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Revista Peruana de Arqueolgía N° 1, 2021

Avances en Arqueología Peruana

Director y Editor
Rubén Yoscet Aslla Cumpa

www.ciakontiti.org
cia.kontiti@gmail.com

Portada y diseño de interiores: CIA Kontiti


Foto de portada y contratapa: Kero polícromo Wari, Horizonte Medio.
© Dumbarton Oaks Museum. Cód. PC.B.609.

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú


N°: 2021-05579
ISSN: 2788-9017

Impreso en Perú/Printed in Peru


Tiraje: 500 ejemplares
Julio de 2021

Se terminó de imprimir en julio de 2021 en:


Imprentra Gráfica Digramar
Calle Lechugal 190, Cuzco, Cuzco

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación por cualquier


medio o procedimiento, sin la autorización previa de los autores y el editor.
Editor

Rubén Aslla Cumpa


(Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco)

Consejo Editorial

John W. Rick (University of Stanford, Estados Unidos), John Verano (Tulane University,
Estados Unidos), Kylie Quave (The George Washington University, Estados Unidos),
José Capriles Flores (Pennsylvania State University, Estados Unidos), Nino del Solar
Velarde (Université Bordeaux III, Francia), Rainer Hostnig (Technische Universität
Berlin, Alemania), José Luis Tovar Cayo (Universidad Nacional de San Antonio Abad
del Cusco, Perú), Francesca Fernandini Parodi (Pontificia Universidad Católica del
Perú, Perú), Henry T. Quispe Quispe (Universidad Nacional de San Antonio Abad
del Cusco, Perú), Dennis Rodríguez Cruz (Universidad Nacional Santiago Antúnez
de Mayolo, Perú).
Contenido

Nota editorial 9

In Memoriam de Jeffrey R. Parsons


John W. Rick 13

Entrevista con Jeffrey R. Parsons


Sara Beatriz Guardia 17

Los primeros pobladores de los Andes peruanos


Mark Aldenderfer 21

Investigaciones sobre las pictografías de Gepapún, Huancapón


Arturo Ruiz Estrada 49

Las ocupaciones temporales de los asentamientos domésticos del periodo


Formativo tardío en Cuzco
Carlos Delgado Gonzales 65

Nuevos testigos acerca de la presencia pucara en la provincia de Chumbivilcas,


Cuzco
François Cuynet 97

El proceso de abandono en la zona arqueológica de Qotakalli, Cuzco


Yahjayra D. Pareja Contreras 119
El proceso de ocupación territorial Recuay en la margen izquierda del río
Pomabamba, cuenca alta del Marañón, Ancash
Efraín Vidal Espinoza 135

Sistema vial Wari que articula Ayacucho con el valle de Huanta


Ernesto Valdez Cárdenas y Raúl Roca Ochoa 165

Apuntes sobre la prehistoria urbana de Cajamarca: Santa Apolonia y la cerámica


Cajamarca III de la Colección Reichlen
Patricia Chirinos Ogata 197

Los tapices del Castillo de Huarmey: cuadro vívido de la sociedad prehispánica


Wari en la costa norte de Perú
Aleksandra Laszczka, Patrycja Przadka-Giersz y Miłosz Giersz 225

Patrones funerarios durante el Horizonte Medio en el valle de Asia, costa sur-


central de Perú
Rommel Ángeles Falcón 247

La organización dual en la cultura Chancay: Chancay del norte y Chancay del


sur. Organización sociopolítica durante los periodos prehispánicos tardíos
Pieter D. van Dalen Luna 287

La ocupación Killke en Calca, Cuzco


Mirtha Cruzado Paredes y Rommel Ángeles Falcón 313

Investigación arqueológica en Maskabamba, Pinkulluna y Q’elloraqay: tres


sectores de trascendencia en Ollantaytambo, Cuzco
Amelia Pérez Trujillo 345

Patrimonio arqueológico en un espacio urbano latinoamericano: casos y


contextos del área metropolitana de Trujillo
Jorge Gamboa Velásquez 375

Notas
Glosario para la identificación de paleopatología andina
Alfredo Altamirano Enciso 399

Reflexiones acerca de la arqueología de Huánuco en el contexto del Bicentenario


de la Independencia del Perú
Carlo José Ordoñez 425
Revista Peruana de Arqueología N° 1, 2021: 287-312/ISSN 2788-9017

La organización dual en la cultura


Chancay: Chancay del norte y Chancay del
sur. Organización sociopolítica durante
los periodos prehispánicos tardíos
Pieter D. van Dalen Luna*

Resumen

La cultura Chancay se desarrolló en periodos prehispánicos tardíos en un amplio


territorio de la Costa norcentral peruana, sin embargo, se aprecia diferencias significativas
entre las ocupaciones Chancay del valle de Huaura y del valle de Huaral. Esta situación
evidencia de la existencia de dos parcialidades a razón de cada valle, las que estamos
denominando como Chancay del norte (valle de Huaura) y Chancay del Ssr (Huaral),
las cuales desarrollaban relaciones simétricas y complementarias.

Palabras clave: cultura Chancay, Huaral, Huacho, dualidad, estructuras sociopolíticas.

Abstract

The Chancay culture developed in late pre-Hispanic periods in a wide territory of the
Peruvian north-central coast, however, there are significant differences between the
Chancay occupations of the Huaura valley and the Huaral valley. This situation shows
the existence of two partialities at the rate of each valley, which we are calling Chancay
del sorte (Huaura valley) and Chancay del sur (Huaral), which developed symmetrical
and complementary relationships.

* Licenciado en Arqueología, magíster en Arqueología Andina, magíster en Gestión del Patrimonio


Cultural y doctor en Ciencias Sociales. Director del proyecto de Investigación Arqueológica Chancay -
Huaral - Atavillos. Docente investigador nombrado en el Departamento Académico de Arqueología,
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Investigador renacyt concytec. Correo electrónico:
pvandalenl@unmsm.edu.pe
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Keywords: Chancay, Huaral, Huacho culture, duality, socio-political structures.

