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CASO DORA

Texto: “Fragmento de análisis de un caso de histeria” de Freud (VII)

Presentación

Dora fue paciente de Freud a fines de 1900, justo después de que aquel haya publicado

“interpretación de los sueños”. Por esto mismo es que tal historial, le da mucha importancia
a aquellos. Freud dice que el sueño es uno de los rodeos por los que se puede sortear la

represión (pág. 15) y nos alerta que en el historial vamos a poder ubicar cómo interviene la
interpretación de un sueño en el trabajo de un análisis. También se reflejarán conceptos de

“tres ensayos de una teoría sexual”. El historial entonces va a ser marcado con un
movimiento pendular, es decir con una ida y vuelta entre ambos momentos.

Desde las primeras páginas, Freud se propone exponer sus opiniones sobre los procesos
psíquicos y las condiciones orgánicas de la histeria. Habla de una soldadura entre lo

orgánico y el sentido, siendo importante mencionar aquí, que cuando Freud habla de
condiciones orgánicas, en los primeros textos lo ubicamos como aptitud para la conversión o

solicitación somática, pero que finalmente en el epilogo dirá (pág. 99): “Nadie podrá negar el
carácter de factor orgánico que presenta la función sexual, en la cual yo veo el fundamento de

la histeria así como de las psiconeurosis en general”, lo que implica que hacia el final de su
trabajo establecerá que cuando hablamos de lo orgánico, no estamos hablando de nada que

tenga que ver con la biología sino, fundamentalmente, con la función sexual. Es más, dice
que en la función sexual es donde ve el fundamento de la histeria así como de las

psiconeurosis en general.

Por otro lado, tenemos que ubicar en el marco que implica el historial, algunas

puntualizaciones acerca de la técnica que Freud nos propone y que dejan ver las
concepciones importantes que hacen al psicoanálisis:

En las palabras preliminares, Freud nos advierte acerca de un cambio en la técnica


psicoanalítica: dice que ya no se trata de llevar a cabo el levantamiento de los

síntomas, sino de dejar que el enfermo determine el tema. Es decir, se propone partir
de la superficie que el inconsciente ofrece. Es importante marcar esto ya que
podemos ver un anticipo de lo que después va a formalizar como la asociación libre
como técnica fundamental del psicoanálisis.

Hacia el final del texto, en el epilogo, Freud es contundente con una afirmación
acerca de cómo piensa el inconsciente (98/99): “En particular, podrá chocar el carácter

tajante de mi punto de vista acerca del inconsciente, pues opero con representaciones,
itinerarios de pensamiento y mociones inconscientes como si fueran unos objetos de la

psicología tan buenos e indubitables como todo lo consciente”. Aquí leemos cadena
asociativa….es el modo freudiano de decir que el inconsciente está estructurado

como un lenguaje. Es decir, que el inconsciente para Freud es esto, y nos lleva a
entender que no hay que pensar en el inconsciente como algo oculto a revelar sino

que es en esa articulación significante, en esa ilación de pensamiento, en esa


articulación de representaciones, que se va produciendo. Es muy importante leerlo en

1905 y tener esas referencias.

Finalmente, Freud también nos alerta sobre el lugar de la transferencia en la cura

(pág. 101) [la transferencia va a atravesar todo el historial y Lacan también la va a


retomar]: “En el curso de una cura psicoanalítica, la neoformación de síntoma se

suspende (de manera regular, estamos autorizados a decir); pero la productividad de la


neurosis no se ha extinguido en absoluto, sino que se afirma en la creación de un tipo

particular de formaciones de pensamiento, las más de las veces inconscientes, a las que
puede darse el nombre de «transferencias»”. Este párrafo es importante porque

tenemos la forma de leer en Freud, lo que con Lacan vamos a llamar la necesidad del
síntoma de transferencia (que se establezca un síntoma en transferencia para que un

análisis pueda llevarse a cabo); Freud nos dice que tenemos la productividad de un
síntoma nuevo en transferencia (la neoformación de síntoma se suspende); por otro

lado, Freud nos define en este punto: “¿Qué son las trasferencias? Son reediciones,
recreaciones de las mociones y fantasías que a medida que el análisis avanza no

pueden menos que despertarse y hacerse conscientes; pero lo característico de todo el


género es la sustitución de una persona anterior por la persona del médico. Para

decirlo de otro modo: toda una serie de vivencias psíquicas anteriores no es revivida
como algo pasado, sino como vínculo actual con la persona del médico”. Es decir, que

en transferencia se juega algo de lo sintomático.


Es aquí que Freud también propone, no solo a la transferencia con su cara de
obstáculo, sino también ubicándola como motor de la cura. Primeras aproximaciones,

que va a formalizar más adelante.

Hay varias cuestiones en la pág. 102 y 103: “la trasferencia es algo necesario. Al

menos, uno se convence en la práctica de que no hay medio alguno para evitarla, y
que es preciso combatir a esta última creación de la enfermedad como se lo hace con

todas las anteriores” (…) “únicamente a la trasferencia es preciso colegirla casi por
cuenta propia, basándose en mínimos puntos de apoyo y evitando incurrir en

arbitrariedades. Pero no se puede eludirla; en efecto, es usada para producir todos los
impedimentos que vuelven inasequible el material a la cura, y, además, sólo después

de resolverla puede obtenerse en el enfermo la sensación de convencimiento en cuanto


a la corrección de los nexos construidos”. Acá Freud está refiriéndose a lo que

podemos llamar la cara de obstáculo de la transferencia.

“La cura psicoanalítica no crea la trasferencia; meramente la revela, como a tantas

otras cosas ocultas en la vida del alma. La única diferencia reside en que,
espontáneamente, el enfermo sólo da vida a trasferencias tiernas y amistosas que

contribuyan a su curación; y donde esto no es posible, se alejará todo lo rápido que


pueda, sin ser influido por el médico que no le es «simpático». ¿Qué pasa en el

psicoanálisis? “En el psicoanálisis, de acuerdo con su diferente planteo de los motivos,


son despertadas todas las mociones, aun las hostiles. Por lo tanto, la transferencia es

destinada a ser el máximo escolio para el psicoanálisis, se convierte en su auxiliar más


poderoso cuando se logra colegirla en cada caso y traducírsela al enfermo” →

transferencia pensada como motor de la cura.

→ PRESENTACIÓN CLÍNICA DEL HISTORIAL

Personajes principales:

Dora: joven de 18 años de edad, inteligente, activa y bastante independiente para lo que era

una muchacha de aquella época. Era la mimada del padre y era muy crítica con su madre ya
que esta quería atraerla a las tareas domésticas y Dora rechazaba esas cuestiones.
Padre de Dora: gran industrial y buena posición económica. Señor con varios antecedentes
de enfermedades; tiene un vínculo muy frío con su esposa y otro vínculo muy cercano con la

señora K.

Señora K: tanto ella como su marido, son amigos de la familia…que se conocen en uno de

los traslados que tiene que hacer la familia de Dora por una de las enfermedades del padre,
y es la señora K quien cuida al padre durante su enfermedad y durante este tiempo fue

amiga y confidente de Dora. Solía enfermarse de manera repentina cuando el señor K


regresaba de sus viajes.

Señor K: Hombre joven, bien parecido. Estableció un vínculo cercano con Dora, le hacía
regalos y por momentos solo Dora sabía cuándo el señor K volvía o se iba de viaje.

Actores de reparto:

Madre de Dora: una señora de poca cultura que luego de la enfermedad de su marido, se

distancia de aquel ¿Por qué? Una de las enfermedades que tuvo el marido fue sífilis…con lo
cual podemos suponer algún engaño del marido y entender el consecuente distanciamiento.

Una vez que se distanció de su marido, se concentró en las tareas domésticas; Freud dice
que llego a presentar un cuadro de psicosis del ama de casa…se ocupaba todo el día de

limpiar y llegaba al extremo de casi no permitir el uso de los objetos y de los espacios.
Insistía en que Dora se sumara a esas actividades y Dora no quería saber nada

Hermano de Dora: un año y medio mayor que ella y en la infancia había sido el modelo a
que ella quería parecerse. Ella solía enfermarse como su hermano, pero con síntomas más

intensos.

Tía paterna: a quien Dora quería y tomó como modelo. Esta poseía una forma grave de

neurosis, tuvo un matrimonio desdichado y se enfermó y murió cuando Dora tenía 16 años.

Prima de Dora: hija de esta tía paterna. Se enferma, empieza a tener síntomas cuando su

hermana formalizaba su noviazgo.

Gobernanta: una niñera que tuvo Dora. Le mostraba interés y atención a Dora pero que, en

realidad, estaba interesada en el padre. Es decir, que la usaba a Dora para acercarse y
agradar al padre. Hay que tener en cuenta que es la señora K, la que alerta a Dora de esta

situación: cuando Dora se entera de esto, se enoja muchísimo y hace que la echen.
Ingeniero: un joven que está interesado en Dora; se trasladó a Alemania por trabajo y está
intentando forjarse un futuro para poder pretenderla a Dora….le escribe postales desde los

distintos lugares por los que está para que Dora no se olvide de él

En la pág. 18, Freud articula lo que son las enfermedades del padre con la infancia y los

síntomas de Dora: “La persona dominante era el padre, tanto por su inteligencia y sus rasgos
de carácter como por las circunstancias de su vida, que proporcionaron el armazón en torno

del cual se edificó la historia infantil y patológica de la paciente”. Podemos leer en Freud,
cómo las vivencias infantiles que se constituyen en la neurosis infantil, se juegan en los

síntomas de la vida adulta. Esas vivencias de la infancia son leídas, interpretadas desde la
vida adulta como determinantes o formando parte de los síntomas. Esto nos permite hacer

una distinción entre neurosis y psicosis: en las primeras, las vivencias relacionadas a las
enfermedades del padre, se juegan en los síntomas de la vida adulta de Dora; en las

segundas, podemos tener datos de la infancia del paciente pero no los articula de manera
metafórica en su síntoma/padecimiento.

