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MONOGRAFIA

QUISTE TIROGLOSO Y TEJIDO TIROIDEO ECTÓPICO

Integrantes:
GAITÁN HERRERA GUSTAVO ADOLFO GALARZA GARRIDO DANIEL ELÍAS

Docente:
DR. FRANCISCO HERRERA

UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
FACULTAD DE MEDICINA
CARTAGENA DE INDIAS D.T. Y C.
2020
TABLA DE CONTENIDO
1 Introducción

2 Quiste tirogloso
2.1 Definición
2.2 Epidemiologia
2.3 Etiología
2.4 Presentación clínica
2.5 Pruebas de imagen
2.6 Anatomía patológica
2.7 Diagnostico
2.8 Clasificación
2.9 Diagnóstico diferencial
2.10 Tratamiento
2.11 Evolución y pronostico

3 Tejido tiroideo ectópico


3.1 Generalidades
3.2 Clínica
3.3 Diagnostico
3.4 Tratamiento

4 Conclusión

5 Bibliografía

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1 - INTRODUCCIÓN

Entre las patologías benignas de la tiroides tenemos aquellas que se forman por
deficiencias en el desarrollo embriológico de la glándula, más específicamente en el
descenso, entre estas el quiste del conducto tirogloso y el tejido tiroideo ectópico.
Los quistes del conducto tirogloso (QCT) se forman por la persistencia del conducto
tirogloso, completo o parcial. Pueden encontrarse en cualquier parte del trayecto
migratorio de la tiroides, aunque el 80% se halla junto al hueso hioides. Cerca de 1% de los
quistes son malignos, la mayor parte de las veces papilar (85%). También hay informes de
tumoraciones escamosas, de células de Hürthle y anaplásicas, pero son poco comunes
Las ectopias tiroideas o la presencia de tejido tiroideo fuera de su localización usual se
consideran un problema de embriogénesis por falta de descenso normal del tiroides si se
encuentran en la línea media del cuello. Pueden dar síntomas compresivos locales,
confundirse con quistes tiroglosos o más frecuentemente dar origen a un hipotiroidismo no
característico en la infancia tardía, siendo, sin embargo, suficientemente funcionales como
para permitir un desarrollo cerebral y crecimiento linear normales durante la temprana
infancia, aunque más tarde fallen en la producción de una cantidad adecuada de hormonas
que copen las demandas metabólicas aumentadas.

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2- QUISTE TIROGLOSO

2.1- Definición
Los quistes del conducto tirogloso (QCT) son remanentes epiteliales de un tracto
embriológico, el ducto tirogloso. Estos pueden manifestarse como un quiste solitario, un
quiste con un trayecto fistuloso o como un nódulo sólido formado por tejido tiroideo.

2.2- Epidemiologia
Es la patología congénita cervical más frecuente, llegando a estar presentes hasta en un
7% de la población. Suponen aproximadamente el 70% de todas las patologías congénitas
del cuello.
A pesar de tratarse de una patología congénita, pueden manifestarse a cualquier edad y si
bien el 40% aparecen en la primera década, un 15 % se manifiestan después de los 50
años.
No se han encontrado diferencias entre sexos. Aunque su aparición resulta ser casi
siempre esporádica, se han declarado casos familiares, causados por un gen autosómico.

2.3- Etiología
La formación del conducto tirogloso está íntimamente ligada al desarrollo embrionario de
la glándula tiroides y a su trayecto de descenso desde el foramen cecum hasta su
emplazamiento definitivo en la escotadura esternal.
Para entender las bases embriológicas del quiste tirogloso es preciso recordar primero la
embriogénesis de la lengua, la glándula tiroides y el hueso hioides:

• La parte anterior de la lengua deriva del ectodermo, mientras que la parte


posterior tiene un origen endodérmico.
• El foramen cecum es un divertículo ventral de origen endodérmico situado entre
los dos tercios anteriores de la lengua y su tercio posterior, que dará lugar a la
glándula tiroides.
• La glándula tiroides descenderá por el cuello dejando un tracto epitelial (conducto
tirogloso) que comunicará temporalmente el tiroides primitivo con la lengua y
tendrá íntima relación con el hueso hioides.

