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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas


CARRERA
LICENCIATURA EN DERECHO
ASIGNTURA
DERECHO CIVIL III
SUSTENTADO POR
CARLOS MIGUEL PATIÑO
Privado de libertad

MATRÍCULA:
201902042
FACILITADORA:
ISMELDA GARCÍA GIL

ACTUALMENTE RECLUIDO EN EL PINITO LA VEGA (C-C-R16)


República Dominicana

07 DE AGOSTO DEL (2020)


Responsabilidad Civil de Ciertos Profesionales.
El contrato médico-paciente.

Nadie discute que entre el médico y el paciente se puedan formar relaciones jurídicas
que obliguen al médico a asumir obligaciones en provecho del paciente, y naturalmente
el paciente a pagar por los servicios prestados. Es por ello que las obligación principal
que asume el médico frente a su paciente es normalmene de medios y
excepcionalmente una obligación de resultado, y es del incumplimiento de estas que se
podría derivar la responsabilidad civil o penal del médico, siempre que el paciente
reciba un daño por negligencia o inobservancia de ciertas técnicas y reglas de la
medicina.

El contrato médico puede ser definido como el acuerdo que se produce entre el médico
y el paciente mediante el cual el primero se obliga a brindar los conocimientos
actualizados de la ciencia médica en beneficio del paciente y éste último se obliga a
pagar los honorarios como contrapartida de los servicios ofrecídoles. Como ya se ha
dicho es del incumplimiento de las obligaciones que el contrato o la ley le imponga al
médico que se podría derivar la responsabilidad civil o penal.

Dalloz (2004) refiere que el incumplimiento de una obligación aún involuntaria, se


sanciona con una responsabilidad igualmente contractual, tal como lo estableció la
Sentencia Mercier del 20 de mayo de 1936, la cual fue rendida en ocasión de un daño
que recibió el paciente, luego de haber sido sometido a la accción de rayos x sin
protección alguna. En ese sentido Panneau ha sostenido que una vez el médico abre
su consultorio y el paciente acude en la busqueda del servicio el contrato médico-
paciente queda perfeccionado.

Obligación de medios o de prudencia y diligencia.

La obligación de medios es aquella en la cual una persona se obliga frente a la otra a


comportarse diligentemente para lograr un resultado, pero si no lo alcanza su
responsabilidad no queda comprometida. En este caso hay que demostrarle al médico
que él no se comportó diligentemente y por eso el paciente resultó con un daño. Se
habla entonces de una culpa en su ejercicio profesional.

La obligación de medios es aquélla en la cual una parte se obliga a comportarse


diligentemente, poner toda la prudencia y la destreza o conocimiento para obtener un
resultado en beneficio de la otra parte. En ella el agente no promete un resultado, pero
si debe poner todo su empeño para obtenerlo, de tal modo que a éste habría que
imputarle una culpa consistente en la negligencia, imprudencia o falta de pericia.

Esta obligación no debe interpretarse en sentido restrictivo, ya que la misma se hace


aplicable respecto de los cuidados que se deben a las persona o a negocios, como es
el caso del personal de salud que tiene a su cargo el cuidado de un paciente.

La obligación de medios, que también se le denomina de prudencia y diligencia, ha sido


consagrada por el artículo 164 de la Ley No. 42-01 del 8 de marzo de 2001, (Ley
General de Salud de la República Dominicana, el cual prescribe que: “el profesional, o
cualquier persona autorizada para ejercer acciones en salud, será responsable ética,
penal y civilmente del cumplimiento de todos los procedimientos, normas técnicas y en
fin, iodos los medios requeridos conforme a los principios de la ética y de las
obligaciones de prudencia y diligencia; en los casos en que intervenga”.

Después de la sentencia Mercier del 20 de mayo de 1936 numerosas decisiones han


reafirmado la obligación de medios puesta a cargo del médico, en la que él debe poner
todo su empeño para lograr la curación de su paciente, sin poder prometer los
resultados que lo obligarían a garantizar esa curación. Esa obligación de medio implica
un deber de prudencia y diligencia en el ejercicio de su arte.

Obligación de resultado.

Esta obligación se opone a la de medios o de prudencia diligencia, en la cual se


promete un resultado determinado, y de no cumplir lo prometido, ya se está en falta, al
menos que se demuestre el caso fortuito o fuerza mayor. El médico no puede prometer
un resultado porque eso iría en contra del ejercicio médico, debido a los factores de
incertidumbre de la ciencia médica y la característica individual del paciente y la
enfermedad.

En principio la obligación que asume el médico frente a su paciente es de medios o de


prudencia y diligencia, pero como se verá más adelante en ocasiones éste tiene una
obligación de resultado, que lo hacen responsable independientemente de si ha
actuado con prudencia o diligencia.

Se afirma que tratándose del régimen probatorio en ambas obligaciones se aplica el


mismo principio actor incumbí probativo (todo aquél que alega un hecho debe probarlo).
En el caso de la obligación de medios hay que probarle al médico una culpa, es decir
que al no hacer lo que la ley le impone ser diligente, impidió el resultado deseado, la no
curación o sanación del paciente, de donde se derivó el daño que sufrió el paciente.
Pero cuando se trata de una obligación de resultado no hay que probar culpa alguna,
sino que no se logró el resultado prometido.

El comportamiento diligente por parte del deudor de la obligación de resultado no es


suficiente para eximirlo de responsabilidad, es necesario que éste demuestre que su
incumplimiento se debió a la intervención del caso fortutio o fuerza mayor.

Coexistencia de dos obligaciones.

En el contrato de cuidados médicos, coexisten dos obligaciones: una principal de


medios, por los daños relativos a la ejecución de los cuidados, y otra accesoria, de
seguridad resultado, por las infecciones nosocomiales y los daños que han sido el
resultado de la utilización de un producto o material defectuoso o un aparato.

El Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de Atlanta, EUA,


define la infección nosocomial como: “Toda infección que no esté presente o
incubándose en el momento del ingreso al hospital, que se manifiesta clínicamente, o
sea descubierta por la observación directa durante la cirugía, endoscopia y otros
procederes o pruebas diagnósticas, o que sea basado en el criterio clínico. Se incluyen
aquellas que por su período de incubación se manifiestan posteriormente al alta del
paciente, se relacionan con los procederes o actividades hospitalarias y con los
servicios ambulatorios”

En el mismo contrato médico, pueden coexistir otras obligaciones de naturaleza


diferentes como lo permite el artículo 1315 del Código Civil, al contemplar que las
convenciones obliga, no sólo a lo que se expresa en ellas, sino también a todas las
consecuencias que la equidad, el uso o la ley dan a la obligación según su naturaleza.

Responsabilidad de los médicos, odontólogos, bioanalistas y


enfermeras.