Introducción

A través de los tiempos, las diversas sociedades andinas no han sido estáticas, han estado
en constante desplazamiento e interacción, dando como resultado el surgimiento y
ocaso de múltiples sociedades, en especial en periodos prehispánicos tardíos. La base
del sistema de organización andina ha sido el ayllu, el cual, articulado con el sistema
religioso imperante, regía los destinos de las sociedades en el ámbito local, con la
participación activa de todos sus miembros en las actividades productivas, sociales,
culturales y educativas. La presente investigación es de tipo no experimental, es decir
las muestras o datos recogidos de las prospecciones o excavaciones arqueológicas han
sido realizadas mediante observación directa, aplicando el método deductivo-analítico.
El diseño de la investigación es descriptivo-transversal. La población de estudio son
los sitios arqueológicos de la costa norcentral, siendo la muestra todos los sitios
arqueológicos de la cultura Chancay. Esta investigación fue auspiciada por la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos a través del Vicerrectorado de Investigación mediante
los proyectos de investigación “La cultura Chancay en el valle de Huaura” con código
de proyecto 131501115.

El Intermedio Tardío andino

La arqueología y la historia han tomado poca atención sobre las sociedades que antecedieron
al imperio del Tawantinsuyu, las fuentes etnohistóricas como las crónicas abordan
la problemática de los incas desde la perspectiva española y las pocas fuentes escritas
por cronistas andinos, la abordan desde la perspectiva Inca con fuertes componentes
cristianos (como es el caso de Garcilaso y Guamán Poma). Así, la visión que tenemos de
las sociedades andinas dominadas por el Tawantinsuyu es la visión que tenemos desde
la perspectiva dominante incaica, buscando siempre justificar la dominación de estos
pueblos a fin de llevarles un medio de vida civilizatorio, pues en muchos pasajes estas
crónicas buscan justificar el porqué los sncas dominaron a las sociedades de todo el Ande.
La arqueología, a partir de la propuesta de John H. Rowe (1959), tomando como
base la secuencia maestra de la cerámica del valle de Ica, ha dividido el proceso cultural
andino en periodos, con la presencia de los Horizontes e Intermedios. Así, los dos
últimos son el Intermedio Tardío (1100 - 1470 d.C.) y el Horizonte Tardío (1470 - 1532
d.C.). El primero caracterizado por el desarrollo de múltiples sociedades regionales
y locales, disgregadas por todo el Ande, cada una con sus manifestaciones culturales
propias, aunque también con muchas en común, la cual culmina con la conquista y
dominación de todas estas sociedades por el Tawantinsuyu, que desde Cuzco se va
expande durante el segundo periodo (Horizonte Tardío) logrando su máxima extensión
en las primeras décadas del siglo XVI.

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En cuanto a las manifestaciones culturales de las sociedades del Intermedio Tardío,


encontramos muchas similitudes. En la costa, las formaciones sociopolíticas tienden
por desarrollarse en varios valles contiguos (caso de Huarco, Ichsma, Chancay, Chimú),
mientras que en la región altoandina se van a asentar en la cuenca alta de un río, en
subcuencas o en los valles interandinos. La mayoría de sociedades costeñas van a emplazar
sus asentamientos en los rincones de los valles, mientras que en la región altoandina van
a fundar sus pueblos en la cima de cerros de difícil acceso, esto con fines defensivos. En
cuanto a la arquitectura hay un predominio por el uso del barro, sea en adobes o tapiales
en la costa; mientras que en la sierra la piedra es el material constructivo básico, unido por
argamasa. En la mayoría de los casos, se trata de sociedades pre-estatales, conformados
por pueblos o ayllus gobernados por un curaca (jefaturas complejas), organizadas
mediante alianzas defensivas y en base a un proceso histórico común, dirigidos por uno
de estos curacas, el de mayor prestigio y poder. En los Andes centro sur, las sociedades
del Intermedio Tardío van a ser sociedades del periodo anterior (Horizonte Medio) que se
encontraban en las áreas marginales del imperio Wari, que tras la caída de este van a seguir
desarrollándose, pero ahora de manera autónoma.
La cerámica en el Intermedio Tardío no va a ser tan fina y elaborada como en los
periodos anteriores, predominando la cerámica de pasta oxidante con engobe crema
sobre el cual se va delineando los motivos decorativos en negro (como se puede encontrar
en Huarco, Chancay, Wanka, Casma, etc.). En la región andina predomina la cerámica
modelada con representaciones zoomorfas y antropomorfas; así como vasijas de uso
doméstico sin decoración. La cultura Chimú en la Costa Norte desarrolló una cerámica
de cocción en atmósfera reductora, con decoración modelada y con aplicaciones.
En cuanto a la textilería, las sociedades costeñas de este periodo desarrollaron
los más finos textiles, como los Chancay, Ichsma y Chincha. Los cementerios o
áreas funerarias en este periodo tuvieron gran importancia, al igual como en todos
los periodos culturales desde el Intermedio Temprano, siendo esta la morada de los
ancestros (muertos) muy presentes para los vivos, como celosos guardianes y cuidadores
de la sociedad. En la costa hay grandes áreas funerarias con estructuras funerarias
subterráneas cavadas sobre el suelo natural, donde se colocaba a los individuos asociados
a numerosos objetos asociados como parte del ritual funerario; mientras que en la sierra
las estructuras funerarias eran por lo general a base de piedras canteadas unidas con
argamasa, edificadas subterráneas o sobre el nivel del suelo, predominando las chullpas,
emplazadas en lugares elevados y alejados de los centros poblacionales, por lo general
orientados hacia los apus wamanis (montañas sagradas).
La sociedad Chimú desarrolló con perfección la orfebrería, arte que heredaron de los
antiguos Lambayeque y estos a su vez de los Moche. Conocieron numerosas técnicas de
elaboración, mediante el uso de diversos metales y las aleaciones de estos.
Estas sociedades del Intermedio Tardío fueron conquistadas y dominadas por
los incas, de manera progresiva entre 1430 y 1500 d.C. aproximadamente, siendo
incorporados al Tawantinsuyu. Los incas en este poco menos de un siglo de existencia

