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Fairburn, Marcus y Wilson (1993)  TCC de 20 sesiones y 3 fases

Fairburn, Cooper y Shafran (2003)  TCC de 20 sesiones y 4 fases


 “núcleo psicopatológico” (core psychopathology)
 extensión del modelo denominada “Teoría transdiagnóstica” (transdiagnostic theory)
 mecanismos adicionales, mantenedores de los TCA (perfeccionismo clínico, la baja autoestima, la intolerancia a los cambios en el estado de ánimo y las dificultades interpersonales)
Fairburn (2008)
 estos trastornos tienen una parte de psicopatología “específica” y otra serie de componentes de psicopatología “general”
 los TCA son, esencialmente, “trastornos cognitivos” porque comparten un núcleo psicopatológico basado en pensamientos, creencias y actitudes relacionados con la idea
sobrevalorada de delgadez
 “migración de diagnósticos”

TCC de Fairburn
 Programa Bien Establecido
 Está estructurado como un manual guía que proporciona la información más relevante para su uso por parte de los clínicos
Vallejo:
 Este tratamiento ha evolucionado haciéndose transdiagnóstico para cualquier trastorno alimentario (Fairnburn, 2008; Fairburn, Cooper y Shafran, 2003)
 Esta nueva versión se denomina: Terapia Cognitivo Conductual Extendida
 Entre sus objetivos se encuentra el abordaje de los procesos psicopatológicos externos al trastorno del comportamiento alimentario, que en ciertos subgrupos de pacientes
interacciona con el trastorno en sí mismo  Así, es un tratamiento de la psicopatología de los TCA, independientemente del diagnóstico concreto.
CEDE:
 Desde este planteamiento, el eje central del trastorno son las ideas disfuncionales respecto a la comida y el propio cuerpo
 Fairburn indica que determinadas características cognitivas, como la tendencia a autoevaluarse en función de la figura y el peso, la baja autoestima, el elevado perfeccionismo y la
presencia de pensamiento dicotómico favorecen el miedo a engordar.
Saldaña (2001)
 El procedimiento terapéutico más empleado para el tratamiento de la BN es el programa cognitivo-conductual derivado del trabajo pionero de Fairburn en 1981 y de los
primeros manuales publicados por el mismo autor (Fairburn, 1985), en los que se presentaban las directrices de tratamiento de la BN.
 Este programa de tratamiento ha sido aplicado tanto de forma individual como grupal.
 Asimismo, distintos grupos de investigadores han añadido a este programa básico distintos procedimientos como, por ejemplo, relajación o exposición más prevención de
respuesta
Caballo
 Parte de la concepción de que hay una psicopatología nuclear y básica a los TCA que se expresa en un amplio rango de comer alterado según cada paciente.
 Hay mecanismos comunes implicados en la AN, BN y TCANE:
1. baja autoestima
2. intolerancia a la emoción
3. dificultades interpersonales
 Todo ello se articula en torno a las creencias o esquemas disfuncionales, relacionadas con:
A. la sobrevaloración del cuerpo y la comida (y su relación con la pérdida de control)
B. el perfeccionismo (sobrevaloración del logro)  necesidad de sentirse en control de la propia vida, necesidad que se desplaza hacia tener control sobre el comer.
 Así, la restricción alimentaria con la que se inician estos trastornos tiene dos orígenes. En ambos casos, la consecución de seguir dieta es muy reforzante puesto que consiguen sus
metas planteadas y una sensación de estar en control
 Los elementos cognitivos, emocionales, comportamentales y estados físicos relacionados con las conductas restrictivas y purgativas se entienden como desencadenantes y
mantenedores del trastorno:
ð el aislamiento social
ð la aparición de atracones
ð el afecto negativo
ð las preocupaciones que producen los atracones sobre el peso
 La mayoría de los pacientes tienen ambas formas de patología alimentaria, y se necesita considerar las raíces comunes y su interacción, por lo que ésta es una perspectiva
transdiagnóstica también de tratamiento, que tiene presentes cogniciones, emociones y conductas nucleares independientemente del diagnóstico; tiene más presentes los síntomas
y no tanto los síndromes

Programa de Fairburn, Marcus y Wilson (1993) - TCC de 20 sesiones:


