Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En lengua aymara papa es ch’uqi mientras que la papa sancochada es qhathi. Un indicio del rol
central de la papa en la alimentación aymara es que ch’uqi también significa «alimento crudo»,
mientras que en contraposición, qhathita significa «alimento cocido».
La comida aymara tiene un alto valor proteico y está constituida además de la papa por: la quinoa,
la harina de maíz, el charqui y la carne de camélidos, entre otros.
La cocina es una preocupación de las warmi (mujer) y abuelas. De manera más restringida los
hombres también participan cuando son casados y ancianos.
El beneficio de la quinua es particularmente importante para el consumo del hogar, ya que junto al
maíz es la base de la alimentación.
Atacameños
Atacameños (forma preferida en Chile), atacamas (forma más utilizada en Argentina), también
llamados apatamas, alpatamas, kunzas, likan-antai o likanantaí (en su idioma, llamado kunza:
lickan-antay, que se traduce aproximadamente como 'los habitantes del territorio'), son una etnia
indígena de Sudamérica que habitó en el interior del desierto de Atacama (norte de Chile y
Argentina y sur de Bolivia), en torno al curso del río Loa hasta Copiapó, ocupando también las
quebradas y valles de este desierto y los faldeos de la cordillera de los Andes incluyendo toda la
Puna meridional o Puna de Atacama. El hábitat de los atacamas en Argentina abarcó los
departamentos que constituían la extinta gobernación de Los Andes y regiones vecinas de Jujuy,
Salta y Catamarca.
Sus descendientes actuales en gran parte viven en las tierras ancestrales aunque muy mezclados
formando parte de la población mestiza o confundidos con el conjunto culturalmente homogéneo
llamado Colla. Historia
Parte de la cultura San Pedro, y sus antecedentes se pueden seguir hasta el año 500 AC. A inicios
del siglo XV, el Inca Túpac Yupanqui conquista a los atacamas, imponiéndoles una nueva
organización social y una nueva religión de culto al sol, introduciendo las hojas de coca en los
rituales. En el gobierno Túpac Yupanqui se construyen los caminos desde el salar de Atacama
hasta el actual noroeste argentino.1
En 1512 llegan los primeros conquistadores españoles y es finalmente anexada en 1556 al dominio
español. En el siglo XVIII el atacameño Tomás Paniri se une a los levantamientos de Túpac Amaru II
y Túpac Katari. En 1824, la región pasa a formar parte de Bolivia y en 1883 parte de Chile. En 2007
se estima la población de atacameños o licanantai de 21 015 personas.1
Cultura
Los atacameños protegían sus poblados con murallones construidos de rocas, verdaderos fuertes
llamados pucará (palabra quechua, la pronunciación correcta parece ser púkara ya que así es
como la dicen gran parte de los pobladores nativos de las regiones andinas). Aprendieron a
desarrollar artesanía en cerámica y, además, fueron el primer pueblo que comenzó a utilizar el
mineral de cobre que extraían de Chuquicamata y el oro de Inca Huasi.
De acuerdo a los restos arqueológicos encontrados y a las investigaciones realizadas en esta parte
de América antes de la llegada de los conquistadores españoles, los nombres de sus aldeas hoy en
día aún subsisten, como los oasis de Quitor, Chiu-Chiu, Lasana, Turi, Topayín, Susques, Calama,
Toconao, Antofagasta de la Sierra, Socaire y uno de los más importantes y centro de su cultura, el
oasis de San Pedro de Atacama junto a la antigua ciudad de Tastil.
Las poblaciones atacameñas o lickan antay que vivían en las áreas costeras desarrollaron una
cultura diferenciada (aun cuando mantenían la unidad étnica) que se ha incluido en la del conjunto
llamado changos.[cita requerida] Su población era de 4000 personas cuando llegó Diego de
Almagro. Aun hay muchos atacameños que mantienen algunas tradiciones, como los tejidos, la
orfebrería y otros.
Idioma
Su idioma era el kunza (ckunsa, "nuestro"), extinto a principios del siglo XIX, y desde entonces son
hablantes monolingües de castellano, pero se recuerdan algunos cantos sin conocer su sentido. Se
conservan algunos apellidos y hay nombres de lugar de origen kunza en una zona más amplia que
la habitada actualmente por el pueblo atacameño.
Se cree que era una lengua polisintética. Sin embargo, no se dispone de información suficiente
para establecer con qué lenguas estaba relacionado. Se conserva en topónimos y en cantos
ceremoniales relacionados con la limpieza de los canales de regadío, de los que ya no se recuerda
el significado. Los topónimos de origen kunza se encuentran principalmente en el norte de Chile
(Región de Antofagasta), pero también en el norte de Argentina (Salta y Jujuy) y el sur de Bolivia.
Los cantos se recitan de memoria, sin conocer su significado. Sin embargo, existen personas de
edad avanzada que pueden recordar el significado de muchas palabras y se ha elaborado un
diccionario con la intención de recuperarlo
Alimentación
Fue un pueblo ganadero (ganadería de auquénidos) que tuvo la capacidad de aprovechar la escasa
agua existente y obtener cosechas abundantes. Debido al escaso terreno agrícola, los alimentos de
este origen no eran suficientes por lo cual se criaban las llamas y alpacas como animales de carga y
también se alimentaban con su carne y se vestían con sus pieles y la lana que obtenían de ellas.
Al igual que muchos otros pueblos andinos, crearon un sistema de siembras en terrazas, con el fin
de que el agua no escurriese y evitar el arrastre de la capa del suelo orgánico y fértil. Sus cultivos
fueron variados, se alimentaban principalmente de verduras que ellos mismos sembraban y
cosechaban: calabazas, zapallo, ají, porotos, tabaco (usado principalmente con fines rituales),
tunas, maíz y sobre todo papas y quinoa. Abonaban sus cultivos con el guano de las aves de la
costa, el que transportaban a lomo de llamas. También se alimentaban de carne ya que criaban
animales y de pescados y mariscos que intercambiaban con los changos que se asentaban en la
costa, por medio de trueques, principalmente les intercambiaban su carne hecha charqui (carne
con sal resecada por el sol).
Desarrollo agroalfarero
Ubicación
atacameno y mas
Flora comprende altos bajo Verde, taburetes arbustos, Pajonal y yareta y en los oasis y arroyos,
árboles como el algarrobo, tamarugo, Chañar, pimientos, etc. La vida animal es, por otra parte,
variada en diferentes pisos ecológicos zorros, viskakor, quirquinchos, cóndores, flamencos, gansos,
caiquenes, guanacos y vicuñas. (ver articulo: Tlapanecos).
Cultura
Son los descendientes de la antigua cultura cunza de campesinos y pastores, que pertenece a la
afluencia de las culturas centrales de los Andes. Resistieron la presión de otros grupos (Diaguitas,
Aymaras, Incas y Españoles), construyendo aldeas fortificadas.
Son los descendientes de la antigua cultura cunza de campesinos y pastores, que pertenece a la
afluencia de las culturas centrales de los Andes. Resistieron la presión de otros grupos (Diaguitas,
Aymaras, Incas y Españoles), construyendo aldeas fortificadas.
Agricultura
Cestería
Cerámica
Telas
Esculturas
En otro sentido el pueblo atacameño empleó significativas técnicas para perfeccionar su desarrollo
en la agricultura, destacando el riego artificial a través de un sistema de canales que carecían de
lluvia y las terrazas o plataformas que permitían un uso óptimo del agua.
atacameño y mas
Cultivaron maíz, papas, frijoles, calabaza y algún tipo de tabaco. En el ganado, los corderos y la
alpaca se utilizan para la producción de lana y como medio de transporte. Lama, como un animal
de carga, les permitió hacer largos viajes, intercambiar productos como pescado, guano y hojas de
coca.
La alfarería negra pulida con su técnica fue un tipo típico de los atacameños, lograron obtener una
matriz negra brillante en sus piezas, que se convirtió en un distintivo de sus cerámicas, luego
también se agregaron a la cerámica roja y blanca.
atacameño y mas
Costumbres
El carnaval.
La limpia de canales.