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2.4- Presentación clínica
La forma de presentación más típica del quiste del conducto tirogloso es a modo de masa
indolora, blanda, situada en la línea media, a cualquier altura del conducto tirogloso,
aunque la situación más frecuente es cercana al hueso hioides y la región de membrana
tirohioidea (60-65%)

Típicamente se moviliza con la deglución (por su relación con el hueso hioides). Su tamaño
promedio generalmente oscila entre 2-4 cm, pero se han descrito quistes de hasta diez
cm de diámetro. Debido a su comunicación con la faringe el ducto puede infectarse,
produciendo clínica de dolor, fiebre y drenaje de material purulento. Aproximadamente
un tercio de los pacientes presentan una historia de infecciones recurrentes.

La localización lingual puede producir clínica de estridor laríngeo, disnea y disfagia.

2.5- Pruebas de imagen

ECOGRAFÍA
La ecografía es la prueba diagnóstica más frecuentemente utilizada en pediatría, si bien la
TAC aporta ventajas cuando diagnosticamos a adultos.

Ecográficamente la mayor parte de los quistes se localizan en:


• La línea media (75–82.6 %).
• A nivel del hueso hioides (44.4–75 %).
• Inferior al hioides (0–47.8 %).

Son uniloculados (86.1–100 %), no tabicados (69.5– 91.7 %), con pared fina (66.7–82.6 %).
Suelen producir un refuerzo posterior (56.6–77.8 %).

TAC
En la TAC, los quistes del conducto tirogloso (QCT) se visualizan típicamente como como
lesiones bien circunscritas, con densidad agua, de aspecto homogéneo, rodeadas de un
fino anillo captante. Pueden observarse hiperdensidades debidas a cristales de colesterol,
presencia de proteínas y queratina. La TAC es una excelente herramienta diagnóstica que
aporta información sobre la localización del quiste y del tracto, su tamaño y relación con
estructuras vecinas.
Puede hacer sospechar un carcinoma del conducto tirogloso la visualización de
componente sólido, nódulos o calcificaciones murales, las cuales podrían corresponder
histológicamente a los cuerpos de psamoma típicos del carcinoma papilar.

RMN

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La RMN puede aportar información muy detallada sobre el QCT y su relación anatómica
con estructuras vecinas. Su uso como prueba inicial, no parece justificable
económicamente al no presentar grandes ventajas sobre técnicas de imagen menos
costosas.

2.6- Anatomía patológica

Histológicamente los QCT están tapizados de epitelio escamoso estratificado o cilíndrico


pseudoestratificado de tipo respiratorio con glándulas mucosas, que segregan el
contenido mucinoso típico de estos quistes.

A veces se encuentra tejido glandular salivar o tiroideo en su pared. El epitelio


estratificado escamoso es más frecuente en los quistes cercanos al foramen cecum,
mientras que la presencia de epitelio tiroideo acinar es más común en los quistes más
próximos a la glándula tiroides.

2.7- Diagnostico

El diagnóstico del QCT se basa en la combinación de hallazgos clínicos, radiológicos e


histológicos.

Una anamnesis y exploración física meticulosas son a menudo suficientes para realizar un
diagnóstico correcto. Las pruebas de imagen juegan un papel importante en la
confirmación del diagnóstico, determinan la presencia de la glándula tiroides y aportan
información sobre la composición del quiste.

La ecografía es la prueba de imagen inicial recomendada, especialmente en niños, debido


a su elevada eficiencia y elevada disponibilidad, ausencia de exposición a radiación y de
necesidad de sedación. No obstante, en los QCT de localización superior al hueso hioides
es recomendable realizar una laringoscopia y una TAC. La PAAF es una técnica útil para
confirmar un QTG o excluir otros diagnósticos. También puede determinar la composición
del contenido del quiste (macrófagos, linfocitos, neutrófilos y células ciliadas), aunque
ésta
no es exclusiva de los QCT.