La duración del tratamiento es de unos 5 meses, con 20 sesiones repartidas en 3 fases
1. Primera fase de Cambio alimentario(sesiones 1 a 8, a razón de 1 entrevista semanal)
ð Tiene como objetivo presentar el modelo cognitivo de mantenimiento de la BN.
ð Durante esta fase se emplean técnicas conductuales, como autorregistro, control de estímulos, empleo de conductas alternativas, etc., para reemplazar los atracones
por unos patrones más estables de alimentación
ð Tareas:
A. Explicar al paciente el modelo cognitivo de la BN, como comienzo de un proceso psicoeducativo que irá desarrollándose a lo largo de las sesiones
B. Monitorizar la alimentación mediante un registro diario que incluye:
a) todas las ingestas
b) las purgas
c) las circunstancias en que surgen los atracones o purgas
d) los pensamientos relacionados con estas conductas.
Estos registros, semanales, se revisan después en cada sesión
C. Pesarse semanalmente anotándolo en el registro y analizando en la sesión sus reacciones ante cualquier cambio en el peso
D. Como parte de la psicoeducación se le proporciona al paciente información sobre:
a) el peso corporal y su regulación
b) las consecuencias físicas adversas experimentadas después del atracón, el vómito autoinducido y los laxantes  es importante ofrecer alternativas
para estas prácticas. Para ello se debe pedir al paciente que elabore una lista de actividades agradables. Esas actividades pueden incluir: visitar o
telefonear a amigos, hacer ejercicio, escuchar música o tomar un baño. Después, animarle para que las utilice en cuanto sienta el impulso de darse un
atracón o de vomitar
c) la relativa ineficacia de los vómitos y las purgas como método para controlar el peso
d) los efectos negativos de hacer dieta
E. Con toda esta información disponible, se le pide al paciente que la resuma para verificar que la ha comprendido
ð Durante esta fase se prescribe al paciente un patrón de alimentación regular, de forma que no haya más de 3 o 4 horas de intervalo entre una comida y otra, debiendo
permanecer sin ingerir alimentos entre ellas
ð Esta primera fase representa todo un desafío para los adolescentes, especialmente la disciplina que deben tener en cuanto al nuevo patrón de alimentación. Para
ayudarles a conseguir el éxito en esta tarea se le aconsejan una serie de medidas de control de estímulos, que incluyen:
a) no realizar ninguna otra actividad durante las comidas
b) comer siempre en el mismo lugar de la casa
c) limitar la cantidad de alimentos disponibles mientras come
d) dejar siempre algo de comida en el plato
e) tirar los alimentos sobrantes de cada comida
f) limitar la exposición a comidas tentadoras
g) planificar la compra de comida después de comer, cuando no tenga hambre
h) ir a la compra con el dinero justo
i) comprar preferentemente alimentos que necesiten preparación para que no puedan ser tomados directamente
j) evitar en lo posible cocinar para otros o estar en contacto con alimentos de fácil ingesta
ð Un elemento importante en todo el tratamiento, pero particularmente en esta primera fase, es que el paciente pueda abrirse a alguien y sentir que cuenta con un apoyo
social adecuado. Algún amigo o familiar debe ocupar este lugar, explicándoles además las características del trastorno y los principios del tratamiento, para que así
puedan comprender cómo ayudarle
ð Cómo señala Fairburn, en la gran mayoría de casos, la etapa 1 tiene como resultado una marcada reducción en la frecuencia de atracones, y en la mejoría del estado de
ánimo
2. Segunda fase de abordaje cognitivo (sesiones 9 a 16) Dura 89 semanas, con 1 entrevista semanal
ð se mantiene la necesidad de establecer y mantener hábitos de alimentación saludables poniendo especial énfasis en la supresión del seguimiento de dietas
ð Durante esta fase se emplean de forma extensa los procedimientos cognitivos, principalmente reestructuración cognitiva, para abordar los pensamientos, creencias y
valores que mantienen el problema
ð Objetivos de la fase
A. Quizás el objetivo crucial es la eliminación de la dieta que, en la mayoría de los casos, favorece los atracones
 Las comidas evitadas se jerarquizan según su grado de rechazo, y se categorizan en cuatro grupos de dificultad creciente. Cada semana se pide al paciente
que consuma alimentos de uno de los grupos, empezando por los más fáciles
 Durante la revisión y el análisis detallado de los autorregistros, es posible determinar cuándo el paciente está comiendo demasiado poco. Si éste es el caso,
se le pide que aumente su ingesta, hasta llegar por lo menos a 1500 calorías diarias.
B. Así como durante la primera fase se ayuda al paciente a captar sus pensamientos problemáticos y a ver su relación con el modelo cognitivo de la BN, al inicio de
esta segunda fase, el paciente está ya listo para aprender a cuestionarlos buscando evidencias a favor y en contra, iniciando una restructuración cognitiva.
 Los procedimientos utilizados son similares a los descritos en la terapia cognitiva de Beck para la depresión, la ansiedad o los trastornos de personalidad y a
algunas de las técnicas más utilizadas en la terapia racional emotiva (Ellis y Grieger, 1989).
 Las distorsiones cognitivas de los pacientes con anorexia nerviosa y BN, son similares en cuanto a la forma a las descritas por Beck para la depresión (Beck,
1983), aunque sus contenidos difieren, siendo en la BN relativos al peso, la figura y la ingesta.
 En consecuencia, en esta etapa se siguen los procedimientos estándar para captar los pensamientos problemáticos y, una vez identificados,
reestructurarlos en un proceso de 4 etapas:
1. Reducir el pensamiento a su esencia (núcleo fundamental que genera el malestar)
2. Buscar argumentos y evidencias , tanto lógicos como empíricos ,que apoyen esos pensamientos
3. Inmediatamente buscar argumentos y evidencias que puedan rebatirlos; en lo posible, incluyendo experimentos conductuales que pongan a los
pacientes frente a la posibilidad de desmentir esos pensamientos problemáticos empíricamente.
4. Finalmente se busca una conclusión razonable al enfrentamiento de argumentos , que el paciente utilizará para regir su conducta en reemplazo de
los pensamientos anteriores. Es conveniente que esta conclusión se redacte en forma de f rase (una por cada actitud problemática) y se utilice en
diversas formas (anotarlas en tarjetas que el paciente deberá releer con frecuencia , recitar esta frase cada vez que surge el pensamiento o actitud
problemática que desea modificar, etc.)
 Una vez que el paciente se ha acostumbrado a examinar sus pensamientos problemáticos en las sesiones, se le pide que practique la reestructuración
cognitiva por sí mismo, anotando sus 4 pasos al dorso de su autorregistro diario de comidas. Se le anima para que la practique tan a menudo como sea
posible y se analizan sus intentos en cada sesión de tratamiento (Fairburn, 1998).
C. Las distorsiones acerca la autoimagen corporal y la repulsa que surge a partir de ellas
 es posible ayudar al paciente explicándole que, al valorar su imagen corporal, le sucede algo similar a lo que una persona daltónica experimenta con
ciertos colores. Siempre que se perciba como obeso puede recordarse a sí mismo que tiene esta distorsión, y que, por tanto, es mejor juzgar su figura en
función de las opiniones de personas fiables de su entorno, de los datos objetivos del peso que comprueba semanalmente, y por las tallas de la ropa que
usa.
 Algunos pacientes llegan a sentir una extrema repulsa hacia el propio cuerpo (aunque esto ocurre con mayor frecuencia en la anorexia nerviosa). Estos
pacientes pueden incluso evitar mirarse, acostumbrándose a vestirse o desvestirse en la oscuridad, a usar ropas anchas sin forma, evitar espejos y, en
casos más extremos , no bañarse jamás y ducharse con ropa. El tratamiento de esta alteración requeriría la exposición o, dicho en términos cognitivos, el
"actuar en contra de su esquema disfuncional".
D. Entrenamiento en resolución de problemas (D,Zurilla & Goldfried, 1971).
 Para ello se siguen las pautas estándar con sus 6 etapas:
1) identificar el problema tan pronto como sea posible
2) especificar y definir adecuadamente cuál es el problema
3) considerar todas las alternativas posibles
4) elegir la mejor solución tras evaluar las diferentes opciones
5) ponerla en práctica
6) revisar todo el proceso para evaluar su idoneidad y determinar en qué podría mejorarse
 Esta técnica se utiliza como ayuda para que el paciente pueda manejar dificultades que, de otra forma , podrían llevar a un atracón
 Según Fairburn y Wilso11 (1993), en la gran mayoría de casos, la segunda fase del tratamiento produce una consolidación de las ganancias obtenidas en la
primera. Los atracones se vuelven infrecuentes o cesan por completo, mientras que los pensamientos y las actitudes problemáticas hacia el peso y la
figura se vuelven menos prominentes.
3. Tercera fase de mantenimiento de cambios y PR (3 entrevistas -sesiones 17 a 19- realizadas cada dos semanas)
ð Está orientada al mantenimiento de los cambios y la prevención de la recaída una vez que se haya finalizado el tratamiento.
ð La sesión 20 está orientada a valorar los resultados y a programar y planificar las sesiones de seguimiento
ð Su objetivo es asegurar que el progreso se mantenga después de la terapia
ð hay que comprobar si las expectativas de los pacientes son realistas
ð Se les ayuda a ver que es más útil permitirse a sí mismos el pasarse con la comida en alguna ocasión, sin verlo como algo negativo
ð se les pide que consideren qué ingredientes terapéuticos les han sido más útiles
ð También se les ayuda a preparar un plan por escrito para afrontar ocasiones futuras cuando sientan que su alimentación está empezando a ser un problema.
ð Se les recuerdan los riesgos de las dietas
 Agras, Walsh, Fairburn et al. (2000) concluyen que la terapia de elección para el tratamiento de la BN es la TCC por la rapidez con que consigue la remisión de los síntomas bulímicos
(PIR08, 139)
 Para favorecer la supresión de atracones, Fairburn, Marcus y Wilson (1993) recomiendan
ð comer todo tipo de alimentos que se ajusten a un tipo de alimentación que sea nutricionalmente saludable,
ð con un valor calórico diario adaptado a las necesidades de pérdida de peso por tener la condición de obeso
Trastorno de Atracones: tratamiento
 TCC estilo Fairburn vs. Tratamiento conductual para perder peso  ambos tratamientos eliminaban los atracones, pero solamente mediante el tratamiento conductual se conseguían
pérdidas de peso
 procedimientos de autoayuda cognitivo-conductuales sin contacto terapéutico o con mínimo contacto terapéutico  Los trabajos de Carter y Fairburn (1995, 1998) avalan la eficacia
de estos tratamientos en la reducción de los atracones, aunque no en la pérdida de peso
 Fairburn y Garner (1986) demuestran que los pacientes con Sobreingesta Compulsiva son un grupo clínico diferenciado, de Obesidad o Bulimia Nerviosa
Evaluación
Entrevista estructurada EDE (Eating Disorder Examination, Cooper, Cooper y Fairburn, 1987)
 diferencia la impresión subjetiva de la paciente y el juicio del clínico en torno a la presencia del atracón (como indican los criterios diagnósticos, han de estar presentes tanto la
cuestión de la cantidad de la comida, junto con la sensación de pérdida de control sobre la ingesta)
BSQ / Body Shape Questionnaire, de Cooper, Taylor, Cooper y Fairburn (1987) explora el grado de ansiedad de las pacientes respecto a su propio cuerpo
EDE-Q / Cuestionario examen de trastornos de la conducta alimentaria (Eating Disorders Examination-questionnaire) de Fairburn y Beglin, 1993
 cuestionario autoadministrado
 contiene sus tres principales subescalas (restricción, preocupación por el peso y preocupación por la figura

