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TCC de Fairburn
Programa Bien Establecido
Está estructurado como un manual guía que proporciona la información más relevante para su uso por parte de los clínicos
Vallejo:
Este tratamiento ha evolucionado haciéndose transdiagnóstico para cualquier trastorno alimentario (Fairnburn, 2008; Fairburn, Cooper y Shafran, 2003)
Esta nueva versión se denomina: Terapia Cognitivo Conductual Extendida
Entre sus objetivos se encuentra el abordaje de los procesos psicopatológicos externos al trastorno del comportamiento alimentario, que en ciertos subgrupos de pacientes
interacciona con el trastorno en sí mismo Así, es un tratamiento de la psicopatología de los TCA, independientemente del diagnóstico concreto.
CEDE:
Desde este planteamiento, el eje central del trastorno son las ideas disfuncionales respecto a la comida y el propio cuerpo
Fairburn indica que determinadas características cognitivas, como la tendencia a autoevaluarse en función de la figura y el peso, la baja autoestima, el elevado perfeccionismo y la
presencia de pensamiento dicotómico favorecen el miedo a engordar.
Saldaña (2001)
El procedimiento terapéutico más empleado para el tratamiento de la BN es el programa cognitivo-conductual derivado del trabajo pionero de Fairburn en 1981 y de los
primeros manuales publicados por el mismo autor (Fairburn, 1985), en los que se presentaban las directrices de tratamiento de la BN.
Este programa de tratamiento ha sido aplicado tanto de forma individual como grupal.
Asimismo, distintos grupos de investigadores han añadido a este programa básico distintos procedimientos como, por ejemplo, relajación o exposición más prevención de
respuesta
Caballo
Parte de la concepción de que hay una psicopatología nuclear y básica a los TCA que se expresa en un amplio rango de comer alterado según cada paciente.
Hay mecanismos comunes implicados en la AN, BN y TCANE:
1. baja autoestima
2. intolerancia a la emoción
3. dificultades interpersonales
Todo ello se articula en torno a las creencias o esquemas disfuncionales, relacionadas con:
A. la sobrevaloración del cuerpo y la comida (y su relación con la pérdida de control)
B. el perfeccionismo (sobrevaloración del logro) necesidad de sentirse en control de la propia vida, necesidad que se desplaza hacia tener control sobre el comer.
Así, la restricción alimentaria con la que se inician estos trastornos tiene dos orígenes. En ambos casos, la consecución de seguir dieta es muy reforzante puesto que consiguen sus
metas planteadas y una sensación de estar en control
Los elementos cognitivos, emocionales, comportamentales y estados físicos relacionados con las conductas restrictivas y purgativas se entienden como desencadenantes y
mantenedores del trastorno:
ð el aislamiento social
ð la aparición de atracones
ð el afecto negativo
ð las preocupaciones que producen los atracones sobre el peso
La mayoría de los pacientes tienen ambas formas de patología alimentaria, y se necesita considerar las raíces comunes y su interacción, por lo que ésta es una perspectiva
transdiagnóstica también de tratamiento, que tiene presentes cogniciones, emociones y conductas nucleares independientemente del diagnóstico; tiene más presentes los síntomas
y no tanto los síndromes
Elia Roca
ð La teoría cognitivo-conductual para la BN sostiene que el elemento central que mantiene el trastorno es un sistema disfuncional de autoevaluación: mientras que la mayoría de las
personas se evalúan a sí mismas basándose en la percepción que tienen de su propia ejecución en distintas áreas de su vida (p.e. las relaciones interpersonales, el trabajo, la familia,
los intereses personales, etc.), las personas con TCA se juzgan a sí mismas principalmente, o incluso de forma exclusiva, en relación a sus hábitos de ingesta, a su figura y peso
corporal; y a su capacidad para controlarlos.
ð Esta sobrevaloración de la importancia de la figura, del peso y de su control es la pieza clave en el mantenimiento del problema, lo que Fairburn, Cooper y Shafran (2003) denominan
el “núcleo psicopatológico” (core psychopathology).
