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Grupo y psicodrama

CAROLINA BECERRIL MAILLEFERT*

* Psicoanalista y psicodramatista. Fundadora y directora del Centro Mexicano de Estudios


Psicodramáticos (CEPSI), AC; web:www.psicodrama.com.mx. E-mail: carobenfosel.net.mx

Introducción

¿Por qué grupo y psicodrama como título para esta ponencia?

1. Porque el grupo es el espacio privilegiado en el que se evidencia la riqueza y variedad de las técnicas
psicodramáticas.
2. Es en grupo como se entrena el futuro psicodramatista.
3. Es en el grupo donde suceden fenómenos interesantes y sorpresivos a los que haré alusión más adelante.
4. Su peso e influencia como técnica se hace evidente en grupos grandes, por ejemplo, en la apertura del II Congreso
Iberoamericano en Brasil éramos poco más de 800 participantes y tres de los psicodramatistas más reconocidos
internacionalmente abrieron con un psicodrama público. Puedo afirmarles que la experiencia fue muy enriquecedora,
conmovedora y vincular.

Al parecer muchos grupalistas ignoran que el creador de la psicoterapia de grupo es precisamente también el creador del
psicodrama, Jacob Levy Moreno de origen judío sefaradita, que en 1889 nace en Bucarest y muere en 1974 en Beacon,
suburbio de Nueva York rodeado de su esposa, hijo y alumnos. Médico, psiquiatra y sociólogo. La leyenda cuenta que el
pleito por defender la paternidad de esta técnica se dio entre Slavson y Moreno, pero ya para el año de 1932 este último
había organizado el Primer Encuentro de Psicoterapia de Grupo en la Asociación Americana de Psiquiatría, en la ciudad
de Filadelfia, EUA. En una entrevista de Juan Campos a Zerka Moreno —última esposa del maestro—, durante el
Congreso de la IAGP, en Israel el año 2000; ambos hacen emerger de las cenizas de la memoria el encuentro en Londres
entre los tres grandes de la materia: Foulkes, Kurt Lewin y Moreno mismo, reunión que tuvo lugar en el Primer Congreso
Mundial de la Salud en 1948, poco después del fin de la segunda Guerra Mundial. En el mismo, Foulkes coordinó una
sección sobre Comunicación y lo hizo justamente montando un setting grupal.
En todo caso lo que nadie puede discutirle al primer psicodramatista es que es el fundador de la IAGP Asociación
Internacional de Psicoterapia de Grupo que celebrará en agosto del 2003 su XV Congreso Internacional en la ciudad de
Estambul, Turquía.
Por último pero no por eso menos importante, quien se entrena como director en psicodrama está habilitado para
ejercer la psicoterapia de grupo.
Algunos ejemplos de las diferentes disciplinas de la teoría y la técnica psicodramáticas son: a) la sociometría, b)
psicodrama educativo, c) sociodrama, e) dramaterapia, f) axiodrama, g) psicodrama aplicado a las empresas, h)
musicoterapia, i) danzaterapia, j) teatro espontáneo.
Tan importante es el grupo para J. L. Moreno, que en uno de sus escritos, dice “si volviera a nacer nacería como un
grupo”.
La práctica del psicoanálisis clásico —el diván acompañante de la pareja analista-paciente— se está perdiendo en
algunos medios, y regresa actualmente quizás a una etapa elitista por lo elevado del costo/sesión. Al psicoanálisis
ortodoxo acuden los candidatos en entrenamiento y algunas otras personas cuyo bolsillo se los permite. Pero la clásica
frase del inicio de un tratamiento analítico: “mínimo tres sesiones a la semana” la escuchan al iniciar esta aventura que
implica el conocimiento de uno mismo pocos pacientes realmente. Otro factor determinante para la disminución de las
sesiones son las distancias por recorrer. La técnica individual tiene sus ventajas, además de que no todos los pacientes
son candidatos a un tratamiento en grupo. Sin embargo considero que todo psicoterapeuta debería especializarse en el
tratamiento grupal también. Nuestros tiempos son más sociales y de masas. Los que están frente a una computadora
durante horas y horas podrían, a fin de salir de su aislamiento, asistir a experiencias grupales por salud mental.
En lo anterior no estoy rechazando lo psicoanalítico que forma parte de mi primera identidad profesional. Considero
