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Psicología Comunitaria, Social e Institucional


Psicoanálisis
Lenguaje e Inconsciente
Una introducción a Freud y a Lacan
Autora: Prof. Tit. Dra. María Clara Areta

Mi nombre es María Clara Areta, soy la profesora titular de la asignatura Psicología


Comunitaria, Social e Institucional de la Escuela Superior de Medicina de la Universidad
Nacional de Mar del Plata.
Ésta es la desgrabación corregida de la transmisión del 6 de septiembre del 2021 de
YouTube a la que se puede acceder a través de este link:

https://www.youtube.com/watch?v=efxhhrE_6UQ

En este texto volveremos a retomar conceptos ya trabajados en el Panel ¿Qué entendemos


hoy por lo comunitario, lo social y lo institucional? que también está por YouTube

https://www.youtube.com/watch?v=DwJs_jYPABs

Sigmund Freud (Viena,1856 - Londres, 1939) es el creador, fue el fundador del


psicoanálisis. Vivió toda su vida en Viena y se exilió en 1938 a Londres, ya muy enfermo
de cáncer y amenazado por el nazismo que imperaba en Alemania y empezaba a invadir
toda Europa.

Freud en los principios de su práctica como médico neurólogo, en Viena, estuvo enrolado
en la corriente llamada fisicalista que consiste en la posición filosófica sobre la naturaleza
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de lo real, la que afirma que lo que existe es exclusivamente físico, a lo cual incluso reduce
lo mental y está relacionado íntimamente al materialismo.

Pero Freud luego fue fuertemente influido por el gran Charcot (el mismo autor que verán en
otras asignaturas de la carrera de medicina) en su viaje de estudios a París.
Charcot trabajaba con pacientes histéricas en La Salpetriere, famoso hospital de París,
mediante una técnica, la hipnosis, con la cual intentaba descubrir la génesis y curación de
las histerias.
Hay un cuadro, también famoso, que se llama “Una lección clínica en La Salpetriere” que
muestra a Charcot y a Babinski (otro nombre que también verán en otras materias de la
carrera) en el cual se ve a una mujer en opistótonos (movimiento descrito por la neurología
como la curvatura del cuerpo, que se desarrolla entre la cabeza y los miembros inferiores)
histérico y que muestra a ambos profesores (Charcot y Babinski) enseñando en su cátedra.

Freud abandonó la neurología y también la teoría hipnótica de Charcot y empezó a


escuchar a las histéricas y descubrió que los síntomas (conversiones histéricas,
amnesias, parestesias, paresias, cegueras, angustia, episodios paroxísticos llamados
ataques histéricos) se producían en otro nivel de consciencia y que presentaban una
patogenia diferente, una lógica diferente en la vía de formación de síntomas.

ESTE OTRO ESTADO DE CONSCIENCIA Y ESA OTRA LÓGICA DIFERENTE EN LA VÍA


DE FORMACIÓN DE LAPSUS, SÍNTOMAS Y SUEÑOS ES EL INCONSCIENTE.

Freud inauguró el método psicoanalítico llamado asociación libre que consiste en


renunciar a la hipnosis y pedirle al paciente que diga lo que está pensando.
La asociación libre se basa en la lógica inconsciente del desplazamiento y condensación.
El desplazamiento y condensación implican que los pensamientos inconscientes se
relacionan por contigüidad (desplazamiento) y condensación (reunir varias asociaciones
en una sola representación).
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Ejemplos: una persona con la que se sueña puede reunir rasgos de varias personas “era mi
papá pero se parecía a mi tío” (condensación) y “dije Boticcelli en lugar de Signorelli”
(desplazamiento).

El desplazamiento y la condensación, como conceptos, pertenecen al campo fisicalista


basado en la epistemología de la máquina de vapor, en la cual juegan conceptos como
producción de calor, trabajo y pérdida de energía no utilizable en el trabajo.

Freud les pedía a los pacientes que se recostaran en el diván (para no estar tan pendientes
de la mirada del analista) y les enunciaba la regla fundamental “diga lo que está pensando
ahora”. Entonces los pacientes empezaban a producir palabras, a producir discurso.
Por pedir “diga lo que le pasa por la cabeza” o pedir “Hable” o “Lo escucho” empiezan a
aparecer imágenes, recuerdos, sensaciones que son las asociaciones libres.

Freud descubre que las representaciones mentales de las chicas histéricas se convertían
en síntomas corporales.
Digo “chicas” porque Jacques Lacan, el psicoanalista francés del cual hablaremos más
adelante, las consagró con la nominación “esas maravillosas mujeres de ayer”. Cuando
decimos “chicas” tenemos que entender personas histéricas, no importando su sexo
anatómico.
La histeria es una estructura que define un estado de disociación de la consciencia y al
deseo como deseo insatisfecho.

