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Si El Príncipe ha podido ser consagrado como la exposición perfecta de la técnica del poder
teocratismo de base medieval que perduraba a través del poder temporal del Papado. Al
teocrática que establecía su fin en una vida ultra terrenal, Maquiavelo asigna una nueva
misión a los individuos y a las naciones. La antigua teocracia es sustituida por la patria,
comunidad que cohesiona a los individuos, átomos perdidos fuera de ella. Las naciones, de
manera similar a los individuos, tienen un papel histórico, pero envejecen y son
nación y para todo ello, es necesaria la aplicación de la VIRTÚ que debe poseer el buen
príncipe, la virtú por lo tanto, es la voluntad de poder de la capacidad para forjar un Estado
modo que la virtú del príncipe consiste precisamente en saber actuar en cada situación que
pusiera su poder y soberanía en jaque para salir victorioso; de otro modo, a través de la vitú
de quien gobierna la fortuna puede ser combatida favorablemente para quien gobierna.
Maquiavelo, se ha visto mucho más Maquiavélico de lo que realmente resulta ser.
De hecho es de él de donde proviene este adjetivo calificativo dado por las lecturas
cordura” sobre el actuar del príncipe a quien no le importa nada sobre sus gobernados a
excepción sólo de gobernarlos y saber cómo es que hay que mantener el poder; es entonces
cuando estas lecturas posteriores hacen hincapié en una pequeña frase de Maquiavelo El fin
justifica los medios, “hay una apropiación banal, podríamos decir, que hacen de
atribuye, podríamos decir, el ser… maquiavélico”1. Sin embargo las relecturas de sus obras,
nos dan a entender otra cosa, y es que el autor, en su principal obra El príncipe,
simplemente hacía una suerte de catalogación del cómo actuaban los gobernantes en la
idealización de la vida política; sin embargo, “es posible advertir que el realismo objetivo y
parte de Maquiavelo, quien cuando intentó describir los males políticos de Italia, recurrió al
lenguaje de la pasión moral”2, de modo que lo que hace es una crítica al actual régimen
soberano de su tiempo, y una idealización , u añoranza por los tiempos del republicanismo
“Conociendo este defecto, los legisladores prudentes huyen de cada una de estas formas en
estado puro, eligiendo un tipo de gobierno que participe de todas, juzgándolo más firme y
más estable, pues así cada poder controla a los otros, y en una misma ciudad se mezclan el
las relaciones del pensamiento político de Maquiavelo que se tienen en el campo extra
Maquiavelo, la imagen pública. Pero para ello, es necesario tener un acercamiento aún
divorcio entre la ética y la política, rompiendo de esta manera con toda la concepción
clásica de que al fin la política sería el desarrollo de la ética del individuo. Esto, porque el
enfoque normativo [propio de los clásicos] insistía en el deber ser y no en el ser mismo al
que apunta Maquiavelo, quien desautoriza por irreal al deber ser. Maquiavelo conceptualiza
lo político en base a la dimensión del poder a diferencia de los clásicos quienes siempre
vieron la degeneración de lo político. De modo que insiste en que este divorcio es un hecho
real [ no es que hable de lo que él quiere que suceda, y es aquí donde se producen las malas
no siempre puede serlo en la ética. “Siendo mi intención escribir una cosa útil para quien la
4
Ibid, p. 38.
comprende, me ha parecido más conveniente seguir la verdad real de la materia que los
público sobre lo individual, capacidad del gobernador de poner la fortuna a su favor. “Es
necesario que un príncipe que quiere mantenerse aprenda a no ser bueno, y a servirse según
las circunstancias”6 [ Nicolás Maquiavelo hace pie de página diciendo dígase lo que
autor mantiene esta especie de sarcasmo, que el príncipe debe saber mantener bajo su
control el poder.
