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de acuerdo a los hallazgos de los yacimientos El Jobo, Muaco y Taima Taima, del estado Falcón
y otros. Otras investigaciones han identificado culturas líticas similares a la del hombre del
Paleolítico del viejo mundo, lo han constituido como un punto de confluencia de diversos
grupos, especialmente de Arahuacos (Aruacos, Arawaks), y de los Caribes lo cuál podría elevar
esta fecha a unos 25 mil años A.C. en el territorio venezolano.
En los comienzos de los años 40, un ganadero encontró una piedra con forma de cuchillo en
una playa del río Pedregal (Muaco, Falcón), la cual fue enviada al Museo de Ciencias Naturales
de Caracas, a raíz de este hallazgo, JM. Cruxent, uno de los padres de la arqueología
venezolana, y otro grupo de arqueólogos, inician investigaciones en la zona, las cuales
definieron un panorama de la arqueología venezolana estableciendo una cronología y las
primeras series o estilos arqueológicos.
Los Originarios de Carabobo: Se presume que en una época bastante remota antes del
descubrimiento de estas tierras, existió en el territorio donde hoy se llama Carabobo, una
cultura originaria primitiva mucho más avanzada que la vista por los españoles del siglo XVI,
Según estudios del doctor José María Vargas en cráneos de aborígenes de la región eran por
sus características de origen Caribe, pero se sabe que antes de llegar estos grupos, los antiguos
pobladores eran los arawacos, dan testimonio de ello las piezas arqueológicas halladas en la
inmediaciones del Lago de Valencia, donde floreció en sus orillas tribus Arauco o Arawaks, que
los entendidos en Etnología señalan como originarios de la parte norte occidental de la
América Meridional, debido a lo cual, pues se estiman como primitivos habitantes de
Venezuela y por consiguiente, de Carabobo, a los expresados indígenas.
Los Arawaks, ocuparon una extensa área Americana, debido a que sus tribus se desparramaron
en distintas direcciones desde su lar nativo. Unos hacia el sur, hasta los llanos Bolivianos y
Paraguayos, siguiendo el curso de los grandes ríos y otros se lanzaron al mar, para llegar hasta
las Antillas. Eran estos indígenas consumados agricultores y ágiles cazadores; difundiendo el
cultivo del tabaco y del maíz, siendo los primeros creadores de la hamaca. De baja estatura
(1,60) y su braquicéfalos; los de la región carabobeña eran de color claro, ojos rectos y
expresivos, nariz aguileña, labios finos; boca, pies y manos pequeñas, cuello largo y vientre
poco salido; rasgos que bien pueden compararse con la raza europea y caucásica, hallándose
todavía en la región de Yagua y Vigirima (Municipio de Guácara), en algunos individuos su
acentúa la raza aborigen, demostrando la veracidad de lo dicho sobre el hermoso aspecto
físico de estos.
Mas adelante llegan a la Arauquía de Venezuela los feroces Caribes, raza de pescadores con
una estatura de 1,58 metros, mesocéfalos, salidos de la extensa meseta del Matto Grasso, en
el Brasil; remontan en sus rápidas curiaras los caudalosos ríos, se adentran; indomables por las
tupidas selvas Amazónicas, arrasando con los rublos que encuentran, dispersos en estas
inmensidades. Salen al mar Atlántico y, bordeando las costa del norte brasileño y las Guayanas
invaden las costas del Golfo de Paria; siguen en ola invasora, terrible y devastadora, hasta el
norte-centro del país, arrinconando y cercando a los Arauco, que se repliegan hasta las
márgenes orientales del lago de Tacarigua (Valencia); quedando una línea divisoria más o
menos estabilizada a la llegada de los españoles, entre ambas razas indígenas, que partían
desde un punto cercano de la bahía de Turiamo, en el estado Aragua, pasando por las
inmediaciones de la población de Maracay, hasta seguir en una línea irregular que se perdía en
las selvas de La Orinoquia.
Los Originarios del Táchira: El Táchira desde épocas remotas ha sido un lugar de paso de
grupos, un centro de confluencia cultural que está vigente debido a nuestra condición como
una de las fronteras más dinámicas de Latinoamérica. Los aborígenes que inicialmente
habitaron el territorio tachirense tenían vida propia e independiente y habían alcanzado cierto
grado de desarrollo cultural. Pero la llegada de los españoles en el siglo XVI y la posterior
incursión de la población africana, relegaron su tradicional esquema comunitario y dio pie a un
proceso de mestizaje étnico y cultural. Muchas de sus costumbres desaparecieron, otras se
mezclaron con las de los nuevos pobladores y unas pocas sobrevivieron. Durante cientos de
años, esta mezcla fue dando origen a nuevas expresiones, costumbres y creencias transmitidas
oralmente de generación en generación, y que han configurado la Cultura Tradicional
Tachirense.
