REVISIÓN Trends in Cognitive Sciences December 2014, Vol. 18, No.
12
Review
¡Escuchen! El habla es para pensar
durante la infancia
Athena Vouloumanos​1 ​and Sandra R. Waxman​2
1​
Department of Psychology, New York University, 6 Washington Place, New York, NY, 10003-6603, USA ​2​Department of
Psychology, Institute for Policy Research, Northwestern University, 2029 Sheridan Road, Evanston, IL 60208-2710, USA
La exposición de los bebés al lenguaje humano
durante el primer año promueve más que solo el
procesamiento del habla y la adquisición del
lenguaje: La nueva evidencia del desarrollo
sugiere que escuchar (el habla) da forma a las
capacidades cognitivas y sociales fundamentales
de los bebés. El habla agiliza el aprendizaje de
los bebés, promueve la formación de categorías
de objetos, las señales de los socios de
comunicación, destaca la información en las
interacciones sociales y ofrece una visión de las
mentes de los demás. Estos resultados, que
desafían la afirmación de que para los bebés, el
habla no ofrece ventajas cognitivas especiales,
sugieren una nueva síntesis. Mucho antes de lo
que los investigadores habían imaginado, una
conexión íntima y poderosa entre el habla y la
cognición humanas, guía el desarrollo infantil y
promueve la adquisición de procesos
psicológicos fundamentales por parte de los
bebés.
El habla no es solo para el lenguaje (incluso para
bebés) ​El rápido progreso de los bebés en la percepción
del habla se presenta como un caso claro de la propensión
natural de nuestra especie para aprender el lenguaje. Hasta
hace poco, la percepción del habla infantil se consideraba
principalmente una base sobre la cual construir el lenguaje.
La investigación se centró en
la rapidez con que los bebés sintonizan los sonidos de su
​
lengua materna ​[1,2] ​ y los utilizan como bloques de
construcción para la adquisición de fonología, sintaxis y
significado.Pero la afinidad natural de los bebés por
procesar la señal del habla tiene implicaciones mucho más
allá de la adquisición del lenguaje. Nueva evidencia
muestra que desde los primeros meses de vida, escuchar el
habla es un motor poderoso:Promueve la adquisición de
procesos psicológicos fundamentales, que incluyen el
aprendizaje de patrones, la formación de categorías de
objetos, la identificación de socios comunicativos, la
adquisición de conocimiento dentro de las interacciones
sociales y el desarrollo de la cognición social.
El habla humana es una señal privilegiada desde
el nacimiento​. ​Desde el nacimiento, el habla es una
señal privilegiada para los humanos. Los recién nacidos
prefieren las vocalizaciones de humanos y primates no
humanos (Rhesus macaques: ​Macaca mulatta)​ a otros
sonidos ​[3,4]​. los 3 meses, se sintonizan específicamente
con el habla humana, incluso favoreciendo el habla
humana sobre otras vocalizaciones humanas, incluidas las
vocalizaciones emocionales (e.g, reír) y fisiológicas (e.g,
estornudos) ​[3,5]
1364-6613/ ​© ​2014 Elsevier Ltd. All rights reserved.
http://dx.doi.org/10.1016/j.tics.2014.10.001
(​Box 1​). Curiosamente, la preferencia de los niños de 3
meses por el habla es lo suficientemente amplia como para
incluir sonidos del habla tanto materna como no materna.
Esto sugiere que los bebés privilegian la señal del habla en
sí, y no simplemente los sonidos familiares de su propio
idioma nativo.
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Estas preferencias de comportamiento convergen con
evidencia neuronal. En el primer mes de los bebés, el habla
humana y las llamadas rhesus activan áreas neuronales
similares, pero a los 3 meses, las llamadas de habla y
rhesus provocan respuestas neuronales claramente
diferentes ​[6,7]​. El cambio en el desarrollo de los patrones
de activación probablemente reflejan la especialización
neural. Específicamente, la respuesta de los niños de 1 mes
al habla humana ya está localizada en el hemisferio
izquierdo; En los próximos meses, el hemisferio izquierdo
se mantiene activo al habla, pero se vuelve menos sensible
a los sonidos que no son del habla. ​[6]​.
Este patrón de desarrollo sugiere que desde el nacimiento,
escuchar los sonidos (del habla) activa preferentemente
áreas específicas de la corteza temporal, y que un proceso
de poda subyace a una mayor especialización neuronal
para el habla en el hemisferio izquierdo ​[8]​. La rápida
adaptación conductual y neural de los bebés a la señal del
habla humana, notable por derecho propio, tiene poderosas
consecuencias de desarrollo que se extienden más allá de
sus preferencias auditivas por sí solas. La preferencia de
los bebés por escuchar el habla humana determina cómo
aprenden.
Escuchar el habla facilita el aprendizaje y la extracción
de patrones. ​El habla es una unidad privilegiada incluso
para las formas más básicas de aprendizaje. Desde el
nacimiento, cuando los bebés escuchan el habla, reconocen
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con éxito las unidades individuales y sus posiciones
relativas en la secuencia del habla ​[9]​. Y a 1 mes, los
bebés que están condicionados al habla, muestran una
respuesta más fuerte y una curva de aprendizaje más
pronunciada que los bebés condicionados al tono o al
discurso hacia atrás. ​[10]​.
A los 7 meses, el habla promueve formas de aprendizaje
más sofisticadas, incluida la detección de reglas y
patrones. Después de escuchar solo 2 minutos de
secuencias de sílabas del habla con patrones (ABB:
la-ga-ga, da-li-li), los niños de 7 meses extraen y
generalizan reglas como la identidad y el posicionamiento
secuencial y distinguen ABB (la-ga-ga) de ABA (la-ga-la)
[11]​. Pero después de 2 minutos de exposición a sonidos
de patrones que no son del habla (tonos musicales, sonidos
de animales, timbres)
Corresponding author: ​Vouloumanos, A. (​athena.vouloumanos@nyu.edu​).
los bebés no extraen las reglas ABB o ABA equivalentes.
Dentro del dominio auditivo, los bebés pueden generalizar
las reglas a los sonidos que no son del habla solo si
primero escuchan esas reglas instanciadas en el habla [12].
Esta asimetría, que favorece la capacidad de los bebés para
extraer patrones en el habla sobre los sonidos que no son
del habla, sugiere que los bebés aprenden mejor con el
habla.
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Recuadro 1. Mecanismos de sintonización como procesos de desarrollo generalizados.

