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MATRÍCULA:
201902042
FACILITADORA:
ISMELDA GARCÍA GIL
Nadie discute que entre el médico y el paciente se puedan formar relaciones jurídicas
que obliguen al médico a asumir obligaciones en provecho del paciente, y naturalmente
el paciente a pagar por los servicios prestados. Es por ello que las obligación principal
que asume el médico frente a su paciente es normalmene de medios y
excepcionalmente una obligación de resultado, y es del incumplimiento de estas que se
podría derivar la responsabilidad civil o penal del médico, siempre que el paciente
reciba un daño por negligencia o inobservancia de ciertas técnicas y reglas de la
medicina.
El contrato médico puede ser definido como el acuerdo que se produce entre el médico
y el paciente mediante el cual el primero se obliga a brindar los conocimientos
actualizados de la ciencia médica en beneficio del paciente y éste último se obliga a
pagar los honorarios como contrapartida de los servicios ofrecídoles. Como ya se ha
dicho es del incumplimiento de las obligaciones que el contrato o la ley le imponga al
médico que se podría derivar la responsabilidad civil o penal.
Obligación de resultado.
El señor José Pacheco fue atendido como paciente por el Dr. Juan González, en
el centro Clínico. Buena Salud. Dicho médico le realizó un estudio radiológico, el
cual le produjo un daño al paciente que le causó una lesión en un órgano interno,
lo cual le produjo la muerte. Un peritaje determinó que el daño le fue causado al
paciente, por un defecto que tenía el aparato utilizado por el médico, lo cual era
desconocido por éste y el centro. Los familiares del paciente demandaron al
médico, y al centro y al fabricante. El médico se defendió alegando que él no
cometió una falta, por lo tanto, es imposible que lo condenen. El centro adujo que
el paciente no ha contratado con el centro, y el fabricante alegó lo mismo. El
tribunal condenó al médico a pagar una indemnización y liberó a los otros
codemandados.
Responde.
2. Los Centros Médicos pueden ser alcanzados por la responsabilidad del médico, pero
cuando tienen una relación comitente reposé;
No dejaría de usar la Jurisprudencia nuevamente, ésta vez en favor del Dr. González;
Si bien es cierto que quién realizó la práctica médica fue mi representado Dr. González,
no es menos cierto que según establece la Sentencia núm. 15, del 9 de febrero del
2011 en su numeral 3ro. e inciso (a): “Los Centros Médicos comprometen su
responsabilidad cuando; y continúa diciendo, No suministran los medios necesarios
para el buen cuidado del paciente”, es decir, que si el centro no provee los instrumentos
adecuados y en buenas condiciones es su responsabilidad el resultado obtenido con
los mismos.
En el mismo orden de ideas la Sentencia núm. 15, del 5 de septiembre de 2012, recalca
lo ya mencionado que queda a cargo del Centro Médico: a. “La función de suministro de
material, equipos y productos” por lo cual procedería a solicitar que la indemnización de
la víctima queda a cargo del centro médico y mi representado sea excluido por no estar
a su cargo la responsabilidad de las herramientas y equipos médicos.
4) Si le hubiese tocado representar al centro médico ¿cómo
lo hubieses hecho?
El derecho, sea en la materia que fuere, es meramente interpretativo y por tanto haría
uso de las sentencias mencionadas anteriormente, obviamente haría hincapié en los
numerales que me beneficien cómo representante del Centro Médico, en tal caso;
Traemos a colación la Sentencia núm. 15, del 9 de febrero de 2011, en virtud de que la
misma en su Párrafo Quinto estableció: 5. Los Médicos gozan de plena autonomía para
el ejercicio, ya que se rigen por procedimientos que permiten mantener una buena
praxis; por lo que solicitaríamos que nuestro representado (Buena Salud) sea excluida
de la presente demanda, toda vez, que los médicos, independientemente del hospital,
proceden conforme su criterio, tal sentencia no se limitó en hacer esa única
aseveración con respecto al tema, sino que, en su Párrafo sexto estableció lo siguiente;
6. Los criterios médicos constituyen juicios inherentes a la formación como médico.
Trato los casos en base a las violaciones de cada uno de los artículos mencionados o
violados de nuestro código civil.
