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FILIAL DE CIENCIAS MÉDICAS MAYARÍ

TECNOLOGÍA DE LA SALUD
ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA

AUTOR: Dr. Jesús Enrique Núñez Tur.


Especialista de Primer Grado en Ortopedia y Traumatología.
Jefe de Perfil Carrera Licenciatura en Traumatología Mayarí.
Profesor Auxiliar.
INTRODUCCIÓN:
Los traumatismos son actualmente la cuarta causa de muerte en casi todo el mundo,
algunos países reportan hasta 100 000 muertes anuales a causa de traumatismos. Al
analizar los traumatismos propios del Sistema Osteomioarticular (SOMA) se observa
que raramente compromete la vida, pero puede poner en peligro la viabilidad de las
extremidades y generar secuelas e incapacidades importantes.

Los conceptos sobre la fisiopatología del trauma han avanzado mucho, y también la
tecnología de los manejos ortopédicos. Actualmente las lesiones ortopédicas son más
complejas, especialmente por razón del transporte masivo y sus altas velocidades, lo
cual significa un reto diario en la práctica clínica y en la atención de urgencias.

El manejo de estas lesiones pertenece al campo de los servicios de emergencia y


requiere el conocimiento suficiente de la patología, así como la capacitación en las
técnicas de inmovilización por parte de los médicos, profesionales y técnicos de
urgencia.

El objetivo de este trabajo es revisar las lesiones traumáticas básicas y las indicaciones
de inmovilización, sus técnicas fundamentales y sus posibles complicaciones, para
permitir a los profesionales de urgencias su adecuado manejo y generar mejor calidad
en la atención al paciente traumatizado.

GENERALIDADES:

¿A QUÉ LLAMAMOS INMOVILIZACIÓN?


Según define el Dr. Ceballos Mesa la inmovilización consiste en la limitación de la
motilidad del miembro lesionado.1
Otros autores definen inmovilización como la prevención del desplazamiento de un
hueso o de una articulación lesionada mediante la utilización de otro segmento
anatómico, una férula o un enyesado.

El tratamiento de toda fractura se rige por cuatro pasos que no pueden ser violados,
estos son:1
1. Inmovilización de urgencia de los segmentos de miembros lesionados.
2. Reducción o afrontamiento correcto de los extremos óseos.
3. Inmovilización firme e ininterrumpida hasta que la fractura haya consolidado.
4. Movilización precoz de todas las articulaciones que no queden incluidas en la
inmovilización utilizada.

UTILIDAD O IMPORTAQNCIA DE LAS INMOVILIZACIONES DE URGENCIA:

1. Sirve como profilaxis y tratamiento del shock.


2. Protege al herido durante su traslado, no solo al disminuir el dolor, sino al hacer
que los bordes del hueso fracturado no lesionen con el movimiento las partes
blandas vecinas y ocasionen mayor daño.
3. Evita las hemorragias, al facilitar la formación de trombos en los extremos
vasculares, de no existir una inmovilización puede producirse una hemorragia
secundaria, que puede llegar a ser fatal para el paciente. 1
TIPOS DE INMOVILIZACIONES SEGÚN MOMENTO EN QUE REALIZAN:
1. Inmovilización de urgencia en el sitio donde ocurrió el accidente, para el
transporte del lesionado.

2. Inmovilización de tratamiento primario: son técnicas que se utilizan en las


primeras fases del tratamiento, las cuales pueden convertirse en definitivas o no.

3. Inmovilización definitiva: corresponde a aquella con la cual el paciente espera la


consolidación de la fractura, puede ser externa o interna, según sea necesario o
no exponer el hueso para fijarlo.1

TIPOS DE INMOVILIZACIÓN SEGÚN RECURSOS UTILIZADOS:


1. Vendajes: elementos de lienzo o de otros materiales utilizados como elástico
para la sujeción de segmentos anatómicos.
 En ocho: utilizado para las fracturas claviculares, da soporte a la fractura
sin interferir con los movimientos del hombro.
 Con Esparadrapo: puede ser utilizado para la inmovilización de esguinces
de tobillo grado I o II.
 El vendaje bultoso puede ser utilizado en esguince de rodilla sin lesión
ligamentosa.
 Se puede inmovilizar una extremidad con su par anatómico sano para
disminuir el movimiento y el desplazamiento del hombro.

2. Cabestrillo: es utilizado en lesiones del miembro superior o clavícula.


Puede ser de dos tipos.
Base triangular ancha que sostiene el peso de la extremidad. Es usado principalmente
en fracturas de clavícula o luxaciones del hombro.
Se necesita un triángulo de 1,5 metros de ancho en la base y 90 centímetros de largo
por cada lado. Si el cabestrillo es para un niño, se reduce el tamaño según la edad.

Se coloca el codo del paciente en el extremo superior del triángulo y la muñeca en la


mitad a lo largo del fondo del lado opuesto del mismo. Luego se atan en el hombro del
mismo lado o en el hombro opuesto los dos extremos libres del triángulo. Se ajusta la
altura del nudo de tal manera que el codo quede flexionado en ángulo recto (90 0).
Existen en el mercado cabestrillos hechos de tela o plástico en diferentes tallas y tipos.

3. Colgante: se usa en fracturas de brazo para que la gravedad se encargue de


mantener la reducción. Se crea un aro alrededor de la muñeca del miembro
comprometido y se sostiene con un vendaje de gasa al cuello del paciente.

4. Férula: de diversos materiales como polietileno, y las hay enyesadas y de malla:


Buscan dar soporte parcial a la extremidad y limitar sus movimientos. Se puede
utilizar en esguinces de las extremidades, como tratamiento provisional en los
primeros 5 a 7 días de la mayoría de las fracturas y luxaciones.

5. Enyesado circular: es una tela impregnada de sulfato de calcio semihidratado,


que al contacto con el agua se endurece. Se mide el ancho en pulgadas y el
largo en pies. Su uso en urgencias se limita al tratamiento de fracturas que no
pueden ser manejadas con férula como las diafisarias de tibia, escafoides
carpiano y algunas fracturas en niños. Su nomenclatura se basa en los
segmentos anatómicos que compromete, como el braquiopalmar y el
ínguinopédico, entre otros.

PRINCIPIOS Y REQUISITOS BÁSICOS PARA LA APLICACIÓN DE FÉRULAS:


1. En caso de fracturas se inmovilizan tanto la articulación inferior como la superior
para limitar la movilidad.
2. Se debe mantener la reducción anatómica de la fractura.
3. Se deben cubrir dos terceras partes de la circunferencia del segmento
comprometido.
4. Se utilizan 8-10 capas de yeso para miembro superior, y 10-14 capas para
miembro inferior, a fin de lograr suficiente resistencia.

PRINCIPIOS DE LA INMOVILIZACIÓN DE URGENCIA:1


1. Las férulas deben ser forradas con espuma de goma, algodón, guata, tela, etc
para evitar lesionar las partes blandas.
2. Se debe almohadillar las eminencias óseas para evitar lesionar y ulcerar la piel
que las cubre.
3. Los vendajes no deben aplicarse tan apretados que causen compresión, ni tan
flojos que permitan movimiento en el foco de lesión.
4. En caso de lesión de una diáfisis se inmovilizará una articulación proximal y una
articulación distal al foco de fractura.
5. Cuando se trate de una lesión articular, se inmovilizará una diáfisis proximal y
una diáfisis distal a la articulación afectada.
6. Al aplicar las inmovilizaciones es necesario mantener las posiciones funcionales
articulares y las líneas y ejes de los miembros, a fin de que las fracturas se
mantengan lo más orientadas posible.
7. Al pasar los vendajes por los pliegues de flexión del codo, tobillo, hombros y
cadera se debe hacer siempre en figura de ocho para evitar la compresión.
8. De existir alguna herida o fractura abierta o expuesta, las part4es blandas serán
cubiertas con material estéril (apósitos o torundas).

PRINCIPIOS GENERALES QUE RIGEN LA APLICACIÓN DE LOS ENYESADOS:

1. Introducir el vendaje enyesado en el agua, sin soltar el extremo libre del rollo de
vendaje enyesado, mantenerlo mientras esté burbujeando, cuando haya dejado
de burbujear se extraerá del agua, para extraer el exceso de agua se aprieta por
ambos extremos, si retorcerlo, hasta que quede con la menor cantidad de agua
posible.
2. Proteger las eminencias óseas y la pie con guata.
3. Al aplicar el vendaje no hacer pliegues, ni arrugas, moldear el enyesado antes
de que fragüe siguiendo los contornos del miembro con la palma de la mano y
en una sola dirección.
4. En las articulaciones, aplicar en vendaje en forma de ocho, pero sin retorcerlo.
5. Cubrir con cada vuelta de vendaje los dos tercios de la vuelta anterior.
6. Colocar el miembro a inmovilizar en posición funcional y no cambiar la posición
del miembro hasta que el yeso haya fraguado.
7. No colocar vendajes enyesados circulares de inicio, en especial cuando hayan
habido manipulaciones, como medida cautelar de la aparición de procesos
inflamatorios y de compresiones vasculares postraumáticas. Se exceptúan solo
las fracturas diafisarias de tibia y las fracturas del escafoides carpiano en que
desde el inicio se aplicará enyesado circular, siempre cumpliendo las
recomendaciones específicas para estos casos.
8. En el miembro superior, extender los enyesados hasta el pliegue distal de la
palma de la mano y hasta los nudillos (articulación metacarpofalángica) en el
dorso).
9. En el pie, moldear los arcos longitudinales y metatarsiano. Extender el enyesado
hasta la articulación metatarsofalángica por el dorso y hasta 1 o 2 centímetros
por encima de los artejos del pie.
10. Cuando se coloque un dispositivo para la marcha (tacón o estribo de marcha),
no permitir ésta hasta pasadas 24 horas.
11. Retirar las hilachas que puedan aparecer durante la aplicación de las vendas
enyesadas para evitar contricciones.
12. Los bordes del enyesado serán recortados y protegidos (evertir la guata y
cubrirla con el enyesado) para evitar que estos se conviertan en una molestia
para el paciente.
13. En ningún momento se aplicarán las yemas de los dedos, ni se hará ningún tipo
de manipulación que pueda crear un punto de compresión que terminará en una
úlcera de la piel de paciente.
14. El sostén, manipulación y moldeado del enyesado se hará con la palma de las
manos.
15. En caso de tener que abrir el enyesado, cortar no solo el yeso sino también la
capa de guata subyacente, hasta ver la piel a lo largo del enyesado; rellenar
luego esta cavidad con guata o gasa nuevamente y volver a vendar no con yeso
sino con vendaje de gasa.
16. En los casos que sea necesario abrir una ventana para la curación de heridas,
úlceras u otras, ésta será marcada y se abrirá 24 o 48 horas después de haber
aplicado el enyesado, se conservará la tapa de yeso, la cual será colocada
nuevamente en su lugar y asegurada con vendaje de gasa o esparadrapo,
nunca podrá desprotegida esta área, pues ello daría lugar a complicaciones
entre ellas el “Edema de Ventana”.
17. Después de colocada la inmovilización se deben esperar no menos de 10 o 20
minutos, para que fragüe el yeso, antes de movilizar el paciente, siempre
teniendo en cuenta que no se alteren las posiciones en que fue colocado el
miembro enyesado.
18. Cuando una inmovilización enyesada, incluya férulas de yeso además, deberá
iniciar la inmovilización con una primera vuelta de yeso circular, luego colocará
las férulas correspondientes y nuevamente aplicará capas circulares de yeso.
19. Procure, además de cumplir estrictamente los requerimientos técnicos
obligatorios de cada inmovilización, cumplir los requerimientos estéticos, es decir
aplicar la inmovilización bien conformada, pues ésta formará parte constante del
vestuario del paciente, sobretodo de aquellos que a pesar de tener un miembro
inmovilizado pueden continuar con su vida laboral o social activa. Todos,
profesionales o no de la Ortopedia y Traumatología, comentarán de lo bien o lo
mal que fue aplicada la inmovilización.

