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De la historización al proyecto identificatorio.

Fue difícil concretar la primera entrevista con Manuel, ya que no quedaba claro si sus

Aportes de las teorizaciones de Piera Aulagnier a la práctica de la padres estaban de acuerdo en que realizara el proceso de orientación vocacional que él
pedía.
Orientación Vocacional
Es oriundo de un país de Latinoamérica, de donde vino con su familia cuando contaba
María Inés Gutiérrez con 6 años de edad. Al momento de la consulta está en el último año de una escuela técnica.
En la primera entrevista se muestra muy callado y respetuoso en el intercambio. Le
cuesta entrar en confianza y expresarse con libertad. Me trata de “usted”. Su apariencia es
“… la investidura de un tiempo futuro tiene como condición
un tanto llamativa, ya que se viste de una manera poco habitual para su generación,
la esperanza de que él permitirá la realización de una potencialidad
pareciendo de mayor edad que la que tiene. Comenta que no sale mucho porque no tiene
ya presente en el Yo que inviste ese tiempo y ese placer diferidos.”
amigos, pero que eso no le molesta. Cuando abordamos el tema de sus expectativas con
Piera Aulagnier, “Construir(se) un pasado”
respecto al proceso de orientación vocacional que está iniciando dice: “Quería si me puede
decir en qué soy bueno y qué me puede gustar”.
Cuando un joven me solicita orientación vocacional, parto de la idea que la pregunta
¿Por qué Manuel le requiere al Otro un saber sobre sí mismo? ¿Significa esto que se
por la vocación, que en el mejor de los casos se formula y trae a la consulta, abre a un campo
corre de su lugar de sujeto? ¿Con ello claudica ante la responsabilidad de decidir qué camino
de interrogaciones más amplio que no solo remitirá a la elección de un estudio o un trabajo,
emprender?
sino a su ser mismo, es decir, al ser del sujeto que elige. Con ello aludo a que no solo se
tratará de elegir “qué hacer” sino también -y en la medida de lo posible- de elegir “quién ser”. Por nuestra parte, y desde nuestra posición de analistas que hacemos orientación
Parafraseando a Freud cuando sostiene “donde Ello era Yo debo advenir” (1933: 74), vocacional, ¿cómo intervenir para producir en el adolescente un cambio de posición
“ser yo” requerirá del adolescente un trabajo psíquico que, si bien se viene produciendo subjetiva?
desde los comienzos de su vida, en la adolescencia le demandará un esfuerzo de La historización
reafirmación subjetiva, que suele estar acompañado por un monto de angustia más o menos Para comenzar a responder la pregunta recién formulada les propongo acercarnos al
variable, con la que tendrá y tendremos que lidiar. concepto de historización, tan importante y central en la obra de Piera Aulagnier, que da
Desasirse de la autoridad de los padres y ganar autonomía e independencia, va de la marco y sentido a muchas de las intervenciones en la práctica de la orientación vocacional.
mano, en esta etapa, de catectizar un futuro en el que poder encontrar un lugar valorado -o En El aprendiz de historiador y el maestro – brujo, sostiene Aulagnier:
al menos “un lugar”- en el entramado social. Sentirse parte de su tiempo y de la cadena
“Si el yo puede ignorarlo todo sobre la ontogénesis en la acepción biológica del
generacional, formularse un proyecto de vida -es decir, un proyecto identificatorio y un
término, y desempeñarse sin desmedro alguno, en cambio no puede prescindir de un
proyecto que podríamos llamar “vocacional”- será la resultante de un arduo trabajo de
saber sobre su ‘ontogénesis psíquica’ o, para dejar de lado las metáforas, sobre su
elaboración donde se requerirá que el Yo tome a su cargo la producción de los anhelos
propia historia libidinal e identificadora. Es una necesidad de su funcionamiento
identificatorios, en términos de Aulagnier, que le harán posible proyectarse hacia adelante,
situarse y anclar en una historia que sustituye un tiempo vivido-perdido por la versión
“verse” en un tiempo por venir, así como contar con la confianza suficiente como para poner
que el sujeto se procura merced a su reconstrucción de las causas que lo hicieron
manos a la obra y transformar y articular esos anhelos en hechos, como se formula en el
ser, que dan razón de su presente y hacen pensable e investible un eventual futuro”
epígrafe de este trabajo.
(1986: 15).
¿Pero qué pasa cuando esa pregunta por la vocación no aparece?

