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La teoría de la aceptación nos lleva a pensar muchas cosas una vez comprendido
lo que el ejecutivo y apasionado por la filosofía Bernard nos quiere decir.
Con base a estos pensamientos, identificaremos la tesis más importante que nos
dejó:
“Las personas se reúnen en las organizaciones formales para alcanzar fines que
no pueden lograr trabajando solos”.
Una empresa solo podrá funcionar en forma eficiente y subsistir si las metas
de la organización guardan equilibrio con los propósitos y las necesidades
de los individuos que trabajan en ella.
Hoy en día, la tesis de Bernard es de gran relevancia para las empresas, manejar
el capital humano y tenerlo satisfecho, se logra con una conexión o sincronización
entre empleado y empresa.
Algunos llaman a los empleados como ladrillos, que tienen la función específica de
construir una compañía y darle forma. Pero todos sabemos que las empresas
tienen objetivos y cuando los plantean, lo deben hacer de forma empática,
queriendo decir esto que tienen que pensar en los ladrillos que construirán lo
planeado.
El ejemplo de los ladrillos es perfecto, ya que las empresas hoy en día suelen
conformar equipos de trabajo, que se coordinen y se repartan los niveles de
jerarquización o de mandato, haciendo esto que se apoyen entre sí sin necesidad
de ejercer una autoridad constante por parte de gerentes y del personal de mayor
rango.
El empleado hoy sabe cuál es su lugar, hasta dónde puede llegar, que tipo de
opiniones puede brindar, que aportaciones puede dar, cuando puede decir sí o no,
reconociendo hasta dónde puede llegar y que también puede hacer lo pedido. Las
empresas no se quedan atrás, también identifican que tipo de empleados tienen,
el contexto que los rodea, que objetivos a corto, mediano y largo plazo puede
proponer para que los empleados puedan llegar a cumplirlo, etc.