REQUISITOS PARA APLICAR UNA INMOVILIZACIÓN:


 Experiencia e idoneidad en la realización del procedimiento para evitar
complicaciones.
 Dar instrucciones y advertir sobre signos de alarma posteriores a la realización
del procedimiento

PROCEDIMIENTO:
 Se protege el segmento comprometido con “estoquinete” o malla tubular.
 Se aplica una capa de algodón laminado (Guata), con mayor protección en las
eminencias óseas.
 Se sumerge el vendaje enyesado en agua tibia hasta que deje de burbujear.
 Se retira el exceso de agua, exprimiéndolo con presión leve y sin retorcerlo.
 Se aplica el vendaje enyesado sobre el miembro, sin tensión y evitando pliegues,
 arrugas o bordes irregulares. Generalmente se aplican de 4 a 6 capas, pero se
aumentan o se reducen según las necesidades de cada paciente.
 Se frota el yeso para distribuirlo uniformemente. Se puede realizar un mejor
acabado si se dobla el “estoquinete” o la guata en los bordes.
 Se deja que fragüe durante por 10 a 20 minutos.
 En los casos de inmovilización de lesiones de miembros inferiores, que lo
permitan, no se debe apoyar hasta haber pasado 24 horas para permitir que
fragüe completamente. Se incorpora, según su necesidad, un tacón para los
enyesados de miembro inferior.
 Se reevalúan el pulso y la sensibilidad, y se interroga al paciente sobre dolor o
incomodidad con el enyesado.
 Se imparten instrucciones precisas al paciente.

INSTRUCCIONES QUE SE LE DARÁN AL PACIENTE:


 Mantener la extremidad elevada.
 Movilidad de segmentos libres.
 Consultar inmediatamente si hay dolor, parestesias, disestesias, edema o
cianosis.
 Asistir a control según indicaciones

COMPLICACIONES DE LA INMOVILIZACIÓN:
Las complicaciones inherentes a las lesiones ortopédicas se pueden presentar
inmediatamente después de la inmovilización y deben ser reconocidas y manejadas en
forma rápida y expedita:

Hemorragia: en casos de fracturas abiertas se presenta sangrado externo que puede


comprometer el estado hemodinámico del paciente, factor que se debe tener muy en
cuenta al planear el traslado de un paciente con este tipo de fracturas.

Lesión vascular: debido a la localización anatómica, en las lesiones óseas, se pueden


presentar lesiones vasculares asociadas. Es prominente el caso de las lesiones de
rodilla que pueden asociarse a compromiso de la arteria poplítea, con el riesgo alto de
isquemia en la extremidad afectada. Es fundamental realizar un adecuado examen
físico previo a la manipulación de lesiones ortopédicas descartando compromiso
vascular, debido a que se genera la urgencia inmediata de reestablecer el riego arterial.
Revise el aporte vascular a la extremidad después de la reducción o inmovilización de
la lesión.

Lesión neurológica: las consideraciones anatómicas son las mismas que para lesión
vascular. La lesión neurológica puede ser parcial o completa; el sistema nervioso
periférico puede recuperar parcial o totalmente sus déficit en virtud a las propiedades
intrínsecas de las células de Schwann. En el examen físico inicial se debe explorar la
integridad neurológica del segmento afectado para definir y registrar algún tipo de
déficit. Posterior a la inmovilización se debe revisar la integridad neurológica, debido a
la posibilidad de un atrapamiento nervioso en la reducción, lo cual indicaría cirugía de
urgencia para la descompresión.

Síndrome compartimental: en las extremidades se hallan diversos espacios limitados


por las fascias inextensibles de los músculos. Dentro de estos compartimientos se
encuentran estructuras musculares, vasculares y nerviosas. Cuando se presenta una
agresión como isquemia, sangrado, reperfusión o trauma que aumente la presión
intersticial dentro de este espacio inexpandible, resultan comprometidas las estructuras
en su interior. Esto se denomina síndrome compartimental, el cual se manifiesta
inicialmente por dolor en reposo que es exacerbado con la movilización pasiva; si no es
tratado oportunamente, aparecen signos de daño del tejido nervioso (disestesias y
parestesias), tejido muy sensible a los cambios en la presión; finalmente se establece el
compromiso vascular con isquemia, hipoxia y anoxia que genera daño irreversible en
los tejidos musculares. La sospecha clínica debe ser alta debido a la elevada morbilidad
asociada con este síndrome. El manejo debe ser la fasciotomía inmediata. Otras
complicaciones son generadas directamente por la inmovilidad causada por el trauma y
la inmovilización:

Trombosis venosa profunda: el trauma ortopédico genera un aumento en el riesgo de


esta patología, aunado al aumento del mismo por la inmovilidad del paciente. En
pacientes que por su condición son sometidos a inmovilización prolongada debe
considerarse el uso de heparinas de bajo peso molecular.

Embolismo pulmonar: es secundario a la trombosis venosa profunda.

Atelectasias/neumonía: la inmovilidad disminuye el volumen corriente, lo que genera


zonas pulmonares que no son debidamente expandidas, las cuales pueden convertirse
en atelectasias y aumentar el riesgo de neumonía. Su manejo consiste en terapia
respiratoria y en promover la movilización temprana del paciente.

Desgaste muscular y desacondicionamiento físico: resultan de la inmovilidad, y


puede legar a extremos de verdadera incapacidad que requiere programas intensos de
rehabilitación.

Lesiones propias de los métodos de inmovilización ortopédica: existen


complicaciones que son muy particulares del tratamiento ortopédico, y que varían
según el carácter de la lesión original y el método de inmovilización empleado.

Úlceras por compresión: la aplicación inadecuada de una férula o yeso puede generar
zonas de presión que ulceren el tejido subyacente y generen esta complicación. Para
prevenirlas se debe tener máximo cuidado en la colocación de yesos o férulas, y se
debe estar siempre atento a cualquier reporte de molestia o dolor por parte del
paciente.

VENDAJES ENYESADOS:

El conocimiento de hechos básicos en el manejo de los vendajes enyesados, forma


parte ineludible de los procedimientos terapéuticos que cualquier médico debe dominar.
Son innumerables las circunstancias en las cuales el uso de un método de
inmovilización resulta imperioso y obligado y el médico no puede eludir la
responsabilidad del tratamiento urgente de ese paciente, pretextando su calidad de «no
ser especialista».

Se debe tener clara conciencia que un vendaje enyesado en una circunstancia de


emergencia, no sólo se constituye en el mejor tratamiento del dolor de una fractura, sino
que, además, puede prevenir desplazamientos de fragmentos óseos, exposición del
foco, y compromiso vascular o nervioso por acción de fragmentos movibles, entre otros.
También sigue subsistiendo como parte esencial en el tratamiento definitivo de muchas
fracturas, que por su simplicidad pueden y deben ser atendidas por un médico no
especialista.
 
TECNICAS PARA LA PREPARACION DEL VENDAJE ENYESADO
 Lechada de yeso: corresponde a una técnica ya abandonada en casi todos los
centros médicos. Como bien pudieran presentarse circunstancias o lugares que
hacen obligatorio su uso, se describe: se mezcla yeso ortopédico en polvo y
agua tibia en partes iguales. En la lechada resultante, se mojan completamente
vendas de linón ortopédico. La malla del vendaje aprisiona la lechada de yeso.
Con esta venda, así empapada en yeso, se coloca el vendaje y, se confecciona
la férula, según sea la circunstancia. El uso de agua más caliente o la adición de
alumbre o sal común, acelera el proceso del fraguado.

 Vendas de yeso confeccionadas en el servicio: también es un procedimiento


ya en extinción por razones económicas, de comodidad y, dificultad en su
confección.

 Se hace pasar vendas de linón ortopédico, del ancho escogido, por una masa de
yeso en polvo. En la malla del tejido del linón queda aprisionada una buena
porción de polvo de yeso y con ella se confecciona la venda. Esta debe quedar
guardada en depósitos herméticos, para evitar que el yeso, sustancia
fuertemente higroscópica, absorba agua del medio ambiente, y pierda su
capacidad de fragüe.

 Vendas enyesadas de confección industrial: prácticamente de uso universal,


ofrecen garantía de calidad, tiempo de fragüe exacto, facilidad en su
almacenamiento y manejo.

