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MEDIACIÓN DE LA LECTURA

Importancia de la lectura

La lectura atraviesa las experiencias individuales y sociales de cualquier persona, incluso si no


existe una plena conciencia de ello. Desde hace milenios, las palabras constituyen la principal
herramienta con la que ordenamos el mundo que nos rodea, nuestras emociones, ideas,
opiniones y criterios de vida. En este sentido, la lectura es la única acción y el único espacio en
el que resulta posible comprender las verdaderas implicaciones y complejidades de la palabra.

Todo el conocimiento del que hoy dispone la humanidad, surge primero en el territorio del
lenguaje, y con gran frecuencia en el lenguaje de las palabras. Las teorías filosóficas, científicas,
las innovaciones de la tecnología, el surgimiento del cine, la psicología, la neurología, etc., tienen
su origen en la capacidad de utilizar las palabras para imaginar e inventar mundos diferentes al
que habitamos, para luego transformar ese mundo real. Por ende, si nuestra habilidad para
manejar las palabras y construir con ellas nuevos pensamientos y otras formas de sentir es
limitada, también nuestra facultad de invención, creatividad e inteligencia serán limitadas. Estas
habilidades de la imaginación y del pensamiento sólo pueden ser realmente potenciadas si la
relación con la lectura es fuerte, intensa y dinámica.

En esta línea de ideas, la literatura se torna fundamental, pues la riqueza de nuestras conexiones
con la poética o la narrativa dan cuenta del potencial que tenemos para transformar las
realidades individuales y colectivas, más allá de los discursos aprendidos e impuestos y de
acuerdo con nuestras inquietudes, intereses, curiosidades y afinidades. La sensibilidad,
profunda o escasa, de una persona frente la ficción y la poesía es un reflejo de claro de sus
posibilidades de cambiar la realidad o, en su defecto, conformarse con ella.

Autobiografía lectora

Uno de los primeros pasos para cualquier proceso de mediación lectora es permitir que cada
persona reconozca las particularidades de su relación con la palabra, pues esta relación es parte
constitutiva de cualquier identidad. El lenguaje es una herramienta común, que nos conecta y
posibilita la relación con nuestros pares, pero cada uno/a tuvo acceso a él en un contexto
distinto, una familia distinta, un barrio distinto, una época distinta. Esto implica que la conexión
con las palabras, las historias, la oralidad, la lectura y la escritura es diferente en cada caso.

Es clave recordar que la lectura sólo adquiere su real importancia cuando se transforma en un
vehículo para comprender nuestra memoria e historia, nuestras emociones, relaciones
interpersonales, inquietudes, alegrías, curiosidades, miedos, circunstancias socioculturales. El
comportamiento lector de las personas tiene que responder a sus necesidades concretas, y estas
necesidades se manifiestan de forma diferente según el individuo.

En este sentido, es indispensable que cada cual vuelva sobre su pasado y recuerde su vínculo
inicial con la palabra, ya sea a través de cuentos, lecturas en voz alta, narraciones orales,
primeros libros leídos, personajes o relatos que les hayan resultado impactantes en su
momento. Para esto, resulta clave que esta rememoración sea lo más detallada posible, que
incluya lugares, rostros, sensaciones o pensamientos que hayan acompañado ese primer
encuentro, pues en ese encuentro se halla la raíz del tipo de lector/a en el que esa persona se
ha convertido, y sólo a partir de eso su comportamiento lector puede ser fortalecido.

Oralidad

La oralidad es el origen del vínculo entre los seres humanos y las palabras. Desde que nacemos,
escuchamos hablar a quienes están a nuestro alrededor, y desde mucho antes de adquirir
conciencia de nosotros mismos, lo que escuchamos moldea nuestra personalidad y visión del
mundo, nuestros sentimientos y pensamientos, nuestras opiniones y acciones. Es en la oralidad
donde podemos reconocer la relación individual y los usos más inmediatos y evidentes que las
personas sostienen con el lenguaje. Por eso es tan importante analizar a fondo la oralidad, pues
se trata de la puerta de acceso a la lectura y la escritura.

Reflexionar sobre la oralidad, a partir de actividades de diverso tipo, posibilita que cada persona
comprenda su propia manera de utilizar las palabras en su vida cotidiana, como herramienta de
comunicación práctica, pero también como la manera más concreta de definir su lugar en el
mundo, su forma de ejercer ciudadanía, de ser madre, padre, hermana, amigo, docente,
científico, artista, arquitecta o policía. Las palabras que usamos y con las que nos expresamos
todos los días determinan quienes somos, en la familia, en el trabajo, en los espacios de
esparcimiento o en la política.

Profundizar en la oralidad como elemento central en la construcción de las identidades


individuales y colectivas es un punto de partida potente para fortalecer el comportamiento
lector, con base en el temperamento y la forma de ser de cada lector/a. La oralidad es el
territorio en el que se revela la naturaleza de los nexos que las personas construyen entre las
palabras y la realidad. Comprender esos nexos es la única manera de que los procesos de
mediación de lectura se fundamenten en circunstancias y necesidades concretas.