San Antonio, por ejemplo, es el estándar de los llameros. Hay leyendas como la que cuenta que la
Virgen de Guadalupe aparece en un arroyo que atraviesa la ciudad de Aikina. La Candelaria es el
festival de Caspana, aunque San Lucas es el santo patrono de la comunidad. El alférez es
responsable ante la comunidad por la realización de la fiesta. Las mujeres de la casa del teniente
deben preparar la cena llamada boda para servir a los invitados especiales.
Los Atacameños o Likanantai habitan los oasis, valles y cañones de la provincia de Loa en el norte
de Chile (II Región). En esta zona son el Salar de Atacama, el volcán Licancabur y los ríos Salado y
Grande.
Este hábitat del desierto incluye el área de la cuenca del Salar de Atacama, la ciudad de San Pedro
de Atacama y la cuenca del río Loa, cuyo centro es la ciudad de Calama. La comunidad es un
concepto que predomina en la vida social de esta ciudad. La construcción de una carretera, un
lugar para la comunidad, la limpieza de los canales de riego, son algunas de las actividades que los
llaman.
El inicio, conocido como "primer período", se sitúa entre 400 a 900; se caracteriza por una
alfarería roja pulida, por cántaros antropomorfos (con formas de hombre) y el uso de adornos y
vasos de oro.
El "segundo periodo" es entre 900 y 1200, muestra el empleo de una alfarería negra pulida, la
influencia de la cultura del Tiahuanaco o Tiwanaku -horizonte cultural Tiahuanaco-, el empleo de
las tabletas para aspirar alucinógenos, principalmente el cebil y el cacto " san pedro " o huanto,
con figuras esculpidas de hombres, cóndores y de consumir en muy específicas situaciones, por
ejemplo cuando un chamán debía intentar hacer una adivinación poniéndose en contacto -según
creían- con los dioses.
El "tercer período", comprendido entre 1200 y 1500, recibe la influencia de la civilización incaica y
deja como exponente la construcción de fortalezas o púkara de piedra rodeadas de murallas con
angostas calles y apretadas habitaciones.
Religión
Relaciones
Lipe
Los lípez eran una población que habitaba la región puneña y altiplánica principalmente al norte
del paralelo 22° y al este del cordón de las más elevadas cumbres andinas llegando hasta las punas
occidentales de sur de Potosí cerca de Tarija y zonas septentrionales de las provincias argentinas
de Salta (departamentos de Santa Victoria e Iruya) y Jujuy en donde entraban en contacto con los
"omaguacas" o humahuacas y Quechuas, por sus linajes e idioma primero es evidente que los lípe
y parte de los chichas, integraban el conjunto lickan-antay, una parcialidad importante de éste,
pero por su ubicación geográfica en el corredor que va desde el Altiplano andino a la Región
Pampeana, sufrieron dos fuertes influjos culturales desde el norte: el tiawanacota u Horizonte
Tiawanaku y luego el influjo del Tawantisuyu o imperio Inca. De este modo los lípe y los chicha
están más transculturados por los quechuas -entre los principales rasgos de esta transculturación
se destacan el uso del idioma runa simi y la celebración de ciertas festividades procedentes de los
Andes Centrales (tantanakui, fiesta de la pacha-mama, tinkunaku, corpachadas etc.). De este
modo es que los lípe suelen pasar desapercibidos bajo la denominación de "collas" o "koyas"
denominación que engloba a muy diversas etnias de la región altiplánicopuneña y las
proximidades de ésta.
Debido a la mixogenización, no hay consenso entre los investigadores sobre la filiación atacameña
de grupos puneños como los casabindos o casavindos, cochinocas (para algunos son omaguacas) y
moretas, pero las similitudes culturales con los atacameños costeros hace suponer que
pertenecieran a un mismo origen, junto con los apatamas de segura filiación atacameña.
En el norte puneño habitaban los chichas, al oeste de ellos, los casabindos y cochinocas extendían
su territorio hasta las Salinas Grandes. En la zona del actual departamento jujeño de Susques se
asentaban grupos de atacamas, llamados atacameños en Chile, originarios del lado occidental de
la cordillera de los Andes.
Actualmente los cochinocas y casabindos, junto a los propios atacamas siguen viviendo en la zona
puneña, aunque muy mixogenizados en el conjunto colla. Los casabindos son ocupantes de la
parte central de la puna jujeña en la región de Laguna de Pozuelos, Rinconada y Oratorio.
Entre los pueblos de la etnia atacama estuvieron los apatamas que sufrieron las sucesivas
influencias de los diaguitas, omaguacas y los incas entre los años 1400 y 1530.
En su territorio fueron alojadas como mitimaes por los incas, parcialidades chichas del área
actualmente boliviana. Las expediciones de Diego de Almagro en 1536, de Diego de Rojas en 1543
y la de Heredia en 1545 atravesaron la Puna actualmente argentina y confrontaron con los
lugareños.
Luego de la fundación de Salta, Hernando de Lerma buscó hacer efectivo dominio sobre la región
de la Puna, llevando adelante una campaña contra los casabindos y cochinocas, que fueron
doblegados y organizados en encomiendas.
Dadas las circunstancias climáticas, región seca y fría, la agricultura fue difícil, cultivando
solamente batata, maíz y quinoa, en zonas excepcionales. También la cría de la llama significaba
alimento, transporte y abrigo.
La principal ciudad pre-hispánica en el actual territorio argentino fue la ciudad de Tastil, que
perteneció a la etnia atacama. A la llegada de los incas formaba un señorío que incluía otras
poblaciones subordinadas. Fue abandonada en tiempos de dominio incaico, posiblemente porque
sus habitantes fueron trasladados como mitimaes.
Economía
La cultura de los indios Atacameños guardan una tradición, en lo que respecta a su economía, la
cual está basada en la agroganadera que se practica en diferentes zonas ecológicas que
comprende el territorio, que identificar, clasificar y operar de forma diferente, dependiendo de los
recursos ofrecidos, ya sean económicos, alimentos, medicamentos, rituales y tecnología.
atacameño y mas
La agricultura se desarrolla en los oasis y, principalmente, en las terrazas de los arroyos utilizando
sistemas de terrazas y técnicas de riego con manejo hidráulico. La creación es del tipo tradicional,
históricamente lamas y alpaca y actualmente cada vez mayor de ovejas, cabras y mulos, que
obtuvieron la lana, carne, piel y son a veces utilizados como animales de carga (lodos y
especialmente mulas).
La recolección de leña y plantas, especialmente medicinales, así como los frutos de alfarroba y
chañar para preparar harinas y bebidas, son actividades económicas igualmente importantes. La
unidad productiva básica es la familia y ellos ocupan un territorio grande y disperso, lo que
requiere que recorren decenas de kilómetros para acceder a los diferentes lugares donde sus
recursos económicos están localizados.
Así, que se estableció que las tierras agrícolas de una familia pueden ser divididas en varias
parcelas, tanto dentro como fuera de su vivienda permanente. Este sistema, que opera bajo un
régimen tradicional de organización social de parentesco y alianzas, tiene por objeto acceder,
complementar y controlar los recursos existentes en los diferentes niveles ecológicos de este
territorio.
De la misma forma, horticultura dirigida para el consumo con varias culturas práctica, el montaje
sobre una trama diferentes productos tales como patatas, quinoa, atunes, maíz, calabaza,
calabaza, pimienta, entre otros, utilizando de forma óptima de agua y nutrientes tierra. (ver
artículo: Purépechas).
atacameño y mas
Pero hoy en día, para los indígenas de los atacameños el monocultivo se centró en las verduras
buena promoción de los mercados regionales, aumentar la presión de generación de recursos
hídricos y la agricultura “países de la Comunidad, mientras que desestructura el control, la gestión
y la propiedad de los recursos, ya que las bases del poder y la autoridad en la sociedad.
Por otro lado, Bete está organizado bajo un sistema de control territorios con pastos y prados
comunales, pero también hay reconocimiento de sectores que pertenecen a una familia en
particular. En la actualidad, la introducción de la oveja y la reducción gradual de los rebaños de
camélidos domésticos, realzado por la deshidratación de la Vegas Andino, condujeron al abandono
progresivo de las estancias del pastor más remota puneños y pisos ecológicos.