 El yeso de uso ortopédico, químicamente corresponde a un sulfato de calcio


hidratado: CaSO4 . 2 H2O.
 Por procedimientos industriales se calienta a 120-130°, con lo cual pierde una
molécula de agua. Este hecho le hace perder la dureza propia de la piedra
caliza, y la hace susceptible de ser pulverizada.
 Cuando recupera la molécula de agua perdida, sea porque se le adiciona agua o
porque la absorbe de la atmósfera (higroscopía), recupera la dureza primitiva.

 El vendaje enyesado adquiere así la solidez necesaria para hacer resistente la


inmovilización. Se consigue así un vendaje rígido, sólido, liviano, poroso, y
económicamente dentro de límites razonables.

 Recientemente han aparecido sustitutos del yeso, en forma de resinas epóxicas;


al contacto con el agua adquieren dureza y rigidez.
 Su precio es elevado y no posee la plasticidad del yeso. Por lo tanto, no permite
un modelaje perfecto como la técnica lo exige. Ello explica que su uso siga
siendo muy restringido.

Tipos de vendajes de yeso


En la práctica son usados tres tipos de vendajes de yeso.
 Vendaje de yeso almohadillado.
 Vendaje de yeso no almohadillado.
 Valvas o férulas enyesadas.

En determinadas circunstancias, suelen usarse inmovilizaciones de yesos de modelos


muy especiales, para cumplir objetivos muy precisos.

Así son los yesos articulados a nivel de rodilla, codo, muñeca y dedos que, junto con
inmovilizar un segmento esquelético, permiten el uso de la articulación.

Otros se extienden exclusivamente al segmento óseo fracturado, dejando libre o


semilibre las articulaciones proximales o distales. Así, se conforman, por ejemplo, las
inmovilizaciones de yeso tipo Sarmiento. Todos estos procedimientos son de uso
restringido y propios del especialista.

Vendaje de yeso almohadillado: en la práctica diaria se encuentran ya abandonados,


pero siguen persistiendo ciertas circunstancias que pueden requerir de un yeso de este
tipo. Las indicaciones para su uso son las siguientes:

 Inmovilizaciones de urgencia, en miembros fracturados, donde existe el riesgo de


edema postraumático en enfermos que deben ser trasladados, quedando fuera
del control médico.

 Yesos colocados en forma inmediata a intervenciones ortopédicas, en enfermos


con daño neurológico en que el trofismo de las partes blandas esté gravemente
comprometido. Ejemplo: poliomielíticos, hemipléjicos, etc.

Se envuelve el miembro con un vendaje de delgadas láminas de algodón prensado, de


un espesor de 1 a 2 cm. Se refuerza con almohadillado más grueso sobre aquellas
zonas que corresponden a prominencias óseas: codos, muñecas, crestas ilíacas,
trocánteres, maléolos peroneo y tibial. Se termina el almohadillado con vendaje final de
papel elástico.

Sobre esta capa así almohadillada, se coloca el vendaje de yeso.


Su objetivo es de conseguir una inmovilización, siempre provisoria, ya que no garantiza
la correcta inmovilización de los fragmentos. Su uso es limitado.

Vendaje de yeso no almohadillado: es la modalidad usada prácticamente en todos los


casos en los que se requiera una inmovilización rígida, sólida, que logre fijar los
fragmentos óseos, impida los desplazamientos, angulaciones, etc.
Como el procedimiento lleva a colocar el vendaje de yeso directamente sobre la piel,
sólo cubierta de una malla de tejido de algodón o guata, previamente deben ser
protegidas todas aquellas zonas de piel bajo las cuales existan prominencias óseas.
La técnica es la siguiente: se cubre todo el segmento que será enyesado con una malla
tubular de tejido de algodón o guata, que se prolonga más allá del límite que habrá de
comprender el yeso propiamente tal.

 Protección de la superficie de la piel: se protegen las prominencias óseas con


cojinetes de algodón prensado. (5 mm de espesor).

 Colocación del vendaje enyesado: estando el enfermo en posición correcta


para ser enyesado, se va envolviendo el segmento con la venda. No se le
imprime presión alguna; basta el propio peso de la venda para adecuarle la
presión debida. Obtenido el espesor adecuado se practica un suave masaje
sobre el yeso para que la impregnación de la papilla sea uniforme y comprenda
todas las vueltas del vendaje. En este momento se inicia el proceso más
trascendente del enyesado.

Fraguado y modelado: a los 5 a 8 minutos el yeso empieza a adquirir, poco a poco


resistencia y dureza. Inmediatamente terminado el enyesado y aún blando y maleable,
se inicia el modelado. Con este procedimiento se debe conseguir reproducir con el yeso
la forma, contornos y depresiones que le son propias al órgano enyesado.

Se modelan las prominencias maleolares, el relieve de la rótula, las espinas ilíacas, los
surcos laterales al tendón de Aquiles, etc., de modo que idealmente pueden ser
perceptibles en la superficie del yeso la anatomía de la superficie del segmento
enyesado. Se vigila cuidadosamente la posición de las articulaciones (posición
funcional) incluidas en el yeso. Especialmente importantes son: angulación del codo,
pronosupinación del antebrazo, posición de la muñeca; posición de flexión, abducción y
rotación de cadera en yeso pelvipédico; angulación de rodilla; inversión o eversión del
tobillo; posición de equino, varo o valgo del pie, entre otros.

El modelado y corrección de posiciones articulares son acciones simultáneas, que


deben ser realizadas con rapidez y seguridad, mientras transcurren los 5 a 10 minutos
que demora el yeso en terminar su proceso de fraguado. Transcurrido este plazo, el
yeso pierde su maleabilidad y no tolera cambios de posición. El pretender hacerlo ya
fraguado, se consigue a costa de quebrarlo en su estructura. De suceder eso, la
fractura del yeso marca un surco prominente hacia el interior, dejando una arista dura,
sólida y cortante contra la superficie de la piel. La escara o úlcera de la piel será la
complicación segura y obligada.

Se deja cuidadosamente el miembro enyesado sobre una superficie blanda; se recorta


con cuchillo de yeso muy bien afilado el vendaje que excede los límites superior e
inferior y se regularizan los bordes, dando por terminado el proceso.
 

Figura 1. Diferentes tipos de yesos.


(a) Yeso antebraquial.
(b) Yeso braquiopalmar.
(c) Yeso toracobraquial.
(d) Bota corta de yeso.
(e) Bota larga de yeso con taco de marcha.
(f) Bota larga de yeso.
(g) Rodillera de yeso.

Tóracobraquial (figura 1-c)


Incluye todo el miembro superior enfermo, desde el hombro hasta la mano; además
comprende el tronco y abdomen, apoyándose ampliamente en las crestas ilíacas. El
miembro superior queda en una posición standard. Brazo en abducción de 70°,
anteversión de 30 a 40 0, rotación intermedia. Con estos ángulos, la mano queda por
delante del mentón y separado de él por unos 25 a 35 cm (Figura 1-c).

Sitios que deben ser almohadillados:


 crestas ilíacas,
 codo,
 muñeca.
 región acromio-clavicular.
En el límite abdominal se deja un corte en curva sobre la pared del abdomen; si el límite
se deja recto, debe abrirse una ventana que permita la libre expansión de la pared
abdominal. Esta ventana se abre 24 a 48 horas después, cuando el yeso haya
adquirido dureza.

Bota Larga o Inguinopédico (Figura 1-f)


Incluye todo el miembro inferior, que abarca por arriba desde el pliegue inguinal, región
troncantereana y, por detrás a nivel del pliegue glúteo. Termina en su extremo distal
incluyendo todo el pie; su límite inferior, en la cara dorsal del pie, llega hasta la raíz de
los dedos y por cara plantar hasta 1 a 2 cm más allá de la punta de los dedos.

Rodilla en discreta flexión (+ 50), muy bien modelado por sobre los cóndilos femorales,
en torno a la rótula, bajo los macizos de los platillos tibiales, tuberosidad anterior de la
tibia, maléolos peroneo y tibial, marcando cuidadosamente los surcos pre, retro e
inframaleolares. Igual cuidado debe tenerse en el moldeado del arco plantar.

Técnica
El enfermo colocado en la mesa traumatológica, queda con todo el miembro inferior en
el aire, sostenido en el soporta-pelvis y por un ayudante a nivel del pie.

En ciertos casos, se sostiene la angulación de la rodilla, pasando un vendaje


impregnado en vaselina sólida que mantiene a modo de hamaca el hueco poplíteo. El
vendaje se retira apenas el yeso inicia el fraguado.

Zonas que deben ser almohadilladas:


Trocánter mayor, rodilla (rótula), tobillos (maléolos) y talón.

Las vendas circulares se ponen con rapidez, y el modelaje debe iniciarse de inmediato.

Es una técnica que requiere destreza y práctica. Hay que cuidar simultáneamente el
ángulo de la rodilla, modelado de los cóndilos femorales, rótula, tuberosidad de la tibia,
maleolos, talón y cuidar de la posición correcta del pie, y todo ello antes que el yeso
inicie el fraguado.

Ya endurecido el yeso, se le coloca tacón de marcha, si ello es necesario.

Bota corta de yeso (Figura 1-d)


Abarca desde la base de macizos de los platillos tibiales, tuberosidad anterior de la tibia
y por detrás a unos tres a cuatro veces de dedo bajo el pliegue de flexión de la rodilla.
Por debajo incluye todo el pie hasta la base de los ortejos y se prolonga por plantar
hasta bajo los dedos, que tienen así una plataforma donde apoyarse (Figura 1-d).

El modelado debe ser cuidadoso a nivel de los platillos tibiales, surcos pre, retro e
inframaleolares y arco plantar del pie.
Almohadillado en torno a la base de los platillos tibiales, tobillo y talón.
Técnica
El enfermo se dispone en decúbito dorsal, rodilla semiflexionada. Un ayudante sostiene
el pie en posición correcta. Apenas colocado el yeso, el médico inicia el modelado y
vigila la posición correcta del pie cuidando que no quede en talo o equino, ni en varo o
valgo. Se requiere rapidez y destreza.

Fraguado el yeso, se coloca taco de marcha si es que el tratamiento lo requiere.

La deambulación se inicia 24 a 48 horas después, en los casos que sea permitido.

