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Enfermedad de cori

Esta patología también conocida con el nombre de glucogenosis tipo III o enfermedad
de Cori-Forbes, es una patología poco frecuente en la población general que, tiene un
amplio espectro clínico

¿Qué es la enfermedad de Cori-forbes?

La enfermedad de Cori-Forbes es un desorden metabólico autosómico recesivo,


causado por la deficiencia de la enzima desramificante del glucógeno y asociado a una
acumulación de glucógeno con cadenas anormalmente cortas. La mayoría de los
pacientes tienen deficiencia de esta enzima tanto en el hígado como en el músculo
(IIIa), pero cerca del 15% tienen deficiencia de la enzima únicamente en el hígado
(IIIb) [1]. Estos subtipos han sido explicados por diferencias en la expresión de la
enzima deficiente en tejidos humanos [2]. En casos raros, la pérdida selectiva de
solamente una de las dos actividades desramificantes, glucosidasa o transferasa, da
lugar al tipo IIIc o al IIId, respectivamente. Clínicamente, los pacientes con
glucogenosis tipo III presentan en la lactancia, o en la primera infancia, hepatomegalia,
hipoglucemia y retraso en el crecimiento. La debilidad muscular en aquellos con el tipo
IIIa es mínima en la infancia pero puede llegar a ser más severa en adultos; algunos
pacientes desarrollan cardiomiopatías.

Causa de la enfermedad de cori-forbes

La glucogenosis tipo III está causada por una deficiencia de la actividad de la enzima
desramificante del glucógeno, que dificulta la liberación de glucosa a partir del
glucógeno, pero no afecta a la liberación de la glucosa en la gluconeogénesis. La
mayoría de pacientes tienen afectados tanto los músculos, en general, como el hígado
(tipo IIIa). Sin embargo, algunos pacientes (aproximadamente el 15 % de todos los
casos tipo III) tienen sólo afectado el hígado, sin aparente enfermedad muscular (tipo
IIIb). Desde las primeras etapas de la infancia, ambas variantes son casi
indistinguibles de la tipo I, manifestando hepatomegalia, hipoglucemia, hiperlipidemia y
retraso en el crecimiento. En el tipo III, sin embargo, los niveles en sangre de lactato y
ácido úrico son habitualmente normales y, en cambio, las elevaciones de las
transaminasas hepáticas son prominentes. Los síntomas hepáticos mejoran con la
edad y desaparecen después de la pubertad.
Todas las formas de glucogenosis tipo III muestran un patrón hereditario autosómico
recesivo y están causadas por varias mutaciones en la banda 1p21 del cromosoma
uno.

Signos y síntomas más frecuentes

El curso clínico de la enfermedad de cori suele ser variable, en función de las áreas
que se encuentren más afectadas. Sin embargo, en buena parte de los casos, suelen
ser evidentes durante la etapa infantil.

a) Hipoglucemia

Con el término hipoglucemia hacemos referencia a la presencia de niveles bajos de


azúcar en sangre, es decir, a un nivel deficiente de glucosa.

– Alteración del ritmo y frecuencia cardiaca.


– Cefaleas recurrentes.
– Reducción o incremento del apetito.
– Alteración de la capacidad visual, como visión borrosa o doble.
– Cambios humor: irritabilidad, agresividad, ansiedad etc.
– Dificultad para conciliar el sueño.
– Cansancio, debilidad y fatiga generalizada.
– Sensaciones de hormigueo y entumecimiento.
– Sudoración intensa.
– Mareo y pérdida de consciencia.

b) Hiperlipidemia

En este caso, con el término hiperlipidemia hacemos referencia a la presencia de


niveles elevados de lípidos, es decir, grasas en el torrente sanguíneo.
– Molestias cardiacas, angina de pecho y otras alteraciones relacionadas con el
corazón.
– Sensación punzante y de calambre en las extremidades inferiores.
– Problemas relacionados con la cicatrización de heridas superficiales.
– Síntomas relacionados con los accidentes cerebrovasculares: debilidad o parálisis
muscular, problemas de lenguaje, etc.

c) Hipotonía muscular

Una de las primeras señales indicadoras de esta patología es la presencia de una


marcada debilidad muscular.

d) Miopatía

Con el término miopatía hacemos referencia a un amplio conjunto de enfermedades


musculares que se caracterizan por la presencia de inflacoco mación muscular crónica
y debilidad.
– Debilidad muscular progresiva, comenzando desde las estructuras proximales, es
decir, los músculos más próximos al tronco.
– Daño tisular en las fibras musculares.
– Cansancio y fatiga relacionada con actos motores: caminar, respirar, tragar, etc.
– Dolor muscular recurrente.
– Incremento de la sensibilidad cutánea.
– Dificultad para caminar, mantener la postura, hablar, tragar, etc.

e) Hepatomegalia

Por un lado, con el término hepatomegalia hacemos referencia a la presencia de un


hígado anormalmente grande.
– Dolor y distensión abdominal.
– Sensación de mareo.
– Náuseas y vómitos recurrentes.
– Ictericia.
– Alteración de la coloración de la orina y/o las heces.

f) Cirrosis e Insuficiencia hepática

Cirrosis es el término que se emplea para hacer referencia a la presencia de un


deterioro progresivo del hígado, a nivel estructural y funcional.
Específicamente, el tejido hepático sano se convierte en cicatrizal, impidiendo la
circulación sanguínea a través de sus diferentes estructuras.
– Formaciones tumorales.
– Diabetes.
– Encefalopatía hepática.
– Cálculos biliares.
– Hipertensión portal.
– Espenomegalia.
– Ictericia.
– Insuficiencia hepática.
– Hemorragias y moretones.

