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CÁRCELES EMOCIONALES

Mateo 14:22-32 NTV


22 inmediatamente después, Jesús insistió en que los discípulos regresaran a la barca y
cruzaran al otro lado del lago mientras él enviaba a la gente a casa. 23 Después de despedir a
la gente, subió a las colinas para orar a solas. Mientras estaba allí solo, cayó la noche.
24 mientras tanto, los discípulos se encontraban en problemas lejos de tierra firme, ya que se

había levantado un fuerte viento y luchaban contra grandes olas. 25


A eso de las tres de la madrugada, [a Jesús se acercó a ellos caminando sobre el
agua. 26 cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, quedaron aterrados. Llenos de
miedo, clamaron: «¡Es un fantasma!».27 Pero Jesús les habló de inmediato: —No tengan
miedo—dijo—. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí![b]
28 EntoncesPedro lo llamó:—Señor, si realmente eres tú, ordéname que vaya hacia ti
caminando sobre el agua.29 —Sí, ven—dijo Jesús.
Entonces Pedro se bajó por el costado de la barca y caminó sobre el agua hacia Jesús, 30 pero
cuando vio el fuerte[c] viento y las olas, se aterrorizó y comenzó a hundirse. —¡Sálvame,
Señor!—gritó.
31 Deinmediato, Jesús extendió la mano y lo agarró. —Tienes tan poca fe—le dijo Jesús—. ¿Por
qué dudaste de mí?
32 Cuando subieron de nuevo a la barca, el viento se detuvo.
INTRODUCCION
Los apóstoles estaban preocupados, aun cuando varios de ellos habían pasado casi toda su
vida en un bote y los demás que no eran pescadores seguramente querían estar ya en tierra
firme. La barca estaba a unos 5 o 6 kilómetros de distancia, no era un barco, era una barca de
pescadores así que era temerariamente azotada por las olas, Ellos estaban fatigados por remar
y remar en ese oleaje que era imposible controlar, el viento soplaba fuerte y el agua estaba
picada. Cualquiera que haya navegado sabe que cuando esto sucede, el peligro de que una ola
voltee la embarcación es una realidad.
De repente ven a Jesus venir, estaban aterrados y Pedro le dice “Señor, si eres tú, mándame ir
hacia ti sobre las aguas”. El Señor le toma la palabra y lo llama: “¡Ven!”. Pedro comienza a
caminar. Sus primeros pasos van bien, así que se emociona. Pero algo curioso ocurre. Cuando
el Señor llamó a Pedro, pasó por alto calmar el viento y las olas. Y Pedro, alejado de la seguridad
del bote y de la compañía de sus amigos es sacudido por el fuerte viento y las olas, y es
dominado por el temor y comienza a preocuparse, a pensar que se hundiría, y eso pasó se
hundió.
fácilmente nos vemos reflejados en esta historia. En muchos momentos como por ejemplo cada
domingo, con un entusiasmo rendimos nuestras vidas, nuestra voluntad y nuestro futuro a Dios.
“Señor, solo dime lo que quieres que haga y yo obedeceré”.
Y luego, Él nos sorprende tomándonos la palabra. Respondemos sin vacilar.
A menudo nos embarcamos en viajes. Luego, caemos en la dura realidad de nuestra rutina y
los peligros inesperados del camino: Problemas de salud de nuestros hijos, problemas
laborales, adolescentes rebeldes que rechazan nuestros valores, problemas matrimoniales,
resentimientos con otras personas, nos desanimamos. Si somos honestos, en esas
circunstancias, la mayoría de nosotros entramos en preocupaciones de como lo resolveremos.
Nos pasa como a pedro, no vemos que las olas y el viento se calmen y comenzamos a hundirnos
hasta caer en cárceles emocionales. Si cárceles porque por más de que tratemos una y otra
vez no logramos salir de ellas. La barca estaba a gran distancia de la tierra; ahora ya no había
posibilidad de volver fácilmente a la ribera; estaban en una situación en que realmente no tenían
más posibilidades que soportar la situación. ¡Cuántas veces en nuestra vida nos encontramos
en la misma situación! No podemos ir "ni para atrás ni para adelante".
Vamos a ver tres de esas cárceles emocionales que obstaculizan ese nuevo comienzo en
nuestras emociones, por que como hemos visto desde diciembre y estos pocos meses del 2023
tenemos una maravillosa oportunidad de reiniciarnos, de volver a empezar, de desechar toda
carga y darnos un nuevo aliento para continuar o volver a empezar, mas que todo para escribir
nuevos capítulos en todas las áreas de nuestra vida y las emociones no las podemos dejar a
un lado debemos reescribir nuestra historia con ellas.

