del IDHC (Pérez-Pereira y García Soto, 2003; Pérez-Pereira y Resches, 2011), la versión gallega del
CDI. Al mismo tiempo, se evaluaron otras variables como el desarrollo cognitivo, la depresión materna,
el estrés parental, la calidad del ambiente en el hogar, y el estilo de apego.

Los resultados mostraron una tendencia por parte del grupo NT a obtener puntuaciones ligeramente
más altas en el IDHC en casi todas las medidas consideradas, aunque en ningún caso estas diferencias
alcanzaron significación estadística, ni a los 10 ni a los 22 meses. Por su parte, la composición del voca-
bulario expresivo a los 22 meses tampoco reveló diferencias significativas entre los niños PR y los niños
NT.

En cuanto al impacto de la prematuridad sobre otras variables, los niños PR obtuvieron una puntuación
media significativamente más baja en desarrollo cognitivo, aunque siempre dentro de la variación nor-
mal de la muestra normativa. No se hallaron diferencias en las demás variables medidas.
Estos resultados se discuten en relación con las características de la muestra estudiada (niños PR de
bajo riesgo).

Palabras clave
niños prematuros; desarrollo léxico; desarrollo gramatical inicial; desarrollo cognitivo;

Introducción
Los niños prematuros parecen ser un grupo con mayor vulnerabilidad hacia los problemas del desa-
rrollo (González Serrano, 2009). El interés de nuestra investigación se centra en analizar este riesgo en
relación al desarrollo del lenguaje, pues los estudios en este sentido aún no son concluyentes.
Investigaciones recientes han evidenciado diferencias significativas en el desarrollo lingüístico tem-
prano entre (PR) y (NT) empleando el CDI (Fenson y cols., 2007). Kern y Gayraud (2007), encontraron
diferencias significativas entre PR (N=323) y NT (N=166) en el repertorio de vocabulario y la LME entre
los 24 y 26 meses, apareciendo mayor rango de significatividad entre los grupos de NT y los prematuros
extremos (PE<28 semanas de gestación).

En varios estudios del grupo de Stolt y cols., empleando la versión finlandesa del CDI, se comprobaron
diferencias significativas entre PR y NT. Stolt y cols. (2007), con una muestra de 66 PR de muy bajo
peso (MBP <1500g.), y 85 NT obtuvieron diferencias significativas, asociadas al CI, en cantidad de vo-
cabulario entre ambos grupos a los 24 meses. Las peores puntuaciones las obtenían los niños con CI<
85. Stolt y cols. (2009) comprobarían también diferencias significativas en comprensión de vocabulario
entre un grupo de 32 PR de MBP y 35 NT evaluados a los 9, 12, 18 y 24 meses. En producción de voca-

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bulario la diferencia sólo se evidenció a los 24 meses. Stolt y cols. (2011) determinaron que PR de MBP
(N=32) presentaban mayores dificultades que los NT (N=35) en la adquisición de la gramática al final
del segundo año.

Foster-Cohen y cols. (2007), encontraron diferencias en el desarrollo del lenguaje, tanto en tamaño de
vocabulario como en complejidad sintáctica, entre 90 PR y 102 NT, comprobando el efecto de la edad
gestacional (EG). Las peores puntuaciones las obtuvieron los niños PE seguidos de los muy prematuros
(MP) y los NT.

Sansavini, Guarini y Savini (2011), utilizando la versión italiana del CDI, también corroboraron que los
PR (N=150), especialmente los PE, mostraban unas habilidades menores que los controles (N=44) en
desarrollo léxico y gramatical a los 2 años.

El efecto de la prematuridad no sólo se manifiesta en la cantidad de vocabulario sino en la composición


del léxico. Los niños PE y MP presentaron un léxico menos evolucionado, con mayor uso de palabras
sociales y menor uso de palabras gramaticales.

Sin embargo, otras investigaciones no han corroborado diferencias significativas entre PR y NT. Sansa-
vini y cols. (2006), con una muestra de 73 PR y 22 NT evaluados a los 30 meses; y Pérez Pereira y cols.
(2011), con una muestra de 150 PR y 49 NT, evaluados a los 10 y 22 meses, empleándose en ambas in-
vestigaciones versiones del CDI (italiana y gallega), no obtuvieron diferencias significativas entre PR y
NT en desarrollo temprano del lenguaje, cantidad de vocabulario producido, composición de vocabula-
rio, ni desarrollo gramatical. En estos estudios se consideró además el posible efecto mediador de otras
variables como el nivel cognitivo, considerando la evidencia de que la prematuridad se puede asociar
a déficits cognitivos y los niños PR obtienen peores puntuaciones en escalas cognitivas (Vohr y cols.,
2000; Salt y Redshaw, 2006; Stolt y cols., 2009; Sansavini y cols., 2010). Por otro lado, Wilson y Cradock
(2004) señalan los inconvenientes de trabajar con la edad corregida en PR. Además, el grupo de prema-
turos con el que se realiza el estudio (Pérez-Pereira y cols., 2011) son prematuros de bajo riesgo en los
que se descartan variables biomédicas de riesgo ( Apgar <6, estancia hospitalaria prolongada o com-
plicaciones peri o neonatales) que pueden tener consecuencias para el desarrollo cognitivo-lingüístico
(Badr y cols., 2009; Nobre y cols. 2009). No obstante, en algún estudio sobre evolución del lenguaje en
PR (Casiro y cols., 1991) se ha comprobado una progresiva disminución del efecto de variables biomé-
dicas y un aumento con la edad del efecto de variables socioambientales.