ð A partir de éste núcleo se derivan el resto de características clínicas de los trastornos TCA: la dieta estricta y los comportamientos dirigidos a controlar el peso (p.e. restringir la
ingesta, ejercicio excesivo, etc.), la evitación (p.e. evitar mirarse ciertas partes del cuerpo), los rituales de comprobación (p.e. mirarse continuamente al espejo, pesarse
frecuentemente), y la preocupación por pensamientos sobre la comida, la figura y el peso
ð Según éste modelo, la única característica clínica que no está directamente relacionada con el núcleo psicopatológico son los atracones, que aparecen como consecuencia de los
intentos por restringir la ingesta y someterse a dietas extremas e inflexibles
ð La relación que se establece entre hacer dieta y los atracones forma un círculo vicioso, ya que la restricción dietética favorece la pérdida de control, con ingesta de grandes cantidades
de comida (atracones), pero a su vez la dieta es una respuesta a la sobreingesta (una medida compensatoria).
ð Cuando las pacientes fracasan en el cumplimiento de sus normas dietéticas estrictas con episodios de atracones, lo interpretan como evidencia del poco control que tienen sobre su
ingesta, su figura y su peso, por lo que tiende a reforzarse su conducta de hacer dieta y su idea sobrevalorada de la necesidad de mantener un determinado peso corporal, dando
lugar de nuevo a un círculo vicioso que tiende a automantenerse
ð Las estrategias compensatorias de tipo purgativo (vómitos autoinducidos y uso de medicamentos laxantes y diuréticos) favorecen el mantenimiento de los atracones (a veces los
tienen cuando saben que podrán utilizar algún tipo de purga). Además, creen en estas prácticas como métodos para eliminar las calorías ingeridas; sin embargo, los laxantes no
parecen afectar a la absorción de las calorías y los vómitos eliminan menos de la mitad de las calorías ingeridas.
ð El modelo de BN de Fairburn explica que los episodios de atracones suelen desencadenarse como respuesta a cambios en el estado de ánimo (función reguladora de los estados
disfóricos, neutralizando los estados de ánimo negativos y los síntomas de estrés)
ð El tratamiento que se deriva de éste modelo de mantenimiento de la BN no se centra principalmente en los atracones (que suelen ser la queja principal de éste tipo de pacientes),
sino que enfoca la terapia en la dieta estricta, las medidas compensatorias y, sobre todo, en el núcleo psicopatológico: la idea sobrevalorada sobre la figura, el peso y su control.
ð La TCC-BN es el tratamiento de elección para éste tipo de pacientes. Sin embargo, su eficacia es limitada: solo la mitad de las pacientes tienen una respuesta completa y duradera
ð Fairburn et al. (2003) reformularon su modelo, denominándolo “Teoría transdiagnóstica” (Transdiagnostic Theory)
ð Según ésta reformulación, en ciertos pacientes (aquellos en los que la TCC-BN no supone una mejora duradera en el tiempo) uno o varios de los procesos mantenedores adicionales
propuestos actuaría obstaculizado el cambio
ð Los 4 mecanismos adicionales, mantenedores de los trastornos alimentarios, propuestos por Fairburn et al. (2003) son:
1. Perfeccionismo clínico
esquema disfuncional de autoevaluación donde la valía personal es juzgada por los esfuerzos destinados a alcanzar objetivos elevados y por el éxito al conseguirlos,
independientemente de las consecuencias perjudiciales para el funcionamiento global.