Por otro lado, es organizado bajo un sistema de control territorios con pastizales y prados de
propiedad colectiva, aunque hay también un reconocimiento de los sectores pertenecientes a una
familia particular.
Alimentación
La alimentación en las ciudades nativas es un ejemplo de su gran sabiduría. Utilizan el suelo sus
frutas y elementos de forma natural respetando los ciclos naturales de cultivo y reproducción. Esta
forma de visas antiguas se puede definir como vivir de acuerdo con los productos que nos dan la
tierra, el cultivo, la recuperación y la recolección en paz y armonía con la madre tierra, la vida de
las personas y cuidar de ella.
Los pueblos indígenas sabían vivir en esa armonía, utilizando los recursos alimenticios, extrayendo
de ellos la salud y el desarrollo físico y mental de sus comunidades, ademas de las necesidades
básicas y requerimientos que el cuerpo necesita.
Pataska es un ensopado picante, maíz pelado con charque, patata, similar al gasificado, uno de los
principales platos tradicionales de estas culturas. En la fiesta de las cruces de Ayacucho los
mayordomos (responsables de la fiesta) preparan un plato llamado PATASKA. En Chiu Chiu, la
ciudad ancestral de Atacameño de la II Región, este plato también está preparado y los habitantes
locales lo reivindican como parte de la tradición china.
El término Pataska es derivado del Phantaska Quechua y significa “grano de maíz preparado como
mote arrebatado cuando cocido”.
Los cronistas cuentan que cuando el Inca Atahualpa fue muerto por las huestes de Pizarro, para
aterrorizar a los otros nativos, él mostró su cuerpo en la Cancha (Plaza Mayor) de Cajamarca. Al día
siguiente el jefe de los incas desapareció: había sido enterrado en algún lugar en Perú, porque
crecería el cuerpo y daría origen al nuevo inca que debía llevar al Perú por un gobierno de
grandeza. Esta leyenda se conoce como Inkarri.
En el presente, aún se fabrican recipientes monocromos, macetas y pukos, algunos con modelos
de animales. En la canasta, los artículos finos se hacen utilitarios como canastas y platos grandes,
pero no la misma variedad o estilo en las exhibiciones prelatinoamericanas de esta artesanía.
atacameño y mas
Por otro lado, mantienen una tradición textil rica y versátil con telas tejidas y cinturas en bolsas
tejidas, tiras, manteles, mantas, sujetadores y algunas prendas. La danza y la música son
finalmente manifestaciones artísticas y rituales centrales que se manifiestan especialmente en las
festividades de los mecenas de cada sociedad.
Aymaras
Atacameños y Aymaras
La cultura aymara se encuentra disperso en todas las zonas ecológicas en una gran área que
abarca el mar Titicaca en las tierras altas bolivianas, el norte de Chile y el noroeste de Argentina.
atacameño y mas
Actualidad
En la actualidad, las personas atacan en Chile (dejo eso claro, porque en Argentina esa cultura
también fue desarrollada) habita los lugares altos, divididos en dos sectores, Atacama Large,
cubriendo áreas como San Pedro de Atacama, Toconao, Peine, Solor, Quitor, Sequitor, Tulor, Coyo,
entre otros.
Y la chica atacameños, formada por Chiu-Chiu, Lasana, Caspana, Ayquina, Cupo, Panire, Viejo
Conchi, Toconce, Ollagüe, entre otros. En estas ciudades, la influencia española, que existe como
Chiu-Chiu y San Pedro de Atacama, tiene las iglesias católicas más antiguas de Chile, porque fueron
construidas por los primeros latinoamericanos que llegaron al territorio.
Esto ya es un claro ejemplo del cambio drástico que existió en la vida de los Andes. Hoy, la religión
fue implantada en lugar del típico Atacameño. la religión del mundo andino es un sincretismo,
porque celebra un santo católico, pero con elementos andinos, no significa que hayan dejado de
hacer pagos a la tierra o el sol, los elementos naturales que eran parte de su religión que estén
presentes, sólo que agrega el componente cristiano.
Atacameña
RDF
imprimir
Reportar
Citar
Los atacameños o Licanantay se ubicaron en algunas localidades o ayllus en la cuenca del río
Atacama a 33 kilómetros de San Pedro de Atacama; en Talabre, ayllu ubicado a 76 kilómetros de
San Pedro de Atacama; en Peine y Socaire, ayllus cuya fuente principal de subsistencia fue la
agricultura (maíz, alfalfa, trigo, hortalizas y frutales). Si bien los atacameños han perdido casi en
totalidad su lengua originaria, el kunza, que actualmente se encuentra casi extinta, conservan su
cultura, su música, el carnaval en los ayllus y los medios de subsistencia. Un medio de producción
de los ayllus es la artesanía en madera de cactus y los tejidos a telar en lana de oveja y llama. En
las fiestas y ceremonias atacameñas se expresa una relación profunda e interacción intensa con la
naturaleza, como los "convidos" al espíritu de la tierra (Pachamama), de los cerros (tata-cerros),
del agua (tata-putarajni) y también de los antepasados (tata-abuelos). Las festividades atacameñas
principales son el carnaval, la limpia de canales, el enfloramiento del ganado y el culto a los tata
abuelos o antepasados prehispánicos.
El carnaval es una fiesta que precede a la cuaresma y se celebra en los países de tradición
cristiana. La palabra carnaval procede probablemente del término latino medieval carnelevarium,
"quitar la carne", aludiendo a la prohibición de comer carne durante los cuarenta días
cuaresmales. Por lo general, se celebra durante los tres días anteriores al miércoles de ceniza,
comienzo de la Cuaresma en el calendario cristiano.
Los carnavales de Atacama, en el Norte de Chile, tienen su origen en el sincretismo cultural que
une dos celebraciones: la de tradición cristiana y las festividades propias del Talatur y el convido a
la semilla, ambos rituales prehispánicos. Estos rituales son una expresión de fe, en honor a la
Pacha Mama y están relacionados con la fertilidad y la reproducción. Involucran también un
homenaje al maíz -planta sagrada en culturas andinas-, y al agua.
Al comienzo de la celebración del carnaval se eligen dos personajes clave de la fiesta, el carnaval y
la carnavala, ambos personajes son representados por hombres y tienen la misión de avivar los
ánimos representando el espíritu del carnaval. Viviana Morales cuenta que el año 1991 estos
personajes recibieron los nombres de Chayane y Yury.
El primer día se inicia la fiesta con el canto de coplas carnavaleñas acompañadas de diversos
instrumentos musicales, esta actividad es seguida por el juego de la harina llamado chaya, que
consiste en tirarse harina a la cara. Posteriormente los participantes forman una rueda de mujeres
que gira en sentido opuesto a las manecillas del reloj y cantan coplas tradicionales e improvisadas
al unísono, respondiendo a un cantor solista.
En los pueblos de Cupo, Caspana, Río Grande, Peina, Ale, Toconao y Talabre se entonan sencillas
melodías en tres sonidos llamadas coplitas carnavaleñas, y que rinden culto a los dioses tutelares
Pacha Mama, Inti y Pujillay (dios de la alegría). También reciben el nombre de trifonía atacameña.
El ámbito de esta, melodía no supera la octava. Sin embargo el uso común del falsete amplía este
ámbito.
La trifonía está asociada a los ritmos de fertilidad como el convido a la semilla, el talatur y el
carnaval, la investigadora María Ester Grebe afirma que cumple un rol protagónico en la cultura
atacameña ya que "sin agua no hay tierra fértil, sin esta última no hay cosecha. Sin cosecha no hay
alimentación ni bienestar general del pueblo atacameño. Y la trifonía personifica al agua".
Margot Loyola explica además que es un canto responsorial con acompañamiento de cajita
challera "...van cantando a veces con versos improvisados cantos estremecedores de soledades y
silencios, lentas las abajeñas y vivaces las de alturas. Generalmente con voces agudas".
La copla propiamente tal es una composición poética breve, utilizada como letra tanto en
canciones populares como tradicionales.