A la hora de explicar los resultados, parecen relevantes variables como la calidad del ambiente del ho-
gar, la depresión materna y el estrés parental, o los patrones de apego. Diversos estudios con prematu-
ros muestran que la calidad del ambiente del hogar o el nivel educativo de la madre pueden presentar
correlación significativa con el desarrollo cognitivo y lingüístico, especialmente con lenguaje receptivo
(Ostfeld y cols., 2000; Murray y Yingling, 2000).

La depresión materna y el estrés parental parecen aspectos claves en la regulación de las interacciones
madre-hijo. Algunos estudios indican que las madres de PR con mayor estrés se muestran más contro-
ladoras y menos sensibles (Muller-Nix y cols., 2004; Forcada-Guex y cols., 2011). También se ha demos-
trado un claro efecto del estrés parental sobre el lenguaje expresivo (Magill-Evans y Harrison, 2001),
aunque otros estudios no han podido corroborar tales efectos (Magill-Evans y Harrison, 1999; Gray y
cols., 2012)

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Desarrollo del lenguaje inicial en niños prematuros de bajo riesgo

En cuanto a los patrones de apego, existe controversia sobre el hecho de que los PR desarrollen unos
patrones de apego menos seguros que los NT (Borghini, 2006; Forcada-Guex y cols., 2006), o no haya
tales diferencias entre ambos grupos (González Serrano, 2009; Korja y cols, 2009). No obstante, algunos
estudios sí han comprobado el efecto explicativo del tipo de apego sobre el lenguaje receptivo y expre-
sivo de los niños (Murray y Yingling, 2011; Constantini y cols., 2011).

Método
Participantes
Se toman datos de una muestra de 150 PR, 68 niños y 74 niñas, con una EG media de 32,6 semanas
(DT+-2,43) y PN medio de 1727 (DT+-447), y un grupo control de 49 NT con una EG media de 39,84
(DT+-1,44) y un PN medio de 3378 (DT+-414) . Los sujetos provenían de unidades de neonatos de hos-
pitales públicos y privados de Galicia. Se aplicaron criterios de exclusión muestral eliminando: parálisis
cerebral, leucomalacia, hemorragia intraventricular (>Gr. II), hidrocefalia, malformaciones genéticas,
síndromes cromosómicos, síndromes metabólicos asociados a retraso mental y déficits sensoriales y
motores severos o puntuación de Apgar <6 a los 5 minutos.

Procedimiento e instrumentos
Los sujetos fueron evaluados a los 15 días, y a los 10 y 22 meses de edad corregida, en el caso de los
prematuros, aunque en el presente trabajo tan sólo consideraremos las medidas tomadas a los 10 y 22
meses.

A los 10 meses se aplicaron:


- Inventario do Desenvolvemento de Habilidades Comunicativas(IDHC) (Pérez-Pereira y García Soto,
2003; Pérez-Pereira y Resches, 2011), que constituye la versión gallega de las escalas MacArthur-Bates
(CDI) (Fenson y cols., 2007). Se aplicó la forma para niños de 8 a 15 meses (Palabras y gestos), que eva-
lúa aspectos del primer lenguaje y de las habilidades comunicativas y relacionadas.

- Escala de Depresión Materna (CES-D) (Radloff, 1977), que evalúa la existencia de rasgos depresivos
en las madres de los niños. Se considera que una puntuación superior a 16 es indicativa de rasgos de-
presivos.

A los 22 meses se aplicaron:


- Inventario de Desarrollo Batelle (Newborg, Stock y Wnek, 1996). La escala evalúa cuatro dimensiones:
personal-social, comunicativa, motora y cognitiva.

- Escala HOME para evaluación del ambiente del hogar (Caldwell y Bradley, 1984).

- Parental Stréss Index (PSI, versión española de Díaz-Herrero y cols. (2011), con tres subescalas: a)
distréss parental, b) interacción disfuncional, c) dificultades del niño.

