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INTRODUCCIÓN
El presente ensayo parte de la la novela "La historia interminable" de Michel Ende para ejemplificar
la tesis de que las experiencias literarias en la primera infancia poseen una función subjetivante y
que resulta importante la intervención docente como mediador cultural. ¿Somos los mismos
después de leer un libro? ¿Puede la literatura contribuir a la conformación de la identidad y al
conocimiento del mundo? Se abordarán extractos de la novela y se fundamentará la tesis a partir de
las teorías de Laura Devetach, Yolanda Reyes y el Diseño Curricular para la Educación Inicial de
Rio Negro.
De la misma manera, las niñas y los niños que, como sujetos en constitución, están en pleno proceso
de desarrollo y conformación de su subjetividad, se ven favorecidos por las experiencias literarias.
Esto se debe a que las mismas implican la apropiación de significados de la cultura, permiten a los
sujetos incorporar nuevos símbolos, nuevas formas de nombrar y ver el mundo y a sí mismos. De
esta forma, se puede afirmar que la literatura, como dadora de símbolos, propicia la formación
integral transformando a los sujetos y su forma de ser en el mundo de los significados, que no es
otra cosa que el mundo social-cultural.
ROL DOCENTE
Como educadores tenemos la responsabilidad social de alfabetizar culturalmente a las infancias a
nuestro cargo. Esto se debe a que, como adultos referentes, tenemos el rol de mediadores entre el
mundo social-cultural y las infancias y es fundamental que garanticemos el acceso a los bienes
simbólicos de la cultura (D.C. 2019, pág 9. 134). Ya que en las sociedades contemporáneas el
capital cultural se encuentra distribuido de forma desigual, garantizar la oferta de experiencias
literarias es un acto de "democracia simbólica" (Link, 2020. pág. 1). Como afirma Devetach hemos
de "enriquecer los textos internos de nuestros chicos para que sus bagajes no sean sólo bagajes
masificados." (Devetach, 2008. pág. 5)
De esta forma, es fundamental que, como docentes, nos cuestionemos acerca de la oferta literaria
que brindamos a las niñas y los niños a fin de no caer en lugares comunes que solo responden a los
intereses del mercado y contribuir así a construir un mundo mejor. "Se aspira a superar modelos
homogeneizadores, a fin de favorecer el reconocimiento del pluralismo, el respeto y convivencia en
la diferencia, legitimando distintos modos de crianza y diversas formas culturales" (D.C. 2019.
Pág. 43).
CONCLUCIÓN
Ser docente implica ser mediador del mundo cultural. Por este motivo, la oferta del capital literario
es de suma importancia. Esto se debe a que, gracias a la experiencia literaria, podemos
subjetivarnos de formas más ricas y complejas. La experiencia literaria transforma a los sujetos,
brinda herramientas simbólicas para conocerse, para conocer el mundo, para leerlo y nombrarlo con
un lenguaje más rico. En el mismo sentido, a través de la experiencia literaria nos conectamos con
la otredad, ampliando nuestros horizontes cognitivos, semióticos y culturales, construyendo así,
simultáneamente, nuestra identidad.
"Sin embargo, cuando las criaturas humanas vienen a nuestro mundo, toman el verdadero. Todos
los que estuvieron con nosotros aprendieron algo que sólo aquí podían aprender y que los hizo
volver cambiados a su mundo. Se les abrieron los ojos, porque pudieron veros con vuestra
verdadera figura. Por eso pudieron ver también su mundo y a sus congéneres con otros ojos.
Donde antes sólo habían encontrado lo trivial, descubrieron de pronto secretos y maravillas. Por
eso venían de buena gana a Fantasia. Y, cuanto más rico y floreciente se hacía nuestro mundo de
esta forma, tanto menos mentiras había en el suyo y tanto más perfecto era también. De la misma
forma que nuestros dos mundos pueden destruirse mutuamente, pueden también mutuamente
salvarse." (Ende, 2016, pág. 45)
BIBLIOGRAFÍA