La responsabilidad del médico frente a su paciente es contractual. Esta obliga a médico


al dar los cuidados conscientes y atentos conforme a los conocimientos adquiridos por
la ciencia. La obligación que normalmente asume el médico con el paciente es de
medios o de prudencia y diligencia, conforme a la cual se obliga a brindar los cuidados
y atenciones con la debida diligencia para obtener un resultado, pero su
responsabilidad no queda comprometida si no lo logra.

Las enfermeras, bionalistas y otros profesionales de la salud, podrían comprometer su


responsabilidad civil siempre que se demuestre la comisión de una falta que dé lugar a
la producción de un daño para el paciente.

Los abogados, notarios y alguaciles.

Su responsabilidad civil también se puede ver comprometida, siempre que se le pueda


retener una falta capaz de producir daño. Normalmente la obligación que pesa sobre el
abogado es de medios (de prudencia o diligencia), ya que no es ético prometer un
resultado especialmente cuando se trata de litigios. El resultado siempre dependerá de
un tercero.

Los notarios pueden ver su responsabilidad comprometida cuando brindan a sus


clientes una asesoría defectuosa con errores groseros que evidencian desconocimiento
de su profesión, y fruto de eso el cliente experimenta algún tipo de daño.
Los alguaciles, igual que el notario, debe ser diligente en sus actuaciones.
Normalmente los actos que debe notificar están sujetos a ciertos plazos, que de no
observarse podrían generar ciertos perjuicios para el cliente.

Los ingenieros, arquitectos y agrimensores.

Su responsabilidad se puede ver comprometida en relación a los contratos que estos


celebren con las partes, siempre que del incumplimiento del mismo se derive algún
daño para el cliente. Especialmente cuando estos asumen una obligación de resultado
al comprometerse a entregar los trabajos de la calidad convenida o cuando no entregan
los trabajos en la fecha acordada.

Consulte la bibliografía básica de la unidad  y demás fuentes


complementarias del curso; luego realice lo que se le pide a
continuación 
1. Resuelve el siguiente supuesto fáctico:
Caso No.1

El señor José Pacheco fue atendido como paciente por el Dr. Juan González, en
el centro Clínico. Buena Salud. Dicho médico le realizó un estudio radiológico, el
cual le produjo un daño al paciente que le causó una lesión en un órgano interno,
lo cual le produjo la muerte. Un peritaje determinó que el daño le fue causado al
paciente, por un defecto que tenía el aparato utilizado por el médico, lo cual era
desconocido por éste y el centro. Los familiares del paciente demandaron al
médico, y al centro y al fabricante. El médico se defendió alegando que él no
cometió una falta, por lo tanto, es imposible que lo condenen. El centro adujo que
el paciente no ha contratado con el centro, y el fabricante alegó lo mismo. El
tribunal condenó al médico a pagar una indemnización y liberó a los otros
codemandados.
Responde.

¿Fue correcta la decisión del juez?


La considero incorrecta, por el hecho de haber condenado sólo al Doctor y excluido las
demás partes, debió ser condenado conjuntamente con el Dr. El Centro Médico, debido
a que, Primero, Si nos vamos al Artículo 53 de nuestra Constitución habla de que los
bienes y Servicios deben ser de calidad y que en caso de que sean de mala calidad el
agraviado tendrá derecho a ser indemnizado, dicho artículo establece textualmente lo
siguiente, Derechos del consumidor. Toda persona tiene derecho a disponer de bienes
y servicios de calidad, a una información objetiva, veraz y oportuna sobre el contenido y
las características de los productos y servicios que use o consuma, bajo las previsiones
y normas establecidas por la ley. Las personas que resulten lesionadas o perjudicadas
por bienes y servicios, Segundo; según establece el Art. 1382 Cualquier hecho del
hombre que causa a otro un daño, obliga a aquel por cuya culpa sucedió, a repararlo”.

El Centro Médico se ve directamente responsabilizado desde el momento en que


recibió voluntariamente al señor José Pacheco como su paciente, así lo establece la
Sentencia núm. 186, del 18 de marzo de 2015 en su párrafo Tercero; 3. El contrato de
hospitalización se formaliza cuando un centro médico admite voluntariamente a un
paciente.

Y acerca de la responsabilidad del Centro de Saludo continuo diciendo; la Sentencia


núm. 15, del 9 de febrero del 2011 en su numeral 3ro. e inciso (a): Los Centros Médicos
comprometen su responsabilidad cuando; y continúa diciendo, No suministran los
medios necesarios para el buen cuidado del paciente”. Por tanto es también
responsabilidad del hospital la condición de sus aparatos.

2) ¿Si te hubiese tocado representar al demandante, ¿qué


hubieses alegado?

Hubiese citado los artículos anteriormente mencionados en su defensa y lógicamente


incluiría en la demanda al centro médico y fabricante del aparato médico. Además, ya
que nuestro representado perdió la vida invoco lo establecido en el Articulo 7 del
Código de Ética Médico mediante decreto 641-05 del 22 de noviembre del 2005, el cual
establece “El respeto a la vida de la persona humana en toda circunstancia, es el deber
primordial del/la médico”.

Aparte si seguimos leyendo más adelante encontramos que serán condenados


conforme a lo dispuesto en la misma ley General de Salud: Art. 164.- El profesional o
cualquier persona autorizada para ejercer acciones en salud será responsable ética,
penal y civilmente, en los casos en que intervenga, del cumplimiento de todos los
procedimientos, normas técnicas y, en fin, todos los medios requeridos conforme a los
principios de la ética y de las obligaciones de prudencia y diligencia.

Párrafo. - Mientras no se aprueben los reglamentos que rijan el ejercicio de las


profesiones en los diferentes niveles, oficios en ciencias de la salud y acciones en
salud, las obligaciones establecidas en el presente artículo se regirán por el derecho
común.

Y para incluir el centro médico haría uso de la Jurisprudencia, la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia, dictó sentencias de las cuales extraeré sus principios:

1. El contrato de hospitalización compromete un deber de vigilancia y seguridad hacia


los pacientes;

2. Los Centros Médicos pueden ser alcanzados por la responsabilidad del médico, pero
cuando tienen una relación comitente reposé;

3. Centros Médicos comprometen su responsabilidad cuando:

a. No suministran los medios necesarios para el buen cuidado del paciente;

También la misma sentencia establece Centros Médicos ven afectada su


responsabilidad cuando: “Suministran al paciente material defectuoso o con vicios”.

En la Sentencia núm. 15, del 5 de septiembre de 2012, encontramos lo siguiente:

Que el Centro Médico tiene a su cargo:


a. La función de suministro de material, equipos y productos. De lo que se desprende
que es responsabilidad del Centro médico también el hecho de que esos equipos estén
en buen estado.

3) Si usted le hubiese tocado representar al médico ¿cómo lo


hubiese hecho?

Argumento; Para tratar lo relativo a la responsabilidad del médico es necesario hablar o


referirnos a las obligaciones del Médico como tal e indicar las obligaciones de medios,
así como también las obligaciones de resultado que no son lo mismo.