que sus conceptos básicos son muy importantes y siguen siendo un excelente respaldo teórico
Por otro lado existe en la actualidad una mayor demanda del trabajo en grupo y en grupos; ésta es una gran
oportunidad para los que ejercemos esta profesión, a la que yo no denomino imposible como Freud la calificó en 1937
dos años antes de morir (septiembre 1939). Era la época de un Freud enfermo, cansado, expatriado, un tanto escéptico,
ocupado de mostrar las limitaciones del psicoanálisis debido a la pulsión de muerte. Un Freud que había sufrido ya 30
operaciones del maxilar derecho y pasado por la primera Guerra Mundial, la muerte de hijos y nietos.
Las nuevas teorizaciones sobre la personalidad, la psicopatología y diversas técnicas, que han surgido a lo largo de
los últimos 30 años aproximadamente han hecho que el marco de referencia clásico sufra una metamorfosis desde lo
que era la teoría de los impulsos —Freud en sus primeros años de investigación—, a enfatizar otros aspectos que
conforman la personalidad. Estos cambios los vemos en el nacimiento de teorías como la psicología del yo y la teoría de
las relaciones objetales, para citar algunas.
Se consideran más los aspectos multidimensionales en la formación de la personalidad, yendo más allá de la pura
biología, o de la influencia parental. La cultura se ha agregado como factor determinante en este campo de estudio. Una
de las grandes exponentes del tema es la psicoanalista inglesa Karen Horney muy requerida por los grupos feministas.
Se organizan grupos especiales para trabajar temas compartidos por sus miembros: a) problemas de la alimentación,
b) drogadicción, c) homosexualidad, d) codependencia, e) personas que han sufrido de abuso sexual, f) sida, g)
pacientes terminales, h) intervenciones institucionales, etcétera. Los grupos de intervención específica definitivamente se
multiplican.
Algunas hipótesis sobre la multiplicación de las intervenciones grupales a corto o a largo plazo: en las primeras el
cambio aunque limitado a un solo aspecto opera más rápido, se interviene con un gran número de público en menos
tiempo. En la ciudad de San Paulo, Brasil el 21 de marzo del 2001 se organizó un “Psicodrama de la ética”, en el que
intervinieron más de 700 psicodramatistas de todo el país, trabajando simultáneamente en calles e instituciones con
grupos que iban de 10 a 200 personas esto desde las 11 a las 14 horas. En un intento por unir lo público con lo privado,
la relación ciudadana con el Estado. Los reportes empiezan a aparecer, habrá que esperar para conocer los hallazgos de
esta macrointervención. En Argentina hace tan sólo seis meses hicieron algo similar, experiencia que titularon ¿Qué
hacemos cuando lo que pasa nos sobrepasa? Lo que sí ocurrió es que estas experiencias se acercan al sueño de
Moreno hacer un psicodrama universal.
En las intervenciones grupales a largo plazo se dan dinámicas que no aparecen en la pareja analista-paciente y que
tienen su gran valor terapéutico, por ejemplo lo que no señala el terapeuta lo sacará a la luz algún otro miembro del
grupo. Un compañero funge como terapeuta, ya que ayuda a hacer consciente lo inconsciente. En un grupo se dan
procesos que no suceden en el individual como: la identificación o el altruismo. Irving Yaloom, en su libro Teoría y
práctica de la psicoterapia de grupo, hace una interesante y muy puntual enumeración de los factores curativos del
grupo: el bolsillo cuenta tanto para el paciente como para el terapeuta. El primero paga menos por más tiempo que, a
pesar de ser compartido, la influencia y el trabajo del inconsciente se da a pesar del paciente mismo, el terapeuta gana
más dinero en menos tiempo. “Si personas con menos estudios” se forman en Desarrollo Humano y organizan grupos en
empresas y diferentes organizaciones (que se multiplican cada vez más y más ) “por qué no lo voy a hacer yo que sí
estoy capacitado para ello”, seguramente lo pensamos los que lo hacemos y sí estamos preparados. Se está dando un
fenómeno de competencia en este campo de lo grupal que no era el caso hace algunas décadas.

¿Por qué privilegia el psicodrama al grupo?