En este caso se rompe con la antigua tradición que establecía desde los tiempos de la
monarquía que se planteaba el concepto “The King can do not wrong”, lo que equivale
a decir que el Rey no se equivoca. Debemos puntualizar que a pesar de este fallo, para
la consolidación del principio de indemnización cuando el Estado o los funcionarios
causan un daño por acción u omisión a los ciudadanos, se tuvo que recorrer un largo
camino.
Con el paso del tiempo producto de la ardua labor desarrollada por la doctrina y la
jurisprudencia, se fue consolidando la institucionalización de este principio, al punto que
el mismo fue postulándose en las constituciones y leyes de procedimientos
administrativos.
La Administración Pública.
Estado social, democrático y de derecho, son tres aspectos que están íntimamente
relacionados. No obstante es conveniente tratar cada uno de ellos, de modo que se
haga más comprensible la idea de un Estado social, democrático y de derecho,
organizado en forma de República unitaria, fundado en el respeto de la dignidad
humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e
independencia de los poderes públicos, como lo establece el artículo 7 de la
Constitución dominicana.
El concepto del Estado social fue introducido por el economista, sociólogo y analista
político alemán -considerado conservador- Lorenz von Stein como una manera de
evitar la revolución. Von Stein postuló que la sociedad ha dejado de constituir una
unidad, debido a la existencia de clases, lo que facilita que los individuos persigan sus
propios intereses a costa de los del resto, terminándose con Estados opresivos o
dictatoriales.
Von Stein, apunta que el Estado se compone de dos aspectos fundamentales que se
deben complementar: la Constitución y la Administración. Este último término en un
sentido general: por ejemplo, la libertad y bienestar que la constitución establece debe
ser implementada también al nivel práctico por el brazo administrativo. Lo que significa
que debe haber una “administración social” que permita a los individuos ejercer esos
derechos y gozar en realidad de esas garantías que la Constitución promete. “Para
Stein, el Estado tiene que garantizar la libertad del individuo no solamente contra las
amenazas de otros individuos o de los propios agentes públicos, sino también contra la
arbitrariedad de los desarrollos socioeconómicos”.
El concepto de Estado social, se remonta a la formación del Estado alemán y, pasando
a través de una serie de transformaciones, en la actualidad forma las bases político
ideológico del sistema de economía social de mercado. En términos más recientes,
incorpora a su propia denominación el concepto de Estado de derecho, dando lugar a la
expresión Estado social de derecho.
El estado social favorece la integración de las clases sociales menos privilegiada, o sea
aquellas que tienen menos posibilidades para evitar su marginación y las
desigualdades respecto de la redistribución de la renta por medio de los impuestos y el
gasto público.
El Estado democrático está definido como “el gobierno de las mayorías, el gobierno del
pueblo y para el pueblo”. Este sistema permite la participación del pueblo en la esfera
de gobierno, generalmente por medio del sufragio y del control sobre la toma de
decisiones de sus representantes.
El Estado de derecho está sometido al imperio de la ley, lo que implica que este está
sometido a controles judiciales independientes. Es decir, Estado de derecho es solo
aquel cuyo poder está limitado por el derecho.
Soberanía y libertad.
La realización del bien común, por parte de los órganos públicos que dan vida a la
actuación de la persona jurídica colectiva Estado, está sometida a los principios del
Estado de Derecho, toda vez que en nuestro régimen legal la persona jurídica Estado,
es instituida por voluntad del pueblo para su beneficio; en consecuencia, las actividades
del Poder Público están vinculadas con el conjunto de las normas que integran el
régimen legal vigente.
Principio de legalidad.
Los funcionarios de la Administración Pública solo pueden hacer aquello que la ley le
permite hacer. No pueden escudarse en que la actuación de ellos, no está prohibida por
la ley, pues el principio de que lo que no está permitido se puede hacer, solo aplica
para los administrados, y no para las autoridades. Estas solo pueden hacer en el
ejercicio de la administración pública lo que la ley les faculta hacer.
