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TABLA DE CONTENIDO

1. ANÁLISIS DE LA REALIDAD ACTUAL SOBRE DIOS..................................................................................1

1.1 CONCEPTO DE DIOS....................................................................................................................................1


1.1.1 Datos generales.....................................................................................................................................1
1.1.2 Datos particulares..................................................................................................................................1
1.1.3 Aspectos comunes.................................................................................................................................2

1.2 EL RECHAZO A DIOS....................................................................................................................................2


1.2.1 FORMAS DE ATEÍSMO.........................................................................................................................2
1.2.2 CAUSAS DEL ATEÍSMO.......................................................................................................................3
1.2.3 SECULARIZACIÓN Y SECULARISMO.................................................................................................5

1.3 TEOLOGÍA DE LA MUERTE DE DIOS..........................................................................................................5

2. RESPUESTAS AL PROBLEMA ACTUAL SOBRE DIOS..............................................................................5

2.1 EXPERIENCIA DE DIOS POR ISRAEL (ANTIGUO TESTAMENTO)...........................................................5


2.1.1 Experiencia de Dios por Moisés............................................................................................................5
2.1.2 Experiencia de dios en el desierto.........................................................................................................5
2.1.3 Experiencia de Dios en el Sinaí.............................................................................................................5
2.1.4 Experiencia de Dios por Abraham.........................................................................................................6
2.1.5 Experiencia de Dios por los profetas.....................................................................................................6
2.1.6 Experiencia de Dios en la creación........................................................................................................6
2.1.7 Experiencia de Dios En la historia........................................................................................................7
2.1.8 Experiencia de Dios en la oración y en la sabiduría..............................................................................7
2.1.9 Experiencia de Dios en los salmos........................................................................................................8

2.2 EXPERIENCIA DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO.............................................................................8


2.2.1 Experiencia de Dios como Padre...........................................................................................................8
2.2.2 Experiencia de Dios como hijo...............................................................................................................8
2.2.3 Experiencia de Dios como Espíritu Santo.............................................................................................9
2.2.4 Experiencia de Dios en a vida apostólica..............................................................................................9

2.3 EXPERIENCIA DE DIOS EN LA IGLESIA POST APOSTÓLICA..................................................................9


2.3.1 Experiencia de Dios en la patrística.......................................................................................................9
2.3.2 Experiencia de Dios en San Agustín...................................................................................................10
2.3.3 Experiencia de Dios en Santo Tomás y la escolástica........................................................................10
2.3.4 Experiencia de Dios en la analogía psicológica..................................................................................10
2.3.5 Experiencia de Dios en el Magisterio y la teología..............................................................................11
2.3.6 Experiencia de Dios en el Concilio Vaticano II....................................................................................11
3. REFLEXIÓN PERSONAL: “INCREENCIA Y SUFRIMIENTO”.........................................................................12

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1. ANÁLISIS DE LA REALIDAD ACTUAL SOBRE DIOS

1.1 CONCEPTO DE DIOS

1.1.1 DATOS GENERALES

Existe una tendencia hacia la religión naturista en la cual todo el universo se presenta penetrado de la divinidad; puesto que el mundo es
de Dios, obra divina y destinado a Él, la presencia divina y la actividad de Dios, parecen eliminar las causas segundas. Un efecto de esta
concepción de Dios, de esta imagen de dios es el que priva al hombre de toda iniciativa y de toda responsabilidad. Otro efecto es la
sumisión total y pasiva a las circunstancias, posición que tiene aspectos desastrosos cuando se ubica a Dios en las fuerzas de la
naturaleza o en el acontecer humano proveniente de la combinación de las libertades humanas: base de fatalismo.

Se dan dos corrientes religiosas equivocadas: el animismo produce reacciones populares de temor y una marcada tendencia al uso de
la magia. El providencialismo es una excesiva confianza en la ayuda religiosa respecto a las diversas necesidades humanas y confluye
en una "devotería" frustrada. El animismo y el providencialismo tienden a la negación de la libertad, a un concepto falso de
pecaminosidad y a un posible error de apreciación de lo que teológicamente puede y debe ser la santificación del hombre. Una
característica de la religiosidad latinoamericana es la nítida división entre lo sagrado y lo profano; el contacto con Dios parece que sólo
puede darse a través de los ritos sagrados; el rito sacraliza el hombre por momentos, permaneciendo profano el resto del tiempo; el
mundo, en general es considerado profano.

Consecuencia de esta sacralización es la separación entre fe y vida. El ritualismo es abundante en oraciones y devociones que, en la
mayoría de los casos, no tienen vinculación ni con la fe ni con la vida. La gente no las entiende ni inciden en su conducta personal. La
mayoría de los latinoamericanos se confiesan creyentes; pero el contenido de su fe suele reducirse a fórmulas aprendidas de memoria.
Existen confusiones graves en el ámbito teológico en la fe popular. La superstición es otro aspecto determinante de la religiosidad
latinoamericana: curanderos, adivinos, cartománticos, astrólogos, magos con tinte religioso, forman parte de una extraña mezcla mágico
piadosa en las creencias populares.

1.1.2 DATOS PARTICULARES

a) Obrerismo: El obrero concibe a Dios a través de la óptica del patrono o del sacerdote; Dios es el jefe de personal que manda,
castiga y que premia, que controla la asistencia a misa como el jefe de personal controla las tarjetas de asistencia al trabajo; Dios
no es en la práctica tratable como persona; es un Dios separado de la persona, de la familia y de la conducta moral.
b) Campesinos: son diferentes las imágenes de Dios según el diferente medio social (costeño, llanero, montañoso), pero en general,
el dios del campesino es visto bajo la óptica del cura de la parroquia y de la naturaleza. El Dios poderoso que maneja a su antojo
las fuerzas de la naturaleza; un dios que hizo al hombre para sufrir y enseñarnos que para poder ganar el cielo no hay otro camino
que el sufrir lo más posible en esta tierra. Dios es el Padre amoroso de todos. Se puede influir en Él a través de sus santos, que
son sus representantes.
c) Marginados suburbanos: siendo una sociedad intermedia que no se han integrado el urbanismo y sí se han olvidado de su
ancestro campesino, por eso sienten el marginalismo y se convierten en marginados sociales. Miran a Dios a través de su
resentimiento social; lo ven como el protector de las clases altas. Reconocen que Dios es poderoso por eso no se puede luchar
contra su voluntad; es el causante de una situación injusta y no se puede hacer nada, por eso su pasividad resignada.
d) Clero: se puede dividir en varios sectores según su época:
 Sector antiguo: Dios es: el motor inmóvil de Aristóteles, abstracto y teórico, lejano, al que hay que defender del ataque de los
enemigos, reinado impuesto, funciona piramidalmente.
 Sector intermedio: capta a Dios bajo la óptica de la liberación, al servicio de una revolución sociopolítica y económica,
manipulado en función de un cambio social, Dios es un jefe político y militar revolucionario, un Dios al servicio de las
ideologías (marxismo).
 Sector “auténtico”: es el menos numeroso, esfuerzo lento hacia la verdadera imagen de Dios, estudia, se actualiza en
teología, ora litúrgica y personalmente, coherencia entre ser-función, equilibrio entre santidad personal y santidad institucional
de la Iglesia.
e) Adolescentes: se presentan tres actitudes frente a Dios:
 Tradicional conformista: Dios es un ser infinito, ideal, racional, sin incidencia en la vida.

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 Rebelde: otros jóvenes carecen totalmente de la fe por que son inconformes con la religión tradicional, para ellos Dios es un
mito, tabú, irreal, fantasía, un prejuicio que impide vivir la vida en libertad.
 Responsable: otros tienen una actitud de fe responsable y viva, procesual, que no es conceptual sino vivencial; Dios es el
amigo y confidente. Este es el sector menos numeroso.
f) Universitarios: Dios está bajo el influjo de la Iglesia y la jerarquía es el enemigo tradicional. Las crisis de fe, son crisis de Iglesia; no
rechazan a Dios, y es un Dios en proceso de maduración, encuentro de ideologías, lo exaltan y lo denigran; Dios vale si es
revolucionario.

1.1.3 ASPECTOS COMUNES

 Existe la tendencia al animismo en la religiosidad popular, propio de los sectores agrarios y rurales
 Tendencia religiosa hacia un sociologismo y se explica como reacción contra la posibilidad pasivista providencialista
 Hay un proceso de secularización creciente que es efecto del cambio de la sociedad que pasó de ser agraria a urbana industrial
 Los cambios en al Iglesia influyen en el concepto de Dios que se tenga
 Contraste entre la concepción sacral y profana que se tenga en el mundo

1.2 EL RECHAZO A DIOS

1.2.1 FORMAS DE ATEÍSMO

a) ATEÍSMO MARXISTA

Al marxismo no le importa el problema del sentido, ni el del orden metafísico; le interesa lo práctico, el cambio de la situación
sociopolítica, y para esto no se necesitan principios, el fin justifica los medios. Marx elaboró como tesis doctoral en economía el libro "El
capital". El tema de la religión no es un tema central en Marx, es sólo una manifestación de la gran alienación del hombre. Se dan tres
posiciones frente al marxismo:
 Ver el marxismo como una religión, porque tiene sus dogmas, su redentor y su paraíso (la utopía de la sociedad sin clases).
Esta posición no es aceptada porque no tiene trascendencia, ni visión de la gracia, ni escatología, ni un salvador personal sino
masivo.
 Los que tratan de refutar a Marx con argumentos lógicos; se pierde totalmente el tiempo pues el marxismo no tiene principios.
 Los que buscan un acercamiento marxismo-cristianismo: una asimilación del marxismo por parte de la teología, buscando la
praxis de la fe. Este pensar ha llevado al error de pensar que el reino de Dios, se encuentra en esta tierra.