Existe un miedo al fracaso (p.e. comer en exceso, engordar, saltarse la dieta, etc.), una atención selectiva a determinadas actuaciones (p.e. contar calorías, vigilar el
peso
y la forma corporal) y una elevada autocrítica derivada de sesgos cognitivos negativos
2. Baja autoestima
no consiste simplemente en pensar negativamente sobre una misma por no controlar la ingesta o el peso; sino en la existencia de una autoimagen negativa
permanente vista como parte de su propia identidad
Esta baja autoestima dificulta el cambio, principalmente a través de dos mecanismos:
a) por un lado, les crea una sensación de desesperanza sobre la propia capacidad de cambio (perdiendo la confianza en el tratamiento)
b) por otro lado, las lleva a perseguir con determinación logros en las áreas altamente valoradas (p.e. control sobre ingesta, peso y figura corporal) que son
difíciles de alcanzar porque no son realistas ni están bajo su control (i.e. llegar a pesar una determinada cifra, utilizar una talla concreta de ropa, seguir
dietas estrictas, etc.).
Cuando no logran alcanzar dichas metas, ese “fracaso” se sobregeneraliza y se interpreta como confirmación de “ser una fracasada”.
Estas pacientes con autoimagen negativa crónica suelen responder mal al tratamiento
3. Intolerancia a los cambios en el estado de ánimo
Algunas pacientes con TCA tienen problemas para afrontar de forma adecuada ciertos estados emocionales, tanto negativos (p.e. ira, ansiedad o depresión) como
positivos (p.e. euforia).
Cuando experimentan cambios en su estado de ánimo, estas pacientes son incapaces de reconocerlos y aceptarlos, e intentan modular su estado anímico con
conductas que, en ocasiones, son muy desadaptativas, por ejemplo, autolesiones o consumo de sustancias psicoactivas.
También recurren a otros comportamientos como atracones, vómitos y ejercicio físico intenso para modular su estado de de ánimo.
4. Dificultades interpersonales
Algunas pacientes con TCA también presentan importantes problemas en sus relaciones interpersonales.
La terapia interpersonal ha demostrado su eficacia como tratamiento para la BN (Wilson, 2005), y es por ello que se han integrado algunos de sus elementos en el
modelo transdiagnóstico y en la TCC derivada de él, ya que las dificultades en esta área pueden estar perpetuando el TCA
ð Según este autor, en la práctica clínica los tres diagnósticos recogidos en el DSM-IV-TR se distribuyen de forma que:
a) Diagnóstico de TCA no especificado (50-60%). Aquí entrarían
casos que no cumplen todos los criterios para BN o AN (subclínicos)
casos que combinan características de ambos diagnósticos (“mixtos”)
casos que cumplen criterios para el trastorno por atracón (que compone menos del 10% de los casos)
b) Diagnostico de BN (30%) y,
c) Diagnostico de AN (10-15%)
ð En concordancia con estos datos, los 3 diagnósticos de TCA comparten entre sí más características que diferencias; de modo que tienen
1) una parte de psicopatología “específica” (el núcleo psicopatológico: sobrevaloración de la figura, y del peso corporal y su control)
2) otra serie de componentes de psicopatología “general” (es decir, compartidos con trastornos no alimentarios), como síntomas de depresión, ansiedad o abuso de sustancias,
entre otros
ð Si observamos el curso y la evolución de estos trastornos a nivel longitudinal: la AN suele comenzar a mediados de la adolescencia con restricciones en la dieta, que poco a poco se
vuelve más rígida y extrema, mientras que la persona consigue un peso significativamente bajo. Sin embargo, es frecuente que estas personas recurran a los atracones en algún
momento, que ganen algo de peso y que desarrollen BN (en aproximadamente la mitad de los casos) o una forma mixta de TCA no especificado. En la BN el trastorno empieza, por lo
general, más tarde (al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta) y puede ser similar a una AN, que luego va cambiando hasta parecer también una forma mixta de
trastorno no especificado. El trastorno por atracón (que se incluye dentro de la categoría de TCA no especificado), es una excepción, ya que cursa de manera diferente a la BN y la AN:
a) empieza alrededor de la treintena
b) una tercera parte de los pacientes son hombres
c) es un trastorno intermitente con periodos de control sobre la ingesta
d) se da en personas con tendencia a comer en exceso y ganar peso
e) son pocos los que indican haber padecido AN o BN anteriormente
ð Fairburn (2008) denomina a esto una “migración de diagnósticos” dentro de los TCA; una migración que no ocurre al azar sino que refleja que estos trastornos comienzan con
restricciones en la ingesta, que acaban por romperse con episodios de atracones, debidos a la dificultad que tienen las pacientes para mantener el control de una dieta muy rígida y
demandante. Los frecuentes cambios de diagnóstico en estas pacientes sugieren que, en lugar de tratarse de la recuperación de un trastorno y el desarrollo de otro distinto, se trata
de la evolución de un mismo trastorno alimentario
ð El modelo transdiagnóstico destaca que la única diferencia básica entre AN y BN radica en el grado de éxito alcanzado en sus intentos de controlar su peso corporal
ð El tratamiento derivado de la teoría transdiagnóstica de los TCA es una TCC que los autores han denominado “mejorada” (“Enhanced”- Cognitive Behavioral Therapy), que incluye el
tratamiento de todos los TCA y que, en su versión principal, se estructura en cuatro etapas desarrolladas en un total de 20 sesiones a lo largo de 20 semanas (5 meses).