Su utilidad para distinguir malignidad es limitada, presentando una sensibilidad


aproximada en torno al 60% y un VPP en torno al 70%. La RMN puede aportar mayor
precisión a la hora de determinar el carácter invasivo de una masa cervical. La
Gammagrafía 99mTc pertecnetato es útil para localizar tejido tiroideo ectópico
funcionante, especialmente si la glándula tiroides no se encuentra en su localización
normal.

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• Su utilización preoperatoria para demostrar la presencia de tiroides normal reduce
el riesgo de hipotiroidismo postquirúrgico causado por la extirpación de un tejido
tiroideo funcionante único, presente en el interior del QCT.
• Su uso es especialmente recomendable cuando el quiste está localizado en la base
de la lengua, dado que en estos casos la incidencia de tejido tiroideo ectópico es
aproximadamente del 1-2%.

Se recomienda el estudio de la función tiroidea preoperatoria en todos los QCT.

2.8- Clasificación

Atendiendo a la clasificación de Shah et al. Por su localización los QCT se clasifican en:

• Linguales (Base de lengua) 2%


• Suprahioideos o submentales 25%
• Tirohioideos 60%
• Supraestermales 13%
• Mediastinicos 1%
• Linguales (base de lengua
En función de su relación con el hueso hioides pueden ser:

• suprahioideos 20-25%
• anteriores o posteriores al hioides 15-50%
• infrahioideos 25-65%

2.9- Diagnóstico diferencial

Los QCT deben distinguirse de otras masas cervicales como:

• Quistes dermoides.
• Linfadenopatías.
• Higroma quístico.
• Glándula tiroidea ectópica.
• Quistes de los arcos branquiales.
• Hemangiomas.
• Lipomas.
• Quistes sebáceos.
• Lesiones de la glándula tiroides.
• Lóbulo piramidal tiroideo hipertrófico.

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• Tumores de glándulas salivares de localización medial.
• Tumores cervicales como sarcomas y linfomas.
• Metástasis de carcinoma escamoso y adenocarcinoma quistificadas.

2.10 - Tratamiento
Existen varias vías para el tratamiento de los QCT: por medio de cirugía, de escleroterapia,
de antibioterapia y/o drenaje.
El tratamiento definitivo de un QCT es su escisión quirúrgica, esta es necesaria por el
riesgo de transformación maligna, además de complicaciones como la infección
recurrente.
La escisión se lleva acabo preferiblemente mediante la técnica de Sistrunk, la cual consiste
en la resección del quiste, su tracto, la porción medial del hioides y una porción de la
musculatura de base de lengua subyacente.
Técnica quirúrgica
1. Incisión cutánea horizontal a nivel del hioides.
2. Disección de los músculos infrahioideos.
3. Localización y disección del quiste inferosuperiormente hasta el hueso hioides.
4. Sección del tercio medio (cuerpo) del hueso hioides.
5. Disección en bloque incluyendo el fragmento del hioides, una columna de tejido
que contenga el conducto tirogloso y mucosa de base de lengua.
6. Cierre cuidadoso para evitar la fistulización.
7. Colocación de drenaje debajo de musculatura infrahioidea.
8. La introducción de la técnica de Sistrunk ha reducido significativamente la tasa
de recidivas de un 40% (con escisión simple) hasta un 1-5% (procedimiento de
Sistrunk).
La escleroterapia es una alternativa menos agresiva para el tratamiento de los quistes
esta consiste en la inyección percutánea de sustancias esclerosantes en el interior del
quiste. Entre ellas tenemos la OK- 432 (Picibanil), un agente esclerosante consistente en un
liofilizado de Streptococo pyogenes del grupo A incubados con Penicilina G.
Las ventajas que aporta el procedimiento frente a la cirugía es la no necesidad de
hospitalización ni anestesia, el ser relativamente rápido e indoloro, la disminución del
riesgo de hemorragia e infección y unos mejores resultados cosméticos.