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del Tawantinsuyu (que se inicia con las conquistas de Pachacuteq), dominaron a algunas
sociedades violentamente, mientras que a otras les dieron la condición de aliados. Sin
embargo, aplicaron una política masiva de desplazamientos poblacionales (traslados de
mitmas), introduciendo ayllus completos al interior de las estructuras sociales locales
preexistentes; de esta manera, en muchas regiones modificaron el sistema político de
organización dual en un sistema tripartido y el sistema tripartito en uno cuatripartito,
donde una de las parcialidades correspondía a estos grupos introducidos como mitqmas
por el estado cusqueño. Esta política ha sido considerada por Lorenzo Huertas (1990)
como un periodo de disturbación étnica, que para el caso ayacuchano destruyó el
sistema de organización local con la introducción de decenas de mitmas de diversas
nacionalidades traídos desde todos los rincones del imperio.
Muchas de las diversas nacionalidades que existían dentro del Tawantinsuyu
(Espinoza 2019) no estaban contentas de estar bajo el dominio incaico, motivo por el
cual se produjeron numerosos levantamientos a lo largo del siglo XV y en las primeras
décadas del XVI, situación y resentimiento que alentó que muchas de ellas apoyen
decididamente a las fuerzas de Pizarro durante la invasión al Tawantinsuyu, como
el caso de Wankas (Espinoza 1973), Cañaris o Chachapoyas. Esta coyuntura no fue
abiertamente y detalladamente explicada por los cronistas incas de inicios de la colonia.

La cultura Chancay

Una de estas sociedades del Intermedio Tardío que se desarrolló en la costa norcentral
peruana fue la cultura Chancay. Se trata de una sociedad científicamente poco conocida,
se le conoce a partir de la gran cantidad de materiales culturales existentes en los
museos y colecciones de Perú y el extranjero, procedentes de los valles de Chancay y
Huaura, recuperados de los extensos cementerios no mediante procesos científicos de
investigación, sino mediante el huaqueo o saqueo por parte de depredadores de nuestro
pasado.
A pesar que la descripción de los sitios arqueológicos de la cultura Chancay está
casi relacionado con los orígenes de la arqueología científica en Perú, son pocos los
estudios realizados sobre esta sociedad. Las primeras referencias arqueológicas que se
tienen de un cementerio de la cultura Chancay proceden de las excavaciones de los
exploradores alemanes Wilhelm Reiss y Alphons Stübel en 1875. Tres décadas después,
en 1904 el arqueólogo alemán Max Uhle va a explorar el valle bajo del río Chancay
describiendo sitios como Lauri, Cerro Trinidad, Huaral Viejo, La Mina y Jecuán; así
como las excavaciones que realiza en Ancón donde excavó 65 tumbas (Krzanowski
1991: 21-22; van Dalen 2017: 17). Otras tres décadas después, Julio C. Tello explora en
1936 los valles de Chancay, Huaura y Supe identificando numerosos asentamientos y
cementerios de la cultura Chancay (Tello 2015), aunque ya años antes en 1930 Pedro
Villar Córdova había explorado y descrito algunos sitios del valle de Chancay y de la
zona de Lachay (Villar 1982).

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A partir de la década de 1940 las mayores intervenciones arqueológicas se van a


centrar en los extensos cementerios de la zona de Ancón, trabajos iniciados por Julio
C. Tello entre 1945 y 1947, trabajos seguidos por Rebeca Carrión (que recuperó 1570
contextos funerarios), por Marino Gonzáles y Luis Cossi entre 1950 y 1953, Ramiro
Matos entre 1961 y 1962, Hermilio Rosas entre 1961 y 1963, Víctor Segura en 1965,
Hilda Vidal y Ladrón de Guevara en 1966, Thomas Patterson en 1967, nuevamente
Hilda Vidal entre 1968 y 1969, Humberto Ghersi y Lorenzo Samaniego entre 1969 y
1970, Roger Ravines en 1976, Federico Kauffmann en 1994 y Miguel Cornejo en 2016,
entre otros (Carrión 1951; Kauffmann 1994, 2000; Kaulicke 1997: 15; Matos 1962;
Ravines 1979, 1983; Rosas 2007; van Dalen 2017: 18).
Para el valle de Chancay desde la década de 1940 se tienen las exploraciones
aisladas de Andrés Marmol (2007) y las exploraciones de la Misión Japonesa de
Tokio en Macatón (Fung 1960). En la década de 1960 la Misión Arqueológica
Chancay dirigido por el arqueólogo alemán Hans Horkheimer realiza múltiples e
intensivas investigaciones con excavaciones en el valle de Chancay, pero su repentino
fallecimiento no le dio tiempo de analizar los materiales recuperados ni publicar los
resultados de sus investigaciones (Bonavía 1967; Horkheimer 1962, 1965, 1970; Iriarte
2004). En 1968 Hilda Vidal excava numerosas tumbas en el sitio de Pasamayo para
la ampliación de la carretera panamericana norte (Vidal 1968). Por su parte, a inicios
de la década de 1970 el arquitecto Santiago Agurto Calvo y el arqueólogo Abelardo
Sandoval (1974) realiza el reconocimiento y catastro arqueológico en el valle medio
y bajo del río Chancay. En la primera mitad de la década de 1980 Miguel Cornejo va
a realizar análisis de los materiales excavados por Horkheimer y la reconstrucción de
sus excavaciones en Lauri a partir de la revisión de sus diarios de campo (Cornejo
1985, 1991, 1992).
Para el caso del valle de Huaura, son importantes los catastros arqueológicos
realizados por Mercedes Cárdenas en el que registró 235 sitios arqueológicos (Cárdenas
1977; Krzanowski 1991: 27); así como el catastro arqueológico desarrollado por Jaime
Miasta en el cual registró 131 sitios arqueológicos (Miasta y Merino 1986). Entre las
décadas de 1980 y 1990 son importantes las investigaciones desarrolladas en el valle
bajo de Huaura realizados por Arturo Ruiz Estrada (1991).
En la segunda mitad de la década de 1980 el arqueólogo polaco Andrzej Krzanowski
(1991, 2008) va a realizar reconocimientos sistemáticos en los valles de Chancay y
Huaura, registrando numerosos sitios arqueológicos de la cultura Chancay y realizando
una tipología de los mismos, trabajos presentados en dos importantes textos. Desde
1998 hasta la fecha Pieter van Dalen ha realizado múltiples investigaciones en los valles
de Chancay y Huaura, excavando en sitios como Macatón, Lumbra, Sacachispa, Cuyo,
Andoma, Castillo de Pasamayo, La Huaca (valle de Chancay); así como en los sitios de
Cerro Colorado, Walmay y Pampa de Animas - La Wasa (valle de Huaura). Producto
de estas investigaciones ha publicado más de 67 artículos científicos sobre la cultura
Chancay y 4 libros sobre la cultura Chancay (van Dalen 2013, 2017).