Yeso braquio-palmar (Figura 1-b)


Junto a la bota corta y al yeso antebraquiopalmar, quizás sean los modelos de
inmovilización más frecuentes, de modo que su técnica debe ser conocida por todos los
médicos, cualquiera sea su especialidad.

Comprende, por arriba, el plano del borde inferior de la axila y termina por abajo
inmediatamente por encima de la articulación metacarpo-falángica y a nivel del pliegue
de flexión palmar. La muñeca queda inmovilizada en ligera flexión dorsal y en rotación
neutra. El codo en flexión de unos 100°. Pronosupinación neutra (Figura 1-b).

Quedan protegidas con cojinetes de algodón o guata las partes prominentes: olécranon,
epicóndilo y epitróclea, apófisis estiloides del radio y cúbito.

Se modela con rapidez en torno al codo las prominencias óseas y con mucho cuidado
la apófisis estiloides del radio y, sobre todo, la epífisis inferior del cúbito.

El límite inferior, por dorsal, llega inmediatamente por detrás de las prominencias de los
«nudillos» de la cabeza de los metacarpianos con la mano empuñada; por palmar,
hasta el pliegue de flexión de las articulaciones metacarpofalángicas. Así, los dedos
pueden flexionarse en su máxima amplitud a nivel de las articulaciones metacarpo-
falángicas.

Yeso antebraquio-palmar (Figura 1-a)


Quizás sea la inmovilización más frecuentemente empleada en la práctica diaria.

Comprende por arriba 2 a 3 cm. por debajo del pliegue anterior de flexión del codo y
distalmente termina por encima de las articulaciones metacarpo-falángicas y a nivel del
pliegue de flexión palmar (Figura 1-a).

Deben ser protegidas las prominencias óseas de la apófisis estiloidal del cúbito y radio.
El modelado debe ser cuidadoso en torno a estas prominencias óseas y hueco palmar.
Las vendas que se pasan por el espacio interdigital entre pulgar e índice deben ser muy
bien modeladas, dejando amplia abertura para el paso del pulgar, de modo que le
permita un amplio margen de movilidad. La mano queda en discreta extensión.

Corset de yeso
Requiere una buena experiencia en el manejo del yeso, rapidez, seguridad y correcta
técnica.
Generalmente su confección debe ser confiada al especialista o a un médico general
bien entrenado.

Con frecuencia su empleo está indicado en enfermos que, por su especial patología
han permanecido en cama durante un tiempo prolongado. Ello obliga a tomar
precauciones especiales, considerando la posibilidad cierta que su capacidad para
mantenerse de pie esté disminuida (hay atrofia muscular y pérdida de la capacidad de
equilibrio). En estas condiciones, puede no tolerar la posición erecta, ni el peso del
yeso, ni el calor que desprende el vendaje. La consecuencia lógica y frecuente es la
lipotimia y caída al suelo. Si además, como parte del procedimiento, se le suspende con
una jáquima submentoniana, al riesgo de la caída se suma la luxación cervical con
muerte instantánea.

Así, el enfermo debe ser entrenado desde varios días antes en tolerar la posición
sentada, de pie y luego caminar. Sólo cuando su tolerancia sea óptima y segura, se
procede a la colocación del corset.

Posición del paciente


De pie sobre una tarima sólida y estable, piernas ligeramente separadas. Mediante una
jáquima o cinta de Glisson, submentoniana, se ejerce suave tracción cefálica. Se fijan
los muslos aplicados a una barra transversal, que forma parte del aparato para colocar
este tipo de yeso. El enfermo colabora sosteniéndose de las barras verticales del
sistema. Así se encuentra en posición correcta: erguido, con una discreta
hiperextensión dorso-lumbar y estable.

Tórax y abdomen son revestidos de una malla de algodón y las prominencias óseas son
protegidas: crestas ilíacas, sacro, línea de apófisis espinosa, escápulas.

El corset se extiende por arriba desde el mango del esternón, desciende hacia atrás por
debajo de las axilas y termina a nivel del vértice de los omóplatos.

Distalmente llega por delante, a nivel de la sínfisis pubiana, asciende a lo largo de los
pliegues inguinales y termina por atrás a nivel de la zona lumbosacra.

En estas condiciones, el corset ofrece tres puntos de apoyo al tórax y su columna: por
delante el mango del esternón y el pubis y por detrás la región lumbar. Yesos cortos por
arriba (mango del esternón) o por abajo (por encima del pubis) rompen la estabilidad
del yeso (Figura 2-d, e, f).
Figura 2. Diferentes tipos de yesos.
(a) Yeso pelvipédico.
(b) Yeso pelvipierna.
(c) Calzón.
(d) Tóracocervical.
(e) Minerva.
(f) Corset.

Distalmente, el corset debe terminar a nivel del pubis y pliegues inguinales, de modo
que el enfermo no pueda sentarse con su muslos flexionados en 90°. Si la flexión de los
muslos logra llegar a ese ángulo, es porque el yeso quedó corto en su límite inferior.

Con el auxilio de un ayudante se coloca el vendaje circular, con rapidez y seguridad.

Modelado cuidadoso de la lordosis lumbar, crestas ilíacas, apoyo pubiano y esternal.

Se recortan los excesos de vendaje y se terminan los bordes que deben quedar
protegidos de asperezas.

El enfermo queda en reposo en posición decúbito dorsal, con una pequeña almohadilla
bajo la lordosis lumbar.

Limpie de inmediato la piel de los depósitos de yeso. Pasadas 24 horas, puede abrir
una ventana abdominal. El enfermo debe quedar bajo estricta y permanente vigilancia.
No es infrecuente que el esfuerzo físico de soportar la colocación del yeso, el calor,
etc., provoque vómitos. El enfermo abandonado, puede ahogarse por aspiración de sus
propios vómitos. Casos fatales han sido descritos.

Yeso pelvipédico
Requiere una excelente técnica y, por lo general, debe ser colocado por el especialista
o un profesional con buen entrenamiento en el manejo del yeso.

El paciente es colocado en la mesa ortopédica o traumatológica, sostenido a nivel de


sacro por el soporta pelvis. Los pies están fijos a los pedales de la mesa.

El enfermo queda así, prácticamente suspendido en el aire y sujeto por tres puntos de
apoyo.

La piel está protegida por una malla de algodón, con almohadillado cuidadoso de todas
las prominencias óseas: rebordes costales, crestas ilíacas, espinas ilíacas posteriores y
anteriores, sacro y cóccix, trocánter mayor, cóndilos femorales, relieve rotuliano y
cabeza del peroné, maléolos tibial y peroneo, talón.

Las almohadillas se dejan con un vendaje circular de papel elástico o guata.

El yeso pelvipédico se extiende por arriba a lo largo de una línea que circunscribe el
tórax, desde por debajo de las axilas y cubre la cara anterior del tórax. Por debajo llega
inmediatamente por encima de los maléolos peroneo y tibial o incluye el pie.

Una vez seco el yeso, después de 24 a 36 horas, se corta una escotadura sobre la
pared anterior del tórax y abdomen; o bien se abre una ventana circular sobre la pared
anterior del abdomen.

El vendaje se inicia con varias vueltas circulares de yeso desde el límite superior
(torácico) hasta el tobillo. Se refuerza el yeso con férulas enyesadas, largas que
circundan la articulación de la cadera. Se termina con nuevas vendas circulares desde
el límite superior hasta el inferior. Se debe proceder con rapidez, seguridad y destreza.
El modelado debe ser muy ajustado, dibujando las prominencias óseas: crestas ilíacas,
espina ilíaca anterosuperior, trocánter, depresión supracondilar del fémur, relieve
rotuliano (Figura 2-a, b, c).

Con un cuchillo de yeso, muy bien afilado, se corta el exceso de vendaje que rebasa los
límites superior e inferior. El corte debe ser muy cuidoso y neto en su paso por la región
crural y perineal. Se corta una escotadura en región sacro coccígea.

Se regularizan todos los bordes; se limpia la piel del enfermo y, con cuidado extremo,
con ayuda de 3 ó 4 auxiliares, se pasa a una camilla tensa y plana. El momento es
crítico; si la superficie no es dura y horizontal, se corre el riesgo que el yeso, aún no
suficientemente sólido, se quiebre a nivel del pliegue inguinal.

El enfermo se lleva a su cama pasadas 6 a 12 horas.

Debe cuidarse que ésta sea tensa, con tablas bajo el colchón y plana.
Se han descrito muertes por asfixia, en enfermos que han vomitado después de
colocado el yeso. Sobre todo, el riesgo es inminente cuando ha habido una anestesia
general como parte del procedimiento terapéutico.
 
CONTROL Y CUIDADO DEL ENFERMO ENYESADO
Cualquiera haya sido la causa que motivó la colocación del yeso, es obligación del
médico vigilar la evolución del proceso. La obligación se hace imperiosa cuando el yeso
ha sido colocado como tratamiento de una fractura, luxación, o como complemento de
una intervención quirúrgica.

Aspectos que deben ser vigilados:

 Buena circulación del miembro enyesado.


 Correcto grado de sensibilidad.
 Ausencia de edema.
 Dolor tenaz, inexplicable, persistente, especialmente si es referido a un sector fijo
del miembro enyesado; más aún si se corresponde a un zona de prominencia
ósea.
 Buena movilidad de los dedos.
 Ausencia de molestia o dolor en relación a los bordes proximal o distal del yeso.

Este control es obligatorio dentro de las primeras 24 horas de colocado el yeso.


Si no hubiesen manifestaciones adversas que corregir, el control debe seguir
realizándose cada 7 a 10 días.

El efecto psicológico de esta preocupación del médico por su enfermo, forma una parte
importantísima del tratamiento.
 
RETIRO DEL YESO
Muchos prestigiosos médicos han quedado seriamente dañados, porque el
procedimiento de retirar el yeso fue malo. Técnica deficiente, irritabilidad del médico
ante la queja, casi siempre justificada del paciente, maniobras violentas, manejo a
veces brutal de la cizalla que traumatiza la piel, de por sí ya muy delicada, son las
causas más frecuentes de las quejas de los enfermos.

