ENCUENTRO MATRIMONIAL MUNDIAL

LEVÁNTATE

Tiempo de la charla: 45 min aprox

Julio 2020

I. Oración inicial

“Al comenzar esta reunión, Señor,

nuestros corazones se levantan hacia Ti
en busca de tu mirada. Escúchanos, Señor.
Da respuesta a nuestras preguntas,
y ayúdanos en nuestras inquietudes,
Tú que eres nuestro Dios en quien nosotros confiamos.

En esta reunión, ponemos en tus manos nuestros miedos

e ilusiones
.En tus ojos, ponemos la pureza y sinceridad de nuestra
búsqueda.
Guíanos, Señor, Tú que eres bueno
y que tu Espíritu nos ayude en cada paso.

Que nuestra boca sea hoy la expresión de nuestro

interior;
que nuestras palabras arranquen de lo profundo,
y sean verdaderas.
Señor, danos un corazón limpio para que podamos ver.
A Ti abrimos los proyectos y planes de esta reunión:
Acompáñanos”

Amén.
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II. ALEX : Título y Objetivo: Esta charla está enfocada en

el mensaje de Dios que nos sigue diciendo, no importa lo
que pase, tu levántate y sígueme.
III. YENI: Lectura Bíblica (esposo). Lectura del libro de los
Hechos de los apóstoles 12, 1-11
En aquellos días, el rey Herodes decidió arrestar a
algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Hizo
pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que
esto agradaba a los judíos, decidió detener también a
Pedro. Eran los días de los Ácimos. Después de
prenderlo, lo metió en la cárcel, entregándolo a la
custodia de cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno;
tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las
fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel
bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios
por él. Cuando Herodes iba a conducirlo al tribunal,
aquella misma noche, estaba Pedro durmiendo entre dos
soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían
guardia a la puerta de la cárcel. De repente; se presentó
el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocando a
Pedro en el costado, lo despertó y le dijo:
«Date prisa, levántate». Las cadenas se le cayeron de las
manos, y el ángel añadió: «Ponte el cinturón y las
sandalias».
Así lo hizo, y el ángel le dijo: «Envuélvete en el manto y
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sígueme».
Salió y lo seguía, sin acabar de creerse que era realidad
lo que hacía el ángel, pues se figuraba que estaba viendo
una visión. Después de atravesar la primera y la segunda
guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la
ciudad, que se abrió solo ante ellos. Salieron y
anduvieron una calle y de pronto se marchó el ángel.
Pedro volvió en sí y dijo:
«Ahora sé realmente que el Señor ha enviado a su ángel
para librarme de las manos de Herodes y de toda la
expectación del pueblo de los judíos».
IV. ALEX: Lectura textual: En repetidas oportunidades en
la biblia, Dios le habla a su pueblo a través de ángeles
utilizando la palabra “levántate” como un llamado a
ponerte de pie y caminar porque Él está contigo. Hoy,
queremos hacer énfasis en dos partes de la lectura, la
primera es, “Estaba Pedro durmiendo entre dos soldados,
atado con cadenas”, la segunda es, “Date prisa, levántate”,
al poner esta lectura en el entorno que estamos viviendo
hoy encontramos bastante similitud, estamos presos de un
virus que está atacando a la humanidad sin piedad, el
temor nos tiene atados y la cuarentena nos tiene
encarcelados, pero Dios nos vuelve a llamar y nos dice
“levántate, que yo estoy contigo”, muchas cosas malas nos
pueden estar pasando, enfermedades, falta de ingresos,
ansiedad por el encierro, temor al futuro por la economía
familiar, muy similar a lo que le ocurría a las primeras
comunidades cristianas las cuales además de estos males
sufrían de persecución, ejecuciones arbitrarias y muchas
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cosas más que en lugar de debilitarlos los hacía más

fuertes porque tenían la certeza que Dios estaba de su lado.
Hoy estamos llamados más que nunca ha tener esa fe
inquebrantable, a soportar lo que venga y aceptar la
voluntad de Dios en lo que pueda pasar, porque donde hay
sufrimiento debe haber fe, donde hay cansancio debe haber
oración y optar por lo que Dios nos pide, “Vengan a mí los
que están cansados y agobiados que yo los aliviare”, si nos
sentimos cansados debemos poner nuestros ojos en lo que
Dios nos ofrece, aliviar nuestra carga mientras llega ese
anhelado momento de volver al Padre, hoy nos toca ser
fortaleza en nuestro hogar para que los que se sienten
débiles no se sientan solos, debemos ser la voz de la
esperanza para que los que creen que todo se está viniendo
abajo vean que más allá de este mundo material tenemos
una familia que nos ama y una comunidad que nos apoya,
que no estamos solos.