En épocas del Imperio Egipcio, en nuestras tierras funcionaban los talleres líticos, en los cuales
se fabricaban herramientas como hachas, martillos y manos de moler las cuales, se supone, se
destinaban al comercio y el intercambio. En El Cementerio Develó se práctico complejas
costumbres funerarias como el uso de Fardos y Mintoyes (tumbas que consisten en silos
subterráneos revestidas en lozas de piedras) Ambas, características presentes en otros grupos
latinoamericanos pero poco comunes en Venezuela. Y finalmente, el hallazgo de hojas y
semillas de maíz evidencia la práctica de la agricultura aunque en forma incipiente.
De los restos de entierros primarios y secundarios, se puede inferir una sencilla estratificación
social. Restos de husos de piedra y agujas de hueso indican la práctica del tejido así como
collares y otros adornos, la ornamentación personal. Flautas y otros instrumentos denotan un
aspecto musical. La tradición cerámica es variada en cuanto a formas, usos y decoración.
Practicaban ampliamente el comercio (trueque) y la navegación. (Sobre todos las tribus del
piedemonte llanero). Físicamente, eran de estatura mediana (1,50 - 1,60mts) y cabellos largos
como lo evidencian peinetas de hueso.
En las Colinas de Queniquea, Sucre (1991-93) Cronología: 300 A.C., al siglo VII D.C. se excavó
un yacimiento de tipo aldeano A unos 5 minutos de Queniquea, capital del Paradero,
Municipio Sucre del Estado Táchira, tuvo lugar uno de los principales hallazgos de la
arqueología venezolana: La primera y hasta ahora única aldea indígena que puede ser
observada a simple vista y pone en evidencia un inmenso caudal de información aún
desconocida para la humanidad entera. Machu Picchu en el Perú, representa uno de los
vestigios más importantes del mundo, de las culturas prehispánicas, pues bien, Colinas de
Queniquea tiene para el Táchira, Venezuela e incluso para América, las mismas implicaciones
desde el punto de vista social, histórico, cultural y ambiental, por cuanto se trata del primer
centro poblado con su configuración total que se localiza a nivel regional y nacional, cuyo
evidente desarrollo cultural y tecnológico era insospechado en nuestros grupos indígenas, para
esa época (200 A.C. hasta S. VI d.C.). En 1991 comenzaron las excavaciones en esta montañosa
zona, que pusieron al descubierto 30 terrazas (y se supone la existencia de más) construidas
sobre el declive natural de un cerro. En ellas se aprecian las cominerías de piedra, desagües,
muros de contención entre otras estructuras de la aldea que fue hogar de más de un centenar
de individuos.
En África Alejandro Magno fundaba Alejandría, en Oriente se construye la Gran Muralla China,
en Europa Platón funda la Academia y Aristóteles el Liceo. En América se consolidan la cultura
Chavín y Zapoteca y en Venezuela, grupos a las orillas de los lagos de Maracaibo y Valencia
dejaban interesantes testimonios en cerámica y petroglifos. Todo esto ocurría en el mundo
mientras en una aldea de Queniquea, nuestros antepasados construían las únicas terrazas para
habitación localizadas en el país. Hasta ahora, sólo se sabía que las terrazas eran destinadas a
la agricultura y que fueron usadas por numerosos grupos de los andes americanos. Por lo
tanto, se trata de un hallazgo sin comparación con otro grupo Originario venezolano, aunque sí
con uno localizado en Quinchana (Magdalena-Colombia), pero de más reciente data.
Esta capacidad tecnológica es reflejo de una desarrollada sociedad sedentaria que tuvo
significativos logros en la agricultura, tejido, alfarería, industria lítica y el comercio. Las
semejanzas entre la cerámica de los grupos, demuestra la existencia de vínculos comerciales.
El asentamiento se prolongó durante varias generaciones de acuerdo a las aproximaciones
arqueológicas y las pruebas científicas. Sobre ambos argumentos se levanta la hipótesis de
que, quizás, la movilización de grupos indígenas no sólo se dio en dirección Colombia-
Venezuela, sino viceversa también.