¿Cuáles son estas enfermedades y cómo Freud nos ubica las edades de Dora marcada por
las enfermedades del padre?:

Cuando Dora tenía 6 años: el papá tuvo tuberculosis, lo que provocó que se trasladaran a
B, que es el lugar donde establecen el vínculo con los K y donde viven 10 años.

Cuando Dora tenía 10 años: el padre sufre de un desprendimiento de retina. Le provocó


una disminución permanente de la visión.

Cuando Dora tiene 12 años: el padre tiene un ataque de confusión, seguido de


manifestaciones de PGP (parálisis general progresiva): es correlato de haber tenido sífilis. La

PGP, en alguna de sus manifestaciones más severas, trae perturbaciones psíquicas (que es lo
que le pasó al padre de Dora). Es en ese momento, que es llevado a consultar con Freud por

el señor K. Ahí es donde Freud conoce a el señor K y va a decir que es bien parecido y donde
el padre queda conectado con Freud y por eso recurre, luego, con Dora.

En el enlace que hace Freud entre enfermedades del padre y vida de Dora, también va a
relatar lo que son los síntomas de Dora:
Cuando Dora tiene 8 años: presenta disnea (falta de aire) que se produce después de una
excursión a la montaña y que es diagnosticado como un trastorno nervioso.

Cuando Dora tiene 12 años: mismo tiempo en el que el padre tiene PGP, confusión….Dora
presenta migraña y tos nerviosa; que primero aparecen juntos y después aparecen

separados.

Cuando Dora tiene 16 años: tuvo ataques de tos con afonía y es ahí donde hay una primera

consulta a Freud pero que después no prospera en un tratamiento.

Casi a los 17 de Dora: muere su tía y Dora presenta unos cuadros febriles, que son

diagnosticados como apendicitis.

Cuando Dora tiene 18 años: desazón, alteración del carácter. Arma esta carta de despedida

de suicidio y es allí donde consulta a Freud, llevada por el padre.

Inicia el tratamiento a los 18 años, obligada por su padre. Por la carta que había escrito de

despedida y escondido. Los signos principales de su enfermedad en ese momento eran


desazón y alteración del carácter: enfrentaba de manera hostil a su padre y no se entendía

con su madre. Freud, pág. 22: “hasta aquí no parece en su conjunto digno de comunicarse.
«Petite hystérie» con los más corrientes síntomas somáticas y psíquicos: disnea, tussis nervosa,

afonía, quizá también migrañas; además desazón, insociabilidad histérica y un taedium vitae
probablemente no tomado en serio”. Si bien este parece un caso simple, Freud propone

incursionar en su esclarecimiento, para lograr algunos aportes para avanzar en el


conocimiento de la histeria.

¿Cómo llega Dora a la consulta con Freud? A través de una carta

¿Qué cuenta el padre de Dora acerca de qué es lo que él piensa que determinó la aparición

de los síntomas? En la pág. 24 tenemos el relato del padre acerca de cómo venía la relación
con la familia K y cuál fue la escena que determinó el cambio de conducta: “Me informó que

él y su familia habían trabado íntima amistad en B. con un matrimonio que residía allí desde
hacía varios años. La señora K. lo había cuidado, durante su larga enfermedad, ganándose así

un imperecedero derecho a su agradecimiento. El señor K. siempre se había mostrado muy


amable hacia su hija Dora, salía de paseo con ella cuando estaba en B., le hacía pequeños
obsequios, pero nadie había hallado algo reprochable en ello. Dora atendía a los dos hijitos del
matrimonio K. de la manera más solícita, les hacía de madre, por así decir”.

Después nos enteramos que hubo un momento donde la familia K estaba de vacaciones de
veraneo y Dora y su papá fueron de visita; el padre iba a ir pocos días y Dora se iba a quedar

una estadía. “Dora iba a permanecer varias semanas en casa de los K., mientras que el padre
se había propuesto regresar a los pocos días. También el señor K. estuvo allí durante esos días.

Pero cuando el padre estaba haciendo los preparativos para regresar, la muchacha declaró de
pronto, con la mayor decisión, que viajaría con él, y así lo puso en práctica. Sólo algunos días

después explicó su llamativa conducta contando a su madre, para que esta a su vez se lo
trasmitiese al padre, que el señor K., durante una caminata, tras un viaje por el lago, había

osado hacerle una propuesta amorosa” [escena del lago, donde el señor K le dice que la
mujer no es nada para él y le estampa un beso: Dora le da un cachetazo].

“Cuando el padre y el tío de Dora pidieron cuentas de su proceder al inculpado en una


inmediata entrevista, este desconoció con gran energía toda acción de su parte que pudiera

haber dado lugar a esa interpretación, y empezó a arrojar sospechas sobre la muchacha,
quien, según lo sabía por la señora K., sólo mostraba interés por asuntos sexuales y aun en su

casa junto al lago había leído la Fisiología del amor de Mantegazza, y libros de ese jaez ”. El
señor K dice que Dora miente, son fantasías de ella. Él sabía de los libros que leía Dora

porque la señora K se lo contó: la señora K la traicionó a Dora.

El padre luego de esto dice: “«Yo no dudo -dijo el padre- de que ese suceso tiene la culpa de

la desazón de Dora, de su irritabilidad y sus ideas suicidas. Me pide que rompa relaciones con
el señor K., y en particular con la señora K., a quien antes directamente veneraba. Pero yo no

puedo hacerlo, pues, en primer lugar, considero que el relato de Dora sobre el inmoral
atrevimiento del hombre es una fantasía que a ella se le ha puesto” [el padre descree de lo

que Dora dice; Dora lo acusa al padre de que la entrega tipo moneda de cambio al señor K,
para que no interfiera en su relación con la señora K] (…) “en segundo lugar, me liga a la

señora K. una sincera amistad y no quiero causarle ese pesar. La pobre señora es muy
desdichada con su marido, de quien, por lo demás, no tengo muy buena opinión; ella misma

ha sufrido mucho de los nervios y tiene en mí su único apoyo. Dado mi estado de salud, no me
hace falta asegurarle que tras esta relación no se esconde nada ilícito. Somos dos pobres seres

que nos consolamos el uno al otro, como podemos, en una amistosa simpatía. Bien sabe usted
que no encuentro eso en mi propia mujer. Pero Dora, que tiene mi obstinación, se afirma
inconmovible en su odio a los K. Su último ataque sobrevino tras una conversación en la que

volvió a hacerme el mismo pedido. Procure usted ahora ponerla en buen camino».”

→ Así llega Dora, forzada y sin querer hacer el tratamiento.

SÍNTOMAS E IDENTIFICACIONES

Nos vamos a centrar en la conceptualización que, a esta altura y en este texto, va a hacer

Freud del síntoma histérico, es decir como aborda y define el síntoma conversivo y el
mecanismo de formación de síntomas y, como en esa definición, se reúnen los conceptos de

identificación y fantasía. En simples palabras, Freud va a soldar el concepto de fantasía al


síntoma.

VIDEO SINTOMA HISTÉRICO

Freud parte de la siguiente pregunta ¿son los síntomas de la histeria de origen


psíquico o somático? Pero se responde que no se trata de una o la otra sino que el

síntoma histérico se arma de la relación entre ambos (lo psíquico y lo somático). Para
la formación de un síntoma entonces, hacen falta dos elementos: la solicitación

somática, es decir una alteración normal o patológica en un órgano y que se


produce una sola vez, pero para que produzca síntoma, es necesario que se le una un

segundo elemento: el sentido. La solicitación somática es algo que pide o reclama


una descarga, o en términos freudianos, una precondición somática. En el caso de

Dora, por ejemplo, podemos ver que ella de niña era chupeteadora, lo que va a
determinar su síntoma de grande. El motivo va a ser siempre una ganancia del más

allá del principio del placer. Uno de los sentidos, condición necesaria, debe ser sexual
e infantil (“fantasías perversas son las que forman el síntoma histérico”).
Veremos que la fantasía reformula la teoría traumática anteriormente planteada. Si bien no la
abandona totalmente, intenta rastrear la escena traumática efectivamente acontecida. Para

entender mejor el papel de las fantasías como aquello que viene a lugar de lo traumático,
tomaremos brevemente un texto que es unos años posterior: “fantasías histéricas y su

relación con la bisexualidad”.

Vamos a recordar el cuadro clínico: Dora no llega a la consulta con Freud por sus síntomas

sino por esa especie de delirio de reivindicación, ese reclamo hacia el padre para que se
apartara de los K…que había llegado, incluso, a una especie de amenaza de suicidio figurada

en la carta de despedida y un desmayo que ocurre luego de una fuerte discusión con el
padre. En este caso NO son los síntomas los que motivan la consulta.