FASE I
fase sumamente intensiva, con dos sesiones semanales
el cambio conseguido en las primeras semanas es un potente predictor del cambio
Los objetivos concretos a alcanzar durante esta fase son:
Conseguir la motivación, confianza e implicación del paciente en el tratamiento
Desarrollar una formulación individualizada del caso
Proveer información relevante sobre el trastorno, la comida, la alimentación normal, las formas saludables de control del peso, los riesgos e ineficacia de algunas estrategias de control de peso, etc.
Introducir dos procedimientos terapéuticos potentes útiles en todos los trastornos del comportamiento alimentario, concretamente:
a) pesarse sólo en la sesión de terapia
b) patrón de comidas regular
La introducción de un patrón de comidas regular se aborda entre la sesión 2 y 3
Inicialmente el terapeuta debe insistir sólo en la regularidad, no en lo que se come en cada ocasión. La condición es no vomitar, ni usar otro tipo conducta purgativa o compensatoria después de comer, por ello se pide a los
pacientes que planifiquen qué comerán de tal forma que puedan sentirse suficientemente cómodos después de comer y así no poner en marcha conductas purgativas.
Un patrón regular de comida es el siguiente:
1. Desayuno.
2. Tentempié de media mañana.
3. Comida.
4. Tentempié de media tarde.
5. Cena.
6. Tentempié de última hora de la noche
Las condiciones para poner en práctica este patrón de alimentación son:
ð Comer en los momentos pautados, pero no fuera de ellos.
ð No saltarse ninguna comida.
ð El intervalo entre comidas no debe ser mayor de cuatro horas.
ð Comer lo que se desee en cada comida, pero no vomitar, ni compensar de ninguna forma. Aclarar que los líquidos no cuentan como comida, pero la sopa sí.
Saber siempre cuando se va a comer otra vez, y tener medianamente planificado qué se comerá.
Al final de esta fase los pacientes deberían estar ampliamente implicados en el tratamiento, bien informados acerca de su trastorno, la comida, la regulación del peso y la alimentación en general, y estar aprendiendo a comer
regularmente, introduciendo algún tentempié a media mañana o media tarde, evitando comer entre las comidas pautadas.
Estos elementos se consideran los cimientos sobre los que el resto del tratamiento será construido. Sólo cuando estos aspectos se han logrado, o se están logrando de forma progresiva y estable, será posible adentrarse en los
procesos nucleares que mantienen el trastorno del comportamiento alimentario
FASE II
Se trata de una fase de transición durante la cual paciente y terapeuta
a) revisan el progreso
b) identifican posibles barreras o dificultades para el cambio
c) modifican la formulación del problema si es necesario
d) planifican la siguiente fase
Si los pacientes en esta fase tienen un peso normal o muy cercano a él, las sesiones empiezan a programarse con una frecuencia semanal.