El licenciado en música Adolfo Kaplán señala en su tesis de grado que la copla utilizada es
originaria de España, extraída del Romance convirtiéndose con el tiempo en una composición
independiente, que se difunde en toda Latinoamérica. En Chile, se entiende por copla una estrofa
compuesta de cuatro versos. Los diferentes tipos de copla se distinguen por su estructura métrica
y por el número de versos en cada estrofa. Los tipos más comunes de coplas en Chile son la
redondilla, pie quebrado y de seis sílabas.
La redondilla es una composición poética de cuatro versos octosílabos, donde el primero rima con
el cuarto y el segundo con el tercero. El pie quebrado es una composición poética de cuatro versos
octosílabos, donde el segundo rima con el cuarto. La copla de seis sílabas es una composición
poética de seis sílabas en los versos impares y cinco en los versos pares.
Aymara
RDF
imprimir
Reportar
Citar
En el altiplano y las quebradas de la I y II región de Chile vive parte de la etnia Aymara. Para ellos la
naturaleza es la divinidad misma, por esta razón su relación con ella es de respeto y veneración,
sintiéndose parte de ésta y no su dueño.
Un aspecto muy característico de la cultura Aymara es la visión dual del cosmos. Para el hombre
aymara cualquier "Todo" posee dos parcialidades distintas que se niegan y complementan
lógicamente, las que son necesarias para existir.
Esta dualidad la vemos reflejada en aspectos de la vida cotidiana, en instrumentos musicales como
la zampoña y en la arquitectura religiosa, ya que las iglesias construidas en zonas aymaras tienen
la torre separada del resto de la construcción porque ésta es la parcialidad masculina (Torre
Mallku) y el altar con sus naves respectivas son la parcialidad femenina (Santa belin Talla). Juan
Van Kessel nos ejemplifica la dualidad de la organización social aymara expresada en una doble
bipartición: "Cada comunidad se divide en dos Sayas o mitades que a su vez están divididas en
ayllus de pastores y agricultores. Dentro de la familia se visualiza también esta doble bipartición:
Una corresponde a los padres y los hijos, la otra a los hombres y las mujeres" (Van Kessel Juan.
Danzas y estructuras sociales de los Andes. Lima: Instituto de Pastoral Andina, 1981).
Según la investigadora María Ester Grebe el mundo aymara se divide en tres partes: El mundo alto
o Arajj Pacha (luna, sol, estrellas, lucero), el mundo Medio o Taipi Pacha (espíritu de lka montaña,
espíritu de la agricultura) y el mundo de abajo o Manqha Pacha (animales totémicos, espíritu de la
música).
En Manqha Pacha o el mundo de abajo habita Sereno, quien se asocia con el agua subterránea y
con el "ojo de agua", o sea, el origen del agua de la vertiente andina, particularmente las aguas
termales y los orígenes de cualquier vertiente.
Sereno es el sonido mismo y por ello la música es producto de él: "todo lo que produce sonido es
Sereno; el viento que mueve las hojas, la cascada que cae y suena, todos los sonidos de la
naturaleza están regidos por el poder de este maestro de la música" explican los aymaras. Sereno
es quien crea la música a través del agua y la entrega en el "ojo de agua", a veces la toma el
cóndor y la lleva a las estrellas, otras veces la toman los animales de los pastores y la llevan a los
cerros quienes la comparten con Pachamama donde vive el agua.
Van Kessel afirma que los músicos, en las antevísperas del carnaval viajan al "ojo de agua" y dejan
sus instrumentos allí por la noche. La música impregna los instrumentos o queda en los mismos
músicos si estos la logran escuchar del agua. Por la mañana siguiente tocarán las melodías que
Sereno les entregó. Luego de este ritual los hombres vuelven al pueblo sin mirar atrás, ahí se
repite la bienvenida como de nuevos invitados a la fiesta, pero ahora Sereno es el recién llegado.
Los ritmos más difundidos en estas ocasiones son la cueca, el huayno y la cacharpaya.
GASTRONOMÍA AYMARA
Los Aymaras hemos tenido una variedad de insumos alimenticios, para preparar una serie de
comidas que contienen lo suficiente para su consumo, primeramente tenemos que señalar los
productos que provienen de vegetales cultivados y silvestres, luego los alimentos que provienen
de productos animales, finalmente se complementa con productos que provienen de minerales:
CH’UQI (papa), tubérculo que ha sido cultivado por los aymaras desde antes de nuestra era, cuyo
primigenio es el APHARU (papa silvestre) y se prepara los siguientes potajes:
ÑATJATA, puré
QAÑIWA, cereal de granos muy pequeñas, cuyo primigenio es el ÄRA QANIWA (cañihua silvestre) y
se prepara los siguientes platos.
JIWRA, quinua es un cereal parecido a cañihua, cuyo grano es un poquito mas grande que cañihua,
y se prepara los siguientes platos :
P’ISQI, puré de quinua
APILLA, oca, tubérculo de sabor dulce, su antecesor es Q’ITA APILLA (oca silvestre) y se prepara los
siguientes platos.
ISAÑU, oca amarga y picante, para quitar ese sabor, se asolea por unos días y se vuelve dúlcete, y
se prepara los siguientes platos:
QHATI, sancochado
ULLUKU, olluco o papalisa, tubérculo muy jugoso, se prepara los siguientes platos:
LUXRU, como puré aderezado con ají y con carne o ch’arki desmenuzado.
JAMP’I, tostado
TARWI, altramuz o lupino, es de sabor amargo, para quitar ese saber se tiene que remojar varios
días y finalmente se sancocha.
XUQ’UCHA, similar a mote o sancochado.
K’UCHUCHU, son pequeños tubérculos que crece en los humedales, crece en estado silvestre, se
consume directamente extrayéndolo del subsuelo.
Q’ILLUQ’ILLU, pequeños frutos de color rojo que tiene forma en racimos como uvas, cuyo arbusto
crece en lugares abrigados.
LLANKALLANKA, fruto de color violeta oscuro similar a aceitunas, que crece en lugares abrigados.
LAYU, raíz de una especie de trébol silvestre, es de sabor dulce, crece en forma silvestre.
SIK’I, plantas que crece silvestre en los humedales, cuyas hojas son comestibles
CHHULLU, la parte blanda de la totora, que es comestible, crece en las riveras del lago.
ACHUNAKA, frutas, existen varias así como originarios y emigrantes de las que se saca dulce que se
les conoce como:
AYCHA, carnes que pueden ser de alpaca, llama, vicuña, venado, y una serie de aves
CHAWLLA, pez, se pesca en lagos o ríos con SAQAÑA (red) variedades de peces que existen son:
qarachi, ispi, umantu, qhisi, las no son originarios son: trucha, y pejerrey, y se prepara los
siguientes platos:
T’IMPU, hervido
WAJA, al horno
CH’AQU, arcilla especial que contiene potasio, sirve para quitar la amargura de la papa sancochado
o al horno.
Q’ATAWI, cal, que se utiliza para quitar la amargura de la quinua, al mismo tiempo para dar un
color amarillo a la quinua.
Hoy en día se han adoptado una serie de cultivos y alimentos que son traídos de Europa u otros
continentes, que el aymara ya cultiva con mucha facilidad, entre ellos esta la cebada, trigo, como
también en frutas se conoce muchas variedades y con eso complementa el aymara su
alimentación tanto en ciudad como el medio rural.
ch'uqi panqaraEs el alimento central de los pueblos andinos. Hay un consenso en que, el orígen, la
domesticación de este tubérculo aconteció en la cuenca del Titicaca, quizás realizada por los
antiguos aymaras ó otros pueblos que se establecieron en esta zona como los uru-chipayas ó los
pukinas, pues fué uno de estos pueblos ó alternativamente una confederación de los tres que
formaron el estado Tiwanaku. Algunas variedades nativas, notables, del altiplano del Titicaca son
ch'iyar imilla (muchaha negra), qhumpi, luk'i ch'uqi, ch'uqi pitu. La forma más simple de consumo
es en el qhati, que es la papa sancochada que se acompaña con el ch'aqu ó phasa, que es una
arcilla especial comestible tan apreciada en el pueblo aymara. La waja es otra manera sencilla de
preparar la papa con terrones calientes, se acompaña tambíen con ch'aqu o queso.
ch'uñu phutiEl elaboración del ch'uñu (chuño) puede ser considerado como una síntesis de la
adaptación del pueblo aymara al clima hostil de los 4000 metros de altura de su medio ambiente.