Veamos un caso

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Es decir que es menester anclar en una historia libidinal e identificatoria para que el consistirá en “la puesta en lugar, a partir de ese pasado singular de los posibles relacionales
futuro sea pensable e investible. Como es obvio, que el futuro sea pensable e investible accesibles a un sujeto dado” (1991: 445), que incide sobre el espacio relacional y por
cobra una dimensión preponderante para un adolescente al momento de plantearse cómo consiguiente sobre el espectro de sus elecciones y de los límites que cada uno encontrará
continuar, al terminar la escuela media. Por otra parte, es lo que da razón de ser a un proceso allí.
de orientación vocacional que se propone acompañar al joven en su camino de búsqueda y A la luz de estas conceptualizaciones continuemos pensando algo más sobre el caso
escritura de ese predicado que, dando cuenta de su singularidad, le permita vislumbrar un de Manuel.
porvenir, así como emprender el recorrido hacia él.
En esta convicción, invitamos al adolescente que nos consulta a que escriba una Autobiografía de Manuel
autobiografía. Digo “una” y no “su” autobiografía, porque va de suyo que relatar la historia
“Nací el 1 de octubre en 1985, en Ecuador. Viví allí hasta los 6 años cuando me fui a
de la vida propia supone un recorte particular, sesgado por la posición en la que cada quien
vivir a Buenos Aires, Argentina con mis abuelos. A los 11 años mi familia se mudó a otra
se ubica respecto de su propia vida (y que por ello mismo puede cambiar en la medida en
casa y me cambié de colegio entrando en 4to grado. En 6to grado mi familia se volvió a
que el sujeto cambie su posición). Es justamente por eso que cobra todo su valor y se
mudar y me cambié otra vez de colegio, entrando a 7mo. Luego entré a una escuela técnica
transforma en la llave maestra que, con relativa facilidad, nos permite acceder a la historia
en donde estoy actualmente en 6to año”. (Los datos fueron modificados no así la ortografía
libidinal del joven para, desde allí, trabajar la manera en que esa posición incide en su
y puntuación)
problemática actual, en las preguntas que se hace o no y en las dificultades que encuentra.
¿Qué sabemos de Manuel según él se presenta? Aparentemente bastante poco, ya
Así atenderemos1 -en su relato- a qué vivencias rescata del pasado y qué momentos
que pareciera estar “alejado” de su historia, ubicándose más bien como un observador, que
considera significativos; en términos generales observaremos qué incluye y qué omite. Por
informa lo vivido, pero sin encarnarlo. Desde esa posición, cobra sentido que le requiera al
ejemplo: ¿Encontramos en ella un registro del paso del tiempo y de situaciones de cambio?
Otro ese saber sobre sí mismo que parece desconocer cuándo formula su pregunta inicial:
¿Cómo los describe? ¿Aparecen sus emociones en juego? ¿Habla de sus logros? ¿Y de
“Quería si me puede decir en qué soy bueno y qué me puede gustar”, corriéndose de su
sus “fracasos”?
lugar de sujeto. Pero ¿es válido sostener que ello es una forma de claudicar ante la
El trabajo de “poner en memoria y de poner en historia”, en términos de Aulagnier, es
responsabilidad de decidir qué camino emprender, como nos preguntábamos al comienzo?
una de las tareas que la autora considera determinante en el éxito o en el fracaso de la
Me inclino por tomar la consulta en sí misma -y el interés puesto de manifiesto en su
reorganización subjetiva propia de ese tiempo de transición que es la adolescencia, y que
insistencia para comenzar el proceso- como un “llamado” a ese Otro que, desde un lugar
permite al sujeto transformar su infancia en ese “antes” que, preservando una ligazón con
diferente, acceda a construir con él una pregunta que lo implique y lo ponga en la vía de la
su presente, “se construye un pasado como causa y fuente de su ser” (1991: 444). ¿De qué
elección de los objetos que podrán ser soportes del deseo y promesa de goce.
manera lo hace? En una primera etapa organizando el espacio identificatorio, que consiste
Así, comenzada la tarea, el trabajo de historización, iniciado entre otras cosas a través
en preservar del olvido aquellos materiales necesarios para la constitución de posiciones
de la técnica de autobiografía, se amplía, invitando al adolescente a construir el “árbol
estables y de lo que la autora llama “fondo de memoria”, que funcionará como garante de la
genealógico vocacional”, proponiéndole consultar a los distintos miembros de la familia sobre
permanencia identificatoria, que permitirá al sujeto devenir, sin riesgo de perder la
sus elecciones profesionales/ocupacionales.
singularidad de su historia y de su deseo. Cuando esta tarea ha podido ser realizada, prepara
Si las personas significativas del adolescente se prestan a un diálogo abierto y
la entrada en la edad adulta, dando lugar a una segunda etapa, que según Aulagnier
sincero, muchas veces se accede no solo a la información sobre el cómo y el porqué de las
elecciones de sus otros significativos, sino a otros datos vinculados con la historia de las
1 Esta técnica también arroja datos sobre la capacidad expresiva del sujeto; permite analizar cuestiones relaciones y modelos familiares, con patrones, mandatos y figuras identificatorias en las que
proyectivas y su contenido será significativo tanto por lo que dice como por lo que omite.