Y bueno, en nuestra legislación surge la discusión de que la práctica médica es de


medios y no de resultados. Esto se refiere, de que el médico a lo que se compromete
es a poner en práctica todos los medios y recursos para el logro de la curación y
recuperación del paciente, pero no está sujeto a garantizar el resultado de la
recuperación en sí.

No dejaría de usar la Jurisprudencia nuevamente, ésta vez en favor del Dr. González;
Si bien es cierto que quién realizó la práctica médica fue mi representado Dr. González,
no es menos cierto que según establece la Sentencia núm. 15, del 9 de febrero del
2011 en su numeral 3ro. e inciso (a): “Los Centros Médicos comprometen su
responsabilidad cuando; y continúa diciendo, No suministran los medios necesarios
para el buen cuidado del paciente”, es decir, que si el centro no provee los instrumentos
adecuados y en buenas condiciones es su responsabilidad el resultado obtenido con
los mismos.

En el mismo orden de ideas la Sentencia núm. 15, del 5 de septiembre de 2012, recalca
lo ya mencionado que queda a cargo del Centro Médico: a. “La función de suministro de
material, equipos y productos” por lo cual procedería a solicitar que la indemnización de
la víctima queda a cargo del centro médico y mi representado sea excluido por no estar
a su cargo la responsabilidad de las herramientas y equipos médicos.
4) Si le hubiese tocado representar al centro médico ¿cómo
lo hubieses hecho?

El derecho, sea en la materia que fuere, es meramente interpretativo y por tanto haría
uso de las sentencias mencionadas anteriormente, obviamente haría hincapié en los
numerales que me beneficien cómo representante del Centro Médico, en tal caso;
Traemos a colación la Sentencia núm. 15, del 9 de febrero de 2011, en virtud de que la
misma en su Párrafo Quinto estableció: 5. Los Médicos gozan de plena autonomía para
el ejercicio, ya que se rigen por procedimientos que permiten mantener una buena
praxis; por lo que solicitaríamos que nuestro representado (Buena Salud) sea excluida
de la presente demanda, toda vez, que los médicos, independientemente del hospital,
proceden conforme su criterio, tal sentencia no se limitó en hacer esa única
aseveración con respecto al tema, sino que, en su Párrafo sexto estableció lo siguiente;
6. Los criterios médicos constituyen juicios inherentes a la formación como médico.

5) Si hubieses sido el juez como lo hubiere decidido.

Trato los casos en base a las violaciones de cada uno de los artículos mencionados o
violados de nuestro código civil.

IX .Esta es la Semana IX en la cual tendrá la oportunidad de


abordar los siguientes temas:
Responsabilidad Civil del Estado, las Entidades Públicas,
sus Funcionarios o Agentes.
Antecedentes. La responsabilidad patrimonial del Estado.

El principio de responsabilidad patrimonial del Estado, tiene su génesis en el derecho


administrativo. Esto ocurre luego de que el Tribunal de Conflictos Francés emitiera el
famoso y celebre fallo Blanco del 8 de febrero del año 1873, donde se estableció el
siguiente criterio: “La responsabilidad que puede incumbir al Estado por los daños
causados a los particulares por el hecho de las personas que emplea en el servicio
público, no es ni general ni absoluta, tiene sus reglas especiales….”.

En este caso se rompe con la antigua tradición que establecía desde los tiempos de la
monarquía que se planteaba el concepto “The King can do not wrong”, lo que equivale
a decir que el Rey no se equivoca. Debemos puntualizar que a pesar de este fallo, para
la consolidación del principio de indemnización cuando el Estado o los funcionarios
causan un daño por acción u omisión a los ciudadanos, se tuvo que recorrer un largo
camino.

Con el paso del tiempo producto de la ardua labor desarrollada por la doctrina y la
jurisprudencia, se fue consolidando la institucionalización de este principio, al punto que
el mismo fue postulándose en las constituciones y leyes de procedimientos
administrativos.

En el ámbito de la función pública, hay que destacar que el principio de responsabilidad


patrimonial del Estado fue configurado en el Ley No.41-2008, Ley de Función Pública,
postulando en el artículo No. 90 lo siguiente: “El Estado y el servidor público o
miembros del órgano colegiado actuante serán solidariamente responsables y
responderán patrimonialmente por los daños y perjuicios causados por la acción u
omisión del funcionario actuante”.

Con el advenimiento de la Constitución del año 2010, el principio de responsabilidad


patrimonial del Estado, ha alcanzado matices y una protección mayor, toda vez que
desde el artículo No. 148 de la Ley Suprema se postula lo siguiente: “Las personas
jurídicas de derecho público y sus funcionarios o agentes serán responsables, conjunta
y solidariamente, de conformidad con la ley, por los daños y perjuicios ocasionados a
las personas físicas o jurídicas por una actuación u omisión administrativa antijurídica”.

El artículo 12 de la Ley No. 247-12. G. O. o. 10691 del 14 de agosto de 2012, Ley


Orgánica de la Administración Pública, en su numeral 17 consagra el principio de la
Responsabilidad Civil y Penal de la Administración Pública, al establecer que “..Los
entes y órganos administrativos comprometen su responsabilidad civil y penal por los
daños causados por la falta de sus órganos y servidores en el desempeño de la función
administrativa, independientemente de las acciones que podrá intentar para resarcirse
del perjuicio propio causado por el dolo o la falta grave e inexcusable del servidor”.

Derivado de lo postulado en el texto constitucional, desde la Ley No.107-2013, se


establece el derecho que tiene el ciudadano, cuando en el marco de las relaciones con
la administración, por acción u omisión se le cause una lesión un daño. En ese sentido
desde el numeral 17 del artículo No. 3 se prescribe lo siguiente: “Por el que la
Administración responderá de las lesiones en los bienes o derechos de las personas
ocasionados como consecuencia del funcionamiento de la actividad administrativa. Las
autoridades y sus agentes asumirán las consecuencias de sus actuaciones de acuerdo
con el ordenamiento jurídico”

La inclusión del principio de responsabilidad patrimonial en la Constitución y en la Ley


No.107-2013, constituye un cambio de paradigma; implica una nueva concepción en la
forma que se efectúan las relaciones de los ciudadanos con la administración. En ese
sentido tanto la Ley Sustantiva como la norma in comento establecen una
responsabilidad objetiva de manera que cuando un administrado haya sido lesionado
por la vulneración de un derecho ya sea por acción u omisión, el Estado, los
funcionarios y empleados responderán con sus respectivos patrimonios. Es importante
puntualizar que esta norma tuvo una vaction lex, ya que fue promulgada en fecha 6 de
agosto del año 2013 y entraría en vigencia 18 meses después, específicamente el 6 de
febrero del año 2015. Partiendo del hecho de que la Administración Pública,
funcionarios y empleados aun no estaban preparados para la entrada en vigencia de
esta norma se depositó en el Congreso Nacional un proyecto de ley con la finalidad de
postergar por doce (12) meses más la entrada en vigor de esta ley, este anteproyecto
no fue aprobado y finalmente la ley entró en vigencia el 6 de febrero del año 2015.