Elia Roca
ð La teoría cognitivo-conductual para la BN sostiene que el elemento central que mantiene el trastorno es un sistema disfuncional de autoevaluación: mientras que la mayoría de las
personas se evalúan a sí mismas basándose en la percepción que tienen de su propia ejecución en distintas áreas de su vida (p.e. las relaciones interpersonales, el trabajo, la familia,
los intereses personales, etc.), las personas con TCA se juzgan a sí mismas principalmente, o incluso de forma exclusiva, en relación a sus hábitos de ingesta, a su figura y peso
corporal; y a su capacidad para controlarlos.
ð Esta sobrevaloración de la importancia de la figura, del peso y de su control es la pieza clave en el mantenimiento del problema, lo que Fairburn, Cooper y Shafran (2003) denominan
el “núcleo psicopatológico” (core psychopathology).
ð A partir de éste núcleo se derivan el resto de características clínicas de los trastornos TCA: la dieta estricta y los comportamientos dirigidos a controlar el peso (p.e. restringir la
ingesta, ejercicio excesivo, etc.), la evitación (p.e. evitar mirarse ciertas partes del cuerpo), los rituales de comprobación (p.e. mirarse continuamente al espejo, pesarse
frecuentemente), y la preocupación por pensamientos sobre la comida, la figura y el peso
ð Según éste modelo, la única característica clínica que no está directamente relacionada con el núcleo psicopatológico son los atracones, que aparecen como consecuencia de los
intentos por restringir la ingesta y someterse a dietas extremas e inflexibles
ð La relación que se establece entre hacer dieta y los atracones forma un círculo vicioso, ya que la restricción dietética favorece la pérdida de control, con ingesta de grandes cantidades
de comida (atracones), pero a su vez la dieta es una respuesta a la sobreingesta (una medida compensatoria).
ð Cuando las pacientes fracasan en el cumplimiento de sus normas dietéticas estrictas con episodios de atracones, lo interpretan como evidencia del poco control que tienen sobre su
ingesta, su figura y su peso, por lo que tiende a reforzarse su conducta de hacer dieta y su idea sobrevalorada de la necesidad de mantener un determinado peso corporal, dando
lugar de nuevo a un círculo vicioso que tiende a automantenerse
ð Las estrategias compensatorias de tipo purgativo (vómitos autoinducidos y uso de medicamentos laxantes y diuréticos) favorecen el mantenimiento de los atracones (a veces los
tienen cuando saben que podrán utilizar algún tipo de purga). Además, creen en estas prácticas como métodos para eliminar las calorías ingeridas; sin embargo, los laxantes no
parecen afectar a la absorción de las calorías y los vómitos eliminan menos de la mitad de las calorías ingeridas.
ð El modelo de BN de Fairburn explica que los episodios de atracones suelen desencadenarse como respuesta a cambios en el estado de ánimo (función reguladora de los estados
disfóricos, neutralizando los estados de ánimo negativos y los síntomas de estrés)
ð El tratamiento que se deriva de éste modelo de mantenimiento de la BN no se centra principalmente en los atracones (que suelen ser la queja principal de éste tipo de pacientes),
sino que enfoca la terapia en la dieta estricta, las medidas compensatorias y, sobre todo, en el núcleo psicopatológico: la idea sobrevalorada sobre la figura, el peso y su control.
ð La TCC-BN es el tratamiento de elección para éste tipo de pacientes. Sin embargo, su eficacia es limitada: solo la mitad de las pacientes tienen una respuesta completa y duradera