El principio de legalidad es un principio fundamental del derecho público conforme al
cual todo ejercicio de potestades debe sustentarse en normas jurídicas que determinen
un órgano competente y un conjunto de materias que caen bajo su jurisdicción. Por
esta razón se dice que el principio de legalidad asegura la seguridad jurídica.
Se podría decir que el principio de legalidad es la regla de oro del derecho público y en
tal carácter actúa como parámetro para decir que un Estado es un Estado de derecho,
pues en él el poder tiene su fundamento y límite en las normas jurídicas. En íntima
conexión con este principio la institución de la reserva de ley obliga a regular la materia
concreta con normas que posean rango de ley, particularmente aquellas materias que
tienen que ver la intervención del poder público en la esfera de derechos del individuo.
Por lo tanto, son materias vedadas al reglamento y a la normativa emanada por el
Poder Ejecutivo. La reserva de ley, al resguardar la afectación de derechos al Poder
Legislativo, refleja doctrina liberal de la separación de poderes.
Así también el Poder Judicial tiene unas tareas propias, que le están encomendadas
por la Constitución y las leyes adjetivas, que no pueden ser realizadas por otros
poderes del Estado.
En su planteamiento original, conforme al principio de legalidad, la Administración
pública no podría actuar por autoridad propia, sino que ejecutando el contenido de la
ley. Ello obedecía a una interpretación estricta del principio de la separación de poderes
originado en la Revolución francesa.
Esta tarea de ejecución, a poco andar, llegó a ser interpretada como una función de
realización de fines públicos en virtud de la autonomía subjetiva de la Administración,
pero dentro de los límites de la ley (doctrina de la vinculación negativa). La ley sería
entonces un límite externo a la actividad administrativa, dentro de cuyo marco la
Administración es libre. El Estado sólo puede hacer o dejar de hacer lo que la ley le
permita y mande, o sea que nada queda a su libre albedrío.
El artículo 3 numeral 7 de la Ley No. 107-13 del 6 de agosto de 2013, relativa los
derechos y deberes de las personas en sus relaciones con la Administración Pública,
establece que la administración responderá de las lesiones en los bienes o derechos de
las personas ocasionados como consecuencia del funcionamiento de la actividad
administrativa. Las autoridades y sus agentes asumirán las consecuencias de sus
actuaciones de acuerdo con el ordenamiento jurídico.
Rodríguez (2012) sostiene que la responsabilidad del Estado y demás entes públicos,
así como de sus funcionarios, es una consecuencia de la cláusula del Estado de
Derecho que proclama la Constitución. Como ha dicho uno de los grandes maestros del
derecho administrativo español, Don Jesús Leguina, la indemnización expropiatoria y el
resarcimiento de daños con los institutos jurídicos básicos que garantizan la integridad
patrimonial de los particulares frentes a los poderes públicos. Ambos institutos
comparten la función de dejar indemnes los patrimonios privados que sean sacrificados
o que resulten lesionados por la acción administrativa
De conformidad con el párrafo II del artículo 57 de la Ley 107-13, antes referida, no son
imputables a la Administración los daños derivados de fuerza mayor. Se considera
como tal a aquellos eventos inevitables ajenos al ámbito de la actuación administrativa.
Intervención de la víctima.
Responsabilidad Objetiva.
Rodríguez (2012), sostiene que el hecho de que la Constitución sólo consagre una
situación de responsabilidad subjetiva. No quiere decir que el texto fundamental excluya
la responsabilidad objetiva derivado del sacrificio especial impuesto a un particular por
una decisión lícita de uno de los órganos que conforman los entes públicos, y que este
no tiene el deber de soportar, ya que el mismo se encuentra sustento en otros
principios de rango constitucional como son el de igualdad ante la ley y el de igualdad
ante las cargas públicas.