Las piezas básicas del ateísmo marxista son:


 Alienación religiosa. La religión es el opio del pueblo.
 La divinización del estado, el absoluto es la sociedad
 Materialismo: negación de la trascendencia, de los valores espirituales, lo real es lo material.
 La idolatría del partido comunista: (ideología que es una forma de lo concreto a lo falso).

En conclusión, ¿qué debemos hacer frente al ateísmo marxista?


 No hay que tener miedo a la crítica de Marx a la religión, pues ayuda a mantener la pureza de la misma en el sentido y en los
contenidos.
 Por tanto esta crítica marxista debe llevarnos a purificar la fe en Dios y ubicarla en el ámbito de la revelación, Todo se había
vuelto teorías y no se tenía en cuanta la revelación.
 Refutar el marxismo teóricamente es un error, lo correcto es hacer que la fe se convierta en un compromiso personal con
Cristo, que está vivo en la historia.
 No se debe colocar el cristianismo al mismo nivel de la crítica marxista porque sería convertir el cristianismo combatiendo
contra otra ideología. El mejor medio de refutar el marxismo es vivir el evangelio.

b) ATEÍSMO EXISTENCIALISTA

Fundamento: el hombre es un ser en el mundo con los otros. Hay un existencialismo teísta (Jaspers, Marcel) y otro ateísta (Sartre,
Heidegger). El existencialismo es causa y consecuencia del ateísmo. El problema no es si Dios existe o no existe, el problema es que
el hombre se encuentra a sí mismo y reconoce que nadie lo puede salvar. La solución es la total libertad, que cada uno haga lo que
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quiera en la vida. Sartre plantea que Dios repugna ontológicamente porque:
 Si existiera, tendría que ser el “ser total”; y si lo es, entonces, aunque sería pleno porque sería todo, no tendría conciencia, ni
libertad.
 Si el hombre fuera creado por Dios, necesariamente Dios habría dejado en el ser su huella, y la realidad es que el hombre no
está determinado en su esencia y tiene que construirse así mismo. Por tanto Dios no existe.
 Dios sería incompatible con la libertad humana porque sería El quien determinaría qué es lo que el hombre puede o no
puede hacer y así convertiría al hombre en un objeto, privándolo de su libertad.
 Reconoce que el hombre tiene una necesidad religiosa, pero ella no es más que el deseo de realización plena, y como no
puede conseguirla por sí mismo, crea un Dios que satisfaga esa realización plena, pero ese Dios no existe, es un auto
engaño, el hombre no puede alcanzar su realización plena. "El hombre es una pasión inútil y la vida es una nausea"; no hay
sentido total y por lo tanto tampoco sentidos parciales, ni el hombre ni la vida tienen sentido, todo es absurdo.

Consecuencias para la ética y la moral: como Dios no existe todo está permitido. No hay valores (no hay conciencia infinita que los
formule y ante el cual el hombre sea responsable). La vida no tiene sentido, es absurda.

Esto nos lleva a los siguientes puntos de reflexión:


 El existencialista ateo no prueba nada contra Dios, ya que no demuestra científicamente su no existencia.
 La demostración de la existencia de Dios no se hace por medio de razonamientos especulativos. El camino de la revelación
cristiana no es de especulación, sino que es de la fe, pues con ella percibe la presencia y el actuar de Dios en la historia; con
la fe capta.
 El existencialismo ateo nos ayuda a centrar la revelación, el Dios cristiano no nace de especulaciones filosóficas sino de una
experiencia vital.

c) ATEÍSMO CIENTISTA / HUMANISTA

 Partimos del siglo XVI, nacimiento de las ciencias, se desarrollan hasta sobrepasar las fronteras de la metafísica y la religión,
hicieron afirmaciones que se salieron de su ámbito de competencia (Ej.: Solo es verdadero lo científico).
 Entonces se llega a negar a Dios en nombre de la ciencia porque No era científicamente demostrable y en una recia
presunción afirmaron: “Solo es verdadero lo científico”.
 En el siglo XX las ciencias comenzaron a rectificar su posición ante el descubrimiento de la teoría de la relatividad de Einstein.
 Hoy la ciencia ya no afirma eso; y reconoce que hay cosas reales que se escapan a su control y explicación. (La ciencia lo
que hace es explicar los errores).
 La capacidad explicativa de las ciencias produjo dos posiciones:
 Se acepta la explicación racional como la única posible, (científicos ateos).
 Se busca una razón más profunda mediante la fe, (científicos teístas).

a) ATEÍSMO HUMANISTA / CAPITALISTA

 Existe un ateísmo donde se da una indiferencia religiosa, es el que se denomina ateísmo capitalista, es propio de las
sociedades capitalistas - comunistas y de clases sociales, económicamente altas: Es una actitud, una mentalidad:
 Dios no es un valor económico y por eso no sirve.
 Teóricamente Dios es reconocido y adorado pero en la práctica Dios es el dinero.
 Todo se hace como si Dios no existiera.

1.2.2 CAUSAS DEL ATEÍSMO

a) CAUSAS HISTÓRICO - FILOSÓFICAS

En la antigüedad se presentaba el politeísmo. En la Edad Media tenemos la época teocéntrica, todo el mundo cultural y político estaba
orientado hacia Dios, el problema fue que se centraron en Dios y se olvidaron del hombre. De este olvido del hombre surgió la
revolución intelectual y cultural que buscaba recuperar lo humano en tres etapas:
 Naturalismo cristiano: (S. XVI-XVII) Rene Descartes
 Racionalismo puro: (S. XVIII-XIX) Kant,
 Ateísmo contemporáneo: (S. XIX-XX) Hegel, Marx, Sartre, Freud, Nietzche, Camus

Otras Causas históricas: Dos guerras mundiales, influjo de los medios de comunicación, cambio de la cultura rural a la urbana; el
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hombre cambia la cultura y la cultura cambia al hombre, concepto racional del mundo, el criterio de lo útil, influjo del positivismo, el
hombre es un proyecto y la vida no es un misterio, secularismo, solo vale lo profano.

b) CAUSAS CIENTÍFICO - TÉCNICAS

 Humanismo científico: Las ciencias han sido tradicionalmente camino hacia Dios pero hoy la ciencia centra al hombre en sí
mismo. Hoy la ciencia no es conocimiento sino hipótesis; la ciencia hoy trabaja en el segundo nivel de la estructura del
conocimiento, que es “entender” y por eso no está interesada en afirmar sino en entender las relaciones entre los datos, es
decir, la ciencia no es dogma sino opinión. Una nueva noción de ciencia lleva a una nueva noción del hombre, es decir a una
nueva antropología donde el hombre es Dios.
 Humanismo político marxista: según Marx el hombre solo puede entenderse y satisfacerse en la transformación del mundo, es
decir, No hay para el hombre otro campo que el de la acción (práxis), y por esa razón el hombre se hace así mismo en su
lucha con la naturaleza, por tanto no hay Dios. El hombre se hace para el Estado, y el Estado ocupa el lugar de Dios
 Humanismo moral: afirma que ser ateo es existir íntegramente, no con relación a Dios sino a los otros, eso es lo que se llama
inmanentismo. La única interioridad que existe es ante sí, es decir, el hombre es responsable ante sí, No ante Dios, entonces,
No hay moralidad y somos responsables ante la historia, o sea que el individuo desaparece.

c) CAUSAS PSICOLÓGICAS

 Freud es el padre del psicoanálisis. Plantea que el hombre está compuesto de Yo, super-Yo y Ello. El Yo afronta la realidad
como ella es, el super-Yo comprende los condicionamiento (poder) y el Ello responde a los instintos (placer). El Yo se
neurotiza ante los estímulos del Ello y las barreras del super-Yo. Para desneurotizar al Yo hay que darle gusto al Ello, no
reprimirse, por lo tanto el hombre no es libre sino un animal consiente; luego tampoco es imagen de Dios, Dios no existe.
 Karl Gustar Jung, científico de la corriente Freudiana, sostiene que el hombre al encontrarse con sigo mismo y con la muerte
se ve compelido por un fuerte deseo de sobrevivir y salvar algo de una total aniquilación en la muerte. Se encuentra así en el
hombre un ansía de inmortalidad; la cual solo sería posible mediante una relación del ser del hombre con el ser de Dios, es
decir con el “arquetipo”. Existe realmente en el hombre la idea y la necesidad de Dios. Pero es imposible cualquier
demostración científica, o en lo que se halla colocado más allá de la razón, es inaccesible a ella. Dios es esa función
psicológica, absolutamente necesario en el mundo racional, porque el hombre alejado de ese arquetipo y enfrentado a su
finitud, cae en la desesperación existencial, que es la madre de la angustia.

