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AGNOSIAS

Definición: La prosopagnosia es una agnosia visual selectiva caracterizada por la


dificultad o incapacidad para la identificación o reconocimiento facial. Este
deterioro del reconocimiento facial no se debe a problemas visuales o en la
memoria, sino a una alteración en el mismo proceso de reconocimiento, pueden
ser atribuidas a episodios prenatales o perinatales, como por ejemplo asfixia o
encefalitis

Existen dos formas clínicas: desarrollada o adquirida. La prosopagnosia


desarrollada tiene una base genética, además, hay observaciones certeras de no
haber encontrado ningún rastro de lesiones cerebrales en pruebas de
neuroimagen. La prosopagnosia adquirida es el resultado de un daño cerebral de
tipo vascular o traumático (Corrow, Dalrymple y Barton, 2016), concretamente, en
la arteria cerebral posterior (ACP). Ésta surge en la 7ª semana del desarrollo
embrionario y finaliza con la bifurcación de la arterial basilar, también establece
complejas uniones con las carótidas internas formando un anillo vascular: el
polígono de Willis (Gómez Dumm, 2003, pp. 288-289) que actúa como un sistema
de recompensa y fuente continua de irrigación cerebral ante cualquier daño. El
área de irrigación de la ACP abarca estructuras cerebrales como son los territorios
profundos talámicos y mesencefálicos, y lóbulos temporal y occipital. En función
del territorio afectado pueden producirse manifestaciones que conllevan desde
déficits funcionales sensoriales, sensitivos, motores, alteraciones de la conducta y
comportamiento, en áreas de procesos cognitivos como son la memoria, lenguaje,
y específicas como la lectura y el área visuoespacial