El psicoanálisis es una práctica de discurso sostenida en el concepto de Inconsciente.


El Inconsciente implica representaciones mentales que no son conscientes y que no solo
no son conscientes, sino que se manejan con una lógica diferente a la del Consciente.
La lógica consciente implica las nociones de tiempo, espacio, principio de no
contradicción y sentido de realidad.

Freud descubrió y estableció los mecanismos del Inconsciente: desplazamiento y


condensación.
El Inconsciente se expresa mediante las formaciones del Inconsciente: síntoma,
sueños y actos fallidos.
Gracias a Freud los síntomas, sueños y actos fallidos empezaron a tener un sentido que
se descubre con la interpretación psicoanalítica.

El síntoma histérico se produce por conversión (transformación de una carga psíquica del
pensamiento inconsciente que se transforma en determinado malestar corporal).

Entonces, hay otra lógica en el ser humano por ser hablante.


Los humanos no nos manejamos únicamente con la lógica de entender el aquí y ahora
(lógica consciente), sino que estamos sujetados por esa lógica que se llama el Inconsciente,
esa manera de pensar que es el motor de todas nuestras motivaciones.
Es por este descubrimiento freudiano que el individuo deja de ser indiviso y pasa a ser un
ser estructuralmente disociado y el yo, sede de la consciencia, cae como el centro de
la persona.
La caída de este yo que todo lo dominaba se compara con la revolución copernicana (el
planeta Tierra deja de ser el centro del universo y pasa a orbitar alrededor del sol) y con el
descubrimiento de Darwin (la evolución de las especies marca que somos descendientes de
los simios). Por eso se dice que tres heridas recibió el narcisismo humano: la corpenicana,
la darwiniana y la freudiana.

Para Freud el Inconsciente es una red de pensamientos cargados libidinalmente


(recuerdos, huellas mnémicas, traumas infantiles). Epistemología fisicalista.
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Para Lacan el Inconsciente está estructurado como un lenguaje. Epistemología


estructuralista y lingüística.

Nunca Freud, ni tampoco Lacan abandonan la idea de que en el Inconsciente hay


pensamientos, pensamientos inconscientes.
Y esos pensamientos inconscientes se asocian en una lógica a la que llamamos
Inconsciente y aparecen expresados en las formaciones del Inconsciente que revelan los
deseos reprimidos.
Las formaciones del Inconsciente expresan los deseos reprimidos.
Entre los pensamientos inconscientes y la represión inconsciente o censura
preconsciente se establece un conflicto del cual las formaciones del Inconsciente son su
expresión.

Los actos fallidos son los actos más logrados porque muestran la verdad de un deseo
inconsciente, son la realización de un deseo no sabido.
Por ejemplo, en lugar de decir algo, digo otra cosa, lo contrario, acto fallido que por ser
hablado se denomina lapsus linguae. Hay un ejemplo típico de Freud que cuenta que una
persona tenía que abrir con su discurso de bienvenida una conferencia, pero como no
deseaba que la conferencia empezara, expresó “estoy muy contento de poder dar cierre a
esta conferencia”.

Otro acto fallido es el lapsus calami, al escribir un término por otro término. Por ejemplo,
Freud cita el ejemplo de un señor que le pide matrimonio epistolarmente a una chica y le
manda la carta a nombre de la hermana de la chica. Quiere decir que le pide matrimonio a
la hermana de la chica a quien aparentemente le quería pedir matrimonio. Entonces ahí
expresa algo del orden del deseo y del conflicto. ¿A quién quería desposar, entonces? ¿A
quien le dirigió la carta o a su hermana?

Piensen en los lapsus que cometemos en las redes, por ejemplo enviarle un mensaje de

carita de alegría😁 y elijo, inconscientemente, una cara de odio😡


texto a otro chat o elegir un emoji en lugar del otro. Quería poner conscientemente una
.
Otro ejemplo de acto fallido es pensar en ir a la casa de Fulano y agarrar el camino para ir a
la casa de Mengano.
O por ejemplo la persona que va a vacunarse por segunda vez y se olvida del certificado
previo que es imprescindible para esta dosis. Se va a dar la segunda dosis y se olvida el
certificado en donde aparecía la primera. Ese olvido, ese acto de no llevar el certificado, es
un acto fallido porque muestra el deseo coexistente de no vacunarse.

Lacan nos enseña que el Inconsciente es un saber no sabido.