Es más, la técnica de usar alternamente los congelantes fríos nocturnos y los ensolarados dias de
invierno para deshidratar la papa y convertirla en ch'uñu nos permite afirmar la utilización y
domínio del aymara de las condiciones de su habitat. Un plato popular aymara y relativamente
difundido es el ch'uñu phuti que se prepara con el ch'uño negro. La tunta ó ch'uñu blanco es
elaborado a partir de el luk'i ch'uqi, el metodo de deshidratación tiene una etapa de lavado en una
corriente de agua y este alimento aymara es ampliamente usado hasta en los centros urbanos
vecinos.
Otros tubérculos son la apilla(oca) el isañu que son dulces, tambiém el ullucu. Una delicia aymara
es la thächa de isañu u oca que se prepara a partir de el isañu u oca sancochado puesta a congelar
en una noche, es un postre.
Lea más
La quinua y cañihua(Chenopodium)
De alto valor nutritivo, estos dos granos andinos están disminuyendo en producción y consumo.
Este declínio se explica con los costos de su producción con respecto a otros granos, como el arroz,
que ya vienen listos y comparativamente más baratos. Los granos de jiwra(quinua) y
qañiwa(cañihua) poseen una protección natural, saponinas, que hacen que su cáscara tenga un
sabor amargamente desagradable, por lo que trabajosas técnicas de lavado en agua ó torrado
sean necessarios para retirar este amargor. Otra causa del declínio de estos granos es la escaza
información al respecto de su valiosa composición de aminoácidos y proteínas, hasta en un 19%.
Los principales platos aymaras basados en la harina de quinua son la k'ispiña que son tortillas de
cocidas en baño maría. El thaxti, empanadas fritas, la juchha una mazamorra densa que se prepara
con una dosis de cal. Un plato especial es p'isqi que se prepara directamente de los granos y se
sirve acompañado con leche.
Lea más
qarachi chawllaEl qarachi(carachi) junto al mawri(mauri), el ispi y el qhisi (boga) son peces nativos
del lago Titicaca y desde tiempos pre-europeos constituyeron una valiosa fuente alimenticia de los
aymaras. El thimpu de qarachi es un sopa, rica en fósforos, acompañado de papa, chuño negro,
muña, cebolla verde, ají, cebolla y otros ingredientes que varían según la zona. La reciente
introducción artificial de los carnívoros trucha y el pejerrey, en el lago Titicaca, está
desequilibrando las poblaciones de los peces nativos, especialmente los qarachis negros(orestias
agasii) los ispis que son los de mayor tamaño. Los aymaras sienten esta depredación en la hora de
ir a los qhatus por qarachi, solo se encuentran los menores (orestias olivaveus). Salvemos el
qarachi negro y al ispi!
Integrado por más de 3 millones de personas que se distribuyen entre Perú, Bolivia y Chile, el
pueblo aymara es hoy una de las etnias más importantes de Sudamérica. Dotados de una fuerte
cohesión étnica que se sustenta en el uso de una lengua y organización social propia, los aymaras
han sobrevivido a siglos de explotación económica y aculturación forzada, adaptándose
exitosamente a los más diversos contextos políticos.
Los primeros pueblos de lengua aymara se asentaron en las áreas vecinas al lago Titikaka y el
altiplano surandino en el siglo XII, tras la destrucción del gran centro ceremonial de Tiwanaku. Un
siglo después, formaron los señoríos y confederaciones étnicas que, con base en el altiplano,
colonizaron los valles al oriente y poniente de la cordillera de los Andes, accediendo de esta
manera a distintos pisos ecológicos. Hacia mediados del siglo XV, los incas conquistaron el
altiplano y sometieron a los señoríos aymaras.
La conquista española, llevada a cabo por Francisco de Pizarro en 1532, inició un período de
profundos cambios para la sociedad aymara. Los indígenas fueron repartidos en encomiendas,
mientras que las nuevas enfermedades traídas de occidente causaban estragos en la población
nativa. El sistema colonial alcanzó su madurez con las reformas introducidas por el virrey Francisco
de Toledo en la década de 1570, quien ordenó la reducción de los indígenas en pueblos, el
traspaso de las encomiendas a la corona española y el envío anual de trabajadores a las minas de
plata de Potosí. Asimismo, en esa misma década se instalaron las primeras misiones estables en
territorio aymara, las que iniciaron una activa campaña de extirpación de idolatrías. En el altiplano
de Tarapacá todavía se pueden ver las cientos de iglesias que fueron construidas durante el
período colonial, algunas de las cuales son verdaderas joyas arquitectónicas.
Durante el siglo XIX, la población aymara quedó repartida en tres países distintos. Las nuevas
fronteras nacionales que se fijaron tras la guerra del Pacífico cortaron los lazos históricos entre los
aymaras de Tarapacá y los del resto del altiplano, impidiendo el acceso a los distintos pisos
ecológicos característico de la organización territorial aymara.
A principios del siglo XX, las autoridades chilenas iniciaron una intensa campaña de chilenización
de la población aymara de Tarapacá, a través de la educación pública y el servicio militar, la que se
vio reforzada por la creciente migración a las ciudades, que traería profundas consecuencias
sociales. El proceso se masificó a mediados del siglo XX, debido al empobrecimiento de las
comunidades aymaras del interior, y al auge que vivió Arica tras la creación del puerto libre.
Los aymaras que migraron a las ciudades costeras de Tarapacá crearon complejas redes de
intercambio con sus parientes campesinos, a la vez que aprovecharon las oportunidades que abrió
la integración económica con Perú y Bolivia en la década de 1990. Predominantemente urbana, la
población aymara de la actualidad ha logrado recrear una identidad propia en un difícil tránsito a
la modernidad.
iaguitas de Argentina
Hacia 1480 los diaguitas sufrieron el avance y la conquista del Imperio inca gobernado por Túpac
Yupanqui. A partir de ese momento, los diaguitas quedaron incorporados al distrito o suyo más
austral del imperio denominado Collasuyo, formándose en sus antiguos territorios provincias o
wamanis incaicas para su mejor administración.
La conquista por los incas, que se prolongó durante un siglo, significó un proceso de
transculturación con la civilización incaica que les incorporó parte de sus costumbres y modos de
vida. Bajo el dominio inca, los diaguitas prosiguieron con lo que antes hacían: construyeron
caminos, poblados dedicados a la agricultura y los textiles, asentamientos como almacenes o
colcas y refugios o tambos, fortalezas o pucarás pero bajo el dominio incaico estas obras fueron
hechas en función de favorecer al núcleo inca en el Cuzco (sur de Perú) y también santuarios para
la religión oficial incaica en las cumbres de las montañas llamadas por los incas (apus) en donde
realizaban sacrificios humanos.
Luego de conquistar el Imperio incaico, los conquistadores españoles crearon en sus territorios de
América del Sur el Virreinato del Perú, incorporando a los diaguitas en el ámbito territorial de este
inmenso virreinato. La primera expedición militar española que llegó a su territorio fue la de Diego
de Almagro en 1536. En la Relación de cosas acaecidas en el Perú... atribuida por unos a Cristóbal
de Molina (apodado el almagrista o el chileno) y por otros a Bartolomé Segovia, se menciona como
los diaguitas enfrentaron a las tropas de Almagro:3
... partieron a la provincia de Chicoana, que es los Diaguitas, y como tenían entera noticia de las
cosas que los españoles iban haciendo, se alzaron de hecho y no le quisieron salir de paz, antes le
hacían mucho daño, de manera que si algún español se desmandaba solo, lo mataban; porque es
muy valiente gente la de esta provincia, y le mataron mucha gente de servicio.