d) CAUSAS SOCIOLÓGICAS

 Desarrollo histórico: Ha avanzado enormemente la ciencia y la cultura; mucha gente vieja no encuentra hoy apoyo a su fe y
vuelve atrás o la pierde. Hoy se vacila, hay ignorancia incluso en el clero; el cambio cultural produce crisis, desadaptación; el
desarrollo se convierte en causa del ateísmo porque toda desadaptación lleva una crisis. El desarrollo produce cambios, los
cambios generan adaptación y la adaptación crisis.
 Progreso del espíritu humano: El hombre es conquistador, autosuficiente, soberbio, pagado de su propio progreso y Dios
escapa del positivismo. En las características del espíritu positivista solo se acepta lo empírico, Dios se aleja, desaparece. El
hombre de hoy ha desarrollado un enorme espíritu crítico, todo lo cuestiona; quiere verificar las razones de su fe, no le basta
saber, se acepta sino se destruye la fe. Hoy se busca un testimonio de vida, vivencia integral de la fe, no le basta con saber:
exige testimonio.
 Estructuras degeneradoras de la sociedad: Son las estructuras políticas y sociales que no dan cabida a los valores que
dignifican la vida, ejemplo de estructura social: Supremacía del tener sobre el ser; Dios y el hombre son personas, no
unidades monetarias, hoy en día al hombre se le valora por lo que tiene y no por lo que es, consecuencia de esto es el
hombre masificado al que se le ignora como persona. El trabajo se considera como castigo y no como expresión de la
creatividad del hombre, allí el sentido de Dios no se da; Se da un ansia de utilitarismo; se busca el enriquecimiento a cualquier
precio; surge la explotación del hombre por el hombre. Estructura de la vivienda: el hombre vale según el lugar donde vive,
se crean resentimientos por diferencias, presentándose discriminaciones injustas. Así Dios no es Padre de todos por lo cual
todos no somos hermanos. Estructura de la recreación: El hedonismo; existe en el mundo la cultura del placer que crea: a los
jóvenes mentalidad irreal sobre valores fundamentales como el amor, matrimonio, sentido de la vida, dignidad de la persona;
resultado, cadáveres ambulantes, ruina física y moral. El cuerpo se convierte en instrumento de placer, no en templo del
Espíritu Santo, ni sexualidad santa. Resulta una sexualidad desbordada con consecuencia de aumento de abortos, niños
ilegítimos, marcado crecimiento de enfermedades.

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1.2.3 SECULARIZACIÓN Y SECULARISMO

Se ha pasado de un cosmocentrismo a un antropocentrismo, de una sociedad rural agraria a otra urbana industrial. Se da un gran
pluralismo, y debido a esto, el concepto de Dios se está revisando para poderse inculturar. En este ambiente de pluralismo han
aparecido dos tendencias en relación con Dios, una el secularismo y otra la secularización. La cultura secular abre los ojos al hombre
moderno para tomar una posición frente a la religación con Dios:
 La secularización es una tendencia teológica, que respeta la autonomía de lo secular desde la Revelación y unifica lo sagrado
y lo profano.
 El secularismo es una tendencia filosófica que afirma la total autonomía de lo secular, pero prescinde de Dios. Es una forma
de ateísmo.

1.3 TEOLOGÍA DE LA MUERTE DE DIOS

Este título puede significar que Dios no existe, o que existió y ya no, o nos enseñó a vivir sin Él, o no le importamos. El verdadero
sentido consiste en que el hombre se despoja de una falsa imagen de Dios para obtener una nueva y por lo tanto superar algunos
elementos; hoy en día se puede hasta adorar un dios falso. Determinados elementos de la doctrina tradicional sobre Dios deben ser
excluidos. Antes del Concilio Vaticano II, se propuso esta teología, buscaba hacer una crítica de la teología tradicional que no respondía
a las necesidades de la época; la muerte de Dios no es un ateísmo, sino un esfuerzo por reencontrar el verdadero Dios tal como está en
el Nuevo Testamento. La teología se había vuelto una teodicea, no se hacía una experiencia personal de Dios, sino una elucubración.

Los teólogos de la muerte de Dios buscan hacer una nueva teología a partir de la encarnación de Dios en Cristo. Reconocen que en la
teología hay una crisis, una crisis de transición de la teología clásica escolástica a la teología crítico-científica de hoy. Rechazan la
teología tradicional en un intento por darle un rostro nuevo a la ciencia teológica. Acentúan la inminencia de Dios en Cristo, o sea que el
Dios que muere es el Dios lejano, ausente del mundo y del hombre, muere el motor inmóvil filosófico y valoran más y mejor lo que
significa la encarnación para el hombre de hoy y de siempre. Invitan a una re-evangelización en términos de compromiso real con el
hombre.

2. RESPUESTAS AL PROBLEMA ACTUAL SOBRE DIOS

2.1 EXPERIENCIA DE DIOS POR ISRAEL (ANTIGUO TESTAMENTO)

2.1.1 EXPERIENCIA DE DIOS POR MOISÉS

Comienza por la salvación por medio del agua, y la salvación de Moisés es la salvación del pueblo. Moisés es el símbolo del pueblo
elegido y salvado por Dios, es decir, la primera experiencia de Dios, por parte del pueblo, se da en Moisés. La zarza: relato teológico
(Ex. 3, 1-6) gran experiencia religiosa de Moisés, se revela quien es Dios "Yo soy", encuentro en la fe. Experiencia de Dios por Moisés:
conduce a moisés a una misión que implica una vocación: Revelación (Dios se revela), don de sí mismo al hombre (dar el nombre, que
es la persona misma), infinita grandeza de Dios y la pequeñez humana. La zarza representa la inmanencia; el fuego el Espíritu Santo,
Dios, la trascendencia; no se consume, el misterio.. Al lograr esta experiencia, se toma conciencia de la vocación, de la misión histórica
(autoconocimiento, autoreconocimiento, autoaceptación). Sentido de la vida, por qué y para qué estoy aquí. Moisés tipifica la relación
de Dios con su pueblo.

2.1.2 EXPERIENCIA DE DIOS EN EL DESIERTO

Dios entra en la historia y revela; el desierto es el lugar de la prueba, la dialéctica histórica, oposición de contrarios, confianza-amenaza;
lugar de finitud, limitación, pequeñez que el hombre experimenta. La misericordia de Dios se experimenta en tres símbolos: La nube: es
algo meteorológico, orienta el camino correcto; Dios actúa allí, los guía y los protege. La nube representa la presencia de Dios, Dios
hace sensible su presencia. La codorniz: al caminar el pueblo por el desierto sufrían hambre, cansancio, murmuraban contra Moisés,
deseo de volver atrás, y llegan las codornices. El maná: (esto qué es) en el Deuteronomio se indica que el maná estaba destinado a
mostrarle a Israel hasta qué punto debía hacerse humilde, dependiente de Dios.

2.1.3 EXPERIENCIA DE DIOS EN EL SINAÍ

 La pascua: viene del verbo “pasar “. Paso de Dios que ha pasado y sigue salvando, significa que Israel es incapaz de
salvarse así mismo. La pascua es: un sacrificio: ofrenda. una víctima: Cordero. Memorial. un banquete: comida. El cordero es

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símbolo de la cultura nómada, pues, no tenían cultivos, frutos. Es símbolo de la vida del pueblo. Esa vida del pueblo se le
ofrece a Dios, porque él es el dueño y Señor de la Vida. Para el hebreo la carne es el ser, sangre es la vida. Moisés separa la
carne de la sangre, la sangre la riega sobre el altar, la carne la separa en tres porciones. La quema, la asa, y la come. El
sacrificio muestra el retorno de la vida a Dios. El hombre se adapta a la situación. El hombre se sale de la situación para
objetivarla, superarla. El análisis crítico mira al pasado y lo actualiza.
 La ley: La formula de la alianza y el decálogo van juntos, ocurren ambos dentro de la fe de Israel. El sentido de la alianza es
que ellos deben ser un pueblo de hombres libres para que puedan consagrarse a YHWH. Y el sentido de la ley es no volver a
la esclavitud. El hombre peca porque piensa equivocadamente que al aceptar la ley Dios pierde su autonomía, su libertad.
Por eso el decálogo es Palabra de Dios, no está sometido a ningún juicio humano. La ley es el medio para cumplir la libertad
Dios. El decálogo es el camino de los hombres libres que siguen el camino que lleva a Dios. La alianza es la vinculación del
pueblo con Dios. En el decálogo y en la alianza Dios se muestra celoso: “…No tendrás otros dioses…” Dios se presenta como
persona providente que actúa en la historia.
 La alianza: Dios salva al hombre de la esclavitud. Dios salva al hombre por medio del hombre. Dios está presente en la
historia. Dios es el Señor de la naturaleza, porque domina el mar. Dios es el autor de maravillas. Dios es misterio que se nos
revela. La fe en el único Dios es lo que los unifica.

2.1.4 EXPERIENCIA DE DIOS POR ABRAHAM

Los patriarcas adoran al Dios "Él", el dios del padre. Dios único, creador, altísimo, eterno, el de la alianza, de la misión. Dios se presenta
con varios nombres: Shaddai, Roi, Berit, Dios único, ligado a la estirpe, omnipresente, se experimenta en la historia, personal. Este Dios
se presenta bajo tres aspectos:
a) Revelación: El Dios lejano se hace cercano, amigo, pacta una alianza.
b) Alianza-promesa: Dios que se entrega a sí mismo al hombre, se hace su amigo. Promesa: descendencia, tierra; a cambio de esto,
Dios exige la fe y caminar en su presencia para ser perfecto.
c) Vocación-elección: Dios elige a Abraham y en él a todos nosotros; lo que la Biblia retiene de Abraham es su vocación, paternidad
universal por la fe, entrega en una misión sublime.

El sacrifico de Isaac: a nivel etimológico, se presenta el cambio de sacrificios humanos por animales; a nivel teológico, el hijo es el
amado, su sacrificio es supremo en el corazón y la inteligencia. Dios al que elige, primero lo purifica. Dos cosas por las que Abraham es
grande: por su vocación, su vida de creyente, perfecta su fe, se apoya en Dios, el lo lleva de la renuncia a una paternidad espiritual; y
por la fe: una fe probada hasta el extremo.