Lectura en voz alta

La lectura en voz alta es uno de los puentes más sólidos que pueden construirse entre la oralidad
y la palabra escrita. Cuando alguien le entrega su voz al contenido de un texto, este contenido
se transforma, y quienes escuchan tienen la posibilidad de integrar los conceptos, las historias,
la información y la estructura de las frases desde distintos niveles perceptivos. No solamente se
trata de los conceptos o los relatos que constituyen el material de lectura: la entonación, el
énfasis otorgado a cada palabra, la pronunciación, los matices fonéticos, la interacción visual y
el manejo del cuerpo juegan un rol fundamental en el proceso de lectura.

No existen dos personas que lean la misma obra de la misma manera, pues cada cual la
comprende manera diferente, a partir de sus emociones, ideas y experiencias. Asimismo, si el
texto resulta interesante y apasionante para quien realiza la lectura en voz alta, el efecto será
completamente distinto del producido en el caso de que el material leído sea tedioso o carezca
de interés para el lector/a.

Por otra parte, el ejercicio de leer en voz alta nos hace conocer con mucha más profundidad las
posibilidades expresivas de nuestro cuerpo, las variaciones vocales de las somos capaces, y nos
recuerda que la voz es un componente absolutamente esencial de la persona que somos.
Enfrentar nuestras voces a textos diversos no sólo nos muestra elementos desconocidos de
nuestras facultades expresivas y comunicativas, sino que contribuye a nuestra comprensión de
la complejidad de las palabras y la interrelación entre todos sus componentes, pues el lenguaje
de la palabra se ramifica en componentes auditivos, visuales, conceptuales, en su relación con
el mundo físico, con los cuerpos, las emociones y los objetos.

Comprensión de la lectura a través de conversación

Con el fin de utilizar la oralidad como vehículo para incrementar y fortalecer las conexiones con
los textos, la lectura debe utilizarse como un detonante para el diálogo y el intercambio de ideas.
Para esto, es necesario construir preguntas disparadoras, que permitan abordar la obra leída
desde la mayor cantidad de ángulos y enfoques posibles. Cualquier material de lectura puede
ser analizado desde una perspectiva social, histórica, lingüística, narrativa, emocional o
psicológica, y conectarse a partir de eso con las realidades y experiencias de los lectores/as. La
formulación de interrogantes es esencial para este proceso.

Mientras más preguntas sea capaz de construir un mediador/a alrededor de un texto, y mientras
más variadas y abarcadoras sean estas preguntas, se incrementan las posibilidades de que un
lector/a pueda utilizar ese texto como medio para comprenderse a sí mismo y entender la
realidad en la vive.

Sin embargo, el éxito de este ejercicio radica en realizar una selección cuidadosa y una lectura
atenta del material y, a partir de sus características específicas, construir preguntas que abran
todos los canales de identificación posibles entre la lectura y la experiencia de vida de cada grupo
lector. Desarrollar una conversación con profundidad y complejidad respecto a una lectura
realizada permite que cada lector/a logre paulatinamente construir sus propias interrogantes y
emprender sus propios procesos de identificación con cualquier texto que aparezca en su
camino.

TIC y lenguaje en redes sociales

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han cambiado la manera en la que


nos relacionamos con el conocimiento y con el lenguaje. Sin embargo, es crucial recordar que,
al igual que el libro, los dispositivos y las plataformas virtuales son un medio de circulación de
ideas, conceptos y emociones. En este sentido, es necesario no transformar a las TICs ni a las
redes sociales en enemigos de la lectura y la escritura, sino como una posibilidad de impulsar y
fortalecer los procesos de mediación lectora.

El lenguaje de las redes sociales también de hecho de palabras en una inmensa medida. De modo
que, como ha ocurrido desde hace miles de años, las palabras siguen siendo el instrumento
principal para construir nuestras identidades y formas de entender el mundo. En este sentido,
plantear ejercicios que, por ejemplo, vinculen la literatura o la filosofía con los formatos de
Facebook o Instagram, puede constituir un complemento muy poderoso para los diferentes
temas planteados previamente (oralidad, lectura en voz, autobiografía lectora, etc.)

A estas alturas de la historia, las nuevas tecnologías y las redes sociales son parte constitutiva
de la identidad de varias generaciones, así como la palabra continúa siéndolo para toda la
humanidad. Por ende, es esencial mostrar que la lectura y la escritura no son antagónicas a los
lenguajes de las y los formatos TICs, sino que integran una misma realidad compartida y
simultánea. Actividades como la creación de perfiles de personajes de ficción en las redes, la
creación de memes literarios o la recomendación de textos bajo el formato Booktuber pueden
ser armas poderosas para romper las barreras imaginarias entre ambos mundos.

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