V. YENI: Cuando nos llegó el tema de este taller recordé

la frase que dice que “el tiempo de Dios es perfecto”, y
esto se basa en que precisamente habíamos faltado al
taller anterior por una situación que yo estaba
presentando.

A finales del mes de febrero como todos los años, me

hago exámenes generales para verificar mi estado de
salud, al recibir los resultados me percaté de algunas
anomalías que tenía que ir a evaluar. Siendo una adicta
al trabajo y con la entrada de la pandemia no pude ir al
médico. Me comencé a sentir mal y asistí en dos
ocasiones a urgencia a atenderme y en ambas me
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recetaron antibióticos, ya que presentaba meses de

inflamación en mi garganta y un desgane no usual, sin
embargo, no sentía mejoría y mis defensas ya estaban
en el piso por la farmacia que tenía en mí cuerpo. A
esta situación se le sumaron el estrés de tener que
limpiar de una manera extrema; el tener que salir al
super; al trabajo; el pensar y buscar la manera de
apoyar económicamente a conocidos con falta de
recursos; el cese de labores de algunos familiares; así
como el contagio de dos de mis tíos y de mi hermana
embarazada quien, aunque prácticamente fue
asintomática, la situación no dejo de afectar
emocionalmente a mis padres, a mi abuela y por ende a
mí, experimentando así sentimientos de desaliento.

Iniciando la semana laboral del 13 de julio estuve

tosiendo esporádicamente en mi trabajo, al principio
mi jefa sabiendo de los antecedentes de cinco meses de
mi estado de salud, no le prestó mayor importancia, sin
embargo, los protocolos del comité de Covid me
obligaron a retirarme para asistir al médico, ya que me
consideraban sospechosa por poseer uno de los
síntomas, lo que me hizo sentir tensionada. Como sabía
que, aunque asistiera al médico iba a ser difícil
eliminar la tos por completo debido a mis alergias,
decidí hacerme la prueba de hisopado por mis propios
recursos, para tranquilidad de mis compañeros y
familiares, a la cual salí negativa, situación que no dejó
de alterar mi estructura emocional.
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El no definir mi estado de salud, me llevaron a

desinformarme por la web, considerando hasta lo peor,
como cuando llenas una computadora de muchas
cookies y la misma se pone lenta. Esa semana entré en
ansiedad, comencé a preocuparme, pues consideraba
que mi salud estaba en mayor riesgo de contagio, la
verdad ya no quería ni salir. Solté en llanto, estaba
saturada de tanta preocupación, mi familia, las
estadísticas en las noticias, la economía, el stop del
mundo, despertaba en las madrugadas pensando que
todo era un sueño.

Una noche desvelada, pues no podía dormir, Alex me

sugirió que, en vez de contar ovejas, me pusiera a contar
las bendiciones que Dios me había dado, eso fue efectivo,
quedé rendida. El saber que Dios nos ha dado tanto me
hacía sentir glorificada, sin embargo, aun sabiendo que
todo lo que permite nuestro padre es con un propósito,
nacieron en mí sentimientos de confusión al conocer de
tanta desesperación familiar y de tantas muertes,
uniendo a estos sentimientos la vergüenza con Dios, al
cuestionar su voluntad.

Las palabras que dijo el padre cuando me case con

Alex, han servido como base para apoyarnos
mutuamente en diferentes situaciones, él dijo: “Alex
mira a Yeni, pon en ella lo que le falte; Yeni, mira a
Alex, pon en él lo que le falte·. Definitivamente él tiene
20 años de poner en mí esa calma que necesito,
brindándome su apoyo y reiterándome que todo va a
estar bien, siempre me dice sonríe, que tu cuerpo y tu
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cara no reflejen que no te sientes bien, eso te ayudará.