PRIMERA CARCEL: LA PREOCUPACION


Nosotros los seres humanos, somos dentro de las criaturas de la tierra, el único ser que se
preocupa por todo. Tememos al futuro, estamos descontentos del presente, incapaces de
aceptar la idea de la muerte e incapaces de permanecer tranquilos.
La preocupación no conoce ni tiene límites. El pobre se preocupa por conseguir dinero y el rico
por conservarlo. No importa la edad que usted tenga, la preocupación puede llegar a ser una
constante compañera si se lo permitimos.
¿Pero que es la preocupación?
Encontré que se define como una serie de pensamientos e imágenes llenos de emoción
dirigidos a un futuro inmediato o lejano, pero todos de carácter negativos. El que se preocupa
siempre llega a la conclusión que el desenlace será negativo. Viene de la raíz que significa
estrangular o ahogar. Entonces es el sentimiento complicado y sofocante que experimentamos
frecuentemente en momentos de temor, aflicción p problemas.
¿Alguna vez han visto a un perro con un hueso? Se interesa en el. Lo Roe y lo roe de día y de
noche. No lo dejara y si trata de sacárselo le va a gruñir. El perro entierra el hueso, luego lo
desentierra y vuelve a roer así tenga tierra y hojas. Lo vuelve a enterrar. Lo vuelve a sacar y así
será una y otra y otra y otra vez. Cuando nos preocupamos eso es lo que hacemos, mordemos,
masticamos nuestra preocupación, la enterramos, desenterramos y así sucesivamente.
CHISTE: ESTO ES PA QUE TE MORTIFIQUES TRAGUE TRAGUE TRAGUE MASTIQUE
JEJE”
¿De que nos preocupamos?
1- Situaciones incomodas por las cuales se debe encontrar una solución, por ejemplo, como
obtener plata para comer, para el alquiler, para los gastos médicos.
2- Situaciones molestas acerca de las cuales no se tiene control, por ejemplo, una madre
que se muere de cáncer, una hija que nunca se retrasa, pero justo se retraso 5 horas, el
hijo que está en combate, etc.
3- . Insignificantes problemas menores de la vida diaria que no requieren gran atención y
carecen de importancia. Nos preocupamos de los menores detalles de la vida cotidiana
pensando horribles desenlaces e inquietándose por ellas. La que no pudo limpiar la
casa, el que no logra cocinar, el que no rinde en su trabajo, por lo que lo despedirán y no
tendrá con que pagar las cuentas y así etc.

Ahora, la frase que más se repite en los evangelios es “¡No tengan miedo!”. El Señor no está
hablándole a nuestras emociones, porque que no se puede mandar a las emociones. Debemos
tomar la decisión consciente de no permitir que el temor nos paralice. Y es que la
preocupación es hijo del temor hasta que te paraliza y te detiene y no te deja conquistar xq
solo es un grupo de pensamientos e imágenes negativas que darán como resultado un futuro
negativo. Pedro se hundió porque dejó de caminar.
La Biblia enseña claramente a los cristianos que eviten la preocupación. En Filipenses 4:6, se
nos ordena, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. En esta Escritura, aprendemos que
debemos traer todas nuestras necesidades y preocupaciones ante Dios en oración, en vez de
preocuparnos por ellas. También Jesús insta a los creyentes a no preocuparse. Él nos anima a
evitar preocuparnos acerca de las necesidades físicas, como la ropa y la comida. Jesús nos
asegura que nuestro Padre Celestial cuida de todas nuestras necesidades (Mateo 6:25-34).
Por tanto, no necesitamos preocuparnos por nada. Puesto que la preocupación no debe formar
parte de la vida del creyente,
¿cómo puede uno vencer la preocupación?
En 1 Pedro 5:7, se nos instruye a “echar toda nuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene
cuidado de nosotros”. Dios no quiere que nos agobiemos llevando el peso de los problemas y
las cargas. En esta Escritura, Dios nos está diciendo que le demos a Él todas nuestras
preocupaciones y angustias. ¿Por qué quiere Dios encargarse de nuestros problemas? La Biblia
dice que es porque Él se preocupa por nosotros. A Dios le importa todo lo que te sucede.
Ninguna preocupación es demasiado grande o demasiado pequeña para que tenga Su
atención. Cuando le damos a Dios nuestros problemas, Él promete darnos Su paz, la cual
sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7). Desde luego, para aquellos que no conocen al
Salvador, la preocupación y la ansiedad serán parte de sus vidas. Pero para aquellos que le
han entregado sus vidas a Él, Jesús les promete, “Venid a mí todos los que estéis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy
manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil
y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30).

