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LA INVERSION DE LA CARGA DE LA PRUEBA, ES IGUAL QUE LA CARGA DINAMICA DE LA PRUEBA?

El concepto de carga dinámica de la prueba es una manifestación que, a través del desarrollo
legislativo, ha ido tendiendo su verdadera esencia al punto tal que, en criterio de muchos, con el
Código General del Proceso extendió su concepto en su máximo enunciado.
La innovación dentro del CGP con respecto a la carga dinámica de la prueba es sin duda la
contenida en el inciso segundo del artículo 167, de acuerdo con el cual, “(…) según las
particularidades del caso, el juez podrá, de oficio o a petición de parte, distribuir la carga al
decretar las pruebas, durante su práctica o en cualquier momento del proceso antes de fallar,
exigiendo probar determinado hecho a la parte que se encuentre en una situación más favorable
para aportar las evidencias o esclarecer los hechos controvertidos. 
Según lo anterior, entonces, lo que se exige bajo la regla de la carga dinámica de la prueba es que
la parte que se encuentre en una situación más favorable es quien tiene que probar ese
determinado hecho, sea por decisión oficiosa del juez o a petición de parte.  No obstante, es
necesario acreditar la razón por la cual se considera que cualquier extremo del litigo cuenta con
mayor cercanía al medio material de prueba, ya por tenerlo él mismo, por haber intervenido en los
hechos materia de litigio o por estado de indefensión o incapacidad de la contraparte. Sin duda,
los parámetros de estos criterios de carácter legal deberán ser desarrollados por la jurisprudencia
de las altas cortes.

¿Qué es la inversión de la carga de la prueba?


Probar algo significa demostrar lo que se alega, ya sea una idea o un hecho. Se denomina inversión
de la carga de la prueba, cuando la ley establece ciertas presunciones, que hacen que la carga de
la prueba no afecte al reclamante sino al demandado o acusado, también conocido como El onus
probandi ('carga de la prueba') es una expresión latina del principio jurídico que señala quién está
obligado a probar un determinado hecho ante los tribunales. El fundamento del onus
probandi radica en un viejo aforismo de derecho que expresa que «lo normal se entiende que está
probado, lo anormal se prueba».

EJEMPLO
El problema con respecto a las pruebas, en el ámbito jurídico, radica en quien debe aportarlas
(esto es lo que se denomina “carga de la prueba”) rigiendo el principio de que debe hacerlo quien
alega la existencia del ilícito en sede penal (pues el imputado se presume inocente) o quien sufrió
el menoscabo patrimonial, o quien afirma que extinguió su obligación, en el ámbito civil. Ejemplos:
en sede penal, el delincuente no debe probar que no cometió el delito, sino que se deben aportar
pruebas en su contra (él tendrá derecho a dar pruebas en su defensa, pero si no existen pruebas, o
son insuficientes, será absuelto). 
  La carga de la prueba la tiene la acusación: ha de probar que la conducta del acusado no es la
habitual, que ha cometido un delito. Sólo cuando se prueba esto dejará de ser considerado
inocente y se le considerará culpable. Por tanto, como subraya nuestro Derecho nadie es culpable
mientras no se haya probado que lo es.

Inversión de la carga de la prueba consiste, por el contrario, en trasladar al contrincante la


obligación de justificar una nueva afirmación: en lugar de aportar razones para defender el propio
punto de vista, se exige al contrincante que sea él quien aporte razones para mostrar que uno está
equivocado. Lo cual viene a equivaler, en el mundo jurídico, a que sea el acusado (y su defensor)
quien demuestre su inocencia.

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