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El profesor Parra Quijano afirma que son objeto de la prueba judicial las realidades
susceptibles de ser probadas, sin relación con ningún proceso en particular; se
trata de una noción objetiva y abstracta. Carnelutti sostenía: que el objeto de las
pruebas judiciales son las afirmaciones de las partes. Por su parte, Montero Aroca
hace una distinción entre objeto de prueba y tema de prueba. Sobre el primero
escribe que se hace “referencia a las realidades que en general pueden ser
probadas”. Lo que significa en pregunta:
El Código de Procedimiento Civil, establece que: “Los hechos notorios no son
objeto de
Hechos indefinidos
A.) DERECHO NACIONAL:
En el derecho moderno ha sido recibido el aforismo de formación medieval: jura
novit: curia, según el cual el derecho no necesita de prueba, porque el juez conoce
el derecho, regla que es la consecuencia de la introducción del juez jurista o
letrado, que ha asumido el juicio jurídico.
B.) DERECHO EXTRANJERO:
En el punto anterior tratamos de la prueba del derecho nacional a la luz del
principio iura novit curia. Ahora corresponde considerar el tratamiento procesal
que debe darse al derecho extranjero, en aquellos casos en los cuales el juez del
proceso debe aplicar normas extranjeras
CARGA DE LA PRUEBA: En el onus probandi, es decir una expresión latina del
principio jurídico el cual señala la responsabilidad de quien esté obligado a probar
un hecho ante los tribunales competentes. Este fundamento proviene de un viejo
aforismo de Derecho que dice “Normal se entiende que está probado, lo normal se
prueba” Principio del Derecho procesal en virtud del cual se obliga a una de
las partes a probar determinados hechos y circunstancias cuya falta de
acreditación conllevaría una decisión adversa a sus pretensiones.
La doctrina define la carga de la prueba como «regla de decisión o de juicio que
permite al juzgador resolver la controversia en favor de quien no está sometido a
ella, en caso de que la prueba aportada no sea concluyente» (GÓMEZ POMAR).
La carga de la prueba
CLASIFICACIONES.
En esta clase debemos tener en cuenta la parte que suministra la prueba
puede perseguir una de dos finalidades: cuando la parte satisface la carga que
pesa sobre ella o desvirtuar la prueba suministrada por la contraparte. En el primer
caso podemos denominarla prueba de cargo y en el segundo de descargo o
contraprueba. Ambas partes pueden recurrir a las dos clases de prueba.
En la prueba plena, que además de ser completa, debe presentar al juez como
cierta en indudable la existencia de un hecho o de un acto jurídico, ésta ha sido
conocida por la parte contra la cual se aduce, ya que por consiguiente ha podido
ejercer su derecho de que controvertirla o discutirla.
Las pruebas oficiosas deben practicarse con todas las formalidades previstas
en los estatutos procesales, ya que no son privilegiadas, sino como las decretadas
a instancia de parte, hasta el punto de diferir solo en cuanto al origen y en cuanto
al momento en que puede acordarlas el juez, si se considera que los interesados,
por lo general, se impetran en la demanda, en la contestación y en los escritos de
apertura de los incidentes. De otro lado, los poderes instructores del juez abarcan
tanto la primera como la segunda instancia, como veremos mas adelante. Incluso
a casación la corte puede decretar pruebas de oficio antes de proferir la sentencia
de reemplazo. En resumen los deberes- poderes o las simples potestades de la
prueba de oficio se encaminan en el proceso a las verificaciones de las cuestiones
fácticas sometidas por las partes, para facilitar la decisión justa. Al mismo tiempo,
convierten la fase probatoria del proceso en una comunidad de esfuerzos.
Por otro lado, las pruebas son preconstituidas o causales, según el destino
para que sean creadas: Si para servir de medios de convicción en un proceso o
para fines extraprocesales y ocasionalmente son llevadas a un proceso. Las
preconstitutivas si tienen la intención de acreditar en el futuro un hecho, estas
llevan la intención preconstituyente o jurídicamente dispositiva y probatoria. Su
denominación la dio BENTHAM, quien también las llamo “por documento” .
La clasificación atiende a diferentes factores entre los cuales los más importantes
la licitud, controversial, fuente y origen.
Ahora si bien sabemos que la incorporación de las pruebas debe regirse por la
moral y el respeto a la persona humana, con esta apreciación se reitera lo
importante que los derechos humanos son para el contexto constitucional. Estas
serie de acotaciones conllevan a analizar el carácter de ilicitud que puedan tener
algunos medios probatorios. Entre otros tenemos los testimonios o las confesiones
obtenidas mediante el suministro de drogas a los sujetos, el empleo de las
pruebas electrónicas por medio de grabaciones, las pruebas obtenidas mediante
coacción e irrespetando la moral, las buenas costumbres y la dignidad humana.
La practica y obtención de las pruebas por esos medios son atentatorios contra
el debido proceso y que se reafirma la ilicitud de este tipo de prueba cuando
observamos lo dispuesto en el art.49 constitucional.
La prueba debe ser acorde con la moral y las buenas costumbres, por esta
razón cuando la obtención de esta sea violadora de estos argumentos validos,
debe ser rechazada por el funcionario judicial o practicada pero no sometida a su
valoración.
El cual será debidamente motivado en el fallo, fijando los hechos admitidos y los
controvertidos en el proceso, y apreciando cada medio probatorio, siendo un acto
intelectual y lógico del juez y que termina con la valoración partiendo de lo extraído
del cuerpo normativo, dándole el grado de certeza o convicción que merezca el
medio probatorio, utilizando su experiencia y lógica.