García (2014) refiere que cuando un funcionario público realiza algunas actividades en
el orden de la administración pública, se dice que él representa la voluntad del Estado
y por lo tanto puede comprometer la responsabilidad del mismo. Así sea, mediante una
actuación de hecho, o por intermedio de un acto administrativo. En cualquiera de estos
casos, la responsabilidad estatal queda comprometida y sujeta a indemnización
respecto del administrado por el hecho del acto que produjo el daño. Así se refiere el
texto del artículo 90 de la Ley No.41-08 del 4 de enero de 2008, sobre Función Pública
cuando dice: “El Estado y el servidor público o miembro del órgano colegiado actuante
serán solidariamente responsables y responderán patrimonialmente por los daños y
perjuicios causados por la acción u omisión del funcionario público”.
Vistas las cosas de este modo, la responsabilidad de los servidores públicos, no se ciñe
a sus actos en tanto que particulares, antes bien a todos aquellos que, en el
desempeño de sus cargos o con motivo de este, culposa o dolorosamente ocasiona
algún daño al propio Estado o a los particulares, con obligación de indemnización o
reparación que pertenezca. Esto quiere decir que la responsabilidad del funcionario
público puede ser en dos vías: una que supone una responsabilidad para el Estado por
el daño causado por el funcionario público a un particular; y la otra, cuando el daño ha
sido causado por el funcionario público, no ya al administrado, sino al mismo Estado,
bien de forma voluntaria o por imprudencia o negligencia
García (2014), previamente citado, refiere que queda claro que los ayuntamientos como
entidad de la administración pública, tiene independencia en el ejercicio de sus
funciones, pero también tiene autonomía financiera e incluso maneja un presupuesto
diferenciado del presupuesto central, por tanto en caso de daño y reparación, dicha
reparación no solo será encaminada en contra de la persona jurídica del ayuntamiento,
sino que también la indemnización debe ser reportada por su patrimonio propio. Este
punto aclara el texto del artículo 207 de la Constitución de la República “Las
obligaciones económicas contraídas por los municipios, incluyendo las que tenga el
aval del Estado, son de su responsabilidad, de conformidad con los límites y
condiciones que establezca la ley”.
Es importante hacer notar que la citada disposición no solo contempla de forma clara
que los ayuntamientos, sus funcionarios o empleados comprometen su responsabilidad
patrimonial en caso de que ocasionen un daño a terceros con alguna de sus
actuaciones, sino que además ese régimen de responsabilidad está sujeto a los
mismos requisitos o condiciones de la responsabilidad administrativa establecida en la
legislación general. Los mismos fundamentos provistos tanto en la Constitución de la
República como en leyes adjetivas sobre régimen de responsabilidad patrimonial de la
administración, son igualmente válidos, exigibles y compatibles para el caso de la
responsabilidad en materia municipal.
El artículo 113 de la Ley No. 176-07, establece que: “Los municipios responderán
directamente de 1os daños y perjuicios causados a 1os particulares en sus bienes y
derechos como consecuencia del funcionamiento de 1os servicios públicos o de la
actuación de sus autoridades, funcionarios o empleados, en los términos establecidos
en la legislación general sobre responsabilidad administrativa”.
B-Efectiva, que se trate de un daño real, no potencial, que afecte tanto a daños
patrimoniales como a daños morales.
C-Cuantificable, que se pueda valorar económicamente.
A- Normal: ya que aun teniendo un funcionamiento regular sin que pueda imputarse
ningún incumplimiento de deberes, los daños se producen como consecuencia de
riesgos inherentes a la actividad social.
B-Anormal: entendiendo que ha habido una actuación incorrecta de la Administración
por prestar el servicio de forma deficiente.
3. Que exista una relación causa-efecto entre la conducta administrativa y el daño que
se alega. De esta forma habrá de existir una conexión entre la actividad de la
Administración y el daño que se ha producido, pudiendo darse diferentes situaciones en
las que exista parte de culpa por el ciudadano, lo que no excluye el deber de
indemnizar de la Administración, aunque supone una reducción en la cuantía
indemnizatoria o bien que intervenga un tercero, circunstancias que no exoneran a la
Administración, pero pueden suponer una rebaja en la cuantía de la indemnización.
