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Atrevámonos a mirar al Señor y decirle como Pedro “Señor ¿a quién vamos a ir? Si
tu tienes Palabras de Vida Eterna”. Ahora que estamos bajo un estado de
aislamiento social que nos hace estar en nuestros hogares y al mismo tiempo
pendientes de las noticias del País y del Mundo , de que si la curva del contagio
está controlada o no, de que si aumentan los casos de infectados y un largo etc.,
corremos el riesgo de que nuestro sistema nervioso se resienta y lentamente caer
en una histeria colectiva, volvernos malgeniados, irritables, aún más, si dejamos
que la imaginación -Santa Teresa de Jesús la llamaba la loca de la casa- nos
domine, y creamos en todas las noticias falsas que aparecen en las redes sociales,
todo esto nos hará perder la paz. Una cosa es ser muy obedientes, rigurosos y
observantes con las indicaciones de prevención para no contraer el virus y otra
cosa muy distinta es perder la serenidad; imaginando que todas las personas son
portadoras del virus y que me van a infectar… entonces caemos en pánico y en
una psicosis colectiva.
En estos días que nos encontramos en casa confinados en medio de los nuestros,
evitemos agrandar los defectos de los demás, miremos también las virtudes de
nuestros hermanos, padres y abuelos. ¡Qué ocasión tan extraordinaria tenemos
para hacer la vida agradable a los demás!: tengamos un horario, la casa no es un
hospedaje para personas extrañas, un horario para levantarnos y acostarnos, el
tiempo a lo largo del día programado… ¿qué voy a hacer? voy a trabajar en esto,
en lo otro… ayudar en las tareas domésticas. Por ello me permito decirte a ti niño,
a ti joven: ¡ayuda a tus padres! No esperes que te lo repitan cien veces, no esperes
que te lo hagan todo… A ti papá, a ti mamá confía una vez más en tus hijos, vuelve
a escribirles un “cheque en blanco”, da confianza y apertura, tal vez ahora
cambien, tal vez ahora te escuchen, a lo mejor ahora recapacitan y se rectifican.
Mientras tanto, no nos cansemos de rezar, ayudémonos unos a otros con la oración
y la acción, con una caridad solícita y activa. Quedémonos en casa, no salgamos,
seamos respetuosos y acatemos las indicaciones que nos dan de las autoridades.