La Administración Pública.

De conformidad con el artículo 5 de la Ley Orgánica de la Administración Pública, No.


247-12. G. O. No. 10691 del 14 de agosto de 2012, la Administración Pública tiene
como objetivo principal satisfacer en condiciones de eficacia, objetividad, igualdad,
transparencia, publicidad y coordinación y eficiencia el interés general y las
necesidades de sus usuarios y/o beneficiarios, con sometimiento pleno al ordenamiento
jurídico del Estado. Es tarea fundamental de todo integrante de la organización
administrativa participar de las funciones esenciales del Estado destinadas a procurar el
desarrollo humano pleno a fin de que la calidad de vida de toda persona corresponda a
los supuestos que exige su dignidad de ser humano.

El artículo 6 de la susodicha ley, establece que la Administración Pública está


conformada por entes y órganos administrativos. Constituyen entes públicos, el Estado,
el Distrito Nacional, los municipios, los distritos municipales y los organismos
autónomos y descentralizados provistos de personalidad jurídica de derecho público,
titulares de competencias y prerrogativas públicas. Los órganos son las unidades
administrativas habilitadas a ejercer en nombre de los entes públicos las competencias
que se les atribuyen.

El Estado social, democrático y de derecho.

El Estado, como ya se ha dicho es una sociedad políticamente y jurídicamente


organizada, con la finalidad de organizar y reglar las maneras imprescindibles de
convivencia pacífica, para ello se crea el gobierno que está dividido en tres poderes
para llevar a cabo las tareas que el Estado se propone.

Estado social, democrático y de derecho, son tres aspectos que están íntimamente
relacionados. No obstante es conveniente tratar cada uno de ellos, de modo que se
haga más comprensible la idea de un Estado social, democrático y de derecho,
organizado en forma de República unitaria, fundado en el respeto de la dignidad
humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e
independencia de los poderes públicos, como lo establece el artículo 7 de la
Constitución dominicana.

El concepto del Estado social fue introducido por el economista, sociólogo y analista
político alemán -considerado conservador- Lorenz von Stein como una manera de
evitar la revolución. Von Stein postuló que la sociedad ha dejado de constituir una
unidad, debido a la existencia de clases, lo que facilita que los individuos persigan sus
propios intereses a costa de los del resto, terminándose con Estados opresivos o
dictatoriales.

Von Stein, apunta que el Estado se compone de dos aspectos fundamentales que se
deben complementar: la Constitución y la Administración. Este último término en un
sentido general: por ejemplo, la libertad y bienestar que la constitución establece debe
ser implementada también al nivel práctico por el brazo administrativo. Lo que significa
que debe haber una “administración social” que permita a los individuos ejercer esos
derechos y gozar en realidad de esas garantías que la Constitución promete. “Para
Stein, el Estado tiene que garantizar la libertad del individuo no solamente contra las
amenazas de otros individuos o de los propios agentes públicos, sino también contra la
arbitrariedad de los desarrollos socioeconómicos”.
El concepto de Estado social, se remonta a la formación del Estado alemán y, pasando
a través de una serie de transformaciones, en la actualidad forma las bases político
ideológico del sistema de economía social de mercado. En términos más recientes,
incorpora a su propia denominación el concepto de Estado de derecho, dando lugar a la
expresión Estado social de derecho.

Estado social, es un sistema que se propone fortalecer servicios y garantizar de


derechos, considerados esenciales para mantener el nivel de vida necesario para
participar como miembro pleno en la sociedad, como son: Asistencia sanitaria, salud,
educación, trabajo digno, vivienda, seguridad social, acceso a los recursos culturales,
asistencia a la niñez, el discapacitado, los ancianos y seguridad ciudadana.

El Estado social se caracteriza también por el reconocimiento de los derechos sociales


en las leyes adjetivas, de tal modo que su cumplimiento se haga más factible por parte
de los poderes públicos.

El estado social favorece la integración de las clases sociales menos privilegiada, o sea
aquellas que tienen menos posibilidades para evitar su marginación y las
desigualdades respecto de la redistribución de la renta por medio de los impuestos y el
gasto público.

Cómo es natural el Estado democrático, supone un gobierno democrático, elegido a


través de la voluntad popular de acuerdo a la forma que establece la Constitución y las
leyes adjetivas. Esto significa que el poder descansa en el pueblo, quien lo delega en
las autoridades correspondientes.

De lo anterior se puede colegir que para que se pueda hablar de un Estado


democrático, es necesario que el soberano sea el pueblo, y que los gobernantes sean
elegidos de manera democrática, a través del voto popular, esto debe estar contenido
en la Constitución por lo menos en término formal, aunque debe guardar armonía con la
práctica de los gobernantes, porque un Estado en la forma puede ser democrático pero
en el fondo podría no serlo.

Según las clásicas clasificaciones de gobiernos encontramos que los filósofos de la


antigua Grecia (Platón primero y Aristóteles después) definían a la monarquía como el
gobierno de uno; aristocracia como el gobierno de pocos; y por último a la democracia
como el gobierno de la multitud (Platón) o “de los más” (Aristóteles).

Etimológicamente encontramos que la terminología proviene de la antigua Grecia. La


palabra democracia aparece en Atenas en el siglo V a. C. Encontramos en el
diccionario de la Real Academia que la democracia es una “doctrina política favorable a
la intervención del pueblo en el gobierno. Predominio del pueblo en el gobierno político
de un Estado.”

El Estado democrático está definido como “el gobierno de las mayorías, el gobierno del
pueblo y para el pueblo”. Este sistema permite la participación del pueblo en la esfera
de gobierno, generalmente por medio del sufragio y del control sobre la toma de
decisiones de sus representantes.

El Estado democrático está fundamentado por toda la organización política de la nación


en conjunto, y a su vez identifica como recurso indispensable para el constitucionalismo
a la representación del pueblo por dirigentes políticos, mejor conocido como
democracia indirecta o representativa, y por elementos de organización popular mejor
conocidos como democracia directa o participativa.

Encontramos que la democracia participativa es superior a la representativa, debido a


que en la democracia representativa es el pueblo quien acompaña a su representante
elegido, lo supervisa, lo apoya y lo sanciona para que este cumpla los propósitos de su
representación, sin menospreciar sus aportes personales.

Todo Estado democrático debe respetar el principio de soberanía popular, que


contradice el establecimiento de monarcas o caudillos, y la regla de la mayoría, que
establece al sufragio como el método más efectivo para resolver controversias.
Podemos entender que la democracia no se presenta como una ideología específica,
sino a formas y mecanismos para regular, a través de diferentes normativas, la
representación y el ejercicio del poder político.

No se puede hablar de democracia cuando el sistema no está fundamentado en los


valores de igualdad, libertad y pluralidad.