SEGUNDA CARCEL: LA DEPRESIÓN


1 REYES 19:1-18
Elías estaba cansado, desmotivado, tenía miedo por su misma vida y el encuentro con el ángel
del Dios le dio fuerza para seguir caminando hasta poderse encontrar con el mismo Señor; y
después del encuentro dónde el profeta le cuenta su vida, preocupaciones y angustias, vuelve
motivado a la vida que quería dejar y a la misión que no quería retomar.
EL mensaje de la depresión es: Estas vencido; nada puedes hacer. No hay salida, ninguna
esperanza.”
El Señor no está en el terremoto o en cosas tan visibles y aparentemente poderosas de la
naturaleza lo encontramos en la brisa suave del silencio, en la caricia de sentirnos amados,
respetados, valorados por Él... y desde esta fortaleza interior podremos volver renovados y
llenos de esperanza a la misión que se nos encomienda.
Al monte Horeb llega un Elías caído, con un terremoto existencial en el corazón donde todo se
le había caído abajo, hasta la gana de vivir. De allá sale un Elías renovado y reconstruido.
Elías tuvo un enfrentamiento con los profetas de Baal. Tras una serie de ritos y sacrificios, ellos
no pudieron demostrar el poder de su dios. Cuando fue el turno de Elías, él probó ante todos
que Dios es el único y verdadero ser supremo. Pese a que esta experiencia fue positiva, una
vez que se terminó, la reina Jezabel lo amenazó de muerte y tuvo que huir. Fue entonces
cuando Elías se hundió en una profunda angustia. En esos momentos se sentía tan afligido que
le pidió a Dios que le quitara la vida. Esta historia se encuentra en 1 Reyes 18 y 19 y nos da
una idea de lo grave que se sentía.
la sintomatología del caso. Para una mejor presentación, vamos a enumerar sus rasgos
distintivos:
1. Estado de ánimo triste. Se observa en su actitud, y especialmente en sus palabras de hastío,
cansancio y deseos de morir.
2. Disminución evidente del interés o la capacidad de desarrollar actividades. Dejó a su
ayudante y se fue al desierto evitando compromisos y responsabilidades.
3. Hipersomnio. Se acostó debajo del árbol y durmió hasta que el ángel lo despertó para que
comiera, y luego se volvió a dormir.
4. Sentimiento de inutilidad o autorreproche. Lo expresa cuando declara: “No soy mejor que mis
padres” y posteriormente cuando protesta por las persecuciones.
5. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse o tomar decisiones. Parece estar
padeciendo cierta inhibición del pensamiento al hablar tan poco y repetir las mismas palabras
cuando Dios le pregunta qué estaba haciendo en la cueva.
6. Pensamientos recurrentes de muerte o temor a la muerte. Huye porque teme la persecución
de Jezabel, quiere morir e insiste en la idea de muerte en la cueva.
7. Pérdida de autoestima. Elías era un hombre vigoroso y osado. Enfrentó al rey y a los 450
profetas de Baal y Astarté. Si ahora huía y se escondía en una cueva, era porque se sentía
incapaz e impotente.
8. Fatiga o pérdida de energía. Se evidencia en sus ansias de descanso y en las fuerzas que
obtuvo al comer.
De los diez síntomas que presenta el manual de Criterios Diagnósticos de Investigación, en su
versión décima, el CIE-10, de la Organización Mundial de la Salud, en el cuadro de Elías
aparecen los 8 mencionados.
¿Cómo es posible que este hombre de Dios, tan vigoroso, de personalidad avasallante y fuerte,
sucumbiera en la depresión? ¿Acaso las personas religiosas, que tienen una relación intensa
con Dios pueden deprimirse?
Es evidente que la depresión de Elías no se debió a la falta de fe o de un castigo divino. En todo
momento aparece en estrecha relación con el Ser Divino. Dios no censura ni reprocha a Elías,
por el contrario, lo asiste, ayuda y acompaña para superar el difícil trance, como un terapeuta
comprensivo y eficiente. Entonces, ¿por qué se deprimió Elías? Elías se deprimió por un
desgaste excesivo de energías, un cuadro de estrés intenso que lo llevó al agotamiento. Se
debió al cansancio y la fatiga acumulada, especialmente la jornada agobiante y desgastante
que vivió en el Monte Carmelo.
Como sucedió con Elías, muchas veces podemos sentirnos confundidos y desanimados, pero
esta historia nos muestra que Dios se relaciona íntimamente y personalmente con nosotros; El
suple nuestras necesidades físicas, nos anima, aconseja, e instruye en cómo actuar y nos
asegura que no estamos solas. El obedecer y el escuchar a Dios, trae aliento, paz, victoria y
recompensa.