La mayor parte de los diaguitas optaron por resistirse a la conquista de la corona española,
comenzando así las tres guerras Calchaquíes, que se extendieron desde 1560 hasta 1667. No bien
comenzó la conquista, hacia 1561, formaron un gran ejército al mando de Juan Calchaquí aliado
del jefe omaguaca Viltipoco logrando rechazar a los invasores hasta Santiago del Estero. Pero en
1665 los conquistadores, que habían fundado varias ciudades a modo de cerco —la fundación de
la ciudad de Jujuy cerró tal cerco por el norte—, lograron vencerlos pese a que los españoles
encontraron una última resistencia en el nacido español y convertido en caudillo diaguita (o
titakin) Pedro Chamijo, pero este y sus guerreros diaguitas terminaron siendo derrotados y Pedro
Chamijo (también apellidado Bohorques) fue ejecutado a garrote vil en el Perú tras ser aprisionado
por los españoles. Para evitar más rebeliones, los españoles —utilizando una práctica que también
habían empleado los incas— dividieron y desarraigaron a los diaguitas. Así, la mayor parte de los
integrantes de la tribu de los quilmes, fueron obligados a caminar más de 1200 km desde Tucumán
hasta Buenos Aires, a la actual localidad de Quilmes.
Alfarería de los valles Calchaquíes, en poder del Museo de La Plata (provincia de Buenos Aires).
Algunas parcialidades fueron tratadas con algo más de indulgencia al no haber participado en tal
conflicto, tal el caso de los amaicha, los cuales pudieron permanecer en sus territorios ancestrales
en el sector de valles Calchaquíes en la provincia de Tucumán.
Otros diaguitas procedentes de los Valles Calchaquíes lograron encontrar refugio en el Chaco
Austral haciendo alianza con etnias pampidochaqueñas como las de los abipones y emokovit o
mocovíes, esto explica en parte dos cuestiones: los grandes alzamientos chaqueños inmediatos al
fin de las Guerras Calchaquíes, uno de tales alzamientos significó la destrucción de la ciudad
española de Concepción de Buena Esperanza.
Según el cronista español Mariño de Lovera, la población diaguita había disminuido en forma
notable por la resistencia a los conquistadores incas y más tarde a los conquistadores españoles.
Diaguitas actuales
El Censo Nacional de Población de 2010 en Argentina reveló la existencia de 67 410 personas que
se autorreconocieron como diaguitas en el país: 14 269 de los cuales, en el Gran Buenos Aires; 13
956 en Tucumán; 9466 en Salta; 5026 en Catamarca; 4835 en el interior de la provincia de Buenos
Aires; 4418 en Córdoba; 6664 en la Ciudad de Buenos Aires; 1755 en Santiago del Estero; 1688 en
La Rioja; 1616 en la provincia de Santa Fe; 1308 en Mendoza; 1262 en Jujuy; 702 en San Juan; 408
en Chubut; 371 en Santa Cruz; 367 en Tierra del Fuego; 346 en Neuquén; 314 en San Luis; 283 en
Chaco y 105 en Corrientes.56
Diaguitas de Chile
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.
La vida diaguita se mantuvo estable hasta la llegada de las tropas del Imperio incaico de Túpac
Yupanqui, en 1470, bajo el mando del general Sinchi Roca, quien tenía a disposición 10 000
hombres, según lo comentado por el Inca Garcilaso. La conquista no se realizó de norte a sur como
fuese lo esperable, las cerámicas incaicas encontradas en los valles de Elqui y de Limarí, anteriores
a las encontradas en Copiapó, hacen suponer que los incas cruzaron desde Tucumán hacia estos
valles y desde ahí expandió sus conquistas hacia los valles aledaños. La ausencia de estructuras
defensivas, pucarás y el rápido cambio estilístico de las cerámicas locales hacia estilos propios del
Cuzco hacen creer que la invasión incaica no tuvo mucha resistencia. La presencia de ciertas
cerámicas (vasijas pakcha) destinadas para ritos exclusivos incaicos y otras vasijas destinadas a los
jefes locales de claro diseño cuzqueño hacen suponer una fuerte alianza política entre ambos
pueblos.15 Por medio de esta alianza los diaguitas tuvieron una situación de privilegio en el
Collasuyu, se cree que muchos de ellos formaron parte de las huestes incas que conquistaron
parte del territorio chileno y parte de Argentina. Junto a los incas, la influencia de la cultura
diaguita se expandió hasta el límite norte de la cultura Copiapó y hasta el valle del Mapocho16 en
el sur, límite de la Cultura Aconcagua. Esta aculturación diaguita-inka conforma un nuevo periodo
llamado "Fase III". Es durante este nuevo periodo cuando el Imperio Inca designa un Apunchic
llamado "Anien" en el "Wamani de Coquimbo", instalándose en el valle del mismo nombre,
posiblemente en el actual poblado de Altovalsol. Se observa en este valle la característica andina
de subdividir el territorio en dos mitades o "sayas", llamadas Hanansaya y Hurinsaya. Los límites
del "wamani de Coquimbo", que tenía un claro origen diaguita, abarcaban desde el Valle de
Copiapó por el norte hasta el valle del Mapocho16 por el sur.
Estos sucesivos aportes e intercambios comerciales de población originaron la etnia diaguita, que
se convirtió en el pueblo prehispánico más avanzado de Chile y que existió entre los siglos X y XVI.
El idioma diaguita es desconocido. Gerónimo de Bibar, quien llegó con los conquistadores
españoles, describió en sus crónicas que cada valle tenía «una lengua de por sí». Rodolfo Schuller
acuñó la hipótesis de que este idioma sería el cacán, hipótesis muy difícil de comprobar. La
toponimia del territorio diaguita está ocupada en su mayoría por nombres provenientes de otras
culturas: quechuas, picunches o españoles.
En la actualidad, la comunidad Huascoaltina, de los sectores cordilleranos del río Huasco, han
revitalizado el reconocimiento a esta etnia, logrado la aceptación de tal condición por el Congreso
de Chile; sin embargo, en el ambiente académico hay dudas sobre si esta comunidad presenta una
real herencia diaguita, puesto que la mayoría de la etnia vivía en los valles de Elqui, Limarí y
Choapa.
Cultura diaguita
Carta étnica de la Región Andina, realizada por el etnógrafo Eric Boman (1908).
Los orígenes de los diaguitas difieren de los pueblos andinos ya que los diaguitas tienen linajes
huárpidos, pámpidos y andinos.[cita requerida]
Si bien la cultura diaguita se corresponde con la arqueológica llamada cultura santamariana o
cultura de Santa María —cerca del 850 al 1480— e incluso hasta 1570,17 al menos a partir de la
conquista por el Imperio Inca recibieron de éste un importante influjo cultural que se evidencia en
lo religioso y estilos de cerámica, entre otros, desde los Andes Centrales, es decir, desde la región
andina ubicada entre los 20° S y la línea del ecuador.
Aunque de culturas muy similares, por algunos rasgos, en especial lingüísticos, muchos etnógrafos
hacen una separación de los diaguitas respecto a los atacamas (o alpatamas de lengua cunza,
emparentada a la lickan-antay, habitantes del Altiplano), los humahuaca u omaguacas, los lipe y
tomata (de lengua lickan-antay, habitantes de las sierras de Tarija y el norte de Salta), los capayán
(habitantes del sureste de La Rioja y norte de San Juan) y los olongastas (habitantes del sudeste de
la provincia de La Rioja, el oeste de la provincia de Santiago del Estero y extremo noroeste de la
provincia de Córdoba).
Idioma
El idioma del pueblo diaguita era el cacán, que según las fuentes se lo llama también kakán, kaká,
caca, kaka y chaka. Es una lengua extinta, de la que se conservan topónimos y otras escasas
palabras en el habla coloquial de los habitantes de las zonas del norte de Chile, Noroeste de
Argentina y al extremo sur de Bolivia (zonas del centro y occidente de Tarija y Sud Chichas).
Se hablaba en los Valles Calchaquíes de las actuales Salta y Tucumán, toda Catamarca, gran parte
de La Rioja, parte oeste de Santiago del Estero (la sierra y el río Dulce) y norte de San Juan (río
Bermejo, Valle de Jáchal y Valle Fértil) y, en mucha menor medida, por los olongasta en el extremo
noroeste de Córdoba.