La sintonía del sesgo del habla de los bebés entre el nacimiento y los 3 meses, desde preferir las
vocalizaciones de primates a ser específica del habla [3], refleja procesos de sintonización similares en
el trabajo en la percepción de la cara, la percepción del habla cruzada y la percepción de fonemas
[1,2,43– 45] Inicialmente, los bebés pueden reconocer rostros de individuos de diferentes especies,
pero a los 9 meses y hasta la edad adulta muestran un mejor reconocimiento de los rostros humanos
en comparación con los rostros de otras especies [43]. Del mismo modo, la capacidad de los bebés de
discriminar entre muchos fonemas diferentes puede depender inicialmente de las habilidades de
discriminación del lenguaje general, que se vuelven específicas del idioma a los 6–12 meses [1,2]. Los
mecanismos de ajuste agudizan los sesgos inicialmente más amplios en otros más específicos en
muchos dominios perceptuales en el primer año de vida de los bebés.

Escuchar el discurso promueve la categorización

La preferencia temprana de los bebés por el habla es poderosa. Pero las preferencias no pueden
decirnos si (o cuándo) los bebés comienzan a vincular el habla con los objetos y eventos que los
rodean. Una serie de experimentos diseñados para abordar esta cuestión se centró en la
categorización de objetos, un componente básico de la cognición [13,14]. En estos experimentos, los
bebés de edades comprendidas entre 3 y 12 meses vieron varias imágenes de una categoría de objeto
(por ejemplo, dinosaurios), cada una acompañada de un segmento de habla o una secuencia de tonos
sinusoidales. Luego, los bebés vieron dos imágenes de prueba, una de la categoría ahora familiar (un
nuevo dinosaurio) y otra de una categoría nueva (por ejemplo, un pez). Si los bebés formaron la
categoría de objeto (aquí, dinosaurios), deberían distinguir entre las imágenes de prueba [15]. A los 3
meses, los bebés que escuchaban el habla formaron categorías con éxito; aquellos que escucharon
tonos no pudieron formar categorías de objetos a cualquier edad [14].