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Luego de haber revisado los antecedentes de estudios, nos hacemos la pregunta: ¿Qué
es la cultura Chancay? Es una formación sociopolítica que se desarrolló en periodos
prehispánicos tardíos, su identidad cultural sobrevivió al Tawantinsuyu y perduró hasta
los primeros años de la colonia en que fueron sus pueblos desocupados y su población
reducida en los recién fundados pueblos hispanos, como es el caso de San Juan Bautista
de Huaral y Santo Domingo de Real Aucallama. No hemos encontrado hasta el momento
el nombre autóctono de esta sociedad, ya que Chancay es un nombre colonial, nombre
que fue asignado a esta sociedad prehispánica en los comienzos del siglo XX por Max
Uhle. Ninguna fuente etnohistórica colonial hace referencia del nombre de esta sociedad,
denominando a su población como yuncas, al igual que a toda la población costeña.
Garcilaso (1609) señala que este territorio formaba parte del señorío de Cuismanco, sin
embargo, comete un error, pues Cuismanco o Cusimanco se desarrolló en Cajamarca. A
pesar de no conocer el nombre original de esta sociedad la seguiremos llamando por el
nombre con que comúnmente se le conoce: cultura Chancay.
En base a las evidencias arqueológicas podemos afirmar que el área de extensión de
la cultura Chancay fue por el sur hasta el río Chillón, abarcando toda la sección norte
de este valle incluido Ancón; por el norte hasta el extremo septentrional del valle de
Supe, por el oeste hasta las orillas del océano Pacífico y por el este hasta los 800 o 1000
metros sobre el nivel del mar.
A partir de la identificación de las características de los sitios arqueológicos de la
cultura Chancay hemos elaborado una tipología de asentamientos, clasificándolos en:

Sitios político-administrativos
Son asentamientos de gran tamaño, de más de 8 hectáreas. Presentan una arquitectura muy
compleja y monumental, además de una organización espacial muy compleja, con numerosos
sectores bien demarcados: sectores habitacionales (con arquitectura a base de piedra canteada
y argamasa); sectores administrativos con arquitectura monumental, plataformas con rampa,
plataformas a desnivel, recintos de almacenamiento, entre otros rasgos (arquitectura a base
de adobes). Estos asentamientos se ubican en las grandes quebradas laterales que se unen al
valle Chancay (Tronconal, Portillo, Pisquillo Chico, Quilca “A”, Lauri, Macatón y Lumbra),
o sobre las grandes terrazas aluviales adyacentes al valle (Cuyo y San Miguel). En el caso del
valle bajo también se pueden ubicar en las grandes pampas que se ubican en los rincones
del valle (Pasamayo, Pancha la Huaca, Chancayllo, Cerro Trinidad, Tronconal o Huando).
Todos estos asentamientos presentan ocupación durante los periodos Chancay e
Inca y al parecer se habrían constituido como la sede de los ayllus locales de esta zona
del valle, que por referencias etnohistóricas fueron posteriormente reducidos por los
españoles en el pueblo de San Juan Bautista de Huaral.

Sitios administrativos de mediana jerarquía


Son aquellos asentamientos de medianas dimensiones (entre 2 y 5 hectáreas aprox.).
Son sitios que presentan también una función administrativa, pero de un rango local.

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Presentan sectores domésticos conformados por numerosos recintos edificados a


base de piedra canteada unida con argamasa. Estos sitios se ubican generalmente en
las quebradas laterales al valle, en las pequeñas pampas aledañas al valle y sobre las
pequeñas terrazas aluviales de los cerros aledaños. Estos sitios habrían sido centros
de función secundaria, dentro de los ayllus que ocupaban esta zona del valle y habrían
estado supeditados a los sitios anteriores. En esta categoría estarían los sitios de La
Cruz, Platanal, Tronconal “B”, Sacachispa, Jecuán, Puerto Chancay, San Miguel, Santo
Domingo, Quisque, Saume, Gallinazo, Miraflores, Quilca “B”, entre otros.

Asentamientos domésticos
Son sitios pequeños, de hasta 2 hectáreas, de función doméstico-habitacional y que
mayormente se ubican en los pie de monte de los cerros del rincón del valle. Tienen
una técnica constructiva muy simple, edificados a base de piedras canteadas edificados
de manera mampuesta con o sin argamasa. Estos sitios están conformados por varios
recintos y se habrían constituido en las viviendas de los agricultores o pescadores,
donde solo se realizaban actividades domésticas y de vivienda.

Asentamientos aislados
Son asentamientos conformados por solo entre uno y cuatro recintos, ubicados en
las alturas de los cerros o asociados a los caminos prehispánicos. Estos sitios habrían
cumplido la función de tambos, o de control de los caminos, o pequeñas unidades
domésticas totalmente aisladas.