Proceda con calma, tranquilidad y paciencia. Atender debidamente la queja del enfermo
siempre es una sabia medida; generalmente el enfermo tiene razón al quejarse.

Busque una línea de corte sobre partes blandas, avance con la cizalla con prudencia,
poco a poco.
El uso de sierras oscilantes han solucionado gran parte de los problemas que eran
difíciles en yesos muy gruesos.

Explique al enfermo el mecanismo de acción de la sierra oscilante. El enfermo, con


razón, cree que se trata de una sierra circular y su temor a ser herido es justificado. No
la emplee en niños o pacientes aterrorizados.
Una vez realizado el corte de toda la pared de yeso, entreábralo con un separador de
yeso y pinzas de Wolf. Ahora busque una segunda línea de corte y abra los ángulos a
nivel de tobillo o codo.

Lave la piel, aconseje el uso de un ungüento lubricante.

En casos de emergencia, en que sea imperiosa la abertura de un yeso sin poseer el


instrumental adecuado, proceda de la siguiente manera:

 Labre un surco superficial a lo largo de todo el yeso.


 Haga escurrir por él jugo de limón o vinagre. El yeso se deshace con el ácido.
 Proceda al corte del yeso con un instrumento cortante, cuidadosamente
manejado. El yeso transformado en una papilla se deja cortar con facilidad.
 Entreabra el yeso, compruebe que el yeso ha sido cortado en todo su espesor y
en toda su longitud; incluya en el corte la malla de algodón, vendas, etc.
Asegúrese que en el fondo del corte la piel está libre.
 Luego proceda según lo aconsejen las circunstancias.

COMPLICACIONES DEL YESO


Como en cualquier otro método terapéutico empleado en medicina, las complicaciones
derivadas de su uso no pueden ni deben ser atribuidas directamente al método en sí.
En la inmensa mayoría de los casos, son debidas a un mal uso del procedimiento, a un
descuido en su administración o a dosis inadecuadas, entre otros.

Cuando se trata del empleo del yeso, este hecho es mucho más relevante. Las
complicaciones ocurridas en un enfermo enyesado no son debidas al yeso mismo: lo
son porque hubo un empleo defectuoso o descuidado. El yeso es inocente de la
complicación y puede llegar a constituirse en un desastre inocultable. La
responsabilidad médica está, casi siempre, indisculpablemente comprometida.

Complicaciones locales
 Síndrome de compresión.
 Escara de decúbito.
 Edema de ventana.

Síndrome de compresión
Sin discusión, es la más grave de todas las complicaciones del enyesado. Puede
manifestarse sólo como una simple compresión, propia de un «yeso apretado»; pero
descuidada, no advertida, o no tratada puede llegar a la gangrena de los dedos de la
mano o del pie.

Las causas de compresión de un miembro enyesado son:

 Yeso colocado apretado por una mala técnica. Es una causal excepcional.
 Yeso colocado en un miembro que ha sufrido una lesión reciente. El edema post-
traumático sorprende al miembro dentro de un yeso inextensible, y se produce la
compresión.
 Yeso post-operatorio inmediato y, por la misma razón, edema post-quirúrgico.
 Una o varias vueltas de yeso, por error de técnica, fueron colocadas más
apretadas que las otras.
 Compresión por infección tardía en una herida traumática o quirúrgica, dentro de
un yeso. El cuadro de compresión puede ser tardío pero muy rápido en su
desarrollo y adquirir gran magnitud, cuando la vigilancia ya fue abandonada.

Todo enfermo sometido a un vendaje enyesado por cualquier causa, obliga a un control
permanente. En un principio a las 12 ó 24 horas. Luego, si no hay signos de
compresión o de otra complicación, se continúa el control una o dos veces por semana
hasta el fin del tratamiento. Si existe, por cualquier causa, riesgo de edema, el control
debe ser riguroso; quizás a veces vale la pena hospitalizar al enfermo para detectar
desde el principio los signos de compresión (fractura de Colles, antebrazo,
supracondílea, pierna, tobillo, etc.).

Los signos son:


 Dedos levemente cianóticos.
 Discreto edema que borra los pliegues digitales.
 Sensación de «dedos dormidos».
 Hipoestesia.
 Palidez discreta.
 Dedos fríos.

Basta cualquiera de los signos descritos para realizar un control permanente cada 15 a
30 minutos. Es un error grave enviar a este enfermo a su casa, o dejar el control para el
día siguiente. Si los signos no ceden, la obligación de proceder de inmediato es
imperativa.

Dedos color morado, fríos, insensibles, edematosos, no son signos de compresión, son
signos de gangrena. El desastre ya está producido, el cuadro es irreversible y el
diagnóstico debió haberse hecho antes.

La conducta a seguir es la siguiente:

 Abrir el yeso de un extremo al otro.


 Entreabrir el yeso cortado.
 Verificar con la vista y con el pulpejo del dedo (la vista engaña) que todas las
vueltas del yeso fueron seccionadas.
 Colocar algodón en la abertura del yeso, para evitar el edema de ventana.
 Elevar el miembro enyesado.

Terminado el procedimiento el enfermo debiera sentir alivio inmediato.


La sensación de compresión se recupera rápidamente, el color normal de la piel y
desaparece la sensación de «adormecimientos» de los dedos. Pero el tratamiento no
ha terminado.

El enfermo debe seguir siendo controlado cada 15 minutos por una a dos horas más. Si
los signos de compresión desaparecen, el problema ha quedado resuelto.
Si a pesar de todo lo realizado, los signos de compresión persisten, o peor, se agravan,
pueden estar ocurriendo dos cosas:

 Los vasos venosos o arteriales están comprometidos por compresión, trombosis,


espasmo, etc.
 Se está desarrollando un «síndrome de compartimiento.

En uno u otro caso, el problema debe ser resuelto por el especialista en forma
urgentísima y, generalmente, con un procedimiento quirúrgico.

Escaras de decúbito
Se pueden producir por:
 La compresión de una superficie o pliegue duro y cortante del yeso contra la piel.
Un repliegue del yeso, una venda que formó un relieve acordonado, los dedos
del ayudante que sujetan el yeso sin el apoyo de toda la palma de la mano, o el
yeso a nivel del talón que es sostenido con fuerza y compresión, son buenos
ejemplos para explicar el mecanismo de esta complicación.

 Defectuoso modelado del yeso sobre y en torno a las prominencias óseas. La


superficie profunda del yeso no moldeado, comprime la piel contra la
prominencia ósea subyacente. Además permite el roce del yeso contra la piel. La
escara es inevitable.

 El yeso fraguó comprimido contra una prominencia ósea. Es el caso de la


compresión que, por ejemplo se ejerce inadecuadamente a nivel de los maléolos
tibial y peroneal en la reducción de una diastasis de la mortaja del tobillo. Otro
caso frecuente se produce cuando el yeso, aún blando (en una bota corta por
ejemplo), se deposita sobre la superficie dura de la mesa de enyesado. El yeso
se comprime contra la superficie del talón.

 El movimiento de flexión (a nivel de articulación de la rodilla) o de extensión


dorsal (a nivel del tobillo) cuando el yeso está en proceso de fragüe, determina la
formación de un pliegue duro y cortante, que comprime las partes blandas a nivel
del hueco poplíteo en el primer ejemplo, o de la cara anterior de la articulación
del tobillo, en el segundo ejemplo.

 Falta de protección con un adecuado acolchado, sobre las prominencias óseas,


especialmente cuando se trata de enfermos enflaquecidos, delgados, ancianos,
etc.

 Las consecuencias pueden llegar a constituirse en desastres. Desde una


superficial ampolla hasta la escara que compromete piel, celular, tendones y
hueso.
Síntomas
 El enfermo se queja que, en una determinada zona, tiene sensación de
compresión. Generalmente corresponde a sitios de prominencias óseas:
maléolos, codo, talón, dorso del tobillo, espinas ilíacas, sacro, etc.

 Si no se le atiende en su queja (cosa muy frecuente) el síntoma cambia de


aspecto. Ahora hay sensación de «ardor» como quemadura, persistente cuando
trata de mover el miembro dentro del yeso, al caminar, etc. Después el enfermo
se queja de dolor quemante.

Es muy frecuente que el médico desestime estas quejas. En no pocas ocasiones las
interpreta como «quejumbres» de un enfermo «odioso» o como pretextos creados por
el enfermo que pretende que le retiren el yeso. Generalmente ello es falso.

Posteriormente las molestias referidas desaparecen y el médico se afirma en su mala


sospecha.

Posteriormente el yeso aumenta la temperatura sobre la zona del dolor, aparece una
mancha amarilla o café (secreción y hemorragia) y por último fluye pus por debajo del
borde del yeso.

El desastre se ha producido.

El médico debe atender de inmediato cualquier queja del enfermo, procediendo a abrir
una pequeña ventana en la zona referida del dolor.

Puede no encontrar nada, la piel está intacta, quizás un poco enrojecida. No rete al
enfermo, felicítese por haber llegado a tiempo como para evitar el desastre. Puede
encontrar una ampolla, una pequeña erosión o una escara. Amplíe la ventana, realice
una curación con gasa vaselinada; cubra con apósito suavemente compresivo para
evitar el edema de ventana y, en la mayoría de los casos, el problema queda resuelto
satisfactoriamente.

Edema de ventana
Se produce en los siguientes casos:
 Yesos antebraquio-palmar o botas que quedaron cortas en su extremo distal. El
yeso cubrió hasta la mitad del dorso del pie o de la mano. El segmento distal,
libre de yeso, se edematiza. Con frecuencia ha sido el propio enfermo quien va
recortando el borde libre del yeso, creyendo aliviar la situación.

 Es un error, ya que el edema se acrecienta mientras más aumenta la superficie


descubierta.

 Si se abre una ventana en la continuidad del yeso, y no se protege con un


vendaje compresivo, el edema es inevitable. También es un error ampliar la
ventana, ya que el edema crece inexorablemente llenando la ventana ahora más
grande.
 El cuadro se complica cuando, por la compresión ejercida sobre la piel por el
reborde de la ventana, se produce una erosión o una úlcera. Estas se infectan y
se agrega el edema de la infección.

Conducta a seguir: deje al enfermo en reposo con el miembro elevado y vendaje


compresivo (venda elástica) sobre la superficie del edema.