El Estado de derecho, es aquel Estado en el que sus autoridades se rigen, permanecen


y están sometidas a un Derecho vigente en lo que se conoce como un Estado de
Derecho formal.
En una definición más compleja es aquel Estado dentro del cual se presenta una
situación en la que su poder y actividad se encuentran reguladas y controladas por el
derecho; donde la esfera de derechos individuales es respetada gracias a la existencia
de un sistema de frenos y contrapesos que permite un adecuado ejercicio del poder
público.
Este se crea cuando toda acción social y estatal encuentra sustento en la norma; es así
que el poder del Estado queda subordinado al orden jurídico vigente por cumplir con el
procedimiento para su creación y es eficaz cuando se aplica en la realidad con base en
el poder del Estado a través de sus órganos de gobierno, creando así un ambiente de
respeto absoluto del ser humano y del orden público.

El término «Estado de Derecho» tiene su origen en la doctrina alemana Rechtsstaat. El


primero que lo utilizó como tal fue Robert von Mohl en su libro La ciencia de policía
alemana en conformidad con los principios de los Estados de Derecho. La mayoría de
los autores alemanes ubican el origen del concepto en la obra de Emmanuel Kant.

El Estado de derecho es un concepto de teoría política, jurídica y moral que sostiene


que toda autoridad gubernamental solo podrá ser ejecutada siguiendo leyes escritas,
que deben haber sido adoptadas mediante un procedimiento establecido.

El Estado de derecho está sometido al imperio de la ley, lo que implica que este está
sometido a controles judiciales independientes. Es decir, Estado de derecho es solo
aquel cuyo poder está limitado por el derecho.

El Estado de derecho implica la independencia de los poderes públicos que garantizan


los derechos humanos, mediante lo cual se logran buenas leyes equilibradas y
establecidas por un Poder Legislativo autónomo.

Un Estado de derecho es aquel en el que la ley es el instrumento preferente para guiar


la conducta de los ciudadanos. La transparencia, predictibilidad y generalidad están
implícitas en él. Esto conlleva a que se facilite las interacciones humanas, permite la
prevención y solución efectiva, eficiente y pacífica de los conflictos; y nos ayuda al
desarrollo sostenible y a la paz social.

Soberanía y libertad.

La realización del bien común, por parte de los órganos públicos que dan vida a la
actuación de la persona jurídica colectiva Estado, está sometida a los principios del
Estado de Derecho, toda vez que en nuestro régimen legal la persona jurídica Estado,
es instituida por voluntad del pueblo para su beneficio; en consecuencia, las actividades
del Poder Público están vinculadas con el conjunto de las normas que integran el
régimen legal vigente.

Responsabilidad indirecta o culposa del Estado.


Los funcionarios públicos pueden actuar indebidamente y causar perjuicios a los
particulares, que tienen el derecho de exigir al Estado que se les cubra la
indemnización que corresponda por los daños y perjuicios que han sufrido. Estamos en
presencia de daños causados por la impericia, negligencia o dolo del funcionario o
empleado público, que manifiestamente viola las normas legales. El Estado está
obligado a respetar el principio de legalidad. Si este no respeta su legalidad, la
sociedad sería un desorden y se podrían cometer hechos dañosos para los
administrados.

Principio de legalidad.

El artículo 6 de la Constitución dominicana, establece que todas las personas y los


órganos que ejercen potestades públicas están sujetos a la Constitución, norma
suprema y fundamento del ordenamiento jurídico del Estado. Son nulos de pleno
derecho toda ley, decreto, resolución, reglamento o acto contrarios a esta Constitución.

El principio de legalidad es una derivación de la teoría de separación de los poderes,


planteada por Montesquieu: poder legislativo, ejecutivo y judicial. Cada uno tiene unas
tareas propias, con lo que se persigue evitar que el poder esté concentrado en un solo
órgano, porque de lo contrario no habría equilibrio social, ya que el poder estaría
concentrado en una sola persona, e imperaría la arbitrariedad y el ejercicio del poder se
haría de manera desenfrenada.

El principio de legalidad impone a las autoridades del Estado, someterse al


cumplimiento de la ley, porque el Estado debe garantizar la efectividad de los derechos
fundamentales.

Los funcionarios de la Administración Pública solo pueden hacer aquello que la ley le
permite hacer. No pueden escudarse en que la actuación de ellos, no está prohibida por
la ley, pues el principio de que lo que no está permitido se puede hacer, solo aplica
para los administrados, y no para las autoridades. Estas solo pueden hacer en el
ejercicio de la administración pública lo que la ley les faculta hacer.
El principio de legalidad es un principio fundamental del derecho público conforme al
cual todo ejercicio de potestades debe sustentarse en normas jurídicas que determinen
un órgano competente y un conjunto de materias que caen bajo su jurisdicción. Por
esta razón se dice que el principio de legalidad asegura la seguridad jurídica.

Se podría decir que el principio de legalidad es la regla de oro del derecho público y en
tal carácter actúa como parámetro para decir que un Estado es un Estado de derecho,
pues en él el poder tiene su fundamento y límite en las normas jurídicas. En íntima
conexión con este principio la institución de la reserva de ley obliga a regular la materia
concreta con normas que posean rango de ley, particularmente aquellas materias que
tienen que ver la intervención del poder público en la esfera de derechos del individuo.
Por lo tanto, son materias vedadas al reglamento y a la normativa emanada por el
Poder Ejecutivo. La reserva de ley, al resguardar la afectación de derechos al Poder
Legislativo, refleja doctrina liberal de la separación de poderes.

Así también el Poder Judicial tiene unas tareas propias, que le están encomendadas
por la Constitución y las leyes adjetivas, que no pueden ser realizadas por otros
poderes del Estado.
En su planteamiento original, conforme al principio de legalidad, la Administración
pública no podría actuar por autoridad propia, sino que ejecutando el contenido de la
ley. Ello obedecía a una interpretación estricta del principio de la separación de poderes
originado en la Revolución francesa.

Esta tarea de ejecución, a poco andar, llegó a ser interpretada como una función de
realización de fines públicos en virtud de la autonomía subjetiva de la Administración,
pero dentro de los límites de la ley (doctrina de la vinculación negativa). La ley sería
entonces un límite externo a la actividad administrativa, dentro de cuyo marco la
Administración es libre. El Estado sólo puede hacer o dejar de hacer lo que la ley le
permita y mande, o sea que nada queda a su libre albedrío.

Actualmente, en cambio, se considera que es el derecho el que condiciona y determina,


de manera positiva, la acción administrativa, la cual no es válida si no responde a una
previsión normativa actual. El principio de legalidad opera entonces como una cobertura
legal previa de toda potestad: cuando la administra con ella, su actuación es legítima.
La actividad administrativa debe enmarcarse a lo que la Constitución y las leyes
adjetivas le permiten. Su acción u omisión podría generar perjuicios a los
administrados, y deben responder en consecuencia, de lo contrario el propio Estado
estaría violando los derechos que el mismo ha dicho que se compromete a proteger de
manera efectiva.

