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UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA

CUMG GUASTATOYA, EL PROGRESO


FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
CONTADURÍA PÚBLICA Y AUDITORIA

FINANZAS PÚBLICAS
Lic. Edi David López Santiago

NIVEL DE ENDEUDAMIENTO DE AMERICA LATINA DEBIDO A LA


CRISIS SANITARIA
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Nombres de los estudiantes:


1132-18-1865 Sandy Alenni Salvatierra Meza
1132-18-2278 Julio Jossue Lon Marroquin
1132-18-8557 Beverly Estefania Gonzalez Orellana
1132-18-8881 Amanda José Llerena Chicas
1132-18-14437 Marelin Andrea Orellana Carías

Guastatoya, 10 de septiembre de 2020


NIVEL DE ENDEUDAMIENTO DE AMÉRICA LATINA DEBIDO A LA CRISIS SANITARIA

La mayor parte de los países de América Latina es clasificada como de ingreso medio, a excepción
de Haití, pero también varios países son de ingreso medio-bajo, una delgada línea los separa de
ser considerados pobres; bajo una clasificación basada en un parámetro cuestionado como es el
PIB per cápita, un indicador que no refleja el bienestar social y las desigualdades.

Bajo esta clasificación, América Latina no tiene acceso a recursos de financiamiento concesional,
accede principalmente a créditos en condiciones comerciales. Ante la pandemia del COVID-19, la
necesidad de liquidez y de recursos frescos es alta y urgente, para financiar el fortalecimiento de
sus precarios servicios de salud, y financiar las medidas económicas que viabilizan el aislamiento
social.

Una de las opciones más claras es la del FMI con 1 billón de dólares americanos disponibles para
afrontar la pandemia.

¿A qué países de la región están beneficiando los recursos del FMI ante el COVID-19?

Tras cerca de una década de no contar con programas con el Fondo Monetario Internacional
(FMI), algunos países comenzaron a acudir a esta institución desde hace un par de años, como ser
Argentina, con un acuerdo de préstamo suscrito el 2018, el mayor préstamo en la historia del FMI,
y Ecuador, con un acuerdo vigente desde el 2019; estos convenios tienen las condicionalidades
que suele aplicar el FMI, como ser medidas de austeridad y flexibilización laboral, que han causado
una serie de impactos sociales en ambos países.

Otros países de la región cuentan con una línea de crédito flexible y renovable con el FMI, como
ser México, que lo renovó el 2019 y Colombia en marzo de 2020, países que son elegibles a esta
línea por su estabilidad y solidez económica, según las evaluaciones del FMI. Este es un servicio
financiero precautorio al que pueden acceder en el momento en el que lo necesiten.

Ante la crisis sanitaria, varios países de la región están acudiendo al FMI en búsqueda de recursos
para combatir la pandemia del Covid-19. Los fondos puestos a disposición por el FMI son diversos,
desde alivios de deuda, financiamiento con tasas de interés del 0% y financiamiento concesional,
además de la diversidad de programas con suscripción de acuerdos y compromisos, como el caso
de Argentina y Ecuador.

De América Latina, solo Haití puede acceder al alivio de deuda, el resto de los países está
utilizando la opción del Instrumento de Financiamiento Rápido (RFI por sus siglas en inglés), un
financiamiento concesional por su baja tasa de interés (hasta 1.5%) pero de corto plazo de repago
(5 años), que es de acceso rápido para países con necesidad urgente de balanza de pagos, sin
necesidad de firmar un programa, por lo que no existen condicionalidades de por medio. El monto
de este fondo se limitaba al 50% de la cuota de cada país miembro y ahora, ante la pandemia, se
ha ampliado al 100%. El acceso a este fondo es a solicitud explícita de cada país.

Más de 100 países han solicitado este fondo, 43 países tienen créditos aprobados, de los cuales
nueve son para países de la región, Bolivia, El Salvador, Haití, Panamá, Paraguay, Costa Rica,
República Dominicana y Ecuador. Aunque el objeto de los créditos del FMI se enfoca a equilibrar la
Balanza de Pagos, en este caso, estos recursos pueden ser transferidos por los Bancos Centrales a
las Tesorerías de sus países para uso presupuestario.

Todo indica que se gesta la tormenta perfecta en América Latina

Las limitaciones sanitarias para afrontar el Covid-19 y otras epidemias como el dengue, el enorme
impacto económico por la recesión más profunda en la región de los últimos 50 años, con
proyección de contracción del 5.2% el 2020 (FMI) y con mayor impacto en América del Sur
(CEPAL), el impacto en el comercio por un cambio en el comportamiento de las cadenas de
producción para países productores de materias primas, la caída de demanda del turismo, la caída
de remesas, la pérdida de empleos y fuente de sustento, el impacto en MiPyMes a punto
desaparecer, el colapso de un sector empresarial local tratando de salir a flote con
endeudamiento, el incremento de la desigualdad y la pobreza (casi 30 millones de pobres, según
la CEPAL), sumado a una coyuntura de desplome de los precios del petróleo. El impacto del Covid-
19 para América Latina será devastador y de largo plazo para la región. El FMI evalúa que esta
podría ser otra década perdida América Latina.