2.1.5 EXPERIENCIA DE DIOS POR LOS PROFETAS


 Los profetas son los encargados de afirmar la unicidad de Dios, falsedad de otros dioses y su oposición al sincretismo
religioso.
 Se da una experiencia profunda de la unidad de Dios; sólo hay un Dios y a partir de aquí ellos condenan la idolatría y el
sincretismo religioso; Yhwh es el Señor único y absoluto; de todos es juez; es santo y por ello exige santidad para poder estar
con Él.
 Los profetas interiorizan la religión y la moralizan. Ofrecen soluciones a los problemas sociales y políticos del pueblo de Dios.
 Los profetas asumieron una posición critica, interpretan los acontecimientos del presente y proyectan el futuro desde la fe.
 Dios es protagonista de la historia con el hombre; los hechos de la historia son objeto de la fe de Israel; Israel no crea los
hechos sino que los interpreta.

2.1.6 EXPERIENCIA DE DIOS EN LA CREACIÓN

a) En la creación del mundo


 Israel enfrenta el universo en una actitud de profunda fe, o sea que no es ni filosófica ni científica. Esto quiere decir, que para
Israel, el universo es el lugar de encuentro con Dios creador. Aquí Dios se le manifiesta como creador único del universo.
 Para Israel la creación es el punto de partida de la historia de la Salvación.

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 La salvación para Israel es don de Dios al hombre, entonces, la creación que es una obra de Dios para el hombre, por eso
debe recibirla Israel en una actitud de gratitud.
 Dios creador es único, Él es el principio, origen de todo ser; es trascendente, totalmente otro, distinto de la creación,
inmanente y accesible a través del cosmos.
 Israel capta que la creación es temporal, gracias a lo cual capta la eternidad de Dios; frente a la imperfección de las cosas
creadas Israel capta la santidad y perfección.
 Dios a través de la creación provee al hombre lo que necesita: providencia, bondad, autonomía y libertad.

b) En la creación del hombre


 Israel capta la creaturalidad del hombre por revelación.
 Creaturalidad no es igual que el sentido filosófico de imperfección para Israel, es en sentido de plenitud y dignidad del
hombre por su relación con Dios. O sea, significa que el Dios personal se autodona al hombre, para hacerlo pleno en él.
 Israel comprende que el hombre es el centro del universo.
 Israel capta que el hombre, por ser la única criatura racional, como conciencia del cosmos capta a Dios como quien dirige el
universo a una perfección y espiritualización.
 Capta que Dios es absolutamente libre al crear al hombre como centro de todo.
 Es conciencia de la autonomía y libertad humanas frente a Dios.
 El hombre es imagen de Dios y por eso es la máxima prueba de que Dios es y existe.
 Es experiencia de existir, de libertad, de ser para los demás, de ser-para-Dios.
 Es experiencia de la dignidad infinita del hombre, que es consecuencia de la infinita dignidad de Dios.

2.1.7 EXPERIENCIA DE DIOS EN LA HISTORIA


 Para Israel el porqué y para qué de los hechos (sentido) es Palabra de Dios. Para que se haga revelación es necesario que el
hombre capte, interprete y exprese este sentido en la fe.
 Para Israel Dios es el protagonista de la historia con el hombre; la historia es historia con Dios.
 Los hechos históricos son objeto de la fe de Israel; la fe no crea sino que interpreta los hechos. Para Israel fe-historia son
realidades dialógicas.
 Dios actúa en la historia como Dios-salvación; por esto es liberador; es Dios-alianza.

2.1.8 EXPERIENCIA DE DIOS EN LA ORACIÓN Y EN LA SABIDURÍA

a) Sabiduría empírica: todos los pueblos la tienen, derivada de la experiencia existencial, filosofía natural, humanismo práctico, actitud
ante la vida.

b) Sabiduría teológica o revelada: se capta de la experiencia de Dios en la vida - historia. Viene de Dios. Necios e impíos: aquellos que
no obran sabiamente sino de acuerdo a sus caprichos. Sabios, piadosos y justos: Obran de acuerdo a la sabiduría Divina.
 Justos: una manera de vivir según Dios = cumplen la alianza.
 Impíos: otra manera de vivir según el YO = violan la alianza.
 Dios retribuye a cada uno según su conducta, es decir, Dios paga a cada uno según sus obras.

Aquí empieza en los libros sapienciales la teología de la retribución, en la que se viven tres momentos:

a) Cuando se afirma la retribución terrenal se entiende en 3 grandes cosas:


 Una larga vida,
 Tener muchos hijos
 Muchas riquezas.

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b) La crisis de la teología de la retribución terrenal, porque se dan cuenta que lo anterior no funciona. Entonces, surge la pregunta:
¿Por qué el hombre justo sufre? A esta etapa corresponde el libro de Job. El libro no resuelve el problema pero lo plantea. Concluye que
el hombre debe ser fiel aun en las pruebas.
c) Intuición neotestamentaria: el Libro de la Sabiduría (categorías griegas) plantea el problema de la inmortalidad del hombre. La vida
de los justos está en las manos de Dios y ningún tormento los alcanzará. Insinúa la retribución post-mortem sin afirmar la resurrección.

2.1.9 EXPERIENCIA DE DIOS EN LOS SALMOS

De la experiencia de Dios en la historia se pasa a la oración. Israel ora la vida. La oración es experiencia de oración con Dios
 Súplica: Dios omnipotente, amor, misericordia, que ayuda al hombre necesitado.
 Se reconoce a Dios como poderoso, protector, libertador, y en la propia debilidad.
 Alabanza: se reconoce a Dios en sus cualidades, por lo que es, bondad, misericordia, justicia, amor, paz; se le alaba por ser
Dios.
 Acción de gracias: el hombre toma conciencia de los dones recibidos de Dios, se alaba la grandeza divina o lo que ha hecho
en nuestro favor. Se reconoce Dios aquí a ahora, presente y actuante.

2.2 EXPERIENCIA DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO

Se da en y a través del acontecimiento histórico de Jesús de Nazareth: su persona, sus palabras, sus hechos. Él es la máxima
revelación de Dios. Los discípulos experimentaron a Dios. Vieron, oyeron y tocaron en y a través de Jesús. Esto fue escrito para que
todo el que lo lea tenga también una experiencia de Dios. Jesús reveló que Dios no es una realidad simple, sino compleja al interior de
sí mismo: es una tri-personalidad: Padre – Hijo – Espíritu Santo. El Padre es el Yo que implica individualidad, el Hijo es el Tú que
implica alteridad, el Espíritu Santo es el Nosotros que implica sociabilidad.

2.2.1 EXPERIENCIA DE DIOS COMO PADRE


 Dios es Padre ya que tiene un Hijo, y nos ha hablado por medio de Él; Jesús es la experiencia de la presencia de Dios entre
los hombres; quien ve al Hijo, ve al Padre; se percibe la experiencia del Padre en el Hijo. Quien cree en el hijo, cree en el
Padre que lo envió. Quien ama al Hijo, ama al Padre.
 Trascendencia del Padre: Transfiguración del Señor: se vio la gloria del Padre en el Hijo, se ha manifestado. Se percibe en
Jesús la perfección del Padre. Su misericordia, sean misericordiosos, como mi Padre es misericordioso. Providencia, no os
preocupéis. Sabiduría del Padre, Majestad, Infinitud, Santidad. Todo lo dicho, se capta vivencialmente en la persona del Hijo.
 La encarnación se realiza por el Padre, el Espíritu Santo realiza la acción, pero el Padre es el que engendró. La glorificación
es obra del Padre. La creación es obra del Padre.
 La operación intelectual del Padre, es la que engendra al Hijo.
 El Espíritu Santo es el amor, operación volitiva del Padre.
 La vida eterna es obra del Padre. La fe, aceptación de Cristo es obra del Padre. Las promesas y su realización, es obra del
Padre. Toda la historia de salvación, es obra del Padre en y a través del Hijo.

2.2.2 EXPERIENCIA DE DIOS COMO HIJO


 Descubre una parte del misterio de Dios; dentro de Él hay una total comunicación de sí mismo, plenitud de entrega,
generación infinita y eterna que produce una dualidad de personas.
 La comunicación de Dios consigo mismo, es el Hijo. Hay una locución de Dios consigo mismo que es eterna; Cristo dice en sí
mismo todo lo que Dios es.
 La Iglesia apostólica experimenta que en Cristo ha visto, oído, palpado a Dios; Cristo es sacramento de la visibilidad de Dios,
"quien me ve a mí, ve al Padre"; por tanto todo conocimiento de Dios debe ser en Cristo y por Cristo ya que Él es el punto de
contacto entre lo divino y lo humano.
 Los rasgos humanos de Jesús son los de Dios, su manera de pensar, amar, juzgar; se ve el carácter humano de Dios. Cristo
es la vida eterna; es la naturaleza vital de Dios; se hizo hombre para comunicarnos esa vida; Jesús es el don de Dios al
hombre.

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 Cristo es el centro de la creación como Hijo de Dios y como hombre, y por ello hace al hombre centro de la creación. Cristo se
dio como salvación de Dios para el hombre.
 Cristo es la respuesta al ansia de absoluto que tiene el hombre, por ello la teología es antropología. Cristo sacraliza la
humanidad, de esto que todo lo humano es sagrado y el hombre tiene dignidad
 Cristo es sacramento del encuentro con Dios, transparencia sensible de Dios para el hombre.
 Naturaleza humana, naturaleza divina, Dios es hombre, Jesús es la vida eterna y la misión de Jesús es comunicar es vida
eterna al hombre. Nosotros fuimos hechos a imagen y semejanza del hijo.