Cuando éste se haya reducido, cierre la ventana protegiendo la piel con un apósito
blando, o prolongue el yeso hasta cubrir el dorso de la mano o del pie.

CUIDADO DE LAS INMOVILIZACIONES

¿POR QUÉ SE UTILIZAN LAS INMOVILIZACIONES?


Las inmovilizaciones no son nuevas. De hecho, han sido utilizadas desde hace miles de
años. Tienen muchos usos. Se utilizan para mantener los huesos rotos estabilizados o
inmovilizados hasta su curación. También se emplean en otros tipos de lesiones como
los esguinces, que son lesiones de los ligamentos, proporcionando estabilidad a una
articulación. En ocasiones, también se utilizan después de ciertas cirugías.

¿DE QUÉ ESTÁN HECHAS LAS INMOVILIZACIONES?


La mayoría de las inmovilizaciones se siguen haciendo de un material similar al de los
primeros yesos, que consistía en un yeso encontrado cerca de París (Francia),
generalizando el nombre de "yeso de París". Es un material que recubre unas vendas
que vienen en rollos o tiras. Este vendaje se sumerge en agua y se aplica en la parte
lesionada; se moldea en la forma debida y endurece al secar.

También se emplea material sintético para las inmovilizaciones. Es común la utilización


de la fibra de vidrio por los Ortopedas en el tratamiento de ciertos tipos de fracturas.
Este material presenta ciertas ventajas sobre el yeso. Se puede humedecer sin
estropearse. Es más ligero en peso y duradero. Permite la realización de radiografías
de la zona lesionada para controlar el proceso de curación, ya que los Rayos X
atraviesan este material sintético mejor que el yeso convencional.

CÓMO SE APLICAN LAS INMOVILIZACIONES


Antes de la colocación de un yeso o de una fibra sintética, se almohadilla la piel con un
vendaje de algodón para protegerla del contacto directo con la inmovilización. La
cantidad de almohadillado depende de la forma de la inmovilización, el fin de la misma y
el tipo de lesión. Ha de intentarse que la inmovilización sea lo más cómoda posible
hasta que la zona lesionada tratada de esta forma cure o los huesos consoliden en su
alineación correcta. Debido al proceso inflamatorio que acompaña a las lesiones, y al
deterioro de la inmovilización, a veces es necesario cambiar la misma, siempre con la
precaución de que el hueso roto que se está tratando no se descoloque.

CUIDADOS QUE SE HAN DE TENER CON LAS INMOVILIZACIONES


Para que el tratamiento realizado mediante inmovilizaciones sea satisfactorio, usted
debe seguir las instrucciones de su Doctor. La información siguiente se ha de
interpretar solamente como una guía encaminada a proporcionar unas normas
generales y no sustituye los consejos dados por su Doctor o Traumatólogo.
La inflamación en la zona lesionada es común al principio, y puede producir presión en
el interior del yeso, por lo que en las primeras 48 horas de la colocación del mismo
probablemente se note la sensación de estar muy apretado. Para reducir la inflamación:
 Eleve la parte lesionada por encima del corazón, colocando la misma sobre la
almohada o sobre otro soporte (puede hacerlo levantando la pierna cuando esté
tumbado o elevando el brazo, si estas son las zonas afectas).

 Aplique frío sobre la inmovilización. Éste se ha de colocar sobre una bolsa de


plástico. También se pueden usar los paquetes comerciales de hielo, y
mantenerlos sobre el mismo. En este caso hay que procurar que tenga la forma
de la inmovilización, pues el paquete es un contenedor rígido que sólo contacta
con la inmovilización en una área estrecha y puede ser poco efectivo.

 Para proteger la inmovilización hasta que seque (dos o tres días para el yeso, y
generalmente menos para los materiales sintéticos):
 Manéjelo con cuidado.
 Manténgalo descubierto y seco. Puede emplearse una toalla delgada —si es
necesario— para evitar que el paquete de hielo lo humedezca.
 No ande sobre la inmovilización —si se trata de una pierna— hasta que esté
completamente seca.
 Tenga cuidado con apoyarlo en zonas duras o en aristas que puedan marcarlo o
"abollarlo".

SEÑALES DE PRECAUCIÓN TRAS LA APLICACIÓN DE UNA INMOVILIZACIÓN


En la mayoría de los casos puede esperar tener únicamente problemas menores
relacionados con la acomodación al yeso.

Algunas veces pueden aparecer problemas más importantes que aconsejan acudir a su
Doctor.

Si el paciente experimenta alguno de los signos siguientes, debe ser valorado por un
profesional de la especialidad lo antes posible:

 Aumento del dolor, que puede ser causado por la hinchazón o debido a una
presión excesiva de la inmovilización.
 Entumecimiento y molestias en la mano o pie, que pueden ser originados por
una presión excesiva sobre los tejidos nerviosos.
 Inflamación y sensación de punzadas, pudiendo ser causadas por una presión
indebida sobre la piel.
 Hinchazón y edema exagerados debajo de la inmovilización, pudiendo significar
que el yeso está dificultando la circulación sanguínea.
 Cambios de coloración en la inmovilización, que puede indicar un sangrado o
supuración dentro del yeso.
 Fiebre no asociada con otra enfermedad.
 Si su inmovilización presenta zonas blandas o roturas, o si la encuentra
demasiado floja o muy apretada, se recomienda su revisión por su
Traumatólogo.
Fig. 1. Proceso de colocación de inmovilizaciones para muñeca y tobillo.

                   

Figs. 2 y 3. Aumento del dolor, inflamación, edema y cambios de coloración. Señales de


precaución.

CUIDADOS DE UNA INMOVILIZACIÓN


Tras los primeros días, en los que se acomoda o ajusta el paciente a su inmovilización,
el cuidado de la misma en las mejores condiciones le ayuda a conseguir la
recuperación de la zona lesionada.

 Manténgalo siempre seco. La humedad y la suciedad pueden ablandarlos y


hacer que sea un soporte ineficaz para tratar su lesión.
 Puede utilizar una bolsa de plástico o bien bolsas especiales resistentes al agua
para mantenerlo seco mientras se ducha o baña.
 Mantenga el interior de la misma seca. Mientras que una inmovilización de fibra
de vidrio o plástico es más resistente al agua que al yeso clásico, el algodón
utilizado en su interior no lo es, pudiendo causar (la humedad del mismo)
irritación de la piel.
 Evite la suciedad en el interior del mismo.
 No retire el almohadillado de algodón de su interior.
 No emplee objetos punzantes para rascarse.
 No corte ni recorte los extremos del mismo.
 Inspeccione la piel alrededor de la inmovilización. Si ésta se torna roja o nota un
mal olor, contacte con su Doctor.
 Inspeccione el yeso regularmente. Si se rompe o aparecen áreas blandas,
contacte con su Doctor.
 Finalmente, use el sentido común; proteja su inmovilización, pues ésta le está
protegiendo la zona lesionada mientras cura.

Aunque el yeso es un invento antiguo, las inmovilizaciones son hoy en día la forma
principal de tratar las fracturas y otras lesiones del sistema músculo esquelético.
Aunque puede parecer desagradable al principio, le puede permitir realizar las
actividades de su vida diaria sin demasiadas molestias. La clave para su eficacia es su
correcto cuidado, sin él, el yeso no puede cuidar del paciente.

VENDAJES
Son las ligaduras o procedimientos hechos con tiras de lienzo u otros materiales, con el
fin de envolver una extremidad u otras partes del cuerpo humano lesionadas. En
Primeros Auxilios se usan especialmente en caso de heridas, hemorragias, fracturas,
esguinces y luxaciones.

El vendaje se utiliza para:


1.  Sujetar apósitos.
2.  Fijar entablillados.
3.  Fijar articulaciones.

VENDAS:
Son las tiras de lienzo, estas varían en tamaño y en calidad del material. Las más
utilizadas son las siguientes: Venda de gasa orillada, venda de gasa kling, venda de
muselina, venda elástica.

VENDA DE ROLLO:
Existen en diferentes materiales como algodón, elástico, semiplástico y otros como la
venda de yeso. Una venda angosta se utilizaría para envolver una mano o una muñeca,
mediana para un brazo o tobillo, la ancha para la pierna.
 
VENDA TRIANGULAR:
Como su nombre lo indica su forma es de triángulo, generalmente es de tela resistente
y su tamaño varía de acuerdo al sitio donde vaya a vendar.
La venda triangular tiene múltiples usos, con ella se pueden realizar vendajes en
diferentes partes del cuerpo utilizándolo como cabestrillo, doblado o extendido.

CABESTRILLO:
Se utiliza para sostener la mano, brazo o antebrazo en caso de heridas, quemaduras,
fracturas, esguinces y luxaciones.

Procedimiento:
 Coloque el antebrazo de la víctima ligeramente oblicuo, es decir que la mano
quede más alta que el codo.
 Ubíquese detrás de la víctima y coloque la venda triangular extendida.
 Lleve el extremo inferior de la venda hacia el hombro del brazo lesionado.
 Amarre los dos extremos de la venda con un nudo hacia un lado del cuello (del
lado del lesionado) NUNCA sobre los huesos de la columna vertebral.
 Deje los dedos descubiertos para controlar el color y la temperatura.
 Las Curitas.
 Son pequeñas vendas adhesivas.
 
Los Apósitos.
 Son almohadillas usualmente llenas de gasa y algodón absorbente que se colocan
directamente sobre la herida.
  
