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2.1.

Tipos de sed

Para que el organismo funcione adecuadamente, los volúmenes de los líquidos extra e
intracelulares

deben ser regulados. En algunas ocasiones se ingiere más sodio y agua del necesario y los riñones

eliminan el sobrante, pero si los niveles de estas dos sustancias disminuyen en exceso, los
dispositivos

de rectificación se activan (ingerir sodio o tomar agua) (Pinel, 2006).

La sed es una sensación que sucede tras la necesidad de consumir agua, pero el apetito de la sal

es menos usual puesto que es poco probable no obtener sodio en la dieta; sin embargo, existen

mecanismos que sugieren incrementar el consumo de sodio. Así, perder agua en los
compartimientos

mencionados incita la conducta de beber; desde aquí, se adoptaron dos conceptos: sed volémica

(volumen de plasma) y sed osmótica (sentirse deshidratado) (Pinel, 2001).

Es bueno mencionar que el organismo pierde agua constantemente por diversas causas, entre
ellas la

evaporación, la respiración, por la piel (sudor), la humedad, por pérdida de sangre, el vómito e,
incluso,

la diarrea.

Figura 1. Ingesta de bebida-sed.

Fuente: Bearfotos (2017)

La sed osmótica, de acuerdo con Carlson (2005), sucede tras la concentración de soluto en el
líquido

intersticial, que provoca la expulsión de agua de las células, reduciendo el volumen de estas. Las

encargadas de detectar estos cambios en los niveles del líquido que las rodea son las neuronas
que se

denomina osmoreceptores y se sitúan en la parte anterior del hipotálamo.

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