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En los casos en que el paciente presente un QCT abscesificado el tratamiento
recomendado es la antibioterapia y/o drenaje.

2.11 - Evolución y pronóstico


Recidiva
Es la complicación más frecuente tras le escisión de un QCT y se debe, casi siempre, a una escisión
incompleta del ducto, Las posibilidades de que suceda se haya influenciada por factores como un
diagnóstico incorrecto, factores anatómicos propios del paciente y la habilidad del cirujano.

Para el manejo de estos casos se han descrito modificaciones de la técnica de Sistrunk. Los pasos
para la reintervención son:

1. Escisión de la cicatriz previa.

2. Elevación de colgajos musculocutáneos superior e inferior.

3. Disección de la lesión con un margen de tejido normal de 0,5 cm y escisión de cualquier


tejido de granulación presente.

4. Escisión de istmo tiroideo en caso de localización inferior de la incisión de la cirugía


previa.

5. Identificación del nervio hipogloso (en el caso de las incisiones superiores) en su entrada
al músculo geniogloso.

6. Escisión de un núcleo de tejido de 1 cm alrededor del foramen cecum.

7. Resección de 1 cm de base de lengua en torno al foramen cecum.

8. Confirmar la ausencia de tejido epitelial tomando una muestra de tejido lingual


profundo a la zona de transición.

En los casos de recurrencia tras terapia con OK-432 puede repetirse el mismo tratamiento.

Carcinomas del conducto tirogloso

Estos se producen aproximadamente en el 1% de los QCT y en la mayor parte de los casos se


diagnostican incidentalmente tras la cirugía. La edad media de presentación es de 40 años y más
del 90% se producen en mayores de 18 años, por lo que el tratamiento quirúrgico cobra aún más
importancia en adultos.

Más del 80% son Carcinomas papilares, aproximadamente un 5% son carcinomas escamosos,
siendo la edad media de presentación de éstos superior (54 años), son muy raros los carcinomas
anaplásicos y los de células de Hurthle. Las metástasis a distancia son raras, observándose en
menos del 2% de los casos.

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Los hallazgos radiológicos pueden ayudar a distinguir un carcinoma de un QTC son: nódulo sólido
en el quiste (el más frecuente), calcificaciones (típicas de los carcinomas papilares), márgenes
irregulares y pared engrosada.

El procedimiento de Sistrunk será suficiente cuando se cumplen los siguientes criterios:

• Presencia de folículos tiroideos normales en la pared del quiste.


• Ausencia de extensión del tumor más allá de la pared del quiste.
• Glándula tiroides clínica y gammagráficammente normal.
• No evidencia de extensión ganglionar cervical.

En caso de no cumplirse estos criterios deberá realizarse además una tiroidectomía y posterior
tratamiento con I131.

3 - TEJIDO TIROIDEO ECTÓPICO


3.1 - Generalidades
La presencia de tejido tiroideo funcionante en un lugar diferente de su localización
habitual generalmente implica una falla total o parcial en el descenso normal del tiroides
durante su desarrollo embrionario y se denomina tiroides ectópico, catalogándose dentro
de las disgenesias tiroideas. También se ha llamado "criptotiroidismo", "tiroides
aberrante", "tiroides accesorio" o simplemente "lingual", "hioideo", etc., según su
localización que puede ir desde la base de la lengua hasta la situación normal, a lo largo de
la línea media del cuello. Puede llegar a encontrarse, en raras ocasiones, en mediastino,
corazón, esófago o diafragma.
La anomalía en el descenso de la glándula tiroides es más frecuente en mujeres y se
produce aproximadamente en 1 de cada 200.000 individuos y en 1 de cada 6.000
pacientes con enfermedad tiroidea.
Su localización más frecuente, es el tiroides lingual (90%), y la segunda es a lo largo del
conducto tirogloso, simulando un QCT. Entre un 1-2 % de los pacientes diagnosticados
inicialmente de QCT en realidad presentan una glándula tiroidea ectópica. Es frecuente
encontrar el tejido tiroideo ectópico formando pequeños grupos de folículos, lo cual se
encuentra en entre el 25-65% de los quistes tiroglosos analizados.