2.2.3 EXPERIENCIA DE DIOS COMO ESPÍRITU SANTO


 La Iglesia apostólica experimentó por revelación la personalidad del Espíritu Santo que se manifiesta, obra, purifica.
 El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, ya que es el amor entre ambos, el amor personal; es tan perfecto que es
persona. El Espíritu Santo es el centro de la actividad divina dentro y fuera de Dios.
 Toda la historia de la salvación es obra del Espíritu Santo. La creación, La encarnación del verbo, Cristo en su vida humana
es guiado por el Espíritu Santo, Cristo es ungido por el Espíritu Santo, La escatología es obra del Espíritu Santo, la
santificación, la filiación divina, La vida. La filiación adoptiva, la fe, la vida, la gracia. El amor, la divinización del hombre.
 En el contexto hebreo, el amor es la entrega personal de Dios al hombre
 Pentecostés: es el relato que muestra la experiencia del Espíritu Santo en la obra de la Iglesia; experiencia de Cristo
glorificado.
 En la Biblia el fuego representa la santidad de Dios, y el hombre puede adquirir la santidad de Dios a través del Espíritu
Santo.
 La experiencia del Espíritu Santo no se verifica en los éxtasis, sino en la historia.
 La posesión del Espíritu Santo se realiza en la historia dentro de los límites humanos, por medio de los sacramentos de la
Iglesia.

2.2.4 EXPERIENCIA DE DIOS EN A VIDA APOSTÓLICA


 La Iglesia en misión. Capta a Dios en al historia, pero en la tensión escatológica del ya pero todavía no del reino de Dios.
 La Iglesia se comprende a sí misma como el pueblo escogido por Dios desde la eternidad para restaurar el reino; la Iglesia se
entiende como instrumento eficaz para la entrega de Dios a los hombres y por ello la Iglesia es sacramento
 La Iglesia operará esa instrumentación hasta la plenitud; es depositaria de la promesa y fidelidad de Dios, es el resto fiel. A
través de la Iglesia, Dios obra la salvación y la fuerza, la seguridad de esa salvación se simboliza en S. Pedro.
 La iglesia se entiende a sí misma como cuerpo de Cristo que significa lugar de comunicación de Dios con el hombre y el
hombre con Dios. La Iglesia es sacramento del encuentro con Dios, porque Dios en la Iglesia sale al encuentro del hombre, en
forma sensible, los sacramentos.

2.3 EXPERIENCIA DE DIOS EN LA IGLESIA POST APOSTÓLICA

2.3.1 EXPERIENCIA DE DIOS EN LA PATRÍSTICA


 Profesión de fe trinitaria, se habla del bautismo trinitario.
 la Trinidad es una sola deidad, de modo que hay unidad dentro de la Trinidad y trinidad dentro de la Unidad.
 Antes del concilio de Nicea, ya se profesaba la fe en la Trinidad
 Apologistas: (Justino) son los que elaboraron la doctrina base de Nicea y Constantinopla; se desarrolla esta doctrina hasta el
S. IV.
 Con base en la fe Trinitaria el concilio de Nicea inaugura el credo con tres artículos:
 Creemos en un Dios Padre omnipotente creador de la visible y lo invisible
 Y en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, único engendrado del Padre
 Y en Espíritu Santo.

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 Constantinopla desarrolla a S. Agustín en el De Trinitate, así también a Basilio, Gregorio Nacianceno y de Nisa.

2.3.2 EXPERIENCIA DE DIOS EN SAN AGUSTÍN


 Explica el símbolo de Nicea, que es su punto de partida. Se notan tres influencias:
 1.Meditación de la Sagrada Escritura.
 2.Su propio pensamiento filosófico.
 3.Su experiencia de fe.
 San Agustín encuentra una trinidad en el hombre, memoria, entendimiento y voluntad. La trinidad hay que buscarla con la
sabiduría que se identifica con la piedad y se concluye:
 1.De Trinitate es una exposición del símbolo de Nicea
 2.La imagen de Dios no se puede tomar sólo desde trinidad, hay que buscarla en las confesiones y otras obras.
 3.El Dios que busca San Agustín no es fenomenológico, no es representación del espíritu sino que busca al Dios real,
viviente, plena realización del hombre. No es un Dios filosófico, no es especulación, es experiencia.

2.3.3 EXPERIENCIA DE DIOS EN SANTO TOMÁS Y LA ESCOLÁSTICA


 Parte de la filosofía de Aristóteles.
 De Dios sólo podemos decir lo que no es. El hombre puede experimentar a Dios pero esa experiencia es incomunicable
 Dios es plenitud de vida porque es empírico, es esencialmente activo porque es vida.
 Dios se conoce perfectamente a sí mismo porque el entendimiento es perfecto e infinito; en Dios ser y entender son lo
mismo, se identifican.
 En Dios el conocimiento produce un movimiento de apetencia, de voluntad, de deseo. Esa apetencia es comunicativa y
esa comunicación es Jesús.
 La voluntad de Dios es la que causa todas las cosas, vasta quererla para que esa cosa exista.
 Dios es capaz de conducir a la criatura a su propio fin, respetándole la libertad creada. Dios es dueño absoluto,
permitiendo libertades absolutas bajo su dominio sin interferirlas

2.3.4 EXPERIENCIA DE DIOS EN LA ANALOGÍA PSICOLÓGICA


 P. Ranher, San Agustín, Santo Tomás, psicología profunda.
 De San Agustín: si el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios conociendo al hombre conocemos a Dios.
 Santo Tomás: el deseo de apetencia de Dios.
 Psicología profunda: El hombre tiene inteligencia, es imagen y semejanza de Dios. el hombre es un “Yo pensante” por tener
capacidad de pensar; por eso debe conocerse así mismo. Cuando el hombre piensa en sí mismo, se conoce y al conocerse
forma de si mismo una autoimagen, que será más perfecta o menos perfecta, dependiendo de lo perfecto que sea mi
autoconcimiento; esa autoimagen es el yo pensado:

Entre el Padre y el Hijo hay una relación interpersonal, que el Padre ama al hijo así es un “yo amante” y el Hijo un “yo amado” y
viceversa el hijo ama al Padre, así es un amor en reciprocidad y el “yo amado - amante” es el Espíritu Santo.
 El amor realiza la unidad de la persona; en Dios hay una sola sustancia, una sola esencia, un sólo ser, pero también en Dios
hay dos procesiones:
 El hijo procede del Padre por medio de la inteligencia
 El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, por medio del amor
 Tres personas distintas con perfección de personalidad, personalidad plena
 En Dios hay tres personas distintas, y cuatro relaciones:
 Padre a Hijo (Paternidad)
 Hijo a Padre (Filiación)
 Padre e Hijo, al Espíritu Santo (Espiración activa)
 Del Espíritu Santo al Padre y al Hijo (Espiración pasiva)
 En Dios se da una circumincesión o perichonesis; cada una de las divinas personas, están en las otras dos
 Las tres divinas personas son coeternas y coiguales (son Dios)

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2.3.5 EXPERIENCIA DE DIOS EN EL MAGISTERIO Y LA TEOLOGÍA
 San León Magno y San Gregorio Magno: su experiencia de Dios se da en por Cristo, ambos hacen de la cristología su centro.
 La experiencia de Dios es cristológica.
 León Magno: el amor de Dios por nosotros es tan grande que hasta cierto punto exigía la encarnación.
 Gregorio Magno: la contemplación de Dios es como un reposo silencioso en el que se recibe una percepción del Espíritu
Santo; la contemplación es una sabiduría sobrenatural, una intelección de Dios, comprenderlo por la luz que lo revela y esa
contemplación es una sabiduría celestial.
 San Buenaventura: "el amor de Dios por nosotros hizo posible la encarnación" una experiencia humana, vital de Dios, es
posible por la luz divina que ilumina el entendimiento del hombre.
 Nosotros debemos contemplar el verbo encarnado, para poder acercarnos al verbo de Dios, esta contemplación es posible
sólo por la acción del Espíritu Santo en nosotros.
 San Bernardo: reformador de los benedictinos. Hay necesidad de contemplar el Verbo encarnado en la Virgen María, para
experimentar en Él la justicia, la sabiduría, la verdad, la santidad, la misericordia de Dios, todo en y por el Espíritu.
 La mística es la manera de repetir la experiencia de Dios.
 Por ese verbo fueron creadas todas las cosas, por eso, puede haber una experiencia de Dios por medio de la creación.
 Magisterio: todos los concilios que trataron sobre la Trinidad, afirman la Trinidad en la unidad y la unidad en la Trinidad; se
afirmó la diferencia y la igualdad en majestad, dignidad, en los atributos divinos.
 Ha condenado el panteísmo (unidad substancial de todo); confunde analogía con identidad, le atribuye a Dios las perfecciones
o imperfecciones de las criaturas; Dios no es persona ni es libre.
 La Iglesia se atiene al Dios revelado en la Sagrada Escritura y se ha opuesto a los distintos errores (herejías) que han
aparecido a través de los siglos.

2.3.6 EXPERIENCIA DE DIOS EN EL CONCILIO VATICANO II


 Reafirmación de Dios uno y trino. Coidéntico, coigual: en majestad, divinidad, santidad y en todos los atributos divinos de las
tres divinas personas.
 debemos tener experiencia de Dios en:
 Eficacia sacramental de la Iglesia
 En la realización actual del designo divino de salvación
 En la catolicidad del pueblo de Dios, Catolicidad
 En la vida y en la acción de los miembros de la Iglesia
 En el hombre de hoy
 En la comunidad humana
 En la actividad del hombre del mundo
 En las realidades terrenas de hoy
 En la interrelación Dios-mundo
 En las múltiples facetas humanas, pero todo en la línea del misterio de la encarnación, supone fe en el misterio trinitario.