ð Fairburn et al. (2003) reformularon su modelo, denominándolo “Teoría transdiagnóstica” (Transdiagnostic Theory)
ð Según ésta reformulación, en ciertos pacientes (aquellos en los que la TCC-BN no supone una mejora duradera en el tiempo) uno o varios de los procesos mantenedores adicionales
propuestos actuaría obstaculizado el cambio
ð Los 4 mecanismos adicionales, mantenedores de los trastornos alimentarios, propuestos por Fairburn et al. (2003) son:
1. Perfeccionismo clínico
 esquema disfuncional de autoevaluación donde la valía personal es juzgada por los esfuerzos destinados a alcanzar objetivos elevados y por el éxito al conseguirlos,
independientemente de las consecuencias perjudiciales para el funcionamiento global.
 Existe un miedo al fracaso (p.e. comer en exceso, engordar, saltarse la dieta, etc.), una atención selectiva a determinadas actuaciones (p.e. contar calorías, vigilar el
peso
 y la forma corporal) y una elevada autocrítica derivada de sesgos cognitivos negativos
2. Baja autoestima
 no consiste simplemente en pensar negativamente sobre una misma por no controlar la ingesta o el peso; sino en la existencia de una autoimagen negativa
permanente vista como parte de su propia identidad
 Esta baja autoestima dificulta el cambio, principalmente a través de dos mecanismos:
a) por un lado, les crea una sensación de desesperanza sobre la propia capacidad de cambio (perdiendo la confianza en el tratamiento)
b) por otro lado, las lleva a perseguir con determinación logros en las áreas altamente valoradas (p.e. control sobre ingesta, peso y figura corporal) que son
difíciles de alcanzar porque no son realistas ni están bajo su control (i.e. llegar a pesar una determinada cifra, utilizar una talla concreta de ropa, seguir
dietas estrictas, etc.).
 Cuando no logran alcanzar dichas metas, ese “fracaso” se sobregeneraliza y se interpreta como confirmación de “ser una fracasada”.
 Estas pacientes con autoimagen negativa crónica suelen responder mal al tratamiento
3. Intolerancia a los cambios en el estado de ánimo
 Algunas pacientes con TCA tienen problemas para afrontar de forma adecuada ciertos estados emocionales, tanto negativos (p.e. ira, ansiedad o depresión) como
positivos (p.e. euforia).
 Cuando experimentan cambios en su estado de ánimo, estas pacientes son incapaces de reconocerlos y aceptarlos, e intentan modular su estado anímico con
conductas que, en ocasiones, son muy desadaptativas, por ejemplo, autolesiones o consumo de sustancias psicoactivas.
 También recurren a otros comportamientos como atracones, vómitos y ejercicio físico intenso para modular su estado de de ánimo.
4. Dificultades interpersonales
 Algunas pacientes con TCA también presentan importantes problemas en sus relaciones interpersonales.
 La terapia interpersonal ha demostrado su eficacia como tratamiento para la BN (Wilson, 2005), y es por ello que se han integrado algunos de sus elementos en el
modelo transdiagnóstico y en la TCC derivada de él, ya que las dificultades en esta área pueden estar perpetuando el TCA
ð Según este autor, en la práctica clínica los tres diagnósticos recogidos en el DSM-IV-TR se distribuyen de forma que:
a) Diagnóstico de TCA no especificado (50-60%). Aquí entrarían
 casos que no cumplen todos los criterios para BN o AN (subclínicos)
 casos que combinan características de ambos diagnósticos (“mixtos”)
 casos que cumplen criterios para el trastorno por atracón (que compone menos del 10% de los casos)
b) Diagnostico de BN (30%) y,
c) Diagnostico de AN (10-15%)
ð En concordancia con estos datos, los 3 diagnósticos de TCA comparten entre sí más características que diferencias; de modo que tienen
1) una parte de psicopatología “específica” (el núcleo psicopatológico: sobrevaloración de la figura, y del peso corporal y su control)
2) otra serie de componentes de psicopatología “general” (es decir, compartidos con trastornos no alimentarios), como síntomas de depresión, ansiedad o abuso de sustancias,
entre otros
ð Si observamos el curso y la evolución de estos trastornos a nivel longitudinal: la AN suele comenzar a mediados de la adolescencia con restricciones en la dieta, que poco a poco se
vuelve más rígida y extrema, mientras que la persona consigue un peso significativamente bajo. Sin embargo, es frecuente que estas personas recurran a los atracones en algún
momento, que ganen algo de peso y que desarrollen BN (en aproximadamente la mitad de los casos) o una forma mixta de TCA no especificado. En la BN el trastorno empieza, por lo
general, más tarde (al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta) y puede ser similar a una AN, que luego va cambiando hasta parecer también una forma mixta de
trastorno no especificado. El trastorno por atracón (que se incluye dentro de la categoría de TCA no especificado), es una excepción, ya que cursa de manera diferente a la BN y la AN:
a) empieza alrededor de la treintena
b) una tercera parte de los pacientes son hombres
c) es un trastorno intermitente con periodos de control sobre la ingesta
d) se da en personas con tendencia a comer en exceso y ganar peso
e) son pocos los que indican haber padecido AN o BN anteriormente
ð Fairburn (2008) denomina a esto una “migración de diagnósticos” dentro de los TCA; una migración que no ocurre al azar sino que refleja que estos trastornos comienzan con
restricciones en la ingesta, que acaban por romperse con episodios de atracones, debidos a la dificultad que tienen las pacientes para mantener el control de una dieta muy rígida y
demandante. Los frecuentes cambios de diagnóstico en estas pacientes sugieren que, en lugar de tratarse de la recuperación de un trastorno y el desarrollo de otro distinto, se trata
de la evolución de un mismo trastorno alimentario
ð El modelo transdiagnóstico destaca que la única diferencia básica entre AN y BN radica en el grado de éxito alcanzado en sus intentos de controlar su peso corporal
ð El tratamiento derivado de la teoría transdiagnóstica de los TCA es una TCC que los autores han denominado “mejorada” (“Enhanced”- Cognitive Behavioral Therapy), que incluye el
tratamiento de todos los TCA y que, en su versión principal, se estructura en cuatro etapas desarrolladas en un total de 20 sesiones a lo largo de 20 semanas (5 meses).