¿A qué otros fondos podrían acceder los países de América Latina?

Ante la magnitud de la crisis, los bancos multilaterales con presencia en la región de América
Latina ofrecen también créditos, un portafolio significativamente menor a los recursos del FMI,
que incluye el redireccionamiento de recursos existentes y recursos para el sector privado.

Estos créditos deberían ser altamente concesionales, con tasas de interés menores a las
establecidas en los últimos años para la región y plazos amplios de vencimiento; de lo contrario,
contribuirán a incrementar los riesgos de sostenibilidad fiscal en el mediano plazo.

 Banco Mundial

A nivel global, el Banco Mundial proyecta llegar a 100 países para fines de abril. En coordinación
con la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de
Inversiones (MIGA), los recursos existentes alcanzan US$ 160 mil millones durante los próximos
meses, y la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los países
más pobres, proporcionará US$ 50 mil millones de ese total en forma de donaciones y créditos en
condiciones concesionarias. Además, existe un financiamiento de emergencia que incluye unos 8
mil millones de la Corporación Financiera Internacional (IFC) para ayudar al sector privado a hacer
frente a la pandemia.

El apoyo para América Latina y el Caribe es de casi $140 millones para seis países en una primera
etapa (Argentina, Ecuador, Paraguay, Haití, El Salvador y Honduras) con proyectos permitirán a los
países fortalecer los sistemas de salud y la vigilancia sanitaria para minimizar la pérdida de vidas;
mitigar el impacto económico de la pandemia; y atender cuestiones relacionadas con la cadena
logística y las entregas. También se desembolsaron fondos adicionales a partir de la reorientación
de proyectos existentes en varios países.
 Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

Los recursos disponibles del BID para la emergencia sanitaria podrían ir hasta los US$ 12,000
millones para el 2020, a los que se suman US$ 3,200 millones adicionales del programa de
préstamos inicialmente estipulado para este año. Adicionalmente, los gobiernos también pueden
solicitar el redireccionamiento de recursos de la cartera de proyectos que ya están en ejecución.

Para el sector privado, BID Invest dedicará hasta US$ 5,000 millones a estos esfuerzos en 2020, de
los cuales, US$ 4,500 millones vendrán de su programa de inversiones y 500 millones de una
nueva Facilidad de Mitigación de Crisis para inversiones que respondan a la pandemia a través del
sector de salud y que proveen acceso a créditos de corto plazo para las PYME, por medio de
instituciones financieras y financiamiento de cadenas de suministro.

Banco de Desarrollo de América Latina (CAF)

CAF está ofreciendo a los países de la región instrumentos de apoyo financiero y técnico a través
de una línea de crédito de emergencia de USD 2,500 millones para reforzar las medidas
económicas anticíclicas, así como llegar al sector privado, incluyendo pequeñas y medianas
empresas. La CAF también señala que existen recursos de cooperación técnica no reembolsables
por hasta USD 400 mil por país; y una línea de crédito contingente hasta por USD 50 millones por
país para atención directa de los sistemas de salud pública y la protección de los más vulnerables.

Esta es una crisis múltiple sin precedentes, que requiere con urgencia la adopción de medidas sin
precedentes, que no profundicen las desigualdades entre países y regiones, y sobre todo que no
nos sumerja nuevamente en la pobreza.

AMÉRICA LATINA: DEUDA PÚBLICA AUMENTARÍA A 78 % DEL PBI

Una de las consecuencias post crisis sanitaria COVID-19 será ́ el elevado déficit fiscal e incremento
en la deuda pública en la mayoría de países en el mundo. Según el Fondo Monetario Internacional
(FMI), en el 2021 solo 15 países tendrían un superávit fiscal, mientras 174 economías registrarían
déficits.

En Latinoamérica la deuda pública seguirá ́ un curso alcista. En promedio, se espera que aumente
de 70,5% en 2019 al 78,0% en 2020. En Brasil, con la deuda más elevada de la región el incremento
será́ de 8,7 p.p. hasta los 98,2% dirigidos a financiar medidas fiscales por un monto del 10% de su
PBI. En México, Colombia y Ecuador también serán necesarios incrementos estimados en 8.0, 4.9 y
13.4 p.p. con fines de financiar medidas de contención de la COVID-19 y reactivación económica.
Por su parte, el nivel de endeudamiento chileno es bastante similar al peruano y avanzaría en 4,4
p.p. hasta situarse en 32,3% en el marco de un paquete de medidas fiscales de hasta US$ 11.750
millones (4,7% del PIB) enfocado en apoyar el empleo y la liquidez de las empresas.
LOS MÁS ENDEUDADOS

El problema es que cuando un país está altamente endeudado, las posibilidades de conseguir
oxígeno económico son más escasas o mucho más costosas.