Los síntomas que Dora presentaba ya desde los 8 años le permiten diagnosticar la
presentación del caso como una pequeña histeria. Tales eran: la disnea (síntoma permanente

y que aparece por primera vez en una excursión a la montaña), migrañas (desde los 12 hasta
los 16), tos nerviosa (que continúa durante el tratamiento), ataques de tos con afonía (donde

los tratamientos habituales no le habían dado ningún resultado), hay un cuadro febril (que
aparece, que es diagnosticado como apendicitis) y un cierto cambio de carácter o de humor

(desazón y alteración del carácter, un tedio vital, un sentimiento melancólico).

Hay, a su vez, una serie de tres síntomas que aparecen luego de una escena particular:

- Asco o repugnancia entre los alimentos


- Fobia a ver parejas en tierno coloquio

- Alucinación sensorial que consiste en la sensación de presión en el brazo

Hemos visto que Freud ubica la proposición amorosa del señor K en la escena del lago y

que esa proposición amorosa fue la ocasión para el desencadenamiento de la neurosis


histérica de Dora. Sin embargo, Freud no deja de observar que hay otros síntomas que datan

de una época anterior a esa escena y, es por eso, que intenta rastrear alguna escena previa
que haya tenido el carácter de vivencia traumática, sobretodo de vivencia traumática infantil.

Dora le relata una escena anterior, que ocurrió cuando ella tenía 14 años y es cuando del
señor K la besó en la escalera de su local, le estampa un beso sin su consentimiento y a

partir de allí, queda ubicado el síntoma del asco. El asco histérico constituye una constante
bastante frecuente dentro de la sintomatología histérica, de hecho, Freud allí da una primera
definición de histeria, que es la siguiente: “Yo llamaría «histérica», sin vacilar, a toda persona,

sea o no capaz de producir síntomas somáticos, en quien una ocasión de excitación sexual
provoca predominante o exclusivamente sentimientos de displacer” (pág. 27). Acá vemos que

la intención de Freud es no reducir la histeria simplemente a la cuestión sintomática sino que


intenta definirla de un modo más amplio.

Respecto del asco, es interesante que Freud lo mencione como síntoma ya que, en principio
y tempranamente en su obra, él lo ubica como un dique pulsional (junto con la vergüenza, la

moral y la compasión); también va a ser definido como un síntoma primario de defensa (lo
vamos a ver cuándo en la parte de neurosis obsesiva, veamos la trayectoria típica de esta).

Esto quiere decir que NO son formaciones de compromiso sino que tienen una función
defensiva respecto de la sexualidad pero no tiene el mismo estatuto del síntoma conversivo,

lo define de un modo distinto.

La cuestión es que después de esta escena, se presentan los tres síntomas nombrados

anteriormente: el asco, Freud lo explica como un trastorno del afecto y dice que en lugar de
la sensación genital (que debería haberse excitado), sobreviene la sensación de displacer en

la mucosa de entrada del aparato digestivo, es decir que se trata de un desplazamiento de


zona (por represión de la zona erógena de los labios); la alucinación sensorial, sería la

presión del brazo del señor K sobre su cuerpo, producto también de un desplazamiento de
zona, ya que dice que probablemente la presión del miembro masculino tuvo por

consecuencia una excitación clitoriana, la cual quedó fijada en el tórax por desplazamiento
de la sensación de presión.

Tratamiento: vemos que lo que Dora presentaba era una idea inconmovible, ¿Cuál era esta
idea? Que su padre y la señora K tenían una relación amorosa y que el precio para poder

sostener esa relación amorosa, había sido entregada al señor K como una especie de objeto
de intercambio/como precio de la tolerancia que este pudiera prestar a la relación de su

mujer con el padre. En este punto dice Freud, no había lagunas en su memoria, no había
nada que se presentara con cierta duda, era una especie de certeza. Parece que, incluso,

Dora había advertido a su madre sobre esto pero ella no le había dado mucha importancia y
le había dicho que la señora K, incluso había tenido buen gesto cuando el padre parece que
estaba muy mal anímicamente, había ido con ciertas intenciones de delirio al bosque y ella lo
había presentido y acudió para convencerlo de que no se matara.

Si bien Freud lee aquello, en la carta de despedida de Dora, como una añoranza de amor, es
cierto que esto que Dora dice no está muy alejado de la realidad ya que hay muchas

actitudes del padre que podían dar cuenta de ello. Freud dice que era bastante llamativo que
el señor K le haya regalado, por ejemplo, un ramo de flores todos los días durante un año a

Dora y que pasara muchísimo tiempo libre en su compañía y que nadie sospechara de que
estaba intentando seducirla; había puntos bastante reconocibles de ese hecho.

Esto es precisamente lo que dice Dora a Freud: todo lo que estoy contando es así, esta es
mi verdad. ¿Cuál es la línea de tratamiento? Freud no le dice que eran fantasías, del mismo

modo que habían sido las acusaciones del señor K (que le habían dicho que eso que estaba
diciendo era producto de su imaginación), pero tampoco le dice que es verdad (“usted tiene

razón”): lo que dice Freud es que los reproches dirigidos a otras personas hacen
sospechar de una serie de autoreproches de idéntico contenido. Dice que ese reproche

que ella le dirige al padre, debería ser reconducido hacia ella misma; ¿Cuál es este reproche?
Ella le reprocha al padre que no quería ver con claridad la relación del señor K con ella, para

no ser molestado en su relación con la señora K pero que, en definitiva, ella había hecho lo
mismo: ella había sido cómplice de esta relación del padre con la señora K, había hecho todo

lo posible para encubrir esa relación. Hasta ese momento, Dora sostenía de cierto la relación
del padre con la señora K, por ejemplo, ella nunca iba a verla cuando sospechaba que el

padre estaba con ella, a veces se ocupaba de los hijos para ganarle tiempo a la señora K para
que este con el padre. También aparece una gobernanta, con quien Dora había tenido muy

buena relación, habían sido muy compinches y esta gobernanta, en su momento, le había
dicho a Dora algo respecto de las sospechas que ella también tenía de la relación de su

padre con la señora K: pero lo único que produjo esto fue que se ganara la enemistad de
Dora. A partir de aquello, Dora dice que había notado que la gobernanta estaba enamorada

del padre y que aquel no le daba mucha bolilla. Freud dice que le resulta hasta gracioso lo
ciega que Dora podía ser para un lado y lo penetrante que podía resultar en otro sentido;

Freud aprovecha esto para advertir que Dora tenía el mismo comportamiento con los hijos
del señor K, que se ocupaba de ellos para darle mayor disponibilidad de tiempo a la señora

K pero que también cree que, ocuparse de los hijos, estaba en realidad, ocultado algo…era
una especie de cobertura. Esa cobertura, dice Freud, es el amor de Dora por el señor K;
Freud sostiene que Dora estaba enamorada del señor k aunque ella no lo supiera del

todo conscientemente, de hecho, se lo dice a Dora, pero Dora no acepta esa interpretación
(Freud no es el primero que se lo dice).

Más allá de eso, Freud se pregunta: si Dora estaba enamorada del señor K ¿Cómo se explica
ese rechazo y de esa forma hostil cuándo él le hace la propuesta amorosa en la escena junto

al lago? Freud le demuestra que el reproche hacia el padre (el de arreglar las cosas de
manera más cómoda para su propio beneficio) recae sobre ella y coincide con su propia

historia.

En una sesión, Dora le comenta a Freud, que había tenido unos dolores de estómago. Freud,

que supone enseguida alguna causalidad psíquica, interviene preguntándole: ¿A quién copia
usted de eso? Es muy interesante porque, desde el inicio, él no lo piensa como una cuestión

física-biológica, sino que le supone de entrada una causalidad inconsciente. Le pregunta si,
en esos días, había alguien que hubiera sufrido un dolor parecido y es así que Dora le cuenta

que tiene unas primas que había visitado el día anterior y que la menor de ellas, había
formalizado noviazgo y la mayor, había estado con dolores de estómago muy fuertes que la

obligaron a internarse.

La interpretación de Dora era que lo que le había ocurrido a la hermana mayor era por

envidia, porque dice que siempre se enfermaba cuando quería obtener algo y, en este caso,
lo que quería era no presenciar la dicha de su hermana. Freud concluye que sus propios

dolores de estómago (Dora) daban cuenta de lo que denomina identificación con su prima,
en dos sentidos:

- Tanto por envidiar la dicha amorosa de su prima menor.


- Como, también, porque veía reflejado su destino en el de su prima mayor, quien

hacía poco había sufrido un desengaño amoroso.

Lo veremos más adelante, pero esto es una identificación histérica.

El conocimiento de que las enfermedades se pueden utilizar con determinados fines,


también es aplicado en la siguiente situación: parece que Dora había observado que la

señora K enfermaba cuando su marido estaba presente, pero que cuando aquel se iba de
viaje, se encontraba en un perfecto estado de salud: la presencia de su marido era lo que la
enfermaba, un hecho que le aportaba cierto beneficio: el de sustraerse de los deberes

conyugales.

Dora, también comenta que sus estados de salud y enfermedad eran alterantes (tos y afonía

se daban en ciertos períodos de tiempo) y que su duración era de 3 a 6 semanas (lo que
coincide con los períodos de ausencia del señor K). Aquella, al contrario de la señora K,

enfermaba cuando el señor K se ausentaba y sanaba cuando “el ser amado estaba de
regreso”.

Lo interesante aquí es la relación que el sujeto histérico pone frente a su objeto de amor: “el
sujeto histérico femenino nunca ama más que en ausencia, como si la condición de ausencia

del objeto amado, aumentara su amor”.