Adimanto en su libro “La República”; quien sostiene que uno [como gobernador] debe
procurar ser justo pero no serlo. Por ello se tiene fama de justo, sin embargo sin pagar los
herramienta [por el mismo divorcio] ya que el actor político sabe del divorcio de la ética
con la política, pero públicamente debe disimular esta verdad. En los Discursos es posible
identificar directamente esto a un ejemplo que Maquiavelo da sobre lo que alguna vez
aconteció en Roma: “Tras la expulsión de los Tarquinos, una grandísima unión entre la
plebe y el senado, como si los nobles hubiesen depuesto su soberbia y se hubiesen vuelto de
espíritu popular […] esta impresión engañosa nacía de causas que permanecieron ocultas
mientras vivieron los Tarquinos, pues la nobleza, temiendo a éstos, por un lado, y teniendo
miedo, por otra parte de que la plebe no se le uniese si era maltratada, se portaba
5
Nicolás Maquiavelo. El príncipe. SARPE, Madrid, 1983. P.37
6
IBID. P.98
humanamente con ella, pero apenas murieron los Tarquinos y se desvaneció el temor de los
Parece ser entonces que el énfasis sobre cómo los gobernantes mantienen el poder
denominado divorcio, porque la apariencia es parte de la Virtú que ocupan en la fortuna que
De esto emana la teoría de la doble naturaleza que deben poseer los príncipes
conforme a la virtú esperad [que es la manera de combatir]. Dícese de esta doble naturaleza
que “hay dos maneras de combatir: una con leyes, y otra con la fuerza; la primera es propia
del hombre, la segunda lo es de los animales; pero como muchas veces la primera no basta,
conviene recurrir a la segunda. Por tanto, a un príncipe le es necesario saber hacer buen uso
de una y otra”8.[ A su vez esta fuerza posee una doble naturaleza: la parte del león y la del
cambio de los hechos y no se puede actuar de manera rígida; al ser esto así es que se debe
divorcio entre la ética y a política y a ellos está dirigida esta apariencia. Lo que conviene es
parecer justo y no serlo, porque lo que importa es el cómo apareces de manera que la ética
debe ocultar y fingir esa verdad para quienes no estén capacitados a saber la terrible verdad,
ya que por bien público, todo príncipe debe ensuciarse las manos y si de esto no sabe el
7
Nicolás Maquiavelo. Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Alianza Editorial, Madrid, 2005
8
Op.cit. El príncipe.p.107
pueblo, y ve al príncipe como valioso gobernador que en apariencia busca el buen gobierno.
Dice de alguna manera que si el pueblo está conforme con su actuar, éste le será fiel y en
Para esto el libro [El Príncipe] deja ciertos consejos a seguir por parte de los
gobernantes: “Hay más sabiduría en soportar la reputación de avaro, que produce una
infamia sin odio, que en verse, por el deseo de tener fama de liberal, en la necesidad de
incurrir en la nota de rapaz, que produce una infamia con odio”9, esto emana de la teoría de
que es más seguro para un príncipe ser temido que amado, porque el temor infunde respeto
a diferencia del amor que apenas produzca la más mínima de las decepciones los súbditos
gobernante no haya sabido aparentar, nos podemos percatar en los discursos cuando habla
de la función del Oráculo en el actuar del príncipe, que muchas veces no resultaban ser
ciertos y en realidad el gobernante hacía parecer que era voluntad divina y no la de él. Pero
“como éstos comenzaron luego a hablar a gusto de los poderosos, y su falsedad descubierta
por el pueblo, los hombres se volvieron incrédulos y apropiados para destruir cualquier
orden bueno”10.
Sin lugar a dudas, el espacio público del que habla Maquiavelo era reducido por
cuanto a los clásicos ya que éste sólo era posible en un cara a cara. “Remitía entonces a la
9
Maquiavelo, El Príncipe. SARPE, Madrid, 1983.P.102
10
Maquiavelo. Discursos sobre la última década de Tito Livio. Alianza Editorial, Madrid, 2005. P.72
plaza pública […] donde los ciudadanos deben reunirse para debatir sobre asuntos
que existía ahora la imprenta, lo que traía un mayor número de “espectadores”; sin
embargo, seguía siendo reducido por la escasa amplitud de personas letradas. Jhon B.