ð A partir de la formulación de cada caso, la terapia admite distintas formas tratamiento


A. Por un lado, existen dos versiones:
1) Versión “Focalizada” (focused version) que se centra exclusivamente en la psicopatología propia de los TCA
2) Versión “Extendida” (broad version) que incluye los mecanismos adicionales (perfeccionismo clínico, baja autoestima, estados de ánimo y relaciones
interpersonales)
B. Por otro lado, se contemplan dos posibilidades en cuanto a la duración:
1) 20 sesiones (en su versión más habitual)
2) 40 sesiones (en casos de peso por debajo de un IMC=17,5)
C. Además, existen versiones con modificaciones específicas para:
1) pacientes jóvenes
2) una modalidad intensiva para pacientes internos
3) versiones para ser aplicadas en grupo

Fairburn (1993) – TCC de 20 sesiones


Etapa Duración Tareas / Objetivos
A. Explicar al paciente el modelo cognitivo de la bulimia nerviosa  e ir clarificándolo a lo largo
de las sesiones.
B. Monitorizar la alimentación mediante un registro diario que incluye: todas las ingestas, las
purgas, las circunstancias en que surgen los atracones o purgas y los pensamientos
relacionados con estas conductas. Estos registros se revisan después en cada sesión.
C. Pesarse semanalmente anotándolo en el registro y analizando en la sesión sus reacciones
ante cualquier cambio.
D. Proporcionar información sobre: 1) el peso corporal y su regulación, 2) las consecuencias
8 sesiones con físicas adversas derivadas del atracón, el vómito auto inducido y los laxantes, 3) la relativa
Etapa I una entrevista ineficacia de los vómitos y las purgas como método para controlar el peso y 4) los efectos
semanal negativos de hacer dieta.
E. Prescribir un patrón de alimentación regular, de forma que no haya más de 3 o 4 horas de
intervalo entre una comida y otra y permanecer sin ingerir alimentos entre ellas.
F. Consejos acerca del vómito.
G. Consejos sobre laxantes y diuréticos.
H. Alternativas al atracón y al vómito.
I. Entrevistar a algún amigo o familiar.
Fairburn: en la gran mayoría de casos, la etapa 1 tiene como resultado una marcada reducción
en la frecuencia de atracones, y en la mejoría del estado de ánimo
Los objetivos a cubrir son:
A. Eliminación de la dieta.
B. Reestructuración cognitiva.
8 semanas, con C. El tratamiento de las distorsiones y de la repulsa acerca de la autoimagen corporal.
Etapa II una entrevista D. Entrenamiento en resolución de problemas (D´Zurilla y Goldfried, 1971).
semanal. Fairburn: en la gran mayoría de casos, la etapa 2ª produce una consolidación de las ganancias
obtenidas en la 1ª fase del tratamiento. Los atracones, se vuelven infrecuentes o cesan por
completo, mientras que los pensamientos y las actitudes problemáticas hacia el peso y la figura
se vuelven menos prominentes.
3 entrevistas,
Etapa III Su objetivo es asegurar que el progreso se mantenga después de la terapia
una cada 15 días
TCC de 20 sesiones y 4 Fases (2003) Transdiagnóstica (Elia Roca)

Etapa Semana del tratamiento Sesiones Objetivos principales


1. Motivación y educación sobre la TCC
I 1-4 2/semana (7+1) 2. Formulación del caso
3. Realización de autorregistros (peso, ingestas, …)

1. Revisar el progreso y la formulación del caso


II 5-6 1/semana (2) 2. Identificar barreras para el cambio
3. Diseñar etapa III (versión focalizada o extendida)

1. Modificar los mantenedores del TC


2. Preocupación por la figura
III 7-14 1/semana (8) 3. Dieta
4. Eventos externos y estados de ánimo

1. Revisar el progreso alcanzado


IV 15-20 2/mes (3) 2. Plan de mantenimiento a largo plazo

Sesión de Revisión 20 semanas post-tratamiento 1 1. Revisar el mantenimiento y las posibles caídas


