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“(…)
1) Siendo el traslado de las cuotas sociales y acciones un contrato con el mismo
beneficiario final, y con las garantías expresadas en los términos del negocio a
realizar: ¿Los hermanos Rodriguez tienen que surtir el derecho preferencial de
adquisición de cuotas o acciones previstas en los estatutos sociales de RH
LTDA, PJJ S.A. y HR S.A.S.?
2) En el evento en que la respuesta al cuestionamiento anterior sea positiva, esto
es, que en concepto de esa superintendencia deba surtirse el derecho
preferencial de acciones, y teniendo en cuenta que el contrato es entre un mismo
beneficiario real:
2.1. ¿Cuál sería el precio que se tendría que fijar en la oferta?
2.2. Siendo el negocio entre el mismo beneficiario real en realidad una permuta
(cambio mis acciones en las sociedades RH LTDA, PJJ S.A. Y HR S.A.S., por
acciones en la sociedad RODRIGUEZ HERMANOS S.A.S. sociedad de la que
Pedro Juan y José son propietarios exclusivos) podría y gozaría de plena validez,
respetando la intención del traslado de acciones, que la oferta fuera entonces
una oferta de permuta, en donde se informaría a los socios y accionistas de RH
LTDA, PJJ S.A. Y HR S.A.S., que:
"Ofrezco en permuta mis acciones, exigiendo que el pago en especie consista en
acciones de la sociedad RODRIGUEZ HERMANOS S.A.S."
2.3. Partiendo de que la oferta de contrato aceptada por el destinatario es
contrato, elcontrato que pudiera llegar a existir si Juan, José y Pedro se ven
obligados a surtir el procedimiento de enajenación de acciones, cuando ellos no
pretenden enajenarlas sino organizar su patrimonio a través de un vehículo que
lo consolide (una sociedad) ¿no sería este contrato nulo?
2.4. Teniendo en cuenta que de tener que presentar oferta de enajenación,
estaría estableciendo en el negocio una falsa noción de la realidad, esto es, una
clara diferencia entre la idea que Juan José y Pedro tienen y la realidad en que
los obligarían a participar fingiendo enajenar cuando en realidad no es su
voluntad perder la propiedad de las acciones o cuotas de interés: ¿no se
generaría un vicio en el consentimiento, habida cuenta de que tal negocio
obligado, estaría afectado por el denominado error en el consentimiento por parte
de Juan, José y Pedro? “
Por su parte el Artículo 385 del Código de Comercio, alusivo a las reglas para la
colocación de nuevas acciones, señala que las no suscritas en el acto de
constitución y las que emita posteriormente la sociedad, serán colocadas de
acuerdo con el reglamento de suscripción correspondiente, cuyo contenido se
encuentra regulado en el artículo 386 de la anotada codificación.
El artículo 388 ibídem, por su parte, prevé el derecho de preferencia, en virtud del
cual “(…) Los accionistas tendrán derecho a suscribir preferencialmente en toda
nueva emisión de acciones, una cantidad proporcional a las que posean en la
fecha en que se apruebe el reglamento. (…) Por estipulación estatutaria o por
voluntad de la asamblea, podrá decidirse que las acciones se coloquen sin
sujeción al derecho de preferencia (…)” De todas formas, sobre el tema de la
colocación de acciones, podrá documentarse en los artículos 384 a 402 del
Código de Comercio, los cuales aluden al reglamento de colocación, derecho de
preferencia, negociación de este derecho, y otros aspectos relacionados con la
misma.
Las acciones son libremente negociables, salvo que en los estatutos sociales se
hubiere consagrado el derecho de preferencia (numeral 2º del artículo 403), por
lo tanto, su titular podrá enajenarlas total o parcialmente a los accionistas o a
terceros. En el caso que se hubiere previsto derecho de preferencia, el
procedimiento está consagrado en los artículos 406 y siguientes del Código de
Comercio. Como puede observarse, en cuanto al procedimiento para la
adquisición o negociación de acciones basta que se cumplan con los
lineamientos legales y estatutarios pertinentes.