Thompson dice que con el desarrollo de la imprenta y otros medios de comunicación los
física ante un conglomerado de personas. Los gobernantes usaron los nuevos medios de
comunicación no sólo para promulgar decretos oficiales, sino también para fabricarse una
medios de comunicación terminan radicalmente con el carácter de una discusión cara a cara
como fue en los tiempos de los clásicos estudiados por Maquiavelo; por ello dice que en las
intrínsecamente unida al hecho de compartir un lugar común: los individuos eran visibles
en la medida en que podían ser vistos por otros que compartían el mismo contexto espacio
temporal. Señala que aún así con el desarrollo de los medios de comunicación, sin
circunstancia de compartir un lugar común: los individuos se hacen visibles a otros que se
11
Jean-Marc Ferry. “Las transformaciones de la publicidad política” en El nuevo espacio público. P.13
público y lo privado se vio en un gigantesco cambio luego de la llegada de los medios de
comunicación. Antes era público lo que se podía ver en la plaza pública, los comunicados
que mandaba a anunciar el príncipe a sus súbditos mediante funcionarios que salían a gritar
a la calle parados en una tarima para “hacer presencia”. Lo público resultaba encontrarse
privado. Resultaba extraordinariamente más fácil aparentar una u otra cosa por parte de los
Pero lo que sin duda no previó Maquiavelo fue la llegada de “los medios masivos de
de compartir un lugar común, las acciones son independientes de la capacidad de ser vistos
u oídos directamente por una pluralidad de individuos copresentes” 12 de manera que las
imágenes de los monarcas no sólo se difundían en las pinturas o por la voz de la opinión
pública sino también por la imprenta y más tarde medios masivos. La imprenta no fue gran
problema para los gobernadores debido a que casi la mayoría de las veces [si es que no es
todas] quienes escribían eran parte del cuerpo de funcionarios del rey, de modo que la
imagen que se formaba era de acuerdo a lo que el rey quería que se supiese de él en lo
del gobernante.
sobre todo, la televisión, representó en alguna medida una diferencia en los tipos de
12
Jhon b. Thompson. “La transformación de la visibilidad”. Estudios públicos, 90, 2003. p.281
publicidad, ya que crearon una forma de publicidad que podríamos llamar “simultaneidad
momento en que actuaban. Las cosas tales ya no cabían dentro de lo que pudiese ser
premeditado, ahora el espacio era de lo natural; las cosas de la apariencia se iban haciendo
un poco más difíciles o más fáciles; lo que Thompson describe como un arma de doble filo.
La radio y la televisión son objetos a los cuales cada vez más las personas tenían
que eran transmitidas de inmediato vía medios electrónicos. Y lo que antes sólo podía verse
en la calle o la plaza pública ahora se puede ver en la comodidad del hogar, en el mundo
privado. “Ahora los líderes políticos pueden dirigirse a sus gobernados como si fueran
miembros de la familia o amigos” 13, esto, diría Maquiavelo, políticamente es muy útil, es
presente el lado racional y el del zorro, la astucia, ya que al aparentar ser amigo o familiar
adquiere más seguidores que sienten a éstos como cercanos. Pero, como dice Thompson, es
también un arma de doble filo ya que este medio de aparición en cualquier caso resultaría
ser favorable, sin embargo no contando con las intenciones propias del medio, es decir la
línea editorial. “Las formas mediáticas podían ser usadas no sólo para promover y exaltar a
ciertas cosas que ocurrían en el ámbito de lo privado del personaje político a veces se veían
que encubría, que resultaba ser éticamente corrupto. Por lo que en lo público el gobernador
se podía ver como un buen gobernador, que actúa en beneficio del pueblo, los mantendría
satisfechos y al darle el trabajo sucio [que proponía Maquiavelo] a otros, eran estos otros
quienes se veían envueltos en malos pasos y eran éstos por lo tanto quienes eran vistos
públicamente con malos ojos. En lo privado por lo tanto se mantenía este pacto del
gobernador de dejar a otros el trabajo sucio y de este modo se comprueba la teoría del
divorcio de la ética con la política y que para que esto no cause una impresión tan grande
que haga que el pueblo se rebele contra el gobernante, éste debe aparentar ser bueno