En ocasiones me abraza y me dice llora si quieres
llorar, pero recuerda que tu situación y la de nuestros
familiares es nada en comparación con otros, dándome
vergüenza, pues sé que sus palabras tienen mucha razón.
Ya en estos últimos días hasta me recomendó no ver
noticias ni redes sociales que me afectaran.
Una mañana me sorprendió al llamarme a la oficina
para comunicarme que por fin me había conseguido
una cita con una doctora que le habían recomendado,
la cual atendería mí situación. El asistir a la cita me
alivió las preocupaciones, y aunque tengo que hacerme
mil y un exámenes me siento apoyada por mi esposo.
Todas estas atenciones de Alex me hacen sentir amada
y comprendida como cuando nuestras hijas
enfermaban y las consentíamos para que se sintieran
más tranquilas.

Alex: La gente me pregunta si yo no tengo problemas,

siempre me ven sonriendo y si supieran que tengo como
coloquialmente le llamo un “pindín” de situaciones
diarias. Esta pandemia me han sumado otras situaciones,
la salud física y emocional de YENI , saber que debo salir
todos los días a trabajar, visitar clientes y cuidarme de no
contagiarme; el colapso de la economía; los conocidos
que han quedados cesantes; y ni hablar del cuestionario
de preguntas que mi familia me hace a diario, si me lavé
las manos, si usé mascarillas, si estoy seguro que guardé
el distanciamiento, aunado a los protocolos de limpieza
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para entrar a mi casa que son más fuertes que los de la

OMS, todo esto conlleva a sentirme agobiado en ciertas
ocasiones.

En ocasiones al llegar a casa he encontrado a Yeni y a

mis hijas tristes y desalentadas, al recibir alguna noticia
inquietante, en esos momentos experimento sentimientos
de impotencia al no poder darles una fecha de cuándo
terminará todo esto. Sin embargo, como autoayuda hago
una gran diferencia entre la preocupación y la ocupación
y trato de ocuparme por las cosas que pasan y no por la
que tal vez puedan pasar, cada día trae su propio afán.
Mantengo en mi radar las cosas que puedo solucionar y
las que no, solo me informo y pido a Dios que se puedan
resolver. De esta forma me conservo fuerte para mi
familia, aunque debo confesar que son ellos precisamente
de donde emana mi fuerza, YENI y NUESTRAS hijas
son las personas que cuando regreso a casa alivian mi
cansancio. Mi esposa trata en todo momento, a pesar de
sus angustias de hacerme sentir fuerte, elogiándome en
cada momento por mi actitud, brindándome su hombro
para equilibrarme y fortalecerme cual vitamina para el
cuerpo, es allí cuando les recuerdo que somos un bloque,
que somos como una manada, unidos, que Dios está con
nosotros y volveremos a sonreír, como cuando va a llover
y de repente la brisa se lleva la nube obscura y sale el sol
nuevamente.

VI. YENI Reflexión personal: (dar 3 minutos) ESTE

PUNTO ES EL VII
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¿Soy capaz de reconocer mis debilidades como temor,

desesperanza, agotamiento mental y compartirlo con
mi pareja, mi familia y mi comunidad, o soy de los que
se encierran en si mismos y para aparentar sólo doy
consejos, digo lo que pienso y no lo que siento o digo
palabras que los demás quieren escuchar pero que no
he interiorizado para conocer mis sentimientos?

VII. ALEX: Lectura textual: Nuestra familia empieza por

nuestra relación de pareja y se extiende hacia nuestros
hijos, si los tenemos, hacia nuestros hermanos y nuestros
padres. Algunas veces, dentro de lo que aprendemos en
nuestros hogares cuando somos niños o de las cosas que
vivimos en la infancia fuera del entorno familiar hay
actitudes que nos condicionan a reaccionar ante situaciones
como la que vivimos hoy, siendo conscientes de esto
debemos procurar impulsar valores y principios en nuestra
familia que los lleven a fortalecer su fe, tener esperanza,
luchar por lo que anhelan y ser agradecidos con Dios por
lo que nos da, no por no estar mejor que otros, sino porque
tenemos más de lo que necesitamos. Sabemos que
podemos experimentar desesperanza y no está mal, porque
nuestra debilidad humana se apodera de nosotros, pero no
podemos quedarnos en ese capitulo por siempre. Hoy
Dios nos habla en su Palabra y dice que debemos
levantarnos y luchar, pero no luchar por luchar, sino que
escuchemos Su llamado, que nos dice “no temas, yo estoy
contigo”; debemos hacerlo sin pensarlo mucho ni
cuestionar si de verdad es un llamado de Dios sino como lo
hizo Pedro, se levantó y se puso a caminar y después
analizó si era un sueño o era verdad, debemos actuar, más
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en este momento, no podemos esperar a hacer algo cuando