Siendo un ictus la causa más común de padecer prosopagnosia, se puede


observar que cualquier ataque, incluidos los ataques isquémicos transitorios (AIT),
en los lóbulos occipitotemporales, así como las enfermedades
neurodegenerativas, pueden conducir al padecimiento de alteraciones del
procesamiento facial
No se donde colocar lo amarillo
Clasificación *si es pertinente:
prosopagnosia adquirida: surge como consecuencia de una lesión, un daño o un
golpe en el córtex,
prosopagnosia congenita o desarrollada: está presente desde el nacimiento o al
poco tiempo de nacer, siendo una alteración en la que, en muchos individuos, no
se aprecia un daño cerebral a nivel macroscópico. Quienes la padecen como
síndrome focal, preservan unas capacidades sensoriales, una inteligencia y unas
habilidades sociales completamente normales, estando ausentes otras posible
patologías cognitivas, neurológicas o sensoriales. Sin embargo, a pesar de las
diferencias en la etiología, los déficits en la prosopagnosia desarrollada a menudo
son tan graves como aquellos manifestados en la prosopagnosia adquirida
la prosopagnosia aperceptiva: se correspondería con un déficit selectivo en las
etapas tempranas del procesamiento de rostros
prosopagnosia asociativa: el déficit se correspondería a las etapas tardías,
pudiendo abarcar daños en la memoria a largo plazo o desconexiones entre la
percepción y la memoria facial.
Estructuras cerebrales involucradas: entre las estructuras cerebrales afectadas
en esta alteración neurológica se encuentran la circunvolución fusiforme y la rama
calcarina, encargados de la irrigación del córtex visual, así como las áreas
visuales primaria y secundaria. La interrupción del flujo sanguíneo en la arteria
cerebral posterior conlleva una alteración cognitiva, debido a la isquemia
producida en los territorios profundos talámicos y mesencefálicos, afectando
también a los lóbulos temporal y occipital.
. Como resultado, los pacientes con prosopagnosia congénita presentan alteración
hemisférica bilateral, en estructuras implicadas en las primeras etapas del
procesamiento facial, así como en el área fusiforme facial y el giro fusiforme
Semiología: características
Complicaciones y secuelas asociadas a la patología: como ansiedad ante la
posibilidad de ofender a otros, así como miedo y evitación ante determinadas
situaciones sociales que suponen un desafío para sus habilidades de
procesamiento facial
Tratamiento médico-terapéutico
Actualmente la prosopagnosia no presenta tratamiento alguno, no existen métodos
ni tratamientos eficaces que incrementen el rendimiento del reconocimiento facial
en estos pacientes. Sin embargo, algunas líneas actuales de investigación
apuntan a posibles marcos de intervención para este cuadro clínico. Se
encontraron que el neuropéptido oxitocina favorece la memoria facial, mientras
que Guastello, hallaron que este mismo neuropeptido favorecía la fijación a la
región ocular. A pesar de que estos estudios se han llevado a cabo en pacientes
normales, resultan una alternativa prometedora para pacientes con
prosopagnosia.
Estudios centrados en el entrenamiento de tareas faciales también parecen ser
alentadores de cara al futuro. Brunsdon, Coltheart, Nickels & Joy (2006) y
Schmalzl, Palermo, Green, Brunsdon & Coltheart (2008) trabajaron con dos niños
con prosopagnosia desarrollada, entrenándoles en el reconocimiento de caras
familiares, consiguiendo incrementar dicho rendimiento e incluso llegar a trasferirlo
a otras caras no familiares.
Todos estos resultados sugieren que, con un entrenamiento previo, el rendimiento
de los pacientes puede verse incrementado, siempre y cuando dicho
entrenamiento sea constante. Para poder mejorar las estrategias de intervención,
parece evidente que se debe conocer el sustrato neurofuncional de este cuadro
clínico a fin de averiguar qué áreas y estructuras cerebrales están involucradas en
el procesamiento facial y en la prosopagnosia, por lo que en el siguiente apartado
resulta interesante comentar dichas bases.
la resonancia magnética funcional (fMRI) y los potenciales evocados (ERP) han
sido las técnicas más empleadas, ya que permiten una localización relativamente
precisa de las zonas de activación, en el caso de la fMRI, y un registro temporal
más exhaustivo, en el caso de los ERP. En la actualidad, el uso de potenciales
evocados en la investigación de la prosopagnosia es escaso, a pesar de que en
las últimas décadas hayan sido unas medidas eficaces a la hora de identificar las
etapas alteradas en el procesamiento facial, ofreciendo registros de la actividad
neuronal en milisegundos (Towler et al., 2012).
Otra de las técnicas de neuroimagen empleada en el estudio de la prosopagnosia
ha sido la resonancia magnética funcional (fMRI), donde las investigaciones se
han centrado en el abordaje de las distintas áreas cerebrales involucradas en el
procesamiento facial. Las áreas de interés son primordialmente regiones faciales
ventrooccipitotemporales, como el área facial occipital y el área fusiforme, áreas
que estudiadas mediante resonancia magnética funcional se han visto activadas
en tareas de reconocimiento facial
Desde un punto de vista neuropsicológico, las técnicas de neuroimagen, y
concretamente las técnicas de neuroimagen funcional, parecen ser una vía factible
para conocer los mecanismos involucrados en la clínica de estos pacientes, para
así en un futuro establecer posibles directrices de intervención, tratamiento y
programas de apoyo.
Terapéutico: Para finalizar, hay que mencionar que, para esta condición, como
alternativas terapéuticas, se
incluyen un entrenamiento para la utilización de pistas o estrategias que permitan
a los pacientes
prestar atención a otros estímulos como el color del cabello, la voz, el caminar, las
cejas o un lunar, y
hacen empleo de estos mecanismos para mantener su vida con la mayor
normalidad posible
https://www.funlam.edu.co/revistas/index.php/poiesis/article/view/2971/2235

https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/130229/TFG_MarFueA_Hallazgos.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

https://psicologia.ucm.es/data/cont/docs/29-2019-02-15-Londo%C3%B1o%20Ruiz.pdf

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