H) Retraso en el crecimiento

La diferente sintomatología hepática, muscular y cardiaca puede ocasionar


importantes alteraciones relacionadas con el crecimiento.
Normalmente, los individuos afectados suelen presentar una estatura baja y unos
estándares de crecimiento anormalmente reducidos, en comparación con
otras personas de su mismo sexo y edad biológica.

Diagnóstico

Las características clínicas de la enfermedad de Cori son significativas durante la


etapa infantil, por lo tanto, ante la sospecha clínica a partir del análisis de la historia
médica y el examen físico, es fundamental realizar un examen metabólico (Froissart,
2009).
A través del examen sanguíneo y la biopsia de diferentes tejidos, es necesario
identificar la presencia de deficiencias enzimáticas relacionadas con el glucógeno
(Froissart, 2009).

Tratamiento

A pesar de que no existe una cura definitiva para la enfermedad de Cori, se han
diseñado diferentes intervenciones terapéuticas, algunas de ellas descritas por la
Asociación Española de Enfermos de Glucogénesis (Morales Vila, 2010):

– Tratamiento de los episodios de hipoglucemia: incremento de dosis de


carbohidratos, regulación alimenticia, administración de glucagón subcutánea o
venoso, inclusión intravenosa de glucosa etc.

– Atención quirúrgica: en casos graves de cirrosis hepática son necesarios los


abordajes quirúrgicos y fundamentalmente, el trasplante de hígado.

– Tratamiento farmacológico: la administración de fármacos se relaciona


fundamentalmente con el tratamiento de episodios de dolor y las alteraciones
cardiacas.

– Atención dietética: la regulación de la ingesta de alimentos es un aspecto


fundamental en esta y otras patologías de carácter metabólico. Es necesario mantener
una alimentación equilibrada, con suministro nocturno de glucosa.
Enfermedad de Andersen o glucogenosis tipo IV

La enfermedad
de Andersen, descrita por primera vez en1961,la enfermedad de Anderson-Fabry es
una enfermedad recesiva (hereditaria) y poco frecuente por almacenamiento lisosomal
vinculada al cromosoma X. Los trastornos lisosomales se desencadenan cuando una
enzima particular existe en una cantidad demasiado pequeña o cuando está
completamente ausente; por lo tanto, las sustancias que deben ser descompuestas
por la enzima y recicladas se acumulan en la célula.[ CITATION Coc11 \l 12298 ]

Esta glucogenosis está causada por la deficiencia de la enzima ramificante amilo a-


1,4-1,6-glucotransferasa. Clínicamente estos pacientes presentan, en el período de
lactancia, hepatosplenomegalia progresiva, hipotonía muy intensa y atrofia muscular,
con desarrollo consiguiente de cirrosis hepática a causa de la acumulación de
glucógeno de estructura anormal, sin ramificaciones. Los pacientes fallecen en el
segundo año de vida por insuficiencia hepática y cardiopatía. Presentan una
hepatopatía grave, sin hipoglucemias y con unos niveles de glucógeno dentro de la
normalidad.[ CITATION Aso19 \l 12298 ]
Diagnóstico

Para diagnosticar esta enfermedad se realiza en una biopsia de hígado, y se somete a


diversas pruebas para determinar la actividad de la  enzima ramificante a modo de
contrastar la cantidad de glucógeno ramificado con la cantidad de cadenas largas sin
ramificar. La estructura del glucógeno en las personas que poseen dicha enfermedad
es similar a una amilopeptina, cuando se caracteriza por el espectro del complejo
iodado, la cantidad de polisacáridos que se acumula en el hígadono está aumentada ni
tampoco en los demás tejidos, pero  los polisacáridos con pocos puntos de
ramificación se encuentran en elevadas cantidades.Y los niveles de colesterol total
están por debajo de la media, al igual que los de colesterol de baja densidad (LDC), y
de alta densidad (HDL). Los niveles de apoproteína A1 están significativamente bajos,
y la apoproteína B se encuentra a niveles normalizados a levemente disminuida.

Si un médico tiene sospechas que feto tiene una deficiencia en la enzima


desramificante se  puede diagnosticar prenatalmente determinando el nivel de
actividad de la enzima dentro de la célula del líquido amniótico.[ CITATION Jos13 \l 12298
]

TRATAMIENTO
Los tratamientos para la condición clínica del síndrome de Andersen son escasos, en
los que se recomienda como primer enfoque un tratamiento esferoidal con agalsidasa
alfa o beta  y tomar vitaminas liposolubles para mejorar la condición nutricional de los
pacientes y evitar pérdidas excesivas de peso. Así mismo el almidón crudo de maíz y
la nutrición parenteral continua puede mejorar temporalmente la situación clínica, y
como último tratamiento invasivo se practica  el trasplante hepático.[ CITATION Jos13 \l
12298 ]

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