Por lo tanto, los bebés están sintonizados no solo con el habla, sino también con un vínculo de
principios y sorprendentemente temprano con un vínculo entre el habla y el proceso cognitivo
fundamental de categorización. Además, este vínculo, evidente a los 3 meses, deriva de una plantilla
más amplia que inicialmente abarca el habla humana, así como las llamadas de primates no humanos
(lémures de ojos azules de Madagascar: ​flavifrones de macaco de Eulemur​). La categorización de los
bebés de tres y cuatro meses en el contexto de las llamadas de lémures refleja exactamente su
categorización en respuesta al habla humana; a los 6 meses, el enlace a la categorización se ha
ajustado específicamente a las vocalizaciones humanas [13]. Esto documenta un vínculo
sorprendentemente temprano entre el lenguaje humano y los procesos cognitivos centrales, incluida la
categorización de objetos que no se puede atribuir a la familiaridad. Aunque los niños de 3 y 4 meses
tienen una exposición considerable al habla y ninguno a las vocalizaciones de lémures, ambas señales
confieren la misma ventaja cognitiva para la categorización.

El discurso ayuda a identificar posibles socios comunicativos

Para transmitir significado, los compañeros comunicativos humanos deben integrar, codificar y
decodificar símbolos lingüísticos instanciados en el habla, claves paralingüísticas (como tono vocal o
entonación) y gestos (Cuadro 2). La señal del habla en sí misma puede ayudar a identificar un posible
compañero comunicativo. Desde los primeros meses, los bebés tratan a las personas y los objetos
como diferentes tipos de entidades: responden de manera diferente a las personas (con más sonrisas
y sonidos emocionales) y a los objetos (con más agarre) [16-19], y a los 6 meses también esperan
que otros también traten a las personas y los objetos de manera diferentes [20]. A los 5 meses, los
bebés usan el habla humana para identificar posibles compañeros de conversación. Cuando se
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presentan con rostros humanos y rostros de mono, los niños de 5 meses combinan el habla (nativa o
no nativa) con rostros humanos y las llamadas de monos con rostros de monos, pero no emparejan
otras vocalizaciones emocionales humanas (por ejemplo, risas) específicamente con humanos [ 21].

Por lo tanto, los bebés ya pueden esperar que los humanos, pero no otros animales, sean la
fuente del habla (Cuadro 3). Esta expectativa para el habla humana (pero no para las vocalizaciones
emocionales) sugiere que los bebés son guiados por algo más que su familiaridad con los sonidos
solos. A los 6 meses, los bebés están especialmente atentos a las señales comunicativas, incluida la
mirada y el habla producidas por sus compañeros pedagógicos, y utilizan estas señales para guiar el
aprendizaje [22,23]. Los bebés parecen usar el habla para identificar la clase natural de individuos con
quienes pueden comunicarse y de quienes pueden aprender.

Recuadro 2. ¿Los efectos facilitadores del habla son específicos del lenguaje hablado?

¿El lenguaje producido en otras modalidades, incluida la visión, también confiere ventajas
cognitivas en la infancia? Desde el nacimiento, los bebés están preparados para el lenguaje adquirido
en la modalidad auditiva o visual [46]. Tanto el lenguaje de señas como el gesto confieren ventajas
cognitivas y sociales [47,48]. Aunque hay menos trabajo documentando los efectos del lenguaje de
señas que el lenguaje en la infancia, los bebés privilegian el lenguaje de señas sobre los gestos. A los
6 meses, los bebés con audición ingenua prefieren mirar a una persona que produce lenguaje de
señas, en comparación con una persona que produce gestos [49], y a los 7 meses los bebés
comienzan a extraer algunas reglas de las secuencias de lenguaje de señas [50]. Aun así, la
capacidad de los niños de escuchar para extraer reglas es menos sólida cuando se les presenta
lenguaje de señas que el lenguaje hablado, lo que puede reflejar su experiencia. Aunque los niños de
9 meses ya entienden gestos como señalar, lo cual es comunicativo [51] y un posible precursor del
lenguaje [52], la función comunicativa de los lenguajes de señas podría comprenderse incluso antes.