Cementerios con arquitectura funeraria


Son los cementerios de gran tamaño y que en su mayoría se encuentran asociados a los
grandes sitios administrativos, ya que se ubican a poca distancia de estos. En el valle
medio presentan una arquitectura funeraria conformada por plataformas a desnivel que
le dan la forma de un pequeño “túmulo” edificada íntegramente a base de una torta de
barro. Los entierros eran depositados en estas grandes cámaras funerarias. En el valle
bajo existían grandes y complejas cámaras funerarias. Por la complejidad en los patrones
funerarios observados en estos sitios, aquí se habría enterrado a los personajes que
vivían en estos grandes centros administrativos. Todos estos cementerios se encuentran
totalmente destruidos por la acción destructora de los huaqueros. Así tenemos los
sitios de Sacachispa, Chancayllo, Lauri, Chacra y Mar, Jecuán, Cementerio de Cuyo,
los cementerios de Portillo, Carrera, Santo Domingo, Miraflores B, Lumbra, Pisquillo
Grande, entre otros.

Cementerios simples
Son los cementerios de tamaño pequeño, ubicados generalmente cerca de los sitios
domésticos. No presentan arquitectura funeraria. Estos cementerios habrían servido
para enterrar a la gente que vivía en los pequeños sitios domésticos.

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Sitios ceremoniales o adoratorios


Son los asentamientos de carácter ceremonial o religioso, ubicados por lo general
en la cima de los cerros. Estos sitios cumplían una función mágica-religiosa. Están
conformados, en su mayoría, por una sola estructura, y en otros, asociado a estructuras
arquitectónicas de almacenamiento. En Saume, en la margen izquierda del río, en el valle
medio bajo se ha podido identificar numerosos adoratorios, los cuales en la actualidad
presentan en la cima una cruz, como símbolo de superposición de a religión cristiana
sobre la andina. La colocación de estas cruces se habría realizado a fines del siglo XVI
y comienzos del siglo XVII, durante la extirpación de idolatrías. En el valle medio en
las inmediaciones de Lumbra se han identificado adoratorios a considerable altura con
respecto al valle. Hemos creído conveniente llamar a estos sitios “adoratorios” como
una referencia a la función ceremonial que cumplieron para la población local o para
los viajeros.

Instalaciones agrícolas e hidráulicas


Son aquellos sitios constituidos por infraestructura agrícola e hidráulica. Entre estos
tenemos aterrazamientos en las laderas de los cerros, donde se desarrollaba una
agricultura de secano, los canales de irrigación, las áreas de tendales de productos,
bocatomas.

Figura 01. Contexto funerario del sitio de Cerro Colorado, nótese la diversidad de vasijas.

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Redes viales
Aquellos caminos que recorrían el valle Chancay y los que se interconectaban con la
cuenca alta y valles vecinos.
La actividad cultural en la que más sobresalió la cultura Chancay fue la textilería,
elaborando finos tejidos en diversas técnicas de manufactura, destacando sobre todo
los textiles calados o gasas y los tapices, con una variedad de motivos naturalistas.

La cultura Chancay del valle de Huaura y la cultura Chancay del valle de


Huaral: organización dual

El área nuclear de la cultura Chancay fueron los valles de Chancay-Huaral al sur y


de Huaura al norte. Las evidencias arqueológicas indican que primero esta cultura
se habría formado y consolidado en el valle de Chancay, aunque se desconocen
aún sus orígenes y bajo qué mecanismos se dio el surgimiento. Al parecer, se trata

Figura 02. Foto satelital del sitio arqueológico de Pisquillo Chico, valle de Chancay.

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de poblaciones locales que vivían en este espacio desde siglos anteriores al siglo
XI de nuestra era, que entraron en contacto e interactuaron con otras poblaciones
que llegaron al valle procedentes de otras regiones (recordemos que las sociedades
prehispánicas no eran estáticas y se encontraban en constante desplazamiento desde
periodos tempranos).
Existen características culturales comunes entre los Chancay de Huaral (también
los podemos llamar los Chancay del sur) y los Chancay de Huaura o Huacho (o
Chancay del norte), aunque hay también muchas diferencias entre ambos. La
arquitectura de ambos valles utiliza las mismas técnicas constructivas, con el uso de
materiales constructivos elaborados a base de barro como el adobe y la tapia para las
áreas residenciales y administrativas y el uso de la piedra canteada unida con argamasa
para los sectores populares. Las plantas de las edificaciones son cuadrangulares o
rectangulares. La presencia de las plataformas y en algunos casos de pirámides con
rampa (Pisquillo Chico) es común en los sitios político-administrativos de ambos
valles.
En el caso de los valles bajos, los asentamientos se ubican en los rincones del valle,
sobre arenales o en las terrazas aluviales de grandes quebradas que se unen al valle. En
el valle de Chancay, el sitio más grande es el de Pisquillo Chico, el cual demuestra una
adecuada planificación, con diversidad de sectores (administrativos, residenciales de
élite, áreas domésticas y funerarias), ubicado en una quebrada lateral al valle que se une
justo en el cono de deyección (Quebrada Orcón) a través de la cual existen caminos
que discurren hacia Canta, Sumbilca, el valle de Chillón y a la región altoandina de
la cuenca del río Chancay y Pasco. Pisquillo Chico es un extenso asentamiento con

Figura 03. Foto satelital del complejo arqueológico de Walmay.