Freud aprovecha esto para señalarle a Dora que su enfermedad también era tendenciosa, es

decir que tenía un motivo: hacer que el padre se alejara de la señora K (como no lo había
conseguido a través de los ruegos y lamentos, enfermó). Freud lo que dice es que si el padre

hubiera cedido por la salud de Dora, ella probablemente hubiera tomado esta actitud y se
hubiera servido de ella a lo largo de su vida. Es decir, que hubiera utilizado la enfermedad en

futuras ocasiones, para obtener algo del otro, pero que si el padre no cedía, dora tampoco
iba a ceder a su enfermedad tan fácilmente.

A partir de este punto, Freud plantea en el historial, cuales son las características de la
conformación de un síntoma histérico: en principio, se pregunta si los síntomas de la

histeria son de origen psíquico o somático. Lo que se responde es que la pregunta es de por
sí, inadecuada. ¿Por qué? Porque en la constitución de un síntoma histérico entra en juego la

contribución de dos partes:

- Una de origen psíquico

- Otra de origen somático

Lo que debe haber entonces es cierta solicitación somática. ¿Cómo define esto? Como un

proceso normal o patológico en un órgano pero que solo se repite si posee un sentido.
La solicitación somática, la debemos entender como una solicitud/pedido/demanda del

cuerpo; el sentido le es adosado al síntoma histérico, no viene de entrada con el síntoma.


Freud lo dice así: es soldado a él, son pensamientos reprimidos que, en su intento por
expresarse, se sirven de esa parte del cuerpo como una vía para ello; Freud dice que la

solicitación somática procura a los procesos psíquicos inconscientes, una salida a lo corporal.
Pero, el síntoma es PREVIO AL SENTIDO: solo secundariamente se recubre por él, el sentido

NO es su causa. El síntoma tiene, en términos de Lacan, un núcleo real.

Freud va a decir algunas metáforas para explicar esto:

- La del alambre que sostiene la guirnalda


- El molusco de arena que recubre la perla

Hablamos del cuerpo pero bien, ¿Qué lugar tiene la pulsión? Freud menciona que para que
haya solicitación somática, debe haber una precondición somática: esto es un punto de

fijación pulsional, una predisposición patológica (del mismo modo que habíamos visto en
Schreber: la fijación en los puntos de la trayectoria de la libido). Acá vamos a ver que, para

que se constituya un síntoma, primero esa zona va a estar determinada por los puntos de
fijación pulsional que Freud denomina precondición somática.

Repetimos: el síntoma histérico es una contribución de dos partes, hay un artificio de enlace
entre una expresión somática y un contenido de pensamiento inconsciente (psíquico). Estos

pensamientos inconscientes (leyéndolo un poco con los conceptos de Lacan) lo podemos


ubicar como simbólico-imaginario; y la solicitación somática, lo dijimos como en el registro

de lo real: el síntoma viene de lo real.

Esa precondición somática de la que hablamos (fijación), Freud la ubica en Dora en el

chupeteo; en la pulsión oral que activa la zona erógena. En la pág. 46 del historial, Dora va a
relatar una escena infantil que Freud va a denominar matriz imaginaria: esta escena infantil

consiste en que ella está sentada en el suelo chupándose el pulgar y mientras, con la mano
derecha, le daba tironcitos al lóbulo de la oreja del hermano mayor (dato que le permite a

Freud ubicar la precondición somática de la chupeteadora). Freud dice: “La intensa activación
de esta zona erógena a temprana edad es, por tanto, la condición para la posterior solicitación

somática”, ¿Cuál es la solicitación somática, es decir esto que demanda el cuerpo que puga
por expresarse/satisfacerse? Es el cosquilleo en la garganta. Hay un cosquilleo en la garganta

que es la tos pero ese cosquilleo en la garganta para poder decir que es un síntoma
conversivo, tiene que estar recubierto de sentido.
Fantasías → fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad

En este texto Freud va a mencionar el carácter perverso de las fantasías neuróticas: dice que

se puede colegir, desde los síntomas, estas fantasías inconscientes. Al interior de la


literatura freudiana, este texto representa un pasaje del trauma acontecido a la

fantasía inconsciente.

Como vimos, describe la conformación del síntoma como una soldadura entre dos

elementos heterogéneos. Ese mismo término (soldadura) lo utiliza en el texto fantasías


histéricas pero partiendo de la masturbación infantil: allí menciona que, en principio, se

localiza lo que denomina una empresa autoerótica pura, sin marco fantasmático, una pura
satisfacción anárquica de las pulsiones parciales. En un segundo tiempo lógico, esa

satisfacción se suelda a una fantasía o representación deseo. Es interesante como el deseo,


en el síntoma, queda configurado a través de la fantasía. Dice que se suelda una

fantasía/representación deseo tomada del círculo del amor de objeto, y ¿Qué es esto del
círculo del amor de objeto? El complejo de Edipo, y por lo tanto, se trata de una fantasía

incestuosa.

Luego vendrá la renuncia a la masturbación infantil y esa fantasía se reprime. Esa renuncia a

la satisfacción pulsional que, si no encuentra otras vías de realización, quedará como


condición para el paso de un síntoma patológico. Sabemos que el síntoma es una sustitución

de una satisfacción pulsional y, de hecho, una de las razones por las que Freud afirma en
este historial: el síntoma es la práctica sexual de los neuróticos, es decir que el síntoma

neurótico, para Freud, viene al lugar de la masturbación abandonada y tiene por base la
soldadura del goce pulsional con la fantasía perversa, infantil.

El carácter perverso de la fantasía va a estar dado, tanto por el contenido de las mismas por
su origen incestuoso, como por la característica pulsional. Es decir que, a la perversión propia

de la pulsión, el objeto nunca puede ser el adecuado [esto es la perversión de la pulsión: que
no hay un objeto natural, que el objeto es siempre inadecuado, por eso las fantasías son

perversas y la pulsión es perversa por estructura].

¿Qué determina que un síntoma sea analizable? Que si bien el síntoma es un sustituto de

una satisfacción pulsional, se dirige a otro. Esto Freud lo va a decir como los motivos de la
enfermedad. En principio va a decir que esos motivos no existen desde el comienzo pero
que esto luego es relativizado porque dice que el primer motivo de la enfermedad (lo que va
a llamar ganancia primaria) es precisamente esto de obtener una ganancia; digamos que, en

principio, el síntoma siempre sería una solución porque comporta una ganancia para la
economía psíquica. Sabemos que, de todas formas, esta ganancia del aparato no es vivida

como una satisfacción pero es, en ese momento, la mejor solución económica encontrada
(aunque después se revele como inadecuado).

Freud dice que enfermarse implica siempre el ahorro de una operación psíquica pero,
también, hablará de lo que llama ganancia secundaria de la enfermedad, acá si es válida la

afirmación de que son motivos, tal vez, agregados secundariamente pero dice Freud que
solo con su advenimiento se constituye plenamente la enfermedad.

Decíamos que, el síntoma viene de lo real, que es una precondición somática que determina
la posterior solicitación somática (cosquilleo en la garganta: demanda del cuerpo) pero lo

que lo constituye son las presentaciones o fantasías inconscientes que se sueldan a él.
Esas fantasías van venir al lugar de lo traumático pero, también, decíamos que el síntoma

objeta algo/Se dirige a alguien/tiene un motivo. ¿Cuál era el motivo secundario de ese
síntoma en Dora? Era lograr la separación de su padre y la señora K. Freud lo dice así: “ Los

estados patológicos se hallan por lo general destinados {bestimmen} a cierta persona” Un


síntoma se destina a otro, es por eso que el síntoma histérico realiza el lazo social a la

vez que lo objeta; un síntoma también constituye algo del lazo al otro.

Freud dice que uno de los intentos de la cura es hacer que el enfermo se convenza a sí

mismo de la existencia de ese propósito de enfermar pero que esto es un punto débil en el
análisis; sin embargo sabemos que eso no alcanzaría tampoco para una cura: convencer al

enfermo de cuál es la ganancia secundaria que está obteniendo con su síntoma porque el
núcleo del síntoma resiste la interpretación del sentido. Estamos en un momento de la

enseñanza de Freud que podemos leer el síntoma metáfora, es decir que, todavía, Freud no
se ha encontrado con las resistencias.

El ejemplo más paradigmático de los síntomas de Dora es el síntoma de la tos:


¿Cómo llega Freud al síntoma de la tos? Ya que dora no consulta por la tos. Cuando

realiza todas estas acusaciones respecto del padre, tosía continuamente. Dora
hablaba, se quejaba del padre y tosía y tosía. Freud ahí interviene diciendo que ese
síntoma podría tener una vinculación con el padre porque aparece cada vez que
habla de él.

Volviendo un poco a las fantasías, vimos que la realización de una fantasía es de


contenido sexual o dice Freud que uno de los significados tiene que ser de contenido

sexual ya que un mismo síntoma figura distintas ilaciones de pensamientos inconscientes;


de hecho, una única conexión de pensamientos no alcanzan para formar un síntoma, por eso

decimos que el síntoma está sobredeterminado.