- Diario de Apego (Stovall, Dozier, y Lindhiem, 2005), que valora las dimensiones de aproximación y
mantenimiento del contacto, habilidad para calmarse o para ser calmado, evitación y resistencia.

- Inventario do Desenvolvemento de Habilidades Comunicativas(IDHC) (Pérez-Pereira y Resches, 2011),


en su forma II (Palabras y oraciones), para niños de entre 16 y 30 meses, y que proporciona datos del
desarrollo léxico productivo, morfológico y sintáctico.

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Resultados
La Tabla 1 presenta las puntuaciones medias (y DT) para el grupo de PR, en total y según EG, y para los
NT, en las medidas del IDHC a los 10 meses de edad.

En primer lugar, los resultados obtenidos por ambos grupos fueron consistentes con las medias corres-
pondientes a la muestra normativa (Pérez-Pereira & García, 2003; Pérez-Pereira & Resches, 2011). En
segundo lugar, al comparar las medias alcanzadas por los niños NT y PR, tanto en su totalidad como
según su EG, no se observaron diferencias significativas para ninguna de las medidas consideradas.
Debe señalarse, sin embargo, que los resultados fueron algo superiores entre los NT en casi todas ellas,
excepto en Comprensión de vocabulario, aproximándose incluso a la significación estadística en el caso
de Juegos y Rutinas, cuando comparamos las medias del grupo NT con el total de los PR (t =−1.94, 189
gl, p =0.053).

Tabla 1. Medias (M) y desviaciones típicas (DT) obtenidas por los niños PR y NT en las diferentes medidas del IDHC a los 10 meses
de edad.

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Los resultados obtenidos a los 22 meses muestran un panorama similar, tal como puede apreciarse en
la Tabla 2. Nuevamente, las medias obtenidas por los grupos de PR y NT se ubicaron dentro del rango de
variabilidad normal en relación con la muestra normativa.

Tampoco se encontraron diferencias significativas entre los grupos de NT y PR en ninguna de las cinco
medidas del IDHC consideradas. En este caso, también, los niños NT mostraron una tendencia a obtener
puntuaciones medias más elevadas que el conjunto de los PR, a excepción de complejidad sintáctica,
donde apreciamos una tendencia opuesta. Dicha tendencia puede explicarse a partir de los resultados
obtenidos por los más maduros de los PR (EG= 34-36 semanas), los cuales contrastan con los del grupo
de menor EG (< 30 semanas). Este último obtuvo valores inferiores en todas las medidas del IDHC, aun-
que estas diferencias no fueron estadísticamente significativas.

Tabla 2. Medias (M) y desviaciones típicas (DT) obtenidas por los niños PR y NT en las principales medidas del IDHC a los 22
meses de edad.

El siguiente paso consistió en analizar la composición del léxico producido por ambos grupos. Estos re-
sultados se presentan en la Tabla 3. Como puede observarse, ambos grupos muestran una composición
similar del vocabulario, tanto en términos absolutos como relativos. En ningún caso se obtuvieron dife-
rencias significativas, aunque debe observarse una ligera tendencia a un menor porcentaje de palabras
con función gramatical en el vocabulario de los PR de menos de 30 semanas de EG.

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Tabla 3. Medias (M), desviaciones típicas (DT) y porcentajes relativos (%) de las diferentes categorías léxicas producidas por los
niños NT y por los PR según edad gestacional.

Respecto a las variables individuales y socioambientales consideradas relevantes para el desarrollo lin-
güístico y comunicativo inicial, no se han encontrado diferencias significativas entre PR y NT en casi
ninguna de ellas. La única excepción fue el desarrollo cognitivo cuyas puntuaciones directas, en pro-
medio, fueron significativamente superiores para los niños NT (PR= 245.96 (DT=21.63); NT= 260.00
(DT= 22.28); t = -3.69, 179 df, p<.001). Sin embargo, las puntuaciones obtenidas por ambos grupos se
encuentran dentro del rango comprendido entre la media y una desviación por encima de ella para la
muestra normativa española (M= 247.29, DT= 23.57). Esto significa que las diferencias entre PR y NT
correspondieron a las diferencias entre el percentil 50 (CI = 100) y el percentil 70 (CI = 108) respectiva-
mente. Entretanto, cabe destacar que las puntuaciones medias obtenidas por ambos grupos en la escala
HOME se ubicaron en el cuarto cuartil respecto a la muestra de referencia española, lo que indica una
buena calidad del contexto de desarrollo de estos niños.