La otra gran formación del Inconsciente es el sueño, que se sueña en imágenes pero se
asienta en la lógica de las palabras, de los significantes. Les voy a contar un sueño que
tuve cuando me recibí de médica. Soñé que entraba a una casa grande, muy importante y
esto me producía una enorme felicidad. La interpretación es que mi deseo era entrar a la
residencia de psiquiatría. En el sueño se plasmó la imagen de una residencia (como casa)
sin que yo advirtiera su significado (la residencia como beca de posgrado).

Y por último, como dicen los ingleses, last but not least (al final pero no menos importante),
la tercera formación del Inconsciente son los síntomas y los síntomas también implican una
significación no sabida, un sentido que permanece inconsciente hasta que se
interpreta. Por ejemplo, una paciente de Freud llamada Isabel sufría un síntoma en sus
piernas, no podía caminar. Isabel le cuenta a Freud cómo empezó a aparecer esa dificultad
al caminar, lo relaciona a una tendencia “cariñosa” hacia su cuñado pero ese sentimiento la
avergonzaba mucho y Freud le interpreta que “no se atreve a dar el mal paso de traicionar
a su hermana y entregarse con pasión a su cuñado”. Vean como la dimensión de la palabra
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se va corporizando. Este sentido que le da Freud, esta interpretación deshace la


conversión histérica que producía su paresia. En este ejemplo paradigmático se advierte
que el síntoma “parálisis histérica” se conectaba con el amor a su cuñado, que a su vez se
conectaba con la disputa por el amor al padre entre las hermanas (Complejo de Edipo).
Hemos traído en otras clases también el ejemplo en el cual hay un niño que atiende Freud,
que se llama Juanito, quien padecía un síntoma fóbico, miedo a los caballos. La
interpretación es que en lugar de tener miedo a la potencia/impotencia de su padre, Juanito
desplazó su miedo del padre a los caballos.

El inconsciente implica, para Freud, sexualidad desplazada, libido desplazada: conflicto


psíquico entre el amor al cuñado y su reproche por la traición a la hermana, en el caso
Isabel. Ese conflicto psíquico se transforma en síntoma corporal, parálisis histérica. La
expresión corporal del conflicto psíquico, cuando la carga de la representación psíquica
inerva el cuerpo, se llama conversión. ¡Ojo no confundir con “fenómeno psicosomático”! Lo
psicosomático implica otro procedimiento psíquico que no corresponde a la conversión y
que no incluiremos en la clase de hoy.
En el caso Juanito el temor, miedo, al padre se desplaza al caballo. El caballo significaba
varias cosas: el miedo al castigo de su padre, el amor a su madre y los celos hacia su
hermanita. Estos tres afectos se condensan en un solo elemento, el caballo.

Ahora vamos a hacer una breve introducción a la teoría de Jacques Lacan (París, 1901 -
París, 1981), quien hizo una lectura estructuralista y lingüística de la obra de Freud.

Repasemos, como hemos dicho, Lacan, psicoanalista francés, hace al comienzo de su


extensa obra una lectura estructuralista de Freud a la que llama Retorno a Freud, pues los
psicoanalistas ingleses y norteamericanos que sucedieron a Freud habían vuelto a resituar
al yo como el centro del ser. En este retorno a Freud, Lacan se sirve del estructuralismo y
de la lingüística.
Ya dijimos que para Lacan el Inconsciente está estructurado como un lenguaje y la lógica
de su funcionamiento se basa en la metonimia (figura retórica que implica una operación
de contigüidad y el reemplazo de una parte por el todo) y en la metáfora (figura retórica
que implica nombrar a una cosa con el nombre de otra cosa).

La metonimia es condición de la metáfora. La contigüidad es condición de la


sustitución.
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Porque los significantes se ordenan sucesivamente (metonimia) es que se puede lograr una
operación de sustitución (metáfora).

Ejemplos de metonimia:
“El dulce lamentar de dos pastores”
puede ser leído, gracias a la metonimia, como:
“El dulce lamen tarde dos pastores”.
Ven que con un solo cambio de separación y/o unión (metonimia) de la contigüidad
aparecen dos sentidos diferentes.
Otro ejemplo de metonimia:
“Un adiós a Elena”
puede ser leído, gracias a la metonimia, como:
“Una diosa Elena”.
Otro ejemplo de metonimia, me lo enseñó una maestra en la escuela primaria:
“Envíen monos, mil gracias”
puede ser leído, gracias a la metonimia, como:
“Envíen monos mil, gracias”.
Otro ejemplo de metonimia, bien argentino:
“El sueño del techo propio”
Es obvio que nadie quiere solo un techo para vivir, sino que necesita una casa, pero todos
los argentinos entendemos que decir “techo” (la parte) alude a “casa” (el todo).