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puede o no reconocerse, y que resultan relevantes para echar luz sobre cómo ha llegado él
mismo a ocupar el lugar que se le ha asignado y ha asumido en la trama familiar, teniendo
la oportunidad de desnaturalizar la situación en que se encuentra y, eventualmente,
modificarla. En este sentido, Aulagnier pone en relación lo que denomina “matriz relacional”
-que da cuenta de ese hilo conductor que hace posible que nos reconozcamos en la sucesión
de nuestras investiduras- con la idea de una “creación relacional”, que define como una
amalgama nueva entre el prototipo propuesto por la matriz relacional y lo que todo encuentro
aporta de todavía no conocido ni experimentado.

En el trabajo compartido con Manuel, luego de reconocerse en ciertos enunciados


identificatorios familiares (como, por ejemplo: “hay que ser universitario”), y a través de
distinguir y analizar sus intereses, él arribó a la elección de una carrera de su agrado.
Paralelamente inició una vía de diferenciación de sus hermanos (con quienes era comparado
permanentemente) en un intento por demostrar y demostrarse que, en sus palabras, “no soy
cualquier cosa”. Mas metido en sus zapatos, es decir, más ubicado en la vía del deseo,
reivindicó frente a sus padres “su manera” de hacer las cosas a la hora de organizarse con
el estudio, logrando que le fuera respetada. Aunque nota y valora los cambios realizados,
repara en que le quedan algunas cuestiones por resolver que le resultan difíciles. Se despide
agradecido, reconociendo: “Me gustó hablar, conversar con alguien las cosas… viste cuando
le contás a alguien las cosas que te están pasando…”.

Conclusiones
Desde un enfoque psicoanalítico, intervenir en un momento clave del proceso de
subjetivación, como lo es el tiempo de elegir qué y cómo hacer para insertarse en el mundo
adulto, supone alojar al adolescente que nos consulta y sus angustias, favoreciendo el
camino de la historización, para que desde allí le sea posible explorar e investir un espacio
desconocido, que podría llevar a una elección en la vía del hacer, atravesada por el deseo
de quien elige.

Los desarrollos de Piera Aulagnier, enriquecen y dan sustento teórico a una práctica
como la orientación vocacional, que, en casos como el de Manuel, hacen la diferencia.

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