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3. REFLEXIÓN PERSONAL: “INCREENCIA Y SUFRIMIENTO”

Cuando pensé en la reflexión personal que debería realizar para concluir el curso de Misterio de Dios, inmediatamente me vino a la
cabeza el tema muy actual de la increencia, especialmente ante la realidad del dolor y el sufrimiento que viven muchas personas a
nuestro alrededor. Con frecuencia escucha uno decir a la gente que no creé en Dios porque Dios los abandonó, porque él permite que
pasen cosas malas, porque permite que los malos triunfen mientras los buenos pasan necesidad, etc. El objetivo del presente trabajo
no es simplemente dar argumentos para creer, sino ayudar a entender cuál es el sentido del sufrimiento en la obra de la redención, es
decir, darle elementos a esa misma gente para que comprenda que la acción de Dios en el mundo siempre tiene un sentido; un por qué
y un para qué, y que si hay sufrimiento y dolor en nuestra vida, nosotros debemos descubrir el significado que tiene para nuestra propia
vida presente y futura. Por supuesto que este objetivo sólo será posible llevarlo a cabo a partir de la propia persona de Jesús. Me ha
interesado este tema porque creo que, como pastor que aspiro a ser, tengo que estar en capacidad de darle respuestas a la gente y,
sobre todo de ayudarle a plantearse las preguntas adecuadas.

Comencemos. Partiendo del hecho de que la muerte de Jesús fue redentora, surgen las siguientes preguntas: ¿era necesario que su
muerte fuese ignominiosa y estuviera marcada por la pasión, el dolor y el sufrimiento, la humillación y el martirio? ¿Tenía que morir
Jesús de esa manera? ¿Por qué no podía redimirnos de otra forma? ¿o si podía, pero no quería? No nos hacemos aquí la pregunta de
si era necesaria la encarnación para la salvación de la humanidad: ese tema sería objeto de otro trabajo completo; pero sí nos
preguntamos si la encarnación llevaba consigo necesariamente tal tipo de muerte para consumar la obra salvadora. En resumidas
cuentas nos quedamos con la siguiente pregunta para el desarrollo del trabajo: ¿cuál es el sentido del dolor y del sufrimiento en la obra
de la redención?

Las aproximaciones teológicas que vamos a hacer no pretenden quedarse en el tiempo de Jesús, analizando su martirio como un hecho
histórico anclado en el pasado, sino que tienen la intención de cuestionar al hombre de hoy sobre el sentido que tienen sus propios
padecimientos, sobre la corrupción y finitud que experimenta en su propio ser y en las personas que ama, lo cual con frecuencia le lleva
a desesperar y a renegar de su fe. Queremos hacernos una idea sobre la relación que existe o puede existir entre los padecimientos de
Cristo en la cruz y los dolores que experimenta la humanidad en su diario acontecer.

Es un hecho histórico que Jesús fue ejecutado en una cruz hacia el 7 de abril del año 30, según los cálculos realizados por los
especialistas. Este tipo de muerte era cruel e infamante, y no se aplicaba a los ciudadanos, pues era propia de esclavos y solo se
aplicaba a revoltosos independentistas. Luego Jesús fue ejecutado por los romanos como rebelde político (falso rey), en tanto que el
Sanedrín lo condenó como falso profeta, por atacar las instituciones judías fundamentales: la Ley y el Templo. Hasta aquí lo histórico;
pero, ¿cuál es el eslabón que une estos hechos históricos de la pasión y muerte con la fe en este hombre? Hubo muchos profetas, pero
sólo en Cristo se prolongó la fe de un grupo de personas. ¿Por qué?

El dato fundamental fue la resurrección, que no es histórico; pero, para creer en ella, debe haber “algo” en el Jesús histórico que lo
avalara o lo acreditara a él como diferente a los demás profetas. ¿Cuál es el eslabón que une al Jesús histórico con el Cristo de la fe?
Para un puñado de hombres y mujeres que estuvieron cerca de él, tal eslabón parece ser la experiencia pascual. ¿Y para el resto? En
un sentido histórico, sólo tienen el testimonio de otros, que se centra en la pascua, pero que debe estar avalado y ser coherente con y
por lo que Jesús dijo o hizo, y esto en conexión con las Escrituras, porque era un pueblo con fe judía. Pero se trataba de un pueblo que
vivía en un contexto vital específico de opresión y una historia de dolor y sufrimiento.

Por lo tanto, la clave que los movería a la fe, pienso, sería “algo” que diera respuesta al dolor y sufrimiento que padecían; que le diera
sentido de una forma coherente a la ley del Antiguo Testamento; que los hiciera sentirse redimidos, liberados. Así lo entendieron los
apóstoles y así lo enseñaron. Por eso en los evangelistas encontramos un relato de la pasión y muerte de Jesús en la cruz (hecho
histórico), seguido del anuncio de su resurrección (testimonio de fe), todo esto precedido de un resumen de sus dichos y hechos a la luz
del Antiguo Testamento. Por lo tanto, el centro y eslabón entre el maestro y profeta Jesús y el Cristo de la fe es la muerte ignominiosa
en cruz, muerte que se asocia al dolor y sufrimiento del pueblo que acepta la fe, y le da esperanza en una vida nueva.

Lo anterior significa una posibilidad histórica, pero sabemos por la fe que la muerte de Jesús no es solamente acción de los judíos y
romanos, sino obra salvadora de Dios y libre auto-entrega de Jesús. Esto nos obliga a dar un paso más: no basta con decir que Jesús
murió en la cruz de forma ignominiosa, para que él sea el centro de la fe, pues por sí solo este hecho no le da sentido al sufrimiento que
padeció. Es necesario decir también que murió por predicar lo que predicó: contra las leyes injustas y la religión superficial, contra el
legalismo y la inmisericordia, contra la hipocresía de los fariseos, etc. Porque Jesús no era un rebelde sin causa, sino que su muerte fue
a “causa” de su predicación. Ello enlaza su vida anterior con el escenario de su muerte. También hay que decir que su entrega fue
libre, pues no fue simplemente apresado y ajusticiado contra su voluntad, sino que se ofreció él mismo. Aquí entra la interpretación de
los apóstoles y evangelistas en el Nuevo Testamento: detrás de este padecimiento estaba la obra salvadora de Dios.

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Ahora bien, cabe preguntarse si era necesario que Jesús fuera consiente del sentido de su propia muerte para que ésta tuviera un
alcance redentor. Walter Kasper 1 nos conduce a las siguientes preguntas: ¿Cómo entendió Jesús su propia muerte? ¿Qué sentido le
dio? Punto seguido afirma que los tres anuncios de la pasión en Marcos son “vaticina ex eventu”; muestran una conciencia previa de su
destino y su aceptación libre como algo necesario. Pero, nos preguntamos, ¿necesario para qué? ¡Para resucitar! Y después ¿qué?
¿que también nosotros podamos resucitar? ¿Cuál es el eslabón para adherirnos a este destino común? Creo que los evangelistas
escriben ex eventu para que la gente crea que así como se cumplió su muerte predicha, también se cumplirá su resurrección predicha.
Kasper cita a Bultmanm y otros que sostienen la herejía modernista, según la cual Jesús no entendió su muerte como obra de salvación,
sino que simplemente se sometió a morir mártir por su justa causa. Pero él no está de acuerdo con esta afirmación y sostiene que no
hay pruebas de que Jesús entendió así su muerte, pero hay indicios de que pudo hacerlo, pues era judío y dentro de su religión existía
el concepto del chivo expiatorio y de la fuerza expiatoria del sufrimiento. Tenemos que decir que el sufrimiento y la muerte de Jesús en
sí mismos no dan sentido a los de la humanidad, ni siquiera al suyo propio, si no hay en él una comprensión clara de que muere “por
nuestros pecados” (san Pablo) para cumplir la voluntad del Padre, y nuestra fe se apoya en esa certeza.

Ahora bien, según Schweitzer, “ El anuncio de la pasión como previsión del sufrimiento escatológico, pertenece a la predicación de la
cercanía del Reino de Dios” 2. Esto significa que decidirse por Jesús no trae paz, sino guerra, ruptura con lo circundante. De ahí la
radicalidad del seguimiento de Cristo. Esto hace pensar que Jesús era perfectamente consiente del signo de contradicción que
representaba y de las consecuencias funestas que sus acciones proféticas le podían acarrear, como se las acarrearon a todos los
profetas del Antiguo Testamento, incluido Juan Bautista. Hasta aquí está claro que Jesús iba a Jerusalén consiente de su destino fatal,
pero no es seguro, como bien apunta Kasper, que “se dirigió allí a confrontar a su pueblo con su mensaje en la hora decisiva y a
ponerlo ante la alternativa de decidirse ”3. De todas formas, podemos concluir de esta parte que para Schweitzer el sufrimiento tiene un
alcance escatológico; anuncia la venida del Reino de Dios.

Siguiendo a Kasper, veo que la muerte de Jesús se encuentra unida a la venida del Reino de Dios; una nueva era se inaugura con su
muerte, de la muerte puede salir algo bueno, del dolor y el sufrimiento resurge un nuevo orden de cosas y una nueva forma de felicidad:
aquí tiene pleno significado lo del grano de trigo. Esto hay que unirlo a las bienaventuranzas para entenderlo en relación con el Reino
de Dios, como anota Nolan: “Jesús poseía una nueva doctrina y en función de la misma el sufrimiento y la muerte estaban íntimamente
ligados a la venida del Reino ”4. Basta ver el sermón de la montaña (Mt 5,5-6.10-12) para darse cuenta de que el reino que anuncia
Jesús, si bien es un reino de alegría, exige pasar por las lágrimas antes; si bien es un reino de justicia, exige pasar por la persecución y
la injusticia antes; si bien es un reino que en el futuro traerá grandes recompensas, para su construcción exige también grandes
sacrificios en el presente.

