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→ “...hay tres procesos para aprender una lengua: recibir el conocimiento o los materiales,
memorizar la lengua por medio de repeticiones y usarla en la práctica real hasta que llega a
constituir una habilidad personal”
Chomsky y todos los innatistas plantean que el lenguaje es una capacidad innata, una dotación
biológica, y que existe un sistema de conocimiento específico para su adquisición (gramática
universal GU) que actúa guiando y restringiendo la toma de datos lingüísticos. La activación de
este mecanismo innato permite que se analice la lengua superando las limitaciones del input
recibido y compensando la falta de correcciones por parte de los adultos (evidencia negativa).
En los primeros momentos el niño produce expresiones incorrectas (sabo, ponido…) que no ha
oído y que evidencian un alto conocimiento del sistema lingüístico que se está construyendo al
margen de modelos externos. Así, el aprendizaje de la LM es un proceso ordenado y general en
que el niño solo analiza y asimila los datos de la lengua hasta su total dominio. Sólo se necesita
oír, hablar e interactuar para activar la capacidad de adquisición de lenguas.
APRENDIZAJE DE UNA L2
Tiene muchas similitudes con la LM, aunque también diferencias en desarrollo y grado de
conclusión. Además, hay una diferencia enorme entre los distintos grupos de edad.
- Los jóvenes aprenden rápido y fácil. A partir de los 3 años es un proceso incluso más
rápido que el de la LM por ser ya hablantes de una lengua.
o Baby talk: Habla simplificada del adulto al niño
o Foreign talk: El de un nativo con un extranjero. Es un habla simplificada con
pronunciación más clara, lenta, de vocabulario común y estructuras sencillas.
o Teacher talk: El del profesor en el aula
- En los adultos es más lento y costoso: Además de las capacidades y actitudes lingüísticas,
intervienen conocimientos generales, experiencia como hablante y mecanismos innatos.
El acceso a estos determinará la diferencia.
Actualmente se cree que no hay una diferenciación tan clara ya que normalmente se
encuentran a la vez en todos los ámbitos. Cuando se aprende una nueva lengua, se analiza la
lengua y se construye creativamente un nuevo sistema.
- Exposición a la lengua: Implica que los estímulos lingüísticos sean significativos, es decir,
que se puedan asociar significados a la nueva lengua y relacionar elementos lingüísticos
con la función que desempeñan en la comunicación. Esto lo da normalmente el propio
contexto (por ej. tratar temas cercanos a intereses y necesidades de los niños en el aula)
o mediante el foreign talk.
- Interacción con otras personas: Permite que se produzca la construcción conjunta de
significados. El hablante nativo contribuye a la elaboración de enunciados nuevos y más
complejos, para los que no se tiene capacidad suficiente: andamiaje (scaffolding).
- Necesidad de comunicarse: Es uno de los aspectos que más influye directamente en el
aprendizaje. Las barreras que se establezcan en torno a la lengua o a la sociedad de
acogida determinan la eficacia del proceso. En niños y jóvenes el deseo de comunicación
es más evidente (juego, relaciones grupales, escuela…) lo cual debe aprovecharse para
facilitar el aprendizaje del español.
Periodo silencioso: Todo lo anterior no contradice que algunos aprendices tarden mucho
en lanzarse a hablar español, aunque puedan seguir las sesiones de trabajo. Se evita decir
nada por inseguridad. No obstante, se puede analizar el input hasta que se pueda producir
con seguridad y corrección (jóvenes) o superar la inhibición (adultos).
Hacia los 8 años: Han aprendido primero las categorías léxicas (contenido
semántico: verbos, nombres…) y luego las funcionales (significado: determinantes,
flexión verbal, conjunciones…). Aunque aprenden eficazmente, comienzan a
aparecer errores en el habla.
Preadolescencia y adolescencia (8-16 años): Aunque el aprendizaje culmine bien, el
habla durante mucho tiempo no es tan fluida ni correcta, ni el proceso es tan rápido
y directo. Lenneberg defiende que existe un periodo crítico para aprender lenguas
que se sitúa en la pubertad (casos de niños salvajes o de afasias por accidentes).
Además, aparecen diferencias notables en los procesos de adquisición:
1. Periodo silencioso menos frecuente (por necesidad de comunicación).
Activan los pocos recursos que poseen, ignorando las limitaciones, por lo
que las producciones están plagadas de errores.
2. Los procesos no son generales ni homogéneos, hay variabilidad en ritmo,
resultados y esfuerzo del aprendizaje.
3. Cada vez mayor dificultad en el análisis de la lengua de forma ordenada.
Categorías léxicas y funcionales aparecen juntas desde los primeros
momentos del aprendizaje (los niños seleccionan datos en función de lo que
necesitan, aunque aparece toda la info junta desde el principio).