En Argentina los diaguitas han persistido con dos identidades culturales: la llamada «diaguita-
calchaquí» y la kolla —que aunque con la misma etimología es distinta de la colla boliviana—. Los
collas o coyas argentinos son una fusión de calchaquíes, quechuas, aimaras, capayanes y chichas
muy transculturados por la invasión inca del siglo XV, eso explica que sus idiomas originales (kunza
de los atacameños, y cacán de los diaguitas) hayan desaparecido.
Los sacerdotes Alonso de Barzana y Pedro Añasco compusieron hacia 1590 preceptos gramaticales
y vocabularios; Barzana también escribió doctrina cristiana, catecismo, homilías, sermones,
confesionarios y plegarias en cacán, pero nunca llegaron a ser publicados. Otros sacerdotes
(Hernando de Torre Blanca y Diego de Sotelo) también conocieron esta lengua.
Existe un documento en donde alguien afirma haber tenido conocimiento directo de la existencia
de la lengua kakán, que es la carta del Padre Alonso de Barzana de la Compañía de Jesús a su
provincial, fechada en Asunción del Paraguay en 1594.
El mismo sacerdote en una carta al padre Juan Sebastián, del 8 de septiembre de 1594, escribió:
La caca usan todos los diaguitas y todo el valle de Calchaquí y el valle de Catamarca y gran parte de
la conquista de la Nueva Rioja y los pueblos casi todos que sirven a San Tiago, así [como a los] los
poblados en el río del Estero como otros muchos que están en la sierra.
Algunos estudiosos afirman que los pazioca y diaguitas en general hablaban dialectos del quechua
sin embargo, muchos otros estudiosos como Ricardo L. J. Nardi, no están de acuerdo con esto y la
consideran una lengua diferente.
A la llegada de los españoles los diaguitas de Chile habían adoptado el idioma quechua,[cita
requerida] habiendo abandonado y perdido el idioma cacán, su idioma nativo.
A partir de 1634 se ordenó la obligatoriedad del castellano en la iglesia y el gobierno. En 1770, una
Real Cédula ordenó que se pusieran en práctica medios para conseguir que se extinguieran los
diferentes idiomas indígenas y que sólo se hablara castellano, lo que aceleró su extinción. Más
tarde, el desprecio del nuevo gobierno argentino independiente por las lenguas indígenas en su
territorio hizo que ni siquiera se cuente con datos sobre sus hablantes en el siglo XIX.
Sólo se conservan algunas palabras kakán en apellidos y toponimia local (nombres de lugares),
como
Sociedad
Las comunidades de los diaguitas eran gobernadas por un jefe político y militar. Pero para heredar
el cargo, no bastaba con ser el hijo del jefe: el heredero debía demostrar que tenía condiciones
para mandar, de este modo a la llegada de los españoles, el territorio diaguita se encontraba
dividido en jefaturas. El jefe era polígamo, pero el resto de la población era monogámica. No había
clase sacerdotal, como sí la había entre los quechuas o incas. Pero cada pueblo tenía un sacerdote
"chamánico" que se encargaba de los ritos, las ceremonias religiosas y la salud de la población. La
organización socio-política de los diaguitas estaba basada en un sistema dual. Cada valle era
concebido como una unidad integrada por dos partes: el sector alto y el sector bajo de cada valle.
Existía una clara relación entre la organización del espacio territorial y el control político ejercido,
donde cada uno de estos sectores era gobernado por un jefe o señor, considerado un simbólico
hermano del jefe de la otra mitad.
Vivienda
Las formas de las viviendas de los diaguitas iban de lo rectangular a lo cuadrangular. Se componían
de varias habitaciones comunicadas entre sí, con angostas puertas para su salida al exterior.
Utilizaron, en su construcción, el método pirca (muro bajo realizado con una superposición de
piedras lajas) el techo, a dos aguas, era de paja o torta (mezcla de paja, ramas y barro).
Desarrollaban sus actividades en poblados como Quilmes, La Paya, Tolombón, los que tenían un
espacio fortificado pucará para defenderse de los ataques. Un pueblo sedentario, organizado en
tribus o clanes ayllu construidos por varias familias regidos por un jefe curaca, que podía tener
más de una esposa según su condición económica.
Agricultura
El jefe diaguita repartía las tierras y organizaba la construcción y el cuidado de las terrazas de
cultivo en las laderas de las montañas. Se trabajaba la tierra en común y se guardaba parte de la
cosecha en los depósitos comunales. Cultivaban el maíz, fruto que constituía la base de su
alimentación, el zapallo, la quinua, la kiwicha, los porotos, los ajíes y la papa (patata) y
recolectaban frutos silvestres, como los del algarrobo, chañar, y copao, además de algodón para
elaborar los trajes. Con el «taco» o algarrobo criollo, los diaguitas cubrían varias de sus
necesidades básicas. Usaban la madera como leña o para la fabricación de enseres; de la corteza y
de la raíz obtenían tinta para teñir lanas y telas, y de sus frutos hacían harina para cocinar un pan
llamado patay. También preparaban la bebida aloja, parecida a la cerveza o la refrescante añapa.
Para asegurar el riego de sus cultivos elaboraron una serie de canales de regadío aunque no
desarrollaron técnicas de regadío tan complejas como los atacameños. La papa y la quínoa eran
sembradas en las zonas más altas, en terrazas y andenes de cultivo.
Ganadería
Los diaguitas practicaron la ganadería de tipo trashumante. Criaban llamas, alpacas y tarucas,
sobre todo en las zonas altas y frías. La mayor parte del año se dedicaban a la ganadería, pastoreo
de auquénidos, de los cuales obtenían carne (la cual era secada al sol para obtener charqui, un
tipo de carne deshidratada), lana y huesos que usaban en la confección de herramientas, también
eran usados para el transporte de carga. El pastoreo era realizado casi todo el año en las orillas del
valle y en verano, al retirarse las nieves, solían ocupar los pastizales cordilleranos.
El mar proveía de una buena parte de la dieta habitual de los diaguitas de Chile, mariscos, peces y
mamíferos marinos formaban parte de la alimentación habitual. Desarrollaron balsas de cuero de
lobo marino para incursionar mar adentro y poder cazar peces mayores e incluso ballenas.
La zona donde habitaban es casi un desierto. Los estudios de Ana María Lorandi, sobre los
paziocas, entre otros revelan que los muy áridos, cuando no desérticos, territorios que poblaron
los paziocas eran, hasta casi el 1600, zonas fértiles en gran parte pobladas por bosques de
"algarrobo" (Prosopis nigra), parte importante de la desertización fue consecuencia inmediata de
la invasión de los españoles que talaron o incendiaron las tierras para hambrear a los paziocas, una
vez derrotados estos pueblos originarios, en segundo lugar los conquistadores introdujeron en
masa caprinos y ovinos que llevados a una práctica de sobrepastoreo en el transcurso de dos siglos
transformaron los vergeles en eriales.
Alfarería y metales
Los diaguitas eran diestros alfareros. Cada familia fabricaba sus ollas, cántaros y vasijas. Además,
había artesanos especializados que realizaban, por ejemplo, las urnas funerarias, donde los
diaguitas enterraban a sus muertos. Algunas de estas urnas decoradas, se han conservado y son
expuestas en museos, en la zona chilena su cerámica recibió influjos culturales procedentes de
culturas que habitaron el actual litoral al norte de la región, por este motivo su cerámica suele
tener formas antropomorfas y zoomorfas ("ánforas-pato", etc.).
El Museo Arqueológico Inca Huasi de La Rioja, guarda piezas excepcionales de cerámica diaguita.
Fue construido por fray Bernardino Gómez en 1926, y es uno de los más importantes de
Latinoamérica en su especialidad, al igual que el Museo "Eric Boman" en la ciudad de Santa María,
en Catamarca y el Museo Arqueológico Adán Quiroga, en la capital de Catamarca, que posee una
las colecciones más importantes de vestigios arqueológicas del país.