Vemos que Jesús como hombre asumió todo lo propio de la naturaleza humana que, en su debilidad, está expuesta al dolor físico y
moral y, en últimas, a la muerte. Pero a su sufrimiento le dio un sentido inédito en la historia de la humanidad. Muchos antes que él
murieron mártires luchando por una causa justa, y muchos después de él también; pero en Jesús la muerte y el sufrimiento trajeron
asociado un sentido escatológico totalmente nuevo. El Reino de amor que anunció sólo se realizaría con su sacrificio. Asociarse a esta
fe implica asociar los propios padecimientos a los de Cristo en la cruz, para participar de los frutos de la redención realizada en él, ver en
el dolor y el sufrimiento un camino necesario y deseable para disfrutar del Reino al que nos conducen. ¿Cómo entender esto hoy en
medio de una sociedad hedonista, pansensualista, panerótica y consumista, que niega el dolor y huye del sufrimiento; que quiere
disfrutar del presente sin preocuparse por el mañana? Llegamos al punto claro: el sufrimiento no es aceptable si no hay noción de un
papel salvífico, redentor, exaltador, trascendente; si no se supera la animalidad en el hombre. ¿Qué sentido tiene el dolor para un perro
golpeado por su amo?

El sentido salvífico de la muerte y pasión de Jesús –nos hace ver Kasper- se interpretó desde un principio a la luz del Antiguo
Testamento, especialmente a la luz del cuarto cántico del siervo de Yahvé (Is 53,1-12;1Co 11,24; Mc 14,24) en el sentido de una
expiación vicaria por otros. Jesús sabía que hacía esto por otros y no por sí mismo. Partimos de que Jesús entendió su muerte en el
contexto de su mensaje sobre la venida del Reino de Dios. Entonces, ¿de qué manera concreta hizo Jesús presente el Reino de Dios
en su aquí y ahora? ¡En el servicio! (Mc 10,45). Pero este servicio no se puede entender como un mero acto humanitario, sino que tenía
algo de liberador, pues Jesús, antes que curar el cuerpo con sus milagros, apuntaba a sanar el corazón con el perdón de los pecados.

Si Jesús entendió su misión en función de otros, y esa misión como un servicio liberador, entonces es claro que su vida (y su muerte,
como punto culmen) se gastaba y se realizaba para otros, por los pecados de otros: tenía un significado redentor. Pero la obra
redentora no se da sólo en la cruz, sino a lo largo de toda su vida. Luego, si bien el dolor, la pasión y la muerte ignominiosa son la
manifestación última y definitiva de su entrega redentora, no son la única forma de ejercer su función salvífica, sino que están
acompañados de sus dichos y hechos. Podemos pensar que el sufrimiento no es el único camino de redención, pero sí el más perfecto
1
Cf. KASPER, Walter. “Jesús, el Cristo”. 7ed. Sígueme. Salamanca, 1989. P. 140.
2
Ibid. P. 142.
3
Ibid. P. 143.
4
NOLAN, Albert. “Quién es este hombre?”. 6 ed. Sal Térrea. Santander, 1997. P. 184.
13
y aquel hacía el cual confluyen todos los demás. Se suele decir, siguiendo el evangelio, que hay que dar la vida por los amigos. En
sentido pastoral, que hay que dar la vida por las ovejas; pero –me pregunto-, ¿qué significa ese dar la vida? ¿es sinónimo de morir?
Pienso que no. San Maximiliano María Kolbe dio su vida (murió) por otro hombre en la II guerra mundial. Con él y su canonización por
Juan Pablo II el martirio adquirió un sentido más amplio que el de la fe: la caridad. Junto con él muchos otros han dado su vida (han
muerto) por defender la fe (los mártires). Morir y padecer un “instante” requiere de un valor inmenso que pocos tienen; pero pienso que
hay otra forma de dar la vida que requiere de un valor tal vez mayor, porque es más “prolongado”: se trata de dar la vida en el sentido de
“gastarla” al servicio de los otros, darse cada día, cada mes, cada año, muchos años, padeciendo incomodidades, limitaciones,
incomprensión, como lo han hecho tantos santos (tan pocos, proporcionalmente).

Estas personas, humanamente padecen, pero espiritualmente disfrutan, porque saben que lo hacen por una causa trascendente y una
recompensa eterna. El sentido que tiene su sufrimiento lo asocian a la pasión de Cristo, porque saben que así como comparten su
destino temporal, también compartirán el futuro; pero, sobre todo, porque saben que están “dando su vida” para que muchos compartan
ese mismo destino. Lo que hace creíble este camino de entrega para la gente es precisamente el que todos saben, porque así lo
experimentan, que es natural para el ser humano evadir el dolor. Pero, aceptarlo, soportarlo, y aun desearlo, como lo constatamos en
algunos santos, no sólo para un bien personal, sino también de otros, es algo que desconcierta y atrae, es algo sobrenatural que hace
vivo y presente el Reino de Dios. ¿Por qué el camino del sufrimiento y no otro? Porque el sufrimiento y la muerte solo se pueden
derrotar en su propio terreno y son una realidad que todo ser humano experimenta, que no se puede evadir. El ser humano experimenta
la finitud y si Jesús asumió la condición humana, él también tenía que experimentar la finitud. La mejor prueba de “servicio total” se da
cuando, después de dar la vida (gastándose), también se da la vida muriendo por la misma causa por la que se vivió: hacer
experimentable el Reino de Dios aquí y ahora.

Pero volvamos al tiempo de Jesús. Nolan nos muestra que entre los judíos había una larga tradición de persecución (=sufrimiento). A
manera de ejemplo podemos ver la lista de profetas mártires, los macabeos, los sacerdotes que experimentaron la caída de Jerusalén
en el 63 a.C., los zelotes en tiempo de Jesús, etc.
“La muerte en tales circunstancias era considerada como una expiación del pecado propio y del pecado de los demás ”5. Esto nos lleva
de vuelta a un tema que habíamos tocado anteriormente: la connotación de expiación que se daba a la muerte a favor de otros, es decir,
el papel del chivo expiatorio. Veamos el rito que llevaban a cabo los israelitas: “Echará la suerte sobre los dos machos cabríos, uno
‘para Yahvé’, y otro ‘para Azazel’. Presentará el macho cabrío que haya caído en suerte para Yahvé, y lo ofrecerá como sacrificio por el
pecado. El macho cabrío que haya caído en suerte para Azazel, lo colocará vivo delante de Yahvé para hacer sobre él la expiación y
echarlo al desierto, para Azazel” (Lv 16,810). “Aarón hará traer el macho cabrío vivo, impondrá ambas manos sobre la cabeza del
macho cabrío vivo y confesará sobre él todas las iniquidades de los israelitas, todas sus rebeldías y todos sus pecados, los cargará
sobre la cabeza del macho cabrío y lo enviará al desierto” (Lv 16,20b-21).

En realidad el rito consta de dos partes: primero se sacrifica con la muerte (martirio) un chivo a Yahvé por los pecados del pueblo;
después, se cargan los pecados del pueblo sobre un segundo chivo que es enviado al desierto. Este segundo chivo no es sacrificado,
sino que tiene que cargar el resto de su vida (lo que resista en el desierto) con los pecados del pueblo en presencia del demonio.
Vemos una conjugación de las dos formas de “dar la vida” que veíamos antes, pero en ambos casos, está implícito el sufrimiento, el
abandono y la muerte como condición sine qua non para la expiación de los pecados de otros. En la cultura judía estaba fuertemente
enraizado el concepto de sufrimiento vicario. Jesús lo conocía bien y no podía ser ajeno a esta realidad. Tendría que enfrentar la gran
paradoja de que nos habla Moltmann: “ La única forma de destruir el sufrimiento consiste en renunciar a todos los valores mundanos y
arrostrar las consecuencias”6.

Pero hay otra paradoja a la que tendría que enfrentarse: Quien salve su vida, la perderá; y quien pierda su vida, la salvará. Aquí el
enigma consiste en que quien se aferra a la vida, ya está muerto; quien no teme morir, ha comenzado a vivir. Pero en el caso de Jesús
esta muerte a la que estaba dispuesto no era por sí mismo (suicidio, egoísmo), ni por una causa (caudillismo), ni por un grupo de
personas determinado (humanitarismo), sino por todo el género humano (redención universal). “ La disponibilidad de Jesús a morir por
todos los hombres es, por tanto, un servicio, del mismo modo que es servicio cualquier otro aspecto de su vida” 7. Pero no es lo mismo
estar dispuesto a morir que morir efectivamente. Lo realmente salvífico en Jesús no es su voluntad de morir o su obediencia a los
designios del Padre, sino su muerte efectiva.

A propósito de esto, recuerdo un cuento que leí alguna vez en un libro de Anthony de Mello, según el cual tres ranas atravesaban un río
sobre una inmensa hoja de árbol. De repente una de ellas decidió lanzarse al agua. Entonces, ¿cuántas ranas quedaron sobre la hoja?
Cualquiera pensaría que la respuesta es dos; sin embargo, fueron tres las ranas que quedaron sobre la hoja, porque aquella que decidió
lanzarse al agua, sólo lo decidió, pero nunca se dijo que lo hizo efectivamente. Hay una gran distancia entre las dos cosas. Por eso en
Jesús lo realmente salvífico no fue el “no se haga tu voluntad sino la mía” del huerto, sino el “todo está consumado” de la cruz. Y me
5
Ibid.
6
Ibid. P. 185.
7
Ibid. P. 186.
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sigo preguntando, ¿por qué morir en lugar de seguir “sirviendo” vivo con su predicación y ejemplo? Nolan opina que ante la
imposibilidad que se le avecinaba de hacer esto, Jesús entendió que su muerte, consiente y libre, era la mejor manera de suscitar la fe
en la venida del Reino.