3.2 - Clínica
En la mayoría de los casos se manifiesta como una masa asintomática en la línea media
cervical, coexistiendo con una glándula tiroides de localización normal, que
frecuentemente es hipofuncional y atrófica.

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En los casos de tiroides lingual, las manifestaciones más comunes son malestar en la
garganta, disfonía, hemoptisis, disnea, disfagia, sialorrea.
Alrededor de un tercio de los pacientes con tiroides ectópico tiene algún grado de
hipotiroidismo. Esto se atribuye a un defecto de organificación de yodo de las glándulas
disgénicas y es la causa más común de hipotiroidismo congénito.
En estos casos, el exceso de secreción de TSH puede producir crecimiento de la masa, que
en algunos casos puede controlarse administrando hormona tiroidea y en otros requiere
cirugía.

3.3 - Diagnostico
Cualquier sospecha de tiroides ectópico, ya sea clínica o de imagen, debe propiciar la
realización de una gammagrafía con 99m-Tecnecio para determinar la existencia de tejido
tiroideo funcional en otra localización cervical. Generalmente la prueba no mostrará
captación en la localización glandular normal y el tejido tiroideo ectópico será el único
tejido funcional (75%).
Una vez diagnosticado es obligatorio evaluar la función tiroidea del paciente mediante la
realización de un perfil tiroideo, ya que frecuentemente se encuentra evidencia de
hipotiroidismo.

3.4 - Tratamiento
Para los casos sintomáticos existen tres tipos de tratamiento:
1. En la mayoría de los casos el tratamiento es médico con hormona tiroidea, que
corrige el hipotiroidismo subclínico y reduce el volumen de la masa.
2. El yodo radioactivo 131I destruye no sólo el tejido tiroideo que existe en la base
de la lengua sino también el tejido tiroideo que existe en el cuello.
3. Cirugía: En general, el tejido tiroideo ectópico no debe resecarse, porque la
resección ocasiona hipotiroidismo grave, con lo cual se requerirá tratamiento
hormonal sustitutivo de por vida. No obstante, existen algunas indicaciones
quirúrgicas: presencia de carcinoma, hemorragia, obstrucción de la vía
aerodigestiva con disfagia o disnea, hipertiroidismo no controlado con otros
métodos.
El tratamiento quirúrgico de tiroides lingual se ha realizado transoralmente mediante una
osteotomía mandibular media (labiomandibuloglosotomía) o una faringotomía lateral o
infrahioidea.

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Existe controversia en cuanto al reimplante de tejido tiroideo ectópico; en todo caso, debe
hacerse tras un estudio histológico intraoperatorio, para descartar la existencia de un
carcinoma.

4 - CONCLUSIÓN
El conocimiento anatómico, embriológico y clínico de estas entidades congénitas,
constituyen parámetros que nos permitirán llevar a cabo un adecuado diagnóstico y así
tratar al grupo de pacientes con las características descritas para su estratificación y su
posterior tratamiento operatorio, mejorando de esta manera su calidad de vida.

5 - BIBLIOGRAFÍA

1. Fernández Fernández M, Alacio Casero J. Patología y cirugía de las glándulas


tiroides y paratiroides. Madrid: Cyan, Proyectos Editoriales; 2016.
2. Sanchez G, Ramirez J, Wilde I. Quistes del conducto tirogloso: Diagnóstico y
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y manejo quirúrgico. Acta Méd. Orreguiana Hampi Runa 7(1) 2007.
4. García I, Jiménez W, González N, Sabatier C. Tiroides ectópico intralaríngeo.
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5. Gross E, Sichel JY. Congenital neck lesions. Surg Clin North Am 2006; 86: 382-392
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Thyroglossal duct cyst: Personal experience and literature review. Auris Nasus
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