El proceso de revisión tiene gran importancia, para la detección de los que no progresan adecuadamente que, en etapas avanzadas, encontrarán dificultades mucho mayores, produciendo una sensación de indefensión,
desesperanza o desconfianza que puede facilitar el abandono del tratamiento.
Respecto al terapeuta, esta revisión de la formulación pretende motivarlo a la adecuación o adaptación de la formulación a las características cambiantes del caso
FASE III
Constituye el cuerpo principal del tratamiento.
El objetivo es abordar los mecanismos pertinentes en cada caso, pudiendo diferir sustancialmente de paciente a paciente
Está constituida por 8 sesiones con una frecuencia semanal en las que se tratarán los siguientes aspectos:
a) Preocupación por la figura corporal , el chequeo o la evitación corporal y las sensaciones de gordura (elementos nucleares)
ð Implica intervenir sobre los siguientes elementos:
1. Identificar la sobrevaloración y sus consecuencias
2. Incidir en la importancia de otros dominios de la vida personal para la auto-valoración
3. Abordar el chequeo y la evitación corporal
4. Abordar las sensaciones de gordura
5. Explorar los orígenes de la sobrevaloración
6. Aprender a controlar la mentalidad que da soporte al trastorno de alimentación
b) La restricción en la dieta, así como las reglas y el control de la alimentación.
ð se identificarán los motivos que llevan a dicha restricción, especialmente la preocupación sobre la forma corporal y el peso
ð Unas sesiones más tarde, y siempre que se esté logrando una pauta de alimentación regular (iniciada en la primera fase), se identificarán y abordarán las reglas de alimentación, especialmente la evitación
de ciertos alimentos concebidos como prohibidos.
ð Estas reglas de alimentación pueden ser muy diversas y normalmente se refieren a normas de este tipo:
Qué comer o qué no comer
Cuándo comer o cuándo no comer
Cuánto comer. La cantidad puede establecerse en cantidad de calorías, consumo de grasa, tamaño de las porciones, número de unidades o porciones, etc.
No comer. .. más que otra persona que esté presente
No comer. .. a no ser que te lo hayas ganado (normalmente haciendo una cantidad determinada de ejercicio que normalmente es excesiva)
No comer. .. a menos que se sienta hambre
No comer. .. a menos que sea necesario
No comer. . . alimentos con una composición determinada
No comer. .. calorías innecesarias
c) El impacto de los estados de ánimo y las situaciones de la vida sobre la alimentación
ð Si las situaciones externas y/o los estados emocionales están contribuyendo al mantenimiento del TCA, se valorará esta relación funcional y se establecerá como objetivo terapéutico su abordaje. Se tratará
de aprender estrategias de regulación emocional y resolución de problemas efectivas sin utilizar la alimentación para su afrontamiento.
ð El impacto en la alimentación del estrés cotidiano o las emociones puede darse de distintas formas: comiendo menos o dejando de comer totalmente, comiendo más o de forma compulsiva, incrementando
las conductas purgativas o compensatorias. Los mecanismos que subyacen a estas respuestas son:
Comer menos para ganar sensación de control personal cuando los acontecimientos externos parecen estar fuera de éste
Comer menos para influir en otros, demostrando así el malestar o la ira que el otro produce, o como una forma de despecho o venganza ( e.g. mira lo que hago al tratarme tú así)
Comer mucho como forma de darse un premio
Comer compulsivamente y/o vomitar, como forma de afrontamiento de los problemas y estados emocionales negativos. Comer compulsivamente tiene dos propiedades, por un lado, distrae de
los problemas y, por otro, tiene un efecto modulador de los estados emocionales negativos. Esta última propiedad es también común a la conducta de vómito o ejercicio físico intenso
ð Una forma de comenzar a abordar la relación entre eventos externos, emociones y alimentación es solicitar al paciente que identifique ejemplos en este sentido de los registros que haya utilizado en fases
anteriores. Estos ejemplos serán revisados y discutidos durante las sesiones, identificando los mecanismos que están operando, para pasar posteriormente a implementar estrategias de solución de