NORMAS GENERALES PARA LA REALIZACION DE UN VENDAJE CLASICO EN
ESPIRAL
 La ejecución de un vendaje perfecto exige un entrenamiento previo, a
continuación se indican una serie de puntos que debe regirse en una ejecución
de un vendaje:
 Se colocará la zona a vendar más cómoda para el socorrista, procurando que el
área afectada no este en contacto con ninguna superficie evitando además
posiciones peligrosas para el accidente.
 Siempre iniciará en vendaje por la parte más distal, dirigiéndose hacia la raíz del
miembro, con ello se pretende evitar la acumulación de sangre en la zona
separada por el vendaje.
 Se vendará de izquierda a derecha, facilitando la labor del socorrista.
 El núcleo o rollo se mantendrá en la parte más próxima al socorrista.
 No desenrollar de manera excesiva la venda.
 El vendaje debe ser aplicado con una tensión homogénea, ni muy intensa ni muy
débil.
 El paciente bajo ninguna circunstancia después de haber terminado el vendaje
debe sentir hormigueo en los dedos, notarlo frío o apreciar un cambio de
coloración en los mismos.
 Se utilizarán vendas del tamaño adecuado a la zona que debe vendarse.
 Antes de iniciar el vendaje, se colocará la zona afectada en la posición en la que
debe quedar una vez vendada.
 El vendaje se iniciará con la venda ligeramente oblicua al eje de la extremidad,
dando dos vueltas circulares perpendiculares al eje, entre las cuales se
introducirá el inicio de la venda.
 El vendaje se termina también con 2 vueltas circulares perpendiculares al eje del
miembro.
 El extremo final de la venda se puede sujetar por distintos sistemas.
 Con un imperdible o un esparadrapo.
 Cortando la venda por la mitad y uniendo los extremos mediante un nudo.
 Doblando la venda hacia atrás en dirección opuesta a la que se llevaba. Cuando
se llega al punto en el que se ha realizado el doblaje, se hace un nudo con el
cabo suelto de la venda.
 Utilizando un ganchito especial para este fin.
 Durante la ejecución del vendaje se cubrirán con algodón los salientes óseos y
las cavidades naturales, como axilas o ingles.
 Sólo se darán las vueltas precisas; la venda sobrante será desestimada.
INMOVILIZACIONES

Las inmovilizaciones han sido utilizadas desde hace mucho tiempo para mantener
los huesos rotos inmovilizados hasta su curación. Además se utilizan en el
tratamiento de los esguinces, después de la reducción de una luxación o para el
tratamiento postoperatorio en algunas cirugías.

La inmovilización tiene como fin evitar movimientos a nivel de la lesión (efecto


antiálgico y relajante muscular) así como corregir el desplazamiento de los
fragmentos, de una forma definitiva o temporal.

La parte del cuerpo donde se ha producido una fractura debe inmovilizarse para
que las astillas del hueso no desgarren tejidos, músculos, vasos sanguíneos y
nervios. Además, la inmovilización (entablillado) reduce el dolor, los riesgos de
shock y evita que una fractura cerrada se transforme en fractura abierta.

Existen dos tipos de inmovilización: interna y externa. Únicamente nos vamos a


ocupar de la segunda, ya que la primera es la que los traumatólogos realizan en
el quirófano.
Para realizar una inmovilización externa, en primeros auxilios, podemos utilizar
materiales tales como: mantas, pañuelos, toallas, vendas, tablas de madera,
palos, ramas de árboles, etc. Es decir, todo aquello que tengamos a manos y
que creamos que puede sernos útil.

CÓMO INMOVILIZAR:
A. TRAUMATISMO DE COLUMNA (a cualquier nivel):
 Evitar lateralizaciones, rotaciones, y flexoextensiones,
 Colocar la cabeza en posición neutral, manteniendo en todo
momento una ligera tracción,
 Colocarle un collarín cervical homologado o de construcción propia
(con periódicos, cartón, cordones, cinturones, etc.),
 Moverle en bloque,
 Poner hielo sobre la zona contusionada.
B. TRAUMATISMOS DE HOMBRO , CODO Y BRAZO:
 Colocarle un cabestrillo con un pañuelo o similar,
 inmovilizar el brazo, pegándolo al cuerpo (con otro pañuelo),
 Poner hielo sobre la zona contusionada.
C. TRAUMATISMOS DE ANTEBRAZO, MUÑECA O MANO:
 Poner el brazo en cabestrillo con la mano algo más elevada que el
codo,
 Poner hielo sobre la zona contusionada.
D. TRAUMATISMOS DE CADERA Y MIEMBROS INFERIORES:
 Inmovilizar el miembro afecto, uniéndolo al contralateral,
 A ser posible, transportar el miembro elevado,
 Poner hielo sobre la zona contusionada.

TRANSPORTE:
Antes de realizar cualquier maniobra de movilización a un accidentado se han de tener
presente siempre dos consideraciones:
1. Nunca se moverá un herido cuando sólo haya un auxiliador. Al menos se
precisarán dos auxiliadores para mover adecuadamente a un herido.

2. Al herido hay que moverle como si fuese un bloque rígido. Es decir, hay que
impedir el movimiento voluntario de sus articulaciones. Evitar toda flexión o
torsión, transportándolo siempre recto como un poste, a fin de proteger su
médula espinal en caso de fractura de la columna vertebral.
Uno de los mejores métodos para la correcta movilización de un accidentado (en
ausencia de material de movilización especial: camilla de tijera, colchón de vacío,
etc), es el denominado de "auxiliadores alternos", ya que es de los que más
seguridad dan. Pueden intervenir tres o más auxiliadores, precisándose que la
víctima esté en decúbito supino (acostado boca arriba).

Los socorristas se colocarán de rodillas a los lados del herido y procederán así:
1. Un auxiliador colocará sus manos debajo de la cabeza-cuello y espalda de la
víctima

2. Otro colocado al mismo lado del anterior, pondrá sus manos debajo de los
glúteos y rodillas,
3. El tercero, se colocará al lado opuesto y sujetará la espalda y los muslos
4. Enlazarán sus manos.

En la imagen se muestran dos formas de entrelazar las manos

5. Y a la vez, levantarán con suavidad a la víctima, cuando uno de ellos lo indique


con su voz.
RETIRADA DEL CASCO.
La gran eficacia preventiva del casco en los accidentes, no resta el peligro que
supone su retirada por personal inexperto. Este peligro es el de producir en los
accidentados con lesión en columna vertebral, una parálisis definitiva. No debe
retirarse cuando ello suponga más peligro que el no quitarlo, es decir:
 si los socorristas no están entrenados en la técnica,
 si sólo hay un socorrista,
 si no se puede retirar por el método que describiremos,
 si el accidentado está consciente, respira sin dificultad y se sospecha
lesión de la columna vertebral. En este caso, el casco no se retirará hasta
la realización de un estudio radiológico en el hospital.
El casco debe retirarse cuando el accidentado se encuentre en parada
cardiorrespiratoria, y siendo imprescindible para reanimarlo (según las
características del mismo: integral).
Si el socorrista no retira el casco tiene que:
 tranquilizar al accidentado,
 decirle que no mueva el cuello,
 abrir la visera del casco, para facilitarle la respiración,
 colocarle un collarín cervical (homologado o de construcción propia) y
 colocarle un rodillo de tela debajo del cuello, sin moverlo.
Para iniciar la retirada del casco, es preciso que la víctima esté situada en el
suelo en decúbito supino y con la cabeza, cuello y tronco alineados. Si para
lograr esta posición debemos moverle, un socorrista deberá fijar manualmente la
columna cervical.
Inmovilización con Pañuelos Triangulares y con las ropas del lesionado y recursos
propios

En Miembros Inferiores:
Con férulas rígidas a ambos lados y acolchamiento de los laterales.

Con la otra pierna y acolchamiento intermedio (Adosamiento).

Con una férula rígida situada en la parte posterior y acolchamiento para la rodilla.
Para Fémur:
Con férulas rígidas a ambos lados y acolchamiento de los laterales. La férula externa ha
de llegar más arriba de la cintura que permita atarla en la pelvis y en el abdomen.

Para la Columna Vertebral


Inmovilización para Miembro Superior con Pañuelos Triangulares y Recursos Propios

Inmovilización con esparadrapo para la mano


Inmovilización con Pañuelos Triangulares y tablillas improvisadas para la mano

Inmovilización para Miembros Inferiores Tablillas y Pañuelos Triangulares.

Inmovilización del Tórax con Pañuelos Triangulares.

Inmovilización con Pañuelos Triangulares para el Hombro.


Diferentes tipos de Vendajes.

Vendajes de Miembro Inferior con Pañuelos Triangulares.

Vendajes para el Hombro con Pañuelos Triangulares.


Vendaje para Antebrazo con Pañuelos Triangulares.

Cabestrillos con Pañuelos Triangulares.

Vendajes para Codo y Rodilla


Vendajes para Tobillo y Pie

Vendajes para Mano y Dedos.