pase la pandemia, debemos hacer algo hoy, porque
debemos enseñarle a nuestros hijos que ante la adversidad
las rodillas se doblan ante Dios y no ante los problemas,
que para salir adelante se requiere mas que voluntad, se
requiere sabiduría y esa sólo nos la puede dar el Espíritu
Santo.

VIII. YENI: Quiero compartirles que muchas veces me

siento avergonzada al exteriorizar mis miedos, ya que
esto refleja debilidades en mi fe. Mi situación de salud,
así como todas las preocupaciones que me afectan de la
pandemia me hacen recordar que estamos de paso, que
todos somos mortales, pero a la vez me hace reflexionar
que el Señor permite las cosas para que reaccionemos y
volvamos a Él.

Orando una de estas noches le pedía a Dios poder entrar

en una verdadera comunión con Él, le imploré con todas
mis fuerzas que tomara el control de esos días difíciles, de
esos días de desesperanza, que me reparará, que mis
emociones no tuviesen la última palabra, que tomara mi
mano y me ayudara a levantar, como cuando cansada de
tanto nadar en medio de la mar, aparece un barco que te
invita a subir en él.

Hoy… estoy bastante mejor, viviendo el día a día,

fortalecida con baterías de tranquilidad, dándole gracias
a mis hermanas de Pastoral Social quienes todas las
mañanas como instrumento, me inyectan con las
palabras del Señor, recordándome que no estamos solos,
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que nuestro padre está pendiente, que solo debemos

esperar pacientemente a que pase esta tribulación, con la
esperanza que después de esto, muchos vamos a salir
renovados, fortalecidos y agradecidos por una nueva
oportunidad.

ALEX: por mi parte puedo compartirles que todas las

mañanas, en mi caso, más que pedirle a Dios que me
levante, le pido que no me deje caer. En estos meses de
caos he tratado de mantener mí fe fortalecida, pues de
otra manera no podría alentar a mi familia.

Al reflexionar sobre la situación actual puedo confirmar

que la forma de actuar de Dios es perfecta, confieso que
antes de la pandemia estábamos un poco tibios en lo
espiritual, teníamos muchas excusas para no tener una
participación del todo activa en las cosas de Dios. Hoy en
día la forma virtual ha renovado esa fe y esa esperanza
familiar, trayéndola al interior de nuestro hogar,
permitiéndonos participar en rosarios de diferentes
grupos, en talleres, o escuchando la palabra en familia.
Solo conscientes que, engrandeciendo a Dios,
empequeñecemos nuestros problemas, podremos estar
tranquilos ante esta crisis, confiándole a Él nuestros
miedos, como cuando de niños los truenos de una noche
de lluvia nos llevaban a la cama de nuestros padres,
sabiendo que con ellos vamos a estar seguros.

IX YENI: Pregunta para el 10/10: ¿Escucharé la voz del

ángel que me dice “levántate y camina” o seguiré
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ignorándolo, esperando un milagro?, ¿qué sentimientos

experimento al compartirte esto?

X ALEX: Pregunta Compartir Abierto: ¿Cómo me siento

al saber que esa voz interna que me acompaña es Dios que
habla conmigo a diario?

XI. Canción: https://www.youtube.com/watch?

v=oyA2uLVRp6w Me Levantaré

XII Oración final

Señor Padre Celestial;

con estas palabras mostramos agradecimiento ante ti
por haber permitido que en este taller
las cosas fluyeran bajo tu manto protector.
Te pedimos extender tu mano a cada hijo tuyo,
a cada matrimonio, a cada hogar,
para levantarnos y poder seguir en los caminos de la fe.
Te pedimos nos ayudes a pasar esta situación de
intranquilidad,
siempre apegados a tu voluntad.
Protégenos y sé mediador
de un próximo encuentro
para que momentos como
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estos sean más seguidos

en nuestras vidas.
Amén.