problemas o estrategias de regulación emocional
Fase IV
Constituye la parte final del tratamiento, y se centra en cómo prepararse para abordar el futuro
Los objetivos en esta etapa son básicamente dos:
1. asegurar el mantenimiento del cambio a lo largo de las 20 semanas posteriores al tratamiento, hasta la sesión de revisión que se planifique
2. minimizar el riesgo de recaídas a largo plazo
En este momento la programación de sesiones pasa a una frecuencia quincenal
TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS DE LA TCC MEJORADA (Vallejo)
técnicas de auto-observación y el cumplimiento de las tareas para casa
no utiliza los registros cognitivos convencionales, aunque sí utiliza sistemas de registro muy simples
No usa estrategias de debate racional o cuestionamiento socrático: la forma más potente de producir el cambio cognitivo es ayudar a los pacientes a cambiar la forma en cómo se
comportan, y analizar los efectos e implicaciones de esos cambios comportamentales
el uso de experimentos conductuales está también muy limitado (demasiado limitado y circunscrito temporalmente)
Indicar al paciente la importancia de estas ideas a la hora de explicar los mecanismos de sus hábitos de alimentación y de control del peso
(importante explorar qué otras áreas de su vida son importantes para su auto-valoración)
Sobrevaloración de la forma corporal Establecer el grado de importancia de cada dimensión de valoración, confeccionando con ello un gráfico que permita a la paciente ver cómo
y el control del peso su valoración personal depende de aspectos relacionados con el peso, la alimentación, etc. (el gráfico se utiliza como material de trabajo para
casa, pidiendo a la paciente que lo revise diariamente, reflexionando si realmente representa la realidad de lo que está ocurriendo)
Captar la presencia y pervasividad (difusión) de estas ideas permite empezar a plantear su implicaciones sobre el comportamiento.
Proporcionar información acerca de lo qué es un chequeo o exploración corporal normal, para pasar después a valorar específicamente la
forma desadaptada que toman estas conductas en el caso concreto es útil un autorregistro de las conductas.
Explorar las razones de este comportamiento y las consecuencias que tienen mediante una serie de preguntas que promueven el auto-
Chequeo descubrimiento guiado
Dividir las conductas en dos grupos:
Chequeo y la A. las que será necesario parar
evitación corporal B. las que será necesario reajustar
La técnica de intervención más apropiada en este caso es la Exposición: deberán acostumbrarse gradualmente al uso del espejo, a usar ropas
Evitación de su talla, variadas, adaptadas a la estación y que muestren partes del cuerpo, a darse crema corporal después del baño, a darse un masaje,
corporal etc. La participación en actividades deportivas que implique la exposición corporal (e.g., natación) puede ser una opción de exposición
Sensación de estar a) Educación sobre lo que supone la sensación de sentirse gorda y cómo es un error identificar una sensación con una realidad (error de
gorda razonamiento emocional)
b) Monitorización y registro de las sensaciones de gordura, especialmente las de alta intensidad
c) Revisión del contexto donde se han producido esas sensaciones y la presencia de otras posibles sensaciones o emociones de importancia que
pudiesen quedar enmascaradas por ella
d) Educar a la paciente en que el problema es la interpretación negativa de las sensaciones corporales, no las sensaciones en sí mismas
e) Ayudar a la paciente a identificar que hay sensaciones corporales normales que pueden intensificarse en ciertas circunstancias
Sensación de aburrimiento, tristeza intensa, o ansiedad
Durante la ejecución de conductas de chequeo corporal
Sensación de saciedad, de estar hinchada, con calor, sudorosa, etc.
La paciente debe aprender a identificar los desencadenantes de la sensación y poner en marcha estrategias de afrontamiento, como, por
ejemplo, un proceso de solución de problemas. Poco a poco la frecuencia e intensidad de la sensación va disminuyendo y la relación de las
pacientes con esta sensación cambia, no considerándola equiparable a estar gorda