RESUMEN DE LAS INMOVILIZACIONES CON YESO

INMOVILIZACIONES PARA MIEMBROS SUPERIORES


AFECCIONES MÁS FRECUENTES EN
TIPO DE INMOVILIZACIÓN APLICACIÓN
QUE SE UTILIZA
Se aplica desde + dos traveses de dedo Esguinces, fracturas, luxaciones de la
por debajo del pliegue de flexión del codo muñeca (Fractura de Colles, Smith, otras),
hasta nivel de la articulación metacarpo el carpo, metacarpo y los dedos.
Yeso corto para el Miembro Superior o
falángica (Nudillos) por la cara dorsal y el Secciones tendinosas de flexores,
Antebraquial
pliegue de flexión distal por la cara palmar. extensores u otros.
(Aplicable a las férulas de yeso)
En caso de lesión de los dedos se Tendinitis y en procederes quirúrgicos de
extenderá hasta la porción distal del dedo estas regiones que así lo demanden.
afecto.
Yeso Largo o Braquial Se aplica desde + dos traveses de dedo Afecciones del codo y antebrazo
por debajo del pliegue axilar, hasta nivel de (Esguinces, luxaciones, fracturas del codo;
la articulación metacarpo falángica fracturas diafisarias y de la extremidad
(Nudillos) por la cara dorsal y el pliegue de proximal de cúbito y radio, fracturas
flexión distal por la cara palmar. extremidad distal del húmero.
En caso de lesión de los dedos se Fracturas del escafoides carpiano, en este
extenderá hasta la porción distal del dedo caso incluirá el pulgar en posición de
afecto. oposición.
En afecciones tendinosas de los
extensores del antebrazo, epicndilitis,
epitrocleitis, etc.
Se aplica de igual forma que el Braquial, Fracturas diafisarias de húmero.
con la diferencia de que se iniciará lo más
próximo posible al acromion. A nivel del
codo se aplicará un peso y
Yeso Colgante
aproximadamente a nivel de la muñeca se
le adicionará una argolla a través de la
cual pasará el cabestrillo.
INMOVILIZACIONES PARA MIEMBROS SUPERIORES
AFECCIONES MÁS FRECUENTES EN
TIPO DE INMOVILIZACIÓN APLICACIÓN
QUE SE UTILIZA
Incluye todo el miembro superior enfermo,
desde el hombro hasta la mano (similar a
lo descrito para los anteriores); además
comprende el tronco y abdomen,
Afecciones del hombro, especialmente
apoyándose ampliamente en las crestas
fracturas en adducción del cuello quirúrgico
ilíacas. El miembro superior queda en una
Espica Toraco-braquial o Aeroplano del húmero y otras que demanden esta
posición standard. Brazo en abducción de
0 posición.
70°, anteversión de 30 a 40 , rotación
intermedia. Con estos ángulos, la mano
queda por delante del mentón y separado
de él por unos 25 a 35 cm.
Se colocarán almohadillas de guata en las
axilas, pliegue de flexión del codo y se
protegerán también las zonas de
rozamiento del MS y el tórax. Se lleva el Lesiones del Hombro: Ej.: Luxaciones
miembro afecto sobre el tórax y se coloca escápulo-humeral.
Inmovilización de Velpeau
la mano de dicho miembro sobre el Otros casos en que se requiera
(Generalmente Vendaje de Gasa y
hombro sano; de esta forma se fija inmovilización del miembro superior en
bandas de esparadrapo)
firmemente con vueltas de gasa, siguiendo aducción.
tres direcciones fundamentales: Vertical,
Horizontal y Diagonal, hasta cubrir toda la
zona.
Tiene las mismas características que el de Lesiones del Hombro: Ej.: Lesiones de la
Velpeau, con la diferencia de que el codo articulación acromioclavicular.
queda colocado en ángulo recto. Fracturas del cuello quirúrgico del húmero
en abducción.
Inmovilización de Desault
Otros casos en que se requiera
inmovilización del miembro superior en
aducción.
INMOVILIZACIONES PARA COLUMNA VERTEBRAL
AFECCIONES MÁS FRECUENTES EN
TIPO DE INMOVILIZACIÓN APLICACIÓN
QUE SE UTILIZA
Se extiende desde la horquilla esternal
hasta la sínfisis del pubis. Tiene diferentes
variantes:
 Corto: solo inmoviliza la columna
lumbosacra.
 Con inclusión de los hombros,
inmoviliza además, columna dorsal.
 Con inclusión de la columna
cervical; inmoviliza columna
cervical, en este caso se aplica
desde el occipucio por su parte
posterior y hasta el mentón por su
parte anterior, manteniendo la Se utilizan para lesiones de la columna
columna cervical en extensión y vertebral a diferentes niveles, según
Corsé de Yeso dejando un agujero a nivel del corresponda.
pabellón de la oreja a ambos lados
(Escafandra de Yeso).
En todos los casos para su aplicación se
deberá colocar a paciente con la columna
vertebral en extensión, bien a través de
tracción por los miembros superiores o
colocando al paciente entre dos mesas o
camillas.
Previo a su colocación se presepararán 6
férulas de yeso: 2 cortas que se colocan a
ambos lados y 4 largas que se colocarán
dos en la porción anterior (al centro) y 2
posteriores (al centro).
Se pone sobre una mesa especial para
escoliosis, haciendo tracción cefálica y
Se utiliza para la corrección de las
pélvica. Se va moldeando sobre la
deformidades angulares de la Columna
Corsé para Escoliosis convexidad de la curva de la escoliosis y
Vertebral: Escoiliosis.
sobre las crestas iliacas. Se extiende
desde los hombros hasta la pelvis.
INMOVILIZACIONES PARA COLUMNA VERTEBRAL
AFECCIONES MÁS FRECUENTES EN
TIPO DE INMOVILIZACIÓN APLICACIÓN
QUE SE UTILIZA
Se coloca alrededor del cuello. Se extiende Fundamentalmente como inmovilización
desde el occipucio por su parte posterior y transitoria o de urgencia para el traslado de
hasta el mentón por su parte anterior, pacientes con afecciones traumáticas de la
manteniendo la columna cervical en columna cervical, ya que generalmente
extensión y dejando un agujero a nivel del luego es sustituido por Tracciones,
Minerva de Yeso
pabellón de la oreja a ambos lados. collarines plásticos, Minervas Metálicas u
otros según el caso y la conducta
definitiva. Los avances de los medios de
inmovilización la está llevando al desuso.
INMOVLIZACIONES PELVIPÉDICAS (ESPICAS DE YESO)
Paciente colocado en la mesa ortopédica o
traumatológica, sostenido a nivel de sacro
por el soporta pelvis. Los pies fijos a los
pedales de la mesa. El paciente,
prácticamente suspendido en el aire y
Yeso Pelvipédico Unilateral sujeto por tres puntos de apoyo.
Se extiende por arriba a lo largo de una
línea que circunscribe el tórax, desde
debajo de las axilas y cubre la cara
anterior del tórax. Por debajo llega
inmediatamente por encima de los Se utiliza para la inmovilización en casos
maléolos peroneo y tibial o incluye el pie. con lesiones de la cadera (porción proximal
Una vez seco el yeso, después de 24 a 36 del fémur y diáfisis femoral).
horas, se corta una escotadura sobre la Fundamentalmente en niños.
pared anterior del tórax y abdomen; o bien
se abre una ventana circular sobre la
pared anterior del abdomen.
El vendaje se inicia con varias vueltas
circulares de yeso desde el límite superior
(torácico) hasta el tobillo. Se refuerza el
yeso con férulas enyesadas, largas que
circundan la articulación de la cadera y
otras que se monta en el lateral y sigue por
toda la extremidad.
INMOVLIZACIONES PELVIPÉDICAS (ESPICAS DE YESO)
AFECCIONES MÁS FRECUENTES EN
TIPO DE INMOVILIZACIÓN APLICACIÓN
QUE SE UTILIZA
Se termina con nuevas vendas circulares
desde el límite superior hasta el inferior. El
modelado debe ser muy ajustado,
dibujando las prominencias óseas: crestas
ilíacas, espina ilíaca anterosuperior,
trocánter, depresión supracondilar del
fémur, relieve rotuliano.
Con iguales características que la anterior,
su diferencia radica en que se aplicará la
inmovilización a la totalidad delmiembro
afecto y hasta la región supracondílea del
Se utiliza para la inmovilización en casos
miembro sano.
con lesiones de la cadera (porción proximal
Antes de iniciar la inmovilización se le dará
del fémur y diáfisis femoral).
la abducción y rotación requerida, la
Espica Pelvipédica de Yeso Fundamentalmente en niños.
misma se mantendrá colocando una barra
Similar uso al anterior, pero ofrece mayor
que se extiende desde un miembro al otro
seguridad.
a nivel supracondíleo la misma se diseñará
previamente y se tendrá lista para ser
colocada y asegurada durante el enyesado
(Yeso o Madera).
La técnica de aplicación es similar a las
En afecciones Pelvis ósea, afecciones
anteriores, en este caso la inmovilización
bilaterales de la cadera y diafisarias de
Espica Pelvipédica de Yeso Bilateral abarcará ambos miembros inferiores hasta
fémur bilaterales.
el pie.
Se aplica con las mismas características
técnicas de los anteriores, con la diferencia
Es utilizado en afecciones de la Pelvis
de que el enyesado solo llega hasta la
Calzón de Yeso ósea y cadera.
porción supracondílea de ambos miembros
inferiores
INMOVILIZACIONES PARA MIEMBROS INFERIORES
AFECCIONES MÁS FRECUENTES EN
TIPO DE INMOVILIZACIÓN APLICACIÓN
QUE SE UTILIZA
Se extiende desde + 2 traveses de dedos
por debajo de la espina tibial anterior a
todo lo largo de la pierna hasta nivel de la Se utiliza para inmovilizar afecciones del
linea de flexión de la articulación tobillo y pie y algunas lesiones de la
Bota de Yeso metatarsofalángica por la porción distal del porción distal de la tibia.
pie y hasta + 1 o 2 centímetros de la En lesiones tendinosas del tobillo y el pie.
porción distal de los artejos por la cara
plantar del pie.
Se extiende desde aproximadamente 2
traveses de dedos del pliegue inguinal a
través de todo el musmo y la pierna, hasta
nivel de la linea de flexión de la articulación
Se utiliza para inmovilizar lesiones de la
metatarsofalángica por la porción distal del
porción distal del fémur, porción proximal
pie y hasta + 1 o 2 centímetros de la
de la tibia’afecciones de la rótula y la
Yeso Inguinopédico porción distal de los artejos por la cara
rodilla, esta última en casos que no se
plantar del pie.
permita el apoyo y deambulación.
En los casos de lesión del Tendón de
Aquiles se aplicará de igual forma, pero
con la rodilla en flexión de 45 0 y el pie en
posición de equino (extensión).
Tubo de Yeso
Se extiende desde aproximadamente 2
traveses de dedos del pliegue inguinal a
través de todo el musmo y la pierna, hasta
nivel supramaleolar.

Se utiliza en afecciones de la rodilla en que


se permita la pedestación y la marcha.
INMOVILIZACIONES PARA MIEMBROS INFERIORES
AFECCIONES MÁS FRECUENTES EN
TIPO DE INMOVILIZACIÓN APLICACIÓN
QUE SE UTILIZA
Se extiende desde la región supramaleolar
hasta nivel de la linea de flexión de la
articulación metatarsofalángica por la
porción distal del pie y hasta + 1 o 2
centímetros de la porción distal de los
Se utiliza en pacientes con fractura de
artejos por la cara plantar del pie. Previo a
Bota Desrotadora cadera con tratamiento conservador o
su colocación se condicionará una
durante su traslado al centro donde se
pequeña barra de yeso o de madera que
realizará el tratamiento quirúrgico
finalmente colocará en la zona plantar a
definitivo.
nivel del calcáneo, inclinada hacia la cara
externa del pie, para evitar que este pueda
hacer una rotación externa, manteniendo
el pie el posición vertical con flexión de 90 0
del tobillo.
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