4. Variabilidad en las producciones. La influencia de la LM es cada vez más
destacada.
5. Cada vez mayor atención y reflexión sobre la lengua que aprenden, y
preocupación por la opinión ajena. Así, se acercan más al aprendizaje que a
la adquisición.
CONCEPTO DE ERROR
De todo lo expuesto surge la necesidad de reconsiderar el concepto de error, que se entiende
en una doble dimensión:
Martín Peris habla de los problemas que encierra la producción sin errores en aprendices
iniciales: O está repitiendo mecánicamente, o tiene un uso planificado que obstaculiza el
aprendizaje. En estos casos, el objetivo del aprendiz es estudiar gramática y entender las
relaciones entre los componentes de los enunciados. Así, la producción se vuelve más
monitorizada (menos espontanea y fluida, reformulaciones constantes, reducida…). Esta forma
de actuar es más propia de adultos y de estudiantes orientales y de países del Este.
Aunque impulsemos la comunicación no hay que dejar de prestar atención a los aspectos
formales de manera específica. Las producciones erróneas podrán trabajarse en momentos
concretos, fomentando la reflexión individual y grupal y prestando atención a no consolidar
formas y estructuras equívocas. Así, los programas de enseñanza de español deberían conjugar
los procesos naturales de adquisición con un aprendizaje más guiado y consciente para facilitar
la internalización del sistema, ya que las formas aprendidas cuando se automatizan forman
parte del sistema de comunicación del aprendiz, igual que las adquiridas de forma natural.
Al analizar los errores que cometen los estudiantes de L2, muchos tienen carácter sistemático,
lo que lleva a pensar que hay una competencia transitoria en el dominio de la nueva lengua,
pasando por distintas etapas hasta acercarse a la nativa. Estas etapas son las interlenguas (IL),
constituidas por reglas de la lengua materna, de la L2 e incluso propias de cada sujeto.
CARACTERÍSTICAS DE LA IL:
- Sistematicidad: En la producción en los aprendices de L2 hay errores que se repiten
sistemáticamente por hacer hecho hipótesis erróneas. Pueden desaparecer o no. Por
ejemplo, “A la Marrueco, A la casa, montar a la coche”: Se ha ampliado como referente
la preposición a para la indicación de lugar.
- Variabilidad: Las IL son cambiantes, muchas no están sujetas a la aplicación de reglas
fijas, sino que responden al propio proceso de aprendizaje (internalización de elementos
lingüísticos) y de comunicación. Por ejemplo, confundir formas verbales durante mucho
tiempo.
-¿Es fácil el español? -No sabes. - ¿Qué hacen estos niños? – No sabes. - ¿Sabes lo que es
este dibujo? – No lo sé significa.
- Fosilización: Estancamiento de la evolución de la IL en componentes que suelen ser
estables. Es típico de los pidgins (habla simplificada de los que tienen varias LM) y de
adultos. En estos últimos, la IL deja de evolucionar cuando se ha alcanzado un nivel
mínimo para satisfacer las necesidades comunicativas.
- Regresión involuntaria: Reaparecen elementos o estructuras erróneas de etapas
anteriores, aparentemente superadas. Sucede cuando el aprendiz se enfrenta a temas
nuevos o difíciles intelectualmente. Si ocurre, nos recuerda como docentes la necesidad
de revisar contenidos ya presentados periódicamente (puede generar desánimo).
- Permeabilidad: Aparecen reglas ajenas a la IL, procedentes de la LM o por
sobregeneralizaciones de las propias reglas. Por ejemplo, “llega en su casa, está
hablando en teléfono” en un hablante francés. Aunque no afectan mucho a la
comunicación, pueden fosilizarse.
A) De comprensión
a. Estrategias de aprendizaje:
Formular y verificar hipótesis a partir de la observación de fenómenos
propios de la L2.
Desarrollar razonamientos deductivos e inductivos en el proceso de
comprensión auditiva.
Crear asociaciones mentales, sonoras, cinéticas…
b. Estrategias de comunicación:
Ignorar palabras irrelevantes para la comprensión global del discurso.
Buscar datos concretos y esenciales.
Atender al contexto paralingüístico (gestos, entonación, ritmo…)
Utilizar los conocimientos culturales previos, así como las relaciones con el
tema y el tipo de texto.
Deducir significados de palabras por la similitud con la LM, L2 o el
contexto.
Reconocer el registro, para identificar el tipo de relación entre
interlocutores.