¿Los bebés oyentes vinculan inicialmente el lenguaje producido visualmente con las categorías
de objetos como lo hacen para las vocalizaciones? Aunque incluso los bebés que oyen prefieren el
signo al gesto, esta preferencia no nos dice qué, si es que lo hacen, se vincularán con las capacidades
cognitivas centrales. ¿Vinculan el lenguaje de señas (pero no el gesto) con las capacidades cognitivas
y sociales fundamentales?

Índices del discurso la transferencia de información

Al escuchar una conversación en un idioma extranjero, incluso si no podemos entender el

significado de una sola palabra, deducimos que se está transmitiendo información. Por lo tanto, para
los adultos, comprender la función comunicativa del habla no requiere comprender los contenidos del
discurso. Los bebés muestran una comprensión similar .A los 6 meses, aunque los bebés comprenden
muy pocas palabras [24], ya son sensibles a la función comunicativa del habla y aprecian que el habla
es un conducto poderoso a través del cual las personas comparten información. Cuando un actor ya
no puede alcanzar un objetivo, los bebés a los 6 y 12 meses infieren que aún puede obtener ese
objetivo de un segundo actor usando el habla pero no tosiendo y otras vocalizaciones no habladas
[25,26]. Inferir que el habla permite a las personas transferir información puede permitir a los bebés
deducir más fácilmente el enfoque de la atención de una persona y hacer inferencias sobre la
información que las personas intentan compartir. Esta comprensión temprana de la función
comunicativa del habla puede proporcionar un mecanismo para adquirir lenguaje y conocimiento sobre
el mundo. El habla es un conducto para mover información entre personas y una señal de que la
información se comparte.

Recuadro 3. ¿Pueden los bebés usar estímulos no lingüísticos como usan el habla?

Una característica distintiva de la percepción del habla en los adultos es nuestra capacidad de
percibir el habla distorsionada o atípica como habla. Al igual que los adultos, los bebés también
pueden percibir señales atípicas como el habla, pero solo en algunas circunstancias. Los niños de
nueve meses que escucharon vocalizaciones similares a las del habla producidas por un loro (que
mantienen algunas pero no todas las características acústicas del habla) trataron con éxito las
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vocalizaciones del loro de manera similar al habla humana, pero solo si vieron un rostro humano
(estático) mientras escuchas. Si vieron un patrón de tablero de ajedrez (estático), los niños de 9 meses
trataron las vocalizaciones de los loros como si no hubiera comunicación [53]. Una pregunta que se
está investigando actualmente es si los bebés vincularían las vocalizaciones de habla de un loro con la
categorización de objetos o con cualquier otra capacidad cognitiva y social.

Otro sello distintivo de ser humano es nuestra capacidad para infundir el estado comunicativo en
una gran cantidad de señales no lingüísticas (por ejemplo, código Morse). Los bebés también tienen
esta flexibilidad [54]. Similar a los adultos, bajo ciertas circunstancias, los bebés interpretarán una
señal inerte como comunicativa. Los bebés de seis meses de edad participaron en una tarea de
categorización que involucra secuencias de tonos de onda sinusoidal, una señal que no promueve la
categorización de objetos infantiles [14,55,56]. Pero primero, antes de la tarea de categorización, los
bebés miraban una conversación grabada en video de 2 minutos en la que una persona hablaba y la
otra respondía con "pitidos" en tonos sinusoidales. Incorporando los tonos dentro de un rico episodio
comunicativo convenció a los bebés de que los tonos tenían un estado comunicativo; Los tonos ahora
admiten la categorización de objetos de los bebés. Aunque los bebés privilegian el habla, pueden
extender flexiblemente algunas de sus funciones comunicativas y cognitivas más importantes a otras
señales inicialmente no privilegiadas.

El discurso da una idea de las mentes de los demás

Comprender los objetivos e intenciones de los demás es uno de los problemas más complejos
que enfrentan los bebés. ¿Cómo llegan los bebés a comprender las mentes de los demás? Los
fundamentos de la cognición social comienzan a tomar forma en el primer año de vida [27]. Al final de
su primer año, los bebés aprecian que las personas (y otros agentes) tienen intenciones [28] y
distinguen entre agentes que pueden comportarse intencionalmente y no-agentes, que no pueden.

