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Nombre:
Chrismarlyn
Apellido:
Acosta Reyes
Matricula:
100608763
Asignatura:
Int. A la filosofía
Maestro:
Ramón Hernández Orbe
Tema: Visión general de la filosofía
Cuestionario No. 1
La palabra filosofía proviene de dos voces griegas: PHILIA = Amor y SOPHIA = Sabiduría;
por lo cual significa etimológicamente “AMOR POR LA SABIDURÍA” la ciencia, al saber y
al conocimiento. Se atribuye a Heráclito la acuñación de esta palabra. Este término fue
utilizado por primera vez por Pitágoras en calidad de una ciencia especial y la introdujo
por primera vez Platón. Sócrates fue llamado el Maestro de la filosofía.
La filosofía puede considerarse como el á rea del saber más rigurosa en tanto abarca
todas las expresiones de lo existente, las abstrae y explica su interrelación de una
forma estructural y coherente. Todas las áreas del saber, las ciencias y las disciplinas
que conocemos hoy en día han surgido como hiperespecialización de preguntas que
fueron planteadas por la filosofía.
Etimología
Sócrates fue el primer filósofo en decir que ‘’el alma es algo característico del hombre
y es la sede del pensamiento y de los valores morales”
Crítica: la filosofía es un saber crítico, que pone en duda ciertas cosas que no le
parecen suficientemente claras o bien explicadas.
En este sentido, la importancia de la filosofía recae en que es una doctrina que busca
respuestas racionales de los principios que rigen al ser humano y la sociedad, tomando
en cuenta cuestiones que solo se pueden resolver considerando aspectos que van más
allá de los hechos reales.
"Así como esta ave está de día escondida y retraída en lugares oscuros, apartada de la
conversación de las otras aves, así el sabio con deseo de la especulación se retrae a
lugares solitarios, porque en la familiaridad y frecuencia de la gente no hay quieto
reposo para filosofar; y porque el contemplar y considerar tiene más fuerza de noche
que de día"
9. ¿Cuáles son las tres fuentes del origen de la filosofía? Nombrarlas y
explicarlas.
El que ocurre ante las cosas que se presentan inmediatamente entre las extrañas.
El asombro ante cuestiones mayores, tal como las particularidades del Sol, la Luna
y los astros.
Es un método y principio para llegar a una base de conocimiento cierto, desde donde
partir y cómo fundamentar otros conocimientos del mundo. René Descartes populariza
este método en el siglo XVII. No obstante, son notables y numerosos los escritos y
filósofos anteriores que coinciden en formulaciones similares.
Descartes expone que su objetivo es encontrar verdades seguras, tangibles y fácticas
de las cuales no sea posible dudar en absoluto, verdades evidentes que permitan
fundamentar la edificación del conocimiento con absoluta garantía.
El primer problema planteado es cómo encontrarlas y, para resolverlo, expone el
método de la duda.
En este método la cuestión preliminar y fundamental es la de decidir por dónde
empezar la búsqueda. La respuesta y el primer momento de este proceso de búsqueda
del conocimiento verdadero es la llamada duda metódica.
La duda metódica consiste en descartar cualquier supuesto no seguro, del que se
pueda dudar. Si esta existe, este supuesto podría ser verdadero o falso.
Sabemos que ninguna cultura nace por generación espontánea; se nutre también de la
sabiduría de los pueblos que la circundan. Pero el caso del pueblo griego es especial,
porque no solo asimiló las aportaciones de sus vecinos, sino que capitalizó esos
conocimientos y desarrolló sus propias intuiciones y sabiduría hasta crear la civilización
más espléndida de los tiempos antiguos.
Sin embargo, esto no es algo que haya quedado solo como un hermoso vestigio, sino
que sigue vivo entre nosotros. La impronta que dejó en el lenguaje, en el pensamiento,
en el arte, en la arquitectura, en el sentido de la belleza y en los valores morales, es
algo que está cada día con nosotros porque ha configurado nuestra
Desde tiempos muy antiguos, los griegos obtuvieron resultados sorprendentes en sus
investigaciones sobre la naturaleza, los fenómenos celestes y la condición humana, e
hicieron grandes aportaciones para la geometría, las matemáticas, la astronomía, la
literatura, etc., sentando bases para el desarrollo de las ciencias y las artes; las cuales
continúan siendo un estudio obligatorio en diversos campos.
Protágoras decía: “El hombre es la medida de todas las cosas”, y ésta es una máxima
que podemos considerar como el principio de los valores humanísticos que Grecia
enarboló, dándole a Occidente uno de sus rasgos fundamentales.
La reflexión acerca de las formas de la vida humana, incluyendo por tanto el análisis
científico de ésta, sigue en general un camino opuesto al curso real de las cosas.
Comienza post festum y arranca, por tanto, de los resultados preestablecidos del
proceso histórico.