Mencionaré tan solo dos de las técnicas psicodramáticas y un proceso que sólo en grupo se puede manifestar. En un
bello poema escrito por Moreno, quien también tiene una vasta producción literaria, dice en relación con el desarrollo de
la empatía; para el autor tanto la espontaneidad —signo de salud mental— como la empatía requieren de un
entrenamiento: “cuando estemos cara a cara y frente a frente yo sacaré mis ojos y los pondré en el lugar de los tuyos y
tú sacarás tus ojos y los pondrás en el lugar de los míos. Así yo te veré con tus ojos y tú me verás con los míos”.
1. La técnica del cambio de roles . El concepto de rol es el eje central de la teoría moreniana. Para él todo rol tiene
aspectos colectivos; no únicamente los padres influyen sino todo el entorno del bebé, infante y, en adelante, a lo largo de
su vida. Menciona también aspectos privados, pero para los propósitos de este trabajo me ocuparé de los primeros
exclusivamente. Ningún rol existe aislado, tiene su complementario. En una misma persona se dan diferentes roles, por
ejemplo, muy de actualidad para las mujeres profesionistas que tienen el rol de madre, ejecutiva, ama de casa, esposa,
amante, amiga.
Ya en un grupo psicodramático concretamente esta técnica del cambio de roles, una de las más socorridas diría yo,
nos permite observar directamente ya que proviene del mismo protagonista —aquel que presta su escena para ser
trabajada en el grupo— lo que muchas veces las palabras no bastan para explicar, figurarnos a todos los participantes
de la historia común y mayormente al interesado: sus actitudes, la modalidad en la que establece sus relaciones, etc. Por
ejemplo: a) una de las participantes hizo conciente por primera vez la violencia con la que se comunicaban ella y su hija
adolescente; b) una madre: la pesada carga que tenía derecho a rechazar frente a lo demandante de sus hijos y c) de
modificar la imagen de un padre que siempre sintió y pensó que “no la quería y por eso se alejó de ella” a darse cuenta
por su escena que a quién ya no quería era a su madre.
Así, pues, los compañeros de un grupo van representando los diferentes roles para los que son requeridos en cada
dramatización por los protagonistas. Este entrenamiento aunado a la adecuación en la intensidad del rol, harán un buen
yo auxiliar, uno de los primeros niveles a los que accede un alumno en formación.
2. La multiplicación dramática es otra de las técnicas grupales por excelencia, sus creadores son Frydlewsky,
Kesselman y Pavlovsky. Se parte de una escena inicial a las resonancias internas que la misma produjo en los
participantes, ésta tal vez conflictiva, tal vez mitificada, ya no es más la escena del protagonista porque pasa a ser de
todos, la que recorre los cuerpos creando nuevos tiempos, otra estética. Me parece, como la asociación libre puesta en
múltiples escenas subjetivas.
Hace 5 años organizamos el Dr. Alejandro Mantero (Argentina) y yo un taller vivencial con la escritora Ángeles
Mastretta utilizando tres cuentos de su obra Mujeres de ojos grandes. La propuesta consistía en que la misma autora
conociera las diferentes resonancias que podía promover a través de su obra. Ella misma quiso participar dramatizando.
Una mujer por demás interesante y sensible que hizo de esta experiencia sugerida por el doctor Mantero algo muy
gratificante y estimulante para el trabajo profesional.
3. Ahora pasaré a la descripción y enumeración de algunas experiencias grupales a través de la tele. La incluyo
dentro de las técnicas pues a pesar de que se da por sí misma sin propósito del director ni el esfuerzo de los
participantes, forma parte del proceso grupal. Con lo que mencionaré a continuación no pretendo esclarecer nada, ni
siquiera trato de encontrar una explicación lógica; creo que no la hay.
La tele desde mi primera experiencia vivencial con psicodrama me llamó la atención, significa comunicación de
inconsciente a inconsciente. Para Moreno es el antecedente al encuentro interpersonal... En esta parte pretendo a partir
de las viñetas dar fe de movimientos inconscientes que se dan en una dinámica grupal sin que uno los perciba.
En la teoría psicoanalítica hablamos de transferencia a las depositaciones que sobre el analista hace el paciente de
figuras de su pasado, generalmente las paternas. Es por esta misma que uno accede al conocimiento de diferentes
pasajes de su historia. Forma parte importante del trabajo en la cura. En la teoría psicodramática también se estudia la
transferencia pero es vista como un acto patológico porque el paciente confunde al analista con una figura de su pasado
depositándole características que no le corresponden sino que forman parte de su vida interna y subjetiva, es un
obstáculo para el encuentro interpersonal. Verlo como la persona que es corresponde a la tele.
La descripción que hace Dalmiro Bustos de este fenómeno me parece muy acertada y clara:

