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UNIVERSIDAD DOCTOR ANDRÉS BELLO

Regional Chalatenango

Carrera: Licenciatura en Ciencias Jurídicas.

TRABAJO DE INVESTIGACION

Primer Laboratorio de Derecho Bursátil


Ensayo sobre: “Estabilización de las Finanzas públicas durante la
Pandemia”

Catedrático:
Lic. Saúl Edgardo Santamaría Vásquez

Estudiante:
Ana Veronica Alvarez de Hernández

Chalatenango, 14 de marzo de 2021


“Estabilización de las finanzas públicas durante la pandemia del
virus COVID19”
INTRODUCCION.
El Salvador, territorio pequeño que aun no supera las secuelas postguerra, a
inicios del año 2020 se estaría enfrentando a un reto desconocido hasta ese
momento, su frágil economía local lo percibiría como un golpe catastrófico. El
COVID-19, llego a mostrar la sensible “Estabilidad” que poseemos como seres
humanos, a nivel mundial la población se detuvo, se enfrasco en miedo a lo
desconocido, los más afortunados, hablando en términos económicos se dieron a
la tarea de acaparar los insumos básicos y una histeria colectiva se comenzó a
propagar cual si fuera el mismo virus que se extendía por cada rincón del mundo,
a unos países llego antes, a otros llego después, pero siempre llego. La diferencia
radica en que unos estaban más preparados que otros, que unos tenían los
recursos para paliar esta crisis sanitaria, mientras otros su única esperanza eran el
Endeudamiento y las donaciones internacionales, el dos mil veinte, fue un año
histórico, un año que debió dejarnos enseñanzas de vida, enseñanzas de
superación, de compañerismo, de amor, pero ese al final no fue el efecto, y como
bien sabemos el mayor afectado seria nuestro bolsillo. Se detuvieron las
actividades económicas, se detuvieron aeropuertos, embarques, fronteras,
empresas de todo tipo, pero la afectación más directa para él ciudadano común y
corriente que vive con el día a día, fue que se detuvo el comercio local y es que
cada uno de estos micro, pequeños y medianos negocios son la suma de una gran
economía que mueve el país, los dejamos de lado, los minimizamos pero son los
mayores afectados. Ahora bien, después de todo lo anterior es necesario analizar
y hacer una breve síntesis de cuanto fue la afectación en la estabilidad de las
finanzas públicas, no solo a nivel de país, sino a nivel de Centroamérica y
Republica Dominicana.
CUERPO

En el mes de Octubre de 2020, la Secretaria Ejecutiva del Concejo Monetario


Centroamericano, presento unas estimaciones de lo transcurrido durante los
primero seis meses de la pandemia Covid-19, en este se manifiesta el evidente
deterioro de la económica de la región Centroamericana y Republica Dominicana
como parte de las consecuencias del impacto de la pandemia a raíz del Covid-19
Los datos a junio 2020 muestran un déficit fiscal a nivel de Gobierno Central de
-2.8% del PIB regional, siendo el más alto de la última década para un registro
semestral. Como lo menciona la SECMCA en su informe de coyuntura de agosto
de 2020, este déficit se explica por dos razones:

1) contracción interanual de los ingresos totales de la región de 14.7%,


explicado principalmente por el comportamiento de los ingresos tributarios,
que han sido afectados por la profunda reducción de la actividad productiva.
2) un aumento significativo del gasto de 12.9% como resultado de la ejecución
extraordinaria de programas de apoyo para hogares y empresas, así como
el mayor gasto realizado para cubrir las necesidades de equipo, servicios e
infraestructura del sector salud.

El efecto generado por la pandemia en el balance financiero del gobierno central al


comparar la información de los meses de junio 2019-2020, obteniéndose que en
promedio para los países CARD el balance fiscal tuvo un deterioro de 2 p.p. del
PIB entre ambas fechas parte de este comportamiento proviene de la contracción
de los ingresos públicos, principalmente de los ingresos tributarios. Esto coherente
con la reducción generalizada en la actividad productiva, pero también como
consecuencia de las medidas de alivio tributario adoptadas por los gobiernos de la
región. Por el lado de las erogaciones los países de la región han aumentado su
gasto en los primeros 6 mese del año 2020 como máximo 3.1% y mínimo 0.1% del
PIB Este aumento ha sido impulsado por una serie de medidas implementadas por
los gobiernos para mitigar los efectos de la pandemia. Las expectativas para el
cierre del año 2020 permanecen pesimistas, con estimaciones del déficit del
gobierno central para los países de la región que rondarán entre el 6% y el 10%
del PIB, implicando una acumulación extraordinaria de deuda pública para todos
los países de la región. Esto se ha traducido en una mayor percepción de riesgo
país, que ha incrementado los costos de financiamiento de los gobiernos,
imponiendo mayores restricciones para la política fiscal y reduciendo aún más su
espacio de maniobra debido al incremento del pago de intereses y amortización de
capital. Este es el contexto fiscal en el que se encuentra la región actualmente, y a
partir del cual los países deberán diseñar sus estrategias de política fiscal
considerando la necesidad de apoyar la recuperación de la actividad productiva,
pero, sin dejar de lado la obligación de mantener finanzas públicas sanas y
estables. Economías como las de nuestra región que son emergentes y en vías
de desarrollos, ya en el pasado han atravesado periodos de volatilidad, pero tan
severas y generalizadas solo se han registrado en la actual crisis provocada por
la pandemia del COVID-19. Estas economías han mostrado una capacidad para
resistir el estrés financiero, pero esto se complica por diversos factores negativos
en la capacidad de financiamiento, tales como los crecientes déficits fiscales y de
cuenta corriente que se han observado de forma constante en años prepandemia.
Sumado a lo anterior, estas economías han cambiado su estrategia de
endeudamiento hacia fuentes más riesgosas, hasta países que poseían
condiciones más favorables (concesionarias) han colocado deudas con mayor
costo y riesgo, enfrentando las condiciones actuales de mercado. Este organismo
recomendaba dos puntos clave para ir avanzando económicamente, siendo estos
1) Apoyar la reactivación de la economía a través de medidas tanto de protección
social a familias en situación de riesgo, como medidas de estímulo para la
producción. 2) garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas en el mediano
plazo.