Etapa I
Es la sesión más larga (90 minutos) y debe cubrir siete componentes:
1. motivar a la paciente en el tratamiento
2. evaluar la naturaleza y severidad de la psicopatología
3. formular, conjuntamente con la paciente, los mecanismos de mantenimiento del problema alimentario
Sesión Inicial 4. describir el tratamiento
5. explicar la monitorización de la ingesta (autorregistros)
6. aclarar las tareas para la próxima sesión
7. resumir la sesión antes de concertar la siguiente cita
Tiene como prioridad conseguir que la paciente se comprometa con la terapia.
Además, deben conseguirse los siguientes objetivos:
1. Empezar a instaurar el hábito de monitorizar el peso en cada sesión
2. Revisar los autorregistros diarios que deben incluir la información siguiente: todas las ingestas (comidas y bebidas), señalando la hora y el lugar en que se
producen, indicando si alguna de las ingestas se considera excesiva (presencia de atracones objetivos o subjetivos), anotar los vómitos y uso de laxantes o
Sesión 1 diuréticos y, por último, anotar comentarios, según las indicaciones del terapeuta en cada etapa (p.e. pensamientos, emociones o circunstancias
importantes relacionadas con ingestas o atracones)
3. Revisar la formulación del caso para asegurarnos de que la paciente entiende el modelo, para utilizarlo como guía durante el tratamiento
4. Educar a la paciente sobre el peso y sobre las conductas de comprobación del peso (p.e. el papel mantenedor de conductas como pesarse con frecuencia
o mirarse continuamente al espejo)
Sesiones 2-7 A partir de la segunda sesión, el tratamiento debe centrarse en obtener cambios.
La terapia seguirá una estructura fija:
1) pesar a la paciente
2) revisar los últimos autorregistros
3) establecer los puntos a tratar en la sesión (de forma conjunta)
4) trabajar sobre los puntos establecidos
5) aclarar las tareas para la próxima sesión
6) resumir lo tratado en la sesión
Se cubren los siguientes objetivos:
1. Educar sobre los TCA a través de lecturas guiadas como el libro de autoayuda de Fairburn (1995).
2. Establecer un patrón regular de ingesta: planificar 5 comidas diarias (de este modo las pacientes con atracones se benefician porque estos se desplazan,
las que tienen hábitos de alimentación caóticos adquieren una estructura y un control sobre sus comidas, y las que restringen la ingesta empiezan a
regulan sus sensaciones de hambre y saciedad). También han de tratarse en este punto: las conductas de purga, el ejercicio excesivo y la sensación de
“estar llena” o “hinchada” tras las comidas.
3. Hacer partícipes a otras personas en la terapia: familiares y amigos que puedan ayudar a conseguir el cambio, o aquellos que estén obstaculizando el
proceso
Etapa II
La segunda etapa del tratamiento es de transición, se compone de 1 o 2 sesiones (una por semana) en las que se revisa el progreso obtenido hasta el momento y
se toman decisiones con respecto a la etapa III.
Se establecen cinco objetivos:
1. Revisar el progreso alcanzado: la magnitud del cambio durante las primeras semanas es un fuerte predictor de los resultados del tratamiento. Por tanto,
conviene volver a evaluar a la paciente y comparar los registros de las últimas sesiones con los obtenidos en las primeras entrevistas. Cuando las
afectadas llegan a esta etapa, habitualmente han mejorado su patrón de alimentación y han reducido la frecuencia de atracones y otras conductas
compensatorias.
2. Identificar las posibles barreras que dificultan el cambio: discutir con la paciente los posibles mecanismos que estén obstaculizando el proceso (p.e. miedo
al cambio, eventos externos, dificultades interpersonales, incompatibilidades de la terapia con el trabajo o la vida familiar, depresión clínica, desagrado
con la terapia, etc.).
3. Revisar la formulación del caso: considerando si hubiese que cambiar algún elemento, aunque no suele ser necesario.
4. Decidir entre continuar con la versión focalizada o aplicar a partir de ahora la versión “extendida”: a partir de esta etapa se continuará con la versión
focalizada en la gran mayoría de los casos, pero ha de contemplarse la posibilidad de utilizar la versión extendida con pacientes en los que existen
mecanismos externos al trastorno alimentario (como los explicados en apartados anteriores) que ayudan a mantener la psicopatología y que obstaculizan
el cambio. En caso de utilizarse la versión extendida a partir de la etapa III, el tratamiento se centrará en uno de los módulos adicionales (o máximo dos
módulos en caso de utilizarse la versión de 40 sesiones).
Sesiones 8-9 5. Diseñar la etapa III: la tercera etapa corresponde a la parte principal del tratamiento donde se continúa con la estructura establecida en la etapa I y se
trabajan los mecanismos mantenedores del problema. Los seis principales mecanismos mantenedores son:
1) la sobrevaloración del peso y figura
2) la sobrevaloración del control sobre la comida
3) los intentos de limitar la ingesta
4) la restricción dietética
5) el mantenerse por debajo del peso saludable (IMC< 17.5)
6) la influencia de eventos externos, los cambios en el estado de ánimo, y los hábitos de alimentación.
Es importante que el terapeuta conozca la importancia que cada uno de estos mecanismos mantenedores tiene en cada paciente, a la hora de decidir
sobre cuales se trabajará y en qué orden. En líneas generales, los autores proponen las siguientes pautas:
a) en pacientes con bajo peso la prioridad es aumentar el peso y, por tanto, lo recomendable es el tratamiento en 40 sesiones
b) en los que predomina la sobrevaloración de la figura y/o el peso y el control sobre la comida conviene comenzar la siguiente etapa centrándose
en estas actitudes, ya que es uno de los mecanismos más difíciles de cambiar y que requiere más tiempo de trabajo
c) en pacientes con un IMC>17.5 los intentos de limitar la ingesta y la restricción dietética pueden tratarse de forma conjunta
d) d) en aquellas en las que el problema alimentario está influido por eventos externos y cambios en el estado de ánimo, esto debe ser tratado en
segundo o tercer lugar a lo largo de la etapa III.
Etapa III
Sesiones 10- Es la más larga.
18 Comprende 8 sesiones, con periodicidad semanal
El trabajo se dirige a cuestionar los mecanismos mantenedores, según la formulación de cada caso. Por tanto, ha de estar diseñada según las características de la
paciente y de su problema.
La etapa III del tratamiento no está estructurada por sesiones. Sin embargo, los autores distinguen tres bloques temáticos, que han de ser tratados a lo largo de
las 8 semanas:
A. Preocupación por la figura, rituales de comprobación, sensación de “sentirse gorda” y pensamientos y creencias relacionados
han de cubrirse los siguientes elementos en el orden propuesto
1. Identificar la sobrevaloración y las consecuencias derivadas. Una forma de trabajar este tema es proponerle que represente, mediante un gráfico
de pastel, la importancia de distintas áreas de su vida a la hora de auto-evaluarse
2. Aumentar la importancia de otras áreas implicadas en la autovalía: retomar relaciones interpersonales, comenzar nuevas actividades de tiempo
libre, etc., que la paciente debe intentar
3. Tratar los rituales de comprobación y las conductas de evitación
ð Rituales de comprobación del peso y la figura: mirarse frecuentemente al espejo, medirse ciertas partes del cuerpo, apretar o tocar
zonas del cuerpo determinadas, compararse constantemente con otras personas o mirarse continuamente el cuerpo (p.e. muslos o
barriga)
ð Conductas de evitación: no llevar ropa ajustada, evitar los espejos, no mirar fotografías de una misma o cubrirse ciertas partes del
cuerpo
El terapeuta puede pedir que estas conductas se incluyan en una nueva columna del autorregistro, durante algunas semanas de esta etapa,
mientras la paciente aprende a eliminarlas
4. Tratar la sensación de “sentirse gorda”: La gran mayoría de los desencadenantes de la sensación de “sentirse gorda” están asociados a estados
de ánimo negativos (p.e. aburrimiento, soledad, tristeza, etc.) o se derivan de conductas o sensaciones físicas normales (p.e. sentirse llena
después de comer. Una vez detectados los desencadenantes, se entrena a la paciente en la técnica de resolución de problemas para aprender a
manejarlos
5. Explorar los orígenes de la sobrevaloración: se le pide a la paciente que recuerde si en distintos periodos de su vida se dio alguna circunstancia
que pudo contribuir al desarrollo de la sobrevaloración del peso, la figura y su control. A partir de esta información se crean hipótesis sobre el
origen y mantenimiento del problema, que ayudan a la paciente a entender su proceso y a verlo como algo más “normal” y menos “patológico”
6. Aprender a controlar los pensamientos y creencias relacionados con el TCA: constituye la parte más cognitiva del tratamiento. Consiste en
identificarlos, con el objetivo de cuestionarlos y modificarlos. Fairburn (2008) utiliza la metáfora del reproductor de DVD para explicar que la
mente reproduce pensamientos diversos y que hay que aprender a detectar cuándo se está reproduciendo el DVD de los problemas
alimentarios, reconociendo los primeros signos, para parar a tiempo y volver al camino correcto, siguiendo lo aprendido durante la terapia y
realizando actividades alternativas distractoras.
B. intentos de restringir la dieta, reglas dietéticas y control sobre la alimentación
 Consiste principalmente en hacer entender a la paciente que “hacer dieta” es una conducta contraproducente porque mantiene el problema
alimentario y produce efectos adversos como la disminución de la capacidad de concentración, el aumento de ansiedad y la restricción de los
alimentos que pueden ingerirse (pudiendo dificultar las relaciones sociales), además de ser el principal factor de riesgo para los atracones
 También hay que tratar en este punto la idea sobrevalorada de la necesidad de controlar la alimentación, con experimentos conductuales en los
que se le pide a la paciente que deje de realizar conductas de comprobación o que rompa sus reglas dietéticas
C. eventos externos, estados de ánimo y hábitos de alimentación
 Se insiste en la relación existente entre los hábitos de alimentación en los TCA y su relación con eventos externos o con cambios en el estado de
ánimo, y se enseñan técnicas para resolver problemas concretos, con ejemplos recientes tomados de la paciente.
 En los casos en que a pesar de la mejora conseguida hasta la etapa III continúan con “atracones residuales” de manera intermitente, se utiliza la
técnica del “análisis de atracones” en la que se intenta reencuadrar la situación, como consecuencia de alguno de los siguientes procesos:
1) romper una de las reglas dietéticas
2) desinhibirse a causa del consumo de alcohol u otras drogas
3) no comer lo suficiente a lo largo del día
4) estar facilitado por ciertos eventos externos o por estados disfóricos.
 Se trata de analizar las situaciones, para que la paciente las vea como acontecimientos aislados, que tienen solución si son detectados a tiempo,
aplicando técnicas como
a) el control de estímulos
b) la resolución de problemas
c) la realización de actividades alternativas sustitutorias
Etapa IV
 Consta de 3 sesiones, 1 cada 15 días, a lo largo de seis semanas.
 Trata de consolidar los avances conseguidos en las etapas anteriores asegurando el mantenimiento del progreso y minimizando las recaídas en el futuro.
 Hay que comprobar que las expectativas de las pacientes son realistas y se adaptan a lo conseguido durante las sesiones anteriores, así como repasar los
logros alcanzados y las estrategias que han sido más útiles a lo largo de la terapia.
 Al finalizar el tratamiento es posible que algunas pacientes sigan haciendo dieta, e incluso teniendo atracones o vómitos ocasionales y manteniendo ciertas
ideas disfuncionales sobre la figura y el peso. A pesar de ello, es aconsejable terminar en el tiempo establecido y preparar un plan de mantenimiento a largo
plazo.
 Al finalizar la última de las sesiones se programa una sesión de revisión para 20 semanas después de finalizar el tratamiento
Sesión de Revisión
 se vuelve a evaluar a la paciente y se contempla la necesidad de realizar alguna otra sesión.
 se evalúa el seguimiento del plan de mantenimiento
 se analiza la necesidad de seguir con el hábito de pesarse semanalmente
 se discuten las posibles “caídas” (recaídas leves) producidas desde el final de la terapia
 se revisa el plan a seguir a largo plazo
Vallejo: Terapia Cognitivo Conductual Mejorada (TCCm) de Fairburn (2008); Fairburn, Cooper y Shafran (2003)