[…] tratemos de evocar esos encuentros personales que nos dejan con una profunda sensación de plenitud, como si
una carga poderosa de energía entrara en nosotros. Algo pasó que produjo esta magia, nos sentimos estimulados y
estimulantes, nos percibimos, nos comprendemos, vibramos en la misma sintonía. ¿Cómo ocurrió? No estaba
programado, es no programable, se da, simplemente.

En otro texto agrega; los personajes del gran salón todos empiezan a encontrar su complementario. Sabrán las Julietas
donde están los Romeos.
Hace muchos años durante mi entrenamiento en Buenos Aires, fui elegida por una compañera para dirigir su escena
—una parte importante del aprendizaje consiste en la dirección de escenas dentro del grupo de formación—. Al inicio de
la misma pedí a la protagonista, cómo se sentía y que buscara un personaje que pudiera identificarla con esa sensación
que ella manifestó de “ todo el cuerpo adolorido” me contestó: “como un caballero de la época medieval con su armadura
puesta, después de una larga batalla”.
La invité a caminar por el espacio dramático con esa armadura, lo recorrimos juntas y a ritmos diferentes durante un
buen tiempo. En el trayecto le pedí me describiera qué veía a través de su casco. Me fue describiendo las cosas con las
que se encontraba así como los paisajes. Finalmente ya cansada me dijo: “me pesa mucho todo esto”.
Una armadura se lleva por necesidad, es como todo rasgo caracterológico difícil de abandonar por haberse
convertido en algo egosintónico.
Le pregunté si se sentía lista para que la fuéramos quitando. ¡Claro está!; le señalé “con extremo cuidado una
armadura “tan dura” no la podemos quitar de un solo golpe”.
Las defensas caracterológicas se van armando poco a poco frente a la repetición de los hechos que duelen y
lastiman emocionalmente.
“Esto requería del trabajo de un especialista” le aseguré y “yo tenía los instrumentos y el conocimiento necesario
para desmontar armaduras siempre y cuando el caballero lo deseara” . Por dónde empezamos pregunté, quiso
primeramente que le quitara el casco, mismo que coloqué a un lado de ella. Seguimos caminando y pedí que me
describiera sus sensaciones. Se sentía menos pesada, sin embargo, no le era fácil estar sin él; le había sido necesario
desplazarse con todo eso encima. Acto seguido quiso deshacerse de un brazo...nuevamente con extremo cuidado lo
empecé a desatornillar.
De esta manera en la medida que ella me lo pedía fui quitándole toda la armadura. Mientras esto sucedía yo le
describía cómo lo hacía y lo importante que era para ella estar segura que se la quería quitar, enfatizándole que si había
andado con esa armadura “por la vida” no se la podía quitar de golpe y porrazo pues no iba a saber como sostenerse.
Terminé la escena, muy fuerte para la protagonista, en varios momentos lloró por los recuerdos que surgían. Fue
reconociendo todo lo que tuvo que implementar a lo largo de los años para evitar sentir y registrar las agresiones que
provenían principalmente de su madre.
Procedimos al sharing; es el momento final en el que el grupo se sienta alrededor del protagonista para compartir lo
que le sucedió a cada uno de ellos con su escena, si se identificó, qué sintió etc.
Y así terminó la clase.
En la próxima reunión Dalmiro, nos comentó que se había quedado muy impactado porque al finalizar esta clase
recibió a su paciente en turno quién empezó la sesión y después de un momento le expresó que se sentía como un
“caballero de la época medieval con su armadura”. A todos los compañeros “se nos enchinó el cuerpo” y lanzamos una
exclamación.
En ese espacio se había quedado el personaje de la compañera y de alguna manera —inexplicable para nosotros—
lo captó el paciente que llegó a ocupar el mismo lugar minutos más tarde.
En otra ocasión siendo yo protagonista trabajaba la escena de la despedida de mi madre. Cuando me casé me fui a
vivir a Francia y semanas antes ella había presentado una neurodermatitis en la espalda.
Mi escena se desarrolló en sus diferentes momentos hasta su término. Durante el sharing, a quién escogí de doble
me comentó que ella se encontraba exactamente en la misma situación. Su hija estaba por irse a Europa a estudiar y
ella la estaba pasando muy mal con mucho dolor para desprenderse de ella además su hija se llamaba Carolina;
también!
El test de la mirada, creado hace apenas algunos años por Dalmiro Bustos es otra muestra de los movimientos
télicos que pueden darse entre los participantes.
Parafraseando a Anne Schutzenberger, psicodramatista francesa quien a su vez cita a san Agustín: “los muerton son
invisibles, pero no están ausentes”. La autora se refiere a la influencia que nuestros antepasados tienen sobre la historia
de cada uno o de un miembro específico de la familia. Ella enfatiza otro aspecto que deja en claro la comunicación de
inconsciente a inconsciente sólo que está en su atemporalidad y, es la relacionada con lo transgeneracional.
Anne, alumna de Moreno ha enfocado sus últimos años de trabajo —actualmente, tiene más de 80— a la
investigación de los fenómenos transgeneracionales. Su último libro, ¡Ay, mis ancestros!, best seller en Francia aborda
temas y ejemplifica lo que llama: a) el síndrome de aniversario, b) el secreto de familia, c) la importancia del nombre, d)