Es así que Freud va a proponer un primer significado respecto de este síntoma de

Dora o una fantasía que estaría en la base del síntoma, que sería lo que recubriría
este núcleo real del síntoma. Freud insistía en que la señora K amaba al padre porque

él era un hombre con recursos (era una persona adinerada); por una cuestión
fonética, Freud escucha que tras esa frase se ocultaba su contraria, ¿Qué es esta frase

contraria? Que era un hombre que no tenía recursos como tal (impotente). Freud le
expone a Dora esta contradicción entre la impotencia del padre (fantaseada por ella)

y la existencia de una relación amorosa con la señora K: Dora le dice, que ella no es
ninguna tonta y sabe que hay más de una manera para la satisfacción sexual. Ante

esto, Freud le argumenta que seguramente ella estaría pensando en esas zonas del
cuerpo que, en ella misma, se encontraban en estado de excitación, o sea el

cosquilleo en la garganta.

A pesar de que Dora rechaza esto, la tos desaparece.

Entonces en esta tos, que responde al estímulo del cosquilleo, ella estaría
representando una situación sexual oral entre su padre y su amante. Pero lo que

Freud no llega advertir es que si en la fantasía de Dora, el padre era impotente, quien
chuparía allí no sería precisamente la señora K, sino el padre.

Otra ilación de pensamiento/Significado de este síntoma de la tos: Freud dice que


habíamos visto que la aparición y desaparición de la afonía y la tos, coincidían con la

ausencia y la presencia del señor K (ser amado). Freud dice que otra interpretación
para ese síntoma sería la idea de si yo fuera su mujer, me comportaría al revés de ella

[enfermándose cuando se va]. Freud se pregunta, ¿Se compatibiliza este significado


con el anterior? Ahí dice que no es necesario que los distintos significados o sentidos
del síntoma sean compatibles entre sí. Un síntoma puede expresar muchos
significados simultáneos y sucesivamente, y hasta pueden ser contradictorios. Utiliza

la metáfora del odre vino-odre viejo: a un odre viejo que es llenado con vino nuevo.
Aclara que es muy difícil la producción de un síntoma conversivo, entonces una vez

que la vía corporal se encuentra facilitada, se aprovecha para penar nuevos


pensamientos inconscientes.

En la última parte, Freud va a mencionar lo que va a llamar pensamientos hipervalentes en


Dora. Ya vimos que Dora lo que hacía era quejarse todo el tiempo del padre y,

aparentemente, se quejaba incansablemente (los mismos pensamientos en relación a su


padre y la señora K). Esos pensamientos no podían ser destruidos por más esfuerzos

conceptuales que una persona haga, ya que a una ilación de pensamientos consientes, a la
larga, uno los elimina por medio de la razón/voluntad. A pesar que ella, consideraba que tal

vez debería alegrarse de que su padre hubiera encontrado una mujer que la comprenda
(Dora sabía que eso no lo podía hacer con su propia madre). Freud se pregunta, ¿Qué hacer

frente a los pensamientos de esa índole? Que persisten, se imponen: Freud dice que,
entonces, eso es porque esos pensamientos deben su refuerzo al inconsciente. La raíz de

este pensamiento llega hasta lo reprimido, por eso no alcanza con los razonamientos lógicos
para eliminarlos y dice que estos pensamientos surgen por un refuerzo reactivo, es decir que

lo que intenta es mantener reprimidos esos pensamientos inconscientes de los cuales no se


quiere saber nada.

En el caso de Dora, Freud va a enlazar la explicación de estos pensamientos hipervalentes


con las identificaciones en juego.

Identificaciones: es un concepto que se utiliza mucho en la obra freudiana pero se


define bastante poco. Sin embargo, constituye un aspecto muy importante para el

mecanismo de los síntomas histéricos. La identificación no es simplemente una copia


o imitación, sino que es un proceso simbólico inconsciente. Freud va a definir

distintos tipos de identificación: la identificación primaria con el padre (que vamos a


ver), las identificaciones parciales que va a denominar regresivas (porque surgen de la

sustitución de una previa relación de objeto: una identificación es un proceso que


surge al abandonar una relación de objeto y viene como sustitución a esa relación de

objeto, aquella copia un rasgo del objeto: las identificaciones parciales son parciales
porque copian un rasgo del objeto; ese objeto puede ser un objeto amado o un
objeto rival), la identificación histérica (su esencia es el reconocimiento de algo en

común, una equivalencia; este algo en común es un mismo deseo, o sea que el sujeto
crea en sí o en el otro, el mismo deseo (o lo reconoce como tal) → Un ejemplo de

este tipo de identificación es el síntoma de malestar estomacal en Dora, por


identificación con su prima. No hay relación previa porque la prima no constituye un

objeto edípico, entonces es simplemente una identificación a un deseo en común).

¿Qué papel juegan las identificaciones en Dora? Freud lee que, en su síntoma, Dora ocupa el

lugar de su madre porque se comporta como una mujer celosa (en sus reclamos, en los
cuales le pedía al padre que se apartara de los K, se escuchaba una especie de o ella o yo).

También dice que se identificaba con la señora K en las fantasías sexuales (la que allí
chupaba era la señora K, base del síntoma de la tos). Vamos a ver que, cuando Lacan

advierta que no sería esto sino un ilingus, Dora estaría identificada más bien al padre en este
acto de chupar en su fantasía sexual oral. Pero Freud dice que Dora se identifica con la

señora K en el síntoma de la tos y en su lectura edípica, dice que estaría identificando a las
dos mujeres amadas por el padre: de esta forma Dora, demostraba cuan enamorada estaba

de él.

Dora había estado enamora de su padre (términos edípicos e inconscientes). Freud dice que

esto no se había evidenciado durante muchos años y que, más bien, ella había mantenido
una relación armoniosa con la señora K (e incluso había favorecido esa relación). Acá

entonces tenemos un enigma y Freud dice, ¿Por qué aparece este renovado amor por el
padre, refugio de amor por el padre? Freud dice que el amor por el padre es un síntoma

reactivo destinado a sofocar otra cosa. Freud da dos interpretaciones para esto:

- La primera era que lo sofocado era su amor por el señor K. Este amor se le había

vuelto penoso por alguna razón y entones se inclina al padre en busca del refugio del
amor infantil, para protegerse de ese enamoramiento.

- Otra cuestión que surge y que se esconde detrás de esos pensamientos

hipervalentes, es la cuestión de los celos pero cuyo objeto era la señora K. Freud está
planteando una inclinación homosexual. Freud dice que la corriente homosexual a

menudo reprime pero que si no se obtiene el amor por el hombre, puede ser
despertada. [idea de la bisexualidad constitutiva]. Acá nos trae que Dora y la señora K
habían vivido durante muchos años en la mayor confianza, ella era confidente y

consejera de la señora K en sus asuntos matrimoniales y que, incluso, compartían la


cama cuando el marido no estaba. Dora elogiaba el cuerpo de la señora K y lo más

llamativo es que nunca dijo una palabra dura acerca de la señora K, a pesar de que
era evidente que era ella quien la había traicionado cuando le cuenta a su marido

sobre los libros que ella leía [que el señor K toma como recurso para decir que no le
pueden creer a Dora]; así que, al igual que la gobernanta, la señora K la había

sacrificado para poder continuar con su relación con el padre. Estas corrientes de
pensamiento súper intensas, estaban destinadas no solo a sofocar su amor por el

señor K sino el amor por la señora K, que Freud denomina como inconsciente en un
sentido más profundo y destaca que estas corrientes de sentimientos varoniles son

típicas en la vida amorosa inconsciente de las muchachas histéricas.

SUEÑOS Y NEUROSIS INFANTIL

Primer sueño de Dora

Dora aclara que es un sueño que ya había tenido. Lo tuvo varios días seguidos en la ciudad
del lago y ahora lo vuelve a tener durante el análisis con Freud. El sueño es el siguiente: “En

una casa hay un incendio; mi padre está frente a mi cama y me despierta. Me visto con
rapidez. Mamá pretende todavía salvar su alhajero, pero papá dice: «No quiero que yo y mis

dos hijos nos quememos a causa de tu alhajero». Descendemos de prisa por las escaleras, y
una vez abajo me despierto” (pág. 57).

El análisis abre un montón de asociaciones y coordenadas del caso que, si no hubiera sido
por el sueño, quizás no nos hubiéramos enterado. Algunas interpretaciones las hace Freud y

otras, surgen de asociaciones que hace Dora:

→ El tema de “hay un incendio” se conecta con un comentario que hizo el padre la noche

anterior, donde la madre cierra la pieza del hermano con llave y, entonces, tiene miedo de
que si hay un incendio, quede encerrado. A esto se le suma que cuando llegaron a la casa de
la cuidad del lago, no había pararrayos y frente a aquello su padre expreso su preocupación

sobre qué podía pasar si había un incendio.

→ “Por la noche podría pasar algo por lo que obligase a salir”, es otra frase que dice el padre

y que Dora la relaciona con unas cuestiones veremos más adelante. Simplemente diremos
que se trata de una frase que funciona como cambio de vía debido a su ambigüedad, es

decir que podría entenderse en un sentido o en otro, dependiendo de donde se la aborde.


“Por la noche podría pasar algo por lo que obligase a salir” puede ser un incendio pero

también puede ser ganas de ir al baño a hacer pis, por ejemplo.

→ “Me visto con rapidez” le recuerda a Dora la situación posterior a la escena del lago, donde

ella vuelve a su casa y se acuesta a dormir la siesta y se despierta con el señor K parado a su
lado. Lo echa de la habitación y acto seguido le pide una llave a la señora K para poder

cerrar su puerta. Al día siguiente, Dora no encuentra la llave, es decir que el señor K se la
había sacado. Desde entonces Dora se viste y se hace la toilette con rapidez por temor a que

entre el señor K mientras se está cambiando.