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Figura 04. Pirámide con rampa en el sitio de Pisquillo Chico.

más de 35 hectáreas de extensión y con elevadas pirámides con rampa que cumplían
múltiples funciones (residencial, de reuniones y de almacenamiento) en cada uno de sus
compartimientos y recintos.
En el caso del valle de Huaura, el asentamiento más importante y de mayores
dimensiones era el de Walmay, ubicado en el valle bajo (margen izquierda), a 1 kilómetro
de la línea de playa. Está conformado por montículos con edificaciones residenciales, casi
medio centenar de montículos, muchos de ellos desaparecidos, distribuidos en medio
de los terrenos agrícolas (van Dalen 2010). No se observa en este asentamiento que
se hayan desarrollado múltiples actividades como en Pisquillo Chico, las excavaciones
en el montículo 30 permitieron identificar actividades puramente residenciales, con
algunos patios donde se desarrollaban reuniones (Ibid) y con la presencia de algunos
contextos funerarios aislados colocados dentro de los rellenos constructivos.
En el valle de Huaura, Walmay es el único asentamiento de grandes dimensiones,
otros sitios son más pequeños que este, siendo muy pocos los asentamientos político
administrativos en el valle bajo (Acaray, Centinela, Rontoy, Végueta; todos en la
margen derecha, lado opuesto a Walmay), aunque en el valle medio si hay numerosos
asentamientos político administrativo como Humaya, Cañas, Chambara, Vilcashuaura y
Quintay. En cambio, en el valle de Chancay-Huaral, en el valle bajo existen numerosos
asentamientos político administrativos en ambas márgenes como: Lauri, Macatón,

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a b

Figura 05. (A y B) Figurinas antropomorfas de arcilla crudas del sitio Cerro Colorado, valle de Huaura.

Huaral Viejo, Cerro Trinidad y Tronconal en la margen derecha; así como Pancha La
Huaca, Pasamayo y Caqui en la margen izquierda. En el valle medio existen también
otros asentamientos de similar jerarquía como Quilca, Cuyo, Lumbra, Quisque y Portillo.
En cuanto a la cerámica Chancay, en el valle de Chancay este estilo presenta los tipos
Negro sobre Blanco, conformado por engobe crema sobre el cual se van delineando
los motivos decorativos en color negro o marrón; del tipo Crema, caracterizado por
presentar engobe crema total o parcial sobre la vasija. Además, están presentes el estilo
Lauri Impreso y el estilo Llano (sin decoración y de uso utilitario). En el valle de Huaura,
además de estos estilos hay otros que son propios de este valle: el Estilo Huacho, que
presenta decoración pintada en colores rojo, crema y negro (Vallejo; 2010); y el estilo
Pampa de Animas, caracterizado por presentar bandas alternas horizontales pintadas en
color blanco y negro sobre fondo rojo. En el valle de Huaura, muchas vasijas presentan
motivos decorativos de la Costa Norte (Chimú), incluso hay vasijas doble cuerpo unidas
por asa puente y vasijas escultóricas.
En el caso de las figurinas cerámicas antropomorfas de la cultura Chancay, conocidas
como “cuchimilcos”, también presentan notables diferencias en los valles de Chancay y
Huaura. En el valle de Chancay se trata de figurinas cocidas, con engobe crema, sobre
el cual se va delineando la decoración y representación de la cara con pintura negra,
presentando la cabeza plana o curva, siempre con los brazos extendidos hacia abajo o
hacia los costados; por su parte en el valle de Huaura este tipo de figurinas que hemos
descrito para el valle de Chancay-Huaral es poco común, predominando las figurinas

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a b

Figuras 06. (A y B) Figurinas antropomorfas cerámicas y de arcilla crudas del sitio Cerro Colorado, valle
de Huaura.

crudas, elaboradas en barro y secadas al sol, aplicando pintura blanca y roja, este último
color principalmente se ubica en la cara; mientras que sobre la cabeza termina en dos o
tres puntas, debido a que contiene sobre la cabeza la representación de un gorro de dos
o tres puntas, muy similar a los gorros Wari y Tiwanaku.
En cuanto a la textilería, si bien es cierto en ambos valles existen textiles similares,
por la forma común de elaborarlos, en el valle de Huaura y especialmente en la zona
de Végueta y con más densidad en Medio Mundo y el valle de Supe se elaboraban
telas pintadas con diversidad de motivos. Una particularidad del valle de Chancay es
la presencia de figurinas textiles antropomorfas, conocidas como “muñecas” Chancay,
algunas de las cuales han sido encontradas en contextos funerarios de Macatón.
En cuanto a la modelación cefálica de los individuos, una poca proporción de personas
de la sociedad recibían esta práctica (menos del 50% del total de individuos). Para el valle
de Huaura, de los individuos analizados en Cerro Colorado predomina la modelación del
tipo tabular erecta con el 50.5% de individuos, mientras que un 45.1% tenían modelación
tabular oblicua, un 2.2% contaban con modelación tabular circular y un 2.2% la modelación
vértico-bregmático. Para el valle de Chancay, en los individuos de Macaton, el 88.6% de
los que presentan modelación tienen del tipo tabular erecto. Esto indica que en el valle de
Chancay había una mayor preferencia por la modelación tabular erecta que en el valle de
Huaura. Para las sociedades andinas la modelación cefálica era símbolo de identidad cultural.

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Figura 07. Figurina cerámica antropomorfa


(cuchimilco) del valle de Chancay.

Con respecto a las áreas funerarias, la más grande de toda la Costa Central con
una extensión mayor a las 450 hectáreas es el complejo funerario de Cerro Colorado,
ubicado en el extremo meridional del valle de Huaura, cuya extensión abarcaba hasta
casi la línea de playa (abarcando el terreno de la ciudad universitaria de la Universidad
Nacional José Faustino Sánchez Carrión, Los Cipreses y Manzanares). En el valle bajo
había otros cementerios como Pampa de Animas - La Wasa, La Centinela, Végueta,
etc. Por su parte, en el valle de Chancay el área funeraria o cementerio de la cultura
Chancay de mayor extensión es el de Lauri con una extensión original de un poco
más de 172 hectáreas, seguido por Pasamayo con 165 hectáreas, Chancayllo con más
de 50 hectáreas, Cerro Macatón con un área de más de 20 hectáreas, Tronconal con 6
hectáreas, entre otros más pequeños. Como se puede ver, en el valle bajo de Chancay
hay mayor disgregación de cementerios de menores dimensiones que el de Cerro
Colorado en el valle de Huaura. En el caso de Cerro Macatón, presenta arquitectura a
base de tapiales conformando recintos de planta rectangular, los cuales corresponden
a espacios rituales que delimitaban a modo de parcelas las áreas de enterramiento
posiblemente familiares y donde se desarrollaba continuamente el culto a los ancestros.
Los contextos funerarios de los valles de Chancay y Huaura también presentan
diferencias en cuanto a las estructuras funerarias y el tratamiento del individuo. En
el valle de Huaura las estructuras funerarias son de planta cuadrangular o irregular,
conformado por matrices sin arquitectura funeraria, de poca profundidad, no mayor
a 2 metros, la cual se intruye en capas geológicas salitrosas o arenosas. En el valle
de Chancay las estructuras funerarias son de mayor profundidad (pueden llegar a