A los 12 meses, los bebés usan el habla para aprender sobre aspectos del mundo que están más
allá de su percepción directa, incluidas las mentes de los demás [35]. Los niños de doce meses vieron
cómo un actor intentaba (pero fallaba) apilar un anillo en un embudo. Si el actor habló con un nuevo
actor (que no había observado los intentos fallidos), los bebés esperaban que el segundo actor apilara
el anillo. Pero si el actor producía sonidos que no produjeran hablar (por ejemplo, tos), los bebés no
tenían esa expectativa. Los bebés aprecian que el habla (pero no el no hablar) nos permite compartir
nuestros estados mentales internos, deseos y creencias. El habla es un poderoso vehículo para
comunicar nuestras intenciones y comprender las intenciones de los demás.

A esta edad, los bebés también comienzan a forjar expectativas más precisas sobre las funciones
del lenguaje humano. Descubren que diferentes tipos de palabras se refieren a objetos, eventos y
categorías [36]. Este conjunto de expectativas más precisas permite a los bebés hacer inferencias más
precisas sobre las intenciones de los hablantes. La ventaja que tiene el discurso sobre la
categorización en niños de 3 a 6 meses se vuelve mucho más precisa: a los 12 meses, los bebés
esperan que las palabras que se presentan en “las frases de nombres” ('Miren la mancha') se refieran
a objetos y categorías de objetos, pero no tienen tal expectativa para las palabras presentadas solas
('Guau') o para el habla que no involucra nombrar ('Oooh', 'Shhh', '¡Oh, mira!') [37,38,57]. Además,
esperan que los nombres nuevos se refieran a objetos y categorías de objetos, pero no a propiedades
de superficie (por ejemplo, color o patrón) [39]. Y a los 14 meses, los bebés esperan que las nuevas
palabras también se refieren a acciones y eventos. Aunque los bebés a esta edad tienden a no imitar
la acción no convencional de un experimentador adulto (por ejemplo, usar su frente, en lugar de su
mano, para encender una luz) [40], si la acción no convencional es informada ('Voy a parpadear ¡la luz!
'), los bebés la imitan espontáneamente [41]. A medida que las expectativas de los bebés sobre las
diferentes funciones del lenguaje se vuelven más precisas, también lo hacen las formas en que
escuchar el habla, da forma a la cognición.

Las diferencias individuales en las preferencias de los bebés para el habla pueden incluso estar
relacionadas con diferencias en su adquisición de capacidades cognitivas sociales fundamentales. Los
bebés que exhiben preferencias reducidas para el habla humana a los 12 meses muestran
comportamientos más autistas a los 18 meses [42]. En la medida en que los rasgos autistas incluyen
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déficits comunicativos sociales más allá de las dificultades simples del lenguaje [Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales, 5ª edición (DSM-5); http://www.dsm5.org], sugiere un vínculo
potente entre los prejuicios del habla simples y los comportamientos comunicativos sociales
complejos.

Observaciones finales

Antes de que los bebés comiencen a hablar, están escuchando el habla. Hemos propuesto que
incluso antes de que los bebés puedan comprender el significado del habla que los rodea, escuchar el
habla transforma la adquisición de capacidades cognitivas centrales por parte de los bebés. Es poco
probable que esta transformación se explique apelando a efectos perceptuales de bajo nivel o
familiaridad con el estímulo. En cambio, lo que comienza como una preferencia natural para escuchar
el habla, en realidad proporciona a los bebés un poderoso mecanismo natural para aprender
rápidamente sobre los objetos, eventos y personas que pueblan su mundo. Se presentan preguntas
pendientes para futuras investigaciones en el recuadro 4.

Recuadro 4. Preguntas pendientes

¿Cuál es el rango de procesos cognitivos y sociales fundamentales que son facilitados por el
habla? ¿Existen procesos que no son facilitados por el habla?

¿Cuál es el rango de señales que promueven la cognición infantil y desarrollo Social?

¿El lenguaje de señas, como el lenguaje hablado, facilita al bebé desarrollo cognitivo y social?

¿Pueden las señales de habla atípicas facilitar el desarrollo cognitivo infantil?

¿Cuáles son los mecanismos subyacentes a las ventajas cognitivas y sociales conferidas por el
habla?

¿Cómo podrían las pruebas de los bebés en desarrollo ayudar a diseñar intervenciones para
bebés y niños pequeños que experimentan retrasos y trastornos en el desarrollo del lenguaje,
cognitivo y social?
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Review ​Trends in Cognitive Sciences December 2014, Vol. 18, No. 12

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