transmisión de traumas, e) la lealtad invisible. Explica además cómo elaborar el genosociograma.
En una conferencia que dictó durante el congreso de la IAGP en Buenos Aires 1995 el tema era: “Enfermedades
psicosomáticas como resultado de traumas no elaborados en generaciones pasadas”. Pidió al final de la misma que
levantaran la mano quienes habían tenido sensaciones extrañas. Una de las asistentes la levantó y, pasó a su lado. Su
síntoma era que de repente se le iba la voz , esto le podía ocurrir sin causa aparente a cualquier hora.
Anne le preguntó sobre la mascada que traía alrededor del cuello: la mujer quien dijo ser brasileña comentó que
siempre la llevaba así para prevenir enfriamientos. Continuó con sus preguntas y poco a poco se fue esclareciendo su
origen, el de sus padres, de qué región del Brasil provenían, de los abuelos y finalmente le dijo que escuchó alguna vez
de pequeña pero que era un recuerdo muy vago, que el bisabuelo quien había llegado de África, fue llevado como
esclavo a uno de los pueblos del norte del Brasil, y que en una rebelión él entre otros había sido ahorcado.
En ese momento le pidió que se quitara su mascada y se la mostrara, al tenerla en sus manos Anne le mostró
exactamente la forma en la que acostumbraba ponérsela reproduciendo el nudo que traía al cuello; correspondía
exactamente a la forma de una soga para ahorcar. La brasileña absolutamente sorprendida soltó en llanto. Anne le pidió
que mantuviera contacto con ella y le comentara de la evolución de su síntoma.
Así pues nos mostró justamente el tema de su conferencia y el de sus investigaciones.
Y nos dio un consejo que a mi vez yo les transmito: que si contábamos con nuestros padres e inclusive abuelos que
los aprovecháramos para conocer más datos sobre nuestra historia familiar.
Schutzenberger y Saurat denominan los “nuevos métodos grupales” a las diferentes técnicas que han surgido en los
años recientes y enfatizan cómo se fortalecen con el redescubrimiento cultural del lugar del cuerpo en la vida del ser
humano, entendido éste como fuente de energía, vehículo de comunicación continua y vivencia inmediata de la
temporalidad de cada ser.
En mi trabajo profesional como psicoanalista, nunca he tenido experiencias como las que describí más arriba. Las
condiciones del trabajo no son las mismas y el nivel de regresión así como de comunicación de inconsciente a
inconsciente no se dan en la misma proporción.
Tanto en el pensar como en el actuar hablamos de dos tipos de procesos: el proceso primario y el proceso
secundario. El primario está caracterizado por un nivel inferior de pensamiento, no elaborado, externado de manera
impulsiva, lo encontramos naturalmente en los niños pequeños y de manera patológica en los borderline de nivel bajo y
en psicóticos, por ejemplo. El proceso secundario corresponde al pensamiento del adulto “sano”, elaborado,
comprensible, etc. En el primario prevalecen las imágenes; en el desarrollo psicológico del niño no existen todavía las
palabras para describir sus sensaciones y emociones. La adquisición del lenguaje es más tardía. En el secundario
además de las palabras se da lo simbólico.
El nivel de regresión al que se accede con la acción es más importante que a través de la palabra. La acción “drama
en la etimología griega” es más primaria y primitiva. Finalmente los primeros hombres por el desconocimiento de los
fenómenos que los rodeaban animizaban su entorno, las manifestaciones de la naturaleza eran deificadas. Después la
sociedad y la cultura pasan a una etapa más evolucionada y aparecen los chamanes —aquellos que tenían poderes
mágicos—. Se crean mitos, ritos. Se pasa a las religiones politeístas, después al monoteísmo como símbolo del poder y
la fuerza en una sola persona, etcétera.
La verdad es que todo esto se dio en parte para explicar algunos fenómenos ante los que no se tenía el hombre una
explicación, ni comprensión por la vía normal. Más tarde inclusive en la época del oscurantismo quien intentaba
encontrar un conocimiento fuera de los ámbitos del poder era acusado y juzgado por la Inquisición para ser castigado
severamente.
Trabajando con grupos y psicodrama uno realiza (anglicismo válido en este contexto) que el individuo forma parte del
Cosmos. Como la imagen del hombre de Leonardo da Vinci. El cuerpo en posición vertical y con los brazos extendidos
sin embargo la figura entera nos hace ver la circularidad. Del cosmos se pasa al individuo a su vez éste lo va a transmitir
al grupo.
Es decir Yo sujeto formo parte de un todo y el todo está también en mi. A la vez puedo influir sobre esa totalidad.
Moisés Aguiar (psicodramatista brasileño) menciona que la comunicación télica se facilita por que los que se reúnen
provienen de una misma cultura y comparten un mismo espacio social. No estoy de acuerdo con esta afirmación, ya que
va más allá del espacio compartido por individuos de una misma sociedad o cultura. Para que el fenómeno se manifieste
basta que un grupo de personas estén reunidas en una situación especial como las que he mencionada anteriormente.
Debido a lo sorprendente del fenómeno de la tele es que trataré de plasmar en el presente trabajo algunas hipótesis
sobre el quehacer grupal que facilita su aparición.

