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Principios éticos para las finanzas

Por Antonio Argandoña


Con un buen amigo y experto financiero, Luis Torras Consolación, estamos trabajando en
un papel sobre principios éticos en el mundo de las finanzas. Los principios éticos son
reglas o normas de conducta que ayudan a la toma de decisiones éticamente correctas,
porque recogen algo que se considera bueno. Hay muchas colecciones de principios
éticos, que responden a diversas teorías y tienen distinto alcance. Los principios éticos en
las finanzas se derivan de la ética y de la comprensión de la función social de las finanzas.

Son generales en su enunciado, porque orientan en situaciones y entornos muy distintos:


en cualquiera de los departamentos de un banco comercial, en un fondo de pensiones, en
un exchange-traded fund (ETF), en banca privada, en el mercado de futuros o en la bolsa
de valores. No son normas técnicas, derivadas de la teoría económica o financiera, sino
criterios éticos, que se derivan de principios de la ética general, como el de respeto de la
dignidad de la persona o el de justicia. Pero deben ser aplicables específicamente al
mundo de las finanzas: hay una jerarquía de principios y, por tanto, habrá principios de
diversos niveles de amplitud o concreción.

Es posible que, a la hora de aplicarlos, haya una cierta contradicción entre principios.
Habrá que resolverlos dando prioridad a uno u otro, a veces con carácter general y, más
frecuentemente, analizando, para cada caso concreto, cuál debe prevalecer –lo que exige
practicar la virtud de la prudencia.

Los principios no son algoritmos de aplicación automática, sino que necesitan una
reflexión previa, orientada por la virtud de la prudencia, que contemple también las
circunstancias. En sentido positivo, inspiran el trabajo del financiero; en sentido negativo,
señalan los límites morales a su actuación.

Seguidamente presentamos un listado de los principios éticos que nos han parecido más
relevantes para las finanzas.

 Justicia, lealtad. La justicia es una virtud y un principio social básico de la persona:


de alguna manera, viene a ser como el primer principio, del que dependen casi todos los
demás, porque la actividad de un financiero debe estar orientada siempre a sus clientes,
de activo y de pasivo.
o Este principio se concreta de diversas maneras, según las circunstancias:
por ejemplo, en el reconocimiento de los derechos de los clientes, o en el trato equitativo
a los distintos clientes, sin discriminación injusta.
o La justicia también se ha de ejercer ante otras personas: por ejemplo, los
propietarios, empleados y directivos de la entidad financiera, otras entidades
(competidores, socios, colaboradores o relacionados en la cadena de valor) y la sociedad
en general. No ponemos énfasis en esos otros aspectos de la justicia, porque con comunes
a todas las empresas, for profit o sociales. En todo caso, la función social de las finanzas
exige que se dé prioridad a la justicia ante el cliente, como regla general
o En la actividad financiera, la justicia se relaciona directamente con la
asimetría de información que se produce habitualmente, ya que una de las partes suele
tener información relevante que la otra parte no tiene, y que puede usar en perjuicio de
esta.
o Paralelamente a la asimetría de información se produce una asimetría de
poder, que puede dar una ventaja injusta a una de las partes (por ejemplo, en los
procedimientos por incumplimiento del deber de devolver un crédito).
o La lealtad concreta la prioridad de los intereses del cliente en el
cumplimiento de lo acordado (también de lo que está implícito en el acuerdo), siempre
dentro de la ley. Y, como la justicia, no es un principio absoluto: la prioridad del cliente
puede ceder ante, por ejemplo, el bien común de la sociedad.
 Objetividad, imparcialidad, independencia, integridad, veracidad, transparencia,
honestidad, buena fe. Una batería de principios relacionados, que se refieren a la forma
de desempeñar las tareas, también dentro del principio de justicia.
o Objetividad en la apreciación de los hechos y en los juicios. Imparcialidad
en las actitudes ante las personas, evitando el trato injustamente discriminatorio.
o Independencia ante los distintos intereses que se presenten, tanto por las
presiones de sus clientes como por las de terceros y los propios intereses del agente,
evitando, por ejemplo, los conflictos de intereses.
o Integridad, que consiste en la coherencia de las decisiones entre sí y con los
valores.
o Veracidad es la equivalencia entre lo que se dice y lo que se piensa, a partir
de la información disponible.
o Transparencia es compartir la información y actuar de forma abierta.
o Honestidad en manifestarse con coherencia y sinceridad, sin atender a
consensos o hacer acepción de personas.
o Buena fe, que parte de la confianza en el otro para aceptar la veracidad de
la información que el otro proporciona y servir a sus intereses (siempre moderada por la
prudencia).
o Los estándares técnicos y éticos de la profesión servirán de orientación
sobre el alcance de estos principios.
 Confidencialidad. Respetar el carácter confidencial de la información que conozca
en razón de su actividad y no utilizarla en beneficio propio o de terceros, ni divulgarla, ni
permitir que otros lo hagan, salvo en los casos contemplados por la ley o con el
consentimiento de cliente.
 Legalidad. Actuar conforme a las normas legales y a los códigos de conducta de la
profesión y a las normas de la entidad en que trabaja.
 Diligencia, competencia, capacitación. Aplicar la diligencia debida en el desempeño
de sus obligaciones para con los clientes, de acuerdo con los mejores estándares técnicos
y éticos. Supone la adquisición de competencias y el desarrollo de capacidades, previas al
ejercicio de la profesión y durante esta.
 Responsabilidad, rendición de cuentas. Asumir en todo momento la
responsabilidad por sus propias acciones y por las de sus colaboradores, y estar siempre
dispuesto a dar cuenta de sus decisiones y criterios ante quienes tengan derecho a
conocerlas.
 Prudencia. Antes que un principio, es una virtud, la principal en un banquero, y, en
general, de un financiero, que está administrando fondos que no son suyos, de manera
que debe entender siempre qué consecuencias pueden tener sus decisiones sobre sus
clientes de activo y de pasivo, los propietarios de su entidad, los participantes en los
mercados y los demás afectados por sus decisiones.
 Fortaleza, constancia, paciencia. Virtudes, más que principios, que recuerdan que
el financiero debe estar dispuesto a hacer frente a sucesos contrarios y no debe tener
prisa en conseguir los resultados económicos de sus decisiones.

Hay, sin duda, otros principios aplicables a las finanzas: por ejemplo, todos los referentes
a la persona, a la empresa y a la economía. Pero me parece que estos pueden servir para
empezar a pensar en la ética financiera.

Autor

Antonio Argandoña
Profesor de los departamentos de Economía y Ética
Antonio Argandoña es Profesor Emérito de Economía y titular de la Cátedra CaixaBank de
Responsabilidad Social Corporativa del IESE. Imparte clases principalmente en las áreas de
macroeconomía, economía monetaria y economía internacional, además de publicar
investigaciones sobre ética empresarial, responsabilidad social corporativa y gobierno de
las organizaciones.

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