Practicaron un activo comercio con los indígenas de la costa y del interior. Confeccionaron de
piedra puntas de flecha, boleadoras, raspadores, cuchillos, etc. Trabajaron el cobre y el bronce
aunque de oro y plata se han encontrado muy pocos objetos.
La característica más relevante del pueblo diaguita es su cerámica, una de las más variadas,
delicadas, imaginativas y elaboradas de Chile. Ella constituía su rasgo más notable. Los usos que se
le daban eran ceremoniales y utilitarios. El desarrollo de la alfarería ha llevado a la clasificación en
etapas:
Diaguita I o “transición”
En su mayoría son escudillas (platos semiesféricos achatados) con líneas y figuras geométricas por
los lados, desde simples escalas rojo-negro a rojas y negro sobre fondo blanco, divididas por una
figura antropomorfa o zoomorfa. Se observan rasgos del Complejo Las Ánimas presentes en esta
primera fase de transición. En esta fase y en la II aparecen los jarros patos y jarros zapatos. Vasijas
asimétricas cuya forma recuerda a un pato. La metalurgia es simple y escasa.
Diaguita II o “clásica”
Platos con borde cilíndrico ascendente, el cual puede abrirse a medida que aumenta la altura. Al
centro de este cilindro suele ir dibujado un felino cuya boca es destacada mediante un relieve, la
cola también es destacada de la misma manera.
Recipiente ceremonial en forma de cabeza con rasgos oculares del cernícalo diaguita. Época
imperio inca. Museo del Limarí.
Esta etapa describe la fusión entre las culturas diaguita e incaica. Las figuras suelen estar
distribuidas en uno o dos ejes, divididas en dos o cuatro sectores bien definidos. En los diseños
aparecen los triángulos, reticulados y “tableros de ajedrez”, los jarros de asa vertical, aríbalos y
otros diseños. Los entierros eran acompañados por cerámicas elaboradas con diseños locales y
con diseños incas, pero casi todas elaboradas en los Valles, solo en casos emblemáticos eran
enterrados con cerámicas provenientes del Cuzco. La metalurgia se enriquece con aportes andinos
como cinceles, tumis (cuchillos semilunares) y topus (prendedores), por lo general, de cobre o
bronce, el oro resulta muy escaso y asociados a adornos trasportados al Cuzco.
Diaguitas
Los diaguitas o también conocidos como Calchaquíes eran un grupo de indígenas que se ubicaban
en el noroeste argentino, y que pertenecían a la etnia de los paziocas o diaguitas. El nombre fue
dado por los españoles, ya que uno de sus líderes que se llamaba Calchaquí o Juan Calchaquí.
Diaguitas
Temas relacionados
Mapuches, selknam, tehuelches
Fueron un grupo de indios que vivió en los valles transversales. Fue un pueblo sedentario dedicado
a la agricultura, metalurgia de cobre y bronce, cestería, cerámica y a fabricar terrazas de cultivo.
Fueron descubiertos por los españoles y ya estaban dominados por el Imperio Inca.
Vivían en aldeas.
Historia
El ancestro principal de los diaguitas fue la cultura Ánimas. Esto se sabe porque los diseños y la
forma que tenían las vasijas de la cultura Diaguita muestra en cada una de ellas nítidas
invocaciones de estilo de la primera. Con la incorporación de los diaguitas al Imperio Inca, los
diaguitas se convirtieron en agentes importantes de la expansión incaica hacia Chile Central. A raíz
de esto cuando los españoles llegaron a las tierras los diaguitas lograron extenderse aún más de lo
que lo habían hecho y lograron alcanzar incluso regiones trasandinas.
Ubicación
Vivían en los cerros y valles del noroeste de Argentina, Tucumán, La Rioja, norte de San Juan,
extremo noroeste de Córdoba y el Norte Chico de Chile, en los valles transversales de Atacama y
Coquimbo. Los diaguitas llegaron desde el Noroeste Argentino al Norte Chico chileno durante los
siglos V y VI reemplazando al complejo agro alfarero de Las Ánimas. Se distribuyeron en un área
ubicada entre los paralelos 27º S y el 32º S poblando los valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí,
Casapa y Choapa.
Forma de vida
La forma de vida de los diaguitas se caracteriza por su buena organización social, por su lengua, su
impresionante arquitectura, economía y vestimenta. Los inicios de sus actividades se originaron
según estudios hace 12000 años.
Se caracterizaba por ser un sistema dual, en el cual los valles se dividían en dos sectores, uno alto y
uno bajo. Había buena relación entre el control político del ejército y el espacio territorial, estos
sectores eran mandados por un señor y un jefe, o dos caciques que tenían que actuar de común
acuerdo a pesar de las rivalidades o desacuerdos para trabajar en conjunto.
Los caciques tenían privilegios, mejores ropas y sus hogares eran mejores que los demás. Tenían
tierras cultivadas y trabajadas por pobladores. Estos privilegios solo podían obtenerse por medio
de sucesiones. Podían contraer matrimonio con diez o doce mujeres, y el sistema social de los
diaguitas era patriarcal. No tenían tampoco un gobierno único permanente y hubo muchos
caciques, siendo uno de los principales don Juan Calchaquí.
Costumbres y tradiciones
Los diaguitas tenían diferentes idiomas dependiendo del lugar en donde se ubicaran. Vivieron en
valles semiáridos por lo que tuvieron que inventar sistemas y técnicas para regar los suelos. Su
agricultura por esta razón fue muy desarrollada y sus villas eran construidas subterráneamente.
Hacían sus construcciones en zonas estratégicas para evitar invasiones de sus enemigos. Creían en
los chamanes y los representaban en sus cerámicas. Utilizaban un sistema patriarcal y leyes para el
matrimonio el cual era polígamo.
Vivienda
Eran elaboradas en piedra dispuestas en forma de pirca, la cual era una forma de construir por
medio de superposición de piedras, no usaron ningún tipo de cemento y eran construidas también
de forma rectangular y cuadrangular. Las viviendas tenían varias habitaciones que se comunicaban
entre ellas y sus puertas son angostadas.
Vestimenta
Su vestimenta constaba de una camisa de algodón o lana de llama que llegaba por debajo de la
rodilla y en ocasiones se lo ceñían en la cintura. A veces sobre ella llevaban un poncho y en la
cabeza un gorro. Calzaban ushutas, sandalias de cuero con cordeles de lana o cuero.
También usaban vinchas, prendedores, aros y coloridas pecheras, de plumas, huesos, piedras y
metales.
Arte y artesanías
El idioma de los diaguitas era el kakán, también llamado kaká, caca, kaka y chaka. Su lengua ya
está extinta, pero se conservan algunos topónimos y algunas palabras en el habla coloquial de los
habitantes de las zonas del norte de Chile, Argentina y sur de Bolivia. Los sacerdotes Alonso de
Barzana y Pedro Añasco hicieron varios preceptos gramaticales y vocabularios; Barzana también
escribió doctrina cristiana, catecismo, homilías, sermones, confesionario y plegarias en kakán, en
el idioma, pero nunca lo publicó. pero nunca llegaron a ser publicados.
Creencias
Existía un tipo de cementerios llamado “párvulos en urnas”, en donde sepultaban a los adultos.
Muchas veces los cuerpos de los niños se daban en sacrificios propiciatorios de la lluvia.
Celebraban rituales de la fertilidad de los campos y daban culto a los muertos como transito
crucial en el ciclo de vida de la cultura.
Símbolos
Algunos de los símbolos utilizados por los diaguitas eran los siguientes:
Serpiente: era la encargada de cuidar los muertos y tesoros para que no fueran robados.
Los diaguitas obtenían su alimentación de frutos que eran recolectados de la tierra que ellos
mismos cultivaban en sus terrazas en donde el maíz era el cultivo más importante. Tenían también
otros alimentos como por ejemplo la papa, quinua, zapallo, ajíes y kiwicha. Algunos de los frutos
silvestres que recolectaban eran el copao, algarrobo y chañar. También se dedicaban a la
ganadería de la cual obtenían la carne que luego era secada al sol para obtener charqui.