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Los criterios que determinan nuestra valoracin moral proceden del sujeto.
Los juicios morales no son cuestiones de hecho, sino valoraciones. No
podemos pasar del ser` al debe ser`, ya que el que algo sea de una
manera no puede implicar que deba ser de esa manera. El conocimiento de
los hechos nos proporciona un conocimiento de lo que sucede, pero ste no
es un conocimiento acerca de si lo que sucede es bueno o malo. Esa es la
falacia naturalista.
Aunque parezca que Hume cae en el relativismo moral, no es as. A pesar de
que admita que la moral se funda en sentimientos subjetivos, al mismo
tiempo consideraba que la naturaleza humana era comn, por lo que esos
sentimientos subjetivos seran, ms o menos, concordantes con todos los
hombres.
Un juicio moral en la mente tena lugar cuando el individuo dejaba a un lado
sus intereses particulares y tomaba un punto de vista general (para
empiristas).
Vemos que nuestras valoraciones morales solo tienen lugar cuando dejamos
de lado nuestros intereses, pero tambin, cuando tenemos en mente los
intereses colectivos. Si alguien es til a esos intereses, esa persona merece
nuestra aprobacin y la calificamos como buena``.
Es posible, por tanto, construir una teora tica que tenga como fin la
aprobacin colectiva y, por tanto, la utilidad general. Para realizar actos
buenos, debemos buscar la utilidad pblica. En todos los hombres existe un
natural sentimiento de simpata`` hacia los otros hombres; las personas
nos reconocemos como tales y sentimos cierta benevolencia entre nosotras.
Es posible que haya personas que desoigan este impulso natural o que lo
tengan ofuscado por una tara en su naturaleza, estas personas son las que
consideramos malvados``, pues son incapaces de compatibilizar sus
intereses individuales con los colectivos.