1. La proximidad física de los involucrados en el drama, protagonista, director y yo auxiliares. Un director alejado de la
escena y “dirigiendo” a distancia no se involucra de la misma manera.
2. Que el director o psicoterapeuta sea confiable, sin la sensación de confianza las personas no se entregan a una
tarea, la que ésta sea.
3. Que el grupo sea un verdadero “grupo de trabajo”. Para esto en psicodrama hay diferentes pasos a seguir que lo
convierten en tal.
4. El director tiene que promover en el grupo un estado de espontaneidad, no manía, ni exhibicionismo, suficiente para
que los participantes puedan ir creando juntos.
5. Ser congruente y consistente en lo que va generando el grupo que funciona en el “como si” de lo simbólico y la
fantasía. Esto es medular en la dramatización. En una ocasión un director que proponía la reunión y unión de
culturas diferentes armó una escena con todos los participantes en un mismo barco pero éste resultó redondo. Sin
tomar en cuenta su forma siguió con la dramatización, el barco se fue a pique y su propuesta de trabajo también.
Porque el COMO SI es serio y respetable. El grupo funciona así y está absolutamente en el aquí y el ahora de la
escena. Situación congruente con la filosofía del momento de Moreno.
6. Confiar en el proceso grupal y su potencial para crear juntos y encontrar soluciones hacia la salud.
7. Este fenómeno también se hace evidente durante las funciones de Teatro Espontáneo. Es frecuente que los actores
al improvisar traduzcan la necesidad del relator. Este último se sentirá totalmente “entendido” por ellos y entrará en
comunión-comunicación.
8. Intentar crear vínculos de mutualidad positiva entre los individuos.
9. Un director empático deja fluir y sigue a su protagonista, a diferencia de la técnica psicoanalítica en donde el analista
tiene que anticiparse a la resistencia por lo mismo siempre va adelante del paciente.
10. Crear un clima tal que a pesar de lo traumático de la escena que se dramatice, el protagonista como el grupo sientan
que no sucederá nada que ponga en riesgo ni su integridad física ni psíquica. Tener presente la aplicación de la
máxima médica primo non nocere. “Lo primero es no dañar”.
11. Que el grupo esté funcionando en un nivel óptimo de regresión incluso en proceso primario, al mismo tiempo con la
posibilidad de pasar al secundario cuando es requerido. Este es frecuentemente el caso del Yo Auxiliar cuando tiene
que pasar de ser él...para ponerse en los zapatos del protagonista.