Y si su calificación de riesgo -que mide la probabilidad de que un Estado sea capaz de pagar sus
obligaciones- es alta, más difícil es conseguir financiamiento.

Uno de los índices de riesgo más utilizados es el EMBI (Emerging Markets Bonds Index) elaborado
por la empresa de servicios financieros J.P. Morgan Chase.

Como porcentaje de PIB, los países más endeudados de la región son Argentina, Brasil, El Salvador,
Uruguay y Bolivia, según los datos del FMI a 2019.

Deuda fiscal en América Latina

(Como % del PIB)

País Deuda

Argentina 93,3

Brasil 91,5

El Salvador 68,3

Uruguay 64

Bolivia 57,6

Costa Rica 57,1

México 53,8

República Dominicana 52,3

Colombia 51

Ecuador 49

Honduras 41,5

Panamá 41,3

Nicaragua 39

Chile 27,7

Perú 26,8

Guatemala 25,2
Paraguay 23,6

QUÉ PASA CUANDO SE CIERRAN LOS MERCADOS FINANCIEROS


"Hay países que no tienen los mercados financieros abiertos", explica Parrado.

Esa posición vulnerable afecta particularmente a Venezuela, Argentina y Ecuador, cuyos gobiernos
están buscando otras opciones de financiamiento.

Mientras Argentina y Ecuador intentan conseguir fondos extraordinarios con organismos como el
FMI o el Banco Mundial, la economía venezolana tiene pocas posibilidades de auxilio.

Fuentes consultadas por BBC Mundo señalan que probablemente está negociando -una vez más-
un préstamo con China.

LOS IMPACTOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DE LA PANDEMIA DE LA ENFERMEDAD POR


CORONAVIRUS (COVID-19) EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
A partir de enero de 2020, cuando se conocieron los primeros casos del nuevo coronavirus
(COVID-19), comenzaron a desplegarse, primero en China, y luego lenta y progresivamente en el
resto del mundo, instancias de seguimiento y reacción al brote viral. El 11 de marzo, la
Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo rector de Naciones Unidas para los temas de
salud, declaró la pandemia. Los primeros casos de COVID-19 en América Latina y el Caribe se
detectaron a comienzos de marzo, cuando se registraron los pacientes cero en varios países. En
respuesta, todos los Gobiernos de la región han puesto en marcha medidas para frenar la
propagación y varios de ellos han optado por la cuarentena y el confinamiento de las personas, en
algunos casos de forma opcional y en otros obligatoria, mientras continúan abocados a la
búsqueda de soluciones para detener la propagación del virus y mitigar sus efectos económicos y
sociales.

No hay país ni organismo internacional o de cooperación que no haya cambiado su forma de


operar. La pandemia ha obligado a todos los actores a redefinir sus planes y reencausar los
recursos disponibles para poner en el centro de su accionar no solo la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, es decir avanzar hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental sin
dejar a nadie atrás, sino también las respuestas a la crisis sanitaria, económica y social. La
pandemia ha provocado una conmoción en las sociedades y economías y obliga a ser más
creativos, aumentar el intercambio de experiencias, fortalecer el aprendizaje entre pares y
aprovechar el multilateralismo en un tiempo en que la cooperación y la colaboración entre los
actores es muy importante y en el que nadie se salva solo.

DATOS CURIOSOS

La pandemia llevará a la mayor contracción de la actividad económica en la


historia de la región
La caída de la actividad económica mundial, en particular en los Estados Unidos, China y Europa,
tiene un impacto negativo en América Latina y el Caribe a través del comercio, en sus dimensiones
de volumen y precio, en especial de materias primas. Algunos importantes sectores productivos de
países de la región están insertos en cadenas globales de valor en las que los Estados Unidos y
China juegan un papel fundamental. Además, México y Centroamérica están expuestos a la
contracción de la economía de los Estados Unidos también a través la reducción de las remesas de
los migrantes; en el caso de México se agrega la caída del precio del petróleo. Ante el nuevo
panorama económico de los principales socios de la región y una acentuación del desplome de los
precios de exportación, el valor de las exportaciones de la región caería cerca del 15%, con una
disminución de los precios del 8,8% y una contracción del volumen del 6%, que obedece
principalmente a una agudización de la contracción de la demanda mundial (véase el cuadro 2).

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