Finalmente, con el propósito de evaluar el posible efecto mediador que éstas y otras variables (como
género, EG, desempeño en el IDHC a los 10 meses, etc.) podrían tener para la predicción del desarrollo
lingüístico y comunicativo en cada grupo, se realizaron sendos análisis de regresión por pasos (Ste-
pwise) utilizando las medidas léxicas y sintácticas del IDHC a los 22 meses como variables dependientes
y las variables individuales y socioambientales más correlacionadas con ellas como predictoras. Para
todas las medidas lingüísticas consideradas se ha encontrado que la puntuación en desarrollo cognitivo
fue la variable responsable de la mayor parte de la variabilidad en ambos grupos, con una proporción de
varianza explicada de entre un 12,4% y un 33%. En cuanto a otras variables con contribuciones únicas
relevantes, es de destacar, entre los PR, el valor del incipiente vocabulario expresivo a los 10 meses para
la predicción de las medidas de desarrollo morfosintáctico posterior (con entre un 4% y un 6.5% de la
varianza), y especialmente el hecho de que, nuevamente entre los PR, la EG haya contribuido significati-
va aunque modestamente (con un 4,1% de la varianza) a la predicción de la complejidad sintáctica. En
cuanto al resto de variables predictoras, ciertas dimensiones del estrés parental y de la calidad del ape-
go podrían jugar un rol menor en la predicción del desempeño lingüístico, especialmente entre los NT.

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Discusión
En cuanto al desarrollo lingüístico y comunicativo temprano, a los 10 meses los niños NT presentaron
puntuaciones ligeramente superiores a las de los PR, aunque esas diferencias no alcanzaron significa-
ción estadística. Los resultados a los 22 meses revelaron igualmente que los niños PR no presentaban
retrasos significativos en cuanto a vocabulario, uso del lenguaje o desarrollo gramatical inicial. Estos
resultados coinciden con los de otros estudios en los que se utilizaron adaptaciones del CDI (Sansavini
et al, 2006; Stolt et al., 2007) aunque discrepan con otros que sí han encontrado evidencia de retrasos
del lenguaje en PR a los 24 meses (Kern & Gayraud, 2007; Foster-Cohen et al., 2007; Stolt et al., 2009).
Estas discrepancias podrían obedecer a diferencias en cuanto a composición de las muestras. Buena
parte de estos estudios fueron realizados con muestras compuestas mayoritariamente por PR de muy
bajo peso y/o muy baja EG, e incluso en ocasiones sin excluir niños con hándicaps asociados (Stolt et
al, 2007; 2009). Nuestra muestra, entretanto, puede considerarse de bajo riesgo, tanto con relación a la
EG como a los criterios de exclusión utilizados, factores estos que convierten a los participantes de este
estudio en niño de bajo riesgo.

Algunos de los mencionados estudios han encontrado diferencias entre PR y NT no sólo en el tamaño
del léxico sino en su composición (Kern & Gayraud, 2007; Stolt et al., 2007, 2009). En contraste, nues-
tros resultados mostraron que el porcentaje de las distintas categorías léxicas utilizadas por los niños
PR y NT fue esencialmente similar, aunque se mostró una tendencia al uso de menor cantidad de pala-
bras con función gramatical entre los PR de EG < 30 semanas. Dicha tendencia es coherente con una
puntuación media inferior en complejidad sintáctica para este mismo grupo. Estas diferencias, aunque
no significativas, podrían señalar el camino para la exploración de dificultades futuras, sobre todo entre
los PR de menor EG. Una vez más, las diferencias en la composición de las muestras podrían explicar los
resultados de este estudio frente a los de sus antecedentes.

Al analizar el posible impacto de la prematuridad sobre otras variables significativas para el desarrollo
lingüístico inicial, encontramos que nuestra muestra de PR cuenta con un nivel cognitivo acorde a la
edad, una buena calidad del ambiente familiar, un bajo nivel de riesgo en cuanto a depresión materna y
adecuados patrones de apego. Estos resultados confirman aún más el hecho de encontrarnos ante una
muestra de bajo riesgo. Por tanto, tampoco se han observado diferencias significativas entre los niños
PR y los NT en casi ninguna de estas variables, con excepción de la referente al desarrollo cognitivo.
Aunque siempre dentro de límites de “normalidad”, estas diferencias a favor de los NT son consistentes
con otros resultados de la literatura (Sansavini et al, 2010; 2011). Queda por determinar, sin embargo,
cuáles serían aquellos aspectos del desarrollo cognitivo más deficitarios entre los PR.

Por último, al igual que en otros estudios (Sansavini et al, 2011), los análisis de regresión realizados
confirman la estrecha relación existente entre desarrollo cognitivo y lingüístico temprano. Además, es
de destacar que, en una muestra de PR de bajo riesgo como la presentada en este estudio, el efecto de la
EG sólo podría observarse en complejidad sintáctica. En la medida en que a estas edades el proceso de
gramaticalización es fundamental, sería interesante seguir indagando en este aspecto.

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