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Figura 08. Muñeca textil Chancay procedente del valle de Chancay.

tener hasta más de 8 metros de profundidad), de planta ovalada, pero principalmente


cuadrangular, longitudes de hasta 12 metros por lado, con banqueta intermedia y en
algunos casos con antecámara (Cornejo 1991), teniendo alrededor pequeñas matrices
asociadas de poca profundidad.
En ambos valles, los individuos son colocados al interior de fardos o paquetes
funerarios, conformados por varias capas textiles colocadas una sobre otra, hallándose
algunos que tienen hasta 10 capas continuas. Sin embargo, las diferencias entre los fardos
de ambos valles es que los del valle de Chancay presentan falsa cabeza, una almohadilla
rellena de algodón o vegetales que se coloca sobre el fardo, envuelta con varios textiles
y tiene cosidos elementos textiles con forma de boca, nariz y ojos, asemejando una cara
humana; en algunos casos la cara puede estar representada por líneas pintadas. De esta
manera el fardo asemeja a una persona con su cabeza. En el valle de Huaura no hemos
identificado hasta hoy fardos con falsa cabeza.
En cuanto a la presencia de individuos con cuerpos tatuados, estos se presentan
indistintamente en los valles de Chancay y Huaura. En el primero, las excavaciones
realizadas en Macatón en la temporada 2018-19, permitieron identificar de un total
de 124 individuos analizados 3 que presentaban tatuajes (2.4%). En el caso del valle
de Huaura, de 1759 individuos excavados en Cerro Colorado, 71 presentan tatuajes
(4%). Como se puede ver, hay una ligera mayor densidad de individuos que presentan

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b
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Figura 09. (A y B) Vista panorámica de dos


unidades de excavación con las estructuras
funerarias contiguas en Cerro Colorado, valle de
Huaura.

tatuajes en el valle norteño. Estos tatuajes principalmente se ubican en las extremidades


superiores, torax, espalda o cara; estando conformados por motivos naturalistas.
Los contextos funerarios del valle de Chancay-Huaral tienen una mayor presencia
de objetos ornamentales metálicos, elaborados principalmente a base de cobre. Se han
encontrado en ambos valles elementos metálicos con forma en media luna colocados
dentro del fardo sobre la cabeza o en medio del fardo sobre el tórax. Este elemento
denota cierto status en el individuo, práctica muy común en la costa norte desde el
periodo Intermedio Temprano (Moche).
Con respecto a las enfermedades identificadas en la población de ambos valles,
las más comunes corresponden a malformaciones producidas por intensos trabajos
físicos. Entre estos tenemos a enfermedades degenerativas de las articulaciones, artrosis
en forma del desgaste o malformaciones óseas, la más pronunciada en la columna:
osteofitosis, desgaste de los cuerpos, surcos por nódulos de Schmörl, osificaciones de
ligamentos por cargar y levantar un peso excesivo; también en las rodillas: artrosis en
los cóndilos, en las rótulas (por el trabajo de cuclillas, apoyándose con rodillas); artrosis
en las articulaciones de hombros, codos y muñeca (por el trabajo forzado con el uso de
las manos); artrosis en ambos extremos de clavículas, en las articulaciones de costillas
con la columna y con el esternón (por el uso excesivo de los músculos del tórax).
Se registró también algunos casos del desplazamiento de la cabeza del fémur (como
resultado fracturas), deformación por mal procedimiento del parto o la enfermedad
de Perthes; periostitis e osteomielitis por un trauma o una infección prolongada;
cribra orbitalia e hiperostosis porótica por deficiencia de hierro; infecciones del área

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a b

Figura 10. (A y B) Vista panorámica de dos unidades de excavación con las estructuras funerarias
contiguas en Macatón, valle de Chancay - Huaral.

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Figura 11. (A y B) Vista panorámica de dos fardos funerarios del sitio de Macatón, valle de Chancay.

bucal-periodontitis, absceso, inflamación, entre otros. También se identificaron casos


de tuberculosis, cáncer y leishmanisasis, enfermedades que causaron la muerte de las
personas luego de intensos dolores.
Las sociedades andinas desde periodos tempranos han desarrollado una estructura
de organización sociopolítica basada en un sistema dual o tripartito. En el caso de la
organización dual, cada una de las mitades o parcialidades tenía una función opuesta y a la
vez complementaria con la otra. Esta dualidad estaba conformada por las parcialidades:
hanan-hurin (arriba-abajo), cayao-qollana, ichoc-visca, etc (Pärssinen 2003: 158). En
algunas sociedades, cada una de estas mitades podía estar a su vez subdividida en otras
dos partes de tal manera que se generaba un sistema cuatripartito. El sistema dual o
tripartito en los Andes estaba en relación a la ubicación de estas parcialidades, tanto
geográfica como altitudinal.
La organización dual desde la perspectiva estructuralista, presupone la existencia
de dos parcialidades que pueden ser simétricas (diametral y homólogo) o asimétricos
(concéntrico y heterogéneo), siendo el primero en el que las partes son similares al
todo (posición binaria), mientras que en el segundo las partes no son iguales teniendo
características y propiedades distintas (Levi-Straus 1987; Watanabe 2013).

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a b

Figura 12. (A y B). Vista panorámica de dos fardos funerarios del sitio de Macatón, valle de Chancay.

a b

Figura 13. (A y B) Vista panorámica de dos fardos funerarios del sitio de Cerro Colorado, valle de Huaura.