El artículo 3 numeral 7 de la Ley No. 107-13 del 6 de agosto de 2013, relativa los
derechos y deberes de las personas en sus relaciones con la Administración Pública,
establece que la administración responderá de las lesiones en los bienes o derechos de
las personas ocasionados como consecuencia del funcionamiento de la actividad
administrativa. Las autoridades y sus agentes asumirán las consecuencias de sus
actuaciones de acuerdo con el ordenamiento jurídico.

Rodríguez (2012) sostiene que la responsabilidad del Estado y demás entes públicos,
así como de sus funcionarios, es una consecuencia de la cláusula del Estado de
Derecho que proclama la Constitución. Como ha dicho uno de los grandes maestros del
derecho administrativo español, Don Jesús Leguina, la indemnización expropiatoria y el
resarcimiento de daños con los institutos jurídicos básicos que garantizan la integridad
patrimonial de los particulares frentes a los poderes públicos. Ambos institutos
comparten la función de dejar indemnes los patrimonios privados que sean sacrificados
o que resulten lesionados por la acción administrativa

Responsabilidad subjetiva in solidum.

Señala Rodríguez, previamente citado, que el artículo 148 de la Constitución


dominicana, consagra una responsabilidad de tipo subjetiva, a propósito de establecer,
que en los casos en que los daños y perjuicios que sufra una persona física o jurídica
obedezca a una acción u omisión antijurídica, es decir, contraria al ordenamiento
jurídico del Estado que subordina la actuación de los funcionarios públicos, estos deben
responder de manera solidaria con el ente público del que formen parte. La víctima
tiene así dos patrimonios, con los que cobrar el daño sufrido: el del ente público y el del
funcionario que dolosa o imprudentemente causó el daño.
A los términos del párrafo II del artículo 58 de la Ley No. 107-13, antes referida, y del
artículo 90 de la Ley No. 41 08 del 4 de enero de 2008, sobre Función Pública, los
entes públicos y sus funcionarios serán conjunta y solidariamente responsables por los
daños ocasionados por una actuación u omisión administrativa antijurídica siempre que
medie dolo o imprudencia grave.
El artículo 57 de la Ley No. 107-13, antes referida, establece que el derecho
fundamental a la buena administración comprende el derecho de las personas a ser
indemnizados de toda lesión que sufran en sus bienes o derechos como consecuencia
de una acción u omisión administrativa antijurídica. Corresponde a la Administración la
prueba de la corrección de su actuación.

De conformidad con el párrafo I, del citado texto legal, excepcionalmente, se


reconocerá el derecho de los ciudadanos a ser indemnizados incluso en ausencia de
funcionamiento irregular, a la vista de las circunstancias del caso y, en especial, de la
naturaleza de la actividad generadora de riesgos o de la existencia de sacrificios
especiales o singulares en beneficio de la generalidad de los ciudadanos, derivados del
ejercicio lícito de potestades administrativas.

De conformidad con el párrafo II del artículo 57 de la Ley 107-13, antes referida, no son
imputables a la Administración los daños derivados de fuerza mayor. Se considera
como tal a aquellos eventos inevitables ajenos al ámbito de la actuación administrativa.

Intervención de la víctima.

El artículo 57 de la Ley 107-13, párrafo III, establece que la intervención culpable de la


víctima en la producción del daño excluirá o moderará la responsabilidad administrativa,
a la vista de las circunstancias del caso.

Responsabilidad Objetiva.
Rodríguez (2012), sostiene que el hecho de que la Constitución sólo consagre una
situación de responsabilidad subjetiva. No quiere decir que el texto fundamental excluya
la responsabilidad objetiva derivado del sacrificio especial impuesto a un particular por
una decisión lícita de uno de los órganos que conforman los entes públicos, y que este
no tiene el deber de soportar, ya que el mismo se encuentra sustento en otros
principios de rango constitucional como son el de igualdad ante la ley y el de igualdad
ante las cargas públicas.

Responsabilidad por actuación de agentes o funcionarios


públicos.

García (2014) refiere que cuando un funcionario público realiza algunas actividades en
el orden de la administración pública, se dice que él representa la voluntad del Estado
y por lo tanto puede comprometer la responsabilidad del mismo. Así sea, mediante una
actuación de hecho, o por intermedio de un acto administrativo. En cualquiera de estos
casos, la responsabilidad estatal queda comprometida y sujeta a indemnización
respecto del administrado por el hecho del acto que produjo el daño. Así se refiere el
texto del artículo 90 de la Ley No.41-08 del 4 de enero de 2008, sobre Función Pública
cuando dice: “El Estado y el servidor público o miembro del órgano colegiado actuante
serán solidariamente responsables y responderán patrimonialmente por los daños y
perjuicios causados por la acción u omisión del funcionario público”.

Conforme se expresa en el referido texto legal, cuando la administración pública


produce un daño a un administrado en el ejercicio de sus funciones, este compromete
su responsabilidad civil de manera personal, lo que significa que el damnificado tiene
mayores garantías en su reclamación, pues puede demandar conjunta y solidariamente
al funcionario o agente actuante y a la institución que dirige.

Vistas las cosas de este modo, la responsabilidad de los servidores públicos, no se ciñe
a sus actos en tanto que particulares, antes bien a todos aquellos que, en el
desempeño de sus cargos o con motivo de este, culposa o dolorosamente ocasiona
algún daño al propio Estado o a los particulares, con obligación de indemnización o
reparación que pertenezca. Esto quiere decir que la responsabilidad del funcionario
público puede ser en dos vías: una que supone una responsabilidad para el Estado por
el daño causado por el funcionario público a un particular; y la otra, cuando el daño ha
sido causado por el funcionario público, no ya al administrado, sino al mismo Estado,
bien de forma voluntaria o por imprudencia o negligencia

Responsabilidad patrimonial de los ayuntamientos.

García (2014), previamente citado, refiere que queda claro que los ayuntamientos como
entidad de la administración pública, tiene independencia en el ejercicio de sus
funciones, pero también tiene autonomía financiera e incluso maneja un presupuesto
diferenciado del presupuesto central, por tanto en caso de daño y reparación, dicha
reparación no solo será encaminada en contra de la persona jurídica del ayuntamiento,
sino que también la indemnización debe ser reportada por su patrimonio propio. Este
punto aclara el texto del artículo 207 de la Constitución de la República “Las
obligaciones económicas contraídas por los municipios, incluyendo las que tenga el
aval del Estado, son de su responsabilidad, de conformidad con los límites y
condiciones que establezca la ley”.