Todo ello fue abruptamente intervenido, incomprendido y avasallado hace más de 500 años
por otra cultura proveniente de Europa que, buscando nuevas rutas comerciales para su
expansión económica, se encontró accidentalmente con las costas nororientales “de las
nuevas, pero ya descubiertas por los pueblos originarios" Tierras de Gracia. A partir de ese
momento (1492) se desencadenó un encuentro sin parangón en la historia de la humanidad:
exterminio de aldeas enteras con apropiación violenta de tierras colectivas, expoliación
codiciosa e indiscriminada de recursos naturales, desconocimiento y aniquilamiento de
lenguas y religiones, evangelización compulsiva, desarticulación de sociodiversidades
milenarias, introducción y propagación de enfermedades diezmadoras de comunidades,
mestizaje obligado, retiradas estratégicas hacia zonas de refugio; Incluso algunos optaron por
los suicidios colectivos, como se infiere en referencias etnohistóricas que mencionan un sitio
llamado "El Perdedero" (Municipio Simón Rodríguez) donde ofrendaron sus vidas en aras de la
libertad, colonización con implantación de instituciones extrañas, guerras independentistas y,
autodeterminaciones políticas que haciendo valer la gloria de haber liberado a Venezuela del
dominio español, y aprovechando el desconocimiento de los indígenas de la lengua y las leyes
de la sociedad criolla, los descendientes de europeos se iban haciendo poco a poco dueños de
sus tierras.
En los últimos decenios quedaron en efecto marcados por el control de políticas oficiales
indigenistas: más que reconocer la especificidad de las comunidades indígenas, se trató de
incorporarlas a la vida general del país, aportándoles protección y asistencia social de cara a su
aparente retraso y fragilidad. Una asistencia proporcionada en su mayor parte según las
normas de las misiones religiosas, sólo ellas operaron en los territorios regularmente
habitados por los pueblos originarios. De hecho, fueron esas misiones quienes recibieron las
ayudas económicas atribuidas por los distintos gobiernos a las comunidades indígenas del país.
En numerosos casos, los misioneros prohibieron las prácticas tradicionales tales como los ritos
chamánicos, en detrimento de su dimensión medicinal.
La lengua originaria: Desde pequeños/as, se nos ha enseñado que nuestra lengua materna es
el español, recordemos nuestra verdadera historia cultural y preguntemos ¿esta lengua que se
dice materna provino de una transculturación? (En donde se percibe que no existe una cultura
mejor que otra, porque se intercambian las formas de ser y se complementan
voluntariosamente). ¿Ho en realidad esta lengua “materna-española”, es gracias a una
“aculturación” generada por la invasión?... ¡No hay mucho que cavilar, gracias a la
deculturacion que sobre paso la cultura autóctona, tenemos la lengua española como
materna! Hoy el gobierno revolucionario oficializa su idioma, articulo 9, titulo II, capitulo I de
los principios fundamentales, dando su justo rango constitucional a los pueblos indígenas
Tenemos de las lenguas indígenas algunos ejemplos en Venezuela: del Arawac: Huracán,
caimán, canoa, colibrí, enaguas, hamaca, iguana, maíz, sabana. Del Caribe: Piragua, Cacique,
Curiara, Caníbal, chipichipi, múcura, auyama, bejuco, totuma, cabuya entre otros. De todo lo
antes indagado, se puede interpretar, que cada pueblo tiene su propia lengua de expresión
que los caracteriza, a la cual se le han incorporado varios vocablos a través de la
“interculturalidad” que puede haber sido por una deculturacion o “transculturación”.
Situación actual de la población originaria: A pesar de todas las vicisitudes, aún existen unos
32 grupos étnicos aproximadamente, cuales conservan sus propias lenguas, pero es
complicado dar una cifra exacta de los indígenas que viven actualmente, esta dificultad se
debe a los cambios políticos, económicos, ideológicos que presenta la población indígena por
el proceso de mestizaje intenso y constante que han vivido, de tal manera es posible encontrar
personas racialmente indígenas, pero que culturalmente se asumen como mestiza, pues han
perdido o rechazan su pertinencia racial y con ello su herencia cultural indígena y su lengua,
pero es posible, por ejemplo encontrar comunidades que racialmente son mestizas, que han
perdido desde hace varias generaciones la lengua indígena; pero que asumen como indígena
porque en su visión de mundo y los elementos de su vida cotidiana continua dominando la
herencia indígena.
Los pueblos indígenas tienen hoy una percepción distinta de su presente porque se han dado
cuenta de su enorme potencial que tienen como miembros activos de las sociedades a las que
pertenecen. Su meta no es volver al mundo que vivieron sus antepasados prehistóricos,
tampoco buscan la independencia para la formación de nuevos estados. En pocas palabras su
objetivo es integrarse en condiciones de igualdad y justicia a la vida de sus respectivos países
sin dejar por ello de ser con orgullo indígenas.