→ “Una vez abajo me despierto”: Freud señala que todo el sueño podría representar, en

relación a los sueños diurnos, un tener que hacer, un propósito o designio: “tengo que irme
de esta casa”, tengo que irme de esta casa del lago porque el señor K puede entrar a la

habitación. Uno puede asociar un poco a la actualidad del sueño: “tengo que irme de la
cura”/ “tengo que irme del consultorio de Freud porque se está complicando”.

A pesar de todas estas frases, no alcanza para formar un sueño solamente su


interpretación y los designios y anhelos más superficiales. Lo que motoriza el sueño

es el deseo inconsciente, que tiene que ver con la sexualidad infantil, con lo
pulsional, son cuestiones que tienen que estar en algún lado en el sueño pero de

manera desfigurada o difícil de acceder con una primera y simple vuelta de


asociaciones.

→ “No quiero que yo y mis dos hijos nos quememos a causa de tu alhajero”: esta frase le
recuerda a Dora que el señor K le regaló un alhajero valioso y que, también, el padre de ella

le regaló a la madre de Dora, unas alhajas que a la madre no le gustaron (la madre quería
una pulsera y el padre le regaló unos aros con forma de gota de perla → la gota, el agua,
también va a tener que ver con el sueño). La madre se enoja y le dice “ regálaselo a otra” y
Dora fantasea: “quizás me lo regalan a mí”. Freud le dice que alhajero refiere a los genitales

femeninos. Freud hablaba bastante de los genitales femeninos con Dora, y frente a esto,
Dora le dice “sabía que usted diría eso”. Aquí, Freud se contradice con lo que él define como

interpretación de los sueños (que es no darle un sentido previo a los significantes sino, dejar
que el paciente asocie). Si este hubiera dejado que Dora, por sí sola, asocie alhajero, quizás la

interpretación seguía otra línea. Se trata de un sueño en transferencia que tiene Dora,
sabiendo que Freud entiende caja por genital femenino.

→ El tema del incendio, fuego y el “por la noche podría pasar algo por lo que obligase a salir”,
con la función de cambio de vía, Freud lo va a pensar en relación a una frase común que

obliga a salir por la noche: “tener que levantarse a hacer pis” y también, a una frase que él
mismo le dice a Dora: “donde hay humo, hay fuego”. Esto implica un juego de palaras

contrarias (a veces): si sueño con fuego, hay agua, y si sueño con algo que se moja… Freud le
pregunta a Dora si se hacía pis en la cama o algo así, Dora primero dice que no recuerda de

ella, pero que de su hermano sí, pero que luego, que en séptimo/octavo, tuvo enuresis
(aquella tiene que ver con la masturbación infantil, con que los niños en su exaltación o

excitación de masturbadores, se terminan haciendo pis en la cama, es algo que con el


tiempo se corrige y que no siempre pasa). Esto de la enuresis abre una serie de asociaciones

con Dora, que la llevan a hablar de, no solo de hacerse pis de niña sino también de una
comezón en los genitales o un flujo blanco. Aquello tenía que ver con una enfermedad que
la madre tuvo, una enfermedad que Dora sabia por haber espiado y escuchado por las orejas
al padre y a la madre hablando, y que Dora creía que se la había transmitido. Sabía que el

padre ya estaba enfermo desde antes y supuso que quizás, la había contagiado a su madre
de una venérea (sífilis del padre) y que ahora, se lo habían pasado por herencia a ella

(“cargaba con el mismo síntoma que su madre”). Se produce un rasgo identificatorio (la
madre tiene flujo blanco y Dora también).

*Freud dice que si hay flujo blanco, hay masturbación; después agrega una nota al
pie y dice que quizás no es tan así.

En cualquier caso, Dora niega aquello: no recuerda haber sido masturbadora en su infancia
pero sí recuerda que su prima (con quien se identifica por los dolores de estómago) sí lo era.

Al día siguiente de este suceso, Dore llega al consultorio con una carterita o monedero, y su
dedo dentro de ella, jugando (“acción sintomática que representaba la masturbación”). Con
esa acción sintomática, Freud se dio cuenta que estaba tocando temas que tenían un efecto

en Dora. Había algo de la masturbación infantil que seguramente se jugaba en los síntomas
de Dora.

*Hay un dato que es muy importante: los síntomas histéricos solo aparecen cuando
desaparece la masturbación infantil, es decir cuando la pulsión encuentra un sustituto

y un modo de satisfacción sexual sustitutivo (los síntomas histéricos). Siempre uno


puede pensar que mientras hay masturbación no hay síntoma histérico en la infancia.

Esto se puede articular con lo que Freud plantea en “fantasías histéricas y su relación
con la bisexualidad” → en ese texto, Freud llama empresa autoerótica pura a la

masturbación en sí: cuando se suelda una fantasía, se empieza a conformar el


síntoma histérico: los síntomas histéricos nunca se presentan mientras los niños se

masturban, sino en abstinencia.

Volviendo a los síntomas Dora: nos topamos con la disnea, que encuentra su origen en el

espiar con las orejas, el coito de los padres (o simplemente del haber escuchado algo de
eso). Aquella surge luego de una excursión a la montaña. Esta solicitación somática es un

núcleo real de falta de aire, precondicionado, al que luego se le va a soldar una fantasía.

Otro dato que agrega Freud es que Dora decía (de manera simbólica) que todas las

enfermedades que al hermano le agarraban, también le agarraban a ella pero en forma más
grave. Esa identificación que tiene con el hermano, también la tiene con su madre (y la

infección urinaria o lo que fuese) y con su prima (quien piensa que se va a quedar solterona).
La forma que tiene el síntoma de Dora es que no solo le agarran enfermedades como a

sus parientes, sino que le agarran de una manera más grave: Dora que se identifica con
todos los personajes del historial, pero en sus síntomas/ sufrimiento/padecimiento.

Bien, la interpretación que ubica entones Freud frente a este primer sueño tiene que ver con
que: no alcanza con el designio (propósito) de tener que irse de allí, sino que hace falta una

fuerza impulsora que otorga la metáfora de Freud como el socio capitalista (el factor
económico pulsional es necesario para la formación de un sueño y tiene que ver con un

deseo que proviene del inconsciente). Ahí, se articula esta masturbación infantil, enuresis,
síntoma de disnea y todo lo que la infancia tuvo que ver con lo que Freud llama “ prematuro
goce sexual de Dora”; prematuro como un punto de fijación, como algo de eso quedó fijado
en exceso, es decir hubo allí una marca de exceso de satisfacción pulsional a tal punto que

se le volvió excesivo al niño y no encontró otro forma de tramitarlo/encausarlo que no sea


por el síntoma: se forma el síntoma histérico.

El deseo inconsciente es infantil, algo de lo pulsional se despierta en Dora en relación a su


sexualidad, a sus fantasías, a lo que está viviendo (la propuesta del señor K (a quien rechaza),

la relación con la señora K, los libros que lee). Se despierta en ella algo de la sexualidad,
algo a lo que le huye: según Freud, Dora ubica al padre en el lugar del señor K

(refugiándose en su padre, evita enfrentarse al amor que siente por el señor K → quizás no
sea el amor del señor K (como lo vamos a ir viendo) pero sí el avance de la libido en Dora,

que no encuentra descarga y debe refugiarse) para huir de lo que tiene que ver con lo
pulsional sexual. Su padre es un amo infantil, asexuado, un protector que la salvaría de mojar

su cama…..es una solución sintomática ya que, en última instancia, podría encontrarse de


otra forma con la sexualidad (como sucede en el segundo sueño).

Hasta acá la interpretación del primer sueño → El designio de tener que irse de ahí, está
comandado o impulsado por el deseo inconsciente infantil: el deseo sexual y el temor

frente a este, frente a la aparición de la pulsión.

Articulación con Lacan → este llama armadura del amor al padre en la histeria, a una

defensa bastante rígida en esta, a una reversión de un nudo: el simbólico envolviendo a todo
el nudo como una especie de armadura rígida que toma la forma del amor al padre infantil

en la histeria (protección, ingenuo).

Segundo sueño de Dora

En este segundo sueño, el texto es más largo pero son menos las asociaciones. Sobrevino
pocas semanas después del primero, pero terminó el análisis:

“Ando paseando por una ciudad a la que no conozco, ve calles y plazas que me son extrañas.
Después llego a una casa donde yo vivo, voy a mi habitación y hallo una carta de mi mamá

tirada ahí. Escribe que, puesto que yo me he ido de casa sin conocimiento de los padres, ella
no quiso escribirme que papa había enfermado. « Ahora ha muerto, y sí tú quieres, puedes

venir ». Entonces me encamino hacia la estación ferroviaria [Bahnhof] y pregunto unas cien
veces: « ¿Dónde está la estación? ». Todas las veces recibo esta respuesta: « Cinco minutos ».
Veo después frente a mí un bosque denso; penetro en él, y ahí pregunto a un hombre a quien

encuentro. Me dice: « Todavía dos horas y media ».Me pide que lo deje acompañarme. Lo
rechazo, y marcho sola. Veo frente a mí la estación y no puedo alcanzarla. Ahí me sobreviene

el sentimiento de angustia usual cuando uno en el sueño no puede seguir adelante. Después
yo estoy en casa; entretanto tengo que haber viajado, pero no sé nada de eso... Me llego a la

portería y pregunto al portero por nuestra vivienda. La muchacha de servicio me abre y


responde: « La mamá y los otros ya están en el cementerio [Friedhof] ».