Para el caso del territorio Chancay, cada una de las parcialidades (norte y sur) tienen
carácter simétrico, por tener territorios (valles) de similares características, cada uno
conformado por un valle bajo y una quebrada grande que se une al mismo en el valle
medio por la margen izquierda (Orcón en el caso de Chancay y Blanco en el de Huaura).
Además, en el caso de la parcialidad del sur, tiene adscrita culturalmente la sección norte

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Figura 14. Ubicación de los principales asentamientos de la cultura Chancay.

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Figura 15. Mapa de ubicación territorial del Chancay del Norte o Chancay de Huacho y de Chancay del Sur
o Chancay de Huaral (Fuente Google Earth).

del vecino valle del Chillón, ubicado al sur de Chancay; mientras que, en el caso de la
parcialidad del norte, tiene adscrito el pequeño valle de Supe al norte. Cada una de estas
parcialidades estaría subdividida a su vez en dos zonas, el valle medio (hanan) y el valle

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bajo (hurin), cada una con características geomorfológicas y ecológicas diferentes; así
como en ambas márgenes del valle bajo. En el valle de Huaura el asentamiento más
importante se ubica en la sección del valle bajo (Walmay); mientras que en el valle de
Chancay-Huaral el asentamiento más importante está en el valle medio (Pisquillo Chico).
En este sentido, la zona contigua a las Lomas de Lachay habría sido un área de
gran importancia ceremonial, por su ubicación intermedia, donde se desarrollaban los
encuentros e interacciones ceremoniales entre ambas parcialidades (norte y sur), donde
se producía el tinkuy o encuentro. El tinkuy es un proceso de interacción entre diversas
parcialidades, en el cual se realizan intercambio de productos, ceremonias y sacrificios
en honor a las divinidades locales y regionales (Mallma 2018). Este encuentro está
evidenciado en la arquitectura residencial (pirámides o plataformas con rampa) del sitio
de Pisquillo Chico, donde se ubican agrupados dualmente y orientados en oposición
(Guzmán 2011, 2015, 2016).
El sistema dual andino ha sido desde periodos muy tempranos (presentes por lo
menos desde el periodo Arcaico Tardío), la directriz a través del cual se han organizado
los ayllus, sistemas de parentesco, alianzas matrimoniales, espacios territoriales y la
organización religiosa de las sociedades andinas (Morales 1995).
Los territorios de cada una de estas parcialidades tienen sus propias divinidades y
elementos geográficos donde viven estas divinidades. Estas se constituyen en paisajes
sagrados que simbolizan la morada de los dioses que cuidan y protegen a los ayllus
y personas de su entorno. Cada divinidad de una parcialidad tenía su similar en la
otra. Hasta hoy aún no se han identificado con detalle la ubicación de los centros
ceremoniales de estas divinidades, futuras investigaciones en esta región permitirán
aclarar el panorama religioso Chancay. Para el valle de Huaura se conoce la existencia
del templo de Choque Ispana en las inmediaciones de la localidad de Végueta (Ruiz
2006), el cual fue reportado por el extirpador de idolatrías Felipe de Medina en el
siglo XVII, junto con el santuario de Carquín que también fue destruido por este cura
hispano. Rostworowski señala la existencia de algunos santuarios en la Isla de Martín en
Végueta, la cual era la morada de los muertos y donde se rendía culto al dios del guano.
Para el valle de Chancay, se conoce la existencia de áreas ceremoniales en la cima del
cerro Macaton, el cual tenía la condición de apu o cerro tutelar.
María Rostworowski (2002: 269-275) afirma que los valles de Chancay y Huaura
conformaban dos parcialidades distintas, cada una con sus propias estructuras sociales. Al
momento de la invasión española en el valle de Chancay existían dos guarangas locales,
una en cada margen: la de Pasamayo (margen izquierda del valle bajo) y la de Chancay (en
la margen derecha, ubicado en los alrededores de Chancayllo); siendo introducidos por
los Incas una tercera guaranga de mitqmas mochicas procedentes del valle de Huaura y
Casma dedicados a la pesca que fueron asentados en lo que hoy es la ciudad de Chancay,
dedicados a abastecer de pescado fresco a las fuerzas del Inca a su paso por la zona a través
del camino de los Llanos. En el caso del valle de Huaura, Rostworowski lo denomina
señorío de Huaura, el cual estaba conformado a su vez por una división dual, una a cargo

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del curaca Guachapaico en la margen izquierda y la otra en la margen opuesta gobernado


por el curaca Guarcachumbe. En los momentos finales del Tawantinsuyu y tras la invasión
española, el curaca Guachapaico tenía mayor poder que los otros curacas de los valles
contiguos de Chancay y La Barranca (Supe), posiblemente en mérito a las alianzas que
tuvo con los incas, quienes también introdujeron mitqmas mochicas en este valle.

Conclusiones

Las investigaciones arqueológicas que hemos venido realizando en los últimos 20 años en
la costa norcentral peruana (territorio de la cultura Chancay), han permitido identificar
diferencias en los patrones socioculturales de las ocupaciones Chancay del valle de
Huaura y del valle de Chancay. Esto nos lleva a plantear que se trata de dos parcialidades
diferentes, pero a la vez complementarias. En base a esto proponemos la existencia de
una parcialidad al sur que estamos denominando Chancay del Sur o Chancay de Huaral,
incluida la zona de Ancón; y la parcialidad que denominamos Chancay del Norte o
Chancay de Huacho. Ambas parcialidades presentan diferencias significativas expresadas
en los estilos cerámicos, los patrones de asentamiento, patrones funerarios, la textilería,
etc.; al tiempo que compartían manifestaciones culturales propias de la cultura Chancay.
Las estructuras duales en los Andes son de datación prehispánica temprana, presente
en muchas sociedades; con la expansión del Tawantinsuyu en muchos lugares se va a
introducir una tercera parcialidad, conformados por mitqmas, los que en el caso de los
valles de Chancay y Huaura son identificados por las fuentes etnohistóricas. Cada una
de las parcialidades Chancay, tanto del norte como del sur, tenían a su vez subdivisiones
internas, organizadas mediante los ayllus locales.

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