Ojalá estos ejemplos les expliquen la nueva significación que se obtiene sólo por el cambio
de contigüidad y enlace de las palabras.

Ejemplos de metáfora:
“Los dinosaurios pueden desaparecer” de Charly García, quien reemplazó “militares
golpistas” por “dinosaurios” y para burlar a la censura de la época de la dictadura pone la
palabra “desaparecer” sin decir “desaparecidos”, pero todos lo entendimos.
Otro ejemplo de metáfora:
“Diegol” “D10S” son metáforas que sustituyen a la expresión:
“Maradona, el mejor jugador de la historia del fútbol, llevó la camiseta número 10 de la
selección nacional”.
Ven cómo la metáfora no solo sustituye sino que produce un nuevo sentido.

Lacan nos ha enseñado que el lenguaje es condición del Inconsciente.

Vamos a dar un rodeo al recordar que Martin Heidegger (Alemania, 1889-1976) quien fue
uno de los principales filósofos del siglo XX y a quien le debemos un pensamiento que
venimos trabajando en esta clase “El lenguaje es la casa del ser”. Es decir, habitamos en
el lenguaje, es la idea de Heidegger.
Nacemos, vivimos y morimos según el lenguaje.

Lacan escribió “mi enseñanza es simplemente el lenguaje. El hombre habita el


lenguaje”.

Somos sujetos sujetados al lenguaje y hablamos gracias a la metáfora, porque quiero


decirles que no sólo Borges, Charly, Spinetta o el Indio Solari tienen la exclusividad de la
metáfora.
La metonimia y la metáfora no son sólo de uso poético.
Hablamos, en nuestra cotidianeidad, sólo nos entendemos en las cosas más sencillas de la
vida si está en funcionamiento el lenguaje, si están juego la metonimia y la metáfora.
Sin la metonimia y sin la metáfora no existiría la comunicación más elemental porque
tendríamos un intercambio literal de palabras y no entenderíamos nada. Porque para
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entender-nos requerimos de un significado “extra” que nos permite encontrar el verdadero


sentido de lo que decimos.

Parece paradójico pero nosotros podemos entendernos gracias al equívoco, al lapsus, a la


significación a la que podemos arribar gracias a nuestra capacidad metafórica.
Piensen en el chiste, si no tuviéramos capacidad de metonimia y metáfora no tendríamos
humor. Las personas con humor, capaces de hacer chistes tienen una conexión más
lograda, más sutil, más aguda con el lenguaje.
El chiste es una forma privilegiada de arribar a algo de la verdad.

Entender varios sentidos en lo que decimos y nos dicen, es poder entender de qué
hablamos cuando hablamos.

Piensen que en su práctica como médicos y médicas es fundamental descifrar qué


les plantea el consultante y captar esta dimensión de la verdad presentada en forma
de palabras es esencial para el entendimiento del diagnóstico y tratamiento.

Si no tuviéramos capacidad metafórica estaríamos en el terreno de lo que en psicopatología


y en psicoanálisis se llama psicosis (pérdida o disminución de la capacidad simbólica).

Un ejemplo de la falta de metáfora: si yo digo “vamos a tomar un café”, gracias a la


metonimia y la metáfora ustedes no van a entender que necesariamente vamos a ir a tomar
un café, que puede ser un café, o un americano o un cortado o una gaseosa. “Vamos a
tomar un café” implica otra cosa. Ese plus de sentido es la metáfora.
Y esa capacidad metafórica la otorga el Inconsciente por habitar en el lenguaje.

Para Lacan, el lenguaje es el lugar del Gran Otro. En francés al Gran Otro se lo denomina
A (por Autre).

Los seres humanos estamos sostenidos en el gran Otro del lenguaje.


El niño va aprendiendo a hablar gracias a esa capacidad de metáfora.
El bebé no habla cuando nace, tiene que ser hablado por la madre, el padre y el ámbito
social, para luego hablar.
El Otro (gran Otro), el lenguaje como tesoro del significante, de las palabras (palabra y
significante no son exactamente lo mismo pero vamos introduciéndonos en el tema) es
transmitido por el pequeño otro (semejante, prójimo) que nos enseña a hablar, nos
transmite el lenguaje.
El Gran Otro es el registro de lo Simbólico.
Los humanos pertenecemos a la especie hablante, estamos hechos del lenguaje y del
vínculo con los pequeños otros.

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