La falta
Hernández (2014), refiere que la falta puede ser definida como un error de conducta
que no habría sido cometido por una persona normal en igualdad de condiciones. La
Suprema Corte de Justicia ha dicho que la falta consiste en el incumplimiento de un
deber jurídico por parte del agente, siendo necesario que se haya cometido un hecho
que esté prescrito o que esté prohibido.
La negligencia y la imprudencia.
Según Goldsteind (1993), la negligencia puede ser definida, como la omisión por parte
del autor de los debidos cuidados que no le permitieron tener conciencia de los peligros
que su conducta podría causarle a los demás. Se caracteriza porque el autor, a raíz de
su falta de cuidado, no ha previsto, debiendo hacerlo. La imprudencia es lo contrario de
prudencia, y consiste en que el autor del daño actúa con ligereza sin tomar las
precauciones.
El perjuicio.
Daño indemnizable.
En el párrafo único del referido texto legal, se establece que la indemnización podrá
sustituirse, previa motivación, por una compensación en especie o por pagos periódicos
cuando resulte más adecuada para lograr la reparación debida de acuerdo con el
interés público siempre que exista conformidad del lesionado.
Tribunal competente para conocer de las demandas en
responsabilidad contra la administración pública.
A los términos del artículo 3 de la Ley 13, previamente indicada, el Juzgado de Primera
Instancia en sus atribuciones civiles, con la excepción de 1os del Distrito Nacional y la
Provincia de Santo Domingo, serán competentes para conocer, en instancia única, y
conforme a1 procedimiento contencioso tributario, de las controversias de naturaleza
contenciosa administrativa que surjan entre las personas y 1os municipios. Entre ellas
se incluyen las demandas en responsabilidad patrimonial contra el municipio y sus
funcionarios por actos inherentes a sus funciones, con la sola excepción de las
originadas con la conducción de vehículos de motor, así como 1os casos de vía de
hecho administrativa incurrido por el municipio. A1 estatuir sobre estos casos 1os
juzgados de primera instancia aplicarán 1os principios y normas del Derecho
Administrativo y solo recurrirán de manera excepcional, en ausencia de estos, a 1os
preceptos adecuados de la legislación civil.
A pesar de lo expresado 3 de la Ley 13-07, previamente indicada, de que el tribunal de
Primera Instancia, conocerá en única instancia, los asuntos de los municipios, dicho
artículo deviene en inconstitucional. Viola el principio de la doble instancia, pero
además contraviene el artículo 165 de la Constitución dominicana, el cual establece
que son atribuciones de los tribunales superiores administrativos, sin perjuicio de las
demás dispuestas por la ley, las de conocer de los recursos contra las decisiones en
asuntos administrativos, tributarios, financieros y municipales de cualquier tribunal
contencioso administrativo de primera instancia, o que en esencia tenga ese carácter.
198
patrimonialmente por los daños y ejercicios causados por la acción u omisión
del funcionario actuante, en este caso el Ministro de Salud Pública.
Las leyes tanto subjetivas como adjetivas y las costumbres, conforman las
fuentes directas del derecho. La interpretación de la ley, se encuentra
taxativamente prevista en los principios de derecho común. Cdo el texto es
claro y aplicable a la situación considerada, no es necesaria la interpretación;
pero si es impreciso, vago, incompleto, oscuro o insuficiente, si es necesaria su
interpretación.
199
Porque.
Trato los casos en base a las violaciones de cada uno de los artículos
mencionados o violados de nuestro código civil.
200
BIBLIOGRAFÍA
MATERIAL COLGADO POR NUESTRO FACILITADOR.
CONOCIMIENTOS ADQUIRIDOS EN DIFERENTES FUENTES
INVESTIGATIVA EN LA WE
CODIGO CIVIL DE LA REPUBLICA DOMINICANA.
GOOGLE ACADÉMICO.
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