Elías era humano y luchó con debilidades que todos como humanos tenemos, sin embargo, fue
usado poderosamente por Dios; Jehová, le dio la fuerza para poder seguir caminando, y esa
misma fuerza que levantó a Elías, te levantará a ti.
TERCERA CARCEL: EL RESENTIMIENTO
 Proverbios 18:19 [Cuando guardamos rencor a alguien, levantamos un muro difícil de
derribar que nos aísla de los demás.] El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad
fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
 Hechos 8:22-23 El resentimiento es un pecado del que debemos arrepentirnos.]
Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el
pensamiento de tu corazón;
 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
 Colosenses 3:19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
 Hebreos 12:15 [Debemos evitar guardar rencor, porque hasta una pequeña raíz de
resentimiento puede hacer mucho daño a nosotros y a los demás.] Mirad bien, no sea
que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura,
os estorbe, y por ella muchos sean contaminados. [V. también
 Deuteronomio 29:18.]
 Santiago 3:14 Si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis,
ni mintáis contra la verdad.
Definición: Resentimiento es un disgusto o una pena causados por algo que se considera una
falta de afecto o una desconsideración. Rencor es un sentimiento de enojo o de aversión por
algo pasado, que puede convertirse en odio, antipatía o deseo de venganza. Una persona
resentida puede mostrarse despiadada o implacable. El resentimiento a veces viene a
consecuencia de algo difícil de aceptar.
El resentimiento es aquel sentimiento profundo de disgusto o enojo que tenemos hacia alguien
por una ofensa pasada. Es nuestro doloroso recuerdo de heridas anteriores.
El resentimiento es el gran enemigo de las buenas relaciones. Destruye la amistad y transforma
a los amigos en enemigos. Pero el efecto más dañino del resentimiento es la destrucción de la
persona que se aferra a él.
¿Por qué Guardamos el Resentimiento?
De todas las cosas malas y destructivas que pueden ocurrirnos, el resentimiento es una de las
peores. Es como un microbio mortal, luchando constantemente para tener dominio sobre
nosotros y destruirnos. Ninguna persona que razone bien quiere albergar y alimentar un
microbio mortal en su cuerpo, sabiendo que este microbio podría con el tiempo llegar a
aniquilarlo. Sin embargo muchos cristianos se aferran al pecado del resentimiento que es
mucho más destructivo que cualquier microbio.
Sentimos que el resentimiento es justificado.
Una razón porque nos es difícil reconocer la venenosa naturaleza del resentimiento es que
pensamos que es correcto. Nos sentimos justos al tener resentimiento. Nos decimos: “es normal
que esté resentido con fulano”.
A fin de justificar el resentimiento, a menudo formamos en la mente una imagen falsa de la otra
persona. Dejamos a un lado el cuadro total de lo que es aquella persona y todas las cosas
buenas y decentes que pueda haber hecho, y nos enfocamos sólo en la ofensa que ella nos
hizo.
• Nos hace sentir superiores.
Cuando alguien hace algo que nos ofende o nos hiere, tomamos hacia esa persona una actitud
de superioridad. Nos decimos: “Yo JAMÁS haría tal cosa”. Nos gusta sentirnos superiores y por
lo tanto nos aferramos al resentimiento.
• Nos gusta “llevar la cuenta”.
¡No lleves la cuenta!
A veces nos aferramos al resentimiento con el objeto de tener algo para compensar cualquier
ofensa futura que podamos cometer. Queremos poder decir: “puede ser que me haya
equivocado o haya hecho mal en éso, pero tú me hiciste ésto y ésto otro a mí”.

MINISTRACIÓN
Si Pedro hubiese mantenido su atención en Cristo( la fuente de su fortaleza y la solución a
sus problemas) habría estado bien sin hundirse. Pero al enfocarse en el viento y las olas (el
aspecto negativo de sus circunstancias y el problema) fue sumergido en la dificultad, aun
cuando pudo haber podido llegar a Jesus.
aquel que está de rodillas en la cumbre del monte, no ve solamente las siluetas de los hombres
sino que claramente ve la fatiga en sus rostros y que van cediendo en sus esfuerzos.
Jeremías 17:7-8
Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y
confianza.8 Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden
en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus
hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.

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