B) De expresión
a. Estrategias de aprendizaje
Actitud positiva ante los errores
Postura activa, iniciativa
Imitar el habla de los nativos, memorizar y declamar para mejorar la
pronunciación
Utilizar diccionarios y gramáticas
Comparar rasgos propios de la lengua oral/escrita
Seleccionar contenidos
b. Estrategias de comunicación
Pedir ayuda al interlocutor
Usar una palabra próxima o más general que la que se desconoce
Simplificar, comparar, poner ejemplos
Parafrasear
Utilizar gestos, mímica…
Tomar conciencia del destinatario
Atender a la adecuación situación-tema-registro
Planificar la elaboración del texto escrito
Organizar la información
3. EL ERROR Y SU TRATAMIENTO
El error se valorará de forma positiva, pues sirve para controlar el proceso de aprendizaje
tanto para el que enseña como para el que aprende una L2.
No se considerará falta grave excepto cuando es necesario erradicarlo para evitar conductas
lingüísticas incorrectas
El error se produce, entre otras cosas, por la formulación de hipótesis inadecuadas sobre el
funcionamiento del lenguaje. Por tanto, los criterios para analizar los errores no serán
solamente fonológicos o gramaticales. Se tendrán en cuenta tres aspectos:
- Los más frecuentes de este tipo son los falsos amigos, palabras próximas con significados
distintos (porro-puerro, bollo-pollo…). El contexto y la actitud los minimizarán.
- Son habituales también los de tipo lingüístico, como la invención de palabras o las
sobregeneralizaciones (calestines-calcetines, ropero-sastre, tiendista-comerciante…)
Si pensamos en nuestros estudiantes, los errores que más pueden interesar son los que
pueden irritar al interlocutor o suponer una estigmatización del propio hablante. Estos errores
son normalmente de tipo cultural.
EL ERROR CULTURAL
- Lo cultural se transmite a través de medios lingüísticos, kinésicos (gestos), cronémicos
(organización del tiempo) y proxémicos (percepción del espacio). Cada sociedad organiza
estas formas de comunicación de acuerdo a sus criterios, que el hablante ha de conocer.
- L. Miquel (1996) conceptualiza los actos de habla que tienen como fin ofrecer algo en
español:
o Cuando la invitación no está pactada, se presupone que no se va a aceptar al
primer ofrecimiento. Tras la negativa, el ofrecimiento se reformula
inmediatamente y, finalmente, cuando se acepta la invitación, se ha de reducir y
quitar importancia a su petición. En caso de negativa, se deberá justificar.
- Una actuación incorrecta desde el punto de vista sociocultural da lugar a malentedidos
culturales que pueden tener consecuencias negativas para la integración del aprendiz, o
producir irritabilidad en el interlocutor.
- No se trata de que el estudiante adopte todo, sino de que lo conozca y pueda
desenvolverse con ciertas garantías de éxito en la sociedad de acogida. Un ejemplo está
en el beso o las distancias interpersonales en nuestra cultura, es muy utilizado y muy
próximo pero desconocido y no compartido por el estudiante de acogida. Lo mismo
ocurre con la duración del apretón de manos.
CORRECCIÓN DE ERRORES
G. Vázquez (1987) plantea la labor de corrección de acuerdo a estrategias:
Corregir solamente los errores referidos a lo que estamos enseñando o hemos
enseñado. No se debe coartar la libertad de expresión, pero sí reflexionar sobre las
actividades que exigimos realizar.
Trabajar los errores colectivos con tendencia a fosilizarse o por transferencia de la LM.
Prestar atención al léxico, pronunciación y entonación. Es más fácil reparar errores
morfosintácticos que adivinar las intenciones del no nativo.
Hacer hincapié en los errores que se identifican con un grupo o nacionalidad
Prestar atención a los errores que van más allá de la frase. Ofrecer recursos
(parafrasear, pedir ayuda, gestos…) que permitan al estudiante seguir hablando.
No olvidar que muchos errores se producen más por omisión que por comisión.
Los aprendices que no siguen programas de instrucción reglados no suelen tener estímulos
negativos de autocorrección y progreso. Por tanto, la IL mostrará tendencia a fosilizarse, con
muchos elementos y estructuras ancladas en un momento concreto del aprendizaje de la
nueva lengua.
Los programas de enseñanza reglados de español han de servir para corregir esto. Dotar al
estudiante de recursos y procedimientos para que, de forma autónoma, pueda progresar en el
análisis y dominio de la nueva lengua.
La IL, además, presentará errores inesperados (es variable). Es frecuente que se sigan
produciendo errores lingüísticos una vez trabajados, que el profesor puede achacar a la
desmotivación o la incapacidad del estudiante. No hay que olvidar que la internalización de un
aspecto lingüístico es un proceso cognitivo complejo.
Corder (1967) diferencia entre formas adquiridas y formas presentadas (concepto de intake):
Una forma lingüística no es un dato de entrada porque se le presente al estudiante, pues los
datos son los que “entran”, no los que están disponibles para entrar. Es el estudiante quien
controla la toma (intake) de estos datos. Al aprender la LM, la cantidad de datos disponibles es
grande, y es el niño el que selecciona los datos que serán datos, de hecho.