Es importante hacer notar que la citada disposición no solo contempla de forma clara
que los ayuntamientos, sus funcionarios o empleados comprometen su responsabilidad
patrimonial en caso de que ocasionen un daño a terceros con alguna de sus
actuaciones, sino que además ese régimen de responsabilidad está sujeto a los
mismos requisitos o condiciones de la responsabilidad administrativa establecida en la
legislación general. Los mismos fundamentos provistos tanto en la Constitución de la
República como en leyes adjetivas sobre régimen de responsabilidad patrimonial de la
administración, son igualmente válidos, exigibles y compatibles para el caso de la
responsabilidad en materia municipal.
El artículo 113 de la Ley No. 176-07, establece que: “Los municipios responderán
directamente de 1os daños y perjuicios causados a 1os particulares en sus bienes y
derechos como consecuencia del funcionamiento de 1os servicios públicos o de la
actuación de sus autoridades, funcionarios o empleados, en los términos establecidos
en la legislación general sobre responsabilidad administrativa”.

Conforme al texto previamente indicado, los ayuntamientos o cabildos, también pueden


comprometer su responsabilidad civil, cuando su actuación u omisión causan daños a
los particulares, responsabilidad que puede ser tanto contractual como extracontractual.

El citado artículo incluye también a cualquier funcionario o empleado del ayuntamiento,


no importa el nivel jerárquico del empleado, porque toda actuación de un empleado de
dicha institución se presume que lo hace a nombre del ayuntamiento.

Elementos de la responsabilidad patrimonial.

De acuerdo con García (2014), la Responsabilidad Patrimonial del Estado y sus


instituciones autónomas y sus agentes, exige tres requisitos:

1. Que se haya producido una lesión en nuestros bienes o derechos, lo cual ha de


reunir unas características concretas:

A-Antijurídica, de forma que el ciudadano no tenga el deber de soportar ese daño.


Este requisito se explica porque hay determinadas cargas que los ciudadanos han de
soportar sin que haya derecho a indemnización como el pago de un impuesto o una
sanción.

B-Efectiva, que se trate de un daño real, no potencial, que afecte tanto a daños
patrimoniales como a daños morales.
C-Cuantificable, que se pueda valorar económicamente.

D-Individualizada, que pueda identificarse con una persona o grupo de personas


determinadas.
2. Que el daño se pueda atribuir a la Administración, es decir, que haya sido
causado por un servicio público, cuyo funcionamiento haya sido:

A- Normal: ya que aun teniendo un funcionamiento regular sin que pueda imputarse
ningún incumplimiento de deberes, los daños se producen como consecuencia de
riesgos inherentes a la actividad social.
B-Anormal: entendiendo que ha habido una actuación incorrecta de la Administración
por prestar el servicio de forma deficiente.

3. Que exista una relación causa-efecto entre la conducta administrativa y el daño que
se alega. De esta forma habrá de existir una conexión entre la actividad de la
Administración y el daño que se ha producido, pudiendo darse diferentes situaciones en
las que exista parte de culpa por el ciudadano, lo que no excluye el deber de
indemnizar de la Administración, aunque supone una reducción en la cuantía
indemnizatoria o bien que intervenga un tercero, circunstancias que no exoneran a la
Administración, pero pueden suponer una rebaja en la cuantía de la indemnización.

La falta

Es el acto o la abstención que no habría cometido una persona diligente, prevenida o


prudente.

Hernández (2014), refiere que la falta puede ser definida como un error de conducta
que no habría sido cometido por una persona normal en igualdad de condiciones. La
Suprema Corte de Justicia ha dicho que la falta consiste en el incumplimiento de un
deber jurídico por parte del agente, siendo necesario que se haya cometido un hecho
que esté prescrito o que esté prohibido.

La responsabilidad civil dominicana descansa sobre la idea de una falta presumida o


probada. Para que la víctima pueda ser indemnizada, es necesario que al juez se le
demuestre ese elemento y el lazo de causalidad entre la falta y el daño, esto es así en
todos los órdenes de responsabilidad, sea ésta delictual, cuasi delictual, contractual y
penal. Incluso en lo que tiene que ver con la inejecución de las obligaciones
contractuales, la jurisprudencia el exigido para poder evaluar el perjuicio y su vínculo de
causalidad con el hecho dañoso.

La negligencia y la imprudencia.

Según Goldsteind (1993), la negligencia puede ser definida, como la omisión por parte
del autor de los debidos cuidados que no le permitieron tener conciencia de los peligros
que su conducta podría causarle a los demás. Se caracteriza porque el autor, a raíz de
su falta de cuidado, no ha previsto, debiendo hacerlo. La imprudencia es lo contrario de
prudencia, y consiste en que el autor del daño actúa con ligereza sin tomar las
precauciones.

El perjuicio.

Para que la persona demandada en responsabilidad civil, pueda ser condenada no es


suficiente que haya cometido una falta, es imprescindible que esa falta haya generado
un perjuicio, ya que quien no sufre un perjuicio no puede solicitar al juez reparación.

Daño indemnizable.

De conformidad con el artículo 59 de la ley 107-13, previamente indicada, son


indemnizables los daños de cualquier tipo, patrimonial, físico o moral, por daño
emergente o lucro cesante, siempre que sean reales y efectivo. La prueba del daño
corresponde al reclamante.

En el párrafo único del referido texto legal, se establece que la indemnización podrá
sustituirse, previa motivación, por una compensación en especie o por pagos periódicos
cuando resulte más adecuada para lograr la reparación debida de acuerdo con el
interés público siempre que exista conformidad del lesionado.
Tribunal competente para conocer de las demandas en
responsabilidad contra la administración pública.

De conformidad con lo previsto por el artículo 165 de la Constitución dominicana, los


tribunales contenciosos administrativos de Primera Instancia, son los que tienen
competencia para conocer las demandas en Responsabilidad Civil, y en grado de
Apelación por el Tribunal Superior Administrativo. Pero la realidad es que estos
tribunales de Primera Instancia no están creados, y solo existe un solo tribunal Superior
Administrativo en todo el país.

Al parecer el Tribunal competente según las previsiones del artículo 165 de la


Constitución, para conocer de la demanda en responsabilidad civil contra las
instituciones del Estado, lo es el Tribunal Superior Administrativo, pues dicho artículo
establece que a este le compete resolver en primera instancia o en apelación, de
conformidad con la ley, las acciones contencioso administrativas que nazcan de los
conflictos surgidos entre la Administración Pública y sus funcionarios y empleados
civiles.

Competencia de las Cámaras Civiles.