En nuestro país específicamente en el año 2019 el Ministerio de Hacienda


presento un informe sobre Finanzas Publicas que mostraba las perspectivas
económicas para el año 2020, las cuales se preveían de manera positiva pues se
esperaba un aumento de consumo e inversión local permitiendo una dinámica
productiva con tendencia a alcanzar un crecimiento real del 2.5% en ese mismo
año, y del 2.6% constante en los años 2021, 2022 y 2023, dichos datos provienen
de fuentes de informes reportados por el Banco Central de Reserva. Pero ese
escenario planteado en ese momento cambio pues en el primer trimestre del año
2020 el COVID-19 se había extendido internacionalmente con riesgos evidentes y
de gran trascendencia para la economía global, el COVID-19 alcanzo territorio
salvadoreño y con esto desencadeno una emergencia sanitaria por el inminente
contagio masivo que esto significaba, debían tomarse medidas rápidas y
acertadas, por lo menos para la mayoría poblacional, cada uno de estas medidas
desembocaban en un punto común: Las Finanzas Publicas de El Salvador. Se
debieron adoptar medidas para la oportuna detección de casos sospechosos,
intentos de paliar el impacto en los servicios de salud, adquirir y reservar
suministros médicos esenciales y crear mecanismos de alivio económico para la
población.

El Banco Mundial en Octubre del 2020, afirmaba en su página web que la


pandemia de la COVID-19 tendrá un impacto negativo significativo en el país, aun
cuando El Salvador fue el país de Centroamérica que más rápido adoptó fuertes
medidas de contención contra el brote y sigue siendo uno de los países menos
afectados en la región. El Gobierno tomó además medidas para limitar el impacto
de la pandemia en los hogares y las empresas. Las medidas incluyeron
transferencias de efectivo a aproximadamente el 60 por ciento de todos los
hogares; distribución de alimentos para hogares de bajos ingresos; un
aplazamiento en el pago de servicios básicos, hipotecas y préstamos personales;
extensiones para el pago del impuesto sobre la renta para personas y ciertas
empresas; reducción de los requisitos de reserva de los bancos para nuevos
préstamos y la relajación temporal de condiciones crediticias mediante un período
de gracia para el pago de préstamos, entre otros. El Gobierno también invirtió en
fortalecer las capacidades del sistema de salud pública, renovó varios centros
hospitalarios y construyó un nuevo hospital especializado en el tratamiento de la
COVID-19. Aun así, la pandemia tendría un impacto negativo en la reducción de la
pobreza y el crecimiento económico y en el PIB de El Salvador 1

CONCLUSION
1
https://www.bancomundial.org/es/country/elsalvador/overview
El concepto de sostenibilidad de las finanzas públicas o sostenibilidad fiscal puede
definirse como la situación en la cual las funciones del gobierno no se ven
afectadas en el tiempo por las obligaciones financieras adquiridas al acumular
deuda pública, definición que está en línea con lo expuesto en ( European
Comission, 2014) y (European Comission, 2016) . Esta sostenibilidad se ve
afectada cuando los desbalances fiscales aceleran la acumulación de deuda
pública obligando a los gobiernos a destinar una mayor cantidad de recursos
financieros del presupuesto nacional al pago de intereses y amortización de
capital, en detrimento de otras líneas o rubros de actividad gubernamental que son
fundamentales para el correcto funcionamiento social y económico de un país. En
síntesis, la sostenibilidad de las finanzas públicas es la capacidad que tiene un
gobierno de continuar con la aplicación de las políticas fiscales actuales, sin alterar
la tributación o el gasto, ni provocar un aumento de la deuda pública de forma
acelerada y continua como porcentaje del PIB.

Los datos fiscales nos permiten evidenciar la aceleración de endeudamiento


público, esto resultado de la crisis económica provocada por la crisis sanitaria del
COVID-19 por las razones antes analizadas. Los gobiernos centrales deben de
realizar ajustes fiscales para poder establecer un mecanismo de estabilización de
deuda a mediano plazo en conjunto con las acciones sociales para reactivar la
economía.

Es un reto enorme para Centroamérica, Republica Dominicana y en especial para


el salvador sobreponerse de las secuelas de esta crisis, esperemos que los
escenarios futuros sean más alentadores.

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