Este surge a partir de ciertas preguntas que Dora le hace a Freud: ¿Por qué durante los
primeros días que sucedieron a la escena del lago, no les dije nada acerca de ella? ¿Por qué se

lo conté repentinamente a mis padres? Dora hace una pausa y luego cuenta el sueño.

→ “Ella deambula sola por una ciudad extraña, ve calles y plazas”. Asegura que se trataba de

una ciudad en la que nunca había estado y Freud plantea que podría haber visto cuadros o
fotografías de las que tomó las imágenes del sueño.

→ Aparece un nuevo personaje en el historial de Dora, del cual sabemos únicamente debido
al sueño: un ingeniero que está viviendo en Alemania y que parece tener intenciones

amorosas con Dora. Le escribe cartas, pero como está a punto de terminar sus estudios
(parece que terminaron casándose Dora y este sujeto), aquella lo tiene que esperar.

→ El deambular por una ciudad extraña estaba sobredeterminado: para las fiestas había
recibido la visita de un primo a quien debió mostrar la ciudad de Viena, y este primo le trajo

a la memoria una de sus breves estadías en Desdre, ciudad en la cual acudió a un museo
sola donde se “detenía frente a las imágenes que le gustaban”.

*Identificación de Dora con el joven ingeniero que deambula por el extranjero, se


afana por alcanzar una meta, pero se ve demorado, hace falta paciencia, hay que

esperar.

EXISTEN MÁS ASOCIACIONES…

→ Estructura de la histeria de Dora: a partir de este segundo sueño ¿Cómo la lee Freud y
cómo la lee Lacan?
En principio, Freud, que no había terminado de entender lo que había pasado en la ciudad
del lago con el señor k, le pide a Dora que repita las palabras exactas de la situación: “El

señor K había comenzado un introito en alguna medida serio; pero ella no lo dejó terminar.
Tan pronto comprendió de qué se trataba, le dio una bofetada en el rostro y escapó. Yo solo

quería saber las palabras empleadas por él; Ella sólo recuerda que alegó: «Usted sabe, no me
importa nada de mi mujer». En ese momento, para no toparse más con él, ella quiso regresar a

L. bordeando el lago a pie, y preguntó a un hombre a quien encontró qué distancia había. Ante
su respuesta «dos horas y media», abandonó ese propósito y volvió en busca de la

embarcación, que partió poco después. El señor K. estaba de nuevo ahí, se le acercó, le pidió
que lo disculpara y no contara nada de lo sucedido. Pero ella no le respondió… Justamente, el

bosque del sueño era en un todo parecido al bosque de la orilla del lago, en el que se había
desarrollado la escena que acababa de describirme.” (Pág. 87).

Cosas que aparecen en el sueño, son interesantes ya que se abren a la sexualidad de Dora
(ya veíamos en el sueño anterior que a esta, aquella le huía y se refugiaba en el padre):

aparecen algunos significantes como estación ferroviaria (Bahnhof), cementerio (Friedhof) y


Freud agrega un tercero, vestíbulo (Vorhof) → le pregunta sobre esto a Dora porque,

justamente porque en el fondo de una de las imágenes que observa en el museo, se ven
ninfas (modo de nombrar anatómicamente a los labios menores de la vagina). Vestíbulo

(Vorhof), por otra parte, existe como término médico de una parte de la vagina. A Freud le
llama la atención que use esos términos tan técnicos en un sueño de figuras; además,
aparecen otras frases en el sueño como: “penetro en el bosque con dificultad”. Freud
comunica a Dora sus conclusiones, y considera que le provocaron una impresión rotunda

pues enseguida emergió un pequeño fragmento olvidado del sueño: “ella se va tranquila a
su habitación y ahí lee un gran libro que yace sobre su escritorio”. Freud le pregunta ¿el libro

tenia formato de enciclopedia? A lo que Dora responde que sí. Ahora bien: “los niños nunca
leen tranquilos sobre materias prohibidas en una enciclopedia”: en general, si los niños buscan

cosas que no debería buscar, lo hacen con temor a que entre alguien, y en el sueño, Dora lo
hace con total tranquilidad (según Freud se debe a que su padre había muerto y por lo tanto

ella podía leer tranquila lo que quisiese). Dora dice que recuerda haber buscado, en la
enciclopedia, acerca de una enfermedad y sus síntomas, que tuvo uno de sus primos:

apendicitis. Freud recuerda que poco después de la muerte de su tía, aquella había tenido
una supuesta apendicitis (copia los síntomas). No se trataba de una apendicitis real sino de
una fiebre y un dolor que luego se le fue. Si le quedo una “secuela inédita”, una dificultad

para caminar (típico del síntoma histérico).

Freud le pregunta a Dora cuando fue que sufrió tal dificultad para caminar: “nueve meses

después de la escena del lago”, una fecha bastante significativa → en su inconsciente, Dora
continuó con aquella escena, no hubo tal cachetazo, la propuesta amorosa siguió y terminó

en relación sexual, embarazo y parto simulado de modo histérico (dolores en el


vientre=”apendicitis”). La simbolización del rengueo o dificultad para caminar refiere a “dar

un mal paso” (ya que dio un mal paso).

**Todas estas cuestiones articulan todos los efectos que produjo esa escena del

lago: esa frase tan corta del señor K (“no me importa nada de mi mujer”) produjo
todos los síntomas y el desencadenamiento de la neurosis de Dora.

Freud, muy contento de todas las asociaciones, los nuevos síntomas y sus orígenes, etc., le
muestra su satisfacción a Dora y aquella le dice: “¿Acaso ha salido mucho?”. Fue en aquel

punto en que Freud se dio cuenta de que la cosa seguiría difícil.

Al día siguiente, Dora le plantea que no va a continuar con el tratamiento. Freud le responde

que aquella tiene la libertad de retirarse cuando desee, pero que “ hoy todavía trabajaremos”.
Le pregunta cuando había decidido esto, y Dora dice “hace 14 días”. “Como una gobernanta

que da preaviso de 14 días” contesta Freud. “Una gobernanta que dio preaviso había también
en casa de los K cuando los visite en L, junto al lago” contesta Dora. ¿Qué se te ocurre con

gobernanta? (Freud). Dora dice: “Pues bien; en la casa había una muchacha joven como
gobernanta de los niños, que mostraba una conducta enteramente asombrosa hacia el señor

K. No lo saludaba, no le daba respuesta alguna, no le alcanzaba nada cuando él, estando a la


mesa, le pedía algo; en suma, lo trataba como al aire. El, por lo demás, tampoco era muy

cortés con ella. Uno o dos días antes de la escena junto al lago la muchacha me llamó aparte;
tenía algo que contarme. Me dijo entonces que el señor K. se le había acercado en una época

en que su mujer se encontraba ausente por varias semanas, la había requerido de amores
vivamente, pidiéndole que gustase de él; le dijo que nada le importaba de su mujer, etc. Ella

cedió, pero al poco tiempo él ya no le hizo caso, y desde entonces ella lo odiaba (…) Me dijo
que enseguida, cuando se sintió abandonada, contó lo sucedido a sus padres, que son gente
decente y viven en algún lugar de Alemania. Los padres le exigieron que abandonase al
instante la casa, y le escribieron que si no lo hacía no querían saber nada más de ella, no la

autorizarían nunca más a regresar a casa”.

→ La interpretación Freudiana va a ser la siguiente: Dora se identifica con la gobernanta (otra

identificación con alguien que termina mal, con alguien que queda abandonada). Dora se
identifica con todos los personajes del historial en relación a su síntoma, a lo

problemático. La solución del neurótico es que frente a la perdida, la castración, la solución


es la de buscar en el otro un nuevo modo de nombrar aquella falta como algo problemático,

como algo que no anda. Dora se identifica:

- Al síntoma de la madre (catarro vaginal)

- A los dolores de panza de la prima que se queda solterona


- Al hermano que tiene enfermedades pero a Dora le agarran peor

- A la gobernanta que queda abandonada por el señor K.

“Ahora conozco el motivo de aquella bofetada con que usted respondió al cortejo. No fue la

afrenta por el atrevimiento de él, sino la venganza por celos (…) en el momento en que el
señor K usó las palabras «Nada me importa de mi mujer», que había dicho también a la

señorita (gobernanta), nuevas mociones se despertaron en usted y la balanza se inclinó. Usted


se dijo: "¿Cómo se atreve a tratarme como a una gobernanta, a una persona de servicio?” (…)

Como prueba de la gran impresión que le ha causado la historia de la señorita, le aduzco sus
repetidas identificaciones con ella en su sueño y en su propia conducta. Usted se lo dice a sus

padres, cosa que hasta aquí no habíamos entendido, tal como la señorita se lo escribió a los
suyos. Usted se despide de mí como una gobernanta, con un preaviso de 14 días. La carta del

sueño, que le permite a usted regresar a casa, es un correspondiente de la carta de los padres
de la señorita, donde le prohibían hacerlo”.