¡Tenemos tanto que agradecer al dolor y no nos damos cuenta! El dolor físico es la manifestación de que algo anda mal en el cuerpo;
es un mecanismo de defensa por medio del cual el organismo reclama nuestra atención. Si una muela no nos doliera, no buscaríamos
curarla; simplemente sería consumida por la caries hasta morir. Eso es lo que pasa también con la lepra: en sí misma no consiste en
una putrefacción de la carne, como solemos creer; es simplemente una pérdida de la sensibilidad: como no se siente dolor, todo ataque
de agentes externos es ignorado: infecciones, virus, bacterias, cortaduras, quemaduras, etc. La piel y la carne necesariamente se
pudren y caen.

Espiritual y moralmente sucede algo parecido. Cuando hay dolor y sufrimiento es porque algo está mal en uno mismo o en los demás.
El dolor delata un sentimiento de culpa o de solidaridad; una injusticia o un atropello; una inconformidad con una situación adversa; en
fin, devela que hay un estado de cosas que debe ser atendido y nos mueve a la acción. En cambio, cuando perdemos la sensibilidad
ante la injusticia, ante la corrupción pública, ante la miseria humana o la violencia galopante, significa que no vamos a hacer nada para
combatirlas; nos corroerán poco a poco y la sociedad se irá descomponiendo hasta morir. El sufrimiento es necesario porque nos hace
darnos cuenta de que estamos vivos y nos mueve a transformar el orden de cosas para buscar la felicidad nuestra y de los demás. El
culmen del sufrimiento es la entrega consiente y libre de la propia vida por otros, porque despierta inevitablemente la conciencia de
quienes tienen la sensibilidad adormecida. La muerte, así entendida, engendra vida. Por eso dicen los santos padres que la sangre de
los mártires es semilla de cristianos. Eso fue lo que hizo Jesús y en este sentido afirmó Marx que la religión es el opio del pueblo. El
cristianismo no puede entenderse como una droga para adormecer conciencias y resignar sensibilidades, pues por su origen es una
experiencia de vida que invita a la acción, pero una acción movida por el amor y alimentada por la esperanza en el Reino de Dios.

Dejamos a Nolan con un tema que complementa la pregunta de Kasper sobre la conciencia de Jesús frente a su propia muerte, y es el
de la conciencia de Jesús frente s su resurrección. Para el tema que nos ocupa, tiene relevancia la siguiente pregunta: por qué hablar
de la resurrección cuando la gente sufre, la catástrofe es inminente y existe una general esperanza de que el Reino de Dios va a venir a
la tierra en un futuro próximo? Esto nos dice dos cosas: primero, que Jesús predicó un Reino de Dios que se hace presente ya, aquí y
ahora, no sólo al final de los tiempos; con sus obras lo ratificó: milagros, curaciones, etc. Y segundo, que nuestra predicación hoy no
puede ser solamente escatológica, sino que también debe responder a un aquí y ahora que será pleno al final de los tiempos.

Finalmente, vamos a tomar un para de elementos interesantes que nos aporta González Gil 8, sobre el tema de la redención y el sentido
que puede adquirir en ella el dolor y el sufrimiento. Originalmente el término redención era eminentemente jurídico; significaba rescate y
se usaba para cosas o personas (esclavos, condenados a muerte, presos). En el Antiguo Testamento la redención tenía una doble
concepción, que podía ser individual o social-religiosa. En el caso individual podía ser por ejemplo el rescate del primogénito
consagrado (Nm 18,6) o el papel redentor (goel) de los familiares (Lv 25,47-49). En el otro caso, la redención se entiende como una
liberación. En Egipto Dios va al encuentro de su pueblo para liberarlo. Es su redentor. De la misma forma ira al rescate en Babilonia.
Los profetas anuncian la redención. Este modelo de redención es el empleado por los profetas (Is 60,16; Jr 31,11) Sinónimos:
redención: liberación de la esclavitud: salvación de manos enemigas. Redención no es el regreso a un estado de cosas anterior, sino el
paso a un orden nuevo y más excelente. Se elimina el concepto jurídico del “precio” que se debe pagar por el rescate. Dios no paga
nada al faraón a cambio del rescate de su pueblo. Parece que el sufrimiento mismo es ya un “precio” que el pueblo ha pagado en
cautiverio por sus pecados.
En el Nuevo Testamento (Lc 24,26-27) “Era necesario que el Cristo padeciera para entrar en su gloria”. (Lc 24,44-47) “El Cristo tenía
que sufrir y resucitar al tercer día”. La redención tiene aquí un sentido exclusivamente religioso-espiritual. Cristo como cordero: (1Pe
1,18-19) “Habéis sido redimidos ..., por una sangre de gran valor, como de un cordero sin tacha ni mancha, Cristo”. Aquí Dios sí paga
un “precio” (nos ha comprado) por nuestro rescate: la sangre de su Hijo (1Co 6,20). Vemos que el dolor adquiere un sentido de precio
que hay que pagar: los errores se pagan, tienen un precio; hay que pagar para rescatar al hombre caído. (Jn 12,32) “Y yo cuando sea
levantado en alto atraeré a todos hacia mí” ¿Podría ser la simple “atracción” el sentido del sufrimiento en la redención? Dios quiso
obrar la redención no desde fuera con poder, sino desde dentro con humildad, por eso su Hijo asumió nuestra condición. Pero ello
implicaba la aceptación del dolor y de la muerte, porque ellos son connaturales al ser humano . Entonces se podría decir que el
sufrimiento nos hacen consientes de nuestra creaturalidad, pero a la vez, vistos en Jesús, nos hacen consientes de que podemos
vencerlos unidos a Cristo , que ya les venció.

En conclusión, lo primero que tendríamos que decirle a una persona que atraviesa por momentos de intenso dolor y sufrimiento es que
debe aceptarlo como algo real, que forma parte de su existencia y naturaleza humana. Me acuerdo en este momento del lamentable
suceso del accidente de un bus del colegio Agustiniano Norte en Bogotá el 28 de abril de 2004, en el que murieron 21 niños aplastados
por una máquina pesada. La primera reacción de muchos fue tratar de consolar a los padres de estos niños, diciéndoles que ellos eran
héroes y además angelitos en el cielo. Pero creo que el camino no es paliar el dolor con una negación del dolor mismo, sino
8
GONZÁLEZ GIL, Manuel M. “Cristo el Misterio de Dios”. BAC. Madrid, 1976. P. 112-131
15
confrontándonos con él. Jesús nunca negó el dolor que iba a padecer; aquella noche en el huerto estaba perfectamente consiente de
aquello a lo que se enfrentaba. El segundo paso, una vez aceptado el sufrimiento como parte de nuestra naturaleza, es darle un
sentido, o mejor, descubrir el sentido que tiene. Una persona de fe sabe que su dolor y padecimiento no es expiatorio en sí mismo, ni
tampoco salvador, pero si lo asocia a la pasión de Cristo adquiere esa condición, porque sólo el sufrimiento y muerte de cruz son
redentores.

Quien comprende que el camino de la redención pasa necesariamente por la cruz, ya tiene ganado mucho terreno en la aceptación,
comprensión e incluso ofrecimiento de su propio sufrimiento; quien lee la vida a la luz de los bienaventuranzas sabe que la dicha
verdadera pasa por el camino del sufrimiento, porque la naturaleza humana es débil, afectiva, pasible; está llena de altibajos y es
corruptible por el pecado original que la hace proclive a la muerte. Pero también sabe que el sufrimiento no es invencible, que ya fue
vencida una vez y para siempre y que el camino para derrotarlo es padecerlo activamente, comprendiendo su significado y dándolo un
alcance restaurador. Un padre que sabe y entiende que perdió a su hijo, debe sufrir por él, tiene derecho de hacerlo, pero no debe
quedarse postrado porque sabe que él es superior al dolor; que el amor de Jesús fue más grande y que su naturaleza está redimida.
Toda su capacidad de amar debe ahogar el sufrimiento. El Reino de Dios es un reino de justicia, pero se debe sembrar en un terreno
plagado de injusticias. No es justa la muerte de un niño inocente, pero ¿quién dijo que los justos estaban exentos de ella, si el más justo
de todos se le sometió libre y voluntariamente? Así, pues, si el sufrimiento ha de poner alerta nuestra sensibilidad en un mundo injusto,
para trabajar por la justicia, dichosos los que trabajen por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Así pues, decir que no creemos porque Dios es injusto, es un argumento muy flaco para dejar de creer. Más bien, deberíamos
preguntarnos si tenemos la suficiente capacidad de escucha para reconocer lo que Dios nos quiere decir a través de los acontecimientos
de cada día. El dolor y el sufrimiento son parte integrante de nuestra naturaleza y no podemos evadirlos; pero tampoco podemos utilizar
a Dios como una droga contra el dolor, como un ilusionista que nos aleja de nuestra realidad y nos sume en un mundo de fantasías.
¡No!, el mundo es difícil, cruel e injusto, pero Cristo venció la injusticia, soportando la crueldad hasta el extremo, y nos enseño a
soportarla nosotros también. En lugar de utilizar el dolor y el sufrimiento como pretextos para dejar de creer, deberíamos utilizarlos
como medios para aumentar nuestra fe. Nadie hace tanto por uno como lo que hizo Jesús por nosotros, si no es por puro amor, y un
amor tan puro sólo Dios lo puede tener y lo puede dar. Quien no lo haya hecho, que vea la película “La Pasión de Cristo” y que diga si
su dolor y padecimiento es comparable con el de Dios mismo.

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