Una vez electo, Hugo Chávez convocó un referéndum para que la población de Venezuela
expresara su acuerdo o desacuerdo respecto a la convocatoria de una Asamblea Nacional
Constituyente. Luego de una votación abrumadora a su favor, fueron elegidos 131 delegados
de todo el territorio para convertirse en constituyentes. Entre ellos, tres representantes de los
pueblos originarios de Venezuela, reunidos en un congreso en Ciudad Bolívar, estos pueblos
acordaron sus proposiciones para la elaboración de la futura Constitución, estas propuestas
suscitaron largos debates en el seno de la Asamblea.
Las reivindicaciones de los pueblos originarios: fueron en efecto denunciadas por ciertos
delegados en la Constituyente como susceptibles de aportar un grave riesgo para la soberanía
y la integridad de la Nación. Asimismo blandieron los riesgos de una definición de la sociedad
venezolana como «multiétnica» y de los indígenas como «pueblos» en forma integral.
Alegando el peligro de una posible secesión indígena, ellos se opusieron igualmente a que sus
«dialectos» fueran reconocidos como «lenguas», y su justicia consuetudinaria como un
sistema judicial propio. Más que un asunto de principios, se trataba como telón de fondo de
dos de las principales reivindicaciones de los pueblos originarios: que se reconociesen sus
derechos originales sobre sus tierras ancestrales, así como sus derechos a controlar los
recursos naturales de esas tierras.
Por primera vez, los derechos inalienables de los «pueblos originarios» del país son
reconocidos. La nueva Constitución sienta las bases de un desarrollo equilibrado de las etnias
sobrevivientes, reconociendo sus costumbres, su cultura y su cosmovisión. El derecho a una
«educación intercultural bilingüe», integrando sus lenguas maternas, la incorporación de su
medicina tradicional al sistema nacional de salud y el reconocimiento de sus sistemas de
jurisdicción propios, adquieren valor constitucional. Y sobre todo, el Estado es definido como
«multiétnico, pluricultural y multilingüe», reconociendo finalmente a las comunidades
indígenas el derecho a la propiedad colectiva de la tierra.Para Luís Bello, abogado especialista
en la defensa de los derechos humanos y de los indígenas en particular:
«la Constitución venezolana es la única en el mundo que ha incluido –de manera innovadora –
el reconocimiento de un abanico amplio de derechos de los pueblos originarios» Derechos
que, según él, para su enunciado han contado con la participación de esos pueblos. Para el
abogado, los pueblos originarios son así «pasados de una situación de anonimato, de
marginalidad y de no reconocimiento de sus derechos específicos, a una realidad de
participación activa en la defensa de esos derechos y de su vida colectiva en tanto que
pueblos».
El Consejo Nacional Indio de Venezuela reivindica la situación actual de los pueblos indígenas:
(CONIVE) es el órgano nacional representativo de los pueblos y organizaciones indígenas del
país. Tiene carácter no gubernamental, sin fines de lucro, ni credo religioso o político. El
CONIVE agrupa alrededor de 60 organizaciones indígenas y en su Consejo Interétnico hay
representantes de los 32 Pueblos Indígenas. CONIVE es miembro de la Coordinadora de las
Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).
c) Establecer los mecanismos de acción que aseguren el respeto de los derechos humanos y
constitucionales de los indígenas, así como aquellos que sean específicos a nuestros pueblos.
j) Servir de enlace entre las organizaciones indígenas y las instituciones públicas y privadas
nacionales e internacionales vinculadas con la problemática indígena.
anamarulanda@hotmail.com
http://wwwcreandoconcienciaeidentidad.blogspot.com
http://wwwlartesaniaymarulanda.blogspot.com
Fuentes consultadas:
Guillermo M, Juan R, Vinicio R y Luis H. (2008), Historia de Venezuela, (Pág. 13, teorías de los
orígenes del poblamiento en Venezuela Paúl Rivet 1876-1958). Segunda edición editorial
Santillana S.A. Caracas Venezuela
http://www.monografias.com/trabajos14/indigenas/indigenas.shtml
Guillermo F. Rodríguez (2007). La Cuenca del Lago Tacarigua y sus Culturas Indígenas. Valencia.
Venezuela.
Sanoja, M (1982). De la recolección a la agricultura. En: historia general de América
Copyright 2006 - Ministerio del Poder Popular para la Educación - Oficina Ministerial de
Informática OMI - RIF: G-20000009-0 Consultado el 15 de octubre de 2007
http://www.me.gov.ve/contenido.php?id_seccion=15&id_contenido=81&modo=2
Héctor A. García, Literatura de la Historia de Venezuela. 1 vol. Fundación Educativa visita junio
del 2008.