En la práctica uno sabe que el psicodrama fue diseñado para funcionar como un acto terapéutico reducido a una sola
sesión o al menos a una secuencia de dos o tres. Por esta conciencia es que el trabajo se lleva a su máxima expresión,
situación que involucra a todos los actores del drama. El abordaje lo permite; un comienzo, un medio y un final. Técnicas
como la maximización si no son utilizadas en el momento en que el protagonista está listo para enfrentar la intensidad de
una emoción puede bloquear el proceso individual y grupal.
Para terminar quiero enfatizar que con este trabajo intento demostrar la importancia del grupo para quien se forma
como psicodramatista. Es un grupo muy sui generis a diferencia de otros entrenamientos psicoterapéuticos en donde la
teoría y la técnica están separadas del proceso terapéutico. Por ejemplo quien se entrena para psicoanalista además de
cubrir el requisito del análisis didáctico lleva los seminarios y las horas de supervisión en espacios muy diferentes. El
proceso está totalmente separado.
En psicodrama sucede otro fenómeno pues en el mismo espacio, el dramático, se da algo similar a un proceso
terapéutico por los cambios internos y externos que se producen. Tan es así que algunos institutos en Brasil consideran
el tiempo de formación como terapéutico también. En mi caso particular considero que deben de ser espacios
diferenciados.
Sin considerar esta posibilidad terapia con aprendizaje a algunos alumnos la modalidad en sí misma les genera
resistencias y en ocasiones abandonan la formación por lo vivencial del aprendizaje. Es preferible que lo hagan a tiempo
ya que uno se ve expuesto a la multiplicidad de miradas mientras trabaja en grupo. El alumno así como puede ser
protagonista en un momento dado será también yo auxiliar teniendo la función de doble, espejo, algún órgano del cuerpo
del protagonista etc. Asimismo será elegido por el protagonista como director.
En el grupo los demás participantes son de alguna manera observadores y esto puede inhibir a algunos, si no lo
resisten no podrán ser buenos directores. Es como si los núcleos paranoides tuvieran que desaparecer y la contraparte
exhibicionista también pues “ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre”. Nos dice un dicho popular.
Y es así que pasando por todos los roles y funciones, podrá el alumno desplegar su espontaneidad recién adquirida,
su capacidad creadora, observarla en sus compañeros y maestro.
“Se hace camino al andar” dice una canción. Durante los años de formación se manifiestan todos los principios de la
filosofía de Moreno. Es en el compartir con los compañeros que se forma el futuro psicodramatista, que se conoce, se
reconoce, descubre, modifica, se tolera y perdona.
En el grupo se aprende y experimenta el encuentro término introducido por Moreno (1912) en un poemario intitulado
Invitación a un encuentro.
El psicodrama como técnica en una única intervención puede provocar un cambio. A diferencia del psicoanálisis que
por su duración los promueve en varias esferas del comportamiento del paciente a más largo plazo. La primera es más
impactante, la segunda es más notoria con los años. Pero las dos pueden ser igual de eficaces y profundos.
Las riquezas del grupo de aprendizaje: momentos privilegiados de vinculación, emociones e historias compartidas y
también risa...nos hemos divertido llevando a cabo uno de los propósitos de Moreno, el quería ser reconocido “como
aquel que había traído la risa a la psiquiatría”.

Bibliografía

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Entrevista a Zerka Moreno por Juan Campor. 2000. Revista de la IAGP. FORUM. The International Forum of Group Psychotherapy. XIV.
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