Para facilitar el examen del citado artículo, se transcribe el texto completo del
mismo. "ART.132.- Cuando se constituya una sociedad que deba obtener
permiso de funcionamiento, los aportes en especie se evaluarán unánimemente
por los interesados constituidos en junta preliminar, y el avaluó debidamente
fundamentado se someterá a la aprobación de la Superintendencia de
Sociedades.
(...) 1.2. Con la expedición del Decreto 2155 de 1992, mediante el cual se
reestructura la Superintendencia de Sociedades, se entiende parcial y
tácitamente derogado el texto del artículo 132 citado, por cuanto se suprime tanto
la atribución de otorgar permiso de funcionamiento a las sociedades vigiladas
como la aprobación del avalúo de los bienes en especie (...)”
Para resolver el punto 2.4, puede afirmarse lo siguiente: Desde el punto de vista
Civil y Comercial, existe la posibilidad para celebrar contratos, como instrumentos
a partir de los cuales se crean obligaciones para una de las partes o para ambas
partes.
“un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer
alguna cosa. Cada parte puede ser de una o muchas personas.” (Art 1495 C.C).
A su vez, para que el contrato sea válido, se requiere que cumpla con los
siguientes requisitos:
• Que las partes contratantes sean legalmente capaces, es decir, que tengan
capacidad legal para poder obligarse. La capacidad legal de una persona
consiste en poderse obligar por sí misma, y sin el ministerio a la autorización de
otra persona
De acuerdo con el artículo 1503 ibídem, “toda persona es legalmente capaz,
excepto aquellas que la ley declara incapaces”.
• Que se dé el consentimiento y este se encuentre libre de vicio, es decir, que de
manera libre y espontánea se dé la aceptación. Son vicios del consentimiento:
El error: es una equivocación que puede recaer sobre la clase de contrato que se
celebra, sobre la persona con la que se contrata, sobre la identidad de la cosa,
sobre la sustancia o calidad esencial del objeto.
La fuerza: es la coacción que se ejerce sobre una persona causándole temor de
que se la haga daño a su persona o a la de su familia.
El dolo: es cuando una de las partes engaña a la otra con tal de obtener un
beneficio.
Al respecto, el artículo 1509 ibídem, señala que “El error sobre un punto de
derecho no vicia el consentimiento”
• Que recaiga sobre un objeto lícito, es decir, que no sea contra las leyes y que
tenga causa lícita, vale decir causa ilegal, causa inmoral o causa torpe, es la
motivación contractual de una parte cuando aquélla se opone a las leyes, a la
moral o a las buenas costumbres.
La decisión del caso concreto dependerá de un juez, en todo caso con las
explicaciones antes mencionadas se entiende que sí la voluntad de las personas
naturales es que la propiedad no salga de su patrimonio no deberían celebrar
negocio alguno tendiente a desprenderse de la misma a favor de una sociedad, si
por el contrario la voluntad de las personas es que un tercero llámese sociedad,
por las ventajas que genera la institución jurídica societaria, tenga la propiedad
de las acciones la alternativa planteada en el ejemplo con el lleno de las
solemnidades legales podría ser la apropiada, sin que en principio se vislumbre
un error de hecho. Lo anterior habida cuenta que el principio general es la
autonomía de la voluntad privada, por lo que las personas están llamadas a
regular sus intereses económicos bajos los contratos que más se adecuen a sus
necesidades siempre dentro de los límites del orden público.
Habría que recordar que el error de derecho no genera nulidad “la ignorancia de
las leyes no sirve de excusa” y “el error sobre un punto de derecho no vicia el
consentimiento”.
Cordialmente,
MANUELITA BONILLA ROJAS
Jefe Oficina Asesora Jurídica
TRD: Jurídica
M-0279