A los términos del artículo 3 de la Ley 13, previamente indicada, el Juzgado de Primera
Instancia en sus atribuciones civiles, con la excepción de 1os del Distrito Nacional y la
Provincia de Santo Domingo, serán competentes para conocer, en instancia única, y
conforme a1 procedimiento contencioso tributario, de las controversias de naturaleza
contenciosa administrativa que surjan entre las personas y 1os municipios. Entre ellas
se incluyen las demandas en responsabilidad patrimonial contra el municipio y sus
funcionarios por actos inherentes a sus funciones, con la sola excepción de las
originadas con la conducción de vehículos de motor, así como 1os casos de vía de
hecho administrativa incurrido por el municipio. A1 estatuir sobre estos casos 1os
juzgados de primera instancia aplicarán 1os principios y normas del Derecho
Administrativo y solo recurrirán de manera excepcional, en ausencia de estos, a 1os
preceptos adecuados de la legislación civil.
A pesar de lo expresado 3 de la Ley 13-07, previamente indicada, de que el tribunal de
Primera Instancia, conocerá en única instancia, los asuntos de los municipios, dicho
artículo deviene en inconstitucional. Viola el principio de la doble instancia, pero
además contraviene el artículo 165 de la Constitución dominicana, el cual establece
que son atribuciones de los tribunales superiores administrativos, sin perjuicio de las
demás dispuestas por la ley, las de conocer de los recursos contra las decisiones en
asuntos administrativos, tributarios, financieros y municipales de cualquier tribunal
contencioso administrativo de primera instancia, o que en esencia tenga ese carácter.

En realidad, la existencia de un solo Tribunal Superior Administrativo para todo el país,


constituye un obstáculo para el acceso a la Jurisdicción Administrativa, ya que esto
conlleva mucho gasto al tener que trasladarse al Distrito Nacional para conocer de un
recurso de apelación contra una decisión dada por la Cámara Civil, en atribuciones
contenciosa administrativa en asuntos municipales.

Ante la situación previamente indicada se impone que la Suprema Corte de Justicia


cree tribunales o salas del Tribunal Superior Administrativo con carácter regional, o se
le otorgue competencia a las Cortes civiles, para que atribuciones administrativas
conozca de las indicadas apelaciones, y de esa manera se acerca la justicia a los
administrados. Pero parece ser que ese es un tema que no interesa al Estado
dominicano, ya que esto crea la posibilidad de mayores demandas contra los
ayuntamientos o contra la administración pública y sus funcionarios.
1. Resuelve el siguiente supuesto fáctico:

El señor JUAN TRABUQUERO, en su condición de ministro del Ministerio de


Salud Pública fue demandado en daños y perjuicios por ante la Cámara Civil y
Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, por el hecho
de que este olvido ordenar despachar los medicamentos al Hospital Regional
Universitario San Vicente de Paul, de la ciudad de San Francisco de Macorís,
los cuáles debió enviar a más tardar el 30 de marzo de 2017. Lo envió el 30 de
mayo del mismo año. Esto provocó que 2 pacientes murieran por falta de
medicamentos. Los familiares del paciente lanzaron la demanda contra el
indicado funcionario y el ministerio de Salud Pública, fundamentado en que su
omisión les causó la muerte a los dos pacientes antes indicados. En sus
medios de defensa este alegó:
1-Que el tribunal competente no fue el tribunal apoderado si no la Suprema
Corte de Justicia, por gozar el de privilegio de Jurisdicción.
2-Que la omisión no es una falta de un funcionario capaz de comprometer
su responsabilidad civil y que además el ministerio no tenía presupuesto.
3. En tal caso el tribunal decidió que él es competente por ser el tribunal de
derecho común condenó al Ministro y al Ministerio de Salud Pública a pagar
una indemnización de DIEZ MILLONES DE PESOS, alegando que esa omisión
fue la causa generadora de la muerte de los dos pacientes.

Responde lo siguiente; justifica siempre tus


respuestas.
1 ¿Comprometió el señor JUAN TRABUQUERO, y el
Ministerio de Salud Pública, su responsabilidad civil?

Si, por que su negligencia fue la causante de la muerte de dos personas, en un


centro de salud, lo cual era su responsabilidad.

La constitución de la republica Dominicana en el artículo 148 establece: que


toda persona jurídica de derecho público y sus funciones o en agentes serán
responsables, conjuntas y solidariamente, de conformidad con la ley, por los
daños ocasionados a las personas físicas o jurídicas por una actuación u
omisión administrativa antijurídica.

Según lo que establece el artículo 90 de la ley 41-8 sobre función pública: El


estado y el servidor publico serán solidariamente responsables y responderán

198
patrimonialmente por los daños y ejercicios causados por la acción u omisión
del funcionario actuante, en este caso el Ministro de Salud Pública.

En materia de daños y perjuicio según lo que contempla el Código Civil


Dominicano, en el art. 1382 establece: cualquier hecho que causa un daño a
otro obliga a quien cuya culpa tuvo a repararlo, en este caso el señor Juan
Truquero.

2- ¿La responsabilidad civil del indicado funcionario


podría ser civil, penal, subjetiva y objetiva?

La responsabilidad civil y la penal ha estado sujeta a las diversas corrientes de


interpretación que ha tenido el pensamiento jurídico respecto del tema; tales
diferencias no se llegaron a establecer nunca en el derecho romano, siendo
inútiles los esfuerzos tendientes a encontrar fundamentos históricos de la
distinción en tal derecho.

Las leyes tanto subjetivas como adjetivas y las costumbres, conforman las
fuentes directas del derecho. La interpretación de la ley, se encuentra
taxativamente prevista en los principios de derecho común. Cdo el texto es
claro y aplicable a la situación considerada, no es necesaria la interpretación;
pero si es impreciso, vago, incompleto, oscuro o insuficiente, si es necesaria su
interpretación.

Por lo tanto la responsabilidad del imputado es por daños y perjuicios la que es


responsabilidad civil.

3-Consideras que el tribunal competente era la Cámara


Civil y Comercial. ¿Por qué?

Los juzgados de primera instancia son tribunales de derecho común con


plenitud de jurisdicción, divididos en cámaras según lo exija el
desenvolvimiento de las labores judiciales a su cargo. La cámara de lo civil y
comercial de dichos juzgados es competente para conocer en primer grado de
los asuntos civiles y comerciales que les atribuye de manera expresa la Ley y
que no les son atribuidos a otro tribunal.

199
Porque.

La sala Civil y Comercial de la Suprema Corte de Justicia que, como Corte de


Casación, tiene la facultad excepcional de observar si los jueces apoderados
del fondo del litigio han dotado a los hechos y documentos aportados al debate
de su verdadero sentido y alcance y si las situaciones constatadas, son
contrarias o no a las plasmadas en las documentaciones depositadas.

4-Cómo valoras la decisión del tribunal?

Excelente ya que la indemnización no hace que las personas que fallecieron no


regresen pero le da un poco más de tranquilidad a los familiares, lo cual
también sirve de ejemplo para que no se vuelva a repetir

5- Si hubieses sido el Juez como hubieses decidido el


caso.

Trato los casos en base a las violaciones de cada uno de los artículos
mencionados o violados de nuestro código civil.

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BIBLIOGRAFÍA
MATERIAL COLGADO POR NUESTRO FACILITADOR.
CONOCIMIENTOS ADQUIRIDOS EN DIFERENTES FUENTES
INVESTIGATIVA EN LA WE
CODIGO CIVIL DE LA REPUBLICA DOMINICANA.
GOOGLE ACADÉMICO.

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