FASE I
 fase sumamente intensiva, con dos sesiones semanales
 el cambio conseguido en las primeras semanas es un potente predictor del cambio
 Los objetivos concretos a alcanzar durante esta fase son:
 Conseguir la motivación, confianza e implicación del paciente en el tratamiento
 Desarrollar una formulación individualizada del caso
 Proveer información relevante sobre el trastorno, la comida, la alimentación normal, las formas saludables de control del peso, los riesgos e ineficacia de algunas estrategias de control de peso, etc.
 Introducir dos procedimientos terapéuticos potentes útiles en todos los trastornos del comportamiento alimentario, concretamente:
a) pesarse sólo en la sesión de terapia
b) patrón de comidas regular
 La introducción de un patrón de comidas regular se aborda entre la sesión 2 y 3
 Inicialmente el terapeuta debe insistir sólo en la regularidad, no en lo que se come en cada ocasión. La condición es no vomitar, ni usar otro tipo conducta purgativa o compensatoria después de comer, por ello se pide a los
pacientes que planifiquen qué comerán de tal forma que puedan sentirse suficientemente cómodos después de comer y así no poner en marcha conductas purgativas.
 Un patrón regular de comida es el siguiente:
1. Desayuno.
2. Tentempié de media mañana.
3. Comida.
4. Tentempié de media tarde.
5. Cena.
6. Tentempié de última hora de la noche
 Las condiciones para poner en práctica este patrón de alimentación son:
ð Comer en los momentos pautados, pero no fuera de ellos.
ð No saltarse ninguna comida.
ð El intervalo entre comidas no debe ser mayor de cuatro horas.
ð Comer lo que se desee en cada comida, pero no vomitar, ni compensar de ninguna forma. Aclarar que los líquidos no cuentan como comida, pero la sopa sí.
 Saber siempre cuando se va a comer otra vez, y tener medianamente planificado qué se comerá.
 Al final de esta fase los pacientes deberían estar ampliamente implicados en el tratamiento, bien informados acerca de su trastorno, la comida, la regulación del peso y la alimentación en general, y estar aprendiendo a comer
regularmente, introduciendo algún tentempié a media mañana o media tarde, evitando comer entre las comidas pautadas.
 Estos elementos se consideran los cimientos sobre los que el resto del tratamiento será construido. Sólo cuando estos aspectos se han logrado, o se están logrando de forma progresiva y estable, será posible adentrarse en los
procesos nucleares que mantienen el trastorno del comportamiento alimentario

FASE II
 Se trata de una fase de transición durante la cual paciente y terapeuta
a) revisan el progreso
b) identifican posibles barreras o dificultades para el cambio
c) modifican la formulación del problema si es necesario
d) planifican la siguiente fase
 Si los pacientes en esta fase tienen un peso normal o muy cercano a él, las sesiones empiezan a programarse con una frecuencia semanal.
 El proceso de revisión tiene gran importancia, para la detección de los que no progresan adecuadamente que, en etapas avanzadas, encontrarán dificultades mucho mayores, produciendo una sensación de indefensión,
desesperanza o desconfianza que puede facilitar el abandono del tratamiento.
 Respecto al terapeuta, esta revisión de la formulación pretende motivarlo a la adecuación o adaptación de la formulación a las características cambiantes del caso