*DIFERENCIA entre la interpretación freudiana y la lectura que hace lacan:

Para Freud, que se pregunta en el principio del historial: ¿Por qué Dora responde con una

cachetada en una propuesta que no fue ni grosera ni fuera de lugar? Dora responde con
una cachetada porque el señor K es una pieza fundamental en la estructura del fantasma

de Dora.
Lacan, por el contrario, va a decir que el señor K le sirve de puente/nexo para responder
al misterio de la femineidad: Dora ubica a la señora K como la Otra mujer que sabe de lo

femenino, que sabe responder a eso que NO tiene respuesta. El neurótico se responde
con el fantasma mediante una identificación viril. Se trata de una idealización porque

nadie tiene la respuesta sobre el misterio de lo femenino.

Si el señor K dice: “mi mujer no es nada para mí”, Dora se pregunta ¿Qué es usted para

mí? ¿A dónde quedo yo respecto a la señora K? y frente a los síntomas de Dora, como que
por ejemplo ella se queda afónica cuando se va el señor K, Freud va a decir que se debe

a que se va su amado. Lacan, en cambio va a decir que no se debe a eso sino a que Dora
queda frente a ese otro, a esa Otra mujer que responde por lo femenino (se queda sin

palabras, sin poder decir nada frente a ella). Dora necesita de un mediador (el señor K).
Cuando se va este, Dora se queda sin palabras y, cuando el señor K, se corre de todo y le

dice “mi mujer no es nada para mí” Dora cae totalmente de la escena y eso explica NO
que Dora estaba enamorada del señor K (como planteaba Freud: prejuicio freudiano)

sino que Dora estaba con el señor K acompañando a sus hijos, aceptando los regalos
de este y saliendo a pasear con él porque el señor K le permitía, en su fantasma,

responderse por lo femenino. Es decir, no es que ella estaba enamorada de él sino que
él era una pieza importante en la estructura en la que se sostenía Dora

fantasmáticamente/neuróticamente. No era una buena solución sino la que encontró.

Dicho esto, podemos cerrar el segundo sueño con una buena definición de neurosis:
“Nunca puede calcularse el desenlace de la lucha entre los motivos: si se cancelará la represión

o se la reforzará. La incapacidad para cumplir la demanda real de amor es uno de los rasgos
de carácter más esenciales de la neurosis; los enfermos están dominados por la oposición entre

la realidad y la fantasía. Lo que anhelan con máxima intensidad en sus fantasías es


justamente aquello de lo que huyen cuando la realidad se los presenta; y se abandonan a sus

fantasías con tanto mayor gusto cuando ya no es de temer que se realicen” (pág.96). Define a
la neurosis como la huida frente a la demanda de amor; si hay amor, el neurótico se

asusta, se refugia en sus fantasías, empieza a encontrar problemas para eso. El


neurótico, mientras más neurótico, más va a huir de esto… huye del acto, del posible

encuentro ya que, además de ser un desencuentro, es un encuentro con lo real y de eso el


neurótico no quiere saber nada y prefiere quedarse en la fantasía, inventar escusas
fantasmáticas, o hacer como ni se encontró. Entonces es la demanda real de amor uno de los

rasgos esenciales de la neurosis (según Freud).

EPÍLOGO:

Vamos a ubicar dos cuestiones:

 Por un lado, las bases orgánicas de la neurosis. Freud quiere señalar cuales son las
bases orgánicas de las neurosis. Lo primero que dice es que no está hablando de nada

que tenga que ver con lo anátomo-patológico, sino que lo que nos interesa es la
FUNCIÓN SEXUAL como fundamento de la histeria; pero la solicitación somática lo que

tiene que ver con la sexualidad, lo orgánico es los gérmenes infantiles de la


perversión….es decir, la sexualidad infantil/las zonas erógenas/la disposición

constitucional a la bisexualidad o que la pulsión no tiene un objeto natural = estos son


los fundamentos orgánicos de los síntomas. Es sumamente interesante porque es un

texto muy temprano de Freud: donde ya ubica que lo orgánico para el psicoanálisis tiene
que ver con la pulsión y, de hecho, no lo llamamos orgánico porque no es lo que

normalmente entenderíamos por órgano----no tiene que ver con la anatomía y, de


hecho, tiene que ver con la pulsión, con los modos de satisfacción singulares de la

pulsión (no hay nada de la naturaleza que diga cómo satisfacer la pulsión: distinto del
instinto de los animales). Entonces esto que tiene que ver con la singularidad, tiene que

ver con el modo de satisfacción pulsional que, por ejemplo, una definición muy linda de
la pulsión de Lacan en el seminario 23, dice que la pulsión es el eco en el cuerpo de que

hay un decir….eso resuena y consuena de distintas maneras para cada quien; eso que hay
un decir y que eso marca al cuerpo: nos ubica que no solo la pulsión es autoerótica sino

que es autoerótica pero hace falta un decir no anónimo que marque ese cuerpo, que
erogenice ese cuerpo y que le dé alguna marca para un recorrido de algún tipo de

satisfacción posible de las pulsiones.

Eso es lo orgánico para Freud: no lo genital, el organismo.


 Segundo: tiene que ver con la TRANSFERENCIA. Se ubicó algo en la primera clase de la
definición de transferencia. Acá vamos a ubicar la posición de Freud complicada en la

relación transferencial con Dora. Es complicada porque Freud se contradice a sí mismo


pero aclara de está dejando a los pacientes digan lo que se les ocurra (asociación libre) y

luego vemos que Freud intenta forzar a Dora a hablar del señor K [prejuicio freudiano:
Lacan]. Freud se pone a esperar mucho del tratamiento, se emociona con el tratamiento

y entra en la lógica de la histeria de Dora: queda expuesto a que la posición de la histeria


(hacerse un amo para después barrarlo), Freud se da como la carnada esencial para que

Dora pueda actuar en esa lógica histérica…ubicando a Freud en el lugar de amo, él se lo


facilita: Freud está corriéndose del lugar de analista, fuerza las cosas y fácilmente entra

en el lugar de amo (Dora tiene que huir de ahí: se asemeja al padre y al señor K)….Freud
se mostraba muy emocionado por el tratamiento y de que salga bien; esto tiene que ser

con más cautela, no apresurarse-----Freud se apresura, se pone en el lugar de amo; Dora


lo eleva al lugar del amo y lo barra de un plumazo.

Freud dice (página 96): “Quien, como yo, convoca los más malignos demonios que moran,
apenas contenidos, en un pecho humano, y los combate, tiene que estar preparado para la

eventualidad de no salir indemne de esta lucha”. Freud no sale indemne sino que sale
cacheteado como el señor K. Dora regresa a ver a Freud unos 15 meses después, con una

parálisis facial y algo del síntoma histérico….hubo transferencia con Freud (por eso regresa)
pero este no quiso escucharla. Freud quedó realmente dolido.

No tener en cuenta la transferencia, el lugar que ocupó fue uno de los problemas y eso hizo
que Dora termine el tratamiento de manera brusca como terminó (en el momento en que

Freud estaba más contento).

Hay un segundo problema que va a destacar Freud (Lacan lo va a destacar), que es que no

llegó a darse cuenta de introducir en el análisis, la relación de Dora con la señora K. La


relación de Dora con la señora K no tiene tanto que ver con lo que llama corriente

ginecofílica (Freud)/homosexual en Dora-----este no parece ser el caso sino que, como


decíamos, el lugar que ocupa la señora K para Dora: el de una idealización de ser la Otra que

responde por lo femenino. Freud le podría haber preguntado sobre la relación con la señora
K, ¿Por qué habla tan bien de la señora K, Por qué no se enojó con ella? Y no decirle que

estaba enamorada de la señora K, al igual que se lo dijo con el señor K; con eso hubiera sido
UNA TERCERA INVERSIÓN DIALÉCTICA (LACAN) Y podría haber salido una nueva verdad
en el desarrollo del análisis de Dora, que tiene que ver con esta pregunta por lo femenino:

pregunta histérica por definición, ¿Qué es ser una mujer?

Dos problemas: la transferencia que Freud no tuvo en cuenta pero, a la vez, esto que Freud

nota: Freud dice "estaba reprimido en un sentido más profundo" la relación de dora con la
señora K: sabemos que nada se reprime más profundo….o está reprimido o no lo está. Quizá

la resistencias son mayores en un caso que en otro pero no hay un reprimido más
profundo…es todo el inconsciente. Esto lo reconoce en una nota al pie: le costaba hablar de

esta relación y no lo tuvo en cuenta pero, después, lo agrega en la nota al pie. [Estas
correcciones lo ayudan].

Para finalizar: aun cuando decíamos que no hubo análisis en Dora (que quedó interrumpido
como lo señala Freud)….igualmente hubo unos efectos mínimos, que son interesantes de

destacar: el segundo sueño (posición bastante distinta a la del primer sueño: más neurótica e
infantil; donde Freud va a decir: “Si el primer sueño dibujaba el apartamiento del hombre

amado y el refugio en el padre, vale decir, la huida de la vida hacia la enfermedad, este
segundo sueño anunciaba que se desasiría del padre y se recuperaría para la vida.”—página

107). Quizás la posición estaba un poco modificada; Freud cuenta en esa última parte, que va
a visitar (Dora) a la familia K y le hace decir al señor K frente a la señora K, que eso que había

pasado en el lago era cierto….le hace confesar al señor K, que lo que había dicho, había
pasado y el señor K lo hace; también le dice a la señora K que sabe que tiene una relación

con su padre y que ya no se va a meter ella en eso. Es interesante que pudo tomar la palabra
y ya no expresar su malestar en quejas y en reclamos sino decirlo en la cara a quienes se lo

tenía que decir y recuperar algo de su posición independiente.

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