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Anexo 27

DIMENSIONES DEL ACTUAR PROFESIONAL DE LOS MAESTROS

a. Dimensión disciplinar: Esta dimensión es parte constituyente de la didáctica.


Aunque se acepte que “no se puede enseñar aquello que no se conoce”, tampoco se puede
aceptar que algunas escuelas de formación de maestros han centrado sus esfuerzos en este
aspecto exclusivamente, bajo la absurda premisa de que quien conoce con suficiencia la
disciplina es el indicado para enseñarla. Por el contrario, sabemos que sí es necesario
reconocer la vinculación conocimiento- enseñanza como que esta es una condición
imprescindible, un saber verdaderamente importante para cualquier maestro, condición, que
por otra parte, no se tuvo en cuenta durante mucho tiempo por la pedagogía tradicional
normalizadora, y que, incluso, sigue prevaleciendo en algunos espacios académicos.

En la actualidad por la especialización de saberes que se ha ido produciendo a partir la


emergencia de las sociedades modernas desde el Renacimiento y la Ilustración, no se puede
desestructurar esa relación conocimiento-enseñanza por las consecuencias negativas en la
evolución académica de las sociedades. En relación al ámbito disciplinar, el maestro debe
manejar las formas de proceder de la disciplina en cuestión, sus procesos, su desarrollo
histórico, los giros que ha tenido el pensamiento humano en torno a la construcción de ese
saber, y por otra parte, cómo construyen los niños y niñas ese saber, cuáles son sus hipótesis
o teorías y cómo éstas se van modificando a través de los procesos madurativos y
educativos, para finalmente poder adecuar los saberes a la escuela, a sus estudiantes, a sus
necesidades y características.

b. Dimensión procedimental: Se refiere a la transposición didáctica como mecanismo para


transformar estos saberes disciplinares en saberes escolares, que son en últimas los que se
trabajan en la escuela. La transposición implica una selección de contenidos, el establecer el
curso de acción en el aula, qué recursos se hacen necesarios, cuáles serán los escenarios
pertinentes, cómo se conforman las rutinas y las acciones, por medio de qué estrategias,
caminos y procesos el saber podrá ser adquirido por las y los estudiantes. Esta dimensión
requerirá del manejo teórico que desde las diferentes didácticas se le presenten al futuro
maestro, las mejores metodologías para actuar. Un ejemplo claro de esta dimensión se
presenta cuando el maestro se enfrenta a la necesidad de enseñar a leer y escribir a niños de
transición, ahí pondrá en juego desde su perspectiva, si lo hace enseñando letra por letra del
alfabeto y sus combinaciones, o si mejor utiliza mensajes significativos que lleguen a y se
produzcan desde el aula.

c. Dimensión estratégica: Hace referencia a la capacidad de reflexión y acción del futuro


maestro, en relación con los contextos, los sujetos de enseñanza, los ambientes en los que
desarrolla su intervención. Puede decirse que es la capacidad de resolver conflictos en el
aula, teniendo en cuenta las características propias de los individuos y de los contextos,
desde consideraciones pedagógicas que permitan la expresión de las diferencias y el respeto
entre los niños y niñas.

Esta dimensión se va construyendo lentamente, en los diferentes espacios de intervención y


en las situaciones de tensión a las que constantemente se ve abocado un practicante en el
aula. Se construye su saber, en la medida que reflexiona sobre los sucesos, sobre sus
respuestas, sobre las actuaciones de los participantes en los eventos y el seguimiento de
estas situaciones a través del análisis de su propio diario de campo y puestas en común de
los casos en los grupos de asesoría.
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d. Dimensión ético-política: El actuar del maestro no puede ser acrítico, debe ser plenamente
consciente de que su actuar refleja unas concepciones de individuo y de sociedad esperadas
o deseadas. En este sentido, el futuro maestro debe saber que su actuar tiene implicaciones
en la construcción de un tipo de sociedad y de un tipo de ciudadano.

Así mismo, el maestro asume una responsabilidad social al estimular a sus estudiantes a
incursionar en el mundo de la cultura. Esto, de una u otra manera, le da la posibilidad al
estudiante de comprender su propio mundo y entender críticamente los nuevos
conocimientos que está construyendo en el proceso.

En este contexto es importante entonces dejar claro que la práctica deja de ser el lugar donde el
estudiante “ensaya técnicas para dictar clase”, para convertirse en un espacio privilegiado que le
permite asumirse como un profesional reflexivo de la docencia, con una posición teórica ante su
profesión y una autonomía estatutaria fundada en la confianza, en sus competencias y en su ética.
En consecuencia, el maestro ya no es más un repetidor de órdenes externas, un aplicador de
ejercicios elaborados desde afuera, sino un profesional autónomo, con convicciones dadas por su
intelecto y pueden por tanto asumir la responsabilidad social de sus decisiones.

CRITERIOS OBSERVACIONES

Dimensión disciplinar
Manejo de conceptos teóricos de las disciplinas (Qué).
Dominio de principios didácticos de las disciplinas (Cómo).
Identificación de objetivos y finalidades de las disciplinas (Para qué).
Aplicación de conceptos teóricos en la planeación
Comprensión y aplicación de la metodología de ABP
Manejo teórico de los contenidos a desarrollar en las áreas.

Dimensión procedimental
Formulación y cumplimiento de los objetivos de aprendizaje
propuestos.
Presentación de los objetivos de clase y orden del día.
Relación entre los contenidos conceptuales, procedimentales y
actitudinales propuestos y las actividades de aprendizaje.
Relación entre los objetivos, los indicadores de desempeño y las
técnicas de evaluación propuestas.
Aplicación de principios didácticos generales como:
- Indagación de conocimientos previos.
- Registro de conocimientos previos.
- Diseño de propuestas de trabajo individual.
- Diseño de propuestas de trabajo en grupo.
- Diseño de propuestas de trabajo en gran grupo.
- Diseño y uso de diferentes tipos de registro.
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- Contrastación de conocimientos previos.


Creatividad, flexibilidad e innovación en las actividades.
Comunicación de instrucciones.
Manejo del tiempo.
Cambio de actividades.
Socialización de las actividades.

Dimensión estratégica
Realización y uso de material didáctico.
Manejo de situaciones de conflicto en el aula.
Demostración de empatía con los estudiantes.
Manejo del grupo.
Capacidad para resolver situaciones (positivas o negativas) no
planeadas.

Dimensión ético-política
Manejo de situaciones de conflicto en el aula.
Demostración de empatía con los estudiantes.
Interés por el mejoramiento continuo y la transformación de la
práctica.
Actitud asertiva para el trabajo en grupo.
Relación entre los estudiantes y el docente practicante.
Responsabilidad y compromiso con la práctica.

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