FASE III
 Constituye el cuerpo principal del tratamiento.
 El objetivo es abordar los mecanismos pertinentes en cada caso, pudiendo diferir sustancialmente de paciente a paciente
 Está constituida por 8 sesiones con una frecuencia semanal en las que se tratarán los siguientes aspectos:
a) Preocupación por la figura corporal , el chequeo o la evitación corporal y las sensaciones de gordura (elementos nucleares)
ð Implica intervenir sobre los siguientes elementos:
1. Identificar la sobrevaloración y sus consecuencias
2. Incidir en la importancia de otros dominios de la vida personal para la auto-valoración
3. Abordar el chequeo y la evitación corporal
4. Abordar las sensaciones de gordura
5. Explorar los orígenes de la sobrevaloración
6. Aprender a controlar la mentalidad que da soporte al trastorno de alimentación
b) La restricción en la dieta, así como las reglas y el control de la alimentación.
ð se identificarán los motivos que llevan a dicha restricción, especialmente la preocupación sobre la forma corporal y el peso
ð Unas sesiones más tarde, y siempre que se esté logrando una pauta de alimentación regular (iniciada en la primera fase), se identificarán y abordarán las reglas de alimentación, especialmente la evitación
de ciertos alimentos concebidos como prohibidos.
ð Estas reglas de alimentación pueden ser muy diversas y normalmente se refieren a normas de este tipo:
 Qué comer o qué no comer
 Cuándo comer o cuándo no comer
 Cuánto comer. La cantidad puede establecerse en cantidad de calorías, consumo de grasa, tamaño de las porciones, número de unidades o porciones, etc.
 No comer. .. más que otra persona que esté presente
 No comer. .. a no ser que te lo hayas ganado (normalmente haciendo una cantidad determinada de ejercicio que normalmente es excesiva)
 No comer. .. a menos que se sienta hambre
 No comer. .. a menos que sea necesario
 No comer. . . alimentos con una composición determinada
 No comer. .. calorías innecesarias
c) El impacto de los estados de ánimo y las situaciones de la vida sobre la alimentación
ð Si las situaciones externas y/o los estados emocionales están contribuyendo al mantenimiento del TCA, se valorará esta relación funcional y se establecerá como objetivo terapéutico su abordaje. Se tratará
de aprender estrategias de regulación emocional y resolución de problemas efectivas sin utilizar la alimentación para su afrontamiento.
ð El impacto en la alimentación del estrés cotidiano o las emociones puede darse de distintas formas: comiendo menos o dejando de comer totalmente, comiendo más o de forma compulsiva, incrementando
las conductas purgativas o compensatorias. Los mecanismos que subyacen a estas respuestas son:
 Comer menos para ganar sensación de control personal cuando los acontecimientos externos parecen estar fuera de éste
 Comer menos para influir en otros, demostrando así el malestar o la ira que el otro produce, o como una forma de despecho o venganza ( e.g. mira lo que hago al tratarme tú así)
 Comer mucho como forma de darse un premio
 Comer compulsivamente y/o vomitar, como forma de afrontamiento de los problemas y estados emocionales negativos. Comer compulsivamente tiene dos propiedades, por un lado, distrae de
los problemas y, por otro, tiene un efecto modulador de los estados emocionales negativos. Esta última propiedad es también común a la conducta de vómito o ejercicio físico intenso
ð Una forma de comenzar a abordar la relación entre eventos externos, emociones y alimentación es solicitar al paciente que identifique ejemplos en este sentido de los registros que haya utilizado en fases
anteriores. Estos ejemplos serán revisados y discutidos durante las sesiones, identificando los mecanismos que están operando, para pasar posteriormente a implementar estrategias de solución de
problemas o estrategias de regulación emocional

Fase IV
 Constituye la parte final del tratamiento, y se centra en cómo prepararse para abordar el futuro
 Los objetivos en esta etapa son básicamente dos:
1. asegurar el mantenimiento del cambio a lo largo de las 20 semanas posteriores al tratamiento, hasta la sesión de revisión que se planifique
2. minimizar el riesgo de recaídas a largo plazo
 En este momento la programación de sesiones pasa a una frecuencia quincenal
TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS DE LA TCC MEJORADA (Vallejo)
técnicas de auto-observación y el cumplimiento de las tareas para casa
no utiliza los registros cognitivos convencionales, aunque sí utiliza sistemas de registro muy simples
No usa estrategias de debate racional o cuestionamiento socrático: la forma más potente de producir el cambio cognitivo es ayudar a los pacientes a cambiar la forma en cómo se
comportan, y analizar los efectos e implicaciones de esos cambios comportamentales
el uso de experimentos conductuales está también muy limitado (demasiado limitado y circunscrito temporalmente)

 Indicar al paciente la importancia de estas ideas a la hora de explicar los mecanismos de sus hábitos de alimentación y de control del peso
(importante explorar qué otras áreas de su vida son importantes para su auto-valoración)
Sobrevaloración de la forma corporal  Establecer el grado de importancia de cada dimensión de valoración, confeccionando con ello un gráfico que permita a la paciente ver cómo
y el control del peso su valoración personal depende de aspectos relacionados con el peso, la alimentación, etc. (el gráfico se utiliza como material de trabajo para
casa, pidiendo a la paciente que lo revise diariamente, reflexionando si realmente representa la realidad de lo que está ocurriendo)
 Captar la presencia y pervasividad (difusión) de estas ideas permite empezar a plantear su implicaciones sobre el comportamiento.

 Proporcionar información acerca de lo qué es un chequeo o exploración corporal normal, para pasar después a valorar específicamente la
forma desadaptada que toman estas conductas en el caso concreto  es útil un autorregistro de las conductas.
 Explorar las razones de este comportamiento y las consecuencias que tienen mediante una serie de preguntas que promueven el auto-
Chequeo descubrimiento guiado
 Dividir las conductas en dos grupos:
Chequeo y la A. las que será necesario parar
evitación corporal B. las que será necesario reajustar

 La técnica de intervención más apropiada en este caso es la Exposición: deberán acostumbrarse gradualmente al uso del espejo, a usar ropas
Evitación de su talla, variadas, adaptadas a la estación y que muestren partes del cuerpo, a darse crema corporal después del baño, a darse un masaje,
corporal etc. La participación en actividades deportivas que implique la exposición corporal (e.g., natación) puede ser una opción de exposición

Sensación de estar a) Educación sobre lo que supone la sensación de sentirse gorda y cómo es un error identificar una sensación con una realidad (error de
gorda razonamiento emocional)
b) Monitorización y registro de las sensaciones de gordura, especialmente las de alta intensidad
c) Revisión del contexto donde se han producido esas sensaciones y la presencia de otras posibles sensaciones o emociones de importancia que
pudiesen quedar enmascaradas por ella
d) Educar a la paciente en que el problema es la interpretación negativa de las sensaciones corporales, no las sensaciones en sí mismas
e) Ayudar a la paciente a identificar que hay sensaciones corporales normales que pueden intensificarse en ciertas circunstancias
 Sensación de aburrimiento, tristeza intensa, o ansiedad
 Durante la ejecución de conductas de chequeo corporal
 Sensación de saciedad, de estar hinchada, con calor, sudorosa, etc.
 La paciente debe aprender a identificar los desencadenantes de la sensación y poner en marcha estrategias de afrontamiento, como, por
ejemplo, un proceso de solución de problemas. Poco a poco la frecuencia e intensidad de la sensación va disminuyendo y la relación de las
pacientes con esta sensación cambia, no considerándola equiparable a estar gorda

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